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Érase una vez una amistad no contada por NeSLY

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Notas del capitulo:

Solo disfrutenlo y no me odien por favor (?) :'D

 

ÉRASE UNA VEZ UNA AMISTAD NO CONTADA

Capítulo Único

 

 

¿Y qué si el lugar estaba repleto de gente?

¿Qué más daba que esa enorme mansión, propiedad de la pareja ahora totalmente oficial de Jin, estuviera como el más hermoso de los castillos antes imaginados?

Poco o nada importaba en realidad.

Las personas que pasaban de un lado a otro, las copas entre sus manos y las sonrisas preciosas que posaban entre sus labios, los comentarios burdos y esa gente llena de joyas y pretensiones que descolaban cada vez un poco más a los cuatro muchachos que desde hace más de una hora buscaban el momento para irse de ahí apenas tuvieran la oportunidad.

Porque bueno, valía la pena recalcar que a Jimin definitivamente le agradaba ese tipo de vida, y pues Jin desde que empezó a salir con Jihoon, prácticamente se había a acostumbrado. Jin estaba realmente apuesto, con su sonrisa espontánea y esa elegante risa que salía de vez en cuando en el rato que los invitados hacían cualquier halago que pareciera pertinente, Namjoon desde su lugar solo miraba alejado lo que sucedía a su alrededor. Estar sentado junto a la pileta en ese instante parecía la mejor de las ideas.

Y sus ojos, que no parecen sutiles se deslizan entre las personas, como siempre mucho más atento de los demás, quieto y sin sonreír como no es costumbre, Namjoon prefiere ver los minutos pasar y por eso mira a Jimin, sonriendo con una copa de champagne en la mano, muy cerca de ese muchacho que repentinamente se ha convertido en algo así como su pareja, un poco más alto que Park y agarrando de la cintura cada que puede al menor quien solo ríe y lo besa a ratos. Jimin parece estar lleno de una falsa felicidad que podría convencer a cualquiera menos a él.

Un poco más allá está Yoongi, cerca de la barra de bocaditos, con un vaso de whisky entre los dedos mientras finge comer uno de ellos cada dos minutos; y está es la boda más rompecorazones de todas, porque ya van ocho veces, desde que ha empezado a contar, que la mirada de Yoongi se desliza cuidadosamente hacía el lugar donde se encuentra Jimin, los observa unos segundos, y luego simplemente finge no haber visto nada. Él es así, jamás dirá una sola palabra o demostrará siquiera que aquello le ha afectado.

Pero Taehyung a su lado, quien pretende entablar una conversación cualquiera lo nota a cada instante, y entonces baja la mirada y suspira, el pobre hermano menor de Jin sufre por su amor no correspondido, que no es oficial pero bien conocido, Taehyung hace mucho perdió las esperanzas de intentar algo siquiera, porque Yoongi es de esos sujetos, que aman con intensidad en cualquiera de sus formas. Así que Jimin fue algo así como su primer amor, y Taehyung su hermano no oficial porque no comparten sangre, pero igual de entrañable. Taehyung ya no puede luchar contra eso, ni contra Jimin ni contra él mismo, porque Yoongi nunca cambiara sus sentimientos, ni por él, ni por Jimin.

—¿Acaso aún estás aturdido?

Hoseok se acaba de sentar junto a él, envuelto en ese oscuro traje que lo hace ver mucho más adulto de lo normal y con esa expresión amena que parece contagiar a cualquiera de una buena aura.

—Preferiría no hablar de eso. —La pequeña risa de Hoseok es incluso hasta contagiosa, tristemente Namjoon se rinde y sonríe un poco también—. No puedo creer que haya hecho eso —se lamenta.

—Fueron los impulsos de tu corazón, supongo.

Y Namjoon se agrieta, se encoge y niega una y otra vez.

Las memorias todavía frescas en su cabeza.

...

...

3 horas antes.

Era un poco difícil aún ahora. Con el montón de gente a su alrededor y el juez parloteando sobre un montón de cosas que él a su vez no había siquiera reparado en atender. No importaba, nada de eso importaba cuando la persona que se había aferrado a su corazón ahora estaba dándole la espalda, junto a otro sujeto de estatura envidiable y porte elegante, con sonrisas en sus caras y cruzando miradas a cada instante.

No importaba, porque Jin se estaba casando, y al final de este día su amistad había quedado en retazos de nada.

Taehyung se encontraba cerca de su hermano mayor en la primera fila de asientos, observando a Jin, sonreía con algo parecido a la resignación mientras movía la corbata en su cuello. Jimin estaba detrás de él, Yoongi y Hoseok a su lado. Namjoon se sentía poco más que asfixiado. Movía su cuello, movía su pierna y traqueaba sus dedos.

Y cada tanto, Taehyung lo miraba de soslayo, como si esperara que en realidad hiciera algo.

Pero, ¿qué podía él hacer?

—Y si hay alguien que se oponga a esta unión...

—¡Yo me opongo...! —Oh, malditos impulsos suyos, ni siquiera bien pensados, que ni siquiera valían la pena. Jihoon lo miraba con interrogación pero Jin había alzado sus cejas y abierto mucho sus ojos. Parecía en verdad asustado por lo que pudiera hacer—. Yo... ¡yo me opongo a que alguien se oponga!

Y alzó su dedo índice con un tono bromista que luego de unos segundos de tensión murió en la carcajada de la madre de Taehyung y Jin, pequeños susurros de gracia y otras miradas recelosas se esparcieron sin cuidado y Namjoon quiso morirse en ese instante, que un rayo viniera y partiera ese horrible recuerdo que acababa de crear, y no importaban los suspiros de Yoongi a su izquierda, ni lo confortaban las palmaditas en la espalda de Hoseok a su derecha.

Hacer el ridículo, era lo único que iba a recordar de esa noche.

...

...

—¡Oh, vamos! Apuesto que en unas semanas nadie siquiera se acuerda de eso.

Hoseok intentaba subirle el ánimo. Pero en realidad de mucho no funcionaba, especialmente cuando llegaba algún compañero de Jin a recordarle su frustrante y patético intento de confesión que por supuesto Namjoon desviaba con un montón de bromas y excusas acerca de que solo era una tontería para amenizar el ambiente.

No importaba cuanto fingiera porque al final no podía convencerse así mismo, siendo así, entonces de nada le servía reír y seguir fingiendo lo que quedaba de la noche.

...

...

—¿Y qué tal la están pasando?

Por primera vez Yoongi pareció despegarse de su nube etérea y giró hacía el lugar donde Jin se encontraba, con su radiante sonrisa y su traje más costoso que todos los que él poseía. Taehyung estaba ahí y Yoongi apenas parecía darse cuenta.

—Bien, hyung. Estoy feliz por ti.

—Gracias Tae. —Jin acarició los cabellos del menor y regresó su mirada al otro menor—. ¿Y tú Yoongi? ¿Cómo la estás pasando?

Los ojos de Yoongi se deslizaron disimuladamente hacía Jimin en cuanto lo escuchó reír. Su risa le taladraba los oídos —Bien... —Murmuró con cuidado antes de regresar su mirada y fijarla en los bocaditos, ni siquiera tenía ganas de comer, y beber no parecía ser una opción, no estando Jimin con su dichoso noviecito tan cerca.

—Se llama Yifan. Tengo entendido que es chino o algo así.

—¿El cara de modelo ese? ¿Casi adonis reencarnado? —La burla en las palabras de Taehyung hizo sonreír a Jin y al sentir la mirada resentida de Yoongi el otro solo alzó un poco los hombros—. Es lo que Jimin se la pasa diciendo.

Yoongi solo rodó los ojos y Jin codeó al menor para que dejara de hablar.

—Entonces ¿cuándo piensas ir a recoger tus cosas del departamento?

Para Min era un poco difícil decir aquello. Primero habían sido él y Jimin como mejores amigos viviendo juntos, luego se les habían unido Jin y Namjoon, y cuando el hermano menor de Jin se graduó, pues hubo que hacerle espacio a uno más; todo eso hasta que Taehyung conoció a Hoseok y Jungkook y rogó porque los dejaran quedarse también.

Desde aquello casi cuatro años ya. La vida en Seúl era un poco distinta para todos viniendo de diferentes provincias del país y acostumbrarse a la capital los había convertido en personas demasiado unidas. Aguantando hambre, frio en el invierno, calor extremo en el verano, y acomodándose a la vida del otro como se podía. Jungkook, Jin y Taehyung la tenían un poco más fácil, sus padres les enviaban dinero cada tanto.

Jimin y él tenían que trabajar para conseguir dinero; pero el más difícil de todos era Hoseok, trabajando duro para reunir el dinero suficiente que le permitiera ir a la universidad. Todos sobreviviendo como se podía. Por eso era difícil ahora tener que dejar ir a uno de ellos. Sin Jin con su inteligencia para administrar el dinero a la hora de comprar comida todo iba a ser complicado.

—En estos días... no lo sé. Será extraño.

Jin se removió un poco incómodo. Y Yoongi suspiró, con una sonrisa mientras colocaba una mano sobre los hombros del mayor. —Tú tranquilo, tómate tu tiempo si lo quieres así.

—Gracias, Yoongi.

—Al final nunca me contaste como es que Namjoon tomó lo de tu boda.

Jin rascó un poco su nuca y bajó la mirada. —Eso... bueno...

...

...

2 meses antes

—¿Tú qué?

Jin arremangó un poco más las mangas de su abrigo, y desvió la mirada. El viento del balcón movía el cabello largo de Namjoon y su corazón acelerado lo hacía morderse la lengua. Conocía a Namjoon desde los doce años, su mejor amigo, compañero de aventuras, testigo de las cosas más vergonzosas que solo a él podían pasarle, su mentor de locuras extremas que jamás pensó en hacer. Su más fiel y secreto amor no correspondido.

No importaban las sonrisas efímeras de Namjoon, los segundos que el mayor parecía perderse en su mirada, Jin sabía bien que eran producto de ese amor fraternal que parecía rodearlos desde hace varios años atrás. Vio uno a uno pasar los amores que Namjoon dejó atrás, fue su hombro al momento de llorar las dos únicas veces que le rompieron el corazón. Namjoon no se puede quejar, siempre estuvo ahí para él, fue un amigo ejemplar, y jamás lo molestó con esos sentimientos insignificantes que tanto le asfixiaron por años.

Namjoon jamás se enteró.

Y las pocas parejas que tuvo antes de Jihoon ni siquiera duraron, ni siquiera tuvieron la oportunidad de hacerlo llorar porque jamás las llegó siquiera a querer. Sin embargo Jihoon era diferente a los demás, Jin lo podía sentir, pensando fríamente Jin se veía armando un futuro con él, Jihoon estaba bien, decía amarlo y lo demostraba en cada instante que tenía la oportunidad ¿por qué no intentarlo?

Entonces los meses pasaron, luego llegó el año y Jihoon habló de matrimonio.

Ciertamente el corazón todavía inmaduro de Jin le decía a gritos que no, pero no tenía oportunidades con Namjoon ¿por qué perder su amistad con él? ¿Por qué dejar a un tipo como Jihoon? La voz de la razón habló y Jin tomó una decisión. No iba a encontrar a otro como Jihoon, que no esperara una demostración tras otra de amor para sentirse confiado. Porque Jin no podía mentir tanto así.

Así que ahora estaba ahí, los jugueteos habían terminado. Las palabras de Namjoon cerca de su oído morirían entre los recuerdos, los abrazos y las sonrisas que lo hacían equivocarse pensando que en realidad podía esperar algo más. Debía dejar las fantasías tontas y abrirle la puerta a la realidad de una buena vez por todas. Era hora de crecer.

—Jihoon me pidió que nos casáramos, y yo le dije que sí. —Incluso pasar saliva en ese instante era difícil para él—. Eres... mi mejor amigo, pensé que deberías ser el primero en saberlo.

—Pero... ¿no es muy pronto?

Jin sonrió. —Llevamos un año y tres meses saliendo. A mí me parece el tiempo suficiente.

—Me refiero a tu edad, apenas tienes veintiséis.

Namjoon parecía inquieto, Jin sabía leerlo demasiado bien.

—Sí, pero siento que es la decisión correcta.

—La familia de Jihoon tiene muchísimo dinero, ¿ya te presentó a su familia? ¿Te llevas bien con ellos siquiera?

—Deja de preocuparte Namjoon —Se encontró repentinamente abrazándolo, quizá porque sus expresiones flaquearon y sus ojos quisieron traicionarlo mostrándolo débil e ingenuo— Voy a estar bien, Jihoon es un buen sujeto.

Pasaron varios segundos antes de que Namjoon reaccionara y cerrara el abrazo.

—¿Lo amas?

Jin no le respondió, pero a cambio se permitió estar entre sus abrazos varios segundos más.

Estaba un poco asustado, lleno de dudas, pero como siempre Namjoon logró calmar todo a su alrededor tan solo con abrazarlo durante dos minutos más.

Jihoon luce como uno de esos príncipes sacados de esos cuentos rosas y cursis, ¿cómo pudo llegar de la nada y quitarme a mi mejor amigo así de fácil?

Ese día, Jin tan solo sonrió.

...

...

—Estuvo bien, supongo.

—Qué raro, Namjoon hyung siempre decía que Jihoon era un roba mejor amigos de lo peor.


Taehyung y Yoongi rieron un poco, Jin apenas pudo sonreír.

—Jin, mis tíos de Norteamérica quieren saludarte.

Jihoon llegó repentinamente, colocando sus manos sobre los brazos de Jin y fue como si repentinamente la sonrisa del mayor apareciera como por arte de magia.

—Sí, claro. —Jin les regaló una corta mirada— Nos vemos luego.

Taehyung los observo alejarse y por un instante todo parecía ir bien. Hasta que el suspiro de Yoongi lo hizo regresar la mirada hacía él.

—Al menos parece verdaderamente feliz a su lado.

...

...

Cerca de las dos de la madrugada los adultos se habían marchado y la gente joven dominaba la pista de baile, las luces se habían apagados y las luces de neón apenas vislumbraban de vez en cuando por todos lados. Hoseok brillaba sobre la pista de baile jalando a Namjoon hacía el centro e invitándolo a moverse con mucho más ánimo que el que se había cargado durante la noche entera.

Jimin sonreía desde una de las esquinas del lugar, Hoseok siempre tratando de animar a todos. Pero no importaba lo que Yifan le estuviera susurrando en la oreja, porque poco o nada le escuchaba en realidad. Los dos últimos meses junto al alto habían estado bien. Yifan era guapo, divertido, sexy y definitivamente bueno en la cama. ¿Qué más podía pedir? Oh, sí. Que el idiota de Yoongi mostrara algo en ese maldito rostro arisco suyo que le demostrara que le importaba un poco al menos que se estuviera metiendo en la cama del tipo más bueno de todo Corea y China incluida.

Pero ahí estaba Min Yoongi, hablando con Taehyung cerca de la mesa de bebidas entre carcajadas bobas que seguramente eran un indicio de lo muy borrachos que estaban los dos, de pronto la canción de moda empezó a sonar y Taehyung pareció recordar lo mucho que le gustaba porque se terminó el champagne en sus manos y empezó a jalar al mayor hacía la pista de baile. Yoongi odiaba bailar, o al menos era algo que no se le daba bien, sin embargo estaba lo suficientemente borracho como para dejarse llevar.

—¿Seguro que no quieres bailar?

Jimin miró de reojo a Yifan y él negó suavemente. Al mayor tampoco se le daba mucho eso de bailar, y seguramente quería hacerlo puesto que él no había despegado la mirada de la pista de baile. ¿Qué maldita suerte tenía como para meterse con dos sujetos que parecían tener dos pies izquierdos?

—Jimin, baila conmigo.

Jin apareció en medio de la nada, jalando un poco de su brazo y sonriéndole demasiado, seguramente ya pasado de copas a pesar de ser relativamente temprano aún.

—Jin no creo que...

—Oh, vamos, es mi boda. Compláceme. —Luego miró a Yifan y sonrió un poco más— ¿Me lo prestas un instante?

—Seguro.

Jimin no quería ir a bailar, no quería estar demasiado cerca de Yoongi, suficiente con vivir en el mismo departamento y que al otro no le importara las veces que él llevara a Yifan con él.

—Al menos deberías fingir mejor lo mucho que supuestamente te debería gustar Yifan.

Jin empezó a bailar mientras movía su cabeza y brazos con entusiasmo. Jimin rogó porque nadie más hubiera escuchado las imprudentes palabras de su amigo.

—No sé de qué hablas.

—Oh, claro que sabes.

Jimin prefirió respirar profundo y fingir que bailaba con ligera emoción, al menos intentaba hacerlo igual de bien que lo estaba haciendo Hoseok y entre algunas de esas canciones perdió a Jin de vista. La cabeza del castaño se confundió entre la multitud y de un momento a otro, cuando estaba a punto de regresar junto a Yifan lo vio parado junto al DJ con micrófono en mano.

—¡Cambio de pareja!

Unas manos lo tomaron por la espalda y lo empujaron directo hacía el pecho de alguien más. No necesitaba subir demasiado la mirada para saber de quien se trataba. Sus ojos capturaron el cuello de Yoongi, luego sus labios y finalmente sus ojos, fue como si el resto continuara festejando y ambos se hubieran quedado sencillamente inmóviles.

...

...

7 meses antes

—¿Sabes cuál es tu maldito problema Yoongi?

—¡No puedes gastar dinero de esa manera Jimin!

—¡Eres un tacaño! ¡Eso es lo que eres!

Taehyung suspiró por enésima vez, metió un canguil más a su boca y fingió que en verdad le interesaba la película que estaba viendo en la sala de estar en ese instante junto a Hoseok y Jungkook.

—Otra vez están peleando.

—Cada día es más seguido.

Taehyung suspiró otra vez. —Y cada vez es peor.

—¿Sabes qué? ¡No sé en qué maldita cosa estaba pensando cuando decidí salir con alguien como tú!

Y ese fue el instante en el que algo se rompió. Los tres en el sillón se habían quedado estáticos ante el grito eufórico de Jimin. El primero en reaccionar había sido Hoseok quien de inmediato apagó el televisor y giró junto a los demás para ver el arrepentido rostro de Jimin que a ratos parecía llenarse de valor para no tener que disculparse, al menos no tan prontamente.

—Así que... eso es lo que piensas.

Yoongi había susurrado apenas. Jimin no respondió.

Y luego de aquello la ley de hielo empezó. Yoongi preferiría ignorar cualquier tipo de relación con Jimin y fingir que nada había sucedido. Empeorando el humor de Park y diseminando las ganas de disculparse en el menor.

—¿Cuánto tiempo más piensas seguir así?

Jimin había gritado un día cualquiera, en el que los siete se encontraban compartiendo el desayuno, Yoongi solamente había levantado la mirada y suspirado mientras se cruzaba de brazos y le regresaba la mirada al otro.

—No sé de qué hablas.

—¡De esta tontería! ¿Cuánto tiempo más piensas tenernos en el vilo? Sin saber lo que hay o no hay entre nosotros.

—Así que eso es lo que te molesta. —Había susurrado Yoongi, limpiando un poco su boca y levantándose de la mesa ante la atenta mirada de los demás—. Pues puedes sentirte libre Jimin, yo hace mucho di por terminada esta relación.

Luego Yoongi se había encerrado en su habitación. Jimin no tuvo la oportunidad de explicarle que había mal entendido la situación. Él no quería sentirse libre. No así. Él lo que quería es que hablaran y volvieran a ser como eran antes. A su relación llena de peleas y reconciliaciones esporádicas, faltas de cursilería y romanticismo barato. Para Jimin era la relación perfecta, no había forma de sentirse gay a lado de Yoongi, y contradictoriamente sentir del mismo modo que lo amaba con toda la intensidad que cada fibra de su piel le proporcionaba.

Pero Yoongi lo dejó, y él no tuvo fuerzas para luchar más.

...

...

Ese orgullo suyo, maldito orgullo suyo que lo llevaba a no querer hablarle más.

Se había sentido tan herido, como si para Yoongi hubiera sido tan fácil sencillamente dejarlo atrás.

Jimin se separó un poco, luego miró a un lado y al otro. Nervioso, sus manos sudaban de repente y los ojos de Yoongi no ayudaban en ese instante. Quería gritarle, por haberlo dejado, quería pedirle disculpas por la estupidez que le había gritado; y finalmente quería besarlo, por todos estos meses en que lo había extrañado.

Pero nada de eso sucedió, porque la canción terminó y los dos no hicieron nada más que mirarse el uno al otro y permanecer como estatuas mientras el mundo a su alrededor seguía girando y las personas bailaban. Hoseok y Taehyung le enseñaban al resto del mundo lo que era bailar de verdad, y Namjoon y Jin bailaban mirándose a los ojos, absortos en un mundo desconocido incluso para los dos.

—Lo siento.

—Disculpa.

Cada uno se disculpó por dejar al otro plantado en la pista, pero pareció más que innecesario cuando ambos huyeron por igual. Jimin directo hacía el baño para poder lavar su rostro y fingir que nada había pasado y Yoongi hacía el jardín para poder despejarse y pensar que su vida no estaba cayéndose a pedazos como parecía en realidad.

...

...

—¿Llegué tan tarde que ya estás en la mierda?

En cuanto escuchó la voz del menor Yoongi levantó la cabeza y sonrió. Jungkook estaba ahí, con su traje elegante y esa expresión burlona en el rostro mientras le extendía un pequeño cigarrillo que al parecer venía consumiendo de camino al salón. Inesperadamente Yoongi se puso de pie y respiró hondo, tomando el cigarrillo entre sus dedos y luego suspirando lentamente.

—Es más psicológico que por alcohol.

—Entonces es todavía peor.

Apenas Yoongi le hubiera dado una calada al cigarrillo, Jungkook volvió a tenerlo en sus labios mirando hacia la zona extensa de vegetación que había en aquel jardín. Había aprendido a fumar cuando tenía quince y luego a los diecinueve pensó que esa etapa simplemente había logrado pensar. Pero Jungkook quien estudiaba medicina y parecía encontrar extrañamente un poco de paz cuando fumaba reavivo esa mala costumbre que había tratado de dejar atrás.

Jimin odiaba que fumara, más de una vez habían tenido problemas por ello. Incluyendo a Jungkook en las discusiones algunas veces. Pero Jungkook simplemente rodaba los ojos e ignoraba por completo los chillidos molestos de Park Jimin, como solía decirle tan solo para enojar un poco más al más bajo. Yoongi siempre había pensado en Jeon como algo más que un amigo o un hermano, era como su alma gemela. No había un deseo como tal entre los dos, pero si había un sentimiento de estar completo que nadie más podía llenar. Y ambos estaban bien con eso.

Podía hablar con Jungkook de lo que fuera y podía simplemente estar junto a él fumando un cigarrillo mientras veían las horas pasar. Justo como ahora. Sin necesidad de contar nada, Jungkook sabía muy bien el valor del silencio y sabía comprenderlo incluso aunque no compartiera su visión de las cosas.

—Debes superarlo —comentó de pronto el menor. Tirando el cigarrillo al suelo y pisándolo lentamente—. Y si no estás dispuesto a hacerlo, entonces ve a recuperarlo. Pero no sigas permaneciendo en el limbo. No es bueno ni para ti, ni para él.

A veces Yoongi no podía entender como Jungkook podía ser el menor entre todos ellos, cuando era claramente el que más dedos de frente tenía. Le sonrió tranquilamente y luego, con las manos en los bolsillos entró despacio a la sala de recepciones. Dispuesto a aguantar seguramente los reproches dramáticos de Jin por llegar tan tarde a un día tan especial.

La verdad es que la parte infantil de Jungkook se despertaba única y exclusivamente con Jin; por eso es que él había creído fervientemente que incluso al final Namjoon y Jin estarían juntos. Pero al pasar los días, los meses y finalmente con la amenaza de boda encima, las esperanzas de Jungkook murieron y con ellas las ganas de tratar de llevarse bien con Jihoon.

Probablemente le metería mil y un excusas a Jin dentro de unos minutos cuando se le parara enfrente y luego de algunos empujones el mayor lo abrazara con fuera. Pero la verdad era que seguramente Jin simplemente había dejado las horas pasar hasta que fuera medianamente decente llegar y saludar.

Yoongi lo vio finalmente perderse entre la gente. Y él solo respiró profundo.

Cansado y harto de nunca querer dar un paso hacia atrás.

...

...

—Así que mi profesor de danza contemporánea se va a ir de vacaciones con su esposa a unas islas no sé dónde, el punto es que él tenía unas invitaciones para una presentación especial de esta banda que te gusta tanto, y como soy su alumno preferido... —Hoseok amplió su sonrisa de una manera deslumbrante mientras golpeaba la mesa suavemente creando la anticipación necesaria en el pequeño Taehyung— ¡Me las dio completamente gratis para que llevara a quien yo quisiera!

Los ojos de Taehyung se abrieron de par en par y su cuerpo borboteó de alegría.

—¡¡Hobbie!! —Para Taehyung fue inevitable el lanzarse a sus brazos e incluso medio sacudirlo mientras escuchaba la risa divertida del mayor— ¡Eres el mejor! Lo digo en serio. ¿Cuándo es? Espero que no sea en día de clases porque pienso faltar si es necesario para ir a hacer cola desde temprano.

—Un momento —Hoseok se alejó un poco, mirando los ojos del menor— ¿Cuándo dije que te iba a invitar a ti?

Taehyung parpadeó confundido. Y entonces Hoseok rio divertido.

—Idiota... —Murmuró Taehyung mientras el mayor lo despeinaba y llevaba una mano a su pecho.

—Por dios Tae... ¿A quién más llevaría, eh?

Pero Taehyung solamente rodó los ojos y se cruzó de brazos, dándole la espalda al mayor, fingiéndose ofendido. Pero Hoseok solamente lo abrazó por la espalda mientras caminaban entre la gente y se balanceaban de un lado a otro como si estuvieran sumamente cómodos con la compañía del otro.

Lo cierto es que Hoseok era algo así como su mejor amigo. Hobbie como solía decirle él, se merecía el cielo. Taehyung había estado enamorado de Yoongi prácticamente desde que lo conoció. Y había sido Hoseok quien lo había estado apoyando todo este tiempo, quien lo había estado ayudando a sentirse mejor, a superar al mayor y aceptar que pasara lo que pasara con Jimin y Yoongi más delante, de cualquier forma él no tendría una oportunidad.

Pero su pasado con Hoseok se remonta un tiempo un poco más atrás.

Específicamente unos cuantos años atrás.

...

...

Dos años atrás

Hoseok era divertido, amable y buena persona. Tenía muchas personas atrás de él todo el tiempo y Taehyung a veces incluso sentía un poco de envidia, para él no era tan fácil hacer amigos, pero Hoseok parecía ser un experto en ello. Parecía derrumbar todos los muros posibles y prueba de ello era el inmutable Jeon Jungkook.

Pero la situación era que alguien como Hoseok no podía estar definitivamente haciendo esto.

Hoseok quien recibía alrededor de siete confesiones en un mes no podía estar frente a él, avergonzado y apretando la bebida en sus manos mientras esperaba la respuesta a una pregunta que Taehyung no sabía bien cómo afrontar. Es decir, él no era amigo de nadie. Más que los amigos de su hermano mayor y eso porque se fue a vivir con ellos ahí, por más patético que eso pudiera sonar. Entre tanta gente que podía encargar a la perfección con Hoseok ¿por qué lo había escogido a él?

Cuando todo el mundo murmuraba en la universidad que la razón por la que Hoseok se había acercado en primer lugar era por un acto de caridad. Taehyung siempre solo y aislado de los demás, que de pronto el mayor llegó como un viento de esperanza y felicidad a sacudirlo todo en él. Tanto y con tal intensidad que en cuanto un día le mencionó que él y su compañero de departamento necesitaban buscar un nuevo lugar para vivir él ni siquiera dudo en ofrecer un lugar que no era suyo para que su Hobbie no tuviera nada más en que preocuparse que los múltiples trabajos que por sí solo ya tenía.

—Soy un tonto... —Murmuró de pronto el mayor y Taehyung sacudió su cabeza de inmediato, agarrando las manos del mayor sobre la mesa y entonces los ojos de él se toparon con los suyos, e incluso pudo notar como las mejillas del mayor se colorearon un poco.

—Hobbie pasa que...

Taehyung desvió la mirada, y Hoseok comprendió más rápido de lo esperado.

—Lo sé, te gusta Yoongi. Pero de alguna manera sentí que debía decirlo. No quería más delante tener el arrepentimiento de no haberlo hecho a tiempo y quedarme con todo esto dentro de mí.

Hobbie era realmente increíble, tan valiente y admirable. Que Taehyung lo miró con los ojos bien abiertos y capturó esa sonrisa que le partió el corazón.

—Hobbie eres mi mejor amigo, te quiero mucho, mucho, pero... yo...realmente...

Taehyung de pronto comenzó a sentirse la peor persona del mundo, y quizá por ello el aire se negó a entrar en él. ¿Quién lo querría a alguien como él? ¿Por qué Hobbie tenía que ser siempre tan diferente a los demás?

—Tae... Tae, tranquilo... —Hoseok se cambió de asiento de inmediato y se sentó junto a él, apenas lo vio empezar a hiperventilar y tomó sus manos con fuerza para que estás no temblaran. Conocía a la perfección los ataques de ansiedad en el menor— Está bien, no es tu obligación quererme de otra manera ¿bien?

—Es que... a mí nunca... nadie que me importara se me había declarado... —La vocecita de Taehyung apenas se escuchaba, pero su pecho empezaba a subir y bajar con un poco más de normalidad y Hoseok se empezó a calmar también— Yo no quiero herirte Hobbie... Jamás me lo perdonaría... Eres... Eres...

—Lo sé, lo sé muy bien —Lentamente Hoseok llevó el rostro de Taehyung a su pecho, abrazándolo suavemente, sintiendo con tranquilidad como el cuerpo del menor se empezaba a calmar— Eres mi persona especial Tae, eso nunca va a cambiar ¿bien? Yo siempre te voy a querer igual, pase lo que pase.

Taehyung había asentido despacio. Apretando la camisa de Hoseok.

—Eres el mejor Hobbie.

—Lo sé, Tae. ¿Quién más es tan afortunado para tener al mejor chico entre sus brazos ahora?

...

...

—Oh, mira Jungkook ya llegó. —Señaló Taehyung, sintiendo de inmediato como Hoseok levantaba la mirada curioso y divertido a la vez.

—Me pregunto si Jin será capaz de golpearlo frente a todos.

Inesperadamente Jin quien había estado mirando con resentimiento al menor por unos largos y tensos ocho segundos, repentinamente se lanzó a los brazos de Jungkook quien sonrió divertido mientras el mayor lloraba en su cuello murmurando sabrá dios que cosas. Jeon solamente acariciaba su cabellos mientras murmuraba otras cuantas cosas más y sonreía entre divertido y enternecido a la vez.

Para Taehyung era sorprendente como Jungkook había logrado encajar en el grupo. Era vecino de Hoseok en aquel pueblito donde habían vivido su niñez y adolescencia. Y Hoseok con ese espíritu libre tan propio de él había logrado entrar en la vida del menor de una forma asertiva y agresiva a la vez. Cuando se habían mudado, la segunda persona que logró traspasar las barreras de Jungkook había sido Jin, probablemente porque sin importar la hora el mayor lo complacía con la comida que el menor deseara. Y lo consentía como si de un hijo se tratara.

Luego había sido Yoongi, seguramente por la forma de pensar que ambos compartían. Era bien conocido el carácter especial que se manejaba Yoongi y su madurez lo había hecho encajar a la perfección con la personalidad seria y un tanto distante de Jeon. Alejado de todo ello de pronto un día Namjoon y Jungkook habían tenido una discusión, seguramente por Jin y todo ese asunto de que tenía a Jin metido en la cocina casi todo el tiempo, Taehyung ya no lo recordaba bien. El asunto es que habían terminado gritándose y después se habían agarrado a golpes.

Taehyung había escuchado alguna vez que los hombres afianzan lazos de amistad en una pelea. Y lo cierto es que luego de eso había crecido un respeto entre ambos y se habían empezado a llevar considerablemente bien, hasta finalmente pasar horas conversando de cosas que nadie más en ese departamento entendía. Que los dos fueran así de inteligentes a veces perturbaba.

Casi al último estaba él. Probablemente Jeon se había acercado por la misma razón que Hoseok, él y su casi autismo que lo alejaba de los demás y lo mantenía en sus propios mundos vueltos de cabeza. Un día de pronto, quizá por insistencia del mismo Hoseok, lo había invitado a jugar con sus consolas y desde entonces pasaban horas, hasta el día de hoy, frente a la pantalla del televisor peleando por los mejores puntajes del juego del momento.

Jimin era un caso especial, por alguna razón Jungkook no soportaba a Jimin. Pero no era Jimin en sí, era la personalidad de Jimin, la gente como Jimin quien no era del agrado de Jungkook, así tan lleno de vida y torpeza que lograba exasperar a Jeon quien prefería marcar distancia mientras Park buscaba de cualquier forma hacerse cercano a él. Pero ahí iban y venían y de algún modo Taehyung esperaba que un día se llegaran realmente a llevar, y no solo soportar.

—Casi que no llega el mocoso...

Namjoon había aparecido por atrás. Con un vaso de whisky en las manos mientras Hoseok se enderezaba un poco y estiraba los brazos. Que Taehyung fuera caminando tan rápido lo había hecho mal posicionarse en el corto camino por el salón.

—Voy a comer algo.

—Yo te traigo algo.

Hoseok interrumpió sus movimientos con una amplia sonrisa y Taehyung solo asintió, mirándolo marcharse mientras caminaba hasta el buffet y Namjoon junto a él miraba en la misma dirección.

—Al final, Hoseok siempre resultó el más valiente de todos nosotros. —Taehyung levantó la mirada, Namjoon miraba hacía la gran mesa mientras Hoseok con una sonrisa en la cara parecía muy entretenido entre que escoger y que no para el plato entre sus manos— Él siempre fue directo con respecto a sus sentimientos sobre ti. Y creo que estos han ayudado a que tu incluso puedas aclarar los tuyos. ¿O no es así?

Taehyung regresó su mirada a la amplia espalda de Hoseok, a su sonrisa encantadora y repentinamente la pequeña sonrisa en los labios del menor hizo a Namjoon sonreír. Taehyung llevó una mano a su pecho. Dudó tantos años con Yoongi que ahora que su pecho volvía a sentir revoltosos latidos no quería hacerlo una vez más.

Si Hoseok no había dudado aquella vez, él podría aprender de su fuerza.

Aunque había días como el de hoy cuando Taehyung aún se preguntaba si Hoseok seguía sintiendo cosas por él.

...

...

—Jimin...

Yifan tomaba las manos de Jimin, quería que se apoyara en él, que le contara sus miedos. Que fueran una pareja de verdad. Pero Jimin siempre levantaba ese muro invisible y lo hacía sentir tristemente relegado en esa relación. Lo había encontrado llorando en el baño, lo había abrazado por más de quince minutos hasta que el llanto en el menor empezó a amainar y entonces lavó su rostro y se sintió listo para salir una vez más.

Ahora "hablaban" porque en realidad solamente era Yifan tratando de que Jimin se consolara en él, y no lo tratara como un extraño tratando de entrar en su corazón. Jimin solo agachaba la mirada mientras miraba sus manos juntas y ahora sus ojos parecían estar a punto de llorar una vez más.

—Yifan... yo...

—Vas a terminar conmigo ¿no es así? —Jimin regresó a mirarlo, había empezado a llorar pero esta vez era un poco más controlado que antes. La expresión cansada y tranquila a la vez del mayor lo hizo sentirse aún peor.

—Yo, de verdad lo intenté... pero no puedo... Solo no puedo. No quiero dejar de quererlo.

—Está bien, Jimin. De alguna manera suponía que esto iba a pasar... pero no un día como hoy.

Yifan bromeó, mirando a su alrededor en medio de ese ambiente de fiesta por la reciente boda y Jimin sonrió un poco también.

—Creo que iré a casa ahora.

Jimin asintió, viendo al mayor tomar su celular y sintiendo un suave beso en su mejilla antes de que Yifan sencillamente se abriera paso entre la gente. No es que las cosas con Yifan fueran así de fáciles pero tanto él como Yifan sabían que esa relación estaba estructurada simplemente en la superficie. Yifan ya lo venía sospechando, Jimin lo sabía y lo que ambos esperaban es que uno de ellos tomara el valor para simplemente acabarlo. No había más cosas de la que hablar ni tiempo que alargar.

Estar así de cerca con Yoongi lo hizo ver que no había vuelta atrás con él.

Trató de respirar profundo, y caminar por los jardines, buscándolo a él, quien se encontraba cerca de una pileta mientras fumaba uno de esos molestos cigarrillos y hablaba por el celular. Yoongi se veía molesto, con el ceño fruncido hasta que el mayor giró, sin notarlo aún, mientras pisaba el cigarrillo que acababa de lanzar.

—Pero ¿cómo se te ocurre llamarme a esta hora para decirme que no encuentras ese demo? ¡¿Acaso perdiste la razón?! ¡Hay que entregar esa canción a primera hora! Nos van a despedir, por dios... trabajamos meses en esa estúpida canción. —Jimin se detuvo entonces parecía ser algo realmente serio, Yoongi masajeaba su sien y él en esa pequeña distancia solo quería poder calmarlo un poco, él siempre se estresaba de más— No me interesa, ahora mismo pones de cabeza esa oficina y buscas de ordenador en ordenador donde guardaron el demo completo. AHORA JUNGHAN.

En cuanto cortó la llamada, Yoongi tenía cien cosas en la cabeza. Bufó con molestia. Sintiendo la necesidad de otro cigarrillo en su boca una vez más. Dejó el celular en la pequeña baranda en la que se había sentado y pasó las manos por su rostro con frustración. El trabajo, sus compañeros, su jefe. Todo abrumándolo por completo y a punto de volverlo loco en un solo instante.

—Hyung...

Pero de pronto llegó él, poniendo las manos sobre sus hombros. Con su voz, su hermosa voz.

Y el mundo entero de Yoongi dejó de girar. Y una sola cosa dio vueltas en su cabeza.

—Jimin...

Giró velozmente, vio su rostro y sus labios temblando, estaban hinchados al igual que sus ojos. Y quizá inconscientemente pero Yoongi acarició su rostro. Porque sentía que no había visto realmente a Jimin en días, en meses tal vez. Porque ese pequeño tonto con solo aparecerse ahí solía restablecer el orden natural de las cosas.

—Hyung te quiero. Te quiero tanto que soy más tonto de lo usual si no te tengo junto a mí.

Yoongi era un tonto, era el tonto más grande todos. Porque la culpa de todo la tenía él, porque se hizo así mismo sufrir por algo que él otro dijo en un momento de coraje y que él no permitió una disculpa siquiera. Así que se acercó y besó esos labios suave y lentamente. Tan despacio que fue como si el tiempo se hubiera detenido un instante.

Cuando se separaron Jimin mordía un poco su labio y Yoongi lo miraba a los ojos, esos ojos que a Yoongi le hacían recordar que había cada cosa que le gustaba en él, que prácticamente lo resumía a un todo absoluto.

—Tienes café en la mirada... —Susurró el mayor, acariciando la mejilla del otro— ¿Será por eso que logras quitarme el sueño Jimin—ah?

Jimin sonrió. Golpeando el brazo del mayor.

—Hyung, eres un tonto. Leí eso en una de tus canciones meses atrás.

—Pero ¿y en quien crees que pensaba cuando lo escribí?

Astutamente Yoongi encerró sus brazos en la cintura de Jimin acercándolo un poco más a él mientras sonreía como hace meses no lo veía Jimin sonreír. Por lo que agarró por el cuello de la camisa al mayor y sonrió ladinamente.

—Mejor cállate y besame, hyung.

—Lo que mi café preferido desee.

...

...

Jin sonreía estupendamente, con esa expresión fraternal que lograba conquistar a todo aquel que lograra cruzarse por su camino. Namjoon se acercó despacio y se paró junto a él, mirando hacía le mismo lugar donde Jimin y Yoongi reían divertidos mientras se besaban y correteaban por el jardín alejados de toda la gente.

—Sabía que era cuestión de tiempo.

—Lo sé, pero esta vez tardaron mucho. Por un momento dudé...

Jin confesó aquello para sorpresa de Namjoon, pero luego el mayor giró hacía él y le regaló otra de sus hermosas sonrisas. Namjoon sintió que tragaba duro en ese momento. Y sonrió.

—Espero que seas muy feliz, hyung.

—Gracias Nam. —Jin había puesto una de sus manos sobre los hombros del menor— Cuida muy bien de ellos ¿de acuerdo?

—Como si también fueran mis hijos —Namjoon bromeó y Jin rió divertido— Vete tranquilo. Todo estará bien

—Lo sé... —Jin respiró hondo y agachó un momento la cabeza antes de atreverse a mirarlo otra vez— Namjoon...

—¿Si?

—Gracias.

Jin sonrió, pero fue tan breve que Namjoon solo sintió el peso de un arrepentimiento sobre los hombros, uno incapaz de soportar. Que hacía querer abrazarlo con fuerza y no dejarlo irse a ningún lado sin él. Como si leyera sus pensamientos, Jin lo abrazó con fuerza y respiró hondo entre sus brazos, regalándole una última sonrisa antes de susurrarle que debía ir a despedir a unos cuantos invitados.

La última mirada intima entre Jin y él ocurrió unos pocos segundos después, justo antes de que Jin se perdiera entre la gente, giró y lo miró. Namjoon se paralizó, y como siempre, como todo entre ellos dos, él simplemente no se movió y Jin simplemente continuó. Con su hermosa presencia alejándose de él.

...

...

Taehyung se armó de valor cerca de las cuatro de la mañana. Buscaba a Hoseok entre la gente para pedirle una oportunidad, para decirle que estaba sintiendo cosas por él, que lo estaba queriendo demasiado, para preguntarle si acaso eso sentía estar enamorado. Él no conocía del tema. Y quería que Hoseok fuera al igual que casi todo en su vida quien le enseñara que hacer en medio de esa vorágine de emociones y sensaciones.

Pero Hoseok parecía haberse perdido desde hace una hora, cuando finalmente lo encontró estaba en una de las mesas más apartadas platicando con Jungkook quien reía divertido con alguna cosa que el mayor le estaría contando. Taehyung respiró profundo y se armó de valor. El pecho latía con tanta fuerza que incluso sentía el eco resonar en sus oídos. Sus manos picaban y sentía que iba a hiperventilar de nuevo, igual que dos años atrás.

—Hyung...

Ambos habían levantado la mirada. Jungkook con esa gran sonrisa en los labios por lo que sea que el otro le estuviera contando pero Hoseok lo miró curioso y Taehyung mordió su lengua en un impulso por obligarse a ser valiente.

—¿Ahora?

De pronto el tono de Hoseok era como si realmente por primera vez no quisiera ceder a una petición suya. Taehyung miró a Jungkook quien observaba al mayor de los tres y entonces lo entendió. No era Hoseok quien contaba algo, era Jungkook, porque era Hoseok quien parecía atento y sorprendido ante lo que el menor decía.

—¿Se lo decimos?

La voz de Jungkook había sonado emocionada, levantando un poco las cejas y apretando la mano izquierda de Hoseok.

Las manos de Hobbie...

—No sé... —Hoseok rascó su nuca un poco avergonzado, pero con una sonrisa grande en los labios.

—Vamos, ya se lo dije a Jin. Tae también merece saberlo.

Finalmente Hoseok cedió, con un leve asentimiento. Colocando la mano que tenía libre sobre las manos de Jungkook.

—Tae... —Hobbie lucía feliz, lucía emocionado, sus ojos incluso brillaban y Taehyung sintió su mano derecha temblar, tan fuerte que ocupó su mano izquierda tapando la otra, ocultándola con dificultad, aunque daba por sentado que ninguno de los dos en medio de su nube rosa se iba a percatar— Kook y yo estamos saliendo.

—¡Llevamos dos meses!

Jungkook levantó los brazos, se veía tan feliz.

Taehyung nunca lo había visto así.

Nunca había pensado en eso. Egoístamente nunca se le había ocurrido pensar, que mientras Hobbie hacía lo posible por sanar su corazón de Yoongi, quizá Hoseok hacía lo mismo con todo lo que decía sentir por él.

Quiso llorar, llorar tanto hasta cansarse.

Llorar lo que nunca lloró por Yoongi.

Pero a cambio solo sonrió.

—¿En serio? ¡Vaya! Esa no me la esperaba, ¿cuándo pasó?

Fingió tan bien que se sorprendió así mismo, cuando se sentó con ellos en la mesa y Jungkook comenzó a contarle con una emoción que parecía controlar como es que Hoseok le había empezado a gustar desde hace dos años atrás, graciosamente casi al mismo tiempo que Hoseok le había dicho que lo amaba. Jungkook le habló de que se le había declarado al mayor pero este lo había rechazado por que estaba enamorado de alguien más. Pero que él luchó, y se mantuvo firme, realmente le gustaba Hoseok.

Siendo así... "¿por qué tú no luchaste así por mi Hobbie?"

Y era extraño porque Hoseok no lo miró una sola vez. Sus ojos capturaban solo a Jungkook y cada movimiento que él hacía mientras le narraba la historia de los dos. Hoseok tenía puesto el codo en la mesa y su barbilla sobre la palma de su mano mientras sonreía. Le sonreía solo a él.

Taehyung sonrió, sonrió cada vez que pensó que empezaría a llorar.

Así que Taehyung sonrió, aquel día de noviembre, hasta quedarse dormido en la soledad de su habitación.

...

...

—Adiós~

Namjoon agitó su mano una última vez, mientras veía a Jin partir junto a Jihoon hacía ese gran auto que los esperaba a unos pasos de la salida del hogar. Yoongi y Jimin estaban hechos los melosos otra vez, abrazados mientras se despedían a gritos de la pareja de recién casados. Y más atrás Hoseok sostenía de la mano a Jungkook con Taehyung viendo de reojo aquello, apenas agitaba su brazo en el aire.

Namjoon no entendía bien lo que pasaba ahí, sin embargo regresó a mirarlo a él.

Porque no importaba lo que pasara de ahora en adelante, Jin se marchaba ya, y parecía tan asquerosamente feliz que su sonrisa poco virtuosa no hizo más que acompañar a la de las demás personas cuando Jihoon y Jin se despidieron por última vez antes de subirse al auto y marcharse lejos de ahí. Vio los ojos de su mejor amigo por última vez y agitó su mano con más fuerza. Le decía adiós, por todos esos años compartidos, por esa amistad bien vivida y ese amor fortuito que no los había sabido acompañar.

"Siempre pensé que algún día te diría lo mucho que me gustabas. Algún día te invitaría a una cita de verdad, y te besaría como nunca antes había tenido la oportunidad. Pero ese día no llegó y el destino se cansó de esperar..."

El auto entonces se alejó, Namjoon ya no tuvo la oportunidad de ver algo más. Solo el auto a lo lejos mientras los invitados comentaban un par de cosas antes de regresar al salón y visualizar el futuro prometedor que les esperaba a esos dos a partir de ahora. Namjoon no quería escuchar, porque ese futuro lejano y abstracto debió pertenecerle a él.

Y ahora solo estaban su sombra y él, fumando un cigarrillo a mitad de la madrugada, en el mismo lugar en el que segundos atrás estuvo despidiendo al amor que consumió toda su juventud y parte de la adultez. Diciendo finalmente adiós a algo que nunca tuvo la oportunidad siquiera de comenzar.

 

FIN

 

 


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