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PARECIDO por Mariela

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Notas del capitulo:

LLEGAMOS AL PENULTIMO CAP, DISFRUTENLO

Y UNA DISCULPA POR LA TARDANZA

¡HERMANOS!

Florece desde su interior…

 

Y despertó al sentir un chorro  de agua fría caer sobre su cuerpo.

 

-Buenos días hermanito. ¿Cómo amaneciste?-preguntó su secuestrador con una sonrisa burlona.

 

“¿Hermanito?”-Se preguntó desconcertado, y sus ojos se abrieron con horror al ver el rostro de su secuestrador: era él mismo. Sentía que se estaba viendo al espejo. ¡¿Qué diablos pasaba?! ¿Quién era ese sujeto? ¿Por qué se parecían tanto?

 

-¡mnng!

 

-Sí, a mí también me alegra conocerte Saga, pero hubiera deseado que fuera en mejores circunstancias.

 

Saga tragó saliva.

 

-Bueno, así es la vida-caminó hacia él y lo levantó para sentarlo y atarlo a una silla-¿Y? ¿No te preguntas donde está tu noviecito?

 

-mmm-“¡Aioria!”

 

-Jejeje. Tranquilo. Aioria está bien, de hecho, yo diría que más que bien. Mis amigos están con él en otra habitación, y…se están divirtiendo muuuucho. Déjame decirte que mis colegas están complacidos con el hermoso cuerpo de tu amante, y lo bien que se siente estar en su interior. En unos momentos lo traerán, así que no te proeucpes.

 

Saga ante sus palabras, sintió que se le detenía el corazón  y pronto, una ira incontrolable se apoderó de todo su ser.

 

“¡¡¡Desgraciado!!!”

 

-¡MNG!...mnn nng-se removía desesperado en la silla, causándole risa al otro.

 

-JAJAJA. Que gracioso. La verdad, yo no entiendo tu enojo si bien sabes que a la zorra de tu noviecito le gusta abrir las piernas, no veo porque negarle una buena cogida, jajaja.

 

“¡Maldito! ¡Maldito! ¡Maldito!”

 

-Mira, ¿Qué te parece si mientras esperamos te cuento una historia? ¿Eh? Te va a gustar.

 

-¡nnn!

 

-Ok. Aquí voy. Había una vez dos bebés que fueron abandonados en el orfanato “Santuario”, ambos eran gemelos, separados al ser adoptados por diferentes familias. Uno; lo tuvo todo, el otro; apenas migajas. ¿Y sabes? Lo más difícil fue crecer y darme cuenta que tú todo lo tuviste y yo nada, no era justo. Aunque no me importó mucho hasta que decidiste quedarte también con él…En este cuento, los gemelos crecen y se enamoran de la misma persona. El mayor lo tuvo, pero le puso los cuernos innumerables veces, y el menor no podía permitir que se burlaran de la persona que más amaba…no podía permitirlo, por eso los castigó. ¿Y qué crees querido Saga? Esos gemelos somos tú y yo, hermano. Yo los castigaré.

 

Saga se paralizó. No, no podía ser cierto. Ese bastardo no podía ser su hermano. Era mentira, no iba a creerlo. Aunque la copia frente a él le gritara que decía la verdad, él no lo creería. ¿Y de qué chico estaba hablando? ¿Acaso…se refería a Aioria?

 

Justo en ese momento, la puerta se abrió dejando entrar a unos hombres armados que traían sujeto al de Leo, a quien ataron a una silla frente a Saga y se marcharon con una risa escandalosa.

 

-¡¡mng!!-“¡Aioria!”

 

Saga apretó los puños con ira al ver el rostro lloroso del menor y las fachas en las que estaba. Únicamente vestía su gabardina  café abotonada hasta el pecho, en donde claramente se veían las marcas que le habían hecho, y de sus piernas se escurrían hilillos de sangre y semen. Por si fuera poco, su labio inferior estaba partido y sangraba, y en su frente tenía una herida que dejaba en evidencia los golpes que había recibido estrellando su rostro contra el suelo.

 

-…mnng…-“¡Saga!”

 

-Vaya, que día tan emocionante. Es un verdadero placer conocer no solo a mi hermano mayor sino también a mi cuñado-exclamó Kanon, aplaudiendo-¡No podría estar más feliz! Siempre quise conocerte Saga, y me alegra mucho que pudieras asistir a esta bella reunión-el mayor le lanzó una mirada fulminante-¿Qué pasa con esa mirada? ¿Estás molesto conmigo? Que malo eres. Todavía que me tomé la molestia de ir a recogerlos me miras feo. Pero no importa-se dirigió a la salida-Este será un día inolvidable para ambos, así que lo dejare pasar. El único que falta ahora es el invitado especial, pero tranquilos, iré por él ahora mismo.

 

Sin más, salió de ahí dejando a la asustada pareja sola.

 

OOOOOO

 

Al separarse de aquel beso, se miraron fijamente a los ojos durante los primeros segundos, para después regresar su mirada a la carretera. No sabían cuánto habían durado así, pero sabían que estaban cerca de la mansión, pues veían a través de los retrovisores que poco a poco los grandes edificios de la ciudad iban quedando atrás.

 

Dégel estaba incomodo, no sabía si debía decir algo o no, y de ser así, ¿Qué podía decir? Quizás, no había  palabras o quizás, no las encontraba. Habían pasado dos años, dos años en los que no quiso escuchar razones ni los por qué, de lo que había pasado, y en los que simplemente se había ido dejando atrás los corazones destrozados de las personas que más amaba: Kardia y Camus.

Sintió una opresión en el pecho, los había hecho sufrir y lo sabía, no quería siquiera imaginarse cuánto había lastimado a su hermano ni cuánto había lastimado a Kardia, lo único que quería era poder disculparse, hacer algo para remediarlo, pero también era consciente de que el tiempo había sido demasiado, y su frialdad, tan hiriente como para restaurar algún vínculo siquiera parecido al que tuvo en el pasado, por lo que veía la posibilidad de obtener su perdón tan lejana.

 

“Especialmente con Kardia”-pensó. Era verdad, a él lo había lastimado más, lo había abandonado cuando más lo necesitaba y eso era inaceptable, incluso para él. Aun así, ese cálido beso había sido tan agradable, demasiado como para no intentar arreglar las cosas, y por eso, se volvió hacía él dispuesto a romper el silencio.

 

-Kardia, yo…

 

-¡¡Gemelos!!-exclamó totalmente sorprendido ante su propia conclusión.

 

-¿Qué?-preguntó confuso-¿Gemelos? ¿Quiénes son gemelos?

 

Pero Kardia no contesto, en su lugar, tomó su celular y marcó rápidamente el número de uno de sus muy olvidados contactos, esperando que éste no hubiese cambiado de número. Escuchó el sonido de alerta de llamada dos veces, y pronto escuchó una dulce voz del otro lado de la línea.

 

-Saori Kido. Directora del orfanato Santuario, ¿quién habla?

 

-Saori, soy Kardia. Necesito tu ayuda.

 

-¡Kardia! Me alegra escucharte, espero que estés bien cariño. ¿Para qué me necesitas?

 

-Necesito información sobre uno de tus niños. Es para un caso.

 

-Claro. Dime su nombre y te diré lo que quieras.

 

-Saga de Géminis, fue adoptado hace 28 años por Aspros de Gémenis y Asmita de Virgo.

 

-Está bien, dame unos minutos.

 

-¡Date prisa!

 

-¿Qué estás ocurriendo, Kardia?-preguntó Dégel-¿Por qué pides esa información? Nosotros ya les habíamos dado los expedientes.

 

-Porque presiento que hay algo más en este asunto que no está registrado en los expedientes-respondió impaciente.

 

-¿Algo como qué?

 

-Algo que até los últimos cavos sueltos de esta historia.

 

OOOOOO

 

-Buenos días, mi amor-dijo, acariciando su mejilla con delicadeza, acto que hizo que el castaño despertara y se incorporara rápidamente al ver quién era el intruso-¿Qué pasa? ¿Te asuste? Lo siento cielo, pero tenemos visitas y es mejor que bajemos a salvarlo.

 

-¿Vi-Visitas?

 

-Sí. Ahora levántate, te traje un balde de agua, un trapo, y ropa limpia para que te limpies y arregles antes de bajar-señaló los dichosos artículos que reposaban en el suelo-Es mejor que te des prisa, ya que después tú y yo haremos un viaje a otro país, y el avión saldrá pronto.

 

-Pero…

 

-Pero nada-lo miró de forma amenazante-Levántate y arréglate Aioros, no me obligues a repetirlo.

 

Kanon se sentó en una silla apartada de la cama para observar uno de los movimientos del caballero, mientras él se disponía a cumplir sus órdenes. En sus manos aún tenía las esposas que anteriormente le había puesto en el tobillo, sabía que quitárselas era arriesgado pero tenía la certeza de que sí Aioros veía su arma apuntándole no intentaría absolutamente nada para escapar, y hablando del castaño, alzó la vista hacía él notando que sus ojos lo observaban fijamente.

 

-¿Qué?-vio sus manos temblorosas varadas en los botones de su camisa-¿Acaso crees que te voy a dejarte solo para que cambies? Olvídalo. Aun no confió en que no intentes huir si me doy la vuelta.

 

-Pero Kanon…

 

-¡Nada! Date prisa, y no te preocupes. No tienes nada que no haya probado ya-sonrió con lujuria.

 

Aioros se mordió el labio inferior aguantándose las ganas de llorar, para luego proceder a quitarse la ropa con temor a hacerlo enfadar de nuevo, pues sabía que si eso pasaba las cosas se pondrían peor para él, por eso era mejor obedecerlo mientras no pasara a mayores.

 

OOOOOOO

 

-¡Saori! ¡Me hago anciano de solo esperarte!-grito desesperado.

 

-Tranquilo, Kardia. La paciencia es una virtud-respondió divertida-Mira, ya la tengo. Es confidencial, pero supongo que puedo hacer una excepción contigo.

 

-¡¿Y qué?!

 

-Bueno, aquí dice que hace 28 años, dos bebés fueron encontrados en la entrada de mi orfanato por mi abuelo, ambos eran gemelos y, al parecer, no tenían más que un par de horas de nacidos. Fueron nombrados como Saga, el mayor, y Kanon, el menor. Saga fue adoptado a los cinco meses por Aspros y Asmita, mientras que Kanon desapareció apenas unos días luego de que fuera separado de su hermano.

 

-¿Cómo que desapareció?-preguntó Dégel, quien escuchaba la conversación por el alta voz.

 

-Sí. Al parecer, lo robaron del orfanato, y aunque hubo investigación, nunca se dio con su paradero. Fueron tiempos difíciles para todos aquí, y tal suceso ponía en duda la seguridad y reputación de nuestro orfanato, por eso mi abuelo la mantuvo en secreto.

 

-¿Sabes si Julian Solo o Unity del Dragón del Mar estuvieron involucrado? ¿o al menos si fueron sospechosos?

 

-Pues, involucrados no, pero si sospechosos. Veras Kardia, Dragón del Mar, y Solo habían intentado adoptar un bebé en este orfanato durante muchos meses, sin embargo, mi abuelo se los negó debido a los antecedentes de esa pareja con las drogas y el alcohol, de hecho, encontramos que se habían conocido en un grupo de rehabilitación para drogadictos. El investigador que contratamos los investigó, pero no encontramos nada que los relacionara con el crimen.

 

-Ya veo. Gracias preciosa, me has salvado, o mejor dicho, has salvado a un inocente.

 

-Me alegre haberte ayudado-colgó-

 

-Kardia, ¿crees que…

 

-Sí. Apostaría todo mi sueldo a que Unity y Julian fueron los que robaron a Kanon del orfanato.

 

-Se cansaron de esperar e hicieron lo primero que se les ocurrió: recurrieron a un medio más efectivo y rápido. Pero la pregunta es, ¿por qué estaban tan desesperados por tener un bebé? Eran jóvenes con problemas con las drogas, lo último que piensan los adolescentes en situaciones como esas es en un hijo que cuidar.

 

-La familia Solo hereda su fortuna a sus descendientes, de esta forma aseguran que su apellido nunca se extinga, por eso, si estaban desesperados por un hijo fue seguro por poder acceder a la fortuna de la familia, ¿no te parece?

 

-Quizás. Sea como sea, lo importante es que descubrimos que Saga y Kanon son gemelos,  y ni siquiera lo saben.

 

-Como Aioros y Aioria son hermanos y tampoco lo saben. El destino es una mierda-bufó fastidiado-Reunir a dos pares de hermanos y envolverlos en amor y pasión es una forma cruel de decirles la verdad, estoy seguro que cualquier televisora pagaría una fortuna por una novela estúpida como esta.

 

-Estoy seguro que sí, pero…-detuvo el auto a unos metros de la casa-Aún nos falta el desenlace. Vamos Kardia-bajó del auto desenfundando su arma.

 

-Voy detrás de ti, Dégel.

 

OOOOOO

 

-Sigue avanzando, mi amor-decía, empujándolo levemente con el cañón de su revólver.

 

-Sí.

 

Aioros siguió avanzando por los pasillos de esa enorme casa hasta llegar a una habitación donde pudo distinguir a dos personas atadas en sillas y amordazadas. Sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, él había creído que era el único en esa casa, pero al parecer, Kanon tenía atrapadas a dos personas más y se preguntó la razón que tenía para haberlo hecho.

 

-¿Quiénes son ellos?-interrogó, mientras el de cabellos azules lo tomaba del brazo para meterlo al cuarto-¿Qué les vas a hacer?-sintió la gasolina en el suelo con sus pies descalzos-¡Kanon!

 

-Amor, ¿Es que acaso no los reconoces?

 

En ese momento, tanto Saga como Aioria se volvieron hacía su dirección al oír sus voces, y los ojos de los tres se abrieron con incredulidad.

 

Aioros sintió que todo desaparecía a su alrededor, su propio cuerpo se estremeció al ver a su esposo en ese lugar. Estaba feliz, él había ido a buscarlo y a llevarlo a casa, más sin embargo, tal dicha se desvaneció al posar su mirada en Aioria. Pues, no solo estaba impactado por el parecido que había entre ellos sino también porque reconocía el tono de su cabello y el anillo que portaba como los mismos detalles que lograba recordar de la fotografía que Kanon le había mostrado de Saga y su supuesto amante. Si no se equivocaba, ese hombre en la silla era el amante de su esposo y supo, por la mirada de éste, que estaba igual de impactado de verlo.

 

-¡Qué bonita reunión! ¿No lo creen chicos?-rió, abrazando al castaño por la cintura y cerrando la puerta con seguro.

 

-¡¿Por qué ésta Saga aquí?! ¡¿Qué vas a hacer con él?!-exigió Aioros, aterrado ante la idea de que lo lastimara-¡Él no tiene nada que ver, Kanon!

 

-¡No lo defiendas!-lo empujó al suelo con violencia.

 

-¡mnnh!-“¡Aioros!”

 

-¡¿Cómo puedes decir que no tiene nada que ver, Aioros?! ¡Si este imbécil solo se ha estado burlando de ti todo este tiempo!

 

-Yo…-las lágrimas se desbordaron de sus ojos.

 

-¡¿Te lo dije no es así, Aioros?! ¡Te dije que este bastardo te engañaba! Pero no quisiste escucharme, ¡Incluso ahora lo defiendes a pesar de saber que tienes a su amante enfrente de ti!-lo tomó de los cabellos y lo obligó a posar su vista en Aioria, quien solo sollozaba de miedo.

 

-¡Duele! Kanon, por favor, suéltame.

 

-¡Cállate!-tiró más fuerte-Míralo  Aioros, mira la cara de víctima que pone ahora. ¡Mira su maldito descaro ante esta situación que bien la merece! ¡Mira los ojos llenos de desprecio que te dirige! Estoy seguro que hizo una fiesta cuando supo que no volverías jamás.

 

-Eso…eso  no…es cierto.

 

-¡¿Ah no?! ¡Entonces cómo explicas esto!-y le arrojó su teléfono con un video de Saga y Aioria en plena intimidad.

 

Aioros lo tomó entre sus manos temblorosas, provocando que sus ojos se anegaran de lágrimas ante lo que veía. No podía ser cierto, no podía ser Saga el del video, no él.

 

-Saga…

 

Saga, como pudo, logró apartar la mordaza y miró el rostro lloroso de quien fuera su esposo sin saber qué decir en ese momento.

 

-Aioros yo…

 

-¡No hables, maldito idiota!-lo interrumpió-¡¿Esta era la prueba que querías Aioros?! ¿Eh? ¡¿Esta era la prueba que necesitabas para creerme?!

 

Pero el castaño no lo escuchaba, se dedicaba a mirar con profundo dolor a Saga, quien sintió su corazón oprimirse ante esos ojos impregnados de tristeza.

 

-… ¿por qué Saga?-la pregunta los hirió a ambos-¿Por qué?

 

-Aioros…-se mordió el labio inferior, sintiéndose un nudo en la garganta-No quería lastimarte.

 

-¡¡Que estupidez!!-posó su vista en el de ojos azules-¡Este bastardo no te ama y nunca te amo Aioros! ¡Solo es un maldito imbécil que ahora trata de conmoverte con excusas ridículas como esta! En cambio, yo  si te amo Aioros. ¡Es a mí a quien debes elegir!

 

-Kanon, eso no…-bajó la vista al suelo.

 

-¡No lo escuches Aioros! ¡Él no te ama, está obsesionado contigo! Mira lo que ha hecho, es peligroso-decía Saga.

 

-¡¿Ahora finges preocuparte por él?! ¡Si tengo la certeza de que si le pusiera el revolver a ambos, escogerías salvar a la zorra de Aioria!

 

-¡No lo llames así, maldito!

 

-¡Cállate! Encima te atreves a defenderlo, burlándote como siempre de Aioros. Pisoteando su amor y humillándolo acostándose con su propio hermano.

 

Tal acusación hizo que los tres involucrados se congelaran en su lugar, y tanto Aioros  como Aioria se miraron con la boca abierta. Casi podían sentir que el corazón  se les salía del pecho y que el aire les faltaba.

 

-¿Qué…quieres decir con eso?-se aventuró a preguntar el mayor de los gemelos.

 

-Ah, ¿no lo sabías? Aioros y Aioria son hermanos, querido Saga. Igual que a nosotros, a ellos también los separaron.

 

-¡¡No es cierto!!-gritó el león desesperado-¡Eso no es verdad! ¡Yo no tengo más hermanos! ¡NO MIENTAS!

 

-¡No me levantes la voz, zorra!-lo golpeó con tal fuerza que lo tiró al suelo con todo y la silla-¡Y no intentes negarlo porque es verdad! ¡¿O es que acaso Sísifo de Sagitario no es tu padre?!

 

-¡Si, pero…

 

-¡Pero nada! ¡Ese desgraciado era igual de cínico que ustedes dos! Abandonó a Aioros en un contenedor de basura a su propia suerte, mientras que a ti te lo daba todo. Y luego, se atrevió a buscarlo suplicando su perdón como si lo que hizo no hubiera sido grave. ¡Ese malnacido se merecía el castigo que lo puse!

 

-¡¿Qué le hiciste a mi padre?!

 

-Lo asesiné-respondió con una sonrisa al ver el horror en el rostro de Aioria-El muy maldito osó interponerse en mi camino cuando llevé a Aioros al hotel. ¡¿Puedes creer lo hipócrita que fue tratando de enfrentarme fingiendo dolor por su hijo]? ¡Qué mierda!

 

Aioros sintió una terrible opresión en el pecho. ¿Su padre de verdad había acudido a su llamada? ¿En verdad intentó ayudarlo? ¿Y Kanon lo había asesinado? Por unos momentos se sintió el ser más cruel de la tierra. Él lo había rechazado, lo había insultado, ofendido y golpeado en varias ocasiones debido al rencor que le tenía por haberlo abandonado a su suerte, y sin embargo, a pesar de cómo trató a Sísifo éste acudió a ayudarlo, lo cual solo le confirmaba que su padre en verdad lo quería, y no le dio la oportunidad de demostrárselo.

 

-¡Asesino!

 

-¡Cállate!-lo pateó.

 

-¡Aioria!

 

-¡Qué lindo! Los hijos de Sísifo  al fin se conocen-se burló-¿Acaso no están felices, Leo?

 

-Aioros…-murmuró el león apenas audible.

 

-¡¿Acaso todo esto te divierte, maldito enfermo?!-exclamó Saga furioso-¡¿Te divierte jugar con las demás personas de esta forma?! ¡¿Qué ganas con esto?!

 

-¡Aquí el único que juega con las personas eres tú, Saga! ¡Eres tú el que se acostó con ambos hermanos, no yo!

 

-¡Yo no sabía que eran hermanos!

 

-¡¿Y acaso de haberlo sabido algo hubiese sido diferente?!

 

-¡Claro que sí! Porque yo…

 

-¡Porque yo jamás traicionaría a mi hermano!-interrumpió Aioria, ganándose la atención de todos, incluso la del castaño-De haber sabido que…Aioros de Wyvern era mi hermano mayor, yo…-su voz se quebraba por el llanto-Yo no me habría metido en su matrimonio jamás…Aioros, perdóname.

 

-Aioria-intentó acercarse a él, pero Kanon lo sujeto del brazo y sacó una navaja de su bolsillo.

 

-¡Eres un cínico! Tú no te mereces el perdón de Aioros, no te mereces el perdón de nadie—dicho esto, empujó al castaño y se acercó a Aioria para tomar su rostro y obligarlo a verlo-¡Solo eres una basura! Y te haré pagar por todo el daño que le has causado a Aioros!

 

-¡¡Nooo!!

 

El grito de Aioria resonó en todo el lugar al igual que el de Saga proclamando su nombre al ver como su hermano clavaba su navaja en el ojo izquierdo del menor y luego lo sacaba para volver a enterrarlo en el mismo lugar repetidas veces, destrozando el glóbulo ocular por completo.

 

Aioros estaba en shock. Todo su cuerpo estaba paralizado ante el horror que le provocaba tal escena, y las lágrimas no dejaban de desbordarse de sus ojos. Quería gritarle a Kanon que se detuviera, que lo dejara, que él no deseaba eso, quería gritar a todo pulmón,  pero las palabras simplemente no le salían.

 

-¡¡HAZ ALGO IMBECIL!!-le grito Saga, mirándolo con odio-¡¿Por qué no lo ayudas?! ¡Eres un inútil! Sabía que estabas con él, maldito. ¡Eres una mierda! Ni en la cama eras útil.

 

Y siguió insultándolo, pero el castaño simplemente dejo oírlo. Su corazón se oprimía y empezó a respirar con fuerza, como si no pudiera respirar.

 

-¡¡Déjalo!!-gritó Saga con el rostro empapado en lágrimas-¡Déjalo maldito desgraciado!

 

-¡¿Me llamas desgraciado?!-contestó Kanon, dejando por fin al león y acercándose a él con la navaja escurriendo sangre-¡Aquí el único desgraciado eres tú, Saga! Y como veo que te gusta ladrar, tendré que enseñarte a callarte.

 

Tomó entonces, una de sus muñecas y con la navaja se la cortó, causando un grito desgarrador en todo el lugar, el cual hizo reaccionar a Aioros.

 

-¡¡Saga!!-grito Aioria en medio de un charco de sangre.

 

-¡¡AH!!...ah ah ah…

 

-¿Sabes que les hacen a los habladores en la mafia japonesa, Saga?-preguntó Kanon complacido con la expresión de dolor del otro-Les cortan los dedos para darles una lección y enseñarles a no hablar más de lo debido, aunque con todos tus pecados, a ti te corte toda la mano, ejejej

 

-…des…graci…ado…

 

-¡Cállate!-lo tomó del cuello-Cállate, que todavía no acabo contigo.

 

Blandeó la navaja dispuesto a clavarse en el abdomen cuando repentinamente su brazo fue sujetado por Aioros, quien se aferró a él con toda su fuerza para detenerlo.

 

 

-¡Suéltame Aioros!

 

-¡No, Kanon! ¡Ya basta!-suplicaba entre lágrimas-Por favor, ya basta. Déjalos, ya han pagado suficiente.

 

-¡NO! ¡Todavía no! Tienen que sufrir aún más y yo…

 

-¡No!-lo apartó bruscamente de Saga y tomó su rostro con ambas manos para mirarlo a los ojos-Ya basta…-susurró-Lo que importa es que estamos juntos, ¿no? Aquí estoy Kanon, ya no me iré, no te dejare solo. Tú…dijiste que nos iríamos a otro país, ¿no es así? Vámonos, olvídate de ellos y vámonos…por favor.

 

-Aioros…

 

La ira del de cabellos azules pareció disiparse ante las suplicas del castaño, y soltó la navaja para estrecharlo entre sus brazos y besarlo con desesperación como si temiera que si lo soltaba, éste desapareciera de su vida. El gemelo mayor aprovecho esa distracción para soltar la otra mano de las cuerdas que lo sostenían, ya que la izquierda había quedado libre tras perder su muñeca, y apartó violentamente a Aioros para golpear a su hermano, quien le respondió de la misma forma. Pronto estaban los dos en una pelea cuerpo a cuerpo en la que Saga se defendía como podía con un solo puño.

 

-¡¡Mátalo Saga!!-gritaba Aioria-¡Mátalo!

 

-¡Basta! ¡Deténganse Saga, Kanon!-decía Aioros, pero no lo escuchaban.

 

Entonces, empezaron a oírse disparos en la planta baja de la mansión y el castaño supo que la policía había llegado. Corrió velozmente hacía la puerta, pero ésta estaba totalmente cerrada, por lo que optó por dar fuertes golpes para que lo escucharan.

 

-¡Por aquí! ¡Estamos aquí adentro! ¡Ayúdenos!

 

-¡Aioros!

 

El grito de Saga lo hizo voltear. Sus ojos se abrieron con asombro al ver como su esposo había conseguido sujetar a Kanon por el cuello con su antebrazo y como trataba de ahorcarlo aplicando suma fuerza.

 

-¡No te quedes ahí, inútil! Pásame la navaja-decía-¡Ahora!

 

El corazón de Aioros se aceleró, así como su respiración cada vez más dificultosa. Buscó con la mirada la dichosa navaja, pero no logró hallarla, en cambio, su mirada recayó en una figura bañada en hierro de la Diosa Athena que se encontraba en una esquina de la habitación, seguramente por un descuido al momento de vaciarla.

Se quedó mirándola por unos breves minutos, ignorando los gritos de su esposo, y pronto supo lo que tenía que hacer en ese momento.

 

No lo pensó más, tomó la estatua y corrió hacía los gemelos decidido a seguir la decisión que había florecido desde su interior a partir de sus sentimientos.

 

-¡¡Aagrh!!-gritó.

 

-¡¡Saga!!

 

Aioria vio con horror como el cuerpo de el de Géminis caía al suelo con la sangre escurriendo de su cabeza, justo cuando la puerta era derribada y Dégel y Kardia ingresaban apuntándole a Kanon para que levantara las manos.

 

La pesadilla terminó.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

wiii, espero que les haya gustado, no olviden dejar reviews guapas.

ah, no se proecupen, para todas aquellas que dejaron reviews, los contestare depsues, ya que en este momento me es imposible con el trabajo que tengo.

muchos besitos, y cualquier pregunta la respondere

chao, chao

 

nota:

cuando digo sentimientos en la parte final, no me refiero a amor, asi que los dejo con la incognita

hasta la proxima


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