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Una cita perfecta por Allure

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Marco se sentía realmente nervioso.


Se detuvo en medio de la sala por tercera vez y observo a su alrededor tratando de darse cuenta si algo estaba fuera de lugar. Llevaba prácticamente todo el día limpiando y ordenando la casa para estar listo para la llegada de su visita. Había barrido, recogido y pasado la aspiradora, lo único que faltaba era preparar algunos bocadillos y todo estaría perfecto.


Perfección, esa era la palabra clave esa noche.


Mientras se dirigía a la cocina para preparar su especialidad recordó la suerte que había tenido al lograr que sus padres salieran todo el fin de semana. Tendría la casa para él solo, bueno, para ellos porque Star también se encontraba en la casa. Aunque esa noche no iba a tenerla presente pues Janna y ella tendrían una pijamada o algo por el estilo, realmente no le interesaba. En esos momentos en lo único que podía pensar era en el instante que su novio aparecería frente a su puerta.


Su novio, un demonio con tres ojos y que amaba con locura.


Marco sonrió para sí mismo al tiempo que entraba en la cocina. Busco un recipiente en las alacenas y luego los nachos. Él era un experto en nachos y quería que Tom lo supiera, era una idea tonta pero le hacía feliz hacer eso por él. Quizás si estaba enamorado como Star se empecinaba en decirle cada vez que hablaban de su ex novio. Desde el baile de la luna roja sus sentimientos parecían estar entretejidos con los del demonio. Aunque eso al principio le molestara y asustara en partes iguales.


Tras encargarse de los nachos, llevo el platón lleno a la sala y lo puso sobre la mesita de centro. El televisor estaba apagado y cerca la película que había elegido para ver con el esa noche. Estuvo un buen rato buscando una que pudiera gustarle a ambos, por suerte Star le ayudo a decidirse por una de artes marciales. Ambos eran chicos, así que le gustaría su elección. Realmente deseaba que le gustara.


De pronto el sonido del timbre se dejó oír y Marco se paralizo en el lugar. Trago saliva y miro a su alrededor comprobando que todo estuviera en su lugar. Cuando el timbre volvió a hacerse oír logro moverse y previendo que su demonio pudiera enfadarse corrió hacia la puerta. Se detuvo frente a ella, respiro profundamente y tomo el pomo de la puerta. Suavemente abrió y sus ojos se encontraron con los rojos del joven demonio. Al verlo su ceño fruncido desapareció y una sonrisa se formó en sus labios.


—Hola, lamento hacerte esperar—murmuro abriendo la puerta por completo y deteniéndose a unos pasos del otro. Imitándolo sonrió al tiempo que observaba su ropa. Tom vestía una playera negra con el dibujo de una estrella roja en el pecho, unos vaqueros rotos en las rodillas y unas botas de color negro. Sencillamente se veía irresistible.—te ves muy bien—


—Gracias, aunque tú te ves muy bien también. No quería desentonar contigo.—Marco casi tembló cuando oyó su seductora voz pero esa sensación quedo en nada cuando el demonio estiro su brazo y cogió a Marco por la cintura para pegarlo a su cuerpo. Se mano libre acaricio su rostro y se movió a su nuca. Era bastante obvio que él sabía lo que hacía, Marco no tenía demasiada experiencia en relaciones amorosas pero confiaba en Tom, tanto que en el momento que vio su boca acercarse a la suya solo cerro los ojos y se dejó llevar.


Después de unos segundos que para Marco fueron demasiado pocos, el beso se detuvo. Aunque el chico estaba seguro que iba a revivir la sensación de los labios de Tom sobre los suyos durante muchísimas noches más. Noches muy movidas, si hay que decirlo. Sonriendo, como un idiota porque Marco estaba seguro que se veía así, cogió a Tom de la mano y lo llevo dentro de la casa.


—¿Qué tienes planeado para mí, Marco?—pregunto el chico demonio cuando ambos se encontraron en la sala de la casa. Por un segundo, el dueño de casa deseo lanzarlo al sofá y exigirle que volviera a besarlo como antes, pero se contuvo para no parecer demasiado desesperado. Un poco de orgullo, por favor, se dijo a si mismo mientras bajaba la mirada hacia sus manos unidas, un gesto que le encantaba—¿preparaste tu esos nachos? ¡Me encantan!—


—¿Si? No sabía si iban a gustarte pero me alegra que lo hagan—Marco deseo callarse y ser devorado por un monstruo, era vergonzoso ser un chico enamorado—pensé que podíamos ver una película de artes marciales juntos—


—Me encanta nuestra cita, princesa—Marco frunció el ceño al oír a Tom llamarlo así. Desde aquella vez que lo atrapara con el vestido de princesa puesto, Tom lo llamaba de esa forma para molestarlo. La sonrisa traviesa en el rostro del demonio le hizo sospechar que sabía muy bien cuanto le hacía enfadar que lo llamara así. Decidió que iba a vengarse.


—Gracias, cuando tenga una cita con algún otro chico también le preparare nachos ¿te parece una buena idea?—pregunto al tiempo que retrocedía un paso para disfrutar del resultado de su pequeña mentira, algo que no se tardó en ocurrir. Los tres ojos del demonio enrojecieron y su cuerpo se vio rodeado de fuego. En cualquier otra ocasión, Marco se hubiera asustado por la explosión de ira de su novio pero él sabía perfectamente como volver a calmarlo y no, no incluía un terapeuta o un bonito conejo blanco.


—¿¡Cómo te atreves a siquiera pensar que dejare que cualquier estúpido humano pueda...!?—Tom se detuvo apenas noto que Marco estaba acercándosele. Su cuerpo estaba rodeado por llamas que lo lastimarían y eso era algo que jamás permitiría. Recordó los consejos de su terapeuta y se obligó a sí mismo a calmarse, lo suficiente para no dañar a su persona más preciada.


Marco invadió su espacio personal y se abrazó a él, enterrando la cara en la curva de su cuello. Simplemente amaba su olor. Se estiro hasta que su boca estuvo cerca de su oreja y mientras la rozaba con la punta de su nariz le susurro:


—Era una broma, yo siempre seré tu princesa—nada más terminar de hablar, las llamas se extinguieron. Jugar con fuego tenía un significado diferente cuando tu novio es un demonio con problemas de ira—vamos a ver la película antes que quemes mi casa...y si lo haces no habrá besos por tres meses—


—¿Tres meses...y si te construyo un palacio?—pregunto con una sonrisa Tom mientras apretaba sus brazos alrededor del cuerpo de Marco que aún no se apartaba de el—aun no conozco a tus padres ni tu a los míos. Quizás podríamos dejar que se conozcan—


—Creo que aún no es buen momento—comenzó a decir Marco pero al ver a Tom fruncir el ceño otra vez se apresuró en continuar—pero me gustaría que vinieras a cenar con la familia, podría pedirle ayuda a Star por si mis padres...—


—¿Para qué vas a pedirme ayuda, Marco?—nada más oír la aguda voz de su mejor amiga, Marco se separó de un salto de Tom que se quedó mirándolo confundido—¿Sera para pelear con algún monstruo con tres cabezas que quiere...? ¡Ah, hola Tom!—


— ¿¡Star, que haces aquí!?—exclamo Marco separándose de Tom mientras miraba aterrorizado a su mejor amiga que lo miro a su vez con una sonrisa—se suponía que ibas a tener una pijamada con Janna—


—Sí, eso, Janna dijo que tenía que hacer algo muy importante y se fue...me aburrí pero me acorde que ibas a ver esa película tan genial—respondió Star dando un saltito en donde estaba. Inconsciente de la expresión abatida de Marco que se dejó caer en el sillón—pero no se preocupen por mí, ustedes sigan con su cita e imaginen que yo me convertí en un cojín sentado en el sillón—


Tras eso, la rubia se dejó caer en el sillón más alejado del que se encontraba Marco. Su mirada fija en el televisor.


— ¿Estas bien, bebe?—Tom se sentó al lado de Marco y rodeo su cuerpo con sus brazos para poder acercarlo hacia si—aún podemos disfrutar de nuestra película con Star aquí—


—Yo quería una cita perfecta...espera un momento ¿me llamaste "bebe"?—


—Sí, lo hice...a ti no te gusta que te llame princesa así que pensé que podía ser cariñoso de otra manera ¿no te gusta?—pregunto el demonio frotando su mejilla contra la de Marco que rio bajito. En verdad amaba a su novio humano y sus tiernas reacciones—aún podemos tener una cita perfecta con ella aquí, solo la ignoraremos—


—Tienes razón, de todas maneras siempre se queda dormida en todas las películas—a pesar de no tener precisamente la cita que quería, Marco no podía sentirse menos afortunado al tener allí con él a su demonio. Miro a Star que se había sentado en el sillón de manera que para mirarlos debía girarse por completo. Aún tenían algo de privacidad "¿para qué quiero tanta privacidad? No es como si nosotros fuéramos a hacer..." Marco sintió como sus orejas se calentaban tan siquiera pensar en que Tom y el llegaban a hacer algo más que besarse. No es que no lo deseara pero no sabía exactamente que debía hacer si llegaban a eso.


— ¡Vamos, Marco, que comience la película!—grito Star agitando los brazos.


Suspirando, el chico se puso de pie y tomo el control remoto. Encendió el televisor y tras apretar unos botones más la película comenzó a reproducirse. La princesa de Mewni soltó un gritito de emoción y abrazándose a un cojín comenzó a ver la película. Tras eso, Marco regreso al sillón donde se encontraba Tom y tomo asiento a su lado.


—Bueno, espero que te guste la película que elegí—susurro mientras se acomodaba en el sillón. Este era de dos cuerpos y a pesar que tenía mucho espacio para sentarse eligió quedarse muy cerca de Tom—yo también quiero llamarte de una manera especial ¿te gustaría eso a ti?—


—A mí me gusta cualquier cosa que me des, Marco, aunque en estos momentos lo único que quiero es tenerte más cerca—lentamente Tom paso el brazo por sobre el hombro del chico y lo acerco hacia el—me encanta esta película pero ya la había visto—


— ¿De verdad? Yo pensé que aún no... ¿Tom?—antes de que Marco pudiera decir algo más, el demonio se abalanzo sobre el para comenzar a besarlo.


En casi cualquier otro momento, Marco no hubiera opuesto resistencia a ser besado por su novio pero en la habitación también se encontraba Star. Se sentía avergonzado con ella allí.


—T-Tom...Star está aquí—susurro cuando el demonio le concedió un espacio para respirar. Tom lo miro con una sonrisa que le hizo honor a su naturaleza infernal antes de ladear su cabeza para comenzar a repartir besos por su cuello—ah, Tom, ella nos vera—


—Star está más interesada en la película así que no hay problema mientras no hagamos ruido—susurro el también al tiempo que tomaba el control remoto y le apuntaba a la televisión para subir un poco más el volumen—ahora ya no hay problema—


Marco tenía un par de quejas más pero estas murieron cuando Tom comenzó a chupar su cuello. Eso se sentía tan bien y como si no fuera poco sus manos tampoco se quedaron quietas. Tom mordisqueo su cuello mientras su mano derecha acariciaba su abdomen. El cuerpo de Marco jamás se había sentido tan bien, llevo sus manos al cuello y a los hombros de su novio tratando de sostenerse, de alguna manera pensaba que si lo soltaba iba a caerse. Acaricio su cuero cabelludo y enredo los dedos en su cabello. Tom lo empujo contra el sillón y se posiciono frente a él sin detener sus besos.


Quería marcarlo y que todo el jodido universo supiera que si alguien llegaba a ponerle un dedo encima a su "princesa" a ese alguien le esperaba un verdadero infierno.


De pronto lo recorrió un escalofrió, uno muy placentero. Marco, en medio de su disfrute había comenzado a acariciar la base de sus cuernos y probablemente el chico no sabía que estaba haciéndolo. Ni debía sospechar que en los demonios ese era un punto sensible.


—Princesa...bebe...eres un chico muy travieso—dijo cerca de la oreja de su novio que abrió los ojos confundido. Tom disfruto con su aturdimiento inicial y antes de que el pudiera hacerle alguna pregunta guio la mano que tenía en el estómago de Marco más abajo. Justo donde se hallaba su entrepierna. Previendo un jadeo de sorpresa se apresuró en unir sus bocas otra vez y mientras metía su lengua en la boca de su novio comenzó a frotar descaradamente la erección que estaba formándose bajo su palma. Marco gimió entre sus labios pero no detuvo su mano, es más, levanto la cadera para seguir sus movimientos.


—Aahh...yo...Tom...—alcanzo a decir el humano en una pausa que su novio le concedió para recuperar el aire—yo no tengo...jamás he hecho esto con nadie—


—No sabes lo feliz que me haces, bebe, así no tendré que matar a nadie—rio el demonio antes de volver a hacerse con el control de su boca. Quería enseñarle a Marco, ser el primero en todo y el fuego dentro de si deseaba hacerse cargo de aquella educación. Siguió acariciando su entrepierna al tiempo que su otra mano continuaba acariciando el resto de su cuerpo.


Marco volvió a jadear, aunque trato de hacerlo lo más silenciosamente que pudo para no alertar a Star de lo que pasaba a sus espaldas.


Realmente no entendía como un demonio podía hacerle sentir en el cielo.


Se sentía caliente, todo su cuerpo ardía bajo las caricias que su novio le daba...pero él deseaba más. No tenía idea de que debía venir a continuación pero entonces recordó que Tom le había dicho que amaba cualquier cosa que viniera de él. Debía ser valiente, se dijo a sí mismo y cogiendo todo su valor se separó de él. Disfruto un segundo de su sorpresa antes de treparse a su regazo, su entrepierna muy cerca de la suya.


—Te amo—susurro sobre sus labios llevando otra vez sus manos a su cabeza para repetir eso que parecía haberle gustado tanto. Ladeando la cabeza fue el quien inicio esta vez el beso e ignorando la presencia de su mejor amiga se dijo a si mismo que se dejaría llevar.


Tom sentía que por primera vez quien iba a fundirse en llamas seria él. Marco estaba besándolo torpemente pero con tanta entrega que eso no le importó en lo absoluto. Lo sujeto por la cadera con una mano y la otra fue a un lugar que él amaba. Un lugar al que no se había atrevido llegar antes: el trasero de su chico.


Lo apretó sin consideración, ganándose un gemido y un movimiento involuntario que solo empeoro las cosas. De no haberlo hecho, Marco no hubiera empujado su cuerpo hacia abajo. Tom estaba en su misma condición...eso o le había crecido un cuerno donde no debía. Quería comprobar que no estaba equivocado y que no era el único excitado.


Marco era joven pero había investigado muy bien sobre los cambios de su cuerpo.


—Travieso...eres muy travieso—rio bajito el demonio al tiempo que apretaba el trasero del humano. Casi no podía creer que Marco se hubiera atrevido a tomar la iniciativa y menos en ese momento pero no iba a dejar de disfrutarlo. Acaricio su espalda sin soltar su agarre. El recuerdo de las pantaletas blancas de encaje aún estaba fresco en su cabeza y quería comprobar si Marco las llevaba puestas esa noche también.


Volvió a besarlo para acallar los deliciosos sonidos que escapaban de su boca antes de darle una suave palmada. Marco no se quejó sino que apretó un poco más su cuerpo contra el suyo. Era imposible que no se hubiera dado cuenta que él estaba igual de excitado, a cada roce su entrepierna se frotaba contra su glorioso trasero y su erección hacia lo mismo contra su estómago.


Ambos estaban en el límite.


Marco abrió los ojos en el momento que Tom comenzaba a colar la mano en su pantalón. Estaban yendo tan rápido y le gustaba tanto pero aun así tenía miedo de ser descubierto. Su pene se apretaba en su pantalón y el enorme bulto en el que estaba sentado le decía que su novio estaba igual.


—Tom...deberíamos...deberíamos parar—susurro alejándose un poco del demonio que abrió los ojos. Marco temía que su novio fuera a enfadarse—yo no quiero...no quiero hacerlo así—


Por un segundo, Tom pensó que Marco estaba haciéndole una broma, una pésima broma y la ira burbujeo en su interior, pero tal como apareciera se esfumo al ver la expresión afligida de su "princesa". No quería hacerle sentir mal y sospechaba que Marco ya se sentía de esa manera.


— ¿Qué sucede, no te gusta esto?—pregunto de la manera más suave que pudo mientras trataba con todas sus fuerzas que su erección dejara de tocar el trasero de Marco—yo no te obligaría a hacer nada que no te gustara—


— ¿De verdad? Es solo que...aahh...lo siento, dame un segundo—conteniendo un nuevo gemido, Marco se bajó del regazo de Tom y se sentó a su lado, evitando mirarlo—perdóname, me deje llevar antes y...y me dio miedo—


"¿Miedo?" pensó Tom tratando de no enternecerse con la inocencia de su novio.


Suspirando paso su brazo por sobre el hombro de Marco y lo apretó contra su costado. Se dejó caer sobre el respaldo del sillón y le dio un beso en la mejilla al chico.


—Supongo que íbamos muy rápido, princesa, no te preocupes por mí—


—Claro que me preocupo por ti, eres mi novio demonio que siempre está enojándose—rio Marco apoyando su mejilla en el hombro de Tom que sonrió al tiempo que acariciaba su espalda—lamento eso...ya sabes—


—Supongo que te refieres a mi pobre cuerpo que fue engañado por el hermoso cuerpo de mi princesa—respondió mientras una idea se formaba en su cabeza. Tomo la mano de Marco y suavemente la llevo a su abdomen—te perdonare si me ayudas con este problema—


—E-Eso, no sé si podamos hacer algo así—dijo Marco tragando saliva. Sabía perfectamente a lo que Tom se refería, de hecho a el también le molestaba demasiado el roce de su pantalón contra su despierto pene—yo también...pero yo no sé...—


—No te preocupes, ella ya está dormida como un tronco—honestamente, a Marco ya se le había olvidado que Star estaba allí pero sus suaves ronquidos le hicieron confiar en sus palabras—a mí me gustaría mucho verte haciéndolo—


Marco noto el calor en sus orejas, estaba apenado por todo lo que hicieran antes. Lentamente dirigió su mirada hacia abajo y vio el bulto en los pantalones de su novio. Volvió a tragar saliva, de verdad quería hacer feliz a su novio. Quizás si no miraba mientras lo hacía podría...


—Aahh...bebe—El avance de Marco tomo por sorpresa a Tom, estaba seguro que iba a hacerlo aunque no se esperaba que fuera tan rápido, como siempre lo sorprendía.


Lo acaricio por sobre la tela suavemente, demasiado suave para su gusto así que antes de que pudiera negarse, Tom estiro su brazo y bajo de un tirón su pantalón, revelando la punta de su pene, brillante por el líquido pre seminal.


Marco ahogo una exclamación pero no alejo su mano. Lentamente y con algo de temor lo toco. Ardía, su piel quemaba. Jadeando, rodeo su pene con su mano y comenzó a frotarlo. Su piel suave se deslizaba bajo sus dedos. Estaba tan duro y caliente. Levanto la vista hacia el demonio y lo que vio le robo el aliento, jamás había visto esa expresión en el rostro de su novio. Los ojos entreabiertos, las mejillas encendidas y su boca...simplemente no podía negarse a nada ante esa visión y sin dejar de mover su mano se estiro hacia el para besarlo.


—Marco, déjame a mí también disfrutarte—dijo Tom cuando Marco se alejó de el un poco para respirar. Recordaba perfectamente que ambos estaban en igual condición. Guio su mano por su cuerpo hasta llegar a su pantalón el cual abrió antes de bajárselo. Su pene pareció aliviado al ser liberado. Imitando a Marco comenzó a frotarlo también, rítmicamente y de la manera más delicada que podía.


—Tom...me gusta...ah te amo—gimió acomodándose en el sillón para poder besarlo. No había podido detenerse tras sentir el placer que su novio le estaba dando.


Star no podía creer que ellos estuvieran haciendo eso...¡¡Era alucinante!!


Al principio no le había creído a Janna que ellos se pondrían románticos pero ahora que estaba a unos metros solo podía sonreír como una loca.


Se alegraba tanto por su mejor amigo, Marco merecía toda la felicidad que pudiera recibir y Tom parecía estar más que dispuesto a hacer feliz a su amigo. Ellos de verdad se amaban.


Trato de acomodarse en el sillón de la manera más sigilosa que pudo, no quería perderse nada y mucho menos dejar caer el teléfono que Janna le diera para que pudieran tener para siempre esa maravillosa escena.


De pronto oyó un gemido más largo provenir desde su espalda y prácticamente tuvo que arañar el cojín que tenía en su regazo para no darse vuelta.


Era una suerte que estuviera grabándolo todo.


Después de acabar entre los suaves dedos de su princesa, Tom dejo caer su cabeza sobre el respaldo del sillón. Una sonrisa perezosa se dibujaba en su rostro mientras Marco, acostado sobre su pecho recuperaba el aire. Lo había hecho acabar antes que él y su propia liberación acelero la suya. Era imposible aguantar teniéndolo tan cerca, jadeando y gimiendo su nombre casi como un mantra. Realmente deseaba repetir aquello pero dudaba que Marco fuera a permitírselo tan pronto.


Marco se veía realmente lindo con esa expresión en su rostro.


Era una suerte que hubiera descubierto a Star grabándolos con un teléfono. 

Notas finales:

Gracias por leer!!

No sean malos y dejen un comentario, asi me animo y escribo mas ;)


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