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Casado con el destino por Nadichan

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Me case a los 18, apenas cumplí la edad legal para casarme y el maldito de mi tío me ofreció a altos ejecutivos, mafiosos y millonarios. Recuerdo que me arreglaron como nuca me había arreglado antes, mi cabello fue cortado un poco, peinado, me pusieron el mejor traje que pude tener, me pusieron una loción que juraría era hecha para los dioses y un ramo de rosas blancas.

Una chica coloco un espejo de cuerpo entero frente a mí, para ver mi nueva imagen…no podía creer lo que me mostraba el espejo, nunca me había considerado un chico muy apuesto, pero mierda me veía tan jodidamente guapo. Mi cabello negro antes largo, ahora estaba corto y peinado hacia atrás, mis tontos janes y camisas fueron botadas, por un esmoquin blanco que me entraba como guante, resaltando cada parte mi cuerpo, mis viejos y sucios tenis estaban en la basura, pero en mis pies tenía un par de zapatos italianos de color blanco, mientras que un moño negro adornaba mi cuello, resaltando el azul de mis ojos.

“mierda…soy la novia” pensé enojado y sin ninguna gracia, me podría ver como un hombre apuesto, pero eso no quitaba lo que era y sabía que era yo. El idiota encontró a un interesado en mí…bueno a más de uno y solo decidió por el que le daría más beneficios y el que lo amenazó de muerte si no me entregaba. No entiendo el afán de esos hombres por mí, bueno sé que soy gay desde hace 4 años…sé que experimente con varios chicos y de distintas maneras, pero  nunca me paseaba por discotecas, barrios bajos, altos o subía fotos en internet. ¿Cómo carajos encontró un prometido?

-Will, ya es hora- anuncio la tonta organizadora de eventos.

-ya voy- dije resignado mientras alisaba el saco una vez más.

No tenía ni la más jodida idea de donde estaba, en el momento en el que me dormí hace una semana, perdí la idea de donde estaba. Solo mi tío se dignó a parecer una última vez el día en que desperté diciendo.

-tienes suerte Will, conseguí al mejor hombre que podrías imaginar…sin contar que es asquerosamente rico y me prometió que en el momento en el que te cases con él me dará unas acciones que valen mucho, parece que después de todo, si tienes tus usos- recuerdo bien su asqueroso y maldito rostro al decir eso, la satisfacción en su cara y el gusto por no volver a verme se marcaba en cada poro, eso fue hace 6 días de que me llevaran a esa estúpida cabaña. Se lo que piensan soy sumiso y obediente por no poner peros a esto, pues si pudieran ver que tan lastimado y golpeado estoy, reconsiderarían esa idea, intente escaparme por lo menos 7 veces,  en todas termino siendo regresado a un hotel o a la cabaña encerrado. Fui castigado en cada intento de conseguir mi libertad, todas las marcas están en todo mi cuerpo menos en la cara, ya que en tan pocos días no se curarían y se verían en la boda. No he visto a mi supuesto prometido, no he visto ni una foto y ni su nombre se…no sé qué hubiera sido de mi si mis padres no hubieran muerto, primero ella por darme la vida y luego él por salvarla.

-puta vida- me dije mientras todos los guardias cubrían las posibles salidas, sellaron los caminos, menos el que me lleva a la recepción. Mire por todos los ángulos un posible escape, pero no encontré ninguna posible salida y el intentarlo solo causaría mi suicidio al estar 4 pisos arriba.

Una puerta llena de rosas blancas estaba enfrente de mí, la música de boda comenzó a sonar en el momento en el que puse un pie en la sala, el olor a flores inundo mi nariz, los colores claros me segaron por la luz, impidiéndome ver al imbécil que me compro. Mis ojos tardaron un poco en acostumbrarse, pero logre ver después de unos segundos. No podía ser cierto, no lo quería creer, justo al final del pasillo, estaba él, ese chico con el que experimente ser activo por primera vez, pero solo pasaron 2 años de eso y él, era un chico de intercambio, admito que fue buena experiencia, pero no lo suficiente, además de que ya no era el chico que me cogí, sé que era 3 años más grande que yo, pero era ridículo que cambiara así, ahora me llevaba por una cabeza, su cabello rizado y rojo, era más corto que la última vez, tenía más masa muscular, sus lentes ya no están ocultando los ojos verdes que tanto me gustaban ver mientras lo hacíamos, su sonrisa marcaba sus viejos hoyuelos, mientras que su postura mostraba absoluta seguridad.

“Sí que te luciste Will, cogerte a un mafioso Irlandés, sí que eres un ¡puto genio!” pensé en el momento que lo mire de nuevo.

Camine de la mejor manera que pude, mientras los ojos de…mierda se me olvido su nombre, algo recuerdo solo K y nada más de su nombre. Los ojos de K me devoraban completo, los invitados solo me observaban con cuidado mientras decían cosas que no entendía, pero en la parte de enfrente una pequeña de 10 años, con un vestido azul cielo y de cabellos castaños, me sonrió muy efusiva, ella estaba aquí, mi vida entera estaba junto al que me secuestro, me detuve un segundo, a revisar si no estaba herida o si sabía mi situación, todo apuntaba a que no. Continúe mi camino y al estar más cerca  el juez miro con seriedad a ambos. Al estar al lado de K, este se acercó de inmediato susurrándome algo.

-me alegra verte de nuevo Will, pero necesito que digas que si…de lo contrario tu vida y la de tu prima se terminan- sus palabras, sonaban serias y dispuestas a cumplirlas si no obedecía, mi prima era como mi hermana menor, mi vida y la razón por la que no había escapado de mi tío, siempre la protegía de los golpes de mi tío y protegerla de K no será la excepción.

-no te atrevas a hacerle nada imbécil- conteste con mi armoniosa voz en su oído.

-sabes que hacer, que decir y  puedes estar tranquilo el dinero será de ella no del idiota- puede que esto me hubiera confundido, pero el mafioso, acaba de hacer que me tranquilice, después de amenazarme de muerte. Además de que al, estar tan cerca de él, su aroma llenaba mi nariz, con una esencia de roble mojado, haciendo me recordar que eso me gustaba de él.

- ahora, necesito que me digan ¿ambos están aquí bajo su propia voluntad y nadie los está obligando?- pregunto el juez, mientras nos miraba a ambos con un poco de dudas.

-yo estoy bien- conteste como si nada pasara.

Era obvio que no era lo que esperaba de mi K, pero si le daría libertad a mi prima y el dinero para que viva bien, ya no tenía ningún sentido escaparme. Ella era mi única inspiración a escapar, ahora que sé que estará bien y que está viendo  mi boda, ya me da igual que me pase.

-bien, continuemos- dijo el juez con toda la tranquilidad del mundo.

Mi pequeña me miro curiosa y como respuesta solo le di u pequeño giño de ojo y una sonrisa. No permitiría que supiera que fui vendido a una vieja pareja por su padre, así que solo se me ocurrió actuar como siempre.

Su sonrisa respondió mi preocupación, haciendo que sintiera alivio en los momentos de mi boda. El papel estaba frente a mí, solo debía firmar y contestar la frase típica de aceptas a…bla bla bla.

-entonces, Will Knight, ¿acepta a Kelsey Cumhaill como su esposo, en salud, en la enfermedad, en lo próspero y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?- la seriedad en este juez, me impresionaba, la importancia del matrimonio y me dejaba aún más sorprendido que lo hiciera con una pareja gay.

“al demonio si Sara puede vivir con comodidades y sin que le falte nada adelante”

-acepto- puede que solo sea una palabra y una firma, pero estas serían unas que me pesarían el resto de mi vida.

- y usted señor Kelsey, ¿acepta?- pregunto con más tranquilidad el juez.

-desde que lo vi por primera vez- dijo mientras me miraba con una sonrisa y sus ojos verdes mostrando toda sinceridad en ellos.

El sonrojo no espero en aparecer en mi rostro, era evidente que no me esperaba esa respuesta de él, no pensé que le había gustado tanto desde el inicio, no sabía lo que sentía en realidad él por mí, eso me hizo sentir como un idiota, puede que no me hubiera satisfecho en lo físico, pero sus reacciones y palabras fueron lo que me gusto más de Kelsey.

Ambos firmamos la hoja y miramos al juez para esperar las palabras que tanto temía.

-bueno los declaro marido y esposo, puede besar a su esposo- señalo a Kelsey.

Su mano sujeto mi cintura con energía, acercándome a él, su otra mano acaricio mi rostro y me beso. Las acciones de mi nuevo esposo me hicieron  estremecerme y sonrojarme, el beso fue suave y lleno de ¿ternura? ¿Desde cuando yo me estremezco por un beso tan casto? y ¿desde hace cuánto lo había extrañado? Su mano sujeto la mía, sin señales de que me fuera a soltar, hasta sus manos habían cambiado mucho, excepto en una cosa, eran tan cálidas como las recordaba, a comparación de mi piel fría la de él siempre había sido cálida.

Los aplausos comenzaron a sonar por toda la sala, al mirar a la pequeña niña de las flores, ella tenía una sonrisa de oreja a oreja y me miraba con entusiasmo.

Sara se acercó y me abrazo con fuerza, causando cierto dolor por mis heridas de los últimos días pero a quien le importaba, mi mundo era ella.

-Will al fin seremos libres, ya no te pegaran  y podremos tener dinero- dijo con entusiasmo y llena de felicidad.

La baje un momento mientras me colocaba en su estatura para hablar mejor con ella, sin consecuencias de dolor para mí.

-lo se…ya no tendremos que ver al ogro de nuevo- respondí con tranquilidad y abrazándola de nuevo, puede que nunca la vuelva a ver y estos sean nuestros últimos momentos y no quiero que sean tristes.

-Will, ¿ya no te veré más?, tu esposo te llevara a su casa y ya no me veras- las lágrimas comenzaron a llenar sus ojitos cafés, no sabía que decirle, no tenía ni una puta idea de lo que sería de mi a partir de ahora. No podía pedir su patria protestar, yo seguía siendo menor de edad y no soy ni su padre o madre,

-sirenita…- la abrace con más fuerza y limpiando sus lágrimas, tenía que buscar un excusa, la distancia, el dinero las leyes, algo para que se quede tranquila.

La silueta de alguien se acercó a los dos, seguido se colocó a la misma altura que ambos y comenzó a hablar.

-hola Sara, soy Kelsey el esposo de tu primo- el pelirrojo estaba saludando a mi sirenita con delicadeza.

-hola- contesto entre pucheros la pequeña.

-no tienes por qué llorar linda, tu vendrás a vivir con nosotros en una semana, solo ¿me darías esa semana para estar con mi esposo?- la voz y la manera en la que miro a Sara me dejo helado, su amabilidad y delicadeza, al tratar el asunto y aún más importante. ¡Teníamos la custodia de ella!

La sonrisa de la pequeña no tardó en aparecer, sustituyendo las pequeñas lagrimas que había soltado antes.

-una semana o me enojare de verdad, Will es mi hermano mayor- de alguna manera, Sara me abrazo de manera posesiva mientras miraba a Kelsey de manera seria. A lo cual él contesto con una sonrisa y una caricia en el rostro de mi sirenita.

-querida señorita, le aseguro que la vida de ambos será mejor que nunca conmigo y que pequeña sirena tiene mi palabra de guerrero- fue interesante ver la reacción de ambos, mientras ella se negaba a soltarme hasta que Kelsey le extendió su mano con una sonrisa como la de un príncipe encantado, teniendo a hora a mi sirenita como hipnotizada…puede que no solo ella.

La fiesta paso de manera rápida, mientras todos los invitados nos felicitaban y nos daban los regalos, regalos que ni en mis malditos sueños hubiera deseado tener.

“sí que te ganaste la lotería Will, tu esposo es un exnovio que se puso mejor que el pan, pagara todas las necesidades de Sara, no he visto al idiota dese hace 6 días y todo parece indicar que soy asquerosa mente rico” eso sonaba bien en mi mente pero el vivirlo era por completo distinto, él era distinto, nunca se separó de mí, se mantenía sosteniendo mi mano o brazo, uno que otro beso para las fotos y el corte del delicioso pastel…era mi favorito, después de 2 años Kelsey recordaba esos pequeños detalles de mí.

“soy un al nacido” pensé con evidente culpa al ver lo que me ofrecía cada vez que me miraba o daba una muestra de cuanto le importo.

“maldito Kelsey, me ganaste por completo “pensé con cierta rendición al ver como jugaba con Sara y sonreía con tanta calma.

La fiesta termino, mi esposo y yo no habíamos hablado de manera concreta, no habíamos tenido tiempo a solas, el cual tendríamos en unos minutos.

-Will, sube al auto, iremos a nuestra luna de miel, ahí hablaremos de nuestros asuntos- ni siquiera se dignó a verme el muy hijo de puta, llevo horas esperando este momento y él solo me mete a un auto y dice que me vera después y que hablaremos.

-puta vida- susurre mientras aflojaba mi moño y me quitaba el peinado. Mire hacia afuera, solo podía ver montañas y un paisaje de los pequeños pueblos con sus luces.

Puede que estuviera en el auto como dos horas, es difícil decirlo cuando te mueres de aburrimiento. Pero al momento en el que se detuvo y la puerta se abrió supe lo que me esperaba.

-joven Will, bienvenido a su nuevo hogar- la voz era de un señor mayor, tenía puesto un traje, que me podría decir que era el mayordomo.

Me guiaron hacia una habitación con detalles hermosos y muy lujosos, desde el suelo hasta el más mínimo de los adornos de esta. Recorrí con curiosidad la habitación, explorando los muebles, puertas y armarios.

-veo que te diviertes Will- dijo con voz sarcástica Kelsey, mientras me miraba desde el marco de la puerta.

-¿ya es hora de solucionar nuestros asuntos?- respondí con sarcasmo mientras me sentaba en una de las sillas y lo miraba.

-así es, para empezar puedes preguntar todo lo que quieras- Kelsey se sentó en la cama mientras demostraba ser sincero.

-bien, ¿Cómo supiste que estaba en venta?- el ambiente había cambiado por completo, era tenso y serio.

-Me lo dijo el detective que mande para vigilarte- contesto con cierta pena en su voz, mientras desviaba la mirada.

-¿desde cuándo me vigilas? – no me podía dar el lujo de aflojar cuando buscaba respuestas, a este punto ya no me sorprendían sus acciones.

-6 meses-

-¿Qué te paso?- la curiosidad no se detuvo, a pesar de que quería saber otras cosas, pero saber cómo se puso así me interesaba.

Una sonrisa divertida se marcó en su rostro, mientras se acercaba un poco.

-sé que cambie mucho, de un chico delgado, delicado y un poco afeminado, a…esto- dijo con nostalgia mientras se señalaba.

-veras al regresar a Irlanda, mi padre enfermo y para tomar su lugar, tenía que ser más fuerte de lo que era, tenía que aprender a protegerme y a proteger a los que amo- su voz se quebró por un momento, pero recupero su postura con una sonrisa amable para mí.

-solo trabaje más, me dedique al trabajo y a entrenarme, cuando logre tener estabilidad en los negocios de mi padre, bueno decidí ir por ti, ahí me entere de lo que tu tío quería hacer…querido Will, había 20 ofertas millonarias por ti, de no haber amenazado a ese imbécil, estarías con un depravado o un enfermo- su voz se comenzaba a quebrar de nuevo, esta vez con mayor fuerza, su mirada se quedó fija en un lugar, mientras susurraba  las últimas palabras.

-oye…tranquilo, me tienes aquí estoy aquí porque quiero, no me iré…no te dejare de nuevo- si lo sé, sueno cursi y todo eso, pero si hubieran visto los ojos de miedo y asco que yo vi en ese momento hubieran hecho lo mismo, él se puso así de solo pensar que me lastimarían o me violarían incontables veces. Si sus métodos de conquista no son ortodoxos, pero cuando los he tenido yo, puede que este moreteado y golpeado por sus empleados, pero él nunca me ha pegado o lastimado.

Me levante de la silla y me acerque a él, se supone que solo le daría unas palmadas, pero me tomo por sorpresa su reacción. Sus brazos me sujetaron la cintura y solo me abrazo mientras hundía su rostro en mi vientre, el sollozo comenzó a sonar mientras se aferraba cada vez más a mí.

“mierda esto no es bueno” me dije mientras mis manos, comenzaron a responder el abrazo.

-Kelsey…estoy bien, un poco golpeado y nada más, nada me alejara de ti, prometí estar a tu lado pase lo que pase, lo prometí enfrente de Sara y eso es suficiente para que no rompa esa promesa y juramento.-

-debí hacerte prometer esto hace años, enfrente de ella- respondió con más ánimos y riendo de una manera lamentable.

-mira como estas, apenas puedes hablar y…tú fuiste el único que conoció a Sara, fuiste y sigues siendo mi favorito- conteste sin pensar en mis palabras, maldición desde que lo conocí me hace decir la verdad sin que me de cuenta. Me hace querer mimarlo y darle gusto, por eso decidí alejarme, de lo contrario él hubiera sido mi perdición.

Sus brazos sujetaron con mayor fuerza mi cintura mientras su rostro se sumergía en mi vientres y sus respiraciones se mesclaban con las mías.

-te extrañe- confeso mientras me llevaba para recargarme mejor en la cama, sin soltar el agarre.

Sus ojos verdes comenzaron a mirar mis ojos, me recorrió con cuidado cada expresión en mi rostro, mientras intentaba buscar duda en mis palabras, pero no la había, esta era de las veces en que no planeaba bromear y que se lo que deseo. Cometí muchos errores, me acosté con muchos chicos, buscando lo que ya me habían dado, lo que solo una persona me logro dar.

Acerque mi rostro al de él, solo me acerque buscando que el ojiverde comenzara el contacto, mi meta se cumplió. Él rompió con el espacio de inmediato, brindándome un beso suave y tierno, nuestras bocas no se habían encontrado desde hace 2 años, así que solo fuimos por algo más suave. El contacto se rompió al momento en que termine sentado en su regazo y mirándolo de frente, una pierna de cada lado.

Kelsey se acercó a mi cuello y al estar cerca de mi oreja solo suspiro satisfecho un momento

-te advierto algo Will, yo seré el activo a partir de ahora- susurro con voz, seductora y segura.

Una sonrisa divertida se marcó de inmediato en mi rostro, estaba dispuesto a cambiar las posiciones de antes, era evidente que yo no podía ser el activo, no cuando estaba seguro que deseaba como nunca que él me tomara.

-enseña me, de que eres capaz- conteste con cierto ronroneo.

Las manos del pelirrojo me atrajeron aún más a él, mientras se marcaba un sonrojo, seguido de una sonrisa seductora. Nuestros labios se juntaron de nuevo, esta vez de una manera más intensa, entre mordisqueos en los labios, besar solo un labio y los suspiros solo provocaba que me estremeciera, mi lengua comenzaba a estar inquieta, deseaba probar la cavidad de mi esposo y esa misma impaciencia, me llevo a pedir permiso para entrar, a lo cual él aceptó gustoso, el baile entre nuestras lenguas comenzaba, se presentaban de nuevo, iban a los puntos que sabíamos éramos vulnerables al toque, explorar cada rincón para encontrar nuevos puntos y disfrutar del sabor del otro. La pelea por el control del beso, era difícil, ninguno estaba dispuesto a ceder, pero Kelsey , acaricio por debajo de mi camisa, haciendo que soltara un ligero gemido, permitiéndole que tomara el control absoluto, se profundizo aún más el beso, mis brazos estaban rodeando su cuello sin desear separarme, mientras el oxígeno de ambos comenzaba a faltar. Nos separamos por un momento, dejando solo un delgado hilo de saliva, de nuestro beso. Mire impaciente al ojiverde, deleitándome con sus respiraciones entrecortadas y el sonrojo en su rostro.

Las manos cálidas de él comenzaron a recorrer debajo de mi ropa, en algún momento me había quitado el moño y el chaleco del esmoquin, permitiéndole tocarme con un poco más de facilidad, me impresionaba mi piel siempre es fría pero en el  momento en que él me tocaba, estas partes comenzaban a obtener su calor, sentía que me derretía con cada roce y caricia. Pequeños y tortuosos círculos marcaba en mi espalda con sus cálidas manos, mientras sus labios comienzan a dejar un camino de besos entre mi cuello hasta el pecho. Ligeros gemidos salían de mis labios, el sentimiento y el estremecerme en los brazos del pelirrojo era un deleite y gusto impresionante. A pesar de que me había acostado con muchos chicos, nunca me había sentido tan seguro y emocionado. Sus manos me sujetaban con posesión y cariño, sus besos eran suaves y gentiles, mientras que su mirada solo demostraba el brillo de la excitación.

-no recordaba que fueras tan lascivo Will- dijo con burla mi esposo, mientras se desasía de mi camisa y acariciaba de manera traviesa mi entrepierna.

Otro suspiro de éxtasis salía de mis labios, los ligeros toques y palabras me estaban llevando a una dirección inimaginable, el tener de nuevo su aroma a roble me excitaba y me quitaba los pensamientos.

-yo no recordaba que fueras tan posesivo- dije divertido mientras comenzaba a quitarle su camisa, y a aferrar más mis piernas en su cintura.

Una sonrisa de satisfacción se marcó en él, al sentir el contacto entre nuestros pechos ya descubiertos, y no solo por sentirme, ya que mis ojos no se podían despegar de su pecho.

Ya no era un hombre delgado y sin musculo, ahora tenía músculos de manera sutil, una maldita manera sutil que solo logro levantar un poco más mi miembro, cada detalle que podía ver lo hacía, sus pecas me resultaban tan atractivas y ahora tenía una cicatriz en el lado derecho de su pecho.

Por un momento me preocupe, no sabía que tan grabe  había sido o si seguía siéndolo, pero sus ojos verdes me miraron con cariño. Mis manos fueron a su pecho y lo acariciaron con suavidad, como si me intentara explorar un nuevo terreno, solo quería recordar su nuevo aspecto, quería sentir su calor y tocar aquellas pecas que me encantaban.

-veo que no solo yo te extrañe – dijo más como un alivio mientras el acariciaba mi espalda y besaba mi hombro.

Sus abrazos estaban comenzando a ser adictivos, el contacto de sus labios con mi piel y mis propios labios me sacaban se cualquier cosa que pensara.

-Kelsey- suspire su nombre  con satisfacción.

Aquella pequeña acción de mi parte, solo provoco que el pelirrojo animara más a su amigo.

-maldito Will, pensaba controlarme un poco…- gruño mientras giraba sobre mí y quedábamos por completo acostados en la cama, el sobre mí y yo sin ningún escape o deseos de hacerlo.

Una sonrisa traviesa se marcó por completo en mi rostro, me sujete de su cuello acercándome a su oído.

-no te controles-  ronronee excitado y de manera traviesa, mientras le daba un beso en su cuello. Consiguiendo un gemido ligero de mí pelirrojo. Los besos entre los dos continuaron, las respiraciones y suspiros se asían  cada vez más frecuentes, mientras que una de sus manos se dirigió a mi pecho. Las caricias comenzaron a subir de nivel, ya no solo eran roces tortuosos, sino más tacto, sus dedos comenzaron a jugar con mis pezones. Pellizcos suaves y fuertes, haciendo que solo pudiera gemir un poco más fuerte, él solo me hacía desear más, me torturaba con la espera de atención en mi miembro y lo demostraba intentando rozarlo con el de él. Estaba claro que los dos estábamos necesitados de atención, podía sentir el roce de su entrepierna despierta con la mía en el mismo estado.

-veo que tendré que jugar un poco con otra cosa-  dio entre un gruñido excitado y su mano bajando poco a poco de mi pecho hasta mi entre pierna. Comenzó a quitar el cinturón, desabotono mi pantalón y bajo el cierre de inmediato. Su mano comenzó a acariciar mi miembro sobre mi ropa interior. “Mierda sí que se siente bien su mano” pensé mientras intentaba contener mis suspiros y gemidos, un intento inútil, ya que Kelsey quiso probar mis pezones. Sus labios me besaban de manera suave, pero al sentir estas dos acciones, solo logro que gimiera

-¡Kelsey!- yo mismo me sorprendió  la fuerza de ese gemido, no sabía que podía ser tan lascivo en los pezones y menos que lo fuera por un simple chupetón en ellos.

Una sonrisa victoriosa se marcó en el ojiverde, su oportunidad había llegado y no planeaba desaprovecharla, en el momento en que miro mi sonrojo por aquel gemido, comenzó a lamer mi pezón y a tocar de manera directa mi miembro.

Su lengua comenzó con suaves lamidas, pero conforme miraba mi reacción, decidió por enrollara la en el pezón  y a succionarlo con fuerza, cada jodido movimiento que me hacía, me excitaba cada vez más,  cada mordida, chupetón y caricia, me hacían perder la cabeza. Sujete su cabeza para que supiera que deseaba tener más contacto y atenciones en los pezones, pero mi mano fue hacia el miembro de él, buscando darle u poco del placer que me estaba dando.

Su lengua sí que sabía moverse y cada pequeño mordisco me arqueaban la espalda, su mano comenzó a masturbar mí ya avivado miembro, los movimientos eran firmes y constantes, pero cada vez que llegaba a la cabeza, decidía jugar con mi uretra, círculos torturantes  y deliciosos me brindaba en ella, mientras que el resto de sus dedos, se dedicaba al resto mi miembro.

No sé en qué momento me quito mis pantalones y ropa interior, y no sabía en qué momento yo había sacado su miembro para darle una parte de mi placer. Pero el opto por sentarnos de nuevo, sus ojos me recorrían todo el cuerpo, sin ningún centímetro fuera de sus ojos, disfrutaba el verme excitado y jadeante, ya que el deseo en su mirada crecía más y más. Algo similar me sucedía, solo verlo a él en ese estado y por mi culpa me provocaba muchas cosas, mire un momento su miembro y el verlo tan despierto solo me provoco más deseo.

Me separe un poco para luego acomodarme entre sus piernas.

-¿Will?- estaba claro que esto le extrañaba mi comportamiento, el hacer esto no me gustaba mucho, pero el simple hecho de que el pelirrojo me diera tanto placer, me dio curiosidad si el respondería de la misma manera conmigo.

-solo déjame hacerlo- conteste con evidente pena en mi voz mientras me acercaba más a su miembro, lo sujete con firmeza entre mis manos, el acercar mi lengua, sentía de inmediato la onda de calor que desprendía este, era grande y grueso, trague en seco de pensar que eso estaría dentro mío, pero no me detuvo.

Pase mi lengua entre toda la cabeza, jugué un poco con la uretra, los sonidos de placer comenzaron a hacerse presentes, así que opte por meterlo en mi boca, era más que evidente que no entraría todo, pero el tenerlo dentro y sentir como se estremecía por mis actos me hacía feliz. Sus gruñidos de excitación solo provocaban que me encendiera más, el escuchar mi nombre con tanta satisfacción me estremecía a mí.

-Will, ahí no…no pares- dijo entre jadeos y disfrutando de mi cavidad.

Comencé a chupar con más fuerza y a profundizar un poco más, hasta que me acostumbrara a tenerlo en mi boca, las embestidas comenzaron cuando sujeto mi cabello negro con fuerza e intentaba meter más su miembro en mi boca.

“mierda…esto es mejor de lo que pensé” me dije todo excitado y buscando mi propio ser, para darle atención, el sabor comenzó a cambiar, un poco amargo, pero algo de este líquido me comenzó a gustar, cálido y con ese sabor tan fuerte.

Subí mi vista, solo para casi venirme por lo que vi, Kelsey estaba mirándome con más y más deseo, mientras jadeaba más fuerte y soltaba sus gruñidos, su rostro estaba sonrojado, su cabello estaba alborotado gracias a mí, un mechón estaba en su rostro, mientras que lo demás respetaba su  cara y una sonrisa pervertida se marcaba en él.

Un movimiento me sorprendió, ahora yo estaba en cuatro, sobre mi esposo,  pero mi trasero estaba sobre el pecho de él, su agarre me sorprendió. Estaba sujeto de las caderas, mientras Kelsey las levantaba para estar al nivel de su rostro.

-mi querido Will, es tu turno de disfrutar- dijo con malicia mientras comenzaba a sentir como su dedo invadía mi entrada.

-haa…espera, Kelsey ahí ya no me tocaba- me queje mientras, sentía su dedo moverse con suavidad, para que me acostumbrara.

Unas risas alegres se escucharon de parte del ojiverde, mientras su dedo comenzaba a salir de mi interior, no sabía que sentir si alivio o disgusto.

-bien, creo que tendré que acostumbrarte, solo a mí- comento por completo posesivo y entre gruñidos.

Algo nuevo estaba entrando en mí, algo húmedo y suave, solo el hecho de que entrara y de que una de las manos del pelirrojo me estaba masajeando mi amigo, me hizo gemir más fuerte que otras veces.

-¡Kelsey!- gemí mientras me aferraba a las sabanas de la cama.

Me estaba estremeciendo demasiado, el éxtasis  recorría cada parte del cuerpo, los escalofríos no dejaban de atacar al igual que el estremecimiento. Mi mente estaba muy ocupada gracias al placer que me estaba dando mi pareja, cada movimiento  me estremecía, su lengua en mi entrada me estaba enloqueciendo, cada vez que se movía y su mano no dejaba de complacerme.

-¡Kelsey!...ahí- gemí de manera inconsciente, por el éxtasis.

La lengua de él, se alejó de mi entrada, siendo sustituida por su dedo de nuevo, esta vez, se sentía distinto, ya no me sentía incómodo, ahora eso no me bastaba, quería más y mis caderas comenzaron a moverse en busca de más contacto.

-creo que alguien lo disfruta…solo mira que tan húmedo y mojado estas- sus palabras eran burlonas en todos los sentidos, pero solo me estaba excitando más. Otro gemido se escapó, al sentir un segundo dedo en mi interior.

-vaya…vaya, mira como pides más solo absorbes mis dedos y te mueves para mí- no recordaba que él fuera así, no sabía que podía decirme cosas tan jodida mente calientes y no sabía que era tan bueno en este papel. Sus dedos comenzaron a aumentar el ritmo mientras, buscaba algo en mi interior, aquel punto que ningún hombre había podido encontrar más de una vez, Kelsey lo hizo.

- ¡ahhh!- nunca en mi vida había gemido así y ahora, estaba a merced del placer, no podía hacer otra cosa que no fuera gemir, cuando el toco de nuevo ese punto en mi interior.

-te encontré- canturreo mientras me giraba, para estar de frente a él, sus ojos brillaban de la emoción y el deseo, su mano abandono mi entrada, para ir a mis piernas y abrirlas para él.

Los nervios me comenzaron a invadir, tenía miedo de que pasaría ahora, hacia año y medio que no usaba ese lugar y ya no estaba acostumbrado a ser cogido. Algo pareció alertar a mi esposo, ya que sus labios me besaron de manera suave y cariñosa la cara, mientras me susurraba con voz dulce.

-tranquilo, no te hare daño, solo relájate Will- su voz me calmo al instante, la manera en la que me tocaba, parecía que yo era lo más valioso y precioso que tenía, no sabía que pensar, ya que por un momento parecía tener miedo a lastimarme, pero tomo una vez más mis labios y continuo con el acto. El beso fue un detalle lindo, para entretenerme mientras él se abría paso en mí, la invasión de su gran miembro comenzó con suavidad, mientras mi entrada lo recibía gustoso y lo absorbía. Un suspiro de control se escuchaba de su parte, mientras mis paredes comenzaban a sujetar su miembro con fuerza, el dolor estaba presente, pero me entretenía de otra manera, ya que Kelsey no dejaba de masajear mi miembro, al mismo momento en que el metía el suyo en mí.

-Kelsey- jade con dolor y placer, mientras me sujetaba de su cuello y abría más mis piernas.

Él solo respondía con besos en mi cuello y acariciando más mi miembro, su mano acaricio mi rostro y con una mirada alegre dijo.

-ahora ambos somos de ambos- su alegría y jadeo, dejando en claro que había logrado a  entrar por completo en mí.

Mis caderas se movieron de manera inconsciente, buscando más placer del que me estaba dando, intentar que el miembro de Kelsey tocara mi punto débil.

-creo que alguien está impaciente- dijo burlón, mientras me daba una estocada sorpresiva.

Todo mi cuero se estremeció y se hundió de placer, el jodido punto estaba siendo tocado por su miembro de nuevo, haciendo me jadear y sujetarme de su cintura con mis piernas pidiendo más.

-¡Kelsey!- grite con placer mientras su mano masajeaba mi miembro.

Nuestras caderas continuaban bailando, un baile lleno de placer y pasión, cada estocada, cada caricia, beso ocasional o incluso mordida, me soltaba en un éxtasis insoportable, estaba a punto de correrme pero sabía que si esperaba un poco más seria recompensado.

Los movimientos se habían contenido, hasta que me acostumbrara a la intromisión del miembro de Kelsey, sus movimientos continuaban y al ver que en mi voz solo había placer y que de manera inconsciente me penetraba solo, este solo sonrió.

-te sientes increíble mi querido WIll- ronroneo con voz ronca y entre jadeos de excitación.

Palabras sucias o sinceras, me daba igual, solo sabía que si el me las decía solo hacía que deseara más de él y quería que él se hiciera adicto a mí.

-mas…solo…dame ¡ah!¡ah! más- dije con voz jadeante y entre gemidos nada discretos.

Nuestros ojos se recorrieron un momento, para ambos la espera de aumentar el ritmo era una tortura que acabaría pronto.

-lo que quiera mi lindo esposo-  dijo con cariño mientras me daba un beso en la frente.

Tanta ternura, cariño amor y atenciones me hacían sentir por completo amado, un sentimiento que no me había permitido con sentir con otra persona.

Una tonta lagrima de alegría se escapó de mis ojos, siendo notoria para mi esposo, una sonrisa cariñosa se marcó en su rostro, no sé cómo en un momento tan pasional, se pueden tener este tipo de momentos, los más tiernos y cálidos, entre él y yo.

-te amo- susurro mientras acariciaba mi mejilla y retiraba la lagrima.

-también te amo- admití sin miedo a ser lastimado o que Kelsey me dejara por alguna adversidad.

-es hora de demostrarlo- ronroneo mientras sonreí y sujetaba mis caderas con más fuerza.

Las estocadas comenzaron de nuevo, una y otra atacaban mi punto débil sin piedad, cada penetración me hacía gritar de placer, me hacían aferrarme como nunca a él, los gemidos y el nombre de ambos estaba en la boca del contrario, con voz extasiada y sin pudor.

-vamos Will, un poco más aguanta- dijo entre respiraciones cortadas y con estocadas más veloces.

-¡Kelsey!...yo ¡ah!...ya no ¡ah!...no aguanto ¡¡ah!!- grite con gemidos y casi gritando por el pacer que me proporcionaba.

Mi cuerpo comenzó a sujetar con mayor fuerza al pelirrojo, mi entrada logro sentir que el miembro de él no aguantaría más, ambos estábamos en el límite, mientras mi entrada se contraía, su miembro se ensanchaba más y ambas se aferraban la una con la otra.

-yo también- gimió, mientras me penetraba un ultima vez con mayor fuerza y profundidad.

-¡ahhh!- gemí sin control alguno, al sentir como aquel liquido cálido me llenaba por completo y  me aferraba con piernas y brazos a mi esposo, me corrí sobre nosotros, nuestros vientres estaban manchados con mi semen, mientras recibía un beso.

-no te dejare nunca- dijo con completa seguridad mientras salía de mi interior y me abrazaba con fuerza. Su calor me rodeo al instante, sus brazos me sujetaban con cariño y posesión.

El no dejarse llevar por algo tan jodidamente cómodo y reconfortante, sería estúpido, mi cabeza se recargo en su mecho, mientras mis manos se recargaban en el mismo.

El sueño se estaba apoderando de ambos, pero solo unas palabras logré decir antes de quedar dormido en brazos del ojiverde.

-por favor hazlo-

La semana paso, más rápido de lo que me hubiera gustado que pasara, no sé de donde sacamos tanto deseo de sexo, pero en toda esa semana, no me quede sin correrme por lo menos más de dos veces, nos conocimos de nuevo, tanto física como sentimental mente, nuestras aventuras, sueños y deseos, nuestros 2 años separados desaparecieron solo regresamos a querernos y a amarnos de nuevo.

Mi sirenita, vivía con nosotros después de la semana de luna de miel, el habiente cambio drástica mente, de haber tenido solo un padre, pase a vivir en una casa con mi tío y mi prima, siendo maltratado por él y cuidando a mi pequeña…pero ahora estaba en una mansión, con el único hombre que he amado de esta manera y con mi sirenita a mi lado. Además de que Kelsey no se dedica a ser mafioso, sino a una empresa que entrena y distribuye a los guardaespaldas de famosos y políticos, en toda Europa

No sé qué demonios hice para ganarme esto o porque estoy con esta felicidad, después de tanto sufrir ahora soy feliz.

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado, asi que comenten y tengo planeadas varias parejas.

CHASSE X JACK SPICER

SAMURAI JACK X JHONNY BRAVO

BILL X DIPPER

 


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