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November is Multishipper por Leana

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Notas del capitulo:

Nakamura tiene ese aire de chico intelectual que es todo un rompecorazones. Él y Kise harán furor en Kaijo (lo que no compensa que Senpai ya no esté). Hayakawa es una ternura, a su manera, y por ello no pude resistirme a emparejarlos.

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Nakamura x Hayakawa: “Nakamura se repetía los porqué Hayakawa no debería llamar su atención, pero mientras más lo pensaba, más razones encontraba para enamorarse incluso más. Porque todo aquello le parecía tierno.” 

 

 

El amor no entiende de razones  

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Nakamura miraba a Hayakawa con descaro, lo analizaba fijamente una y otra vez, buscando la razón del porqué lo hacía sentir de aquella manera.

Hayakawa era alto, incluso cinco centímetros más que él, musculatura levemente marcada y brazos firmes. Era ruidoso, apenas se le entendía lo que decía. Era efusivo, demasiado enérgico. Sus cejas eran extrañas y su peinado no tenía nada de extraordinario. Era un hombre.

Se repetía los porqué Hayakawa no debería llamar su atención, pero mientras más lo pensaba, más razones encontraba para enamorarse incluso más. Porque todo aquello le parecía tierno

Cuando sus ojos se humedecían por la frustración, cuando sonreía ante un logro, cuando jugaba básquetbol. Desde que Hayakawa estaba a cargo de los entrenamientos, mostraba más su carácter, tomándose los ejercicios en serio, queriendo llevar a su equipo lejos, tratando de ser un buen aporte para ellos.

Y lo era. Era estricto pero también comprensivo, su voz ruidosa hacía que fuera imposible ignorarlo.

Nakamura, en cambio, era un chico bastante popular, de aire intelectual y sonrisa encantadora. Muchas chicas se le habían declarado, pero ninguna le había llamado la atención lo suficiente como para querer algo más que un beso.

En cambio estaba allí, mirando a Hayakawa mientras dirigía a los nuevos en el entrenamiento. Sintió a Kise pararse a su lado, secándose el sudor y sonriendo.

—¿Sabías que se le declararon a Hayakawa esta mañana?

—¿Qué? —Nakamura lo miró serio y ante la cara de confusión de Kise, supo que había sonado tan molesto como se sentía. Carraspeó y se masajeó el hombro, intentando fingir que era debido al cansancio—. ¿Y sabes que respondió?

—Yo creo que le correspondió, la chica era bastante bonita y Hayakawa estaba todo rojo mientras hablaban —le contó Kise, pero esta vez, su sonrisa era extraña, como si intentara causar algo.

—Ya veo.

Nakamura decidió cambiar el tema, se sentía muy molesto, no podía dejar de pensar en el rostro de Hayakawa completamente sonrojado, ¿sus manos temblaron? ¿Sus labios? ¿Le habrá correspondido? Mierda.

No, no y no.

Alzó la mano para peinar sus cabellos rubio ceniza, necesitaba calmarse, pero no podía. Él quería ser por quién se sonrojara, por quién se pusiera nervioso, al que le diera sus sentimientos. Esa era la gota que había rebalsado en vaso.

El entrenamiento había finalizado y Hayakawa era el último en irse. Nakamura lo esperó en los vestidores, como si se hubiese demorado en cambiarse.

Cuando el castaño entró y sus ojos se toparon, el chico sonrió amplio, causando que el corazón de Nakamura latiera más rápido, asegurando que todo lo que sentía por él era real. El chico se paró frente al casillero y se quitó la playera.

Entonces Nakamura lo tomó del hombro para instarlo a girarse, poniéndolo de espaldas al casillero y cerrando la puerta de un manotazo, atrapándolo entre sus brazos. Hayakawa lo miraba atónito, tieso entre sus brazos y la cercanía de sus rostros.

—¿Naghamura-san?

Nakamura soltó una risita nasal ante su nombre mal pronunciado, pero esos ojos algo asustados estaban sobre él. ¿Qué clase de placer había en eso? En que esa emoción la causaba él, como todo lo que quería desatar en ese chico.

—Escuché que una chica se te ha declarado —dijo y Hayakawa lo miró sorprendido, eso era un sí—. Dime, Hayakawa, ¿le correspondes?

—N-no.

El rubio sonrió ladino, suave, para luego alzar la mano y deslizar el pulgar por esos labios secos, deleitándose con el roce de su aliento.

—Entonces, ¿hay alguien que te gusta? —Preguntó, deslizando la mano hacia el rostro del chico con el pulgar fijo en su mandíbula y los dedos rozando el cabello de su nuca.

El castaño asintió, pero esta vez no lo miraba. La pregunta había salido casi sin motivo alguno, porque aunque le gustase otra persona, Nakamura se iba a encargar de que sus ojos sólo estuvieran en él. Que solo fuera suyo.

—Dime su nombre, Hayakawa —le pidió Nakamura, respirando sobre su boca y tomando su labio inferior suavemente, tan leve que fue apenas un roce.

—Tú, Naghamura.

El chico alzó la mirada sorprendido, se le había olvidado respirar y sonrió como idiota. Era él, Hayakawa lo quería a él.

—También me gustas —respondió poniendo la otra mano en su rostro y besándolo al fin.

Abrió la boca para tomar su labio inferior, luego el superior, jalando suavemente y repitiendo. Hayakawa respondía más lento, captando el ritmo, imitando sus movimientos. Ese era el primer beso del chico y Nakamura gruñó complacido contra su boca.

Esta vez su lengua delineó el inferior, para deslizarse dentro y rozar sobre la contraria. El chico titubeaba, pero se estremecía contra el cuerpo del rubio ceniza, que supo que lo estaba disfrutando también. Su boca estaba caliente y húmeda, era delicioso.

Cuando se alejó, vio el rostro de Hayakawa, sonrojado y los ojos brillantes. Era demasiado tierno. Juntó sus frentes y lo miró a los ojos, bajando las manos para enlazarlas con las del chico.

—Quédate conmigo, Hayakawa, rechaza a esa chica.

—Ya lo higce —contestó el chico sonrojándose aún más—. Estaré contigo, Naghamura.

Otra sonrisa, correspondida por Hayakawa. Ambos estaban felices, porque sus sentimientos eran correspondidos.

Nakamura quería que toda esa ternura fuera suya, como los besos, como todo en Hayakawa, y ahora podría reclamarlo todo y lo haría feliz.

 

 

Notas finales:

Sus reviews siempre son amados...

Besos de gato~


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