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PARECIDO por Mariela

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EL FINAL DE NUESTRA HISTORIA

 

-Ese chico estuvo exquisito, ¿no creen muchachos?

 

-Oh, claro. Apretaba muy bien, jajaja.

 

-Y ni hablar de lo bien que lo hacía. Espero que Kanon nos deje divertirnos con él con un poco más, la verdad, a mí me dejo con ganas.

 

--Sí, a mí también.

 

-Y si no se puede, pues, el hermano mayor también estaba bueno, eh.

 

-Jajaja.

 

Dégel frunció el ceño al escuchar estas palabras de los cómplices del gemelo menor, quienes bajaban por las escaleras hacia el primer piso.

 

Se encontraba escondido entre los arbustos junto a la mansión, observando detenidamente el interior desde la ventana.

 

Como supuso, Kanon no estaba solo. Hasta ahora tenían en la mira a cuatro sujetos armados que se encontraban en la sala, pero temía que hubiera más en los otros pisos. Aun así, no podían seguir esperando a las patrullas ni a sus compañeros, la vida de tres personas estaba en riesgo y si no actuaban ya, podría ser demasiado tarde.

 

Le hizo una señal a su compañero quien se hallaba detrás de un árbol y ambos irrumpieron en la casa, abriendo la puerta de golpe y apuntando inmediatamente a los sujetos ahí presentes.

 

-Las manos arriba. ¡Ahora!-ordenó Kardia.

 

-¡Obedezcan!

 

Los cuatro hombres, en un principio, alzaron las manos como se les había indicado, pero unos segundos después uno de ellos desenfundo con rapidez su arma y abrió fuego contra los detectives.

 

-Mierda. ¡Dégel, cúbrete!

 

Tanto el de cabellos azules como el de cabellos verdes esquivaron las balas y se ocultaron tras el sillón y la mesa, arremetiendo también contra los cómplices de Kanon.

 

En un segundo se había desatado una lluvia de balas que iban y venían. Muchos de los jarrones, floreros, cuadro y portarretratos quedaron hechos trizas en el suelo, las paredes se llenaron de agujeros y los vidrios de las ventanas se desquebrajaron en pedazos.

 

¡Explosión! ¡Explosión! ¡Explosión!

 

Kardia se detuvo un momento para cargar de nuevo su arma y cuando se asomó para detectar a su objetivo, una bala paso rozando su mejilla haciendo que volviera a ocultarse. Había dolido, pero no era una herida de la debiera preocuparse por el momento, así que volvió a asomarse y esta vez, actuó más rápido disparando en la cabeza de su adversario.

 

¡Explosión!

 

La bala dio justo en la frente, provocando la muerte del hombre. Luego preparó otra bala y apuntó a los otros tres.

 

¡Explosión! ¡Explosión! ¡Explosión!

 

Uno a uno fueron cayendo ante la mirada asombrada de el de Escorpio, ninguno de ellos había caído por su arma. Miró al otro lado de la sala y se encontró con el revolver de Dégel, humeante ante los recientes disparos y con una mirada de total indiferencia en su rostro.

 

-¡¿Cómo demonios hiciste eso?!-preguntó acercándose a él.

 

-¿Qué cosa?

 

-Eso. No fallaste ni un tiro.

 

-Se llama “entrenamiento policiaco”. ¿Acaso no lo terminaste, Kardia?

 

-Sí, pero ni yo soy tan bueno.

 

-Por eso desperdicias muchas balas y haces un desastre. Ahora, andando-dijo empezando a subir por las escaleras-Vamos al segundo piso, creo que escuche algo allí.

 

-Como digas.

 

Ambos subieron hasta el segundo piso de la mansión y caminaron por el pasillo con cautela sin bajar la guardia, atentos ante cualquier sonido o movimiento que se desatara en el lugar.

 

Intentaron revisar las habitaciones, pero todas estaban bajo llave y no se escuchaba nada del otro lado. Fue así hasta que un grito proveniente de una de ellas las puso en alerta.

 

-¡¡Aaahgr!!

 

-¡Por allá!

 

Kardia  y Dégel corrieron rápidamente hacía la penúltima puerta del pasillo e intentaron abrirla, pero esta estaba cerrada.

 

-¡¡Saga!!

 

-Diablos. Algo sucede allá dentro-decía el de cabellos verdes pateando la puerta.

 

-Aun lado, Dégel-cargó una bala.

 

-¿Qué vas a-

 

¡Explosión!

 

La cerradura se agujero y el de cabellos azules aprovecho para patearla con fuerza hasta derribarla e ingresar al cuarto.

 

-¡Arriba las manos!-gritaron ambos hacía Kanon, quien se levantaba lentamente del suelo sobando su cuello.

 

-¡Policías, por favor, ayuden a Saga! ¡Ayúdenlo! ¡Saga! ¡Saga!-gritaba Aioria entre lágrimas.

 

Los detectives entonces se percataron de la escena en la que se encontraban: Saga de Géminis estaba en el suelo con una herida en  la cabeza que segregaba, Aioros de Wyvern miraba a su epsoso con una estatua de hierro manchada del líquido rojo en sus manos, y Kanon de Dragón del Mar se levantaba del suelo como si hubiese sido sometido.

 

Ambos oficiales se miraron confundidos y cuando escucharon las sirenas de las patrullas fuera de la casa, Dégel se apresuró a esposar a Kanon mientras Kardia desataba al castaño menor, quien al verse libre, corrió hacía el cuerpo de su amante intentando despertarlo.

 

El de cabellos azules le dedico una mirada de lastima, para luego posar su vista en el castaño mayor, quien lloraba y miraba todo sin poder creerlo. Parecía que su mente estaba en blanco y al poco tiempo, su mirada comenzó a verse perdida, como si observara con insistencia un punto inexistente en la habitación. Había entrado en shock. Kardia se quitó la chaqueta para ponérsela y guiarlo fuera de ahí, mientras Dégel lo seguía llevando a Kanon esposado.

 

Los uniformados invadieron la mansión rápidamente, al igual que algunos paramédicos para atender el ojo de Aioria, pero cuando se acercaron a revisar al gemelo mayor se dieron cuenta que ya había muerto, tal vez, instantáneamente al recibir el golpe en la cabeza. El grito que lo Leo profirió resonó con fuerza en todo el lugar y trató de despertar al de cabellos azules en medio de su desesperación, siendo detenido tanto por oficiales como por paramédicos.

 

-¡SAGAAA! ¡NO!...no…ni-decía, dejándose caer de rodillas al suelo.

 

-Tranquilízate, muchacho.

 

-Debemos curar tu herida.

 

Pero Aioria no los escuchaba, solo se dedicaba a llorar con insistencia sin prestar atención en nada más. La persona que amaba se había marchado de su lado.

 

OOOOOO

 

Aioros, por su parte, se encontraba sentado en una ambulancia aún con la mirada perdida y sin responder o reaccionar ante las revisiones de los paramédicos. Fue hasta que subieron a Kanon a una patrulla, y esté le dedicara una última mirada, cuando mostró reacción a voltear a verlo.

 

Sus ojos se llenaron de lágrimas sin saber por qué y comenzó a llorar en silencio repitiendo una y otra vez la escena de lo que había hecho en su mente. Extrañamente, no era la muerte de su esposo lo que le dolía.

 

En cuento los paramédicos terminaron de revisarlo, apareció Kardia delante de él con una expresión severa en su rostro.

 

-Hola Aioros, soy el Detective Privado Kardia de Escorpio. Ayude en la resolución de tu caso. ¿Cómo te encuentras?

 

-Bien, gracias.

 

-Me alegro-cruzó los brazos-Ahora cuéntame lo que sucedió.

 

Aioros lo miró fijamente.

 

XOX

 

El gemelo mayor aprovecho esa distracción para soltar la otra mano de las cuerdas que lo sostenían, ya que la izquierda había quedado libre tras perder su muñeca, y apartó violentamente a Aioros para golpear a su hermano, quien le respondió de la misma forma. Pronto estaban los dos en una pelea cuerpo a cuerpo en la que Saga se defendía como podía con un solo puño.

 

-¡¡Mátalo Saga!!-gritaba Aioria-¡Mátalo!

 

-¡Basta! ¡Deténganse Saga, Kanon!-decía Aioros, pero no lo escuchaban.

 

Entonces, empezaron a oírse disparos en la planta baja de la mansión y el castaño supo que la policía había llegado. Corrió velozmente hacía la puerta, pero ésta estaba totalmente cerrada, por lo que optó por dar fuertes golpes para que lo escucharan.

 

-¡Por aquí! ¡Estamos aquí adentro! ¡Ayúdenos!

 

-¡Aioros!

 

El grito de Saga lo hizo voltear. Sus ojos se abrieron con asombro al ver como su esposo había conseguido sujetar a Kanon por el cuello con su antebrazo y como trataba de ahorcarlo aplicando suma fuerza.

 

-¡No te quedes ahí, inútil! Pásame la navaja-decía-¡Ahora!

 

El corazón de Aioros se aceleró, así como su respiración cada vez más dificultosa. Buscó con la mirada la dichosa, pero lo logró hallarla…

 

XOX

 

-¿Y ahí viste la estatua?

 

-Sí-respondió, bajando la vista al suelo-Ahí estaba la estatua de la Diosa Athena…ahí estaba.

 

-¿Y qué más viste, Aioros? ¿Por qué lo hiciste?

 

-¡¿Qué más vi?! Jajajaja-exclamó, comenzando a reír a carcajadas.

 

-¿De qué diablos te ríes?

 

-¿Ahora? De todo-lo miró-Ya de todo.

 

-Aioros-

 

-Verá. Detective, cuando vi la figura, yo…yo…-el llanto aumento-Yo vi también tres meses de indiferencias, de engaños, de mentiras y de sobretodo, de ceguera. Lo sospechaba, sabe. Siempre fueron tan claras las señales, pero cuando insinuaba siquiera que me era infiel, él me gritaba y me hacía sentir como si fuera mi culpa que nuestro matrimonio estuviera en crisis,  y por eso, al final decidí creer en él…me puse una venda en los ojos y le entregué mi total confianza sin importar todas las pruebas que tenía para hacer lo contrario. Fui un idiota y eso es lo peor de todo. Yo lo amé con todo mi corazón…pero todo no fue suficiente para él. No lo fue.

 

-¿Entonces?

 

-Entonces sentí mucha rabia y mucho odio hacia él. Por unos segundos, todo fue confuso para mí, pero sé que…hice lo que mi corazón me indicó. Lo siento-en ese momento, posó su vista en la camilla donde sacaban el cuerpo inerte de el de Géminis-Él se lo merecía.

 

-Si se lo merecía o no, no te correspondía a ti juzgarlo.

 

Aioros se mordió el labio inferior y cerró los ojos.

 

-Oye-se puso de cuclillas para quedar a su altura-Entiendo cómo te sientes, pero debes saber que tus acciones tendrán consecuencias. Ahora, serás tú quien este en el juzgado, en lugar de ser el que vaya a casa.

 

-Estoy listo para lo que viene.

 

-Y no estarás solo.

 

Ambos se volvieron hacia el dueño de esa voz.

 

-¿Cid? ¿Qué haces aquí?-preguntó Kardia poniéndose de pie, pero su amigo lo ignoró y se acercó al de Wyvern.

 

-Tú eres Aioros, ¿cierto? Soy El Cid de Capricornio-le extendió su mano-Yo voy a ser tu abogado en el juicio que se viene.

 

-¿Cid de Capricornio?-parpadeó confuso, pero de inmediato recordó donde había escuchado ese nombre y se puso de pie de un saltó-¡Usted es el esposo de mi padre!

 

-Era-corrigió con nostalgia-Él ya no está.

 

-Lo-Lo siento, señor. Miré, es un placer conocerlo y le agradezco su ayuda, pero no puedo aceptarla. No tengo dinero para-

 

-Nunca dije que iba defenderte por dinero-endureció su mirada, causando que el castaño tragara saliva-Eres el hijo de la persona que más amé en la vida, por tanto, eres como un hijo para mí y siendo así, no pienso cobrarte nada. Además, esto lo hago también por Sísifo.

 

-Yo-

 

-Quiero ayudarte. Déjame acercarme a ti, porque eres todo lo que me queda de mi esposo. Él así lo hubiera querido.

 

Aioros estaba asombrado por el amor tan grande que ese hombre frío demostraba tener por su padre, tanto que no parecía importarle el hecho de que tuviera un hijo con otro hombre que nunca le mencionó, y sonrió, para luego acercarse a darle un abrazo como agradecimiento. Acto que sobresaltó al mayor.

 

-Gracias. De verdad, muchas gracias.

 

Cid contuvo el llanto y correspondió el abrazo con más fuerza.

 

-De nada.

 

Kardia sonrió ante esta escena y luego se marchó para darles privacidad. A lo lejos, vio a cierto detective de cabellos verdes subiendo a su auto y preparándose para volver a la comisaria, y en cuento su compañero se le acercó para hablar con él, una idea apareció en su mente.

 

OOOOO

 

-Entonces allá nos vemos Albafica.

 

-Sí. Yo iré al hospital con Aioria para tomar su testimonio y Sasha llevará a Aioros a la estación. Encárgate de que testifique y oriéntalo en el problema en el que se ha metido-dijo, cruzando los brazos y bajando la vista al suelo.

 

-¿Pasa algo?-arqueó una ceja.

 

-Sí. Sus suegros, Aspros de Géminis y Asmita de Virgo, cuando les informe sobre la muerte de su hijo se pusieron muy mal y amenazaron con refundir a Aioros en prisión. Ese chico tiene serios problemas, más aún cuando el hermano de Aspros es un juez.

 

-Aioros necesitara un buen abogado para librarse de esto.

 

-Así es-suspiró-Como sea. Allá nos vemos, Dégel.

 

-Está bien.

 

El de cabellos celestes se apartó de la ventanilla y dejo que su compañero se marchara, para luego retirarse a cumplir sus deberes.

 

OOOOO

Dégel condujo hasta llegar a la estación de policía y cuando se disponía a bajar de su auto, alguien le cubrió la boca por detrás y reclinó el asiento para arrastrarlo a la parte trasera del auto. El de cabellos verdes se removió con fuerza, peleó e intento tomar su arma, pero su atacante se le adelanto sujetando sus brazos.

 

-¡mnng!

 

-Shhh-apartó su cabello para lamiar su cuello-No grites que nos van a escuchar y eso no nos conviene, precioso.

 

Dégel se quedó sin habla al reconocer esa voz. Frunció el ceño como nunca y aplicó más fuerza para intentar soltarse, más sin embargo, todo su esfuerzo era en vano, pues su atacante poseía también conocimiento en las artes marciales, lo cual le permitía bloquear o esquivar cualquier movimiento.

 

Estaba a punto de sacar la navaja que escondía siempre en su tobillo por debajo del pantalón  cuando de pronto, el sujeto que besaba su cuello lo arrojó con violencia al asiento y se montó sobre él para besarlo  con ferocidad.

 

El de Acuario trató de quitárselo de encima, pero cuando sus labios reconocieron la pasión en los ajenos, no pudo más que abrazarlo y corresponder al feroz beso que le estaba robando el aire.

 

Y cuando la falta de aire comenzó a repercutir en ellos, rompieron el beso y se miraron fijamente. Uno con los ojos impregnados de deseo, el otro con lujuria y un amor ardiendo y pidiendo por ser consumido.

 

-Kardia-jadeó.

 

-Veo que no has perdido tu toque, francesito-tomó su rostro con algo de brutalidad para acercarlo al su suyo-Sigues tan apasionado como antes.

 

-Y tú sigues siendo un bruto. Ahora, ¡¿me puedes explicar qué demonios fue todo esto?! ¡Me asustaste Kardia!

 

-Jajaja, ¿en serio? ¿Acaso pensaste que era un violador o qué?

 

-¡Pues solo un violador somete a una persona en el asiento trasero de un auto!

 

-Oh vamos, deshielo-desabrochó su camisa y bajó  a sus tetillas para comenzar a lamerlos-Sabes que te gustó, siempre te gustaron los juegos sadomasoquistas.

 

-¡Eso no-mng…ah—gimió.

 

-Considera esto un delicioso secuestro, jejeje.

 

Kardia jugó  con los pezones de Dégel durante largos minutos, deleitándose y relamiendo sus labios al oír sus gemidos y ver sus sonrojadas mejillas ante el placer que le estaba brindado. Sus manos no se quedaron atrás, en cuanto logró desnudarlo de la cintura hacía abajo, una de ellas recorrió una de sus piernas con sus uñas, dejando marcas rojas que lograban excitarlo aún más, y la otra ayudó a su lengua a poner erectos los pezones de el de cabellos verdes.

 

Luego, el escorpión dibujo un camino de saliva desde el pecho hasta llegar al ombligo, donde introdujo su lengua para lamer en círculos por dentro. Dégel soltó un sonoro gemido el inconscientemente apretó los hombros de Kardia intentando guiarlo más abajo, mientras su propio cuerpo respondía ante el calor que su amante le transmitía. Un calor que quemaba y lo hacía retorcerse en el asiento.

 

El de Escorpio comprendió lo que el francés deseaba y abandonó el ombligo para continuar su trayecto a la entrepierna de Dégel. Una vez ahí, sopló en la punta del pene semierecto causando que el dueño se retorciera de placer, y con una sonrisa metió el miembro en su boca para comenzar a estimularlo como si se tratase de un dulce.

 

-¡Ah! mng…ugh…ka-ah

 

-mmm.

 

Kardia lamio y chupo el miembro con gran maestría, disfrutando de ver a su amante retorcerse, moviendo las caderas en busca de más. Los gemidos empezaron a ser más sonoros y constantes, pero eso no les importaba. Menos aun cuando, tras largos minutos, por fin Dégel  se corrió en la boca del griego con un grito que debió escucharse en todo el estacionamiento.

 

El de cabellos azules se tragó todo con placer, relamiendo incluso sus labios para recoger los restos del semen ahí. Dégel respiraba con dificultad tratando de recuperarse tras la eyaculación que había tenido y veía con los ojos llorosos al escorpión.

 

-Eso fue muy rápido, amorcito. ¿Acaso no habías estado con nadie desde nuestro rompimiento?

 

-Cállate-logró decir molesto.

 

-Tomaré eso como un sí-capturó nuevamente sus labios en un beso, mientras separaba sus piernas para poder meterse entre ellas-Ahhh, francesito. Estoy muy excitado y ya no aguanto las ganas de estar dentro de ti-dijo, para luego mostrarle sus tres dedos para que los ensalivara.

 

Pero Dégel no iba a dejar que las cosas fueran así, apartó su mano y lo empujó hacía la puerta, para luego comenzar a desabrocharle el pantalón.

 

-¡Ni creas que vas a ser el único que se divierta! Yo también quiero ayudar, no pienso dejar que hagas todo el trabajo.

 

-Me parece bien, francesito. Pero será a mi manera.

 

-¿A qué te refieres?

 

En cuanto Dégel termino de quitarle los pantalones, el propio Kardia bajó su ropa interior y tomó al de Acuario por los cabellos para obligarlo a introducir su miembro a su boca.

 

-Ahhh…Dios, Acuario. Nadie lo chupa como tú-decía entre jadeos, moviendo sus caderas para acelerar el ritmo.

 

-¡mng!...gagh…ah.

 

El de cabellos verdes sentía dolor en su cavidad ante las incesantes arremetidas del griego, sentía que se atragantaba, pero aun así hizo un esfuerzo por lamer el pene con su lengua y dar pequeñas mordidas que complacían al otro, aunque los tirones a su cabello no hacía nada fácil su tarea.

 

Esa era la manera en que Kardia disfrutaba el sexo, feroz y brusco, pero sin llegar a lastimar a su pareja y Dégel así lo aceptaba. Con el tiempo había aprendido a disfrutar de él tanto como lo hacía el escorpión, lo cual ayudo a que su relación se mantuviera a flote por más tiempo.

 

Kardia se sentía en el éxtasis, su temperatura  estaba muy elevada y sus gemidos eran cada vez más sonoros. Estaba cerca de culminar, así que sujeto con más fuerza los cabellos verdes y lo guio en su trabajo, sin reparar en sí se atragantaba o no.  Hasta que por fin, luego de unos minutos, soltó su esencia en la boca de su amante.

 

-Coff, coff. ¡Eres un bruto! Coff-exclamó Dégel, sobando su cabeza.

 

-No jodas, francesito. Bien sabes que esto te éxito aunque digas lo contrario.

 

-¡Cállate! Eso no es cierto.

 

-En serio. Ya veremos.

 

-¡Ah!-gritó al sentir como Kardia lo tomaba nuevamente del cabello y lo acostaba en el asiento-¡¿Qué crees que haces?!

 

-Terminar con esto, cielo.

 

El de Escorpio ensalivo uno de sus dedos y lo introdujo en la entrada de su amante causando que éste se retorciera al sentir la invasión. Lo movió en círculos tratando de dilatarlo, capturando al mismo tiempo los labios del fránces para callar sus gemidos y no llamar la atención.

 

Pronto introdujo un segundo dedo para abrirlos en tijeras y girarlos en círculos en un intento de dilatarlo más rápido. Dégel sentía sus mejillas arder ante la excitación que le causaba la escena  y movía sus caderas buscando más de esos dedos, a los que después se les unió otro más. No podía seguir esperando, necesitaba a Kardia dentro de él, no soportaba la espera.

 

-Por-ah…en-ngh-tra…¡Kardia!

 

-¿Eso quieres, deshielo?-el otro asintió-Bien. Luego no me culpes por no poder caminar.

 

El griego sacó sus dedos y abrió más las piernas del de cabellos verdes, para posteriormente introducirse en él de una sola estocada, causando que Dégel arqueara la espalda ante la invasión.  Kardia sabía que el francés llevaba mucho tiempo sin hacerlo con alguien, por lo que estaba algo estrechó y si comenzaba  embestirlo ahora terminaría lastimándolo. No quería eso, así que decidió esperar a que se acostumbrara a su presencia.

 

Dégel respiraba con dificultad sintiendo dolor en su entrada, un dolor agudo que poco a poco, tras pasar lo minutos, se fue convirtiendo en placer hasta que él voluntariamente, comenzó a mover sus cadera dándole la señal al escorpión de que podía seguir. El de cabellos azules sonrió y comenzó a embestir al de Acuario.

 

Al principio fue lento, pero cuando el sudor comenzó a escurrir de sus frentes y el placer nublo sus sentidos, intensificó las embestidas hasta el punto de volverse fuertes y algo bruscas.

 

Contrario a lo que creía, Dégel disfrutaba del ritmo que llevaban  y lo demostraba al enterrar sus uñas en la espalda del griego cada vez que éste arremetía contra su trasero. Todo era un cúmulo de emociones para él, sus gemidos inundaron todo el lugar y las cosas se volvieron aún más confusas cuando Kardia dio justo en su próstata, causando que soltara un sonoro grito de placer que fue silenciado con un feroz beso.

 

El de Escorpio siguió arremetiendo en ese mismo punto aún con más fuerza y cuando se sintió cerca de terminar, tomó el miembro de Dégel y comenzó a masturbarlo al ritmo de sus embestidas. Ambos se sentían en el paraíso, embriagados de deseo total, y por fin, ambos alcanzaron el clímax y se derramaron al mismo tiempo.

 

El escorpión se dejó caer sobre su amante tratando de recuperarse tras la sesión de sexo que habían tenido, mientras el de cabellos verdes retiraba sus uñas de su piel.

 

-Ah ah ah…estuviste estupendo, francesito-dijo, alzando la vista para mirarlo a los ojos.

 

-Tú también-sonrió, para luego tomar su rostro entre sus manos y acercarlo al suyo-Kardia, yo…qui-quiero que me perdones por  lo que te hice. Lamento no haber estado contigo cuando más me necesitaste, no haber confiado en ti, y sobre todo, haber sido tan testarudo contigo y con Camus. Quiero que...que nos demos otra oportunidad. Te prometo que no volveré a desconfiar de ti y-

 

-Shhh-puso un dedo en sus labios-Hablas demasiado, deshielo, jejeje-tomó su barbilla con brusquedad y lo miró de forma amenazante, tanto que el de Acuario tragó saliva sintiéndose intimidado-Estoy dispuesto a perdonarte y retomar nuestra relación, PERO si vuelves a hacer lo mismo voy a romperte cada uno de los huesos, ¿está claro?

 

-S-Sí.

 

-Bien.

 

Ambos volvieron a besarse para sellar su reconciliación. Se amaban, eso no era mentira, pero aún había heridas que faltaban por sanar y muchos tiempo que recuperar para llegar a vivir en paz, sin embargo, su amor se encargaría de restaurar el daño que se habían causado y solo era cuestión de tiempo para hacerlo.

 

No necesitaban algo parecido a lo que habían tenido, empezarían  de nuevo, y esta vez, lo harían bien.

 

OOOOOOOO

 

Al paso de un año, ambos decidieron casarse y mudarse juntos a un nuevo departamento, y pronto, comenzaron a trabajar en conjunto para resolver sus casos.

 

Vivían tranquilos y aunque a veces llegaban a discutir, lograban también reconciliarse de la mejor manera para ambos.

 

Esa mañana, los dos se encontraban desayunando juntos como todos los días. Mientras el escorpión leía el periódico, Dégel servía la comida escuchando atento sus opiniones sobre las noticias.

 

-¡Diablos!-gruñó repentinamente.

 

-¿Qué sucede?

 

-Perdió mi equipo en el partido del viernes. Mierda, ahora tengo que pagarle al estúpido cangrejo.

 

-No me digas que de nuevo apostaste-cruzó los brazos.

 

-Oh vamos, Dégel. Tú sabes que un juego sin apuestas no es nada.

 

-¡Entonces no te estés quejando!

 

-Huy, tranquilo. Últimamente andas muy temperamental –dijo, pasando la hoja del periódico-Por cierto, llamó la rosa junior.

 

-¿Afrodita?-Kardia asintió-¿Y se puede saber por qué no me pasaste la llamada?

 

-Porque no se me antoja que MI esposo hable con su ex, así de simple.

 

-Kardia, por favor, no seas infantil. Afrodita y yo nunca tuvimos una relación formal, solo lo intentamos, pero antes de que resolviéramos el caso Wyvenr, yo le dejé en claro que no quería nada con él. Le expliqué que no me gustaba de esa forma.

 

-Sí, bueno. Se vale asegurarse, ¿no?

 

-Ahhh-suspiró sobándose la cien-Olvídalo. Por cierto, hablando de eso, nunca me explicaste cómo dedujiste que Saga y Kanon eran gemelos.

 

-Bueno, Dégel-dejó el periódico en la mesa-¿Recuerdas que mencionaste que Julian y Unity trataban a su hijo como un desconocido?

 

-Sí.

 

-Pues me base en eso. Escucha, los padres de Kanon no se le parecían en nada, lo maltrataban y no se hacían cargo de él de ninguna forma, lo cual fue una clara señal de que para ellos Kanon no era más que una herramienta que ya no les servía, aunque no podían deshacerse de él o se descubriría el crimen. Eso fue suficiente para sospechar que era adoptado, pues solo los millonarios avaros tratan así a sus hijos, sean adoptados o no. Me incline por lo primero porque no se parecía a sus padres ni a nadie de su familia, pero sí a Saga. Además, de un asesino como Unity  se puede esperar el robo de un bebé por dinero, aunque dudaba un poco de Julian.

 

-Existía la posibilidad de que fuera lo contrario y te equivocaras.

 

-Hmm. Me arriesgué.

 

-Ya veo. Realmente eres bueno en tu trabajo-bajó la vista a su café y se sentó en la mesa, pensando en la mejor forma de darle la noticia que le tenía-Kardia, hay algo que debo decirte.

 

-¿Y qué es?-preguntó, dando un bocado a su desayuno.

 

-Últimamente me había estado sintiendo mal, así que fui al doctor ayer y…

 

-¿Y qué? ¿Es grave?

 

-Depende-alzó la vista hacía él-Estoy embarazado.

 

Los ojos del escorpión se abrieron con sorpresa.

 

-Sé que me dijiste que no querías un hijo aún, pero ya sucedió y-

 

 

-Shhh-lo silencio, levantándose rápidamente para abrazarlo-Es algo pronto, es cierto, pero no veo porque no intentarlo. Nadie está nunca listo para la paternidad, así  que creo que puedo hacer mi mejor esfuerzo por este niño-tocó su aún plano vientre-Vamos a ser los mejores padres para él.

 

-Me encanta que tomes las cosas así-sonrió-Te amo Kardia.

 

-Y yo a ti, francesito. Y yo a ti.

 

Fin

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Extra-

Cierto castaño se encontraba sentado frente a un vidrio, esperando que trajeran al reo que había ido a visitar. Aunque llevaba haciéndolo cada semana durante un año, aun se sentía nervioso en cada visita, pero siempre lograba tranquilizarse para hablar con normalidad.

 

Pronto, un hombre de largos cabellos azules con un atuendo naranja se sentó frente a él del otro lado del vidrio y tomó el teléfono para iniciar la conversación. El castaño lo imitó y paso saliva antes de empezar a hablar.

 

-Hola.

 

-Hola.

 

-¿Cómo has estado?

 

-Bien, supongo. Pero tus visitas siempre me ponen de buen humor y me recargan de energía para aguantar otra semana aquí.

 

-Me alegra que te agrade mi compañía-sonrió.

 

-¿Cómo has estado tú? ¿Todo bien con tu padre y tus hermanos?

 

-El señor Cid es muy amable, logramos congeniar bien al igual que con Shura. Pero con Aioria…las cosas siguen muy tensas.

 

-Ni siquiera deberías dirigirle la palabra, Aioros. No se merece tu amabilidad. ¿Aún sigue llamándote asesino por matar a Saga?

 

Aioros se mordió el labio inferior con incomodidad ante esa pregunta. Después de lo que había sucedido arribaron meses difíciles y de serios problemas legales con sus suegros por la muerte de su esposo. El juicio que enfrento fue bastante difícil y frustrante, más aún con el tío de Saga como encargado del caso, pero al final, él había logrado salir libre gracias a El Cid, quien era conocido como “abogado sin sentimientos”, puesto que el español había defendido a los peores criminales y los había dejado libres. Cualquiera que lo tuviera como abogado, siendo culpable o no, salía ileso de todos los juicios.

 

Sin embargo, a pesar de su libertad, Aioros aún sentía el peso de sus acciones y nunca dejo de decirse que puedo haber actuado de otra forma en ese momento en que dejó que el odio lo envenenara.

 

-Bueno. Ya no tanto como antes-respondió desviando la mirada.

 

 

-Hablemos de otra cosa si quieres. ¿Cómo va el trabajo?

 

-Muy bien, pero pronto tendré mucho trabajo por el fin de ciclo.

 

-Te deseo suerte.

 

-Gracias. Yo-

 

-Aioros-lo interrumpió-Hay algo que quiero pedirte desde hace tiempo, pero encontraba a forma de decírtelo. Ya no quiero que vuelvas a esta prisión.

 

-¿Qué? ¿Por qué?

 

-Quiero salgas y hagas tu vida, Aioros. Busca a alguien a quien amar, vive y se feliz. No desperdicies más tu tiempo conmigo, que yo ya no saldré de aquí, prefiero que salgas y emprendas vuelo de nuevo.

 

-Pero yo-

 

-¡No aceptaré un “no” como respuesta!-justo en ese momento, se terminó la hora de visita y tuvieron que colgar el teléfono para retirarse-Solo vete. Y en caso de que no me obedezcas, te aviso que desde hoy no aceptaré ninguna visita tuya.

 

Aioros le sonrió con tristeza, decidiendo hacer caso a sus deseos, y se dio la vuelta para marcharse y nunca volver ahí, evitando que viera sus lágrimas desbordándose de sus ojos.

Quizás era lo mejor, si era sincero consigo mismo, debía reconocer que solo lo visitaba porque de alguna manera le recordaba a Saga y poder ayudar a Kanon era un forma que tenía de aliviar la culpa que sentía.

 

-Comprendo. Entonces…adiós, Kanon-murmuró casi inaudible, pero el de cabellos azules aun así fue capaz de escucharlo.

 

-Adiós, mi amor.

 

“Adiós, amor mío”.

Notas finales:

HOLA, HOLA, JEJEJE

 

wiii, hoy por fin se termino esta hermosa historia. Escuchen , no tuve mucha inspiración para este cap, y mil disculpas si salio muy mal, el lemon no es mi fuerte, casi siempre trato de evitarlo, pero llega un momento en que ya no puedo seguir haciendolo.

Igual, gracias a todos los que siguieron esta historia hasta el final, de verdad, fue mi primer fic en esta categoria y me alegra muuuuucho que haya gustado jejeje.

oh, y una cosita mas, les puse una trampita en el fics y nadie la noto, jejeje.

¿Recuerdan cuando se menciono la fecha de nacimiento de Kanon que era 25 de junio? bueno, dejenme decirles que, como bien sabran, Julian y Unity le pusieron esa fecha en su registro para tapar su delito, pero 25 de junio, si lo pensaron, ya no pertenece a Geminis. En efecto, una parte del mes si, pero el dia 25 ya no entra en este signo, al contrario, pertenece a Cáncer. Y lo sé porque esa es mi fecha de nacimiento y yo soy un cangrejo jajajajaja

Sobre SUEÑOS SOBRE HIELO, lamento demasaido haberlo borrado, pero perdí la inspiración para continuarlo y sentía que no podía manejar la tematica, no estaba acostumbrada a ella, pero quice intentarlo y no pude. Lo siento.

igual, seguire aqui mucho tiempo asi que seguire subiendo fics, de hecho ya tnego los proximos y no aseguro que sean de esta pareja.

Muchos besos y apapachos a todas mis bellas lectoras que me acompañaron hasta aqui, haganme saber que tan mal salio el final o si quedo minimamente aceptable. denme su opinion que la esatare esperando.

Que el cosmos les de su fuerza.

chao, chao

Hasta la vista!


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