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Hasta que el fuego se acabe por ValeeIzu

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Notas del fanfic:

Era para el dia del tumin pero yolo :c

Tambien desponible en wattpad

 

 

Notas del capitulo:

Lean y denle amor

Después de una larga guerra civil todo al fin había acabado para el país

Alfas, betas y omegas regresaban a sus hogares con la seguridad que nada sucedería, pero él aun no, su padre, el gran general Choi, le había pedido su presencia en todo momento las 24/7 del día para la seguridad de todos, temía que nuevamente los rebeldes atacaran a su persona y Minho, como hijo único, heredero al puesto por excelencia, debía presenciar todo, hasta el momento de su muerte, por el simple hecho de ser primogénito.

No era momento para joderlo, el solo quería volver a casa, ese pequeño pueblo al que huyo del infernal ruido de la ciudad hace ya varias lunas, su hogar, donde se encontraría el ser más perfecto que haya pisado la tierra, su esposo, más que nada era eso, la necesidad de ver a Taemin. Esos años que paso fuera recibiendo las cartas lejanas le hacían extrañar aun más el tacto de su piel, aquel sabor dulzón de sus sonrisas y como no su incomparable amor.

Como lo extrañaba

Su angustia aumento cuando las pocas cartas ya no llegaban al borde del primer año, pero lo comprendía los bombardeos eran constante y no dudaba que su bonito pelinegro las mandaras pero estas terminaban quemadas, botadas, ensangrentadas por algún lugar de la fértil tierra, al menos su tranquilidad era saber que resguardo a su pareja en un lugar que nunca sería alcanzada por el enemigo.

Tres años en guerra, y medio en por fin irse a su hogar. El galope de su caballo era exigente, la necesidad de ese hombre se podría sentir a kilómetros, teniendo cuidado al subir por el estrecho sendero de la colina, ya se imaginaba como reaccionaria Taemin al verlo, podía sentir lo pequeños brazos atados a su cuello mientras le hacia el amor entre tanta dedicatoria de amor junta, incluso se había afeitado y bañado en el lago a caídas del monte para verse mas presentable, la barba le había crecido hasta taparle el pecho pero ya no quedaba nada, conocía a su pequeño, y algo que odiaba era verlo con vello en el rostro, cosa de donceles.

Minho llego gritando a la pequeña casa hacia sur del pueblo, llamando a viva voz de su pequeño lo busco con entusiasmo de su chico con su característico aroma que solo el podía captar, su animal interior se agito, algo no andaba bien, pero debía ser optimista, quizás estaba comprando por ahí, se instalo, tratando de saciar a la bestia de su alma que llamaba a la pareja sin lograr una respuesta. Espero hasta la noche y su Taemin no llegaba, era de esperarse, tres años sin él puede que el menor haya adquirido alguna costumbre.

A la media noche ya estaba buscando por toda la casa gritando el nombre de esposo, no había nada, ni su ropa, ni rastro de sus cabellos mucho menos de su fotos, nada, estaba al borde del colapso, solo las telarañas y el polvo estaba guardado en los cajones, el aspecto demacrado de la casa lo sintió al fin, no haberse fijado, o quizás venia demasiado feliz para notarlo. No había rastro de que alguien haya habitado esa morada en años.

Lloro, como un niño, Choi Minho lloro mirando por la ventana la apenas luna que se asomaba, la novena en ese mes, grito de impotencia, sin saber que había sucedido, el llanto del hombre no cesaba, el sonido de un corazón roto y su alma perdida reflejaban el rostro de Minho en ese momento, el lo había dicho al momento de su casamiento, ahora que la razón de su felicidad no estaba pensó una serie de cosas lamentables, el moreno se volvería loco sin Taemin.

Sujetándose del lecho que muchas veces fue la cúpula de su romance trato de apaciguarse, debía encontrarlo, si... por eso en si adoraba su nueva generación, Taemin tenia su marca, por ende no podría cruzarse con nadie mas, la marca de un alfa era muy poderosa, ademas su pequeño era bastante tímido para tener amigos. "Secuestro"pensó, cabía dentro de las posibilidades Si tan solo hubiera llegado antes nada de esto estaría pasando...

"Sin ti, no soy nada"

"Trabajo para el proyecto "Two heart, one beat" por el octavo aniversario del 2min"

Parte I: Iré por ti

Los pétalos de cerezos caían a la fuente central de aquella ciudad pereciente en ruinas, siendo embellecidas por la llegada de una nueva estación a pesar de que marchitaba las flores a la entrada de un fría brisa no era el impedimento para adornar tan desgastado paisaje que en algún momento fue un punto de encuentro para muchas personas.
Las voces de cientos de personas, los ruidos de los claxon sonando todo el día y una que otra sirena ya no adornaban el lugar, a cambio la naturaleza estaba volviendo a hacer de la suyas tomando el terreno que alguna vez se le quito. Edificios destruidos otros a medias y los restos de autos en sus tiempos lujosos ahora servían de resguardo  para algún animal.
La brisa le agitaba el abrigo con ese estilo algo militar, el moreno alzaba la vista hacia ese sol resplandeciente que calentaba algo su triste alma. Suspiro saliéndole ese típico vapor de la boca, marcando una gruesa línea sobre un cuaderno bastante roñoso pero en el cual aferraba sus esperanzas. Nunca había sido alguien demasiado creyente, pero los ruegos de que lo trajeran de vuelta no se quitaban de su mente.

"Minho~"

Parecía que oía su voz hasta en el viento, era un hombre al borde de la locura, su animal interno lloraba enfermo y desesperado, pero él no podía arreglarlo, no podía hacer nada más, teniendo que sentarse al borde de esa misma fuente trazo otra ruta para ir aunque sea por algo de información.

"Yo te acepto~"

Su corazón se oprimía, los recuerdos de su esposo estaban siempre presente ¿Alguna vez había sentido tal dolor en perder a alguien? Pues él no hasta ahora, era un hombre enamorado sufriendo.
La última imagen de Taemin en su cabeza le hacía sentir culpable, si tan solo se hubiese negado. Todo había comenzado por esa maldita guerra, por la culpa de su padre, su familia, a todo culpaba, su esposo no estaba con él.
Habían pasado tan solo cuatro días desde que se había casado oficialmente con el amor de su vida, justo, ese maravilloso día, todo había sido perfecto, los invitados sonreían felicitándolos, después de años de estar juntos habían al fin dado ese paso importante en su vida, quedándole varios más prometidos ante ese altar, pues Taemin lo amaba, y él amaba a Taemin, ese lindo chico que conoció de casualidad un día en aquella fuente en medio de la enorme ciudad, ambos habían chocado siendo él que lo sujeto de la cintura para que no cayera al agua, su pareja decía que al momento que se vieron a los ojos se enamoraron y no lo negaba. Lamentablemente plena luna de miel su padre llamó pidiéndole que fuera al frente arruinando sus planes completamente, rompiendo tales promesas que ese mismo día en la mañana había dicho al chico.

"Estaremos siempre juntos"

El deber era deber, según su padre había dicho a Taemin que desesperado tras escuchar la conversación reclamo a su suegro, el hombre sentencio cortándole a ambos. El menor miro a su esposo pidiendo respuesta, Minho no supo que decirle, solo atino a abrazarlo con fuerza, siendo el unico hijo de un general reconocido en el país, en plena guerra sabía que sucedería en cualquier momento pero no esperaba que tan luego.
Tenía cinco días para que fueran a buscado por la escolta especial de su padre, fueron los más cortos de su vida, aprovecho cada instante al lado del menor, prácticamente ninguno se separaba demasiado del otro, consolándose, amándose, como si no se volvieran a ver, porque ambos sabían que existía una gran posibilidad que Minho no volviera vivo, aunque Taemin no hiciera notar su tristeza, el moreno lo escuchaba llorar por las noches.
El día de su despedida fue el más triste, viéndose nos obligados a separase después de tanto tiempo, era una tortura, ese mismo día sus familiares cercanos fueron a despedirlo a pesar que la pareja no se despegaba una de la otra. Incluso ellos lo lamentaban. 
(...) 
— No quiero que vayas...-Taemin se apretaba el fuerte pecho del moreno hundiendo su rostro triste pidiendo algún consuelo, sus manos atadas con fuerza alrededor de este buscaban impedir que se fuera- Minho...no vayas... -Hablo bastante lastimado con su voz quebrantada, la simple idea de perderlo le angustiaba-. 
— Lo siento tanto, mi amor -El moreno no había parado de repetirlo en los últimos días, acariciando su espalda guardaba cada parte, gesto, olor, en su memoria apreciándola. Minho sintió su pecho húmedo haciendo que apretara aún más su pequeño cuerpo.
— ¡Muévete Minho! -Todo era peor para ambos, hacían perder la paciencia del testarudo padre del moreno que no comprendía la necesidad de tanto drama. 
— Ya debo irme, no me olvides ¿Si? -Entre sus manos el chico había alzado el rostro del más bajo, limpiando todo rastro de esas lágrimas de dolor - Te amo Taemin, volveré.
— M-Minho... 
— ¡Apresúrate! -Minho beso con rapidez la boca del menor acatando la orden del hombre más viejo, dejándole una última sonrisa en su memoria, al menos que le recordará feliz si no volvía. Camino decido al auto donde le esperaba el hombre cabizbajo se instaló sin querer mirar por la ventana, sabía que el instinto le llevaría a bajarse y quedarse, pero conocido a su padre todo empeoraría. El motor se encendió listo para partir a su infeliz destino, uno que nunca deseo. 
— ¡Minho! 
— No te atrevas Choi Minho -Mascullo el feroz hombre al ver a el incorregible muchacho apuntó de lanzarse encima del auto si no fuera que los mismos familiares le detuvieron- Acelere. 
— ¡No! ¡Déjame bajar!  -Los gritos exasperados de Taemin llamándole le hicieron desesperarse, pero llevaba un par de mastodontes a su lado que le impedían prácticamente saltar del auto que se alejaba a velocidad- ¡Déjame bajar viejo de mierda! 

Todo era en vano de  a poco se fue alejando su voz, la vista de pueblo y con él, Taemin. 
(…)

Volvía después de dos días buscando algún paradero de su pequeño esposo, pues había hablado hace un par de días con una anciana que vivía muy cerca de su casa, esta misma le había dicho cuando fue la última  vez que se le vio al chico deambulando por el sector. Según la anciana después de unas semanas de su partida Taemin se notaba más decaído con el paso del tiempo, eso hizo irritarse, pues él debía permanecer a su lado, ahora más adulto lo entendía pues era evidente, su esposo había estado lamentándose por su partida, la anciana mencionaba que a pesar de ello las pocas veces que lo vio merodear se notaba inquieto como si estuviera preocupado de algo, la misma señora no pudo haberlo dicho de mejor forma. Al ser un omega, su omega, la desesperación por no estar con él alfa que le marco aumentaba acorde se acercaba sus celos, aunque sabía que su menor era precavido con todo hasta el mismo sintió esa tensión de no tenerlo a su lado, pues tanto Alfa como Omega cuando la  pareja se separaba como mucho, sus mismos instintos pedían  el contacto del otro, siento una necesidad básica, sufriendo calambres, mareos e incluso fiebres, recordó después de todo que imploro al su supuesto padre de volverse al menos un par de días para ver a Taemin pero el hombre viejo se lo negó, aunque intento escapar un varias veces a pesar de que a la tercera vez le habían comenzado a castigar por la mala conducta aplicándole corriente en ciertas partes de su cuerpo como tortura, sus ansias no acababan, él no quería estar ahí, es mas no le importaba, solo quería a su esposo. 
De la mujer pudo sacar una información valiosa al final de su relato, hacia unos seis meses de su partida lo vio salir sigiloso en medio de la noche cargando una mochila en dirección a los valles del norte, según ella misma veía seguridad en los ojos del menor, pues era cierto que él estuvo el primer año en ese lugar y calculando las fechas en las que el menor le había mandado sus ultimas cartas podría sentirse algo aliviado, pues después de un año  se cambiaron de posición ya que el lugar estaba seguro del bando enemigo. 
Llego a su casa preguntándose si su esposo seguiría vivo, era algo que le inquietaba, aunque agradecía su condición como alfa, aun sentía su corazón latir con ansias si pensaba en el menor, era buena señal, su vinculo aun no se rompía, pero temía que algún día cercano dejara de sentirlo. Echo algo de leña a la chimenea de su hogar, el frío de la entrada del invierno nunca había estado tan intenso, eso no le gradaba. Mentiría si negaba que no pensaba en el chico, preguntándose si ed que aun seguía con vida, hubiera comido, si tal vez estaba abrigado como tanto le gustaba, o si estaría disfrutando de una buena ducha, porque él conocía todo de su esposo, de pies a cabeza, se había encargado de conocerlo, aunque no se lo había alcanzado a decir, pues era vergonzoso,  cada cosa y cada detalle era porque se había enamorado profundamente de aquel muchacho, por lo mismo debía buscarlo. 
De apoco se fue haciendo la idea de que Taemin seguía vivo, quizás el relato de la anciana le motivo a creer en una esperanza. Pues Minho se había casado con nada menos que Lee Taemin, un chico muy inteligente, muchas veces el menor le enseño aquellos problemas de estudiantes que en su cabeza hueca no podía procesar, con amor y paciencia, teniendo que repetir lo mismo hasta que entendiera, las calificaciones del menor eran una de las mejores de su escuela, incluso era tan perfecto que podía dedicarse a practicar danza, lo cual le alababa, como también dedicarse a cocinar magníficos platillos. Su misma madre bromeaba con que sus genes de alfa le hacían ser estúpido, pero la dejaba, pues su humillación hacia reír a su esposo, enamorandolo aun más.

— Te necesitó conmigo, Taemin.

El moreno se sentó en la silla cercano a una mesa donde tenía un enorme mapa donde trazaba y descartaba rutas posibles que haya tomado su esposo, pues el era un hombre terco, quizás eso le agradecía a su padre, tanta insistencia le llevarían a su omega, aunque eso le costara meses o años, porque mientras sintiera la calidez que había dejado su esposo dentro de su corazón no pararía hasta encontrarlo. 

 

Continuará

Notas finales:

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