Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Bucky por JoanaCEGarcia

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Unico capitulo :3 espero les guste

Mi cabeza dolía al igual que mi cuerpo.

Hemos tenido mucho trabajo al eliminar las amenazas que se nos han presentado, pero como cada día, he tratado de dar lo mejor de mí para que los demás estén a salvo, pero también, para mantener a alguien a salvo, mi compañero, mi mejor amigo, mi pareja, Mi Bucky.

Recordar cada momento con él me llevaría la vida entera, la cual, estoy dispuesto a pasarla a su lado, cosechando experiencias y nuevas formas de amarnos, a pesar de los años, a pesar de todo lo oscuro de nuestras vidas, le amaré hasta que mi corazón deje de latir y estoy seguro que hasta después de dejar esta vida, lucharé por encontrarme de nuevo con él. Ya lo perdí dos veces, no lo volveré a perder más. Así tenga que enfrentarme a los que llegué a creer mis amigos, así tenga que enfrentar al mundo entero yo solo, lo haré, lo haré sin pensar, sin medir las consecuencias de is actos, lo haría una y mil veces, porque…. Siempre lo elegiré a él.

Él y solo él ha logrado que mi corazón de viejo logre saltar de gozo como una adolescente loca, su bella sonrisa enamorarme cada día más, su hermosa voz lograr calmar mis miedos, y sé que soy importante para él, me lo ha demostrado en las largas noches en que pequeños flashes de sus oscuros años le atormentan y se levanta de nuestro lecho para alejarse lo más posible de mí, con un miedo visible en sus ojos, el miedo a lastimarme.

Pero a pesar de que sé lo fuerte que es, también sé que es el hombre más noble y bello de todo el mundo. Sé que aunque mucha gente le diga monstruo injustamente, estaré ahí para él, sé que después de todos los males de esta injusta vida, estaremos juntos, solo nosotros dos, amándonos y apoyándonos como solía ser.

No niego que tengo miedo, un gran, latente y oscuro miedo.

Miedo a perder a mi luz en el camino, mi pequeño pedazo de cielo, Mi Bucky, mi compañero en estos largos caminos espinosos de la vida. A veces siento que el merece más, es tan noble y dulce que me duele pensar que alguien como yo no sea suficiente para él.

Pero de solo pensar que otras manos tocaran las suyas, otros labios besaran esa carnosa y delicada boca, que otro cuerpo respirara su exquisito aroma, no puedo, mi cólera aumenta como una explosión volcánica de una montaña dormida por miles de años, fuerte e infrenable.

Y me siento sucio de quererlo con este amor tan egoísta, siendo capaz de evitar a toda costa que alguien más vea lo hermoso y bueno que es él, tengo miedo, que un día él despierte y en su mirada ya no vea ese brillo especial que solo ha tenido para mí, pero más miedo me da que a mi lado sea infeliz, porque a pesar de amarlo como loco, a pesar de quererlo para mí solo, nada me destrozaría más que ver en su lindo rostro una sien cargada de amargura y rigidez, no podría cargar con ese peso en mis hombros.

No, prefiero mil veces morir a causarle semejante dolor a él, a la única persona que podré amar, a quien me ha hecho egoísta por su amor, a quien cada mañana me sonríe con un “buenos días bello” y que tengo en mi memoria grabada todos y cada uno de sus detalles, como que no le gusta bañarse con agua fría, como que su café es con dos de azúcar y una de leche, tibio, por supuesto. Que ama las galletas oreo, pero le quita la crema ya que insiste que la mejor parte es para mí, dándomela, comenzando así una pelea por quien se la comerá, para terminar besándonos sobre la mesa, sin ninguna prisa, quitarnos la ropa, tan delicado que cada sensación es tan única y diferente como la anterior, finalmente quedar desnudos en cuerpo y alma para el otro, admirando, por mi parte la perfecta unión de la piel con el metal de su brazo izquierdo que sin pensarlo beso delicadamente mientras el acaricia mi corto cabello, pasando sus manos desde la nuca hasta mis caderas, las cuales acaricia con el mayor amor que otra persona me ha profesado en su vida.

Uno de los mayores placeres que en mi vida he sentido cuando él me toma como suyo, marcándome como su propiedad, y es que así me siento.

Ser únicamente de él, nací para ser de él, para ser su hombre, para sentir como nos uníamos en un acto de amor puro y delicado, que con el paso del tiempo fue naciendo y fortaleciéndose, una gran unión, que solo puede ser rota si alguna de las partes así lo quiere, pero no dejare que eso pasé, soy tan suyo como él es mío, cada marca en su cuerpo es la prueba de ello.

Recuerdo la primera vez que hicimos el amor, Dios, había hecho el amor con mi mejor amigo, ¡Con mi mejor amigo! No estaba tan seguro de cómo hacerlo, solo estaba seguro de una cosa, quería ser suyo, completa y únicamente suyo, darle mi virginidad, sentirme un hombre entre sus brazos y valla que me sentí inmensamente feliz al estar con él. Uniéndonos lentamente en aquella cabaña donde nos quedábamos mientras decidían que golpe dar contra la Alemania Nazi, solo nosotros, nuestro amor y nuestra inexperiencia.

 73 años han pasado desde ese perfecto y magnifico día, pero así como ese día perfecto y hermoso ocurrió, aquel fatídico día llego para destrozarme totalmente, aquel, en que vi mi vida caerse por aquel tren, aquel momento en que el aire dejo de entrar a mis pilones, aquel momento en que mi corazón dejo de latir como pensé que el tuyo había hecho.

Los siguientes dos años fueron un enorme martirio, despertar cada día y no poder verte a mi lado durmiendo robándome toda la sabana, no poder ver tus hermosos ojos al reírse cuando Dugan decía una anécdota de su amada Francia, o ver tus bella sonrisa al mirar al estrellas juntos como dos enamorados, luego lo del beso de Peggy me sentía la bestia más grande al dejar que ella profanara el santuario de tus besos, una enorme rabia sentía, pero todo cambio en un abrir y cerrarlos los ojos, al cerrarlos deseaba con todas mis fuerzas que al abrirlos pudiera estar a tu lado mi amor, caminar juntos en el cielo, donde nadie nos impediría amarnos sin medida y sin límite de tiempo, pero gran decepción fue la mía, al abrir los ojos y no poder verte ahí mi amor.

No, vi una sala de hospital que después entendería que era un teatro, no había muerto, habían pasado casi 70 años desde que te fuiste de mi vida, desde que no pude salvarte, trate de hacer mi vida, pero me era imposible, todo lo que conocía como felicidad se llamaba James Buchanan Barnes, Mi Bucky.

Pasaron los años, cuatro para ser exactos, me empezaba a acostumbrar a este nuevo mundo, pero caminaba por inercia, con el corazón roto, ya no dibujaba, pues mi musa se había ido, ya no cantaba, pues mi público se había marchado, ya no bailaba pues mi maestro se había desvanecido de mi vida.

Hasta que un día, una pequeña luz se coló entre toda esa oscuridad, habías vuelto, pero estabas lastimado, herido, enojado con el mundo, pero sobretodo tenías miedo, miedo de lo desconocido y de tus captores, peleaste contra mí, no recordaba que fueras tan fuerte, pero eso no hizo que yo te lastimara en cambio tú lo hacías para matarme y no te tengo rencor ya que no lo hacías a propósito, aunque a pesar de ese dolor, estaba endemoniadamente feliz, mi razón de vivir había regresado, lamentablemente te volviste a ir, esta vez por 2 años más hasta que te encontré en Bucarest, oh Dios, solo él sabe lo que pasó por mi mente al volverte a ver, quería besarte, abrazarte y jamás soltarte, hacerte mío, pero eso tuvo que esperar, una guerra, una guerra civil, ¿Pero sabes? Estaría dispuesto  afrontar miles de guerras solo por ti amor.

Después mi vida, oh mi vida, te protegí como lo que eres, el tesoro más grande de mi existencia.

No niego que fue difícil el nuevo comienzo, pero por ti, todo valía la pena, todos esos meses juntos, en los que me mirabas como tu hermano, eran los más felices desde que caíste del tren pero también tan agonizantes, tenerte ahí, que me abrazaras, que me contaras lo nuevo que aprendías, pero no poder tocarte, no poder besar tus hermosos labios, no poder decirte lo mucho que yo te amaba cuando te sentías solo.

Hasta que un día de la nada, recuerdo muy bien, que llegaste con unas hermosas flores blancas, decías que eran las flores más bellas que habías visto, diciéndolo cual infante que por primera vez ve sus manos, emocionado y feliz, querías que las oliera, pero caminaste tan rápido hacia mí que no te fijaste en la piedra al frente de tu caminar que terminamos ambos en el suelo, tu sobre mí y yo debajo para que no te lastimaras, recuerdo tus ojos cristalizados al ver las flores que con tanta alegría querías mostrarme y recuerdo también mi corazón lastimado al verte así, sin darme cuenta te tenía abrazando entre mis brazos, una parte de mí se alegró al no ser rechazado, pero otra quería gritar de alegría al sentir tus tímidos labios sobre los míos y que he de decir, me hiciste el hombre más feliz de la vida, al decirme que me querías y que me amabas en silencio.

No resistí y te besé, te besé como lo había deseado desde hace 73 años, tan lento y profundo acostándote sobre la fina hierba, sin importar lo que algún guardia real nos dijera, yo necesitaba tenerte a mi lado, grande fue mi sorpresa que al separarnos por falta de aire aun buscabas mis labios, provocando que mi corazón latiera con más fuerza.

Los siguientes meses fueron cruciales para que te recuperaras y recordaras toda nuestra historia, tenía miedo al pensar que te daría asco el pensar en mí como tu pareja, pero eso se desvaneció un día al pedirme durante tu cena de cumpleaños número 99 que te hiciera el amor, me lo pediste mientras bailábamos bajo la luz de la luna, no pude hacer más que besarte con todo el amor que te tenía y llevarte hasta nuestra recamara que estaba llena de pétalos de rosas y velas blancas, al parecer habías confabulado con Natasha para hacerlo esa noche, pero me alegra.

Te quite la ropa con cuidado, no quería ir muy rápido, después de todo esperar 73 años, no me mataron unos minutos no lo harían.

Verte así, tan bello y sonrojado con los ojos cristalizados y los labios rojo carmín encendieron en mi la necesidad vital de proteger tu bella existencia, besos, caricias, pequeñas miradas de confianza y mucho amor, llevaron a que nuestros cuerpos, anhelantes del otro se unieran en perfecta sincronía a pesar del tiempo, tus manos parecían querer arrancarme la piel, te comprendo, ese nuevo brazo era diferente al tuyo, pero aun así lo amaba ya que era parte de ti mí amor, en cambo las mías temblaban como si estuviera en agua helada, aun no podía creer que estaba pasando, mi gran sueño de tenerte a mi lado estaba cumpliéndose, tomaste la iniciativa de tocar mis zonas erógenas, dios, había olvidado lo bien que me hacías gemir, pero no estaba bien, se supone que es tu regalo, así que comencé a besar y lamer cada pequeña parte que te hacía vibrar, si, aún recuerdo todos los lugares que te hacían llorar de placer y lujuria.

Inevitablemente llego el momento de hacerte mío, estabas decidido a hacerlo y yo a complacerte, no recuerdo cuanto tiempo me quede quieto, pero las sensaciones de estar tan unido a ti, eran alucinantes, como un cálido día de primavera que te hacía suspirar de gozo y amor, eso eres tu mi amor.

Terminamos casi a la par del amanecer, no quería ser muy brusco y mucho menos que te lastimara, después de ese día nuestro lazo se intensifico y eras cada vez más espontaneo, más aniñado, pero también deseabas más de mí, más de mí calor y más de mis caricias que gustoso te di sin pensar ya siempre supe que fuimos hechos el uno para el otro.

Todo tú eres perfecto mi amor y hoy a 10 años de que nuestros caminos se juntaran, me siento inmensamente feliz de poder decir que a pesar de toda la oscuridad, siempre estaremos juntos, aunque no queramos, es el destino y mi destino es ser su Steve y el suyo es ser Mi Bucky.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).