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Después de la tormenta por Crazyana

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Notas del fanfic:

Continuación de "La tormenta que precede la calma"

Un carraspeo de garganta me volvió a la realidad, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí parado observándonos. Otro carraspeo, un poco más profundo esta vez, hizo que le prestara toda mi atención.

Ambos me miraban esperando a que dijera algo. Así que Isaac tomó la iniciativa, mientras yo escondía mi cara para limpiarme rápidamente las lágrimas.

– Hola, soy Isaac, novio de Damián –. Le dijo tendiendo su mano para saludarlo.

Por el rostro de Enzo pasó fugazmente una expresión de decepción, o tal vez quise que eso fuera, antes de corresponderle el saludo con una grata sonrisa.

– Hola. Soy Enzo… un amigo de la infancia.

Por alguna razón me puso incómodo que Isaac dijera que soy su novio, pero no tenía nada que ocultar. Enzo se había ido y me había dejado sólo, sin una llamada, sin señales de vida... Él mismo me había dicho en la carta que lo olvidara, y es lo que hice... ¿Y entonces porqué siento ésta angustia?... lo odio...

 

No sé cómo pasó, pero de un momento a otro, estábamos los tres sentado en la mesa tomando cerveza. La situación era un poco incómoda… para mí, porque lo que respecta a ellos dos parecía que se conocían de toda la vida.

Aún no podía creer que fuera Enzo, no podía dejar de mirarlo, estaba ¿cómo podría decirlo? Aún mejor que antes… tan atractivo… ahora que estaba de vuelta iba a volver a su antigua vida con sus amigos y amigas, y… ¡Rayos! ¡¿Por qué volvió?! ¡¿Por qué?!

– ¿Estás bien? – La pregunta de Isaac me tomó desprevenido, creo que mis gestos estaban gritando mis pensamientos.

– Ahh… estoy cansado.

Mi novio conocía mi historia con Enzo y rogaba para que no se diera cuenta que me había afectado el haberlo visto de nuevo.

– Estoy demasiado cansado por el viaje, así que me voy a dormir –. Agradecía su buena voluntad de desaparecer de mi vista –. Eso, si no alquilaste mi habitación a alguien más…

– No te preocupes… no vivimos juntos – dijo Isaac en un tono algo picante.

– Tu habitación está tal cual la dejaste – Intervine rápido –. Ahora te doy sábanas.

– Gracias. Que tengan buena noche.

Agarró sus bolsos y comenzó a subir la escalera, un ladrido llamó la atención de todos.

– No me olvidé de vos, vas a dormir acá abajo –. Y el perro como si hubiese entendido se echó en la alfombra.

 

Cuando me disponía a ir por un juego de sábanas Isaac se levantó de la silla.

– Me voy –. Me quedé mirándolo, no quería que se fuera todavía porque tenía miedo de que si no lo aclarábamos ahora se imaginara cosas que no eran, pero por otra parte no quería que se sintiera incómodo. Estaba en una encrucijada… tenía que empezar a pensar en mudarme –. No te preocupes – me dijo dándome un beso suave en los labios –. Está todo bien.

Me quedé angustiado cuando se fue.

Con las sábanas en la mano golpee a la puerta de Enzo pero no me respondió, pedí permiso y pasé. Estaba acostado sobre las frazadas aún con la ropa puesta y la respiración me indicaba que estaba profundamente dormido, dejé las sábanas en la silla.

Me arrodillé a un lado de la cama y lo contemplé por un momento, todavía no podía creer que estuviera acá ¿por qué no había llamado antes para avisar? ¿Por qué se había ido así? Tenía tantas cosas que preguntarle, pero de algo estaba muy seguro, no lo iba a perdonar.

Cuando estuve en mi habitación busqué mi celular para ponerlo a cargar, estaba apagado, ni lo prendí porque recordé que Pamela lo había reconocido, así que imaginé que tendría más de veinte mensajes suyos para saber que pasó. Mejor me iba a dormir porque el día después sería realmente duro.

 

XOXOXOXOXOXO

 

Isaac…

 

Llegué a casa con pesadez, rogando no encontrarlo despierto porque en este momento no tenía ganas de aguantar sus guarradas.

Pero como todo, el día de hoy está en mi contra, estaba despierto. Los gemidos se escuchaban desde la entrada, no entendía la necesidad de ver pornografía con el volumen tan alto. Entré a mi habitación casi flotando para no hacer ruido y me tiré en la cama como estaba, solo me saqué las zapatillas, me llevé el antebrazo a los ojos y suspiré.

Solo pasaron segundos cuando lo sentí acostado a mi lado.

– En serio, no estoy de humor para esto.

– ¿Problemas en al paraíso? – No contesté – No te quiero molestar… pero en verdad estoy re duro y necesito descargar.

– Ahora no, por favor… – Dije casi resignado – y de todas maneras, si sabes que no podes terminar ¿para qué lo empezás?

– Es que estaba navegando y se abrió esta página “Tallas D” y sabes que no puedo con mi genio…

De nada iba a servir ignorarlo, así que saqué mi brazo de mi cara con mala gana y lo miré resignado. Estaba acostado a mi derecha, tenía tan solo un bóxer que ahora se encontraba a la altura de los muslos; con su mano derecha empuñaba ese pedazo de carne que lo conocía mejor que al de Damián, y eso que Damián es mi novio. Sergio es mi amigo y compañero de piso. “No es gay” para que quede claro, solo le gusta que lo mire mientras se masturba… retorcido ¿no? Pero prefiero esto a que termine preso por exhibicionista y tener que llevarle cigarrillos a la comisaría.

Lo miré profundamente, recorriendo con la mirada desde el movimiento de su mano sobre su miembro húmedo, subiendo lentamente por su abdomen, contraído por el esfuerzo; su pecho levemente agitado y brillante por la transpiración; sus labios húmedos y casi abiertos, para finalmente encontrarme con esos ojos cafés que me trastornan la vida. Su cuerpo se contrajo y eyaculó sobre su abdomen.

Mientras se recuperaba de su clímax, mi mirada se quedó perdida en sus labios, por inercia me moví hacia su cuerpo, hizo un movimiento rápido y terminó en el suelo. Se incorporó y me echó una mirada de reproche, no aguanté más y estallé en una carcajada. Me gustaba molestarlo acercándome mucho a él con intenciones de tocarlo porque sabía cómo se ponía, hacía que lo viera mientras se la jalaba pero ni que fuera a acercarme.

– No es gracioso – dijo mientras se subía el bóxer y desaparecía por la puerta.

– ¡Te lo tenés merecido! – Le grité, mientras me limpiaba las lágrimas.

 

Ahora podía concentrarme en mi novio. No piensen mal, no lo engaño, porque solo mirar no es engaño… ¿o sí?

¡Mierda! Ahora que pensaba en Damián, recordé a Enzo, está mejor de lo que me imaginaba. En realidad me imaginaba a alguien chamuscado, después del accidente que me contó Damián...

¿Cómo tuvo el descaro de volver después de lo que le hizo? Es evidente que Enzo no se olvida de él, noté su cara de decepción cuando le dije que era el novio. Damián también se sintió afectado cuando lo vio y ahora van a vivir juntos otra vez… no soy celoso, pero de repente me siento inseguro.

Pero no iba a permitir que me lo arrebatara, él no aprovechó la oportunidad que tuvo y lo hizo sufrir mucho… todo va a estar bien, supongo.

 

XOXOXOXOXOXO

Notas finales:

Gracias por leer!!!!


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