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[Lost rain] por SweetDictator

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Notas del fanfic:

Este fic fue publicado en el 2013, pero por diversos motivos no lo continué hasta ahora (olvidé mi cuenta/contraseña, el fic terminado se borró y finalmente me olvidé de que existía). 

Hoy, 20 de septiembre del año 2016 vuelvo a ponerlo en línea. 
No he cambiado mucho del primer capítulo, sólo mejorado algunas cosas (ortografía, gramática, etcétera) y la historia sigue enfocada hacia lo mismo. 

 

Por si tienen duda de los looks que tienen los chicos en el fic, lo dejo aquí: http://www.nautiljon.com/images/clip/00/05/sirius_65250.jpg?0 

Es el que tenían cuando salió SIRIUS (aspecto que conservé porque así estaba el fic original).

En fin, espero les guste. (?) 

Follow me on twittah: @__Sweetdictator 

 

Su mirada y pensamientos se encontraban especialmente puestos en el cuerpo del chico frente a él desde hacía ya unos minutos, lo más gracioso del asunto era que éste ni siquiera se percataba de eso.

Tatsuya se encontraba ocupado armando su batería con dedicación y concentración; su entrecejo se encontraba fruncido, además se mordía de manera suave el labio inferior cuando comenzaba a colocar y ajustar alguna pieza del instrumento; pero también con el cuidado que requería algo frágil. Puede que el batero considerase a su instrumento como eso, algo delicado y frágil que cuidaba sin necesidad que tuvieran que pedírselo. El pelinegro no tenía idea de cuánto tiempo llevaba mirando al chico de la batería, más bien ni siquiera era consciente de que tenía la vista clavada en él y que estaba atento a sus movimientos en lo que este trabajaba en lo suyo.

La sonrisa del otro hizo su aparición cuando terminó el ensamblaje y eso le hizo devolver el gesto de manera suave pero inconsciente en lo que sus manos apretaban el micrófono que yacía sobre sus muslos. Aunque ya habían pasado varios meses desde la llegada de Tatsuya como soporte a la banda, incluso pensándolo mucho, todavía no alcanzaba a entender por qué le gustaba mucho verle demostrar felicidad por algo, por más pequeño que fuese. Lo único que sabía que verle sonreír o siquiera soltar una risilla le hacía sentir contento por igual, como si lo contagiase.

—Hey, yo-ka. –La voz del baterista se hizo notar, logrando causarle un sobresalto al tomarlo bastante desprevenido.

Sintió un poco de vergüenza por un instante, seguramente si su compañero se daba cuenta de que lo había atrapado mirándole tanto le comentaría algo al respecto, pero casi rezaba para que no fuese así.

—Dime, Tatsuya. –Respondió de esa manera que le era útil para aparentar firmeza, pero que escondía cualquiera otra emoción.

—He acabado ya. Iré por los chicos para comenzar con el ensayo, ya que vamos tarde.–El pelirrojo le dio el aviso antes de pasar por su lado para dejarle las baquetas en las piernas junto al micrófono.

Esta última acción por parte del más alto le agradó más de lo debido, algo que le causó un sentimiento de culpa. Aunque fuese de manera tenue y rápida pudo sentir el roce de aquellos largos dedos contra su muslo. Cerró los ojos y se permitió recordar. No era la primera vez que pasaba tal cosa, ya había perdido la cuenta de las veces que Tatsuya; como si fuera un accidente; le regalaba caricias o se acercaba de más cuando nadie más miraba.

El vocalista emitió de sus labios un suspiro mientras se mentalizaba para comenzar aquel informal ensayo, considerando al mismo tiempo no fijarse tanto en el pelirrojo cuando volviese a entrar por donde, tan sólo segundos atrás, había salido en busca de Kei y Shoya. Tenía una razón de peso para tratar de alejar por las buenas al baterista de su mente, evitando a toda costa que se metiera de más en su corazón y atrofiara todo lo que había logrado mantener estable por cierto tiempo. Esa frágil “estabilidad” que sólo duró hasta que el batería llegó a Diaura.

La puerta se abrió de nuevo sin aviso y le provocó un segundo sobresalto por lo distraído que estaba. “Si continúo así, tarde o temprano me dará un infarto”, pensó abriendo los ojos.

Su rubio guitarrista fue el primero en entrar, a su lado se encontraba el de la batería y más atrás venía Shoya con el móvil en la mano. Tatsuya y Kei venían riéndose de algo, no sabía de qué, pero se les veía entretenidos. Verlos juntos le traía un sentimiento enorme de culpa, sabía que habían formado una buena relación de amistad en esos meses luego de conocerse.

Kei se separó de Tatsuya y avanzó unos pasos hacia donde se encontraba el cantante, entonces sonrió como pocas veces se le veía hacer al tenerlo frente a frente.

—Te toca brillar –Lo escuchó murmurar con ese tono cariñoso que le hacía sentir peor si cabía.— No hace falta que te diga cómo. –Continuó.

Pasó saliva por la garganta al sentirla seca. Sonrió justo cuando su compañero, y también novio, bajó la cabeza para tomarlo brevemente por las mejillas, depositando después un casto beso en sobre sus carnosos labios, seguido a un contacto más duradero. Culpa y más culpa, eso era lo que sentía por tener que fingir que aún le quería de un modo amoroso incluso cuando eso ya había cambiado desde hacía un par de meses. Se sentía un completo cobarde por no haber tenido boca y palabras correctas para terminar con el guitarrista, pero no, no se sentía capaz de hablar de sentimientos por miedo a que este terminara lastimado por egoísmo suyo. Por eso mismo seguía atado a él, esa era la razón principal por la cual no acababa con aquello.

—Kei, basta… Ya se hace tarde. –Le cortó cuando, entre el beso, un pequeño mordisco se hizo presente en su labio inferior. Se sentía abrumado.

—Está bien, tienes razón. Mientras más demoremos aquí, menos tiempo tendremos en casa –Lo vio sonreír y de nuevo sintió incomodidad. Sabía qué era lo que insinuaba, no era tonto después de todo.

El sexo era un tema que no solía tocar con su pareja, prefería simplemente hacerlo con él cuando la ocasión era dada y nada más. Había sido así desde el principio de su relación, por ello no sentía ninguna clase de remordimiento en ese aspecto. Las manos que el guitarra había puesto sobre sus mejillas se deslizando hacia abajo hasta soltarlas, entonces se alejó, dando así el tiempo de que se relajara un segundo luego de lo acontecido. De eso una mierda, solo bastó que desviara la cabeza hacia el lugar donde estaba la batería para que su paz (un poco más de la restante) se esfumase. No esperaba encontrarse con la mirada fija de Tatsuya, quien, al igual que Shoya; aunque este último había estado demasiado ocupado en practicar un poco con el bajo que en mirarles; había estado presente durante el espectáculo que se había montado la pareja.

Le resultaba extraño notar que había cierta molestia en la mirada del chico, no lo entendía pero tampoco pretendía preguntarle, no entendía del todo la razón por la cual el otro le miraba de ese modo. No era la primera vez que se percataba de algo así, pero tampoco era tan perseguido como para afirmar que se trataba de celos. Una pequeña (e ilusa) parte suya le decía que el otro le miraba con ese descontento por sentir celos del guitarra, pero la otra parte, la más racional, le indicaba que la molestia del pelirrojo se debía al espectáculo montado en un sitio de trabajo, que le desagradaba ver el profesionalismo roto y no por otra cosa.

El ensayo se estaba alargando mucho más de lo debido, se sentía en casa músculo, en el cuerpo. El cantante sentía la garganta ya un poco cansada por el esfuerzo de tener que darle uso rudo a sus cuerdas vocales durante casi tres horas, conforme pasaban los minutos se hacía más noche y la necesidad de ir a casa para descansar era ya demasiado tentadora. Por si fuera poco el cansancio había empezado ya a mermar el rendimiento de la banda, canción tras canción había más fallos. Las sugerencias no se hicieron esperar por parte del pelinegro cuando se sintió en el límite y habló sólo cuando finalizó el tema que interpretaban.

—Eh… Es suficiente ya, ¿no? –Murmuró mirando a los demás miembros mientras apagaba el micrófono y luego hacía el amago de guardarlo. Eso era un “se acabó por hoy” definitivo y muy claro.

Como era de esperarse el resto de los integrantes estuvieron de acuerdo con parar ahí, no se podía seguir un ensayo sin el cantante, al menos no en ese caso. Por supuesto que ellos también se encontraban cansados y deseosos de irse a casa, pero uno de ellos tenía otras intenciones.

Se encontraba de espaldas y quitaba las baterías del micrófono inalámbrico para guardarlo, en eso fue que sintió uno de los brazos de Kei pasar por su cintura y luego el otro, formando así un abrazo cariñoso. Esa clase de gestos le gustaban, pero ya no podía interpretarlos (o sentirlos mejor dicho) como parte de un acto amoroso, entonces el rubio habló.

Se tensó al escuchar la pregunta que éste le hizo. “¿Tu casa o la mía?”, esa pregunta solía encantarle, era una invitación discreta para pasar la noche juntos. Sonrió muy pequeño, todavía recordaba lo que le hacía sentir cuando la escuchó las primeras veces.

Casi se podía decir que estuvo aliviado cuando, afortunadamente, el bajista salió al rescate y se puso a insistir al de la guitarra para que le acompañase por unos tragos. De no ser por él seguramente hubiese accedido y mañana estaría lamentándose.

— ¿Vienes, yo-ka? –Escuchó al guitarrista murmurar mientras era arrastrado fuera de la sala por Shoya, logrando sostenerse del marco antes de desaparecer. El bajista aún lo sostenía del brazo izquierdo con poca fuerza, pero insistencia propia de un chiquillo.

—No, Kei. Quiero irme a casa y dormir un poco, estoy cansado. –Respondió con el tono más amable y tranquilo que le fue posible, después de todo no quería que fuese obvio que se alegraba de haber sido salvado por el bajista— Sabes que el alcohol no es mi fuerte. –Complementó.

—Vale, entonces nos vemos mañana –Fue lo último que escuchó antes que la puerta se cerrara detrás de ambos chicos. Alivio, eso fue lo único que sintió.

Un suspiro escapó de los carnosos labios del vocalista apenas vio desaparecer al músico de la habitación, salvándose de ir a casa con él y tener que pasar un momento incómodo al fingir que moría de sueño para evitar el tema del sexo. No tenía manera de agradecer lo que Shoya hacía para ayudarle, más cuando él era el único que tenía conocimiento de lo confusos que sus pensamientos (y sentimientos) se habían vuelto en los últimos meses. Era de esperar que éste buscase echarle una mano, después de todo lo que yo-la buscaba era que, poco a poco, el guitarra fuese sintiendo un distanciamiento hasta que su relación llegase a una inminente ruptura. Seguramente así, cuando llegase el momento, el terminar su relación de pareja no sería tan trágico... Al menos eso era lo que el cantante quería creer.

Estaba bastante disperso en pensamientos aquel día, así que por estar recogiendo y guardando el equipo de sonido; cuando ni siquiera tenía que hacerlo; no notó el momento en que el batero se colocó tras sus espaldas sino hasta que sintió sus labios entrar en contacto directo con su pareja derecha.

—No parece enfadarte que Shoya se robe a Kei luego de los ensayos, Master. –La calidez del aliento ajeno chocó directamente contra una de sus orejas y le provocó un escalofrío que recorrió su columna. Trato de apartarse y fue ahí que notó la cercanía excesiva de este contra su cuerpo.

La mezcla de sorpresa y confusión hizo que permaneciera callado e inmóvil, en tanto su mente trataba de buscar una respuesta coherente. No podía contarle al otro que se alegraba de que su novio se fuera casi todas las noches con el bajista, eso sería como confesar algo que de momento no deseaba.

—No puedo tenerlo atado todo el día a mí. –Respondió empleando un tono de molestia (aunque fingida) para dejar claro su punto de vista con respecto al asunto.

El otro se echó a reír ante su respuesta y eso le causó incomodidad, así como molestia a la par; lo sentía como una burla hacia sí. Incluso habiendo demostrado ya enfado por la actitud contraria, éste seguía de pie a sus espaldas, causando que se sintiera ya un poco más enojado. Si Kei o Shoya volvían en cualquier momento se darían con una imagen inesperada, así que pensó en opciones para quitárselo de encima.

—Una vez estaría bien, ¿no? Pero Shoya se lo lleva siempre luego de cada ensayo. –Comentó el baterista con un tono de voz que le chocó. Sabía lo que insinuaba, pero Kei no haría tal cosa, y si lo hacía, tampoco podría culparlo del todo.

—No sé qué trates de insinuar, pero Kei nunca haría tal cosa. –Repuso con fiereza y entonces se dio finalmente la media vuelta, encarándolo. Se arrepintió de haberse dado la vuelta.

No podía permitir que se expresara así del guitarrista, menos dejar que tuviese esos pensamientos acerca de él y su otro amigo. Aceptaba la culpa de estar juntando a ese par, pero no estaba dispuesto a dejar que el resto de las personas pensaran que el final de su relación (cuando sucediera) era debido al bajista.

Tatsuya mostraba una sonrisa que destilaba satisfacción, de esa manera torcida que le caracterizaba cuando estaba contento con algo. No podía afirmar de qué se trataba, sin embargo tenía esa sensación de que no era para algo bueno (al menos desde la moral).

— ¿Kei nunca haría esto? –Lo escuchó susurrar antes de que bajase aún más el rostro, así como el brazo del alto comenzando a rodearlo por uno de los costados de la cadera— ¿Estás seguro de ello?

En cuestión de segundos el aliento impropio chocó contra su rostro, entonces sus ojos se cerraron (aunque más por inercia que por gusto) y dejó escapar el poco aire que sus pulmones habían almacenado hasta ese momento. Entonces, tal y como muchas veces antes imaginó, sintió el roce de aquellos labios sobre los suyos; suaves, cálidos; incluso su textura era similar a la que alguna vez pensó. Su corazón estaba ahora latiendo desbocado en su pecho.

Seguramente iba a arrepentirse de eso.

Notas finales:

Para los que conozcan a Diaura, sabrán que yo-ka tiene un carácter un poco... ¿especial? Algunas veces se muestra agresivo con los chicos, otras suele actuar muy adorable cuando está distraído. 

Yo quería centrarme en esa parte suya que es más humana, con esto me refiero a que yo busco enseñarles que él también tiene miedos, dudas, inseguridades  y sentimientos como toda persona normal. El capítulo no fue muy largo, es un experimento para ver que tal es aceptado.

En fin, muchas gracias por haberme leído, se los agradezco de verdad. Si quieren dejar un review, también lo agradeceré. 

[Copy&paste de la anotación del primer capítulo publicado en 2013 bcuz sigo pensando igual. (?) ] 

 

                                                         —K o i ◁. 


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