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November is Multishipper por Leana

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Notas del capitulo:

Teppei me gusta, mucho. Después de ver su historia y todo por lo que ha tenido que pasar por la lesión, por supuesto que se ganó mi corazón. Debo decir que por eso odio a Hanamiya, en serio, que los emparejen me parte el culo y me va lo multishipper (¿se nota? xD) pero con él no me gusta. Tampoco con Murasakibara. Exceptuando a esos dos, Teppei es de todos :v. Hyūga, él y sus lentes y mal carácter y sus ojasos verdes, maldita sea. Creo que me gustan todos. Tranquilo, Kasamatsu-senpai, sigues siendo el amor 2D de mi vida.

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Teppei x Hyūga: “Teppei tendría que irse a Estados Unidos para operarse y tener una correcta rehabilitación junto a Alex. Si bien era necesario, porque quería seguir jugando básquetbol más adelante, tenía miedo.”

 

 

Miedo

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Teppei miraba por la ventana de su cuarto. El atardecer se extendía afuera, dejando entrar lenguas naranjas hacia su habitación, hasta su cama. El tenue calor del sol sobre su rodilla. Cerró los ojos absorbiendo el calor, dejando que lo ayudara a mitigar el dolor que le seguía al frío, a la tensión.

Tendría que irse a Estados Unidos para operarse y tener una correcta rehabilitación junto a Alex. Pero se le hacía difícil, porque tendría que dejar todo atrás, salir a otro país y enfrentar un mundo desconocido. Si bien era necesario, porque quería seguir jugando básquetbol más adelante, tenía miedo.

La puerta se abrió y supo que era Resultados de búsqueda Hyūga, que había ido por un poco de jugo para ambos. Teppei negó con la cabeza y el azabache decidió dejar el vaso sobre la mesita de noche.

—No me gusta esa cara que pones —dijo Hyūga de repente, sentándose frente a él sobre la cama, ceño fruncido y miró hacia la ventana cuando Teppei se volvió a mirarlo.

—¿Cuál?

—Ésa —insistió enarcando una ceja, molesto—. Estás serio y la mirada fija, como si fueses alguien de cuidado. Lo eres, pero hacerlo obvio da escalofríos.

—¡Eso es cruel! —exclamó el castaño, frunciendo el ceño él esta vez.

Al moverse no pudo evitar sisear, pero evitó hacer obvio su dolor y decidió girarse para tomar el vaso de jugo a su lado.

Hyūga lo detuvo, alzando la mano y esta vez su semblante era serio. Teppei juntó sus cejas en clara confusión y se quedó quieto ante el tacto de esa mano sujetando su muñeca firmemente. Era cálida y firme, se sentía bien sobre su piel.

Pero el azabache pronto lo soltó, llevando la mano hacia abajo y tirando del borde de su short hacia arriba. Teppei tragó con fuerza y su mano terminó por caer sobre la cama mientras veía a Hyūga inclinarse.

—¡¿Q-qué estás haciendo?!

—Cállate. — Hyūga fue tajante y bajó la mirada para comenzar a masajear la rodilla herida de Teppei. Suavemente con los pulgares, sujetando desde abajo.

El castaño sintió como el dolor menguaba debido al calor provocado por el roce, pero todo su cuerpo estaba tenso por la proximidad, por lo íntimo que se sentía aquel momento. Hyūga no era de los que demostraba sus sentimientos con facilidad, pero Teppei sabía que sentía cierta debilidad por la lesión de su pierna. En cambio, Teppei sentía debilidad por Hyūga completo.

Se suponía que el azabache lo odiaba, claro, a Hyūga le gustaba Riko y Teppei era el ex novio de ella. Había sido una relación pasajera, donde confundieron amistad con amor, fue todo. Breve, volvieron a ser tan cercaos como siempre. Pero Hyūga parecía verlo como a un enemigo a pesar de eso.

Debería saber que no se interpondría entre él y Riko, porque Teppei lo amaba de verdad, como para ser feliz si Hyūga lo era.

De pronto sintió el miedo, esa sensación de que el mundo se lo tragaría por completo. De que tendría que abandonar todo para enfrentarse a otro mundo. Dejaría a sus amigos, a sus abuelos, al hombre que amaba por ir en busca de su recuperación. Eso lo abrumaba, no sabía cómo lidiar con ello. Había visto ese momento tan lejano, pero ahora que habían ganado y ya había cumplido su objetivo, tendría que ir a Estados Unidos. Sabía que no sería para siempre, pero el tiempo era de los que no perdonaba.

— Hyūga —lo llamó, haciendo que el chico alzara el rostro.

Teppei lo tomó de ambos lados, hundiendo los dedos en su nuca y los otros sobre su mandíbula para atraerlo hacia sí. Lo vio abrir los ojos con sorpresa pero no se detuvo, cerrando los propios y besándolo al fin. Encajó sus labios entre los del azabache, que no parecía reaccionar. Hizo un sonido antes de alejarse levemente y lo miró a los ojos, viéndolo completamente en shock.

—Lo siento… yo…

—¿Qué fue eso, Teppei? —Lo interrumpió Hyūga.

Teppei dejó caer las manos a sus hombros y sonrió, pero el gesto no llegó hasta sus ojos apenados.

—Me gustas, Hyūga, hace tanto… —Las palabras salieron lentas por su boca, se sentía pastosa, la sensación de arrepentimiento se mezclaba con la resignación—. Y tengo miedo.

Si Teppei se iría, ¿qué más daba? Hyūga lo rechazaría y él podría olvidarlo gracias a la distancia, ya no tendría que lidiar con el sentimiento oculto bajo sus costillas.

—Eres Teppei, Corazón de Hierro, ¿a qué le temes?

—Sabes que no me gusta ese apodo, Hyūga —contestó un tanto irritado, quizás era la frustración—. Tengo miedo de irme y dejar todo atrás, la incertidumbre de no saber lo que sucederá, yo… no siempre puedo ser el pilar, ser el fuerte.

Bien. Se había sincerado como nunca, con la persona a la que amaba pero eso no quería decir que quería que viera ese lado decadente de su persona. Sí, Teppei podía ser realmente estúpido.

Entonces Hyūga se alzó para enganchar las manos tras su cuello y besarlo suavemente. Tomando el inferior y tironeando, pidiéndole que llevara el ritmo porque él nunca había besado antes. Pero Hyūga quería que volviera a hacerlo.

Sintió las enormes manos de Teppei aferrarlo por la cintura y todo su cuerpo tembló, culpa de esa lengua deslizándose dentro, saliendo caliente. Si bien era a un ritmo lento, donde el castaño parecía estarlo probando a gusto, también era profundo, por la forma en que sus labios lo tomaban por completo y jalaban de vez en cuando.

—Se supone que ambos somos el pilar, tienen que ser dos, porque cuando uno caiga, estará el otro —dijo Hyūga cuando se separaron, los ojos cerrados y su frente contra la de Teppei.

—Elígeme, Hyūga —soltó de repente y su voz sonó tan profunda, pero con un leve temblor, que el azabache se acuclilló frente a él para verlo serio, tanto por sus palabras, como por el sentimiento que emanaba el castaño—. Te haré feliz, lo prometo, volveré y podremos estar juntos. Sé que estoy siendo egoísta, pero por favor…

—Siempre has sido egoísta, Kiyoshi Teppei.

Hyūga le sonrió, como si estuviese hablando con un enorme niño a punto de un colapso. No es que estuviera alimentado sus caprichos, porque para empezar, no lo eran, eran los sentimientos de Teppei hacia él. Y eran correspondidos. Su amor hacia Riko había cambiado hacía mucho tiempo, aún la quería, pero de una forma más fraternal.

El que se había llevado todo su amor y deseo era Teppei, le asombraba que no se hubiese dado cuenta antes, porque Hyūga no era bueno disimulando. Pero ahí estaba, besándolo de nuevo, la lengua entre los labios y sonrisas con deje de tristeza.

Teppei se iría, pero quería hacerle saber que no tenía nada que temer, porque lo estaría esperando, siempre.    

 

 

Notas finales:

Sus reviews siempre son amados...

Besos de gato~


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