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Te estaba esperando por Yae

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21.- Acompáñame por ese camino

 

 

 

 

Al hablar con Naruto e Itachi, fue Nagato quien insistió en obviar algunas cosas que Kisame le dijo, al menos hasta que tuviesen los resultados del examen de paternidad. Pese a ser día lunes Naruto se quedó con su esposo pidiendo el día en su trabajo.

— Hablar con tus padres y con el abuelo de Naruto es lo más importante ahora. — El abogado que acaba de contratar le parece bastante competente así que Nagato lo ha llevado a casa de la joven pareja.

— Ellos no nos van a ayudar no se para que decírselos dattebayo —  se queja el rubio sentado al kotatsu junto a Itachi quien aún se ve algo enfermo pero mucho mejor que en el hospital.

— Aunque así sea — el pelirrojo resopla — son los padres de Itachi y necesitamos que firmen algunos permisos y demás, también hay que decírselo a Jiraiya.

— ¿Y Ero-sennin porque? — se sobresalta levantándose.

— Porque ya basta de mentiras — prosigue frunciendo el ceño — si quieren ayuda les toca empezar a hacer las cosas bien.

— Esta bien… — al fin Itachi habla, si hablando con sus padres, gritándole a los cuatro vientos que se acostó con su tío impedía que le quitasen a su bebé lo hará con gusto. Porque no puede ni creerá que su tío desee que sean una familia feliz entre los tres después de haberlo tratado tan mal todo este tiempo.

Al oírle Nagato suelta un suspiro, — no se preocupen lo primero que haremos será pedir una orden para que Madara no te moleste Itachi… al menos hasta que hagamos el examen de paternidad y tengamos los resultados.

Naruto pasa saliva con dificultad.

Ese examen.

Esa prueba podría cambiarlo todo.

 

 

 

/////////

 

 

Sasuke suelta un suspiro cortito mientras espera en la cafetería del hospital, aunque quiso acompañar a su hermano para hablar con sus padres ha tenido que quedarse aguardando allí solo con sus preocupaciones.

Estira el cuello sobándoselo con la mano derecha, le molesta al no haber podido dormir cómodamente los últimos días. Sentado a una de las mesas sujeta con su otra mano el vaso de café caliente que bebe en intervalos pausados.

Un estornudo se le escapa sin querer.

— ¿Gripe?

Respinga al oír la voz de su “novio” y chasquea la lengua inevitablemente, no ha hablado con Menma desde el incidente con Itachi y francamente no tiene ánimos de hacerlo por lo pronto.

— ¿Qué haces aquí?

— Lo mismo que tú.

— Debo diferir, siempre has sido el primer interesado en que mi hermano y el tuyo terminen — expresa fastidiado — así que tú debes estar esperando a que todo resulte mal, Menma.

El de apellido Namikaze niega sentándose frente al otro sin pedir permiso, — solo quiero que mi hermano este bien.

— Y por eso andas jodiéndole la vida al mío — chasquea la lengua dándole un sorbo a su bebida, — sí, eso debe ser.

— Nunca fue mi intención que Itachi se pusiese así de mal.

— ¿Y cuál era tu intención?

— Que dejara de engañar a Naruto… que…

— Ya lo sabía, — interrumpe — a mí también me fastidió cuando lo supe, estoy enojado con mi hermano pero si el dobe siempre lo ha sabido y aun así… — hace una pausa para inspirar hondo, se siente incómodo, avergonzado por su hermano mayor frente al usuratonkachi, — esa es decisión de ambos, no deberíamos involucrarnos solo porque a nosotros no nos “parece” — hace amago de comillas en la última palabra.

— Lo sé.

Sasuke afila la mirada, molesto por los asentimientos del Namikaze. — ¿Y entonces? ¿Por qué te fastidia tanto mi hermano?

Entonces Menma calla, sus manos sobre la mesa se contraen levemente uniendo sus memorias, localizando el momento justo para platicárselo a su pelinegro y que este lo comprenda.

— Olvídalo.

Pero ha demorado demasiado tiempo, Sasuke se pone de pie para salir del lugar sin tomarse la molestia de mirar hacia atrás.

Menma se queda observándolo en tanto el Uchiha se pierde su rango visual, quiere seguirlo y resolver la situación pero no se atreve.

Entiende que este enfadado pero…

Nadie parece entenderlo a él.

 

 

*

 

 

— ¿Lo sabías? — está dolido, muy pocas veces siente el tono de su voz tan ahogado como en esos instantes.

Naruto asiente.

Menma tuerce los labios con algo parecido al desagrado, desde el incidente del hospital apenas han podido hablar y aunque su hermano mayor no reclamó nada por su responsabilidad en haber mandado a Itachi al hospital, cuando le dijo que siempre había sabido sobre la posibilidad de que ese bebé no fuera suyo se sintió realmente consternado.

— Pero… ¿Por qué?

— ¿Quieres saber porque sigo con Itachi?

Asintió y pudo verle una media sonrisa a su hermano quien se sienta en el sofá de esa casa donde Jiraiya los trajo a vivir desde que eran niños.

— Es muy complicado… — el rubio suelta un suspiro agotado llevando sus manos sobre sus rodillas, — bueno no tanto… — una pequeña risa se le escapaba y es evidente que esta angustiado también — estoy enamorado, siempre lo has sabido.

— ¿Y eso justifica que te conviertas en padre de un hijo que no es tuyo? ¿Seguir casado con una persona que no te ama?

Naruto pasa saliva con dificultad, — Itachi me quiere…

— ¿Pero te ama? Querer y amar no es lo mismo Naruto, eso bien lo sabes.

El mayor de los gemelos asiente soltando otro suspiro, — pero tampoco puedo pedirle que me ame en tan poco tiempo… yo sé que me quiere y sé que pronto va a amarme.

— ¿Y si no es así? — hace otra pregunta, se ha mantenido de pie en medio de la estancia observando con atención a su hermano.

— Me estaría dando por vencido Menma y no pienso hacerlo. No quiero hacerlo dattebayo.

— Pero…

— ¿Tu no harías lo mismo? — le interrumpe esta vez haciendo él la pregunta — si fuese Sasuke quien estuviese esperando un hijo de otra persona.

— No es lo mismo — niega, — Sasuke sale conmigo, él no está forzando ningún sentimiento.

— ¿Y antes? — Esta vez es su turno de cuestionar, se pone de pie para verle de frente, — ¿no te esforzaste años para que él te notase? ¿Para que saliera contigo?

Y es solo en ese momento que ya no sabe cómo responderle, Menma se muerde el interior de su mejilla y los ojos llenos de determinación de su gemelo le hacen sentir por un instante miserable.

A quien engañaba.

Si Sasuke fuese a tener un hijo de otra persona, si no lo amase…

Aun así continuaría esforzándose para hallar un lugar en su corazón.

— Lo lamento.

­— ¡¿Eh?! — Naruto brinca en su posición confundido por la disculpa — ¿lamentas qué?

— No volveré a decirte que desistas con respecto a Itachi, no volveré a entrometerme si no me lo pides — resopla desviando la mirada, un pinchazo de culpa le está provocando migrañas.

— ¿Lo dices en serio? — escéptico el rubio enarca una ceja, se acerca para verle mejor.

— No me hagas repetirlo Naruto — le mira molesto cruzándose de brazos, en un gesto que no le han visto desde que eran niños, casi enfurruñado.

La sonrisa que su gemelo esboza le hace creer que su relación de hermanos aún está viva después de todo, — bien — asiente — gracias Menma.

— Si tanto lo amas ve por él. Y si… — balbucea ligeramente cohibido — nuestro trato aún está en pie — corrige su ofrecimiento.

— Lo está — Naruto vuelve a asentir — tienes mi palabra Menma.

 

 

*

 

 

Siente una enorme preocupación por Naruto pero ya no puede hacer nada que pueda fastidiar a su “cuñado”, tan solo esperar que el Uchiha mayor sea lo suficientemente capaz de regresarle algo de todo ese amor que su hermano le está entregando o al menos lo aparte de su lado si no siente nada real.

Suspira.

Debe dejar de preocuparse por ellos, las cosas suelen caer por su propio peso y…

Aun le resta resolver sus diferencias con Sasuke.

Contiene la respiración unos instantes, últimamente su pelinegro está dejándolo pisotear su orgullo demasiado seguido para que sea él quien vaya e insista para que se reconcilien.

Eso no le agrada.

 

 

 

 

/////////////

 

 

 

— ¿Qué? — Mikoto hace una mueca curiosa, sus labios están presionados en una línea recta y lleva el ceño fruncido con la espalda más que firme sentada allí en una silla de hospital al lado de la cama de su esposo.

— Como lo oyeron — Itachi se encoge en hombros sujetándose el brazo derecho, decirle a sus padres que se acostó con su tío y que quizá él sea el padre del hijo que espera le está provocando un mareo molesto.

Nagato y Kisame se mantienen a un lado de la puerta esperando que los señores Uchiha sean comprensivos con la delicada situación.

— Les pido a todos que salgan — Fugaku habla con voz grave y autoritaria, ese tono que usa para dar órdenes dentro de la policía, — necesito hablar a solas con mi hijo.

— Señor Uchiha, no quiero sonar insistente pero el tiempo apremia…

— Kisame… — Nagato le interrumpe — salgamos un momento, — abre la puerta guiando al abogado pero dejando a Naruto quien no tiene intenciones de moverse, ya es tiempo de que Itachi tome plena responsabilidad sobre sus errores y lo que estos han provocado.

 

 

El muchacho de cabellos largos traga pesado cuando cierran la puerta, el pesado silencio adornado de tensión hace que presione el agarre de su mano que entrelaza con la de Naruto.

Quisiera marcharse pronto pero sabe que es imposible y más por las expresiones en sus progenitores.

— Itachi… — Mikoto habla casi en un susurro llamando a su hijo, sus labios tiemblan a medida que se pone de pie, — Itachi… — repite para que el nombrado se acerque.

Y aunque le sujetan con más fuerza el aludido se suelta de Naruto para acercarse a su madre, — sé que debí decirlo desde el inicio, lo lamento.

Pero su disculpa queda allí cuando la mujer eleva su mano derecha para asestarle una sonora bofetada en la mejilla.

— ¡Itachi! — Naruto se apresura a su lado para asirle por los hombros, — ¿Cómo puede tratar así a su hijo? Se supone que es su madre — mira molesto a la señora Uchiha.

— Mikoto — Fugaku también interviene cuando ella vuelve a levantar la mano con deseos de repetir la acción, irguiéndose con dificultad también se para delante del matrimonio joven.

— ¡¿Qué se supone estabas pensando?! — Estalla ignorando a ambos, sus ojos se llenan de lágrimas de decepción ocasionando que su hijo no pueda sostenerle la mirada, — ¡ya me decía yo que pasabas demasiado tiempo con Madara! — su tono plañidero resuena en el cuarto — ¿Cómo pudiste ser tan irresponsable? ¿tan mal lo hice? — con la voz quebrada retrocede.

— Lo lamento.

— ¡Claro que lo lamentas! — vuelve a elevar la voz — ¿o es que querías enredarlo con un hijo para casarte con él? ¿y ahora solo estas usando a Naruto?

Itachi niega cerrando los ojos los segundos necesarios para contener su angustia que quiere hacerle llorar en nueva cuenta.

— Nunca lo espere de ti, Itachi — el señor Uchiha abraza a su mujer entendiéndola a la perfección, el día que supieron del embarazo de su hijo ya mucho de lo que quería decir tuvo que callarlo, lloró esa noche sintiendo que había fracasado como madre y pudo darse cuenta por cómo fue reaccionando con el paso del tiempo que algo en ella se había roto de desilusión.

Quizá porque esperaba que su primogénito tuviese una vida diferente a la de ella; conociéndose cuando Mikoto acababa de cumplir dieciocho años y él aún estaba en la academia casi finalizando su carrera siendo mayor tuvieron muchísimos problemas cuando ella terminó embarazada de Itachi. La echaron de su casa y sus padres jamás volvieron a preocuparse por ella, ni siquiera en la actualidad mantenían contacto por lo que sus hijos no conocían a sus abuelos.

 

— Itachi no me está usando — el jovencito rubio interviene sin suavizar su ceño fruncido — siempre he sabido que el bebé que esperamos podría no ser mío, pero me da igual, yo amo a su hijo y voy a cuidarlo junto a nuestro bebé sin importar lo demás.

— Eso dices ahora — Mikoto vuelve a hablar limpiándose las lágrimas.

— Tu responsabilidad en este asunto está condicionada muchacho, ya lo hablé con tu abuelo en su momento, solo están casados porque se supone van a ser padres de ese bebé.

Quiere contradecir a su suegro, gritarle que le da igual lo que piensen y hagan pero Itachi lo detiene con un sutil gesto de negación, viéndole los ojos llorosos y la mejilla enrojecida no sabe si complacerlo o mandar al diablo su poca educación.

— Sé que solo los estoy decepcionando — habla dirigiéndose a sus padres reuniendo los restos de su determinación que el embarazo parece haberse comido hace mucho, — y lo lamento. Aunque no vaya a recibir nada de su apoyo… — hace una pausa para esbozar una sonrisa amarga, aunque no he contado con su apoyo en todo esto, dice para si — mi relación con Naruto no es un engaño y no me voy a separar de su lado, todo este tiempo lo hemos vivido juntos y lo que yo haya sentido por Madara ya solo es un nefasto recuerdo.

— Un recuerdo que parece tiene otras intenciones — Fugaku eleva el mentón con gesto de enfado — ve por el abogado ese, veamos en que lío es en el que estas metido para venir a contarnos esto después de tanto.

 

 

 

 

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Aquel día Naruto sentía las palmas de sus manos sudar sin tregua, si bien en su trabajo Clarisse aceptó cubrirle fue Shion quien le recuerda eventualmente que le debe un favor, un favor chiquito pero un favor de todos modos.

La sonrisa sugerente de la chica le incomoda pero no ha tenido tiempo de meditar sobre ello.

Luego de que Nagato y ese raro abogado de nombre Kisame presentaran una demanda contra Madara por acoso el muy bastardo no tardó nada en enviar a su propio abogado, uno más extraño aun; de cabellos verdosos, piel pálida junto a una sonrisa afilada y algo amarillenta.

El juez que les asignaron los citó a todos para una audiencia donde todo el asunto de destaparía por completo.

Itachi había estado demasiado nervioso en los días previos, en las noches despertaba con frecuencia y a Naruto no le quedaba de otra que acompañarlo en vela hasta que se volviese a dormir. Durante el día estando en el instituto iba a buscarlo durante los descansos para sentarse a su lado y cerciorarse de que al menos se comiese más de la mitad de su ración de almuerzo.

Llegaba agotado a su trabajo agradeciendo enormemente que Sasuke acompañase a su hermano en las tardes para que dejase de saltarse las comidas, aunque Dan le explicó que eso podía deberse al estrés y la ansiedad, Naruto consideraba que había algo más en tanta inapetencia a pesar de las advertencias.

Por eso justo en ese momento apenas podía contener sus bostezos de cansancio esperando que en la tarde no hubiese muchos clientes en su trabajo para poder descansar un rato, pero toda su fatiga se evapora en cuestión de segundos cuando ve a ese hombre entrar a la sala. Frunce el entrecejo con verdadera ira y sus puños presionan entre sí, si pudiese le saltaría encima para darle un par de golpes en esa mandíbula que tuerce una sonrisilla socarrona. Desvía la mirada para ver a su esposo sentado a su lado bajar la suya.

— Itachi… — le llama bajito.

— Estoy bien — le mira de soslayo sonriéndole escaso.

Sabe que no lo está pero tampoco va a insistir, no quiere ponerlo más ansioso. Se dedica a escuchar atento lo que dice cada abogado exponiendo la situación, no sabe nada de leyes pero puede darse cuenta de que Kisame interviene ante el juez con mucha seguridad, resopla. De seguro que cobra muchísimo pero Nagato le ha dicho que él se encargaría de eso, ya le deberá mucho para cuando tenga un trabajo de tiempo completo porque tampoco le ha permitido dejar la preparatoria.

 

— Mi cliente jamás lo ha acosado, solo busca la manera de resolver el asunto asumiendo su responsabilidad para con su hijo.

— Aun no está establecida la paternidad del nonato.

Naruto sonríe por la cara de fastidio de Madara y el abogadete, va a aferrarse a la mínima posibilidad de ser el padre del bebé. Y sonríe más cuando presentan la grabación de Menma en la que se ve como Itachi habla con Madara diciéndole que deje de llamarle y el ataque de nervios al final. De acuerdo, está molesto con su gemelo por haber puesto en riesgo a su pelilargo y al bebé pero al menos pudieron sacar ventaja de ello.

El juez no lo piensa mucho. Y es más por la grabación que la palabra de Itachi le vale un poco más.

 

— Hasta que se realicen los exámenes de paternidad Madara Uchiha tiene prohibido acercarse al menor Itachi Uchiha, pero se le deberá informar cualquier percance que pudiese poner en riesgo las gestación.

 

¡Sí! Quiere gritar pero solo agita sus puños con disimulo, ve como ese Uchiha quiere protestar pero su abogado lo detiene, no puede dejar de sonreír mientras les ordenan salir de la estancia legal. Los primeros en irse son ese desagradable par, Mikoto y Fugaku se detienen a hablar con Nagato, Jiraiya y Kisame una vez están todos en los pasillos.

— Ya regreso, voy al baño — le murmura a Itachi dándole un beso en la mejilla para apartarse a pasos rápidos.

Si se da prisa podrá alcanzarlo.

 

 

El pelinegro observa preocupado como su esposo se aleja.

— ¿A dónde va el usuratonkachi? — la voz de Sasuke le hace respingar, su hermanito se acerca junto a Menma.

— A los lavabos, — responde algo inquieto.

— Ese dobe y su vejiga del tamaño de una nuez — bufa mordiéndose el labio inferior.

— Sasuke — le llama haciéndole una muda petición que su menor entiende en el acto.

— Yo me encargo — asiente antes de apartarse también.

Una vez se queda solo junto a Menma permanecen en silencio, sus padres aun no le hablan desde que se enteraron de todo, han dejado en claro que no van a actuar en favor de Madara pero tampoco es como si eso le ayudase mucho.

Hasta donde pudo entender no querrán involucrar a Naruto en nada si es que no es el padre de su hijo. Suspira quedito, — gracias por facilitarnos la grabación Menma-kun — le musita al gemelo que se gira para verle mejor.

— No lo hice por ti, lo hice por Naruto.

— Lo sé, solo quería agradecértelo. — Una patadita en su vientre le hace dar un pequeño brinco, al sentir a su hijo con esos movimientos esporádicos un enorme alivio lo llena, porque aún sigue allí, creciendo dentro suyo. Posa su mano sobre su redondo estomago sonriendo afable, lleva puesto un polo de mangas largas que junto a sus pantalones azules llevan un suave elástico en la zona de su vientre hechos específicamente para su embarazo, Nagato le llevó las prendas hace unos días y no pudo rechazarlos, agradece el gesto pero es su chaqueta la que no cierra debido a que es de su ropa anterior que espera poder volver a utilizar cuando su hijo nazca.

— ¿En verdad amas a Naruto?

La pregunta hace a Itachi sobresaltarse y más cuando observa a Menma verle con toda su atención.

— Lo quiero mucho…

— Te pregunté si lo amas.

El pelinegro se muerde el labio inferior unos instantes antes de decidirse a responder, quizá si es por completo honesto con el hermano de su esposo este deje de dudar de sus intenciones todo el tiempo. — Lo que siento por Naruto es difícil de describir… no es un salvavidas Menma, nunca lo vi de esa manera — sus negros ojos chocan contra los azules del otro, tan parecidos a los del rubio, a ese azul encantador que le ilusionaba con cualquier palabra que le dedicase, — se siente demasiado cálido y no puedo compararlo con lo que alguna vez creí sentir por mi tío.

Menma se queda observándolo por demasiado segundos, analizando el gesto del hermano de Sasuke, sorprendiéndose cuando le ve levantar su diestra para posicionarla sobre su pecho en claro gesto de emoción.

— Quiero estar con Naruto.

El gemelo menor asiente suave soltando un suspiro ruidoso después, — Naruto está de rodillas esperándote — habla ganándose de nuevo la atención de los ojos negros que en un segundo parecieron divagar en anhelos, soñar despiertos dibujando una sonrisa en la expresión algo agotada del Uchiha — no tardes mucho en decirle a mi hermano cómo te sientes.

Un rápido y fugaz asentimiento es lo que Itachi responde.

 

 

/////////

 

 

 

Su mirada afilada y sus puños tensos parecen causarle gracia al adulto y eso solo lo enfurece más.

— Y bien niño, ¿tienes algo que decirme? — Madara se cruza de brazos, ese chiquillo rubio lo ha interceptado en el estacionamiento justo antes de que entrase en su automóvil. Su sonrisa socarrona solo se amplía al verle tan enfadado.

— ¡Eres un cobarde! — Naruto grita viéndose al fin cara a cara con ese repudiable adulto.

— ¿Cobarde? — se señala a si mismo ensanchando su ladina sonrisa — deberías de agradecerme niño, voy a quitarte de encima esa enorme responsabilidad. Podrás volver a tus juegos de niños y si aún lo quieres podría devolverte a Itachi también, así viven su romance tomándose de las manos como los mocosos que son.

Al tener tan poca paciencia es realmente una hazaña el no haberle saltando al Uchiha en cuanto lo vio pero Naruto ya no puede contenerse al escucharle tanta estupidez junta.

Como si supiera si quiera una pizca de todo lo que se ha esforzado junto a Itachi para formar un hogar cálido y feliz donde esperan el nacimiento de ese bebé.

Sus nudillos tratan de impactar en la cara de Madara pero al dar dos furiosos pasos es detenido de súbito por ambos brazos desde atrás.

— ¡Ya cálmate Naruto!

— ¡Suéltame Sasuke! — vira enfadado viendo a su mejor amigo sujetarle con fuerza para que no pueda darle los merecidos golpes que ese adulto merece.

 

— Uh — Madara no deja de sonreír ante la intervención de su sobrino, — Sasuke me alegra mucho verte.

El nombrado frunce el ceño aplicando toda su fuerza para que el atolondrado rubio no se zafe ocasionando más problemas.

— ¡Es un estúpido! ¡¿Es que no lo oíste?! — reclama moviendo los brazos para liberarle del férreo agarre.

— ¡No ganamos nada con esto, así que no seas idiota!

 

— Escucha a tu “cuñado” — el mayor da un paso en dirección de Naruto para inclinarse un poco y poder mirarle a los ojos — y yo que creí que me facilitarías las cosas, ya sabes… el que tu adorable esposo haya tenido su primera… — vocaliza con cuidado  casi susurrándole — su segunda, su tercera… su cuarta experiencia sexual conmigo, es todo un prodigio.

 

 

 

Y antes de que pudiese apartarse de los encolerizados ojos azules, retrocede con un quejido de dolor sujetándose el puente de la nariz con las gotas de sangre que han salpicado. — ¡Maldito niñato!

 

Sasuke lo había soltado justo en el momento que el adulto quiso retroceder dejando que Naruto le asestara tremendo golpe con la cabeza.

— ¡No vuelvas a decir nada de Itachi con tu sucia boca! ¡Yo voy a cuidarlo a él y a nuestro hijo!— el rubio quiere írsele encima pero de nuevo es detenido por su amigo.

— Ya Naruto — le habla en tono de confidencia — no puedes estropear la única oportunidad que tienes contra él. Piensa en Itachi y en mi sobrino.

Solo entonces se muerde los labios tragándose toda la ira que siente dejándose apartar más de esa persona.

 

 

Del mismo modo que Madara que estuvo a nada de seguirle el juego y darle un par de zapes a ese niño por tamaño atrevimiento.

— Vas a lamentarlo — es la última advertencia del adulto antes  de abrir la puerta de su automóvil para meterse dentro y encender el motor poniéndolo en marcha para salir del lugar dedicándole una última mirada de advertencia a ese par de muchachitos.

A medida que iba alejándose y se incorporaba a las calles de la ciudad busca con una de sus manos entre sus bolsillos una cajetilla de cigarrillos para llevarse uno a la boca sin encenderlo.

Estúpido niño, piensa enfocándose en las calles. Que va a saber ese mocoso de la vida para dárselas de salvador de Itachi, como si fuera capaz de responder por otro niño.

Resopla sin encender el habano.

Pero su celular suena así que debe sacarlo de sus bolsillos y colocarlo en el asiento del copiloto con el altavoz encendido al ver de quien se trata.

 

— ¡Mada-chan!

La voz animosa y el sobrenombre estúpido le hacen fruncir más el ceño, pero con cierto agrado en esta ocasión. — ¿Qué es lo que quieres Hashirama?

— Lo tengo — la risa que le encanta prosigue — los papeles del divorcio, ya los tengo en mis manos.

Madara se sobresalta utilizando ambas manos sobre el volante para no perder el control, no creía que Mito le diese tan fácilmente el divorcio.

— ¿Lo dices en serio?

— ¡Por supuesto, vamos a celebrarlo!

 

 

 

.

 

 

 

Solo cuando el automóvil se pierde por completo de su rango visual es que Sasuke vuelve a soltar al rubio.

— ¿Cómo es que están emparentados con alguien tan imbécil? — Naruto se queja llevándose un par de dedos a su frente para palpar la pequeña herida que tiene consecuencia del golpe dado.

— No tenías que venir corriendo a provocarlo Naruto, puedes empeorar las cosas dobe — reprende.

— Lo se… pero verlo con esa maldita sonrisa toda la audiencia y lo que dijo…

— Si… también quise darle un par de golpes después de lo que oí.

El de ojos azules le sonríe, — gracias teme, me soltaste con toda intención, ¿verdad?

— Hn. — Una sonrisita soberbia deja entrever.

— Ya lo sabía dattebayo.

 

 

Continua.

 

 

 

Notas finales:

Saludos, siento la demora pero he estado enferma esta última semana, un resfriado malévolo que me no me dejaba sentarme frente a la pantalla de mi laptop sin que mis ojos no ardiesen hasta hacerme llorar.

La mitad de este capítulo debía ir en el anterior, sí que se me alargó la cosa. Siento no haber podido incluir lo de Itachi y el examen aun, que irá definitivamente en el siguiente, muchas gracias por sus lecturas y sus hermosos comentarios.

Cualquier queja, duda o sugerencia es bienvenida.

Cuídense mucho.

Yae.


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