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¿Olivia...Oliver? por Panda Teme

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Notas del capitulo:

¡Buenas noches!

Soy Lele.

Me disculpo mucho la tardanza en la entrega de este capítulo, necesite familiarizarme con este tipo de escritura, pero ahora que lo logre los capítulos llegarán sin tardanza.

Y me disculpo también porque no é respondido sus RW, lo haré hoy mismo.

Gracias por la espera, comencemos:

"Explorando nuestro cuerpo-parte II- ¿qué tanto puedo hacer con este cuerpo?"

 


-...este...- tartamudeó Oliver, claramente incómodo, ese chico de cabellos azabaches no había dejado de contemplarlo desde hace...¡cinco minutos! Había chocado sin querer queriendo contra la espalda de ese tipo sólo por querer lucir ante Robert su nuevo y glamouroso cuerpo de uke y eso había durado cinco minutos... -Este...- repitió, alejándose del pelinegro poco a poco, ¿era normal contemplar a alguien de forma nada discreta por cinco minutos...? No lo creo...

-¿ah...?- el chico pareció regresar a la realidad, dio un ligero tumbo y se sonrojó. -lamento mucho mi descortesía...- se disculpó con una ligera reverencia, tomando la mano de Oliver y acariciandola con los dedos, casi adorándola, llegando a incomodar al rubio de sobremanera. -me llamo Víctor, Víctor Alek, a sus servicios joven...-

-...Oliver...- farfulló el menor mientras retiraba su mano de golpe. -...y tengo gran prisa así que....con permiso...- abrazó la bolsa con su compra y corrió como rayo para alejarse de ese tal Víctor, dejando al chico de pie y con la mano aún extendida.

"...que...¡Robert ya no esta!" Grito dramático d forma mental al ver que, efectivamente, el amor de su vida se había ido con sus compañeros. "¡¿Porqué Diosito y virgen de Juquila?! ¡¿Porqué me castigan así?! ¡¿Es porque soy rico, o porque soy fujoshi (o fundashi)...o porqué?!" El rubio bajó su rostro triste, su torpeza le había echo perder una oportunidad enorme. -...será para la próxima...si es que hay una próxima...- susurró pasa si mismo, yendo a la cafetería del lugar para buscar a Ishtar y ahogar sus penas con una tacita de café.

No fue difícil encontrarlo, nadie de ahí tenía un cabello tan perfectamente blanco como el chico alto y guapo que bebía su café con movimientos excesivamente elegantes, aunque tal vez sus movimientos eran así porque sus brazos eran largos...sea lo que sea era una maravilla verlo.

Ishtar subió la vista y la posó en el chico cuando este se acercó a la mesa en donde estaba. -¿...y que tal? ¿Compraste lo que necesitabas?- preguntó el espíritu mientras acercaba la taza de (ahora que estaba cerca lo veía mejor) capuchino.

Oliver levantó la bolsa de compras con cero entusiasmo, jaló una silla y se sentó de forma brusca en ella, depositando la bolsa en la mesa y recargando su barbilla en ella. -...romperé la dieta...- susurró cuando una de las meseras se acercó a atenderle. -deme un capuchino bien cargado con dulce de leche y crema batida encima, un helado de chocolate con...nuez o cacahuate o que se yo encima...- pidió, levantando el brazo y haciendo movimientos de estar espolvoreando un helado imaginario. -...y pónganle una cereza arriba...y también quiero un pastel (la rebanada más grande que tengan) de chocolate con mucha crema y jarabe de chocolate, con trocitos de chocolate también...y si se puede que este relleno de chocolate...y una cereza también...una cereza cubierta de chocolate, y quiero algo grasoso como unas donas o unos plátanos fritos cubiertos con chocolate...- Ishtar levantó la ceja ante tales peticiones, preguntándole con la mirada algo como "¿todo eso te vas a comer...?"

El mayor recargó su barbilla en la palma de su mano y miró al rubio con una sonrisa burlona cuando la mesera se retiró con tremendo encargo. -¿para que te comerás todo eso? ¿No sería mejor meterlos en las caderas...?

-...cállate...- siseó Oliver sin muchas ganas. -...hoy vi a Robert...-

-¿y te acercaste a coquetearle o caminaste frente a él como si estuvieras en una pasarela de Miami?-

-...ni uno ni otro...- susurró el rubio antes de golpear la mesa con sus palmas y mirar a Ishtar con los ojos llorosos. -¡me choque con un tipo raro que me miró como si yo fuera la última coca-cola en el desierto...osea, se que estoy bien bueno...¡pero que tampoco se pasen!-

-uhm...- Ishtar miró a Oliver con cara de "...a mira que bien..." mientras le daba un sorbo a su café.

-¿...y ya? ¿No dirás nada...?- Oliver esperaba unas pequeñas palabras de consuelo, pero en su lugar sólo hubo una mirada de "me vale un cacahuate" y el sonido del líquido siendo sorbido.

Ishtar retiró levemente la taza y susurró. -...estoy tomando capuchino...- diciendo esto volvió a sorber.

-eres un...- no logró completar el insulto pues la mesera intercedió con un glorioso capuchino, un gran tazón de helado de chocolate, la rebanada de pastel más grande que había en el establecimiento y un paquete de donas con jarabe de chocolate. -...llegando a casa me desquitaré...- siseó, entrecerrando sus enormes ojos azules.

Ishtar sonrió con burla, sorbiendo su taza nuevamente, viendo como el rubio se abalanzaba sobre su helado para devorarlo en un dos por tres.


***


El camino de vuelta fue más tranquilo, sin contar que Nayan no había dejado de regañar a Oliver por su tardanza en el centro comercial; el rubio no paró de disculparse con el mayor, sintiendo su cuerpo más pesado a causa de la grasa que había consumido.

-...no vuelvo a comer así jamás...- susurró depresivo. -...siento que subí 100 kilos...-

-hehe...- Ishtar asomó su cabecita del bolso de Oliver y le miró con sus ojos gatunos. -eso es imposible, tienes primero que comer el triple de lo que pediste en el café y comerlo todos los días...¿eso que tienes en la cara es un grano?-

-¡¡¿DÓNDE?!!- Oliver dio un salto sobre su asiento y se agarró la cara con desesperación. -¡¡¡NAYAN, DETENTE EN LA FARMACIA!!! ¡¡¡NECESITO COMPRAR ASEPSIA!!!-

El gato ronroneó con inocencia e inclinó la cabeza levemente-...era broma...- dijo con una especie de sonrisa.

Oliver se giró hacia el gato y le miró con furia. -¡¡¿Qué te pasa?!! ¡¡¡Te voy a vender a un restaurante chino!!!-

-¿Oliver, está todo bien?- la voz de Nayan irrumpió el asesinato gatuno de parte de Oliver justo a tiempo.

-...todo bien...- susurró Oliver, cruzando sus brazos sobre su pecho y formando un puchero en sus labios. -...pero en la casa vas a ver hijo de tu gata madre...- susurró con molestia.

Nayan estacionó el auto frente a la casa/mansión/castillo típica de un protagonista de serie y Oliver se bajó de un salto con la bolsa de comprasen sus brazos, se despidió de Nayan y corrió dentro de la casa/mansión/castillo (?), cruzó la enorme sala y se asomó al comedor, encontrando a su hermosa madre tomando una taza de té.

La mujer levantó la mirada de su libros de leyes y sonrió gustosa al ver a su pequeño. -Oliver, bebé, ¿a dónde fuiste?- preguntó ella, retirando los lentes que descansaban en su nariz.

-de compras.- contestó el niño, apretando aún más el agarre de su bolsa. Se acercó a su madre para darle un beso en su suave mejilla, el perfume de ella le llamaba mucho la atención, era suave y dulce. -Llegaste temprano.-

La mujer acarició el puente de su nariz. -la reunión terminó más rápido de lo previsto, además tu padre vendrá hoy con unos socios, tengo que estar bonita para recibirlos.

-¿más?- el rubio recargó la cabeza en el pecho de la mujer para aspirar aún más el aroma, ¡cielos! Era hipnotizante, la mamá de Olivia siempre olía a detergente y aceite de cocina, pero esta mujer parecía que se bañaba en aguas de colonia o que sudaba perfume pues el aroma nunca desaparecía.

-jajaja...- la mujer rió con suavidad. -vamos, has tus cosas en tu habitación mientras yo continuo con mi trabajo, hay que estar listos antes de las siete.-

-si mamá...- Oliver se levantó del pecho de su madre y corrió a su habitación, dejando que la bella mujer volviera a su lectura. La primera semana que pasó dentro de ese cuerpo se dedicó a investigar sobre la vida que rodeaba a Oliver, enterándose de cosas sumamente importantes.

Oliver Griffin, quince años, hijo único del multimillonario político alemán Brooke Griffin y la exitosa abogada canadiense Leticia Griffin y heredero legítimo de la mundialmente famosa empresa tecnológica Griffin; tiene a su nombre dos de los más grandes centros comerciales de la ciudad, los tres cines del lugar, una pequeña isla y un aeropuerto y todos los ingresos que se hacen ahí (más lo que sus padres le tienen que dar) va a parar al bolsillo de Oliver. Su cumpleaños es el 3 de mayo y por esas fechas suelen hacer una fiesta (que dura como tres días) en la isla privada de la familia. Tiene su propio diseñador de ropa y a participado en películas y desfiles de moda desde los tres años...(bendito sea Wikipedia que ayudó a Olivia a enriquecerse de tan valiosa información), prácticamente este niño se bañaba en dinero mientras que para Olivia el que su madre le diera un billete de 50 pesos para el receso ya era una maravilla.

Entró a su habitación (que era casi tan grande que su antigua casa) y lanzó su bolso a la cama sin darse cuenta que ahí estaba el gato; ante semejante impulso el animalito salió volando, cayendo sobre el colchón completamente erizado.

-¡¿qué pretendes, asesinarme?!- chillo Ishtar.

-¡calleseme el hocico!- grito Oliver mientras se lanzaba sobre la cama con la compra en brazos, vació el contenido de esta sobre la colcha ante la atenta mirada del gato, los múltiples juguetes sexuales y la lencería quedó a la vista de ambos al fin, provocando en Oliver un estremecimiento.

-...mira Ishtar...es glorioso...- susurró embelesado. El susodicho hubiera levantado la ceja si pudiera ante el comportamiento del chico, pero mejor opto por darse la vuelta e irse de ahí a vagar como el buen gato que era, pero un fuerte jalón en su pellejo fue suficiente para darse cuenta que la venganza de Oliver estaba a punto de caer sobre el. -¿...a dónde crees que vas?- Ishtar podía sentir el aura maquiavélica que envolvía a Oliver antes de que este lo lanzara contra los cojines -quédate ahí, iré a cambiarme...cuando regrese quiero verte como un puto ser humano...¿entendiste?- siseo Oliver antes de tomar el conjunto blanco e ir con el al baño, cerrando la puerta de un portazo.

Oliver se encerró con pestillo y extendió la ligera ropa entre sus manos, encontrándola mucho más hermosa que cuando la vio por primera vez. Se paseó con la lencería por el baño antes de llegar junto al sofá, depositándola ahí; comenzó a quitarse la ropa, lanzándola lejos, se deshizo de los zapatos y los calcetines, dejando su cuerpo totalmente desnudo.

-uhm...veamos...esto se pone así...- comenzó a vestirse con las delicadas prendas, viendo su reflejo en el gran espejo y comprobando lo endemoniadamente erótico que se veía. -...dios...que sexy...- susurró maravillado, haciendo diferentes poses frente al espejo,luciendo su pequeño y redondo trasero visible bajo la corta bata de encaje. -¡me encanta!- el chico corrió hacia el sofá y tomó las largas mallas que hacían juego con la lencería, las acomodó en sus largas y delgadas piernas con suma elegancia, revolvió sus cabellos para tomar un aura más salvaje y camino hacia la puerta al estar plenamente satisfecho del resultado.

-Ishtar, ¿ya estas listo?- preguntó mientras asomaba su cabeza, viendo al gato...o bueno, al humano (?) tendido en la cama con cara de no saber que estaba haciendo ahí.

-...no...- fue la seca contestación del mayor.

Oliver rió por lo gracioso que encontró a tal escena, abrió la puerta completamente y salió, mostrando ante el mayor su atrevida ropa. -¿qué tal, cómo me queda?- preguntó mientras se acercaba a la cama con paso sigiloso.

-...- Ishtar no dijo nada, simplemente se dedicó a admirar al menor sin cambiar en ningún momento su gesto de aburrimiento. -te ves bien...-

-¿eh...? ¿Sólo eso?- Oliver subió a la cama y gateo hacia Ishtar, se posicionó sobre él y le tomó de los hombros, tumbándolo sobre la cama completamente. -te dije que me desquitaría contigo en la casa...- susurró mientras una sonrisa traviesa pintaba su redonda carita.

Ishtar levantó la ceja como diciendo "¿qué más quieres que te diga? Eres sexy, ni siquiera tengo que decirlo para que te des cuenta..." Al final suspiró pesado, Oliver le había dicho que quería experimentar con él, si no se rehusaba terminarían rápido y podría irse a vagar por la casa.

-...ahh...esta bien...- Oliver abrió los ojos sorprendido al escuchar a su compañero. -...vamos a hacerlo...- El rubio se quedó de una pieza al escuchar eso, creyó que Ishtar protestaría como nunca, incluso ya tenía preparadas unas cuantas amenazas para obligarle pero al parecer no serán necesarias. -¿...bueno...por dónde quieres empezar?- preguntó el albino, viendo atento como Oliver soltaba sus hombros y se incorporaba.

-...pues... no se, no creí llegar tan lejos...- susurró el menor, aún fuera de sus casillas.

Ishtar rodó los ojos ante eso. -¿enserio...?- susurró. -...pues ¿que se le va a hacer?- el albino tomó las piernas del chico y se levantó de un salto, tumbando al menor en la cama. Oliver pegó un suave grito ante el intercambio de posiciones, se aferró a las sábanas y espero impaciente los movimientos del mayor. -vamos a empezar con la piel...-

-¿l-la piel...?- preguntó Oliver en un susurró entrecortado, procesando con lentitud las palabras de Ishtar.

-si, la piel, ten en cuenta que la piel del hombre es diferente a la de la mujer.- explicó Ishtar mientras tomaba la pierna del menor y la levantaba con suavidad, dándole pequeñas caricias al carnoso y sonrosado muslo. -la piel femenina es tersa, delicada y sensible, la de los hombres en cambio es más rugosa y dura...pero al parecer esta es la excepción.-

Oliver cerró los ojos y echó hacia atrás su cabeza, sintiendo un cosquilleo extraño recorrer su cuerpo gracias a los expertos toqueteos del mayor. -...se siente...raro...- susurró con la voz ligeramente temblorosa.

-es normal, nunca la habían tocado antes.- explicó el mayor sin apartar la vista del rubio, le parecía curiosa las reacciones de Oliver, en un hombre es más complicado estimular la piel, pero con este niño bastaron sólo un par de caricias para despertar sus sentidos completamente. Levantó más la pierna del menor y la acomodó en su hombro, giró el rostro para besar la suave piel antes de sacar la lengua y darle pequeñas lamidas; Oliver reaccionó tal y como él esperaba, arqueó suavemente la espalda y reprimió un jadeo mientras múltiples espasmos se liberaban en su cuerpo.

Comenzó a bajar por la piel del chico lentamente, posicionandose entre ambas piernas, del muslo llegó al vientre, atrapando la piel de ahí con sus labios. -¡n-no...Ishtar!- jadeó Oliver con fuerza, aferrando los cabellos del mayor y jalandolos para evitar que este siguiera avanzando.

-¡auch!- Ishtar levantó la cabeza ante el tremendo jalón de cabello, miró a Oliver con la ceja levantada y reclamo. -¿pero que te pasa? ¿Es que ya no quieres hacer esto?-

-...- Oliver bajó la mirada hacia el albino y lanzó un delicado suspiro. -v-vas muy rápido...- susurró con las mejillas teñidas de rojo.

-lo siento...- se disculpó Ishtar. Tal vez si había apresurado sus movimientos un poco, pero había algo en el cuerpo del chico que no le cuadraba, provocándole unos deseos por descubrir la pieza que desencajaba.

Incorporó su cuerpo, viendo a Oliver desde un mejor ángulo, el niño ya le había reclamado de que iba muy rápido, pero necesitaba descubrir más a fondo lo que había cambiado en el rubio, así que, sin pensarlo mucho, tomó la botella de lubricante que se encontraba junto a los demás juguetes sexuales y la abrió mientras tomaba las caderas de Oliver y las suspendía.

-¡¡¿AHHH, PERO QUE HACES?!!- chillo Oliver ante las peligrosas acciones del mayor. -¡¡¡YA TE DIJE QUE ROBERT SERÁ EL PRIMERO EN HACELO!!!- el rubio comenzó a retorcerse para que el mayor se detuviera, pero fue imposible.

Ishtar echó lubricante en sus dedos y la esparció bien por ellos. -relajate, sólo será una revisión médica.- dijo para tranquilizar al nervioso chico.

-¿ahora resulta que eres me...?- sus palabras se cortaron de golpe con la primera intromisión. -¡¡¡KI HIJOEPUTA!!!- chillo mientras una fuerte sacudida le hizo retorcerse en la cama. -¡¡¡SÁCALO WE SÁCALO!!!-

Ishtar ignoró los gritos y patadas de Oliver para introducir el segundo dedo, se sentía increíblemente suave y acolchonado, movió sus dedos dentro de este, sintiendo la dureza de sus paredes que se contraían cada vez más.

Oliver apretó los músculos de todo su cuerpo y lanzó un fuerte jadeo, sorprendiendose en el acto, ¿que era esto? ¿Porqué se sentía tan caliente con esta simple acción?

-los mangas y las series de anime yaoi tienen cierta mentira y cierta verdad...- dijo Ishtar sin dejar de torcer sus dedos. -el punto G de los hombres no se encuentra hasta el fondo como lo suelen representar, simplemente esta aquí, en el nacimiento interno del miembro.- al pronunciar eso el mayor torció con más fuerza la zona mencionada, provocando un chillido de parte de Oliver. -...ahí mismo.-

El rubio no aguanto más y se cubrió la boca, Dios, ¿eso se sentía tener sexo con el cuerpo de un hombre? ¿Tan placentero podía llegar a ser o era simplemente el increíble conocimiento de Ishtar sobre esos temas lo que le hacia volverse loco? No quiso sabe más, tampoco le apetecía hacer más preguntas, dejo caer su cabeza y se dedicó a gemir con su erótica voz de pre adolescente, entreabriendo los ojos y viendo por el espejo el reflejo de un chico rubio semi desnudo abierto de piernas y siendo estimulado por un joven aparentemente mayor que él. "Oh Dios, oh Dios, ¡Oh Dios! Esto es yaoi en vivo y en directo...no...mucho mejor...¡¡¡Esto es shotacon en vivo y en directo!!!" Gritaba su mente.

Después de un bien rato estimulando Ishtar sacó sus dedos del interior de Oliver, notando con gran asombro un líquido transparente escurriendo en parte de su mano, la examino detalladamente, no era lubricante, el lubricante no es pegajoso como esto. Su vista se clavó en la dilatada entrada del rubio, estaba húmeda, demasiado húmeda de ese líquido. -...esto es...- tomó la cadera de Oliver e insertó sus dedos nuevamente, chocando con una zona suave y caliente. -...oh vaya, un útero.- dijo con asombro, así que eso era lo que no encajaba.

Oliver abrió grandemente los ojos ante lo dicho por Ishtar. -¿...un que?- susurró en un hilo de voz.

El mayor volvió a retirar los dedos y se levantó de la cama, tomando una pequeña toalla y limpiando su mano. -un útero, y este líquido de aquí es lubricación.- dijo como si estuviera diciendo lo más normal del mundo. -puedes quedar embarazado.-

-....¡¡¡EHHHHHHHH!!!-


OoooOoooO

 

La fiesta que se celebraba en la mansión Griffin era elegante y siempre había diversión de por medio, joyas, lujos, platillos de miles de dólares, vino y cubiertos de plata, cualquiera podría sentirse en el paraíso con un ambiente así, cualquiera menos Oliver. El chico rubio se encontraba en una esquina del salón con el rostro en shock, sosteniendo un vaso de sidra lleno, lanzándose un épico maniqui challenge en pleno festejo.

"-No puedo creerlo...embarazado...¡¡¡EMBARAZADO!!!"- gritaba mentalmente. "-¡No quiero tener hijos! No quiero embarazarme también...¡¡a mi no me gusta el mpreg!! ¡Ah! Pero bien que quiero que mis shipps gay se casen y tengan hijos como conejos aun cuando para ellos es físicamente imposible a parte que no son cannon..."-

Oliver recargó su cuerpo en la pared y suspiró. ¿Qué podría hacer ahora? Con un útero ahí dentro podía quedar embarazado de Robert y todo se iría al ca...oye...espera...si se embaraza de Robert, ¡él tendrá que casarse con él si o si! Su rostro se ilumino de forma maquiavélica, si, que gran plan, brillante plan...así Robert sería suyo y de nadie más...¡de nadie!

-Disculpa...-

Una voz masculina le hizo girarse con gran brusquedad, abriendo los ojos de forma anormal y observando como desquiciado al joven azabache que se encontraba junto a él. -¡¡¿Qué?!!-

El apuesto joven sonrió con cierta vergüenza al ver como se había crispado el hermoso rubio, se veía tan adorable así, vestido de gala y con sus cabellos rubios bien peinados, era tan hermoso como un querubín y tan puro y frágil como los pétalos de una rosa. (o al menos así lo veía él)

-Soy Víctor Alek, nos conocimos en el centro comercial.- dijo el azabache mientras rascaba su mejilla.

Oliver lo miró a los ojos con sorpresa, no esperaba verlo en su casa. -hola...- susurró. "¿Y este que hace aquí?"

Víctor sonrió con ternura, su querubín se veía confundido y asustado (o al menos así lo veía él :v), el azabache tomó con sumo cuidado la manita de Oliver y la beso. -no temas pequeño, estoy aquí porque nuestros padres son socios.- explicó. -usted y yo estudiaremos en el mismo colegio, nuestras clases comienzan la semana entrante, le prometo que estará seguro conmigo...yo me asegurare que nadie le moleste.-

-...ah...- el pequeño rubio se quedó de una sola pieza, el colegio del que hablaba Víctor era la mejor de las mejores, con maestros de todas partes del mundo e hijos de empresarios y presidentes, e inclusive ahí estudia un príncipe inglés. Pero Robert estudiaba en la preparatoria abierta de la calle azucenas a un lado del mercado.

El rubio sintió como miles de vidrios exploraban cerca de sus oídos. Ay no, ay no, ay no... No quería quedarse con ese chico, quería a Robert, a nadie más que a Robert...

-...ah...-

 

 

 


Continuará...

 

Notas finales:

Gracias por el tiempo que le toma a usted leer esta historia, Panda Teme les desea un feliz año nuevo.

•~The End~•


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