Una mañana de otoño, un doncel de cabellera verde azabache, de ojos negros, con algunos toques de verde, tez morenita y pecas en sus pómulos, salía a caminar con su caperuza verde, puede que estén en otoño, pero aún así hacía frío. E iba a ir a la casa de su abuelo, Toshinori Yagi, la cual quedaba algo lejos.
Su madre le había advertido que un lobo malo rondaba por los lares del lugar, y que tuviera cuidado con él. Y como el es alguien muy obediente, le hace caso. No quería meterse en problemas y que tuvieran que rescatarlo, no quería ser nunca más débil e inútil.
Mientras caminaba, miraba alrededor, viendo como algunos conejos se metían a sus madrigueras, y veía a los pájaros salir volando de la dirección a la que se dirigía. No le dio mucha importancia, y siguió su camino.
Luego de un rato, se encontró con dos desviaciones. Y por una de ellas, venía un chico de cabellera rubia pálida, ojos rojos, cola y orejas de lobo en suparte de atrás y cabeza respectivamente, y un humor de lobos. Vale, mal chiste. Sigamos con el one-shot.
El chico lobo se venía quejando de algo de que los conejos se iban rápidamente, que tiempo de mierda, y diciendo muchas palabras malas que corromperían sumente, como puto, perra... Mejor ignoraba esas palabras y seguía su camino... Aun que no sabe hacia cual dirección ir, si hacia la izquierda, o derecha.
El ojicarmín no le había visto, hasta que de pronto, cayó encima del peliverde.
-¡Oye, maldito Deku! ¡Fijate por don-!.- No pudo terminar de hablar, ya que quedó impactado de la apariencia del peliverde. A sus ojos, se veía apetecible.
-¿Huh...?¡U-UGH! L-Lo siento, no fue mi intención, n-no vi por don-donde iba, t-tendré más cuidado, d-de nuevo, l-lo siento.- Se disculpaba nervioso, ¡era el lobo del que su madre le había hablado!. Mejor tenía cuidado con él.
-¿Qué haces aquí?.- Le preguntó,'amablemente', mientras le ofrecía su mano para levantarse, después de que se haya parado.
Y el peliverde, la cogió, y tomó impulso para levantarse, y al ya estar ya levantado, le respondió:
-V-Voy a la casa de m-mi abuelo... Y, eh... Me he perdido...- Decía algo menos nervioso, mientras se rascaba la nuca, a pesar de no poder tocarla ya que la caperuza le tapaba toda la cabeza, hasta los tobillos, ya que le queda grande, por no decir enorme.
-Oh, ¿el viejo Yagi? Te llevaré yo.- Le dijo mientras le arrastraba, arrastrándole por el camino contrario al que llevaba a la casa de su abuelo, pero no lo notó.
-¡O-Oh! G-Gracias...- Le dijo, algo sonrojado y apenado, mientras intentaba seguir el paso del lobo. 'No es tan malo como me dijo mamá.'. -Ehm, por cierto... ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Midoriya Izuku.- Le preguntó y a la vez le hizo saber el peliverde.
-Para mí eres Deku. Y me llamo Bakugou Katsuki.- Le contestó.
-H-Hey...No me llames Deku.- Le dijo con un pequeño puchero, que sin saber hacía que el lobo casi le violara ahí. -Entonces... Te llamaré Kacchan.- Le dijo el pelliverde al ojicarmín.
-Haz lo que quieras.- Le contestó algo apenado por el apodo que le puso, pero sin hacerlo notar.
Unos minutos después, llegaron a una casona, por la cual entró el pelirrubio por la que parecía ser la... ¿Ventana?.
-Ehh... ¿Entramos por la ventana?.- Le preguntó intrigado.
-Sí. No tengo puerta.- Le contestó.
-Ahh...Espera, ibamos a la casa d-...-No pudo terminar de hablar, porque algo suave se estampó bruscamente contra sus labios, haciéndole sonrojar, y callar. Y torpemente, corresponder.
El ojicarmín, internamente sonreía, ya que le correspondió el beso. Lentamente, pasó sus brazos debajo de su caperuza, haciéndola caer al suelo de la casa, mientras le llevaba torpemente a la cama, estrellándose con algunos muebles de vez en cuando. Cuando llegó a la habitación, suavemente y algo brusco tiró al ojinegro a la cama.
-Ka-Kacchan...¿Q-Qué ha-haces?.- Intentaba hablar el ojinegro, para detenerle, pero por dentro estaba disfrutándolo, aun que intentaba no mostrarlo, era algo difícil no gemir de placer por las caricias y besos que le daba el pelirrubio a su cuerpo.
-Cállate...Y disfruta.- Le decía el ojicarmín, haciéndole callar alguna queja, mientras disfrutaba escuchar los gemidos que daba SUDeku.
Lentamente, le quitó la ropa superior al ojinegro, mientras que su cola, la cuál controlaba, paseaba por los pantalones del peliverde, jugueteando con su miembro excitado por encima de la ropa, la cual aplastaba el mencionado miembro, torturándole.
Luego de quitarle la ropa superior, bajó sus manos hacia el pantalón, mientras quitaba la cremallera, daba algunos gruñidos, ya que el peliverde, pasó su mano por su miembro excitado.
Le quitó los pantalones, besando al peliverde, acallando sus gemidos entre sus labios, mientras bajaba sus calzoncillos, los cuales, tiró hacia algún lado de la habitación, al igual que toda la ropa del peliverde.
Se separó lentamente, mientras se quitaba la ropa, quedando en igual condiciones que el ojinegro, admirándole el cuerpo del susodicho, el cual estaba sonrojado a más no poder, con una mirada lujuriosa y con amor impregnada, y sus labios, algo hinchados y rojos por todos los besos que le daba el ojicarmín.
-Eres hermoso.- Lesusurró el pelirrubio al peliverde, que estaba muy sonrojado, y tratando de enfocar su vista, ya que con todo el placer que le daba, algunas lágrimas saladas salieron de sus ojos, y éstas fueron quitadas por las manos del ojicarmín, el cual lamía el lóbulo derecho del ojinegro luego de decir las palabras de antes.
Lentamente, llevó tres de sus dedos a la boca del peliverde, que algo confundido, solo los lamió en su cavidad bucal, haciéndolo ver muy sensual, a los ojos del pelirrubio.
Luego de que los lamió, al estar seguro de que estaban bien lubricados, los sacó de la cavidad bucal del ojinegro, mientras le susurraba al oído. -Esto te puede doler... Pero, aguanta.- Y después de decir éso, lamió sensualmente el lóbulo del oído del ojinegro.
Éste, asintió, mientras esperaba que esos dedos entraran por su entrada. Y éstos, al instante lo hicieron.
Le dolía, le dolía y mucho, pero aguantaría por Kacchan. Porque le amaba. A pesar de recién haberse conocido, le amaba.
Luego de que la entrada estuviera lo suficientemente ancha para poder meter su miembro, el cual le dolía por las punzadas que le daba el ver a su Deku así de apetecible y sensual, se posicionó, y cuando creyó que ya estaba bien, se metió, lentamente, intentado no herir a su Deku.
Le dolía, le ardía la entrada, y sabía que no podría caminar ni sentarse por unas horas, o días, pero lo haría por Kacchan.
Gimió algunas veces de dolor, pero cuando el dolor se convirtió en placer, movió sus caderas en busca de más contacto con el miembro del ojicarmín, el cual, lentamente salió de su entrada, para luego volver a entrar lentamente.
-M-Más...K-Kacchan.-Le pedía el ojinegro al pelirrubio, el cual, gustoso lo hizo más rápido y brusco que antes, dándole placer a ambos.
Estaban a punto de llegar al clímax, un par de embestidas más, y se corrieron a la misma vez.
Jadeaban cansados de tanta acción, para luego el ojinegro decir lo siguiente, antes de caer rendido en los brazos de Kacchan, por el cansancio. -Te amo, Kacchan.- Y se durmió.
El ojicarmín, a pesar de que su Deku esté dormido, también le dijo -Yo también, Deku.- Para luego caer rendido al sueño, aún dentro del ojinegro.
Al amanecer, el primero en despertar, fue el chico lobo, el cual al ver a su Deku a su lado, tan tranquilo durmiendo, sonrió, mientras recordaba los sucesos de la tarde anterior. Y ahora que lo pensaba, Izuku es un doncel... Y no usaron protección... Bueno, al parecer el bosque se llenará de niños con oreja y cola de lobo. No le dio importancia, después de todo, a la primera vez no podría embarazarse, ¿no?.
~Un mes y medio después~
El ojinegro ya se había mudado con Kacchan, claro que agregó una puerta a la casa. No entraría por la ventana de nuevo, la última vez casi se mata al intentar salir. 'Ventana infernal', pensó.
Últimamente, tenía mareos y vómitos, claro, que el ojicarmín no se daba cuenta ya que lo hacia a escondidas, pero aún así... Y ahora que lo pensaba, eran los mismo síntomas que tuvo su madre al embarazarse, así que por si a caso, fue al doctor. Y éste, confirmo sus sospechas. Estaba embarazado.
Al llegar a la casa, Kacchan ya estaba dentro, esperando al ojinegro. Y estaba a punto de preguntarle donde estuvo, pero el peliverde le interrumpió.
-Kacchan...Estoy embarazado.- Y soltó la bomba.
Katsuki se había desmayado, pensando: 'A la próxima vez uso protección.'.
Y nueve meses después, nuestro querido peliverde tuvo 2 gemelos, una niña y un niño. La niña se llamó Ai, y el niño Tetsuya.