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REC por criss chan

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Notas del capitulo:

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UA

OoC.

Violencia.

Violación y aunque no será explicita, te recomiendo no leer si eres sensible ante estos temas. 

REC

I

No lo digas.

 

— ¿KOUKI? ¿CÓMO TE HICISTE ESO? — Su madre pregunto, horrorizada al ver su labio lastimado, las gotas de sangre sobre su uniforme y en su cara.

Kouki sonrió alegremente.

—Me caí. — Dijo. — Hablaba con Seijuro por teléfono y me caí. — Le mostro a su madre su teléfono, afortunadamente este sólo obtuvo algunos rayones en la pantalla. — Kuroko me presto su pañuelo,  ¿Crees que puedas quitarle las manchas de sangre? — Kouki dejo su bolso en el piso, sacando de este el pañuelo color celeste manchado con sangre.

Kiara sonrió levemente, aun preocupada por la extrema torpeza de su hijo, pero ya sin el miedo de imaginar que molestaban a su hijo en la escuela.

—Claro, déjamelo a mí. — Asintió con confianza, Kouki agradeció la ayuda de su madre. — ¿Quieres cenar o tomar un baño?

—Quiero un baño. — Contesto inmediatamente, el calor en esos días estaba insoportable, el pequeño castaño no veía hora para que el invierno llegara. Cuando el clima estaba así de frio, tenía la excusa perfecta para quedarse en casa dentro de su futon y dormir. O si tenía ganas quizás jugar un poco en la nieve. — Este año no será feliz.

Kiara observo la mirada decaída de su pequeño.

—Seijuro volverá pronto, cariño. Tres años pasaran muy rápido, además ustedes siempre están hablándose o mandándose cartas.

Kouki inflo sus mejillas.

—El tío Masaomi dijo que serían sólo dos… — Kouki era un niño bastante tranquilo, era amable y odiaba darle problemas a ella o a sus amigos, por eso mismo nunca fue egoísta. Nunca le pidió algo incluso aunque lo deseara con el alma, nunca hizo berrinches y siempre la obedecía en todo.

—Cariño… — Cuando se trataba de Seijuro, Kouki podía ser bastante egoísta y caprichoso.

—Lo sé, no fue su culpa. — Kouki suspiro, volvió a sonreír, se acero a su madre para darle un beso en la mejilla y subió rápidamente a su habitación.  — Iré a bañarme. — Anuncio.

Kiara sonrió mientras observaba la figura de Kouki desaparecer por las escaleras.

REC

Kouki cerró la puerta del baño con seguro.

Se recargo en esta y mantuvo su vista sobre el piso, su cabello cubría su rostro y algunas lágrimas comenzaron a caer.

Otro día más en el que había podido engañar a todos.

Su teléfono celular vibro en el bolsillo de su chaqueta, Kouki salto levemente, su cuerpo comenzó a temblar y una vez más pregunto:

¿Por qué él?

Sin embargó la respuesta no llegaría nunca.

Kouki se dejó caer sobre el piso, aguantándose un grito de dolor y llevando ambas manos a su estómago. Seguramente mañana tendrá los moretones más feos y grandes que haya visto antes, sinceramente se sorprende el haber podido fingir así de bien frente a sus amigos, a Seijuro y a su madre.

Deberían darle un Oscar.

El dolor en su labio no era comparado al dolor en su estómago y las cortadas en sus brazos.

—Yo quería ir a la piscina con Kuroko. — Murmullo, no sólo había tenido que abstenerse de no salir en verano, tiene que utilizar siempre su chaqueta en clases, aunque las aulas sean como un crematorio.

Esa es otra manera de molestarlo.

Su vista se obscureció y todo a su alrededor se veía borroso, como cuando te pruebas los lentes de aumento de tu abuelo -en el caso de Kouki fueron los de su madre-, afortunadamente esta vez ya estaba en el piso y no sufrió otra aparatosa caída que le dejara otra herida en el rostro.

—Siempre les pido que no golpeen mi rostro, pero eso no sirvió de nada hoy. — Kouki deslizo su mano sobre sus mejillas, recordando la mirada preocupada de su madre.

Algo dentro de su pecho se estremeció… Quizás su madre podría ver a través de sus mentiras, quizás ella podría quebrar esa mascara.

Su madre era ingenua igual que él. Por eso no podía culparla, ¿La culparía por confiar en él?

Kouki intento ponerse de pie, pero no podía sin gritar de dolor. Sentado en el frio piso del baño se desvistió lentamente, las marcas de los viejos golpes comenzaban a desvanecerse, las heridas en sus brazos cerraban bien y las marcas en sus muñecas por la cuerda que utilizaban para inmovilizarlo, esas quizás serian eternas.

Deslizo su mano sobre su estómago, los moretones ahí comenzaban a ser visibles, mañana seguramente sería peor, mucho peor.

Su teléfono volvió a vibrar y Kouki abrió el mensaje.

[Seijuro:

¿Cómo estás? Esa caída se escuchó muy mal.]

Kouki se aferró al teléfono como si se tratara del mismísimo pelirrojo. Quería que Seijuro volviera pronto, quería que lo abrazara y lo protegiera. Quería volver a sonreír junto a él.

[Seijuro:

Últimamente te escucho decaído y tus cartas ya no son tan alegres ¿Te pasa algo?]

Kouki decidió no molestar a nadie con sus problemas.

Ni a Kuroko, ni a Seijuro, mucho menos a su madre. Ingenuamente pensó que se detendrían cuando los acuso con su profesor, su madre siempre le dijo que los profesores sabrían ayudarlo en situaciones como esas, que lo mejor era ir directamente con ellos y no responder a la violencia con más violencia.

Kouki no sabría decir si su madre le mintió o si su profesor en realidad era una mala persona.

Kouki estaba en su límite. No soportaría más, hubiese deseado que su madre insistiera un poco más, pero al mismo tiempo agradeció que no fuera de esa manera. No quería verla llorar, quería que su madre siguiera teniendo esa sonrisa.

No podía decirle a Kuroko, el peliceleste ya tenía suficientes problemas en casa con el divorcio de sus padres, Kouki debía animarlo en lugar de darle más preocupaciones.

Una vez más llego un mensaje.

[Seijuro:

Puedes decirme lo que sea, si algo te preocupa intentare ayudarte.]

Kouki lloro.

—Idiota Seijuro…

[Kouki:

Yo estoy bien, un poco adolorido por la caída, pero le pediré algo a mamá para el dolor. ¡No te preocupes por mí! ¿Cómo está tu mamá? Escuche a mi mamá hablar sobre una cirugía]

[Seijuro:

Así es, mañana entra a la sala de operaciones.]

[Kouki:

¡Shiori se pondrá bien, Seijuro! Ella es muy fuerte y mucho más testaruda que tú…]

Kouki sonrió al ver la carita sonríente que Seijuro le envió en respuesta.

Tampoco podía molestar a Seijuro con sus problemas.

REC

Kouki sabía que si los hacia esperar, sería mucho peor para él. Por eso ahora mismo corría ignorando el dolor en su cuerpo, corría ignorando las reglas del colegio, incluso ignorando a los profesores que le gritaban.

Después sería castigado seguramente.

Llego al viejo gimnasio de la escuela, ya no se usaba y generalmente ahí se guardaban las cosas que eran consideradas inservibles. El siguiente año sería demolido, así como ellos se graduarían finalmente y seria libre.

Sólo debía soportarlo un poco más.

Se supone que la puerta debería estar cerrada, Kouki la abrió sin esfuerzo alguno.

Varias linternas apuntaron de inmediato a su rostro, Kouki tuvo que cerrar sus ojos por la luz cegadora.

—Hola.

Cuando escucho su voz tembló, sujeto su estómago y tuvo ganas de vomitar, como el día anterior cuando lo pateaban.

—Es bueno ver que aprendes rápido. — Hablo uno de ellos.

Era Nash Gold. Un alumno de intercambio.  Cuando Kouki pudo acostumbrar sus ojos a la luz, se dio cuenta de que sólo había dos personas ahí, Nash y Jason Silver, usualmente eran más personas las que lo molestaban, extrañamente Kouki pensó que quizás todos lo demás ya se habían cansado de él.

Ingenuo niño.

Todo lo que vio antes de que sus ojos fueran cubiertos y su cuerpo empujado al piso fue a Nash sonriendo mientras sacaba una cámara de video.

Quiso gritar, pero recordó las cortadas en sus brazos por haberlo hecho.

Su cuerpo temblaba y volvió a escuchar la risa de varias personas.

—Ayer vi algo interesante en la televisión… — Nash le dio la cámara de video a Silver, lamio sus labios mientras observaba el inútil forcejeó de Kouki. — Y me dio algo de curiosidad, parecía que lo disfrutaban.

Kouki comenzó a llorar, esperando por los golpes.

Ninguno llego, a cambio de un golpe, Nash acaricio sus piernas, eran lindas y bastante estilizadas, se parecían bastante a las de la chica en el video, la piel de Kouki era suave y desprendía un dulce aroma.

Kouki tembló y su corazón latía sin control, tenía miedo, inexplicablemente esa clase de toques gentiles le daban más miedo que los golpes.

—No te preocupes… tú también vas a disfrutarlo.

REC

El número que marco no está disponible o se….

Kouki quería morir.

El número que marco no…

Su llanto resonaba en el lugar y eso sólo le traía dolorosos recuerdos.

Sonidos asquerosos de la boca de Nash. Risas burlonas y alentadoras, su llanto y sus gritos para pedirle que se detuviera.

Hubiese preferido mil golpes o incluso la muerte.

El dolor en su alma era insoportable, se sentía sucio, asqueroso…

Deseaba morir.

Deseaba ver a Seijuro.

Una vez más marco su número.

Quería pedirle que volviera o no podría soportar más. Quería decirle que su madre era fuerte, que ella no lo necesitaba pero él sí, que ahora más que nunca lo necesitaba.

Si tan sólo Shiori desapareciera.

—Kouki. — Contestaron al fin.

—Se…

—Mamá murió. — Kouki escucho su llanto en silencio, mordiéndose los labios para no llorar.

— ¿Cuándo volverás?  

Él era realmente una persona despreciable.

 


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