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L'appel de la vie por Girlyfairly

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Notas del capitulo:

Como dije... el último capítulo :( el cual  contiene una canción, dernière danse-Kyo. En francés "Elle" es ella e "Il" es él. La canción original es "ella" pero lo modifiqué para que pegue más. Y la traducción, la conseguí de Google, pero me aseguré de leerla y modificar ciertas cosas, porque hay traducciones que las hacen tan literal que ni se entienden. Solo eso :) fue un placer hacer este fanfic para ustedes.

 

 

12.DERNIÈRE DANSE.


Lawliet sintió su garganta cerrándose cuando aquel hombre se acercó por completo cargando a Dilan con un brazo, y rodeando la cintura de Light con el otro antes de besarle en la sien.

—¿Te gustó nuestro regalo?— preguntó con la misma emoción que Dilan mostraba en su rostro al esperar una respuesta, pero enarcó una ceja confundido al verlo asentir de manera simple y nerviosa, no era la reacción que hubiese esperado, pero apartó la vista de Light cuando la otra persona carraspeó la garganta.

—Perdón por no presentarlos— se disculpó Light rápidamente con una sonrisa torcida a causa de los nervios —Teru, él es Elle Lawliet, ya te he hablado de él.

—Un gusto conocerte en persona— interrumpió Teru antes que el castaño continuase, extendiendo su brazo derecho, siendo su mano estrechada por Lawliet —Yo soy el novio de Light— sonrió, escuchando a su novio bufar a su lado, quizá por no haberle permitido ser él quien lo dijese, pero es que Teru no había podido evitarlo.

—Si... Lawliet, él es Teru Mikami... mi novio— masculló apartando la vista, ciertamente incómodo porque hubiese querido hablarlo solo con Lawliet, no con los dos presentes.

—Un gusto en conocerte— susurró el azabache antes de soltar la mano de Teru, esperando que éste no hubiese notado el posible sudor o notable enfriamiento de sus dedos luego de la noticia

—¡Papá, quiero hacer pis!— interrumpió Dilan moviéndose nervioso en los brazos de Mikami, apretando su entrepierna con sus dos pequeñas manos.

Dos de los presentes soltaron un disimulado suspiro, aliviados de que alguien hubiese cortado el incómodo momento, pero antes de que Light tomase a Dilan en brazos para llevarlo al baño, Teru se lo impidió.

—Yo lo llevaré— comenzó, esforzándose por esbozar una sonrisa —Ustedes parecían estar hablando antes de que yo llegase, yo llevo al niño para que continúen.

—Teru...— llamó Lawliet suave pero rápidamente, humedeciendo sus resecos labios nervioso al sentir la penetrante mirada del pelinegro sobre él —¿Te molestaría si invito a tu novio a bailar conmigo?-
Se mantuvo calmo, aunque por dentro los nervios lo estaban matando.

La historia para Light no era muy distinta, quien se quedó sin aliento al escuchar la pregunta de Lawliet, y más cuando sintió la mano de su novio entrelazándose con la suya.

—Es su decisión— sontestó seguro, pero no por ello completamente convencido, no quería demostrarle a Light que estaba celoso, porque después de todo, ese hombre era con quien su novio había estado casado —Yo... confió en él— finalizó luego de pensarlo unos segundos, acercándose a su novio y besándole castamente los labios antes de alejarse, porque era verdad, confiaba en él y en el amor que decía sentir, además que no quería tener problemas con Light a causa de su exesposo, más cuando sabiendo que de querer seguir con el castaño, debía hacerse la idea de tener a Lawliet presente por siempre,al final, él era el padre biológico de Dilan.

—Light, ¿te gustaría bailar?— interrumpió unos segundos después, igual de nervioso, porque aunque Teru había dado a entender que no se molestaría, eso no quería decir que Light aceptaría.

—Que sea nuestro último baile— contestó antes de ponerse en marcha hacia el centro del salón.

Lawliet lo siguió, sintiendo su boca amarga al repasar las palabras de Light, al notar el énfasis que hizo en la palabra "último", pero era comprensible, no podía retroceder cinco años, ahora Light estaba con Teru.

Se situaron frente a frente casi al medio, entre las otras parejas que danzaban lento la canción que estaba por acabar. Tomaron posiciones esperando que una nueva diese incio, Lawliet aún nervioso, rodeó la cintura del castaño con ambos brazos, pero en lugar de que Light le rodease el cuello, éste sólo colocó sus manos sobre los hombros del azabache, pero aún así la cercanía era tanta que cada uno se podía ver reflejado en las pupilas del otro.

Y el suave balanceo y movimiento de pies inició cuando las primeras notas se dejaron escuchar.

 


J'ai longtemps parcouru son corps
Recorrí su cuerpo mucho tiempo

Effleuré cent fois son visage
Rocé su rostro ciento de veces

J'ai trouvé de l'or
Et même quelques étoiles en essuyant ses larmes

Encontré oro
E incluso algunas estrellas al secar sus lágrimas

Et j'ai appris par cœur la pureté de ses formes
Parfois je les dessine encore

Y he aprendido de memoria la pureza de sus formas,
Y a veces aun las dibujo

Il fait parti de moi
Él es parte de mí

 

—¿Por que no me lo habías dicho?— se atrevió a preguntar despacio, cuestionándose si realmente era obligación que Light lo mantuviese al tanto de su vida.

—Pensaba hacerlo, realmente me hubiese gustado estar presente la última vez que llegaste por Dilan para poder hablarlo— apartó la vista apenado, pese a que ya no amaba a Lawliet, lo quería y lo iba a querer por siempre, por lo que hubiese querido ser él el primero en decírselo.

—¿Hace cuanto son novios?— sujetó con más fuerzas la cintura del castaño, dirigiendo el baile.

-Hace unas semanas, aunque mis padres no lo saben aún, para ellos Teru es solo un amigo. Misa tampoco lo sabe aún, no quiero que nadie lo sepa hasta no estar seguro que funcionará. 

—¿Y por qué no  funcionaría?— cuestionó, agudizando la mirada al sentir los dedos de Light enterrándose levemente en sus hombros, quedándose luego en silencio mientras parecía pensarlo un poco.


Je veux juste une dernière danse
Quiero solamente un último baile

Avant l'ombre et l'indifférence
antes de la sombra y la indiferencia

Un vertige puis le silence
Un vértigo y después el silencio

Je veux juste une dernière danse
Quiero solamente un último baile


—Porque... no sabía si estaba listo para una relación— contestó despacio agachando la mirada —No quisiera equivocarme, no quisiera que pasase de nuevo...

—Lo siento...— masculló avergonzando.

—¿Que...?, ¡no, no digas eso!— interrumpió con premura, sonriendo para disolver la tensión —No debes disculparte, no es como si fuese tu culpa, son idioteces mías que de apoco voy superando... además, sé que Teru me ama.

—¿Y tú lo amas?— la pregunta salió sola, ni siquiera sabía qué la había creado, pero se reprendió de haberla formado.

—Con toda el alma.

Inevitablemente el silencio se formó de nuevo, balanceándose ambos cuerpos con la música, y es que la respuesta de Light había logrado calar a Lawliet, porque el castaño no había dudado ni un segundo, pero no pudo evitar sentir su pecho lleno de quietud cuando a esa respuesta, le acompañó una sonrisa... Light se veía feliz, y a Lawliet le gustaba verlo así.

 


Je l'ai connue trop tôt mais c'est pas de ma faute
Lo conocí antes de tiempo, pero no fue mi culpa

La flèche a traversé ma peau
La flecha atravesó mi piel

C'est une douleur qui se garde
Qui fait plus de bien que de mal

Es un dolor que se mantiene
Que hace más bien que mal

Mais je connais l'histoire, il est déjà trop tard
Pero ya me sé la historia, es demasiado tarde

Dans son regard, on peut apercevoir qu'il se prépare
Au long voyage

En su mirada se puede percibir que se prepara
Para un largo viaje


—Lawliet...— carraspeó la garganta nervioso —Creo en las segundas oportunidades, pero no siempre se presentan como nosotros quisiéramos. Quizá fui un cobarde al huir, quizá quedarme hubiese sido lo correcto, no lo sé, pero ya no importa, lo que sé es que soy feliz junto a él— hizo una pausa, sin despegar su mirada de aquellos ojos ónice que lo veían directo, la cercanía era tal que podía percibir su perfume, y por un momento el aroma de Lawliet le causó nostalgia —Pero tú fuiste la primera persona de la que me enamoré, mi primer novio, mi primer amor, mi primera vez… y aunque lo nuestro no funcionó, eso no cambia la realidad, te quiero por lo que fuiste y por lo que eres, eres un buen hombre y el mejor padre que Dilan pueda tener, por lo que yo sé que tú también tendrás tu segunda oportunidad, y cuando se presente, no la desaproveches.

—Yo también te quiero Light, siempre serás parte de mi, aunque te cases con otro— concluyó fingiendo un puchero, sonsacándole una risa al castaño.

—Ya veo de quién Dilan ha aprendido a hacer esas caras, y... ¿quien ha hablado de matrimonio?— sonrió divertido, sin embargo el rostro de Lawliet volvió a uno más serio.

—¿Acaso no quisieras casarte con Teru?— su pregunta pareció tomar desprevenido al castaño, quien emitió un leve jadeo de sorpresa junto a un pequeño sobresalto.

—Qué cosas dices...— susurró apartando la mirada — Admito que Teru me lo ha mencionado pero aún es muy pronto. Además, yo aún no termino mi carrera y tampoco tengo... 

—¡Light!— decidió interrumpirlo. Quizá el castaño tenía razón al decir que aún era muy pronto para hablar de matrimonio, pero lo conocía lo suficiente para saber que esa idea ya había cruzado por su cabeza antes —No fue esa mi pregunta, y no temas en dañarme con tu respuesta.

Light guardó silencio un momento, sintiendo su corazón galopear con bastante fuerzas y sus mejillas ardiendo, y es que mentiría si dijese que no le emocionaba pensar en una boda cada que su novio se lo mencionaba.

—Si... si quiero— susurró con una sonrisa nerviosa, no pudiendo deshacerla aunque quisiera.

—Ojalá pudieras ver cómo te han brillado los ojos— sonrió recordando cuando esa mirada color miel se iluminaba por él.

El tan conocido silencio se hizo presente de nuevo entre ellos, decidiendo nada más sostenerse las mirada mientras sus pies seguían moviéndose lento junto a la canción, casi pudiendo ver reflejado la historia de ambos en los ojos del otro.

 

Je peux mourir demain, ça ne change rien
Puedo morir mañana, eso no cambia nada

J'ai reçu de ses mains
Le bonheur ancré dans mon âme,

Recibí de sus manos la felicidad anclada en mi alma

C'est même trop pour un seul homme,
Es incluso demasiado para un solo hombre

Et je l'ai vu partir, sans rien dire
Y lo vi irse, sin decir nada

Je voulais seulement qu'il respire,
Basta con solo saber que él respira

 

Merci d'avoir enchanté ma vie (gracias por haber encantado mi vida)— juntó su frente a la del castaño luego de haber entonado la última frase, disfrutando la compañía los últimos momentos al percatarse que la música iba en descenso.

Y así fue, tan pronto la canción se detuvo, volvió a la realidad, en donde estaba rodeado de más personas y en donde tuvo que soltar la cintura de Light, regresando ambos mientras se abrían paso entre las demás parejas, hasta llegar a la mesa donde Teru se encontraba hablando con el pequeño Dilan.

—El niño dice que tiene sueño— comentó poniéndose de pie cargando a Dilan con un brazo, acercándose a la pareja a la que disimuladamente tenía varios minutos viendo mientras bailaban.

—¿¡Qué!?, pero si apenas son las nueve, en casa tengo que andar tras de ti para que te duermas temprano— frunció el entrecejo, cruzándose de brazos porque le hubiese gustado quedarse hasta que el evento finalizase.

—¡Pero papá, tengo sueño!— el pequeño hizo un puchero antes de ocultar su rostro en el cuello de Mikami.

Lawliet sintió una recriminadora mirada sobre él luego de la adorable mueca que su hijo había formado. Light suspiró, la música de fondo había vuelto y la pista de baile poco a poco se iba vaciando, regresando las personas a su mesa, teniendo claro que el evento de su padre estaba por iniciar, y debido al retraso no sabía cuánto éste podía durar.

—Ya, está bien, vamos a buscar a tu abuelo para decirle que nos vamos a casa— respondió ofreciéndole sus brazos al pequeño para cargarlo —Dile adiós y buenas noches a papá— se acercó hasta Lawliet, y Dilan hizo como se le dijo, casi lanzándose para abrazarlo.

—Te quiero papi— rodeó con sus pequeños brazos el cuello del mayor, hundiendo su rostro en el pecho de él, y Lawliet sonrió al escucharlo, estrechándolo con más fuerzas.

—Yo también te quiero campeón, mañana llego por ti para que vayamos al parque ¿está bien?, pero debes portarte bien— de manera juguetona le apretó la nariz suavemente, sonsacándole una carcajada a su hijo, quien asintió emocionado de solo imaginar que iba a estrenar la pelota que su abuela le había regalado.

Dilan regresó a los brazos de Light, quien se despidió con una sonrisa antes de voltear, tomando la mano de su novio y alejándose los tres. En un momento, Lawliet alzó su mano y la agitó levemente imitando el ademán de su hijo, quien descansaba su cabeza en uno de los hombros de Light, pero que agitaba sus deditos sonriente diciéndole adiós al azabache mediante se alejaban.

Lawliet buscó a sus compañeros, saludó a algunos invitados y eligió una mesa donde aceptó otra copa de champagne, reproduciendo los eventos recientes, desde la emoción que sintió cuando vio a Light al final de la escalinata, pasando por la nostalgia que fue haberlo sentido tan cerca al bailar, finalizando por el inevitable vacío que sentía ahora que lo había visto marcharse, tomando la mano de alguien más.

 

 


-_-_-

 

 


Dos años después

 

La ultima maleta fue cerrada antes de salir con ella de la habitación, encaminándose hasta el centro de la sala de una casa ahora vacía. Las demás maletas ya se encontraban en su auto, y muchos objetos pequeños y pesados ya habían sido instalados desde el día anterior en su nuevo hogar, una casa pequeña ubicada a quince minutos de distancia, pero con un patio mucho más amplio.

No pudo evitar suspirar al pasear por última vez sus ojos por todo el lugar, reproduciendo inevitablemente tantos momentos que se habían atesorado entre aquellas paredes. Pudo ver claramente la imagen de él abriendo la puerta principal por primera vez al regresar de su luna de miel, mientras con la otra mano le tapaba los ojos a Light para mantener la sorpresa. Uno de los primeros domingos también apareció frente a sus ojos, donde preparar el desayuno juntos entre juegos y toqueteos fue una costumbre que con el tiempo se fue dejando. Le pareció demasiado real las risas que ahora acompañaban al nuevo recuerdo, ése de ellos dos jugando estúpidamente entre las sábanas de su cama... el problema es que entre las imágenes más avanzaban, menos le agradaban... vio a Light demasiado ocupado en la mesa, dejándolo dormir solo como muchas noches. Creyó escuchar los gritos de una pelea, una noche cuando Lawliet quería salir a cenar y Light había dicho que estaba cansado. Vio a ambos alejándose sin realmente haberlo percibido, cerrándose de a poco cada quien en su mundo. Y se vio él mismo, se vio llegando más noche, se vio colocando él mismo la ropa en la lavadora para que Light no fuese a percibir el aroma de Kiyomi, se vio quitándose su anillo cada que dejaba la casa, y se vio regresando aquella noche luego del juego, un sollozo ahogado se hizo presente, y también pudo sentir la misma frialdad que había sentido entre sus sábanas esa vez al meterse a su cama junto a Light... las imágenes eran tantas, y sabía que de seguir ahí, se seguirían reproduciendo hasta llegar al fatídico día, y honestamente era algo que no deseaba revivir, por lo que sacudiendo su cabeza, retomó sus pasos con maleta aún en mano.

El letrero de "se vende" fue dejado atrás, colgado en la ventana de lo que alguna fue su hogar. Ahora zigzagueaba entre las calles tamborileando sus dedos sobre el volante, esperando que no se le hubiese hecho demasiado tarde, los deshojados árboles debido al otoño se desfiguraban en su ventana, y la radio de su auto emitía una antigua canción.

Un poco menos de media hora fue lo que tuvo que conducir antes de apagar el motor de su auto frente a la casa a la que iba a traer o a dejar a Dilan desde hace un año. Tocó la puerta y movió uno de sus pies nervioso mientras esperaba, y aunque ya sabía la situación de Light, no pudo evitar quedarse sin aliento al verlo.

—¡Lawliet!, llegaste antes y Dilan aún está buscando que juguetes llevar, pero pasa y yo iré por él— sonrió, haciéndose a un lado para permitirle la entrada al azabache.

—¿Seguro?, yo puedo ir por él, no quisiera importunarte en tu... estado— entró despacio, sin poder dejar de ver el pequeño vientre abultado que asomaba bajo la floja camisa.

—No, tú tranquilo, toma asiento y yo iré a ver qué le falta, de seguro ya está por terminar, ha estado emocionado desde ayer, no deja de hablar de su nueva casa desde que le contaste que la habías comprado para él.

Lawliet hizo como se le fue dicho, tomando asiento en uno de los esponjosos sofás color vino mientras Light se adentraba a una de las habitaciones contiguas. Y desde su posición, una fotografía de un tamaño considerable colgada en la pared quedó frente a él; en ella se encontraba Teru, el hombre a quien en más de una ocasión había visto luego de su primer encuentro, a su lado, muy cerca y sonriendo se encontraba Light, y en medio de ellos se encontraba Dilan, los tres sentados en una pulcra alfombra color blanco, una fotografía de estudio claramente, una imagen tan nítida que en la mano con la que ambos rodeaban al menor, un anillo brillaba.

—Te dije que estaba casi listo— interrumpió Light al regresar a la sala, provocando que Lawliet se pusiese de pie como un resorte, viendo los abundantes cabellos marrones de su hijo unos pasos detrás del castaño, trayendo en su espalda una mochila roja que lucía bastante llena, pero que dicho peso no fue impedimento para el pequeño correr hasta abrazar la pierna de su padre.

—¡¡Papi!!, ¿¡ya nos vamos!?, ¡ya quiero conocer mi casa!— dio brinquitos emocionado al lado del azabache, quien le revolvió los cabellos a manera de juego.

—Veras que te va a gustar, tu cuarto es un poco pequeño, pero el patio es grande que hasta tiene un pequeño tobogán y columpios para ti— se agachó un poco para tomar a su hijo y cargarlo, aunque a los cinco años Dilan pesaba mucho más, por lo que era una acción que cada vez le costaba más —Estás creciendo demasiado rápido— refunfuñó, porque algún día de estos ya no le sería posible andarlo en brazos.

Light le plantó un sonoro beso en la mejilla al niño y le entregó la maleta más pesada a Lawliet, despidiéndose de ambos con su mano desde el umbral de la puerta. El cinturón de seguridad fue colocado alrededor de la cintura del más pequeño en el asiento trasero, para luego Lawliet rodear el auto y ponerse en marcha. Estaba seguro que él se encontraba igual o más emocionado que Dilan por llegar, moría por verle esos ojitos cafés cuando viese los juegos de madera y plástico que le había instalado en el patio trasero, porque él había quedado fascinado con el resultado.

Durante el trayecto, la música del CD favorito de su hijo es la que había reinado en el auto, cantándolas Dilan todas junto a su padre, Lawliet ya ni se sorprendía por su capacidad de saberse todas esas canciones infantiles de principio a fin, de hecho muchas veces, aún en su trabajo, las entonaba.

—¿¡Llegamos!?— preguntó Dilan moviéndose emocionado sobre su asiento cuando el auto se detuvo. Lawliet se limitó a sonreír mientras le desabrochaba el cinturón.

Dilan daba saltitos nervioso a su lado mientras el mayor intentaba quitar el seguro de la puerta.

—Pero debes quitarte la ropa antes de ir al patio, no quiero que Light se enoje conmigo— ordenó cuando al fin lograron entrar, ganándose un puchero por parte del menor.

Aiii, pero papito, yo quiero jugar ya— hizo sus mejores ojos de cachorro regañado, los que funcionaban muy bien con su padrastro.

—No, debes cambiarte— continuó sin desear verlo para no toparse con esos ojos, pero podía sentirlos, por lo que se acuclilló vencido frente a él —Si te das prisa, luego ambos comeremos muchos dulces, ¿que te parece?, ummmm pero no le tienes que decir a papá— llevó uno de sus pálidos dedos a sus labios, como pidiéndole a su hijo que le mantuviese el secreto, era bien sabido que a Light no le gustaba que Dilan comiese muchas golosinas.

—Pero papá me dijo que no debo comer muchos dulces, y cuando me pregunte no puedo mentirle— respondió frunciendo el entrecejo, cruzándose de brazos y apretando los labios.

—Pero será una mentira piadosa— intentó persuadirlo guiñándole un ojo.

—Pero Santa no le trae regalos a los niños mentirosos— espetó apretando los puños —Además los caramelos son duros y yo ando un diente flojo, mira...— enseñó sus dientes y con su lengua empujó uno de los incisivos de la parte inferior.

—¿Un diente flojo?, ¿desde cuando?— parpadeó con rapidez, porque Dilan seguía creciendo, y pronto entraría a la escuela.

—Desde hace tres días— indicó orgulloso con tres de sus deditos.

—¡Genial!, así el hada de los dientes te dejará dinero bajo la almohada— le revolvió los cabellos antes de ponerse de pie.

—Pero papi, el hada de los dientes no existe, me lo dijo papá, él dijo que los padres de los niños son los que ponen el dinero, ¿tú me darás mi dólar?— sonrió mostrando los dientes, tomando a su padre de la parte inferior de su camisa.

—¿Y para qué un pequeño hombrecito como tú necesita dinero?

—¡Para comprarme un diente nuevo!, no quiero andar mi boca con hoyos, ¡mis amigos se burlaran de mí!— su carita mostró preocupación, pero a Lawliet esa respuesta y esas facciones le sonsacaron una risa.

—¿Así que no crees en el hada de los dientes pero si crees que los dientes se compran con dinero?— se acuclilló de nuevo frente al pequeño, quien asintió con rapidez —Ok pequeño Light, iremos a jugar al patio y luego nos compraremos un buen detergente para la ropa— suspiró resignado, provocándole un gritito emocionado al menor.

—¡Si!, ¡papito eres el mejor!— se abalanzó hacia él, haciendo que el azabache perdiese el equilibrio y cayese sentado al no estar preparado.

—Pero solo será por esta vez, no quiero ser el papá permisivo, ¿entendido?— advirtió, pero su voz ya no parecía audible para Dilan, quien tomándolo de la mano lo jaló corriendo hacia el patio, donde el pequeño se acostó sobre un cúmulo de hojas secas.

—¡Anda papá, haz ángeles conmigo!— pidió riendo, agitando sus manos y piernas. Lawliet se rascó la cabeza nervioso, imaginándose cómo quedaría el short beige de su hijo.

—Claro, ignora los toboganes que compré para ti— masculló viendo hacia los juegos que se habían construido en el medio —. En cambio mejor tírate en el lugar más sucio que encuentres, te juro que si no fueses mi hijo me preguntaría a quien saliste— continuó murmurando más para él mismo, acostándose sobre el mismo cúmulo de hojas secas al lado de su hijo.

—¡Agita tus brazos papá!— rió más fuerte, divertido de hacer las hojas volar.

Y Lawliet agitó sus brazos y piernas con rapidez, provocando que más hojas volasen por los aires. En algún momento ladeó el rostro al escuchar lo fuerte de las carcajadas de su hijo, y no pudo evitar sonreír al ver a Dilan con los ojos cerrados mientras su barriguita temblaba por la risa, decidiendo cerrar sus ojos también, sintiendo solamente la humedad de la tierra y escuchando a su hijo riendo a su lado.

La vida le había cambiado… cuando era adolescente, convencido hubiese contestado que envejecería junto a Light, jamás se habría imaginado que su matrimonio algún día llegaría a su fin, pero el pasado era algo que no podía cambiar, solo aprender de él y avanzar. Desconocía si en alguna parte del mundo había alguien quien lograse ponerlo nervioso de nuevo, quien lo hiciera suspirar y soñar despierto, de lo único que estaba seguro es que estaba satisfecho con su presente, en él se encontraba esa pequeña personita de dulce voz que a diario le llamaba "papá"... y entonces las palabras de Light vinieron a su mente, acerca de no desaprovechar su segunda oportunidad una vez que se presentase, y Lawliet hace mucho se había convencido que su segunda oportunidad era quien se encontraba a su lado en estos momentos, y por supuesto que no pensaba desaprovecharla ni un solo día de lo que le restaba de vida.

 FIN

 

 

 

 


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