Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My Dear Friend -KaiSoo- por martyper

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenos Dias/Tardes/noches gracias a las personas que leyeron la primera parte -si es que la leyeron - espero que les gustara y vengo a dejar la segunda parte.

espero que lo disfruten  

 

 

Habían pasado varias semanas en las que se veían en su día libre, se juntaban en su departamento para que JongIn pudiera practicar la preparación de algunos platillos.

 

En realidad el chico era muy torpe, siempre rompía algo o estropeaba la comida de alguna forma, pero con las indicaciones de KyungSoo estaba aprendiendo a controlarse, se preguntaba cómo podía realizar su trabajo con las manos de mantequilla que tenía.

 

KyungSoo se sentía muy cansado ya que debido a las reuniones de los sábados con JongIn no le quedaba tiempo para realizar la tareas del hogar, puesto que JongIn llegaba temprano, desayunaban, se entretenían con cualquier cosa y preparaban el almuerzo, veían películas y cenaban juntos, solían tener charlas extensas y compartir comentarios divertidos en cualquier momento, resultaba agradable para ambos, en especial para KyungSoo pues nunca se había sentido tan apegado a alguien aparte de sus padres.

 

Estaba exhausto, no tenía tiempo para ir a la lavandería así que lavaba su ropa en el baño de su casa, era difícil de esa forma pero no tenia de otra porque se negaba a decirle a JongIn que cancelaria sus lecciones de cocina siquiera por un día, se había apegado a él, sentía que lo extrañaba todos los días y moría de ganas de verlo o siquiera oír su voz.

 

Por ese motivo se dormía muy tarde a diario para mantener todo en orden, dormía 5 horas al día o menos y esa rutina ya empezaba a pasarle factura afectando su desempeño en su trabajo, se sentía cansado y adormilado todo el tiempo, aumentó la cantidad de cafeína que debía ingerir a diario para mantenerse en pie y ese día no era la excepción.

 

Viernes por la noche y el salía del trabajo, estaba tan cansado que podría desplomarse en cualquier momento.

 

-Hyung ¿te sientes bien? – SeHun uno de los meseros preguntó con preocupación, todos notaban su estado de agotamiento, lucia más pálido que de costumbre y unas enormes ojeras adornaban su rostro.

 

-Estoy bien no te preocupes. –

 

-¿Seguro? Puedo acompañarte a casa si quieres. –

 

-No tranquilo, solo estoy algo cansado pero todo está bien, puedo ir solo. – intentó sonreír para tranquilizarlo pero el ceño fruncido de SeHun dejaba en claro que no le creía ni un poco.

 

-Puedo acompañarte en serio no tengo problema en hacerlo. –

 

-Gracias SeHun eres muy amable pero no es necesario, además tú estás cansado también y llevarme solo va retrasarte aún más, estaré bien, puedes ir a casa, además mañana es sábado y podré dormir hasta tarde. – Intentó lucir lo más seguro que se pudiera pero sabía perfectamente que no podría dormir como le gustaría, JongIn solía llegar a eso de las 8 y a él por una razón que no comprendía le gustaba estar bañado y cambiado para recibirlo, no le gustaría que lo encontrara en pijama y con saliva en el rostro, eso sería muy vergonzoso.

 

-De acuerdo entonces, nos vemos – aun poco convencido el joven se despidió disponiéndose a irse.

 

-Nos vemos, que descanses. –

 

-Tú también Hyung – ambos caminaron en direcciones opuestas ya que vivían para el lado contrario, por eso no aceptó que SeHun lo acompañara, no sería más que una molestia.

 

Arrastrando los pies y sintiendo que llevaba todo el peso del mundo en su espalda caminó hasta la parada del autobús, afortunadamente no demoró mucho y abordó sentándose en uno de los asientos de adelante, solo se tardó 10 minutos en llegar pero en todo el camino sentía sus ojos cerrarse solos, estuvo cerca de quedarse dormido, tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para evitarlo.

 

Cuando llego a su puerta bostezando sus ojos se abrieron de golpe sorprendido, el sueño pareció esfumarse por un momento.

 

Frente a su puerta estaba JongIn mostrando su perfecta hilera de dientes en una sonrisa amplia.

 

-¿Qué haces aquí? – fue lo primero que pudo pensar, el otro hizo un tierno puchero

 

- Hola KyungSoo, también me da gusto verte, yo estoy bien ¿Cómo estás tú? – soltó indignado.

 

-Lo siento, es solo que me sorprendiste, no esperaba verte a esta hora – justificó mientras abría la puerta y dejaba pasar al otro.

 

-Lo sé, es solo que quería comer este pastel que compré y quería compartirlo contigo – habló mientras caminaba hasta la cocina para tomar dos platos, partió el enorme trozo de pastel de chocolate con fresas en dos y lo puso en los platos, tomó uno pasándoselo a KyungSoo y se acomodó en una silla con el otro para él.

 

-¿Por qué compraste pastel a esta hora? –

 

-No lo sé, solo me apetecía, sabes que me gusta lo dulce –

 

-Lo sé – ambos comieron en silencio, solo se escuchaba el ruido que hacían al comer y los pequeños gemiditos de placer que JongIn hacia cada que daba una probada a la dulce masa.

 

Al terminar se sentaron en el sofá más grande uno junto al otro y se dispusieron a ver la televisión por un rato, JongIn mantenía un monólogo de quien sabe qué cosa porque KyungSoo había dejado de prestar atención cuando el sueño volvió a atacarlo, sus ojos se cerraban y su cabeza se inclinaba de un lado a otro no pudiendo sostenerla erguida por más tiempo.

 

No se dio cuenta en que momento perdió toda la fuerza para sostenerse y terminó inclinado hacia su derecha acomodando la cabeza en el hombro del más alto.

 

JongIn solo lo dejó hacer y se acomodó mejor para que el mayor estuviera más cómodo, se sentía culpable porque se notaba que estaba cansado y el solo había venido a distraerlo cuando podía estar descansando de forma adecuada.

 

Se quedó observando las hermosas facciones del más bajo, su perfecta nariz, la forma de sus labios, las negras y largas pestañas que descansaban sobre sus pómulos, acarició con la punta de los dedos sus mejillas notando lo suave y tersa que era su piel.

Dejándose llevar por sus impulsos acaricio sus lacios cabellos, pasando los dedos entre las finas hebras.

 

KyungSoo a los ojos de JongIn es perfecto, desde que vio su pequeña figura caminando a su lado el día que se conocieron notó lo bello que es, los rasgos delicados pero a la vez masculinos de su rostro, su pequeño cuerpo delgado pero con curvas en los lugares correctos, no pudo evitar querer conocerlo, saber más de ese hermoso muchacho de cabellos negros y piel blanca que caminaba en su misma dirección.

 

Es cuchar su voz le resulto extremadamente agradable, levemente ronca y suave, su tono tranquilo le resultó relajante, a pesar de no hablar mucho disfrutó en gran medida escucharle, cuando lo vio sonreír creyó que era la sonrisa más bonita y peculiar que había visto en su vida, la forma de la curvatura de sus labios se quedó grabada a fuego en su memoria llegando a verla hasta en sueños.

 

Dejándose llevar por sus deseos inclinó su rostro tratando de no despertarlo y tocó levemente sus labios con los suyos, solo un roce pero que lo hizo sonreír como estúpido.

 

No queriendo dejar al otro dormir de esa forma incomoda por más tiempo se levantó con cuidado tratando de no despertarle y lo cargo en brazos como a un niño dejando que el otro envolviera sus brazos alrededor de su cuello inconscientemente, lo llevó a la habitación del mayor.

 

Quiso dejarlo en la cama y marcharse pero el mayor se negó a soltarle dejando salir pequeños gruñidos cuando intentaba liberar el agarre. Sin poder evitarlo –y sin quererlo realmente – terminó recostándose a su lado en la pequeña cama, planeaba observarlo dormir un rato y luego irse pero sin que se diera cuenta se quedó dormido mientras observaba el rostro relajado del mayor.

 

****

 

KyungSoo despertó a la mañana siguiente sintiéndose renovado, estaba bastante cómodo así que queriendo disfrutar un poco más de esa sensación se envolvió un poco más con las sabanas y se acurrucó abrazando la almohada, estaba tan tranquilo que brincó en su sitio cuando oyó la puerta de su cuarto abrirse.

 

Para su sorpresa era el moreno llevando una bandeja de desayuno en sus manos.

 

-Buenos días bello durmiente – saludo con su característica sonrisa - me alegra que hayas despertado porque no quería tener que hacerlo yo, te ves demasiado adorable como para perturbar tu sueño. –

 

Las mejillas de KyungSoo se colorearon por el comentario.

 

-¿Qué estás haciendo aquí? –

 

-Anoche te quedaste dormido sobre mi hombro pero como soy tan buen amigo y me preocupo por ti decidí traerte a tu cama para que pudieras dormir más cómodo. –

 

-¿Tu… me cargaste hasta aquí? –

 

-Pues sí, iba dejarte e irme pero eres como un bebé caprichoso cuando duermes y te aferraste a mí como un candado, tuve que quedarme a tu lado. -

 

-¿Qué yo que? – preguntó espantado.

 

-Pues eso, tuve que recostarme contigo por un momento pero me quede dormido después. – Explicó.

 

KyungSoo sentía que su corazón cayó hasta el suelo de la vergüenza, tomó la sabana entre sus manos y se cubrió el rostro con ella frente a la mirada divertida del moreno.

 

-Tranquilo, no tienes por qué avergonzarte, más bien soy yo quien debe sentirse de esa forma por haberme dormido a tu lado sin permiso y por hacer que perdieras tus valiosas horas de sueño, por eso como compensación preparé el desayuno para ti, no salieron perfectos pero al menos no se quemaron esta vez. –

 

El moreno dejó la bandeja sobre sus piernas, llevaba un plato con panqueques algo deformes cubiertos con jalea de fresa y un vaso con jugo de naranja.

 

-Puse jugo de naranja porque sé que tomas café todos los días y no debes excederte, por eso quise que bebieras algo diferente hoy. –

 

El alto jugaba con sus manos frente a su cuerpo nerviosamente esperando la reacción del mayor quien solo lo veía seriamente con una mirada indescifrable.

 

-Entiendo que no te guste, sé que los panqueques no se ven muy bien pero tienen buen sabor ¡lo juro!, los probé antes de traerte los tuyos solo para estar seguro. – dijo con la vista clavada en las blancas sabanas, su temor aumentaba cada segundo en que no obtenía respuesta del mayor.

 

Pero KyungSoo simplemente se había quedado en shock, nunca nadie se había tomado la molestia de llevarle el desayuno a la cama, ni siquiera su madre, era el gesto más tierno que alguien había hecho por él en su vida.

 

-Yo… muchas gracias – habló con un hilo de voz aun sin salir del asombro.

 

El moreno lo vio a los ojos antes de suspirar tristemente al no ver intención alguna de probarlos al mayor.

 

-No tienes que comerlos Hyung, lamento si no te gustó, trataré de preparar algo mejor la próxima vez. – 

 

-¡No!, esto es perfecto. Me encantan los panqueques. – una pequeña sonrisa empezó a formarse en sus labios.

 

-¿De verdad? –

 

JongIn lo veía con un brillo especial en sus ojos haciendo que el corazón de KyungSoo se saltara un latido.

 

-De verdad – afirmó. Un suspiro de alivio dejo los labios del moreno y sonrió ampliamente.

 

-Menos mal, por tu expresión creí que no te gustaban. –

 

-No es eso, solo que me sorprendiste, nadie había hecho algo como esto por mi antes. –

 

-¿Enserio? – KyungSoo asintió tímidamente.

 

-Entonces lo haré cada que tenga oportunidad de ahora en adelante. – habló resueltamente haciendo que el bajito sintiera cosquillas en el estómago ante la perspectiva de ser atendido de esa forma por el otro mientras le regala esas hermosas sonrisas que tanto le gustan.

 

-Gracias JongIn. –

 

-No agradezcas, solo come. –

 

-Pero, debo cepillarme los dientes primero. –

 

-¡Oh! Es verdad, lo siento. – Se disculpó rascándose la nuca apenado.

 

KyungSoo negó sonriendo.

 

-Lleva esto y espérame en la cocina, en un momento voy – le tendió nuevamente la bandeja para después salir de la cama y dirigirse al baño.

 

Cuando se vio en el espejo se dio cuenta que tenía el cabello revuelto como si fuera un nido de pájaros y había un leve rastro de saliva seca en su barbilla.

 

Cerró los ojos y jalo de sus cabellos gimiendo de frustración y vergüenza, JongIn lo vio de esa forma desastrosa.

 

Seguía con la ropa del día anterior completamente arrugada, su rostro estaba grasoso y tras comprobarlo se dio cuenta que tenía mal aliento ya que no se lavó los dientes antes de caer dormido. Su rostro estaba rojo, pateó el suelo frustrado un par de veces antes de decidir que si no quería que JongIn se cansara de esperar debía darse prisa.

 

Tomó una ducha en tiempo record y se lavó los dientes concienzudamente, después de vestirse con lo primero que tomó del armario salió al encuentro con el moreno.

 

Este estaba sentado en una silla con un plato con panqueques idéntico al suyo frente a él, tenía el codo apoyado sobre la barra sosteniendo su mentón con la mano mientras jugaba distraídamente con el tenedor.

 

-Lamento la demora. – habló acercándose a su lugar para tomar asiento, el alto le restó importancia con un gesto de mano.

 

-No te preocupes. –

 

-¿No habías desayunado? –

 

-Estaba esperando por ti. –

 

-No te hubieras molestado. –

 

-No es molestia, sabes que me gusta comer contigo. –

 

Escuchar ese tipo de cosas del alto lo hacía sentir extraño, pero no era algo malo, se sentía nervioso pero con una sensación cálida en su interior, lo hacía sentir raramente emocionado también.

 

-Entonces comamos – tomando un trozo de panqueque con el tenedor lo llevo a su boca para saborearlo dándose cuenta que en realidad el sabor era perfecto, a pesar de estar bastante deformes sabían muy bien

 

El alto lo veía expectante esperando su reacción.

 

Sonrió – felicidades JongIn, están deliciosos. –

 

-¿Enserio? ¿No estas mintiendo verdad? – El negó sonriendo.

 

-En verdad están muy buenos, debes trabajar un poco en la presentación pero el sabor es exquisito, están perfectos. –

 

 

-Es un alivio. – exhaló con la mano en el pecho. – Para ser sincero hice tres intentos antes de este, la primera vez tropecé y tire la mezcla sin querer, la segunda puse sal en lugar de azúcar porque tome el bote equivocado y la tercera se quemaron, menos mal que aún había suficiente harina para intentarlo otra vez – Lucía un poco avergonzado al aceptar en voz alta lo torpe que era, gesto que a KyungSoo le pareció encantador.

 

-No tienes que sentirte mal por eso, todos nos podemos equivocar alguna vez. –

 

-Si pero no tanto como yo. –

 

-Pero tuviste éxito al final y eso es lo importante ¿no? –

 

-Sí, creo que si –

 

Después de comer quisieron ver televisión un rato pero como no encendía JongIn se ofreció a revisarla y después de ir por sus herramientas se dispuso a abrirla para ver cuál era el problema.

 

KyungSoo se quedó ahí viéndolo en acción, el moreno lucia muy concentrado mientras examinaba el aparato.

 

Lo veía fruncir los labios  con los ojos entrecerrados mientras trabajaba, a veces atrapaba su labio inferior con los dientes o los humedecía con su lengua, estaba totalmente absorto en lo que hacía sin reparar en la fija mirada del mayor.

 

No podía apartar los ojos de él, cada gesto le parecía extremadamente sensual y eso no debería estar ocurriendo.

 

Repentinamente se daba cuenta de lo atractivo que es su vecino, lo había observado antes y reconocía que era guapo y simpático pero nunca se detuvo a apreciar sus rasgos tan detalladamente, incluso la pequeña y casi insignificante protuberancia de su nariz le parecía linda, la forma delineada de sus labios levemente carnosos, la línea de su mandíbula le resultaba atrayente y en conjunto con la abertura de su mentón lo hacía lucir masculino  a sus ojos, era perfecto.

 

Algunos mechones de su oscuro cabello caían sobre su frente, repentinamente deseaba llevar su mano hasta ella y echarlos hacia atrás de la forma en que tantas veces lo había visto hacerlo a él cuando quería despejar su rostro.

 

Se perdió tanto en la visión del hombre que no se dio cuenta del momento en que terminó su trabajo.

 

-Ya está, solo era un problema con el cable de la electricidad – habló el moreno sacándolo de su mundo lleno de JongIn, se sonrojó sin poder evitarlo.

 

-Ya veo... esto… ¿Cuánto va a costarme? – preguntó algo inseguro, el más alto sonrió.

 

-¿Qué te parece un rico almuerzo? –

 

-¿Eh? – Lució confundido.

 

-Puedes invitarme a comer y me doy por bien pagado. –

 

-¿Quieres que cocine algo para ti? –

 

-Solo si tú quieres, o permíteme invitarte a comer fuera, eso será suficiente. –

El mayor cruzó lo brazos sobre su pecho en actitud desafiante.

 

-No, si vamos a comer a otro lado yo pagare, ya has hecho mucho por mí. – replicó.

 

-¿Qué he hecho yo por ti aparte de cambiar el cable de tu televisión? –

 

-Me hiciste el desayuno. –

 

-Y tú has cocinado para mí cada sábado desde que te conozco. –

 

-No lo he hecho solo, también me ayudas. –

 

-Sabes tan bien como yo que causo más desastres que lo que te ayudo además no me has dejado ayudarte con los gastos de todos los ingredientes que utilizamos, estas alimentándome sin recibir nada a cambio así que es justo que sea yo quien pague esta vez. –

 

-Si pero… -

 

-No Hyung, no voy a cambiar de parecer y no aceptaré un no por respuesta así que vamos porque tengo hambre. –

 

El alto tomó su mano y lo arrastró a la puerta para salir del lugar, apenas y alcanzó a tomar su suéter y sus llaves antes de ser tironeado a la salida.

 

-Más vale que tengas dinero porque no me diste tiempo a tomar mi billetera antes de sacarme de mi casa. –

 

-Tranquilo, tengo lo suficiente para alimentar a mi lindo Hyung – hizo una cara graciosa como si hablara con un bebé halando una de sus mejillas.

 

El mayor le dio un manotazo alejando esa mano de su rostro y le dio una mala mirada.

 

-Awwww Hyung, eres tan tierno. – el mayor frunció el ceño por lo dicho.

 

-No soy tierno. –

 

-Si lo eres, en especial cuando duermes. – apretó ambas mejillas del bajito con sus manos - Eres adorable. –

 

-¡Yah! ¡Kim JongIn! – reclamó con las mejillas rojas

 

-No te molestes, solo digo la verdad. –

 

-Olvídalo, mejor muévete y vamos ¡Andando! – ordenó con el ceño fruncido lanzándole una mirada intimidante.

 

-Presiento que tú eres un pequeño demonio en el fondo. – soltó con tono cauteloso dando un paso más lejos de él, KyungSoo rió internamente.

 

-No tan en el fondo créeme – sonrió de manera escalofriante a los ojos de JongIn provocando en él una expresión de temor.

 

El más bajo celebró en su mente.

 

Tomó la mano del alto y lo arrastró a la parada del autobús, no supo lo que hacía ni hacia donde se dirigían hasta que estuvo fuera de la puerta del Dragón de Oro.

 

-Aquí es donde trabajas ¿verdad? –

 

-Sí, aquí es – susurró, no sabía porque lo llevó a ese lugar, simplemente no se dio cuenta.

 

-¿Comeremos aquí? –

 

-Pues, si te molesta podemos ir a otro lado. – ofreció deseando internamente que dijera que sí.

 

-¡Oh no!, aquí es perfecto, solo preguntaba porque no estaba seguro que quisieras venir aquí en tu día libre pero por mí no hay problema ¡así que vamos! –

 

Ambos caminaron al interior del establecimiento. KyungSoo se maldecía mentalmente por llevarlos hasta ahí pero no podía simplemente echarse atrás y llevarlo a otro lado porque fue él quien los arrastro a ambos hasta ahí en primer lugar, no quería parecer idiota.

 

-¡Hyung! Que sorpresa verte por aquí hoy – SeHun se acercó hasta ellos viendo con curiosidad el agarre que aun mantenían sobre sus manos, KyungSoo no notó que estuvieron tomados de las manos como si fueran pareja durante todo el camino.

 

Sintió su rostro calentarse, sentía que pronto saldrá vapor por sus orejas.

Disimuladamente deshizo el agarre antes de responder.

 

-Pues sí, solo venimos a comer algo para evitar tener que cocinar.  -

 

-¿Tú evitando cocinar? ¿Estas enfermo? – preguntó llevando la mano a su frente para comprobar su temperatura, KyungSoo no estaba seguro pero le pareció escuchar un gruñido provenir de JongIn.

 

- También tengo derecho a descansar, no molestes. – con el ceño fruncido tomó de nuevo la mano del alto y lo llevó consigo hasta una mesa, SeHun siguiéndolos de cerca con los menús para tendérselos una vez que tomaron asiento.

 

-¿Qué vas a pedir? – preguntó el mayor pero el moreno parecía indeciso.

 

-No lo sé, todo suena delicioso ¿Por qué no pides por mí?  Tú conoces los platillos así que es mejor que elijas tú. –

 

-¿Seguro? – el moreno asintió así que hizo su pedido por los dos.

 

La comida les fue servida por Jongdae minutos más tarde quien no dejaba de mandarle miradas insinuantes dividiéndolas entre él y el moreno, era bastante incómodo.

 

-¿El mesero y tu son muy cercanos? – escuchó preguntar al menor.

 

KyungSoo lo vio algo confundido.

 

-¿Quién? –  

 

-El alto rubio. –

 

-¡ahh! te refieres a SeHun. Pues es bastante amable, todos nos llevamos bien pero no somos realmente amigos cercanos, simples compañeros de trabajo. – respondió mientras tomaba pequeños bocados de su almuerzo. - ¿porque lo preguntas? –

 

-Curiosidad, es solo que me dio esa impresión por la forma en que tocó tu frente tan libremente. –

 

-Oh eso, pues… SeHun es un tanto confianzudo, es todo. –

 

-Ya veo. –

 

-En realidad creo que tú eres el único amigo real que tengo. –

 

-¿Enserio? – Asintió con la cabeza simplemente - ¿Por qué? –

 

-No soy muy sociable. –

 

-Me resulta un poco difícil de creer porque eres genial y nos hicimos amigos muy rápido. –

 

-Pero tú eres diferente. – el moreno esbozó una brillante sonrisa

 

-¿Lo soy? – se sintió incomodo de repente, maldiciéndose por soltar algo como eso.

 

-Pues sí… tú me caíste bien desde el principio y como hablas hasta por los codos no me fue tan difícil acostumbrarme a tu constante presencia. –

 

- Oh, entonces es por eso – su sonrisa tembló brevemente – lamento si te forcé de algún modo para pasar tiempo conmigo, no fue mi intención invadir tu espacio y tu vida. –

 

El mayor de inmediato negó con las manos y la cabeza al mismo tiempo.

 

-No me malinterpretes, no quise decir que fueras insistente, por si lo olvidaste fui yo quien te pidió comprar juntos, así que no te hagas ideas extrañas, me resulta agradable conversar contigo aun si no hablo mucho, es por eso. – sus mejillas se colorearon brevemente, el más alto estiro su brazo derecho por sobre la mesa para acariciar tiernamente su mejilla.

 

-Eres realmente adorable – había una brillo anhelante en sus orbes, el más bajo sintió su corazón palpitar fuertemente mientras sentía la calidez de la palma que lo tocaba con suavidad.

 

-Lamento interrumpir su conmovedora escena romántica pero queríamos saber si necesitan algo mas. – JongDae habló sobresaltando a ambos haciendo que el moreno retirara su mano precipitadamente.

 

KyungSoo vio más allá de JongDae en dirección a la cocina dándose cuenta que todos estaban ahí observando la escena con sonrisas cómplices, su rostro se tornó totalmente rojo al ser observado de esa manera junto al moreno.

 

-Estamos bien gracias – la voz del moreno lo trajo de vuelta a la realidad percatándose de la presencia del que aún le dedicaba esa mirada de reconocimiento que tantos escalofríos le causaba.

 

El mesero sonrió de medio lado como un maldito hijo de puta.

 

-De acuerdo, si necesitan cualquier cosa avísenme, lo que sea, algún postre, condones, lubricante, lo que quieran que aquí está el grandioso Chen para conseguirlo para ustedes. También puedo conseguirles ropa interior limpia ¿sabías que KyungSoo usa ropa interior negra? Revisé en su locker una vez y tenía calzoncillos negros con su ropa. –

 

-¡¡JongDae!! – reprendió abochornado, el moreno estaba levemente sonrojado también, notó KyungSoo.

 

-Ya, tranquilo, solo recuérdenlo. Tengo condones texturizados por si acaso – hablo en tono bajito dirigiéndose a JongIn quien sonrió de forma incomoda removiéndose en su sitio.

 

-Ya vete Chen –

 

-Pero si solo estoy siendo amable con ustedes, no seas malagradecido, quiero hacer las cosas más fáciles para ti y tu novio. – entonces deseó que la tierra se abriera en ese momento y se lo tragara.

 

-Tranquilo Kyung, yo me encargo de este tonto – SuHo apareció por detrás de JongDae – Largo  - lo empujó por la espalda para que se fuera. El otro refunfuñó pero siguió su camino a la cocina perdiéndose por la puerta.

 

SuHo que había estado viéndolo con el ceño fruncido esperando que se marchara se giró hacia ellos haciendo una reverencia como disculpa.

 

-Perdona a ese idiota, no sabe cuándo callarse – se dirigió directamente al moreno. –

 

-Tranquilo todo está bien. –

 

-Soy su compañero de trabajo, Kim JoonMyun, es un placer conocer finalmente al novio de KyungSoo – se presentó sonriendo amablemente.

 

-Kim JongIn, un gusto. –

 

-Ha hablado mucho sobre ti… -

 

-¡SuHo hyung, por favor! – gimoteó el más bajo totalmente abochornado.

 

-¡Oh! Lo siento, ya me voy – pidió disculpas con una mirada e hizo una reverencia antes de marcharse.

 

KyungSoo gimió frustrado enterrando su rostro entre sus palmas.

 

-Son simpáticos tus compañeros. –

 

-Ahhhh cállate, eso fue lo más humillante que me ha pasado en la vida. – se quejó.

 

Escuchó la suave risa del moreno haciéndolo descubrirse el rostro para verlo.

 

-A mí me pareció divertido. –

 

-Fue vergonzoso. – el moreno rió de nuevo, esta vez un poco más fuerte.

 

-Solo un poco, aun así fue gracioso. – el mayor hizo un puchero inconscientemente a lo que el alto se estiró para alcanzar sus mejillas tirando de ellas.

 

-Eres totalmente adorable –

 

-No hagas eso – se quejó echando la cabeza hacia atrás tratando de liberarse del agarre sin conseguirlo - ¡Yahh Kim JongIn! ¡Ya suéltame! –

 

-Lo siento, no me pude resistir – se alejó sin borrar el gesto divertido de su rostro.

 

KyungSoo muy a su pesar y con las mejillas doloridas también sonrió.

 

-Entonces Kyunggie Hyung ¿has hablado a tus compañeros mucho sobre mí? – preguntó con una sonrisa coqueta.

 

El mayor bufó irritado.

 

-Larga historia, no preguntes. –

 

 

 

Notas finales:

eso es todo por ahora, probablemente mañana o mas tarde pase para poner el ultimo

gracias por leer 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).