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Perdonandote. por Rather be

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Notas del capitulo:

Continuamos con la historia de Natalia una mujer que al enterarse de que su madre fallece decide volver a su ciudad natal, donde descubre que su madre no solo era lesbiana como ella, sino que tambien comparten muchas cosas mas: el aferrarse al pasado es una de ellas.

Hacia un par de día que había fallecido Clarice, tal vez vivio hasta poder lograr lo que tanto ansiaba, verme. En su funeral muy pocas personas asistieron, no fue tan trascurrido como el de mi madre. El simple hecho de ser homosexual toda tu vida, y tan libremente como era; le  genero que le cerraran muchas puertas y oportunidades. Pero fuerte como era, amo a mi madre hasta en el último suspiro. Cuando me notificaron de su muerte, me senti triste. Le había tomado cariño. Descubrí muchas cosas gracias a ti Clarice. Poco después de retirar sus cenizas las lleve nuevamente a mi antigua casa. 

-Muy bien empecemos- Dice Clarice demasiado energética para mi gusto, abriendo las cortinas de la habitación donde dormía. Me removí tapándome de aquella claridad tan dañina para mis ojos. Rápidamente tomo mis lentes, necesitaba saber la hora en la que esta condenada mujer me había despertado.

-¡5:10 a.m!- grito mientras me vuelvo a tapar con las sabanas. Vaya al fin conocía a alguien que compartiera el mismo asqueroso gusto de mi madre. El tener que levantarme temprano, nunca me había terminado de convencer.  

 Pocos minutos después me arrastra hacia afuera de la casa. Debo admitir que las tazas de café aun estaban sin provocar el efecto necesario, bostezando de manera exagerada la sigo hacia, puntualmente, el jardín trasero. Desde que había llegado no tuve el tiempo suficiente para recorrer todo el terreno. Por eso me sorprendí cuando vi toda la variedad de colores de aquellas flores. Incluso habia una pequeña huerta, donde se podía ver ya los tomates listos para ser retirados de la planta. Antes de pasar la pequeña cerca  de madera de color amarilla, vi una enorme fuente que tenia a dos bustos, de dos mujeres besándose, talladas en mármol.  Entre la sorpresa y  la sonrisa inconsciente que hice al verlas no pude evitar formar una extraña mueca que a Clarice le resulto bastante graciosa. Rápidamente me ruborice y continuamos, una elaborada casita para pájaros me llamo la atención. Estaba hecha de madera, barnizada lo que le daba un  color más oscuro, toda una obra de arte.            

 –A tu madre le agradaba que los pájaros vinieran al jardín a bañarse en la fuente que construimos hace años. Y por eso le construyo esta casita, para que ellos vivieran aquí y de paso nos visitaran-   

-Jamás creí que a mi madre le gustaran las aves.

-Lo sé por eso te traje aquí primero… Ven acompáñame – me toma de la mano y me arrastra hacia afuera.  Estuvimos caminando por el centro de la ciudad hasta que nos detuvimos frente a un enorme mural. “Defendiendo la conciencia de las mujeres”, frase de su mural y diferentes figuras femeninas icónicas de la historia del país.  Su técnica en la pintura y en las facciones me creo un ligero sobresalto.

Nunca habíamos compartido gustos culturales, ni menos estaba al tanto de que mi madre defendía y admiraba la lucha feminista. Me sentí orgullosa al respecto, sin embargo me entristeció saberlo a esta altura, pude haber hablado con ella de tantas cosas.

Incluso ahora. Me encontraba compartiendo una tarde con la pareja de mi difunta madre. Quien se está tomando las molestias, para mostrarme todo lo que ella me ocultaba por miedo.  Teníamos tantas cosas en común, ambas teníamos miedo de la una a la otra.

Seguimos caminan llegamos al puerto, donde por razones desconocidas mi madre, tenía una pequeña embarcación, bastante lujosa para mi gusto. Que tenía el nombre tallado de mis dos hijos.

-tu madre soñaba con el día en el que pudiera reunirlos a todos y salir en una pequeña expedición. Enseñarle a pescar a Marcos, o incluso a Magui, pasar un fin de semana inmemorables-

-Sí pero no lo hizo, prefirió  llevarse todo ello a la tumba. Fue una cobarde- No puedo evitar derramar veneno con cada palabra. Tampoco pude evitar que la ira hablara por mí.       

 Demasiado deprisa para ambas, era mediodía y todavía tenía que prepararme para volver. Decidimos por acuerdo mutuo volver a casa.  

-Aun cuando fuiste la pareja de mi madre, tanto tiempo como es que no pude conocerte hasta ahora. ¿Por qué?-

Por aquel entonces estaba fuertemente enojada con tu madre, entendía esa parte, pero ¿Por qué ahora?

Clarice mientras busca los ingredientes para preparar el almuerzo.

-Quería conocerte antes de que sea demasiado tarde… además muchos años te culpe por la infelicidad de tu madre, necesitaba tenerte así- dice sujetándome por los hombros- para poder desquitarme lo suficiente… pero me di cuenta de que eres una mujer triste como lo fue tu madre. No importa cuánto nos esforcemos por estar a su lado, siempre están pensando en sus hijos y en la mala relación que riegan dia tras dia como una planta. Nunca afrontan que deben ser fuertes por aquellos que tienen a su lado tambien...- La contemplo cortando ahora los vegetales que coloca en el sartén más cercano. Se acomoda los pelos rebeldes que se le fueron a la cara con el reverso de la mano.     

 -Se encierran, lloran y luego tiene sexo con su compañera para poder dejar esa constante culpa que sienten hasta en la misma carne.  Una vez libre de sus pensamientos durante el orgasmo se abrazan a aquel cuerpo a su lado. Solo asi consiguen dormir un par de horas. Las horas de insomnio de tu madre… las veces que tuve que venir a esta misma cocina- dice señalando un rincón de la cocina- porque ella lloraba, pidiéndote perdón, no tienes ni idea de lo que ha sufrido esa mujer.

-Y ahora, me entero de que su hija, su única hija, se quiere deshacer de su casa y recuerdos porque a ella no le interesa…. No es justo Natalia… No es justo- dice Clarice mientas de detiene.

Cambia de postura y suspira resignada mientras me señala las manos- Ve a lavarte las manos, vamos a comer...

Ahora estaba frente al espejo, en el cual  había una foto mía, poco antes de comprometerme. Todos estos años te torturaste. Clarice tiene razón no somos mas que un par de infelices.

 La única diferencia entre mi madre y yo, es que voy a cambiar. Lo voy a hacer por Magui y Marcos; por Ana, Clarice es fuerte ella te ayudo tantos años, quiero aprovechar todo lo que pueda con ellos como pueda.

continuara...                     

Notas finales:

Gracias por leer.


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