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Te estaba esperando por Yae

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24.-  Oh Amor, mi amor

 

 

 

 

Sasuke nunca se ha destacado por su paciencia, ni mucho menos por su tacto, carente de manipulación se puede definir como si tuviese lengua de hacha; palabras demasiado filosas.

— Par de idiotas, ¿es que ninguno tiene dos dedos de frente?

Su hermano mayor le mira sentado desde la pequeña cama de ese hostal donde rentaron una habitación hasta el día siguiente, es curiosa la manera en que su menor se expresa cuando está enojado.

— Iré por algo de comer — y como si lo hubiesen echado Naruto sale del pequeño cuarto sin esperar aprobación de ninguno de los hermanos, no está de acuerdo en haberle comunicado nada a Sasuke pese a ser su mejor amigo, espera que Menma no se termine enterando mandando por la borda toda su “detallada” planeación.

 

— Sasuke… — Itachi empieza con tono de voz suave luego de un vistazo a la puerta por donde su aun esposo ha salido — Madara es el padre de mi hijo — hace una breve y forzada pausa cuando se muerde el labio inferior, — si el obtiene la custodia estoy seguro de que jamás me dejará ver a mi bebé.

— Aun no sabe que se han escapado, Nagato y Kisame están seguros de que si se entera perderás todo derecho…

— ¿Lo ves?

— Déjame terminar — frunce el ceño molesto por la interrupción, — y no será porque sea el padre, será porque estas escapando como yo en primaria…

Un silencio repentino ser crea al ejemplo empleado por el más joven, Sasuke tarde cae en cuenta sintiendo como su rostro, más específicamente sus mejillas están más calientes.

Una carcajada divertida es lo que Itachi le regala al haber recordado también ese inofensivo escape cuando tenía ocho años, enfadado por perder un juego de consola contra su mayor le gritó amenazando con jamás volver a la par que salía corriendo y azotando la puerta. Si bien la infantil reacción culminó en el accidente cayendo al rio y siendo ayudado por Menma(1) fue más que enternecedor cuando el pequeño Sasuke parecía haber olvidado el pleito con su hermano, para hablarle del niño que lo ayudó.

— Parecías un pollito empapado y…

— Cállate — se cruza de brazos desviando la mirada más malhumorado.

— No tienes que preocuparte, Sasuke, — sonríe enternecido por la preocupación del otro — Naruto y yo estaremos bien, nos iremos lejos.

— Hasta que los encuentren — bufa — Madara moverá cielo y tierra cuando lo sepa, si tanto empeño está poniéndole a esto es porque está dispuesto a todo, padre lo sabrá y es policía… no tardará mucho en hallarlos.

Itachi vuelve a morderse el labio inferior, si, si su padre se ponía a buscarlo con entusiasmo no tardaría en dar con su paradero, contaba con los recursos y toda la experiencia.

— ¿Vas a arriesgarte a que te encuentren?

— Que opción tengo — evanesce su tenue sonrisa y baja la mirada. — Anularán mi matrimonio con Naruto, Madara me quitará a mi hijo, prefiero arriesgarme escapando, que dejar que me arrebaten todo lo que amo.

— No tiene que ser así, — dejando su postura rígida de pie frente a su mayor se acerca para sentarse a su lado, oye los resortes del colchón barato rechinar, — sé que padre y madre están siendo muy egoístas pero el primo de Naruto los está ayudando — aunque me cueste admitirlo le estaré agradecido a Nagato por hacer lo que ningún de los adultos parece capaz, no dejará que te quiten a tu bebé.

Al menos eso esperaba, que Nagato y el abogado que contrató pudiesen hacer algo, ve a Itachi asentir con suavidad mientras acaricia su redondo estomago con ambas manos, ese embarazo no está siendo nada sencillo para su hermano, sabe por su madre que las hormonas revuelven las emociones en ese periodo pero Itachi ha estado metido en tanto problemas que es un alivio verle aun manteniendo a su hijo en su interior hasta llegar a término.

— Podemos contactar a Obito o a Shisui, hay más Uchihas que no son unos idiotas y que podrían ayudarnos, — sugiere molesto por su propia juventud, porque desafortunadamente deben recurrir al cobijo de un adulto de momento.

— No lo sé…

Le oye musitar y Sasuke sabe que lo está convenciendo, — si siguen con esto y los encuentran no habrá más oportunidad, le tendrás que entregar tu hijo a Madara sin protestar.

— ¿Por qué tenía que ser él?

Un sollozo repentino le hace sobresaltar consternado al ver a su hermano mayor gimotear, Itachi está demasiado sensible y las lágrimas que se le escapan lo demuestran.

— Porque era lo más probable. Itachi ya no puedes lamentarte, si ahora en verdad quieres a Naruto convéncelo de que es mejor volver y enfrentar esto.

— Tengo miedo Sasuke…

El mayor susurra quedito, Sasuke sabe que debe confortarlo pero es muy malo para eso, así que cauto se arrima un poco más rodeándolo con un brazo como Itachi hacía cuando eran niños y se ponía a llorar. — Lo se…

Como quisiera poder ser un adulto.

 

 

 

///////////

 

 

— ¡Inaceptable! — Mikoto brama paseándose por la oficina de Kisame de un lado a otro, como leona lista para cazar. — Itachi cada vez es más irresponsable… — se muerde la lengua antes de exponer que con esa actitud su nieto estaría mejor con Madara, cosa que sabe no es verdad pero lleva lo nervios de punta.

— Tranquilízate, Mikoto. — Fugaku habla firme logrando que su esposa deje de andar de un lado a otro, si regresa a su trabajo podrá revisar cámaras de seguridad y salidas de trenes. — Itachi ya no es un niño.

— Por favor les pido que resolvamos esto juntos — el más joven interviene, Nagato casi no ha probado bocado en todo el día buscando a Naruto y a su esposo, junto a Yahiko han dado vueltas preguntando sin hallar el menor rastro. Sin más opción ha tenido que reunir a los padres de Itachi y a Jiraiya.

— Niño tonto — el de cabellos blancos se mantiene observando por la ventana de la oficina de Kisame donde están reunidos, cuando Tsunade se entere gritará más alto que Mikoto probablemente.

 

— La sentencia se ha pospuesto para dentro de dos días, en ese tiempo tenemos que dar con el paradero de los muchachos, si aún quieren pelear por la custodia de ese nonato.

— Podemos solicitar una investigación a Madara, tratar de buscar algún detalle tórrido de su pasado para evitar que el juez le ceda la custodia con tanta facilidad de llegar a suceder — Yahiko agrega a lo dicho por Kisame, si bien no se especializa en esos asuntos también es abogado y está convencido de que a Nagato le interesa demasiado ganar ese caso hasta el extremo de dejarse endulzar el oído por uno de sus propios amigos.

Y eso no le agrada.

Si se supone ambos eran inseparables en la universidad.

— Madara podrá ser hipócrita y cansino pero tiene su compañía en regla y los negocios también — el señor Uchiha resopla, en su oficio tuvo la libertad de revisar ya muchas veces antecedentes de sus familiares.

— Entonces algo personal — de nuevo Yahiko habla ganándose con ello la atenta mirada de Nagato y eso le anima, — créame cuando les digo que todos tenemos secretos listos para perjudicarnos en el peor momento.

 

 

 

.

 

 

De igual modo Dan se ha tomado más minutos en volver a su casa, dando un par de vueltas no tuvo suerte en toparse con la parejita desaparecida. Por ello cuando regresa lo primero que hace es dejarse caer sobre el sofá de la sala soltando un suspiro agotado.

— Creí que hoy tendrías turno — la voz de su esposa le hace sonreír, Tsunade se aproxima luciendo una bata de baño y con el cabello suelto.

— Quise regresar pronto — le extiende ambos brazos para poder abrazar a su hermosa esposa, pero la expresión molesta en ella hace evidente que no está de humor.

— ¿Por qué enviaste ese informe al juez? Si ya se tienen los resultados del examen de paternidad de ese niño.

Dan resopla incorporándose cansado, — porque los muchachos están muy asustados y me pidieron darles algo más de tiempo.

— ¿Tiempo? — La rubia enarca un ceja y se cruza de brazos — Naruto tiene que librarse de ese problema cuanto antes.

— Naruto está enamorado.

— ¡Ja! — articula literalmente frunciendo más el entrecejo, — es un niño y no tiene la más remota idea de que responsabilidad se está cargando gratis. No dejaré que siga casado con ese chiquillo que tuvo el descaro de involucrarse con su propio tío.

— ¿Por qué te molesta tanto? — El de cabellos azules también endurece sus facciones — tu no estuviste allí cuando Naruto trajo a Itachi al hospital la primera vez. Yo estaba en emergencia haciendo unas revisiones cuando lo vi, se veía tan preocupado, llevando al otro muchacho en brazos, fue casi irreal — esboza una sonrisa enternecida — dijo; no quiero que se muera. Encantó a las enfermeras con eso, me pidió muchas veces poder quedarse en la habitación mientras lo revisaba…

— A dónde quieres llegar — interrumpe tratando de imaginarse la escena.

— Fue sencillísimo notar que estaba enamorado y no pongas su edad como un impedimento. Yo solo tenía un par de años más cuando te conocí y me enamore, — no pensaba sacar el tema pero espera con ello poder hacer cambiar de opinión a su esposa, quien evidentemente es mucho mayor que él.

— No es lo mismo — refuta sin mucha convicción, recuerda que conoció a su actual esposo poco antes de que Minato se casase con Kushina, no imaginaba en aquel entonces terminar divorciándose de Jiraiya y escapando con ese muchacho que la enamoró. Se lleva una mano a la frente, al parecer Naruto había heredado mucha de su testarudez.

— Tsunade — le llama en medio de una sonrisa, — esos chiquillos necesitan apoyo, no que les enrevesemos la vida. — La toma de una mano para acercarla hacia él.

 

 

 

/////////////

 

 

— ¿Por qué no te quedas esta noche?

— Es una mala idea, si no llego todos pensarán que te encontré. — Sasuke nota bastante extraño que Naruto aún no haya regresado, ya es algo tarde y debe irse si no quiere perder el tren que lo lleve de regreso a Tokio.

— Deja que te acompañe entonces.

Curva una de sus negras cejas ante la descabellada proposición, — no lo dices en serio — se toma la libertad de escudriñar a Itachi con la mirada para clavarla al final en el abultado vientre.

— Sasuke.

El aludido no contiene la pequeña risa que se le escapa por el intento de mohína de su mayor, obviamente apenado por su idea. — Es mejor que me vaya, habla tú con el dobe y no olvides llamarme en la mañana, es muy importante que tomen una decisión coherente esta noche.

— Te lo prometo — le sonríe.

— Estaré esperando a que me llames, cuídate nii-san. — finaliza su despedida algo abochornado por decirle “nii-san”, no es que use el término muy a menudo.

Es tras un breve abrazo que sale del pequeño cuarto y del hostal. Dando vistazos alrededor no entiende porque Naruto tarda tanto, lo más lamentable es no poder llamarle ya que llevan todo el día con los móviles apagados y cae en cuenta de que también tiene el suyo así.

Suspira caminando entre las calles algo vacías de esa zona, razones por las cuales el hospedaje donde está su hermano no es tan costoso. Enciende su móvil notando como tiene varias llamadas perdidas y mensajes, la mayoría por parte de su novio. Puede confirmar que ya son las 10:12 PM exactamente.

Se muerde la lengua antes de marcarle a medida que sigue caminando. El repetitivo beep le fastidia hasta que le contestan.

 

— Sasuke, ¿Por qué apagaste tu celular? — un leve suspiro alcanza a oír.

— Me quedé sin batería.

Ya estás en tu casa supongo.

— No los encontré, — cambia de tema de inmediato— ¿tuviste suerte?

No — extrañado oye otro suspiro, — Nagato tuvo que hablar con tus padres y con mi abuelo. ¿Sasuke donde estás? ¿Los encontraste, verdad?

El pelinegro detiene su caminata sin percatarse de donde lo ha hecho, — te dije que no.

Jamás te traicionaría, no tienes por qué mentirme…

— Sé que no vas a traicionarme, pero le prometí a mi hermano no decírselo a nadie y eso te incluye. — Se delata.

— …

Son demasiados segundos en los que no obtiene respuesta, — Menma.

— Te escuchas tan distante… demasiado lejos.

— Quizá sea la señal… — sabe que el otro no se refiere a eso, — hablaremos mañana.

— ¿Te molestaría que dejara de buscarte?

A Sasuke ya no le está agradando la conversación, en contadas ocasiones Menma demuestra sus inquietudes, probablemente se halle en su habitación con todas la luces apagadas.

— Recuerdas… ¿Lo que me dijiste la última vez? Dijiste que no entendías porque accedí a salir contigo.

— Lo recuerdo.

El Uchiha sonríe de manera casi imperceptible, pese a no estar frente a Menma, siente un ligero nerviosismo.

 

 

*

 

 

Cree haber escuchado mal, el murmullo que claramente entendió como un “siempre he estado enamorado de ti”, sorprendido como pocas veces se mantiene inmóvil hasta que el sonido de las gotas de lluvia regresa a sus oídos, y no son solamente ambos, el entorno parece de nuevo tener movilidad.

Los ojos azures de Menma se notan extrañamente más brillantes, compartiendo aquella sombrilla que los cubre del aguacero, tiene demasiada cercanía a las facciones del otro.

— ¿No vas a decir nada?

Le preguntan y Sasuke respinga como si saliese del curioso trance. — ¿Qué tendría que decir? — Eres molesta, es el argumento que suele usar para decirle a alguna chica que no le interesa, pero desafortunadamente no puede emplearlo con Menma… porque estaría mintiendo.

Jamás le ha parecido alguien molesto.

De hecho siempre ha considerado a ese Namikaze como alguien sobresaliente, aunque nunca vaya a admitirlo.

— Que sientes lo mismo, que quieres salir conmigo.

Las intenciones son tan claras y la expresión tan irreprochable que Sasuke no puede pensar en una respuesta satisfactoria para su revuelo emocional, y es que es de esa manera, no se siente capaz de soltar palabras mordaces para rechazarlo.

Pero aun es capaz de negar, desvía la mirada unos instantes prestando demasiada atención a esas gotas de agua que caen del cielo, esas que detestaba hace unos instantes, — no creo que…

— Comprendo.

Sasuke levanta la mirada ante la interrupción, jamás ha sido bueno para leer las emociones en otros, pero está casi seguro de que la faz de Menma es de completa desilusión y aunque odie negarlo, no le agrada en lo absoluto.

— Adiós — pero incapaz de ofrecer más que una negativa prefiere apartarse cuanto antes, así que obviando la lluvia y que pueda empaparse da media vuelta para irse, dando pasos largos y apresurados sin meditarlo.

¿Qué habría sucedido de decirle que si?

Su respiración es algo más agitada y recién nota que está corriendo, detiene su presurosa huida girando recién, se halla bastante cerca de su casa y lleva todo el cabello mojado. Debería estar temblando pero el frío parece haber pasado a segundo plano, muerde su labio inferior observando la ruta que ha hecho.

¿Seguirá allí?

 

*

 

 

— Sasuke…

Le llaman y regresa de sus recuerdos, no tiene idea de cuánto tiempo ha dejado al otro sin respuesta, — Menma… puede que suene extraño pero… — hace una pausa y pasa saliva con dificultad, de manera casi forzada, ha olvidado cuanto le cuesta expresar su sentir.

Estaré esperando, cerca de tu casa… así al menos podré verte una vez más esta noche…

Si, puede que a su novio le cueste menos, — estoy algo lejos… voy a tardar…

— No importa, estaré esperando…

La grata sensación que anida en su pecho le hace jadear quedito, atorando palabras que mueren antes de salir de boca tuerce los labios en otra diminuta sonrisa, no era desagradable.

Nunca lo fue.

No necesitaban ser polos opuestos para sentirse a gusto uno al lado del otro.

— Ya voy para allá, — habla suave — espe-

 

No logra finalizar su oración cuando siente que le arrebatan el móvil de las manos, tan absorto se hallaba en su conversación y sus dudas emocionales que no notó ni por asomo que estaba demasiado cerca de un callejón. Y antes de que pueda ubicar al responsable es empujado para que a trompicones acabe por completo dentro del lugar que no está del todo iluminado.

— Ya es algo tarde y se tiene que pagar una tarifa por pasar por aquí, — le habla quien sujeta su móvil en manos, aun con la luz de la pantalla encendida y la voz de Menma que lo nombra antes de que corten la llamada. — Este es un buen pago inicial pero no es suficiente.

Sasuke frunce el entrecejo sabiéndose rodeado por un par de tipos más que a sus espaldas lo fuerzan a dar un par de pasos hacia adelante, el sujeto delante suyo lleva el cabello en tono gris y los ojos oscuros. — Aquí tienes amor, espero te haga sentir mejor, — dice aventando su celular para atrás donde alguien los sujeta.

— Tiene que ser muy caro para eso, Mizuki.

Oye entonces la voz de una muchacha que se aproxima, de cabellos negros y largos luce unas manchas rojizas en el rostro… como leves quemaduras. El celular empieza a sonar y vibrar; la intro de piano y violín de la canción que usa reverbera en el callejón antes de que la mujer sonría leyendo el nombre de contacto, — ¿Menma? — sonríe burlándose, — ¿Qué clase de nombre es ese? Suena ridículo.

Es entonces que presiona los dientes decidiéndose a recuperar su pertenencia, dando un veloz paso al lado que Mizuki nota tratando de golpearlo, pero Sasuke es mas rápido, aprovechando la sorpresa inicial logra asestarle un puñetazo en el estómago que aturde de momento al hombre, es fácil esquivarlo entonces.

La mujer retrocede al verse como próximo objetivo dejando caer el aparatillo sin querer, el celular rebota en el piso aun sonando antes de que la tapa y la batería salgan volando silenciándolo con ello.

El empujón que piensa propinarle a la muchacha se ve frustrado cuando los otros dos sujetos que estaban en la escena lograr sujetarlo de ambos brazos consiguiendo tumbarlo al piso, un quejido se le escapa cuando su mentón choca contra la dura grava.

— Niñato estúpido — Mizuki se queja poniéndose de pie, se inclina para tomarlo por los cabellos elevando así su rostro.

— ¡Yo lo conozco! — grita la mujer una vez se repone del susto, se acerca para verle con detalle, — se parece mucho a la estúpida ballena embarazada que me quemó la cara con los fideos — reclama indignada al recordar cómo consiguió los leves y feos quemazones que ahora estropean su rostro.

— ¿Estas segura?

— ¡Por supuesto que lo estoy! ¡Deben ser su hermano o algo así!

 

Sasuke presiona los dientes intentando ponerse de pie, lo dicho por aquella mujer tan solo le hace considerar que Itachi se cruzó con la molesta fémina.

— En ese caso…

Si al menos logra despegar una de sus rodillas del piso podrá intentar quitarse, pero sus negros ojos refulgen con el brillo de la hoja afilada en cuanto la navaja que Mizuki sostiene llega a su rango de visión.

— Vamos a estropear otra linda cara.

 

El filo plateado está demasiado cerca.

 

 

 

 

Cuando regresa Itachi ya le espera de pie al lado de la puerta, como si hubiese estado a nada de salir a buscarlo.

— ¿Y Sasuke? — Naruto pregunta llevando sus labios a la mejilla de su esposo para depositar un suave beso en esa zona, puede que Itachi aún le lleve unos cuantos centímetros pero el rubio esta más que seguro de que terminará siendo más alto que su pelinegro al pasar de los años.

— Se fue… hace poco, tardabas demasiado — suspira quedito con alivio, algo más cansado va hacia la estrecha cama donde dormirán para sentarse al filo de esta.

— Es que fui a dar unas vueltas… es algo tarde para que Sasuke regrese solo dattebayo.

— ¿No vas a preguntar de que hablamos? — el de cabellos largos le mira expectante.

— Me lo imagino — dice con poco ánimo, saca de la bolsa que trae los envases de comida que compró, — vas a decir que tenemos que regresar.

— Naruto…

— Te entiendo Itachi, en verdad que lo hago y sé que no puedo obligarte a que escapemos, — suspira sin decidirse a mirar a su esposo, no se necesita ser un genio para saber el terrible poder de convencimiento que ejerce Sasuke en su hermano mayor, por eso prefirió salir en tanto los hermanos hablaban para no exponer su descontento, — pero en que pensé que estábamos de acuerdo en esto´ttebayo — el rostro afligido de Itachi en cuanto llegó hizo evidente su decisión.

— Estoy de acuerdo… pero… — inspira hondo, — si somos realistas… Madara-

— ¿No es por tu tío, verdad? — Interrumpe levantando la mirada para encarar a su pelinegro — oh cielos, Itachi no hablaste con él… ¿o sí?

— No, no — niega de inmediato a la par que se pone de pie para acercarse tan rápido como su peso extra le permite. — Pero él y mi padre van a buscarnos y…

— Que rápido te estás dando por vencido´ttebayo — afila su azur mirada retrocediendo para que su pareja no llegue a tocarlo, está molesto y no va disimularlo.

— Naruto, que más quisiera poder irnos lo más lejos posible pero…

El rubio juega nerviosamente con la ruidosa bolsa donde trajo la comida, pudieron haberse ido muy lejos juntos, no entendía porque Itachi cambiaba tan fácilmente de opinión, si la noche anterior estaba llorando con desolación hasta que le propuso la huida.

El leve roce de Itachi en uno de sus brazos le hace prestar atención a los negros ojos que le observan suplicantes, — olvide comprar algo para beber, ya regreso — dice rápido saliendo de nuevo ignorando el llamado de su esposo.

No es su intención eludir la situación pero le es inevitable no sentirse decepcionado, puede que sea un atarantado adolescente y aun así comprende que Itachi está retractándose por el bebé.

No quiere perderlo tampoco, porque ya lo siente como su hijo aun así no compartan lazos de sangre.

No obstante regresando solo se arriesgan a ser separados, sus abuelos ya decidieron presentar la demanda para anular su matrimonio, suspira una vez fuera del edificio, metiendo las manos en las bolsas de sus pantalones apresura sus pasos, chasquea la lengua pateando la primera piedrecilla en su camino y en esta ocasión no salta golpeando a nadie.

¿Si Madara llega a convencer a Itachi de que regresen?

Niega efusivamente mordiéndose la lengua para no maldecir, no quiere dudar de Itachi y todos los avances en su relación, de todo el cariño que le ha demostrado en ese tiempo de convivencia, en todo el anhelo que puede palpar en sus ojos sobre un futuro juntos.

¿Pero entonces porque no arriesgarse?

¿Es que la mejor opción era regresar mostrando el cuello dócilmente para ser degollado?

Vuelve a negar.

Es detestable saber que todo sus problemas se deben a su juventud, que si tuviese treinta años, una carrera exitosa seguramente no tendría problemas en estar con Itachi, cuidarlo y ambos ver crecer a su hijo juntos.

Pero sin importar cuanto se desespere, no puede dar un salto en el tiempo, tendrá que conformarse con sus dieciséis años de momento.

Se detiene prestándole atención recién al lugar donde se encuentra, no está muy lejos del hostal, dando un vistazo hacia atrás se pierde entre las luces de los faroles y los vehículos que pasan con regularidad, resopla algo más tranquilo aunque no pueda ver las estrellas en el firmamento por estar en la ciudad, en su pequeña casita tiene la fortuna de poder apreciar los luceros de vez en cuando.

Pero su apacible reflexión fue interrumpida al oír el algunas risillas provenientes del callejón que quedaba a unos metros, curioso como toda la vida se aproxima para ver de qué se trata, no tarda en advertir el jaleo que se arma dentro del callejón y sus azules ojos se abren más al percatarse de la persona en aprietos que un grupo de rufianes está acorralando.

 

Ni si quiera lo piensa.

Sus músculos se mueven por inercia.

 

 

 

Sasuke despega su cuerpo tanto como puede del frío suelo, si puede al menos levantarse lo suficiente para poner uno de sus pies en cual apoyarse podrá quitarse al par de cobardes que lo sujetan mientras Mizuki bambolea ese cuchillo demasiado cerca de su rostro, solo puede presionar los dientes reuniendo el impulso necesario para zafar alguna de sus extremidades.

Y justo antes de que la filosa punta pueda incrustarse en su inmaculada piel se revuelve con la suficiente fuerza para poder librar su brazo derecho sufriendo un estirón en el proceso, pero usando su diestra para tomar con rapidez a Mizuki de los cabellos que le cuelgan al frente para impactarlo contra uno de sus captores.

— ¡Argh! — el quejido al unísono resuena cuando ambos hombres colisionan, aprovechando la breve sorpresa Sasuke se incorpora del todo para terminar de liberarse.

 

— ¡Maldito niño! — grita el de cabellos grises reincorporándose en el acto para atacarle con el arma que aun sostiene.

— ¡Mizuki!

Sasuke oye la advertencia de la mujer y antes de que el delincuente pueda asestarle un corte con la navaja puede ver como alguien le golpea mandándolo al suelo, todo sucede tan rápido que sus ojos apenas si pueden desfragmentar la situación.

Los otros dos sujetos quedan igual, al ver a ese otro muchacho responsable del golpe recibido por su líder, de cabellos rubios y alborotados  sacude la mano derecha con la que realizó el golpe, quizá lo hizo demasiado fuerte o de la manera incorrecta.

— Que mandíbula más dura dattebayo, — se queja por la molestia en su diestra.

 

— Naruto — Sasuke vacila unos instantes, por una milésima de segundo, quizá menos que eso, el evento le ha recordado el día de su caída al rio.

 

 

Pero sus milésimas de ventaja han concluido y antes de que los otros dos tipos puedan actuar es la mujer la que ha actuado, arrojando lo que tiene a su alcance, son las tapas de los contenedores de basura los que van contra Sasuke y Naruto.

Ambos se cubren del poco efectivo ataque pero ocasionando la suficiente distracción para que los otros ataquen, Naruto recibe una patada que no puede bloquear del todo pero devolviéndole un puñetazo en el rostro al tipejo.

En cambio Sasuke retrocede esquivando el golpe del otro pero quedando de espaldas contra la pared y antes de que puedan golpearlo se deja caer hacia el piso para meterle una zancadilla al tipo y mandarlo al suelo con un quejido.

— ¡Muy… — el rubio está a punto de felicitar a su amigo pero la muchacha lanzándosele a la espalda los sorprende, — ¡oye! — tiran de sus cabellos con toda la fuerza que pueden y presiona los dientes queriendo quitarse a la mujer que se aferra como alguna garrapata.

Un par de rasguños en las mejillas y logra tomarla de los brazos quitándosela de encima como puede, pero solo alcanza escuchar la voz de Sasuke advirtiéndole, presiona los dientes y entrecierra la mirada por la repentina punzada que acaba de sentir.

Delante suyo el primer tipo al que golpeó lo observa sonriendo en sus labios sangrantes, Naruto aún no reacciona a la lesión aun con uno de sus brazos presionado por la mujer, así que opta por usar su mano libre y tomar al hombre de los cabellos asestándole un cabezazo con toda su fuerza.

Otro quejido y maldición.

A pesar de que el sujeto al que enfrenta se pone de pie con esfuerzo, Sasuke se apresura al lado de su amigo, de nuevo son rodeados por los dos secuaces mientras la mujer socorre al de cabello gris.

Un respingo general acontece cuando las sirenas de una patrulla se oyen peligrosamente cerca, el barullo parece que hizo a algún vecino llamar a la policía. El Uchiha alcanza a oír el cobarde “vámonos de aquí” que musitan los delincuentes antes de correr saliendo del callejón ayudando a quien está más herido y la única mujer allí.

Quiere seguirlos, retenerlos para que la policía los atrape pero Sasuke se detiene para ver a Naruto con atención, — ¿estás bien?

— Si… solo un rasguño dattebayo — sonríe a medias, afortunadamente no ha recibido ningún golpe, — ¿y tú, Sasuke? ¿no te lastimaron o sí?

— No, eran demasiado idiotas — hace amago de sonreír, —¿qué hacías por aquí?

— Salí unos instantes y… — inspira hondo — escuche el alboroto, llegue a tiempo para ayudarte´ttebayo — sonríe con orgullo.

— Eres un dobe — murmura bajito, pero agradecido por la ayuda de su amigo, pese a ser bueno en las peleas eran tres sujetos y uno estaba armado, no hubiera salido muy bien librado de tener que arreglárselas solo.

— Oye Sasuke… Itachi ya me dijo de qué hablaron…

Asiente oyéndole un suspiro cansado, por la poca luz no puede ver bien la expresión del otro, — es lo mejor Naruto, ya te había dicho que debías dejarnos ayudarlos un poco.

No recibe respuesta pero el sonido de las sirenas ya esta tan cerca que oye el motor del automóvil detenerse.

— Sasuke…

Le llaman algo más tenue esta vez y ligeramente más preocupado se acerca.

— ¿No estas mareado?... yo no me siento muy bien… dattebayo.

Sasuke se acerca más y es justo cuando llega a su lado que pisa un pequeño charco a los pies del rubio, sus negros ojos de inmediato se enfocan en eso,  consternado los abre más al notar un diminuto reguero de sangre que gotea de su amigo.

— Na…

— Creo que… no fue solo un rasguño — murmura palpando su abdomen viendo su mano teñirse del rojo líquido.

El pelinegro apenas tiene tiempo de sostener a su amigo antes de que caiga pesadamente, — Naruto... Naruto…

Le llama un par de veces pero no obtiene respuesta, solo puede sentir la humedad en su mano incrementar y el olor a sangre dispersarse por el callejón.

 

 

 

 

 

Observando por la ventana de su habitación Itachi aguarda a que Naruto regrese, con la mirada entristecida contempla las calles, sus manos se la pasan acariciando su vientre, ligeras punzadas lo están incomodando desde hace un buen rato, un vistazo a la pequeña cama y ve a Kuro durmiendo cómodamente enroscado como una enternecedora bola de pelos.

Suspira quedito sopesando en las palabras de su hermano menor, en el descontento de Naruto, quisiera que pudiesen huir tan lejos hasta un lugar en que no los reconozcan, donde no puedan intentar si quiera separarlos, no importa si es en los confines de la tierra.

Pero mantenerse juntos.

Sin importar donde viviesen estarían en su hogar.

Y aunque aún deseara huir con su esposo, Sasuke tenía razón.

Siente sus ojos anegarse, no quiere que Naruto sienta que no quiere estar a su lado, se limpia las pocas lagrimas con rapidez, anoche le dijo que no estuviese triste, que sonriese.

Las cosas tienen que mejorar, desea aquello de corazón.

 

 

 

Continua.

 

 

 

Notas finales:

 

(1) : Bueno Sasuke e Itachi aún creen que fue Menma quien salvó a Sasuke aquel día que se conocieron y cayó al rio.

 

Saludos, siento la demora, es la primera vez en mucho tiempo que tardo tanto en recuperarme de estar enferma, aún tengo algunas molestias pero ya nada exagerado, así que estaré de nuevo más seguido con las actualizaciones, de todos modos no quedan más que dos capítulos para terminar este fic, el siguiente es el penúltimo.

Gracias mil por las lecturas y comentarios, cuídense muchos y nos leemos en el siguiente.


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