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Te estaba esperando por Yae

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16.- Un amor solo para mí

 

 

 

 

— ¿Estás seguro? — los ojos curiosos, casi acusadores de Dan le obligan a encogerse en hombros levemente en la silla del consultorio del médico donde está sentado.

Itachi asiente ante la pregunta, también tiene las miradas de su hermano menor y su madre clavadas encima. — Si — se limita a decir deseando que sea suficiente para dejar el molesto interrogatorio.

— De acuerdo — el profesional suelta un suspiro en tanto junta sus manos sobre su escritorio para enfocarse en Mikoto, — su anemia no está mejorando y espero que eso se solucione en este trimestre además de subir de peso ya que para el último es indispensable…

— ¿Tan pequeño esta? — la señora Uchiha pregunta con cierta consternación por su nieto, de soslayo observa a su hijo mayor con reproche mal disimulado. — No debe estar comiendo bien, es porque Naruto-kun no gana lo sufici…

— Madre — Itachi eleva la voz solo unos decibeles interrumpiendo a su progenitora — no es culpa de Naruto… simplemente son las náuseas — sabe que todo el asunto se debe a que no está comiendo lo suficiente y no es que lo haga con toda la intención…

Simplemente no puede evitarlo.

— Por el momento no hay riesgo pero no podemos descuidar tu salud, Itachi-san — suspira de nuevo pero le sonríe al pelilargo, no está muy enterado de la situación económica de este pero al ver a su madre en sus controles cree que tiene apoyo, pero tal vez se equivoque. — Te voy a recetar unos suplementos y vitaminas, además de darte una dieta elaborada por el nutriólogo.

No puede más que asentir nuevamente y asegurar que todo está en orden.

 

 

////////////

 

 

La primera vez que salió con Sasuke se resume en un rotundo fracaso, si bien hicieron cosas banales como dar un paseo e ir a comer fue demasiado silencioso entre los dos.

Y en ese momento Menma se dio cuenta de que debía cambiar esa parte de sí mismo y aunque nunca fue un buen hablantín tuvo que intentarlo.

 

Suspira acomodándose de lado sobre su mullida cama, desde que Naruto no está su casa es demasiado silenciosa, Jiraiya ha vuelto a sus hábitos taciturnos limitándose solo a pagar las cuentas, no reprocha el no pasar más tiempo con su abuelo, después de tantos años ya no es algo que le afecte de ningún modo. Pero sin duda la ausencia de su gemelo cala hondo en su interior, han estado juntos desde que tiene memoria y pese a llevarse mal desde hace años no dejan de ser hermanos.

Se encoge un poco en su posición dando un vistazo al reloj sobre el buró, dan apenas las cuatro de la tarde y aunque prefiriese estar con su arisco Sasuke, este le ha dicho que va a acompañar a Itachi a esa dichosa visita al médico.

Hasta donde sus pocos recursos de adolescente le permiten ha vigilado a ese pelinegro y a Madara Uchiha pero para desvirtuar todas sus hipótesis en ningún momento les ha visto encontrarse o algo parecido.

Tal vez solo era paranoia.

Paranoia consecuencia del desagrado que esa persona le genera.

 

 

*

 

— ¿Naruto-kun? — el otro sonríe con amabilidad acercándose.

Menma sonríe al oír como acaban de confundirlo, quiere pintarse el cabello de otro color para que así jamás vuelvan a confundirlos pero en ese preciso instante no le incomoda en lo absoluto. — ¿Quieres ser mi novia?

Los negros ojos del otro niño solo un año mayor se abren un poquito más ante el sobresalto.

Un silencio absurdo es lo que prosigue.

El pequeño Itachi ahora luce serio mirándolo con total atención, — ¿Menma-kun?

Menma se muerde el labio inferior al saberse descubierto haciendo más evidente su fallo. — No te pregunte quien soy y soy Naruto — traga pesado.

El pequeño pelinegro de cabello ligerísimamente largo niega, — tú no eres Naruto-kun — asegura.

— ¡Claro que lo soy! — casi grita enfadado con Itachi por echar a perder sus sencillos planes.

Un pequeño sobresalto de nuevo por parte del otro para negar otra vez, — no lo eres.

Menma se muerde el labio inferior con bastante fuerza, un fino hilo de sangre corre por su mentón, su ceño fruncido y sus puños presionados demuestran su frustración.

— Solo dime algo… ¿Por qué me preguntaste si quería… mmm ser tu novia?

No puede verle nervioso, ni siquiera apenado y ligera amargura de ineficacia le recorre, — porque me estaba burlando de ti… — miente, pasa con dificultad un nudo en su garganta y con todo el temple que tiene siendo solo un niño mantiene su entrecejo fruncido — quien podría quererte de novia… de seguro que ni puedes besar… — argumenta infantil pero se rehúsa a perder el tonto duelo en el que esta solo él.

— Sabes Menma-kun…

Itachi sonríe, el muy bastardo le sonríe como si le tuviese compasión.

— Vamos a olvidar estos cinco minutos… nunca pasaron.

Y no deja de sonreírle mofándose de su plan fracasado.

Y Menma empieza a detestarlo.

 

*

 

El sobresalto que pega estando acostado le hace espabilar de su dormitar, Menma bosteza cubriéndose la boca, se incorpora estirando los brazos con calma al no saberse observado, estira el cuello y lo resiente dolorido, lo mejor será salir un poco.

Esperar a que Sasuke se desocupe para poder llamarlo, porque sin el Uchiha se aburre enormemente.

 

 

//////////

 

 

Mikoto tuerce los labios en un gesto difícil de leer, apenas ha entrado en la salita de la casa y puso esa expresión.

— Esta ordenada— hace la observación recorriendo el diminuto lugar donde su hijo mayor vive — no sé porque me sorprende, si siempre te gustó el orden mi Ita — sonríe acomodándose al kotatsu.

— Prepararé té — dice el aludido.

— Ya lo hare yo — pero Sasuke interviene alejándose lo poco que puede de la escena, no le gusta la actitud de su madre.

— ¿Cómo vas con Naruto-kun? — ella pregunta dando palmaditas en el lugar de al lado para que su hijo se siente.

— Bien — asiente acomodándose donde le han indicado — compramos una estufa hace poco.

— Que no te apene contarme de sus pleitos, puedo aconsejarte — no deja de sonreírle — si no estás cuidándote apropiadamente es porque quieres llamar su atención, ¿no es así?

Itachi rueda los ojos y contiene un bufido, — estamos bien, madre.

— Bueno, espero que lo de tu peso sea normal. Mira que cuando yo los estuve esperando mi barriga era tan pequeña que apenas se notaba — ríe rememorando — en las dos ocasiones pude disimularla a la perfección, que luego recuperar tu forma es todo un problema.

Asiente sin ánimo de discutir, no quiere hablar de su embarazo.

— Es una época muy importante para ambos, no olvides consentirlo como él hace contigo, no vaya y alguien quiera entrometerse.

El disimulado mal augurio provoca en Itachi fastidio, así que no se molesta en responder. Ya tuvo suficiente con el encuentro con Shion, la presuntuosa muchachita que no tiene idea de donde conoce Naruto.

— Compré una revista — ella continua hablando en tanto saca de su bolso otra impresión de ese boletín que Itachi tirase a la basura en el colegio — quería hacerte un regalo, puedes escoger un modelo y yo lo comprare. Que en poco tiempo tu ropa ya no va a quedarte.

Sus puños se contraen sobre sus rodillas y baja la mirada un poco. Claro que lo sabe; sabe que su cuerpo está cambiando demasiado y a que Naruto parece no agradarle, que todo se resume a su enorme culpa por haber guardado silencio por demasiado tiempo.

— Ita-chan… ¿estas escuchándome? — Ya habló demasiado y le urge que su hijo aporte a esa conversación — Ita… — antes de continuar un maullido llega a sus oídos, respinga en la dirección del chillido viendo a un lánguido gato negro que con cola levantada observa desde una de las puertas. — ¿Es tuyo?

— Si — al fin responde levantándose para acercarse al minino, desde navidad le deja comida en el mismo lugar y solo para después de año nuevo el arisco felino dejó que lo tocase, ahora pasa espontáneos periodos dentro de la casa cuando Naruto no está. Recibe un ronroneo ahogado cuando lo levanta entre brazos para cobijarlo en su regazo.

— Un gato no es buena compañía durante el embarazo — Mikoto también se pone de pie.

— Los gatos son inofensivos — el ausente Sasuke interviene llevando las pequeñas tazas de té, debido a lo reducido del espacio ha escuchado la conversación en su totalidad. — Lo raro es que Itachi aún no le haya puesto nombre — sonríe de lado, supo del gato en una de sus visitas.

— Humm  — el de cabello largo hace amago de pensar y levanta más al minino para verle a los amarillos ojos — Kuro-chan suena bien.

Una risilla divertida se le escapa al menor de los hermanos, — mejor sigue intentando, usa tu ingenio.

La adulta se cruza de brazos reprobando a la mascota, — no puedes tener gatos si estas esperando un bebé Itachi, no es bueno para tu salud, eso puede decírtelo Dan-kun.

— No voy a deshacerme de él — responde colocando al peludo en el piso, otro maullido se le oye en tanto se restriega en su pierna pidiendo más atención.

— Perfecto — ella eleva la voz — como prefieras, pero si en el próximo control me sales con algún otro inconveniente se lo diré a tu padre, siempre has sido responsable así que mantén esa imagen — sentencia de corrido y toma su bolso — vendré otro día, te veo en casa Sasu-chan — sin mayores despedidas sale de la casa.

— No le hagas caso, últimamente está algo rara — Sasuke intenta animarlo, se acerca al oscuro felino y se inclina para intentar acariciarlo.

— ¿No piensas igual?

— ¿Sobre los gatos? —Tuerce una sonrisa burlona — claro que no. Pero… — borra su nimia sonrisa para continuar — no quiero pensar que puedas enfermar por otras circunstancias, así que cuídate.

— Me refería a mantener mi imagen — suspira con desanimo.

 

 

////////

 

 

Si en ese momento Naruto tuviese seis brazos se hubiese cubierto los oídos, la boca y los ojos. ¿Por qué Shion insistía en verlo todo el tiempo?

La muchachita está dando vueltas modelando el uniforme idéntico al de Clarisse, la mayor solo observa preocupada.

— ¿Les gusta? De seguro que los clientes solo vendrán por verme.

— Shion ya te dije que no puedes trabajar aquí.

— ¿Y porque no? Dijiste que no podías hablar con tu jefe porque no me daría el empleo, pero que crees, si lo hizo y no necesité que tú hablases por mí, Clary — se cruza de brazos enfrentando a su prima.

— Iré a ver si llegaron nuevos clientes — Naruto musita bajito dejando a ambas muchachas con su pleito, Shion no le parece una mala persona solo algo pesada en ocasiones, así como Sakura le reprochaba cuando niños a él.

 

— Espera Naruto, quiero que me enseñes a…

— Tú te quedas aquí — Clarisse interviene antes de que la otra vaya tras el rubio, la sujeta de un brazo — ya te dije muchas veces que Naruto tiene novio, así que tus…

— No me importa — la interrumpe — ¿Quién dice que van a casarse?, ¿o que estarán juntos toda la vida? Tenemos dieciséis años Clarisse, Naruto puede romper con Itachi en cualquier momento y salir con alguien más, de eso se trata el amor a esta edad.

La mayor inspira hondo para no sufrir una migraña por el disparate que ha oído, — escúchame bien, deja de molestar a Naruto, no voy a repetírtelo. Si no te comportas aquí, yo hablare con el jefe y hare lo que sea para que te despida.

Shion afila la mirada por la advertencia, sus ojos lavanda la observan fijos. — A ti también te gusta Naruto, ¿verdad?

— ¡¿Pero qué dices?! — casi pega un brinco en su lugar escandalizada y sintiendo su rostro arder.

— Que te gusta pero como tiene “novio” te conformas con ser una simple amiga.

— ¡Por supuesto que no! — Está nerviosa y alterada por la absurda acusación, — ¡Naruto está enamorado de Itachi y van a tener un bebé! ¿De dónde sacas que pueda gustarme?

El espeluznante silencio que las rodea y la boca de Shion que va abriéndose mas conforme pasan los segundos obligan a Clarisse a cubrirse el rostro con ambas manos soltando un claro ¡ay no!

— ¡No se lo vayas a decir a nadie! — incluso quiere amenazarla si puede.

— ¡Ahora entiendo todo! — pero ya es tarde la menor casi se cubre la boca por la sorpresa — no era un par de kilos extra por comer chatarra, es por… es por… es por… — sorprendida al fin cae en cuenta porque se le hizo raro que alguien con la cara de Itachi tuviese ese ligerísimo bulto en el estómago.

— Ni una palabra de esto a nadie, — frunce el ceño y zarandea a su prima para que le preste atención — a nadie.

Cuando por fin se recompone Shion ya se sabe en ventaja total y más porque estará en el mismo instituto que ambos chicos, — no se lo diré a nadie, ni aquí, ni en clases, pero no hablarás con tu jefe para que me echen de aquí y menos sigas intentando que me aleje de Naruto.

— No puedes estar pensando en eso — su entrecejo fruncido de enfado se ha ido, solo una expresión de preocupación real es lo que demuestra — son una familia Shion, no quieras estar causándoles problemas.

La muchachita parece meditarlo, lleva su cuidadas uñas a su boca para morderlas un poco.

 

 

.

 

Aquel día no fue tan agotador como imaginó, si bien Shion estuvo preguntándole varias cosas la chiquilla demostró ser competente en horas de trabajo.

Bosteza cuando su turno por fin termina ya se está cambiando el uniforme para regresar a su casa, ya dan las 9:05 P.M. solo tiene tiempo de llegar y terminar los deberes de la escuela.

— Naruto…

— ¿Eh? — Respinga ante el llamado, se gira para ver a su nueva compañera de trabajo ya con su ligera ropa habitual — de seguro estas cansada pero ya verás que te acostumbras rápido dattebayo — trata de animarla al notarla algo más apagada.

— Hay algo importante que quería decirte hace un tiempo — un sonrojo se pinta en sus mejillas mostrándola diferente.

— ¿Si?

— Shion, ya debemos irnos — y como adivinando sus intenciones Clarisse aparece en escena interrumpiendo — ya es tarde y no alcanzaremos al tren.

— Como si me importara el tren — se cruza de brazos molesta por la inoportuna de su prima.

Es entonces que los tres salen del local en la despejada noche y aunque Shion se le cuelga del brazo pidiéndole que vayan a comer juntos Naruto se niega como puede, no le gusta tratar mal a las chicas a menos que lo saquen de quicio y la rubia parece estar lográndolo.

— Mejor otro día, estoy muy cansado´ttebayo — dice cuando la chiquilla casi se le pega como una especie de koala.

— Ya lo oíste Shion, además mira qué hora es.

— Pero si aún es temprano — hace un puchero.

— En verdad no puedo… — calla su disculpa cuando ve a Itachi frente al lugar esperándolo con una afable sonrisa. — I… Itachi — está sorprendido porque es la primera vez que lo viene a buscar.

— Buenas noches — saluda amable pese a la incomodidad que siente de ver a Shion tan cerca de su esposo.

— Que fastidio — bufa la mujer más joven cuando es apartada por Naruto para que este le de alcance al pelinegro estorboso.

 

— ¿Qué haces aquí? — Pregunta algo confundido — ¿paso algo?

— No, solo vine para que comamos fuera — no deja de sonreír ignorando al par de mujeres que le miran con expresiones distintas. — ¿Te molesta?

— No, claro que no dattebayo — también sonríe, está feliz por la grata sorpresa, la mejor en todo el día. — E… Clarisse, Shion, él es Itachi, mi novio — presenta al pelinegro — Itachi, ellas son Clarisse y Shion, son primas y… trabajan conmigo.

— Un gusto — la mayor sonríe acercándose haciendo una pequeña reverencia a modo de saludo.

— También es un gusto.

— Mi prima Shion es un poco tímida — nerviosa trata de disculpar a su familiar que se ha cruzado de brazos perfilándose orgullosa.

— No te preocupes, además ya nos conocíamos.

— ¿En serio? — preguntan al unísono Naruto y Clarisse.

— Un placer volver a verte Itachi-san — la rubia no deja de sonreír afilando su mirada.

 

 

.

 

— ¿En verdad ya se conocían? — Naruto pregunta una vez que les han servido el ramen en ese pequeño puesto de comida luego de haberse quitado a ambas chicas de encima.

— La conocí en el instituto, parece que estaba buscándome — toma los palillos con cierta tirria, no tiene apetito.

— Shion es algo pesada, espero no te haya dicho nada malo.

— Nada en realidad, solo que se llevaba muy bien contigo.

— Nos conocemos hace poco, es prima de Clarisse y viene eventualmente a buscarla. Así terminamos hablando a veces, hoy salió con que quiere trabajar y la contrataron aquí´ttebayo.

Itachi asiente en tanto observa como su esposo se llena la boca con los suculentos fideos, traga pesado y toma un poco de su porción para probar apenas un bocado antes de dejar lo demás sin intenciones de terminar.

— ¿Y qué dijo el doctor hoy? — inquiere haciendo una pausa en su atracón, no puede acompañar a Itachi a todas las consultas debido a su empleo.

— Que todo está en orden.

— Que bueno — sonríe y nota de inmediato la inapetencia del otro, algo cada vez más frecuente — ¿no vas a comer? Si está muy bueno dattebayo.

— No tengo mucho apetito.

— Vamos, si dijiste que veníamos para que comiésemos juntos y tú no estás comiendo nada — trata de animarlo acercándole el tazón y entregándole los palillos que él ha estado usando — en serio que esta bueno — levanta un poco de los largos fideos para dirigirlos a la boca del pelinegro.

Inevitablemente apenado abre la boca un poco para ser alimentado.

— Come un poco más.

— Ya lo hare yo — luego de tragar el pequeño bocado toma los palillos de madera por su cuenta para comer antes de seguir abochornándose.

Pero debe admitir que los alimentos le supieron mejor de manos de Naruto.

 

 

Luego de la comida su siguiente paradero fue uno de los miradores en un parque que debido a la hora ya está casi vacío.

— Creo que es la primera vez que salimos así, se siente bien — el rubio inspira hondo apoyándose en la baranda amarilla — hay que hacerlo más seguido — sus azules ojos observan el horizonte trata inútilmente de recordar alguna salida con sus padres, pero las memorias de esos años son tan difusas que está seguro que de no contar con una fotografía ya hubiese olvidado sus rostros.

— ¿No te arrepientes? — Itachi se acomoda a su lado dando un vistazo al oscuro cielo. La confusión en el rostro de Naruto le obliga a proseguir — el estar conmigo, el seguir con esto.

El más joven se toma unos segundos antes de suspirar ruidoso chasqueando la lengua de paso, — siempre me has gustado Itachi y aunque no eres mucho como me imaginaba, estoy enamorado de ti.

El aludido se muerde el labio inferior con ligera consternación.

— Hay cosas que aún me molestan pero…

— ¿Es que acaso ya no tengo el mismo valor?

Naruto parpadea al ser interrumpido por la curiosa pregunta y más por el tono levemente plañidero  empleado en ella, se gira por completo para observar mejor a su pareja. — ¿De qué hablas?

— De ti… de todos… desde que se supo lo del bebé actúan como si yo no fuese la misma persona, como si ya no valiese lo mismo.

— Por supuesto que no.

— Lo hacen — un sonrisa amarga se forma en sus labios sin dejar de mirar al frente — tú mismo lo dijiste que no soy como imaginabas, pero es exactamente así, siempre he sido de esta manera Naruto. Ya no me observas como antes, porque antes creías que era perfecto, amable e incapaz de ser egoísta, eso era lo que te gustaba de mí y ahora no queda mucho de esa idílica imagen.

El viento nocturno se pasea agitando el cabello largo de Itachi por momentos y Naruto se concentra en ello sopesando lo que le acaban de decir y quizá el pelinegro tenga razón. Jamás pudo conocerlo a fondo y se enamoró aun así.

— ¿Y yo soy como lo imaginabas?

— No me hagas responderte, voy a sentirme más miserable sin tengo que hacerlo. Si fueras un idiota conmigo sería más sencillo.

— ¿Lo dices en serio? — se acerca un paso más para verle de cerca. — Yo te dije que estoy enamorado de ti.

— ¿Entonces porque debes comportarte así? — Eleva la voz y se gira del todo — tan atento en ocasiones y rechazándome en otras. Sé que estas decepcionado pero prefiero que grites a esa sutil indiferencia.

Puede ver esos negros ojos titilantes como si fuese a llorar en cualquier momento, Naruto traga pesado.

— No necesitan menospreciar mi capacidad ahora, no soy perfecto y nunca quise serlo.

Al ver cristalinas lagrimas precipitarse de esos oscuros ojos Naruto se apresura a abrazarlo con cautela, — no, no, lo siento, lo siento mucho, nunca se trató de eso´ttebayo. — Oye un sollozo quedito y lo estrecha más siendo correspondido. — Es cierto que no te conocía bien pero eso no significa que deje de quererte, tu eres así como cualquier ser humano, tienes cosas buenas y malas… así está bien, así es Itachi y así te quiero a mi lado.

Las palabras de su esposo actúan como una especie de analgésico, se va calmando con rapidez de casi estallar en llanto, se aparta al cabo de unos instantes algo más aliviado, pero aún se siente minimizado por “el Itachi” de hace unos meses, ese de figura perfecta, de conducta intachable, ese que fue quien enamoró a Naruto. — No quieras cambiar de opinión después.

— Eso ni pensarlo — vuelve a sonreír una vez divisa lo mismo en labios de Itachi — eres muy inteligente, aunque lo dudes eres amable… y siempre que te veo pienso en hacerte muchas cosas en la cama— confiesa algo avergonzado — ¡pero nunca te obligaría a nada dattebayo! — niega con las manos cuando el otro abre más los ojos con la blancas mejillas algo enrojecidas.

— Azul.

— ¿Eh?

— Eres muy honesto Naruto, por eso me gustas y el azul de tus ojos… me encanta — admite acercando su rostro para concretar el delicioso beso que recibe, para sentirse grandioso y libre con la cercanía.

 

 

 

//////////

 

 

 

Se quita los zapatos de ligero tacón con total alivio, cuando se asoma a su habitación allá a su hija durmiendo en la cuna a un lado de su cama. Clarisse se suelta la coleta liberando su cabello claro antes de darle un beso en la coronilla de la frente a su dulce infante que duerme apacible.

Solo iluminada por la tenue luz de la lámpara sobre el buró se sienta al borde del colchón suspirando bajo, jamás se imaginó que Shion estuviese tan interesada en Naruto y menos que la acusara de estar enamorada del rubio también.

Que gracioso.

Tan cierto.

Sonríe para quitar el labial con el dorso de su mano, Naruto es un muchacho estupendo que encantaría a cualquier persona y no pudo evitar enamorarse. Luego de una relación tan devastadora como la que vivió al lado del padre de su hija no creyó volver a interesarse en alguien por varios años, pero esa sonrisa limpia y esos ojos luminosos fueron imposibles de ignorar.

Aunque ese muchacho fuese menor de edad.

Aunque ya tuviese una pareja y un hijo en camino.

Solo por ello se ha comportado como una buena amiga para que nadie notase su interés, jamás le haría a Itachi lo mismo que le hicieron a ella.

Y no quiere considerar que Shion quiere atreverse a algo tan ruin.

Quizá, tan solo quizá si no hubiese un bebé esperando, habría intentado algo, pero dadas las circunstancias no pasará nada.

Porque ese hijo que el pelinegro va a tener es de Naruto.

— Serán una linda familia — se pone de pie nuevamente para contemplar a su hija dormir — Itachi parece una buena persona… pero no te preocupes Nana, si no es merecedor de alguien como Naruto, estaremos ahí para consolarlo.

 

 

 

////////

 

 

Aquella mañana ha despertado antes, Itachi cubre un bostezo mientras se incorpora con algo de sueño estirando los brazos después, Naruto aun duerme a su lado con la boca bastante abierta siendo un milagro el no estar roncando.

Sonríe y se inclina sobre su esposo, — Naruto… — le llama bajito — buenos días.

La suave voz y el tibio vaho sobre su rostro hacen que el rubio despierte sobresaltándose al ver al pelilargo tan cerca, — ho… hola, bu… buenos días dattebayo — sonríe inquieto al ya haberse percatado de su problemilla matutino y que no va a mejorar si tiene al otro encima tan temprano.

— ¿Has dormido bien? — inquiere juguetón ya más relajado después de la conversación de anoche en el parque.

— De… de maravilla — no puede creer que esté a punto de empezar a sudar al sentir como Itachi se acerca más queriendo un beso de buenos días causando cosquillas con su cabello suelto. Pero antes de que lo roce si quiera y pueda llegar a sentir el bulto en su entrepierna al que ha contribuido solo con arrimarse, se incorpora de golpe y lo sujeta de los hombros para apartarlo.

La carilla perpleja del pelinegro le advierten que está a punto de ser malinterpretado.

— No es lo que piensas dattebayo — se excusa deseando poder ir a tomar una ducha fría cuanto antes.

— ¿No lo es?

No quiere ser fatalista ni menos sentirse peor con su aspecto físico pero no entiende porque es rechazado sin miramientos, ve al rubio negar con un enorme trazo rojo en el rostro y es solo entonces que sus ojos descienden un poco más abajo advirtiendo el bulto que sobresale del pijama colorido de su esposo. No puede evitar abrir la boca ligeramente.

— ¡No es mi intención´ttebayo! — Naruto casi pega un brinco temiendo ser considerado un pervertido o algo parecido — ¡tomare una ducha y…

— Esta bien, no tiene nada de malo.

— ¿Ah?

— Me refiero a que no necesitas tomar una ducha ahora… — habla y no está seguro de que dice, siente la pena aglomerarse en sus mejillas a medida que la cara desencajada de Naruto se recompone, — no es necesario… — casi murmura inclinándose en nueva cuenta pero esta vez más abajo casi acariciando con la punta de los dedos la intimidad del otro.

— Ita… ¿Itachi? — Pregunta incrédulo dudando sobre lo que su esposo planea — en verdad no tienes que…

— Shs… — lo chita para no ponerse más nervioso, no es que fuese un experto en el tema. Así que empieza a acariciar el bulto con su diestra, toques suaves y acompasados, no necesita mirar a Naruto para saber tiene la cara tan roja como él.

Cuando une su otra mano a la labor un clarísimo jadeo por parte del rubio le provoca detenerse un segundo exactamente antes de proseguir, continua con el masaje hasta que los jadeos van incrementándose y es cuando busca entre la tela el necesitado miembro que le hace abochornarse más.

— I…Ita… en verdad no tienes que… — exclama ahogado en los segundos de tregua.

— ¿No lo hago bien?

Se sobresalta por la pregunta y más por tacto de la blanca mano ahora si sobre toda su intimidad sin la estorbosa ropa de por medio, — claro que no… es solo… que… ¡ah! — jadea alto y sonoro cuando los labios entreabiertos de su pelinegro están tan cerca de la punta que la ansiedad le está costando no mover su pelvis para ser engullido.

— Si no te agrada… solo debes decírmelo — advierte antes de comenzar con un par de lamidas rápidas para luego meterse todo el miembro rígido en la boca, aplica los labios y su lengua para libar toda la extensión de arriba abajo con rapidez.

Jadeos claros y bulliciosos son los que Naruto emite, palabras sueltas que no logra entender en medio del jaleo, —… si… así… —logra comprender y una morbosa aprobación le conmina a continuar succionando con mayor rapidez.

Resoplidos ansiosos son su única manera de expresión, Naruto no creyó vivir ese momento por lo pronto pero debe admitirse avasallado por la exquisita boca de su esposo que de continuar así hará que termine corriéndose dentro de poco. Sus dedos se estiran hasta alcanzar los negros cabellos para estrecharlos con fuerza acompañando los movimientos del otro, como ha fantaseado con volver a sentir a Itachi de esa manera, con un nerviosismo mayor encantador que le hace desear más… así que de momento no puede más que centrarse en la magnífica atención que está recibiendo.

Y es que con los últimos diligentes movimientos que devoran su totalmente excitado miembro sabe que está a punto de terminar, un acezo ruidos y ágil aparta a su pareja para no correrse en su boca manchando su rostro y cabello en cambio, — lo… lo siento — respira ahogado recobrando parte del aliento perdido e Itachi luce más deseable aun con su blanco simiente embadurnándolo.

— De… descuida — susurra limpiando un poco las manchas blancas dejadas o eso intenta pero los labios de Naruto le arrebatan recibiendo el fogoso beso.

Pero antes de continuar es el inoportuno celular de Itachi el cual suena logrando separarlos y las intenciones del pelinegro de no contestar merman al ver que la llamada entrante es de su hermano menor.

 

Continua.

 

 

 

 

Notas finales:

 

Saludos, siento la demora. Problemas, problemas, espantosos problemas que me están sacando de quicio pero que se le va a hacer. Cuídense.

Yae.


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