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Siempre pueden ser cuatro por Samantha0507

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Notas del fanfic:

Los personajes de este fanfic no me pertenecen, son de Tadatoshi Fujimaki y son solo usados por diversion 

Notas del capitulo:

Creo que no es lo mejor que he escrito, la verdad es que no había escrito nunca algo con tanto sexo, realmente no me hace sentir sumamente bien con lo que escribí, pero se lo mostré a una persona que realmente valoro y ella realmente dice que está bien... además le hice una modificación al final solo por ella... Kure mi cariño por ti es infinito, al punto de que modifique un final...

 

 

espero no lo odien 

Tatsuya solo sabía una cosa, no había nada más divertido que tener todo lo que deseaba a sus pies, llevaba meses jugando y sabía que estaba un poco más cerca de lo que tanto deseaba.

 

Himuro tocó las marcas en las muñecas del rubio, adoraba ver como la blanca piel de Kise se marcaba con las ataduras, como se tornaba roja y luego tomaba suaves tonos morados.

 

Suavemente acercó sus manos a las costillas del menor, sabiendo que donde su cinturón había golpeado, probablemente estaría delicado.

 

—mmmm Himurocchi no. — Kise se movió inquieto entre sueños, debían dolerle al contacto.

 

—Descansa Kise, debo ir a la universidad, puedes quedarte si no tienes clases, la casa es toda tuya. — Himuro se levantó depositando un suave beso en los labios de Kise, mientras este se acurrucaba entre el calor de las sabanas.

 

Himuro miró la habitación, sabiendo que cuando volviera todo estaría en su lugar, probablemente Kise o Izuki se encargarían de limpiarlo.

 

—Tatsuya. — La voz de Shun llegó hasta sus oídos, el ojos de águila entró con el rostro sonriente. — Quieres que te prepare el desayuno, fui de compras, tenía unas ganas de comer huevo y no quedaban en casa

 

Himuro se acercó al moreno, poniendo sus manos en su redondo vientre, su pequeño ya tenía 6 meses y el cuerpo de Shun indicaba su presencia en todo su magnífica figura. Suavemente las manos del moreno recorrieron la espalda de su compañero, Tatsuya tomó los labios de su amado, era un beso casto y suave, no sensual, era simplemente de ellos, algo romántico. —anoche te veías feliz, ¿Te gusto lo que Kise preparó para nosotros?

 

Shun asintió, dejando ver un sonrojo en sus mejillas. — Kise es erótico, su cuerpo, su voz, todo en él te hace querer mirar un poco más y cuando está contigo en la cama, cuando los veo tocarse, cuando veo como sus cuerpos se hacen uno, creo que pierdo la razón, todo yo lo deseo, los deseo, ambos son perfectos, sus cuerpos me encantan.

 

—Te viniste muchas veces anoche, debes estar cansado, preparare el desayuno para ti y para mi pequeño. — Tatsuya deposito un suave beso en los labios del moreno y luego otro en la parte alta de su vientre.

 

Las mañanas eran tiernas, las tardes agradables y las noches fogosas, o al menos era lo que Kise e Izuki solían decirse entre ellos.

 

Himuro corrió a sus clases, se había entretenido más de lo que esperaba con su pareja, ver el cuerpo de Shun, con su redondo vientre al aire había terminado por levantar el miembro del moreno, obligándolos a terminar en el sofá, con su embarazada pareja cabalgándolo.

 

Estaba cerca de la facultad cuando una figura llamó su atención. Aomine Daiki estaba de pie cerca de la entrada, Himuro no podía negar que ese cuerpo lo deleitaba, llevaba meses pensando en cómo llevarlo a la cama, pero el moreno lo rehuía.

 

Himuro camino más lento recordando la primera vez que Aomine lo había encarado, Kise lo había llevado a una fiesta diciendo que mientras Izuki estaba con sus padres, ellos tenían permiso de divertirse, para todos Kise no era más que un compañero de cuarto de Himuro e Izuki.

 

—Aomine…— Tatsuya no pudo contenerse, se acercó rápido al moreno, solo por el gusto de llamar su atención, ese cuerpo lo tenía tan caliente que ni las largas noche de sexo con Shun y Ryota podían calmar su deseo.

 

 

—Himuro— Aomine se mostraba frio y distante, Tatsuya sabía que el moreno no lo soportaba, menos después de que Kise terminará con Daiki y se fuera a vivir con él. —me sorprende que puedas salir de la cama, ¿no te queda nadie con quien acostarte y engañar a Shun?

 

—No entiendo qué demonios dices, el sol te está haciendo daño. —Himuro apuró su paso, tendría que evitar a Daiki por un tiempo.

 

Himuro solo tenía clase hasta el almuerzo, así que había quedado de almorzar fuera con Shun y Kise, ambos estaban libres ese día.

 

Pero para desgracio o gusto de Tatsuya el primero en encontrarse con ellos fue cierto moreno, quien parecía realmente molesto.

 

—Me lo vas a decir o te lo sacaré a patadas Kise ¿Quién demonios se atrevió? — Tatsuya por primera vez se percató del tono morado que el mentón de Ryota estaba tomando, probablemente se habían pasado la noche anterior.

 

—Aominecchi detente, no te debo explicaciones.

 

—Idiota mírate, ¿es Himuro? ¿Los está golpeando? — los ojos del moreno se posaron rápidamente sobre Shun, con un gesto de preocupación, imaginando como debía defenderse con su avanzado embarazo.

 

—Aomine, Tatsuya jamás me haría daño, el me ama…

 

—¿amor? Se acuesta con Kise en tus narices, eso no es amo…

 

El moreno iba a continuar, cuando una mano lo detuvo. — Aomine, estás llamando la atención y te recuerdo que tanto Shun como tú se encuentran becados en la universidad, que cualquier escandalo puede significar la perdida de sus becas y en el peor de los casos su posible expulsión.

 

Daiki se giró molesto, no le importaba su beca, quería defender a sus amigos, pero se detuvo, la mirada de Himuro era fría y seria, muy distinta a la que él podía recordar, un escalofrío recorrió su espalda.

 

—Vamos a casa, te contaremos todo, pero debes prometer que no dirás nada hasta comprender lo que realmente pasa.

 

El moreno acepto, su piel se había puesto extrañamente  fría, era extraño, se sentía asustado como nunca en la vida.

 

Ya en la casa Daiki fue llevado a uno de los cuartos del segundo piso, Kise se detuvo frente al moreno, lo miró a los ojos y luego hablo. — te pido Aominecchi, no nos juzgues hasta que terminemos de explicarte. — un suave beso de los labios de Kise fue el pie para que Himuro entrara al cuarto, llevando de la mano a Shun.

 

Las paredes eran de un tono color vino, la decoración iba mucho más lejos de lo que el moreno pudo esperar.

 

—Esto soy Aominecchi. — Kise se quitó la camisa, Aomine abrió los ojos notando las marcas que bajaban a lo largo de esta. — el dolor, que me toquen, me maltraten, sentir como la carne de mi cuerpo arde, sentir como poco a poco mi piel se pone roja, en cómo me cortan el oxígeno, todo me excita Aominecchi, Himurocchi me toma como pocos lo han hecho, sus manos rasgan mi piel, mi presión sube, simplemente no puedo evitarlo. — Kise caminó de forma seductora, depositando un apasionado beso sobre los labios de Tatsuya, Aomine miró a Shun, el embarzado se había sonrojado y miraba la escena olvidándose completamente de su presencia.

 

—Aomine. — Himuro lo llamó. — Shun también es parte de esto, él es voyerista, se sienta aquí, junto a la cama, y disfruta de la vista.

 

—¿Ustedes…? Esto es enfermo.

 

—Sé que es difícil de comprender Daiki, pero acaso, nunca has deseado algo con desesperación, nunca has sentido que se te corta la respiración, que tus manos sudan y que tu cuerpo te pide con desesperación terminar en la cama. — los ojos de Daiki dudaron por un segundo, dándole pie a Himuro, para continuar con algo que podría entregarle lo que más llevaba deseando.

 

—Yo…no…esto es enfermo, yo no…

 

— comprendo. —una sonrisa se instaló en los labios del antiguo escolta. — te propongo un trato.

 

—¿Trato? — la duda se instaló en el rostro del moreno, mientras que Shun y Ryota sonriendo comprendieron por fin los planes de su pareja.

 

—Quédate con nosotros, una semana y te juro que descubriré la mayor de tus fantasías, si no lo logro podrás marcharte y Ryota se irá contigo, el volverá a ser tú pareja. — miró al rubio quien asintió mientras era rodeados por los brazos del embarazado.

 

—¿Y si lo logras?

 

—Simplemente aceptaras lo que somos. — extendió su mano hacia el moreno, sintió miedo, pero al dar de lleno con las orbes dorada de su ex novio, no pudo evitar sentirse perdido, incluso excitado.

 

—trato…

 

Habían pasado dos días, cuando los gemidos lo despertaron durante la noche, el cuarto que le había facilitado Tatsuya era realmente amplio, incluso podía asegurar que era más grande que el que él había rentado.

 

La noche estaba realmente fría, pero los pasillos y la casa en general estaba rodeada de una atmosfera completamente diferente, el moreno camino en silencio hasta la habitación que sabía tenía en ese momento una escena que lo terminaría por perturbar.

 

Himuro le había dicho que mientras estuviera en esa casa podría ver lo que quisiera, a la hora que realmente quisiera, pero no estaba seguro de si verdaderamente sería correcto irrumpir.

 

Miró el cuarto de Izuki, sintiendo pena del mayor, al menos para Daiki lo que Kise y Himuro hacían era también un engaño, independiente si el embarazado estaba o no enterado, ¿no se supone que cuando tienes una pareja le eres fiel hasta el final?

 

Pudo escuchar los gemidos, abrió la puerta notando la tenue luz, la cabeza de Kise reposaba contra la cama, pudo notar la excitación, las pálidas mejillas del rubio estaban adornadas por un tenue rosa, mientras por su piel las gotas de sudor dejaban surcos, Aomine sentía como su miembro comenzaba a palpitar, no recordaba cuando había visto por última vez que había visto el cuerpo del rubio, pero todo en él lo deseaba, se acercó un paso, notando por primera vez como Himuro se acomoda y tomaba una gruesa correa de cuero.

 

 

—Kise ama esa correa. — Aomine por primera vez pudo percatarse de la presencia que los acompañaba en el cuarto, Izuki estaba sentado en un pequeño sofá, con un pijama ligero, su vientre y su pecho estaban expuestos, dejando ver sus pezones, que parecían estarse adaptando para el minuto en que debiese alimentar a su hijo. — siempre que veo a hacer esos gestos, no puedo evitar sentir que me correré. —Daiki pudo ver como el pene de Shun estaba erecto, pero las manos del embarazado temblaban sin siquiera hacer contacto con su parte baja.

 

—Daiki, me alegra que te unas a nuestra reunión. — Himuro se acercó al cuello de Kise, rodeándolo con el cinturón, lo fue ajustando poco a poco, probablemente la blanca piel tendría marcas al día siguiente. — puedes quedarte, si quieres puedes tomar asiento, disfruta del espectáculo. — agregó antes de ajustar fuertemente la correa al cuello del otro, obteniendo un fuerte gemido como respuesta.

 

—Yo…— Daiki no sabía que decir, aquellas personas que solía conocer, eran completamente diferentes en ese cuarto, una parte de él estaba asustado, pero otra terriblemente excitado.

 

—Shuuuu, tranquilo, jamás me sobrepasaría con Ryota, ni mucho menos con Shun, yo los amo mucho, ellos son mis tesoros. — el rostro del rubio se estaba tornando rojo por la falta de aire. —cuando Shun tuvo que contarme como disfrutaba de ver gente teniendo sexo, no pude negar que me sorprendí, pero mi amor por Shun era más grande, yo mismo compre porno para que el pudiera tener todo el sexo que quisiera, para que el pudiera tocarse todo lo que quisiera, aun si yo no estaba presente. — Himuro estaba cerca de Shun, había soltado un poco la correa del rubio y el tono rojo iba disminuyendo poco a poco, Daiki llevó su atención a los movimientos de Tatsuya, quien simplemente estaba bajando el pantalón de Shun.

 

—Amo…— Kise estaba a gatas sobre la cama, con una mirada lujuriosa, tratando de llamar la atención del que ahora estaba por cogérselo  — no me deje…

 

—Claro que no, esta noche el espectáculo no es solo para Izuki, démosle a ambos algo que recordar.

 

Himuro estaba nuevamente con sus manos sobre Kise, la correa se había vuelto a tensar sobre el cuello del rubio, mientras Shun apretaba sus piernas, sobre el sofá tratando de contener todo lo que su cuerpo estaba suplicando.

 

—Una noche Shun no podía, su pene no respondía a mis caricias, fue entonces que lo pensé, quizá ver en vivo y directo era lo que mi pequeño necesita, me fui a un club, Shun no tiene preferencia por los hombres o las mujeres a la hora de poder saciar ese deseo voyerista, mientras sean hermosos. — Himuro tomó el cabello del rubio y lo jalo con fuerza, dejando ver el rosto del rubio, estaba rojo por la opresión en su cuello, pero aun así solo podía verse la belleza y excitación que la situación causaba. — Entonces mis ojos se enfocaron en él. — dejo que el aire pasara nuevamente a los pulmones del modelo, mientras apretaba sus piernas sin ninguna delicadeza.

 

—Himurocchi…más…— Kise se llevaba las manos al cuello, cortándose la respiración con sus propias manos. — más… más…

 

—Shuuuuu tranquilo, tenemos un invitado, no querrás que el crea estas desesperado…— Himuro le sonrío y con sus manos comenzó a presionar el cuello del rubio. — sabes, Taiga siempre dijo que yo podía leer a las personas y sus intenciones, pero eso incluso es poco para lo que realmente soy capaz de hacer. — Bajo a Kise de la cama y lo llevó a una estructura junto a la cama, se paró sobre  dos pilas de libros y entre sus nalgas, justo en su entrada acomodo un consolador que se encontraba fijado a la misma estructura.

 

—Me gustan las paredes con espejo, me permite ver a mi animalito en cada momento. —las manos de Kise estaban encadenadas a un tubo al techo de la habitación, Himuro tomó sus caderas, metiendo la punta del consolador, fue un gemido largo, pero extrañamente placentero el que escapo de los labios del rubio,  Aomine miró el rostro de Kise y se mordió los labios por la bella forma que el cuerpo del rubio estaba tomando. — Ryota amaba el dolor, cuando le pedí que me ayudara con lo de Shun, sus gritos, sus gemidos, su deseo de que lo tomara más y más fuerte me hizo perder la razón y luego. — una varilla en las manos del antiguo miembro de Yosen llamó la atención de Daiki, Shun le tomó la mano con desesperación, mientras refregaba su cuerpo contra el sillón, casi como si le estuviera suplicando por ayuda al moreno, parecía tan excitado que le dolía.

 

 

— Tatsu, Tatsu. — Shun trataba de hablar pero el aliento le faltaba, estaba caliente, sentía que todo su cuerpo quemaba, sentía que su pene explotaría, encorvaba su espalda y apretaba sus piernas, incluso parecía que se orinaría.

 

—Daiki…— La voz de Kise fue como un poema para el moreno, Himuro tomó la vara, golpeando la parte trasera de los muslos del rubio.

 

—Dime Kise, dime Kise, háblame…

 

—Dame, más…— Un nuevo golpe obligó al rubio a doblar sus piernas, haciendo que el consolador entrara un poco más en su trasero. — ahhh, es tan grande, ah, ah, ah, más, más

 

Un nuevo golpe y ahora fue Shun quien reacción. — Tatsuya, mi pene, me duele, Tatsuya, me duele. — Himuro pudo ver cómo Shun estaba concentrado en las reacciones de Kise, se agacho sacando uno de los libros en los cuales rubio estaba de pie, medio consolador estuvo dentro del cuerpo del modelo.

 

— Creo que es momento. — Himuro dio varios golpes seguidos, uno tras otro, la espalda del rubio se encorvaba, mientras el dildo se abría paso en el cuerpo del rubio.

 

—Duele… duele…duele. — Kise respiraba con dificultad, Tatsuya tomo las tetillas del rubio.

 

—Tats…Tats…— Shun no resistiría mucho más, los ojos de Tatsuya se toparon con los del moreno, Daiki no parecía asustado, ni perplejo, simplemente estaba serio, evaluando, reconociendo, miró a Shun, miró a Kise y finalmente sus ojos se encontraron con los de Tatsuya.

—Bueno, tal parece que hoy será más corto. — Sin cuidado Himuro saco el consolador del cuerpo del rubio, reemplazándolo con su miembro, fue un movimiento, una simple estocada, en la que el pene de Tatsuya estuvo dentro. — Vamos Ryota, mira a Daiki, recuérdale lo bello que eres al llegar al climax. —Himuro sacó su pene y de golpe lo volvió a meter, haciendo que Shun gimiera con desesperación. — Vamos Ryota, mira a Shun, ya no soporta más, quiere correrse, vamos, vamos. — Himuro estaba excitado, quería venirse, pero primero tenía que lograr que sus parejas terminaran. — Vamos Ryota, vamos…— Agregó tomando y apretando el pene del rubio una y otra vez.

 

Shun no se contuvo, dejando salir su semen libremente, un grito había salido de su garganta con desesperación, los segundo pasaron y el ano de Kise se contrajo.—mmmmmm Tatsucchi— Himuro dio una estocada más, corriendo en el interior del rubio.

 

 

Aomine se había quedado en silencio, en el mismo lugar, mientras Himuro se encargaba de los otros, había bajado a Kise y lo había llevado a uno de los baños más grandes de la casa, donde en la ducha lo limpio con extremo cuidado, con Shun algo similar, pero en la bañera, sentado, Himuro se preocupaba de que las piernas de su pareja no fueran capaz de resistir y terminaran con él embarazado en el suelo.

 

Para la pantera todo parecía un mal sueño, pero seguía excitado por toda la situación, se sentía mal de que esos cuerpos produjeran tanto en él. — ten…—Tatsuya estaba de pie a su lado, extendiendo una revista. — sé que te gusta, realmente podrás bajarte un poco si te masturbas, ve a tu cuarto, puedes encerrarte si se te hace más cómodo. — Himuro no espero respuesta, simplemente se fue al baño y saco entre sus brazos a un dormido rubio, al parecer Kise había llegado a su límite.

 

Aomine miró la revista, sintiendo su pecho palpitar a mil por hora, pudo reconocer la edición, era antigua, pero en ella había una de las pocas cosas que le robaban el aliento.

 

Las largas piernas de la chica, sus senos, todo era perfecto y joven, Mai-chan era una belleza, un ángel en todo uso de la palabra, Aomine visualizo aquella imagen que tantos años llevaba maravillándolo, se encerró y simplemente dejo caer la parte baja de sus ropas, con sus dedos tomo su miembro, pensó en la cama, pero terminó por ponerse delante del espejo de la alcoba, miró su propio cuerpo, y luego nuevamente la imagen en la revista, con la punta de sus dedos recorrió las piernas de la escultural joven, concentrándose fijamente en las propias y finalmente concentro sus vista en aquello que tanto deseaba, haciendo que su pene simplemente comenzara a gotear.

 

Daiki sentía que las piernas le fallarían, pero se quedó de pie, tomó su falo con su mano libre,  rodeándolo,  podía sentir el calor de su miembro atravesando su piel, el aire se había puesto tremendamente caliente a su alrededor, el cuarto daba vueltas, Daiki tomó sus testículos, era demasiado placentero, miró las piernas nuevamente el cuerpo de la joven y luego el propio, sus piernas, sus largas piernas, no podía detener, dejó caer la revista, apoyando la frente, solo podía jadear, mientras seguía el vaivén sobre su pene.

 

Levantó la vista y por un segundo recordó las manos de Tatsuya, como el moreno recorría a Kise, Aomine cerró los ojos imaginando como se sentiría que el mayor lo tomara, llevó una de sus manos a su boca, lamio sus dedos y tocó su entrada, con la punta de sus dedos masajeo poco a poco su entrada y como pudo metió su dedo de forma profunda, logrando que una profunda corriente recorriera su espalda, quería gritar, era tremendamente doloroso y tremendamente satisfactor, su pene había liberado la presión, dejando el semen esparcido por todo el espejo.

 

 

Himuro se había quedado tras la puerta, ahora estaba más que seguro, Aomine Daiki ya era suyo, solo necesitaba un objeto y su plan estaría completo.

 

La semana había pasado rápido y finalmente fue el lunes a media tarde que Aomine y Himuro quedaron frente a frente.

 

— ¿Dónde están Izuki y Kise?

 

—Salieron de compras, además me dieron tiempo de conversar contigo.

 

Aomine se sentó junto al mayor. — ¿ya lo sabes? ¿Ya lo descubriste? — Tatsuya no había estado cerca de él, era imposible que lo supiera.

 

—Ten…— no contestó su pregunta, extendiendo un paquete hacia las manos del moreno.

 

Daiki sentía que sus manos temblaban, se armó de valor sintiendo que el corazón se le saldría por la boca, era imposible que Himuro lo hubiese descubierto.

 

Sus ojos se abrieron, realmente no podía creer lo que sus ojos veían, las manos le temblaban y sentía como el sudor recorría su espalda, solo el saber que tenía tan bello artículo frente a sus ojos, entre sus manos lo hacía sentir de miles de formas.

 

—¿Cómo?

 

—Fue muy fácil, leerte fue como un cuento de niños para mi Daiki. — Himuro se arrodillo frente al moreno, le quitó los pantalones y tomó entre sus manos el obsequio. — cuando los vi eran rojos, pero a ti te viene mejor el azul. — Himuro tomó los pies del moreno, y suavemente calzo en ellos el presente.

 

Daiki apenas si podía respirar, las piernas le temblaban, sentía los dedos de Himuro en sus tobillos, un hormigueo empezó a crecer en su entrepierna, su pene punzaba, las manos le sudaban, estaba mareado, era increíble, miró el bello tono azul y en cómo estos parecían haber sido preparados exclusivamente para él.

 

Himuro se tomó su tiempo, se deleitó con las reacciones que Daiki estaba teniendo, el moreno estaba perdido en sus piernas, en como aquellos bellos zapatos de tacón, que ahora adornaban sus pierna.

 

—dime Daiki, háblame, dime que sientes

 

—Son...mmm— Daiki había querido enderezarse, pero su pene estaba actuando de forma diferente. — Quiero, mirarme — el aire entraba con dificultad en el pecho del moreno, Himuro lo puso de pie y lo ayudo a llegar a un espejo de pie. —Ahhhh…— Las piernas de Daiki flaquearon, no podía creer que se estaba viendo en el espejo. — ahh no… es maravilloso. — Himuro apretó su pene contra el trasero de Daiki.

 

—Te gusta, tu imagen, los zapatos, siempre los quisiste no. — las manos de Tatsuya tomaron el erecto miembro de Daiki, las gotas de líquido pre seminal iban en aumento, con ellas en las manos Himuro simplemente agrego un suave vaivén, obligando a Daiki a gemir con desesperación

 

—Voy…voy a correrme. — su voz se entrecortaba, mientras sus caderas se movían para refregar su trasero contra el pene del mayor. —Tatsuya, Tatsuya…

 

—Shuuuu tranquilo. — Himuro puso su dedo sobre el pene del moreno, quien por primera vez pudo notar a las dos personas de pie en la puerta. —Shun y Ryota volvieron Daiki, no quieres que juguemos los cuatro, será más divertido.

 

Las mejillas de Kise estaban sonrojadas, mientras Shun simplemente se mordía el labio inferior, queriendo gemir ante la escena que estaba presenciando, el juego había comenzado y ahora Himuro tenía todo lo que deseaba.

 

Aomine estaba excitado, sintió el miembro de Himuro restregándose contra su trasero, poco a poco lo iba preparando, sus piernas fallarían, las manos de Tatsuya seguían sobre su miembro, parecía que no podía correrse a menos que el mayor se lo permitiera.

 

Daiki no tuvo conciencia de que el modelo había tomado lugar frente a él, no fue hasta que su pene tocó el trasero del rubio que entendió que pasaría.

 

Kise comenzó a moverse, dilatando su propia entrada, el líquido pre seminal de Daiki lo mojaba poco a poco, con ayuda de Tatsuya, poco a poco el miembro de Daiki entraba en el culo del rubio.

 

Shun por su parte se acomodó a mirar la escena, sintiendo que las piernas le fallarían.

 

Tatsuya empezó a macar el ritmo, su vaivén lograba sacar gemidos de los labios del moreno, quien solo podía pensar en el calor que tanto su entrada como su pene sentía.

Por su parte Kise comenzó a masturbarse, por hoy se sentía caliente, no necesitaba golpes, simplemente necesitaba a Daiki y Tatsuya, Ryota abrió los ojos viendo el pene de Shun, el rubio se inclinó un poco, lamiendo suavemente la punta del pene del embazado.

 

La escena era maravillosa, Tatsuya se sentía fogoso, fuertes estocadas que parecían terminarían rompiendo el cuerpo de Daiki, apretó sus glúteos y fijo su vista en los jadeos que salían de la boca de Shun, al parecer la mamada que Kise le estaba propinando era más que satisfactoria.

 

Himuro obligó a Daiki a que aumentara el ritmo, haciéndolo correrse dentro de Kise, el rubio sintió su interior caliente, saco el pene de Shun de su boca, dejar salir un grito de placer cuando su semen se saltó por el suelo.

 

Himuro dejo al moreno y al rubio juntos, en un abrazo cálido y veces tiernos, mientras el simplemente tomó entre sus brazos a su pareja. — eres erótico Shun, déjame tomarte…

Shun acepto simplemente, las palabras no salían de su boca, simplemente dejó a Tatsuya abrirse paso en su trasero, mientras tomaba firmemente su pene. — Shun, me encantas, cada parte de ti.

 

—Tatsuya. — Las palabras de Shun se entrecortaban, mientras su pene palpitaba, por correrse, estaba duro, erecto en plenitud, unas pálidas manos acariciaron el vientre del mayor, mientras los gemidos salían profundamente desde su garganta, Kise estimulaba las tetillas de Izuki, primero con manos, luego con su lengua, suaves lamidas, Shun pudo sentir como escurrían, probablemente algo de calostro estaba saliendo producto de la succión que rubio estaba realizando.

 

—Ryota…—Himuro no pudo evitar sentirse complacido al ver como Daiki metía su pene en el rubio nuevamente.

 

—Tatsuya….más, dentro. — Tatsuya aumento el vaivén sintiendo su miembro tirante, su respiración se entrecortaba, quería correrse, estaba llegando a su límite, dos estocadas y su pene ya no podía soportarlo más, intento salir pero Shun simplemente lo detuvo, su cara le rogaba a gritos que se corriera dentro.

 

Fue solo un movimiento, el cuerpo de Tatsuya se estremeció mientras ahogaba un profundo quejido mientras su semen llenaba el cuerpo de su pareja.

 

Si, podían estar enfermos, pero era la mejor relación que cualquiera de ellos pudiera desear, Tatsuya miró a Daiki, ahora si tenía todo lo que deseaba.

 

Fin.

Notas finales:

Espero no sea malo 

 

Gracias por leer 


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