Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Incendiar la Lluvia por OtroJuampi

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Mi primer one-shot, que emoción, espero que guste (Ya me haré cargo de los proyectos que cierto idiota dejo sin concluir).

Notas del capitulo:

Esto es el resultado del imsomnio, Adele y un corte de luz, espero que lo disfruten :)

"Dejé caer mi corazón.
Y mientras caía, te levantaste a reclamarlo. Estaba obscuro y yo cansado, pero besaste mis labios y me salvaste."

Y ahí me encontraba, a mi izquierda mi guitarra, con la cual daba sonido al dolor que mi alma materializaba, y a mi derecha aquel cuaderno donde aquello quedaba grabado. La música, mi único escape de esta realidad, pero no cualquiera, sino aquella que yo mismo componía. El resto solo me parecía un conjunto de sonidos simples y vacíos. Yo cantaba para dejarlo salir, no lo reprimía.

La muerte de mi madre me había devastado. No importaba el cómo, no quería pensarlo. Por eso tomé mi guitarra y partí, y al igual que sus cenizas en el viento, nunca volví. Quizás me buscaban, quizás me olvidaron, no me importaba. Pero ese dolor seguía allí, oprimiendo mi pecho, aunque lo dejara salir cuando cantaba.

Un día, sentado al borde de un puente abandonado decidí que ya no tenía ganas de seguir. Ese hermoso día soleado escribí "Déjalo quemar..." con una piedra sobre la oxidada viga de metal sobre la que descansaba mi guitarra. Sentí cierto alivio cuando una reconfortante acaricio mi rostro. Creí que estaba listo, y me mantuve firme en mi decisión de seguir a mi madre en todo momento, incluso al cerrar los ojos y saltar hacia el vacío.

Y entonces sentí tu cuerpo, que se aferraba al mío con fuerza, y abrí de repente los ojos, pero en ese instante todo se oscureció. Pero no me fui, y tú lograste que me quedara aquí. Es posible que nunca sepas cuanto te agradezco por eso. 

"Mis manos eran fuertes. Pero mis rodillas eran demasiado débiles.Y al intentar ponerme de pie caía frente a tí."  

Cuando desperté y te vi allí, con el cabello húmedo, sentado frente a una fogata pensé una y mil estupideces por las que podrías haberme salvado. No tiene caso mencionarlas, y aunque aún me sonrío pensando en ellas, todavía me queda orgullo para guardármelas. Me preguntaste por qué alguien con tan hermosas canciones deseaba tan desesperadamente abandonar todo, y yo te pregunté por qué me salvaste. Si hubiéramos sabido...

Y aunque no te lo pedí, y aunque al principio no confiaba en tí, te quedaste conmigo. Me dijiste que un viaje sólo valía la pena si no había destino y tenías con quien compartirlo. No me diste elección, estaba demasiado débil después de mi intento de "escapismo". Y así comenzamos, yo desconfiado, y tú vendando mis heridas de a poco.

Es verdad que algunas veces trate de marcharme al amparo de la noche, queriendo dejarte para seguir solo. Creía en el destino, y que el que estaba marcado para mi era solitario. Pero no tenía la fuerza, y tu siempre me alcanzabas para socorrerme. Siempre que caí, tú me levantaste.

"Cuando estaba contigo, creí que podría quedarme ahí.
Cerrar mis ojos y sentirte junto a mí para siempre. Tú y yo juntos, no había nada mejor."

Y con el tiempo me fui abriendo, te permití conocer cosas de mí que sólo yo sabía. Fuimos forjando algo juntos, algo que no llevaba etiqueta, realmente no importaba. Caminando por las vías muertas de algún ferrocarril desconocido comencé a disfrutar del tiempo que pasábamos juntos, llegando incluso a desear que durara mucho tiempo. 

Y de las últimas noches de aquel Septiembre tan caluroso algo en mí interior cambió, y una pesadilla que me despertó llorando a los gritos nos unió con un lazo especial. No importa quien la soñó, tampoco quién abrazó a quién. Lo importante fue que ninguno se alejó de aquél abrazo que nos permitió recobrar el sueño aquella noche, y las que la sucedieron. Que bueno que esa cercanía duró ¿No?

Hay cosas que no voy a olvidar, como la soledad que vi en tus ojos una noche. Una soledad que, según tú, desapareció cuando saltaste del puente para rescatarme. Sacaste una rosa de tu espalda y me la entregaste con una nota que decía "Tú y yo, no hay nada mejor" . Es una pena que para un regalo tan lindo recibieras tantas heridas en las manos.

"Pero había un lado de tí que no conocía, y cosas que decías que no eran ciertas. Juegos que jugabas y siempre ganabas."

Sin embargo no todo fue color de rosa. En cierta forma, una parte de mí lo sabía. Tus ojos que antaño brillaban con fuerza, ahora estaban opacos. Tu palidez terminó por confirmar que algo andaba mal. Y un lado agresivo salió a la luz cuando intenté ayudarte. Me gritaste que estabas bien, y que no necesitabas ayuda, no la querías. Quizás no debí ser tan sensible en aquel momento cuando tú necesitabas que fuera fuerte, pero supiste disfrazarlo. Lamento tanto haber tardado tanto en darme cuenta de las cosas.

"A veces me levanto escuchando la puerta, mi corazón aún sigue esperándote. Incluso ahora que esto ha acabado, no dejo de buscarte."

Hay días que me torturan las palabras de aquel médico, tanto que ni siquiera mentalmente puedo repetirlas. Él te reclamo la falta de cuidado que le diste a tu salud en todos esos años, y le respondiste "Si voy a morir, que sea bajo mis términos". A mis ojos eras tan valiente, no era capaz de ver tantas cosas. Incluso con tu propio dolor, te preocupabas por un desconocido que había tratado de tirar la toalla. Me dabas más prioridad a mí, y eso me desgarraba cada vez más el alma. El hombre frente a nosotros te dio unas cuantas semanas antes de que todo terminara, pero no te inmutaste, simplemente sonreíste y me prometiste que harías que cada segundo valiera la pena. Y así fue...

"Pero incendié la lluvia, y la ví caer mientras tocaba tu rostro. Y mientras ardía lloraba, pues la oía gritar tu nombre."

Y con tu último aliento me confesaste al oído el por qué me salvaste, haciendo que las lágrimas rodaran por mis ojos. Y por más que te suplique sólo sonreíste y me dijiste que llevara tu cuerpo a aquel lugar del prado donde querías descansar, y cerraste los ojos. Y aquella tarde, el médico me ayudó a llevarte hacía allí, donde dejaste una carta para mí.

Te veías tan tranquilo, como si estuvieras durmiendo nada más, creo que por eso se me hizo tan difícil terminar con esto. Mi corazón se partió una y mil veces mientras veía tu cuerpo arder sobre aquella pira que habías construido a mis espaldas.

Y con los ojos cerrados la sentí, gota a gota, golpeando mi rojo e hinchado rostro, la lluvia se hizo presente, como si tratara de apagar el fuego. El agua caía con tal intensidad que casi podía oírla. Y cayendo de rodillas, mi rostro se hundió en la tierra llorando. Pero el fuego no cedía, tu nombre se podía escuchar en el aire.

"Incendié la lluvia, y nos arrojé a las llamas. Y al caer sentí que algo abandonaba mi interior. Sabía que esa era la última vez..."

Ha pasado el tiempo, pero tu recuerdo sigue en mí, lo que vivimos, lo que sentimos, todo grabado a fuego sobre mi piel. He hecho lo mejor que pude para seguir adelante, pero ya todo es en vano. Por eso me encuentro aquí, en el lugar donde nos conocimos, en donde tú me diste la oportunidad de vivir otra vez. Encontré aquella viga donde años atrás escribí "Déjalo quemar...". Irónico. Si te hubiera conocido antes de escribirlo, si hubiera sabido...

Pero eso ya no importa, estoy a pocos momentos de reencontrarme contigo, allí del otro lado, aún con la incertidumbre de saber que me deparará dicho lugar. Escribí una última frase en aquella viga antes de terminar esto. Espero que aunque esta carta también se vuelva cenizas, hayas podido leerla. Ya falta poco, solo un salto, y estaremos juntos. Sé que tú vendrás por mi en cuanto me lance al vacío, y en ese momento volveré a estar listo, igual que la primera vez, y sera la última...

"...la última vez."  

Notas finales:

Bueno, me gustaría saber si les gustó y que opinan en general :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).