KanonxAioria.
Asestó otra puñalada con tanta saña que su acompañante se puso lívido al ver la escena, castañeó los dientes mientras se liberaba del cuerpo de su atacante. Lo pateó al ponerse de pie en tanto arrojaba el cuchillo lo más lejos que pudo.
—¿que diablos hiciste Aioria?—reprendió aún lívido su acompañante.
—me defendí, es todo.
—suficiente con que lo noquearas—señaló—ahora me toca cubrirte.
—no es necesario Kanon—respondió sin ninguna emoción—has echo mucho hasta demasiado por mi.
El identificado como Kanon no se sintió satisfecho con esa respuesta, había dado hasta su lealtad que había prometido a la policía por cubrir a Aioria un joven al cual las circunstancias de la vida lo orillaron a convertirse en un bandido que insólitamente captó la atención de Kanon que era un oficial de la policía que mayormente pasaba de civil en la calles.
La ropa de Aioria estaba salpicada con sangre, Kanon sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió las manos del más joven quién se dejó hacer, lanzó el pañuelo y posteriormente le prendió fuego para no dejar huellas. Como estaban en un callejón, nadie notaría el cuerpo del ladrón hasta que clareara y la gente comenzara a circular por esa zona.
—es demasiado tarde para andar por aquí—dijo Kanon mirando a todos lados—vámonos.
Kanon vivía en un pequeño y modesto departamento ubicado en una zona por demás tranquila, ya que a diferencia de las demás zonas de la ciudad, en aquella hasta se podía andar de madrugada sin temor de que robaran.
Ahí llevó a Aioria quién al entrar se lanzó sobre un mueble sobre el que dormía un gato gris quién alzó la cabeza al verse interrumpido.
r13;¿ has comido algo?r13;preguntó Kanon.
r13;sólo un sánducher13;respondió pasándose la mano por sus cabellos.
r13;mejor dicho nada.
r13;sabes que no debes hacerte cargo de mis actos, soy esto por las circunstancias de la vida.
El mismo discurso repetitivo, Aioria podía abandonar este destructivo estilo de vida tomando una decisión acertada y él podía ayudarlo a salir de esas.
r13;muy a pesar que existen personas que se preocupan por tir13;refutó poniéndose frente suyor13;¿ así piensas vivir tu vida...? como un delicuente, como un animal sin dios ni ley.
Chasqueó la lengua harto de las palabras del mayor, tomó un cojín colocándoselo detrás de la cabeza, cerró los ojos para tratar de dormir un poco. Kanon negó esa actitud, a veces su conciencia le decía que debía abrirse, dejar de involucrarse con alguien que no retribuía su afecto; el joven de cabellos castaños le decía que lo quería, pero no se lo demostraba.
r13;come algo, luego puedes dormir en mi cuartor13;lo forzó a ponerse de pie.
r13;¿ a cambio de qué...? sexo....
r13;no pongas palabras en mi boca, Aioria. No todo el mundo piensa en sexo como una forma de pago.
Rió amargo.
r13;déjame ir....
r13;nuncar13;murmuró bajor13;eres mi responsabilidad.
La cercanía de ambos despertó algo muy profundo en el más joven, algo que no era deseo pecaminoso, era eso que siente uno cuando la otra persona cala en el interior, eso que la humanidad llama " amor". Esos ojos verdes mostraban una inocencia perdida, temor disfrazado de dureza, de alguien que había luchado con las peores situaciones que la vida le deparó.
r13;yo no voy a dañarte, yo soy aquel cuya función es proteger al resto de la gente en las calles.
Aioría calmó aquella emoción que asaltaba su pecho, retrocedió lentamente hasta quedar a varios metros del otro, tomó el camino que lo llevaba hasta la alcoba de Kanon. Una vez ahí buscó entre los cajones del otro ropa puesto que la que tenía encima tenía salpicaduras de sangre.
Esa noche Kanon durmió en el sofá y Aioria en la cama del mayor como si fueran un matrimonio en crisis. Antes de las siete de la mañana del día siguiente Aioria se marchó dejando una nota.
" Gracias por lo de anoche, prometo que no te meteré en problemas nunca más....
Voy a alejarme, sigue tu camino que yo trataré de luchar por el mío....."
Aioria P.
Dejó la nota a un lado, la decisión de Aioria ya estaba tomada y él no podía revertirla.
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Los días pasaron fugazmente, las mañana y tardes se le hicieron efímeras y por las noches esperaba hallar a Aioria a las afueras de su casa, más el chico se perdió a própósito.
Mientras patrullaba por las calles, lo buscaba en los lugares más feos y tétricos, a veces se bajaba del auto y a pie lo buscaba entre callejones e incluso en ese donde acabó con la vida de ese hombre que trató de atacar a Aioria. Hasta lo colocó en la lista de desaparecidos de la ciudad.
—¿tanto te importa ese chico?—preguntó su compañero durante un patrullaje a eso de las dos de la madrugada.
Respondió con un asentimiento de cabeza enérgico.
—vaya, pero el jefe no le gustará que mantienes una relación secreta con un ladronzuelo—se reclinó en su asiento con los brazos detrás de su cabeza. Kanon lo miró de reojo, con evidente desconfianza.
El otro policía se echó a reír estruendosamente ante el gesto de Kanon, qué poco lo conocía....
—todos tenemos secretos, tú también, no te gustaría que dijera que andabas detrás de la esposa de tu hermano a la que embarazaste y que también falsificaste la firma del jefe.
Se enderezó de golpe, lo miró con los ojos desorbitados ¿ Como tuvo acceso a información sensible?
r13;maldito Kanonr13;murmuró ya recuperador13;no sé que diablos haces para saber tanto.
r13;digamos que soy una especie de fisgón, mientras tú viras la esquina, yo vengo de mi tercera vueltar13;dicho esto guardó silencio.
Hasta que un fin de semana en que el departamento de policía dispuso que se haría un megaoperativo por lugares de mala muerte y que aquel que no tuviera su cédula de ciudadanía iba preso. Aioria no tenía el preciado documento así que hizo una serie de cosas usando su habilidad con la informática.
El día del operativo llegó....
Aioria seguía desaparecido, era como si la tierra se lo tragó.
r13;a verr13;mostró su placa al guardia de un barr13;redada policial, todo el mundo con cédula a la mano.
Sin novedad continuó su trabajo, en cada establecimiento guardaba la esperanza de encontrarlo, pero.... el destino se reía de él.
Fustrado se encerró en la patrulla, sacó un cigarrillo más no lo encendió porque su jefe lo multaría y no podía ser " Policía del mes". Un barullo captó su atención, afiló la vista y comprobó que se trataba de Aioria que discutía acaloradamente con varios hombres.
r13;me vale que seas amante de un policía, eres un pinche ladrón y así morirás.
r13;no soy amante ni juguete de nadier13;replicó indignador13;sólo déjame en paz, acaso no entiendes que quiero salir de esta asquerosa vida.
Burla fue la respuesta de aquel con quién Aioria discutía. Kanon preparó su arma de dotación para intervenir si la ocasión lo requería.
r13;te pagaré lo que te debo, sólo déjame ir.
r13;cojánlor13;ordenó el hombre a sus acompañantesr13;te enseñaré quién manda.....
Aioria fue más rápido, se zafó de esos hombres y de una patada noqueó al jefe de esa banda quién cayó estrepitosamente sobre la calzada causándole la muerte instantánea, estos al ver a su jefe muerto huyeron desapavoridos. Kanon no pudo evitar esa situación a sí que cuando estuvo a su lado ideó una argucia....
r13;veter13;ordenó.
r13;¿ qué...? no quiero que te perjudiques por mi culpa Kanon..... no fue mi intención matarlor13;se arrodilló atribulador13;yo sólo quería regenerar mi vida....
r13;ya puedes hacerlor13;rozó sus labios con los de élr13;¿recuerdas cuando te dije que tú eras mi responsabilidad?
r13;no cometas una estupidez por salvarme, el amor no me salvará Kanon de la cárcel, tengo que pagar mis errores.
Una media sonrisa cruzó el atractivo rostro del mayor, lo que pretendía hacer no tendría marcha atrás.
r13;hazme casor13;murmuró.
Las sirenas se acercaban, el reencuentro debía terminar.
r13;¿ qué vas a hacer?
r13;mi trabajor13;respondió parándose a lado del cuerpor13;no te quedes ahí parado.... ¡ VETE!
Tres días más tarde las noticias anunciaban que un oficial de la policía, considerado ejemplar entre todos sus compañeros, fue destituido de su función ya que confesó haber acabado con la vida de aquel hombre y sería conducido a la prisión.
r13;no, no, no Kanon..... ¿ qué demonios hiciste?—Aioria se lamentaba por la decisión de Kanon cuyo semblante mostraba tranquilidad—¿ por qué? ¿ qué viste en mi....?
Según la reportera también se añadía el agravante de que Kanon desapareció un expediente de un joven bandido cuyos pasos la policía tenía cerca desde hacía meses. Cuando se le interrogó sus razones, este aludió que era un favor que hacía a una persona que aparentemente no correspondía a sus sentimientos y que se reservaría su nombre.
—debo ir.....
Cuando se anunció, el guardia fue a buscar a Kanon para anunciarle la visita. Regresó al cabo de dos minutos con algo entre sus manos que entregó al joven.
—el detenido no desea ver a nadie así que me pidió que te entregara esto—era un sobre en cuya parte trasera decía las iniciales A. P—también me dijo que una vez que leas eso, no regreses más...
Descorazonado si así se podía definir su estado, Aioria tomó el sobre guardándolo entre sus ropas, en su sencillo departamento con una cerveza en la mano procedió a leer el contenido de la misma.
Cada línea era como una declaración y a la vez un puñal.
Kanon expresaba lo que sintió cada vez que lo buscó, pero no lo culpaba de su situación ni lo odiaba por no sentir lo mismo que él entendía que..... jamás estarían juntos en esa vida.
" Eres un hombre limpio, no hay expediente tuyo en la base de datos, usa esta nueva oportunidad para bien....."
Cuando creas que puedes caer en ese pozo, recuerda que tienes fuerza de voluntad...
Las últimas palabras de Kanon.
Finalizó las líneas con una despedida parca que le supo a decepción. Kanon nunca le dijo que estaba decepcionado era su percepción nada más.
Ambos tomaron decisiones que resultaron dolorosas, aquello para Aioria era un experiencia en su vida para no volver a cometer los mismos errores, mientras que para Kanon sacrificar su libertad representó una decisión por el ser amado.