Miró el mensaje durante algunos segundos completamente indeciso si debía contestar o ignorarlo. Sin embargo tampoco es que se le ocurriera algo que responderle al pelimenta porque sentía que era obvio que se quedaría en casa de Jungkook toda la noche. Sintió que era demasiado cruel dejarlo en visto y tecleó unas cuantas palabras en tono de respuesta.
Lo siento Yoon, hoy me quedaré con Jungkook.
Apagó el celular para no recibir más mensajes acurrucándose nuevamente en el pecho del pelinegro. Estaba siendo una mierda de amigo, lo sabía pero una parte de su corazón quería estar a lado de Jeon e ignorar lo que pasaba a su alrededor mientras que su parte racional deseaba disculparse con Yoongi por todo lo sucedido entre ellos y permanecer a su lado.
El sol pegó directamente en su rostro haciendo que se despertara. Se movió de la cama estirando sus pies y haciendo que la cobija cayera de la misma. Se talló los ojos para despertar completamente y encendió el celular. No había respuesta del mayor ni tampoco algún otro mensaje nuevo.
Aún eran las 7 de la mañana por lo que tenía el tiempo suficiente para desayunar e ir a cambiarse de ropa. Salió semidesnudo y encontró a Jungkook en la cocina preparando lo mismo que la vez pasada.
–¿Otra vez cereal? –Dijo sentándose en la mesa.
–Es mi favorito. Lo sabes –Sonrió imitando su acción.
Ambos comenzaron a comer pero el menor estiraba su pie para tocar al otro chico. Llegó al lugar que más deseaba tocar dando vueltas dóciles con su pie y moviendo los dedos de manera juguetona.
–Kook estamos desayunando –Se quejó el mayor con la voz entrecortada.
El pelinegro solo rio y siguió comiendo el resto del cereal. De todos modos su plan era jugar un rato con él antes de ir al trabajo.
–Kook, iré a cambiarme para ir al trabajo. ¿Quieres que vuelva por ti? –Se levantó del asiento.
Jungkook lo tomó de la mano evitando que el mayor se fuera.
–Todavía no quiero que te vayas –Suplicó.
Lo jaló hacia su cuerpo para después abrazarlo. Jimin intentó forcejear ante su acto pero el menor era mucho más fuerte que él. Además cuando lo escuchaba hablar su cuerpo se paralizaba por completo y no podía reaccionar porque ante el pelinegro era débil.
Habían sido algunos años que se habían dejado de ver por lo que el menor había crecido considerablemente. Jimin ahora le daba a la altura de su nariz, así que se alzó de puntitas para alcanzar sus labios y comenzar un beso lento.
Jungkook tomó sus dos mejillas para proveerle de equilibrio y lentamente lo jalo hacia su cuarto. Con la lengua pidió permiso para entrar a la lengua del menor cosa a la que él accedió inmediatamente. Ambos se fundieron en un beso suave pero sincero, jugaban con sus lenguas y el sabor de sus bocas era dulce al juntarse.
Lo tiró en la cama buscando su cuello, acariciando el miembro del pelinaranja por sobre su ropa interior en círculos de manera lenta y precisa. Después bajo la ropa interior del mayor para sacar su reluciente miembro y continuar acariciándolo.
Jimin jadeó ante sus toques y se retorció en la cama con los ojos bien cerrados, además como aún estaba sensible de la noche anterior no fue difícil que Jungkook lograra dilatarlo con facilidad. Al poco rato ya había metido su miembro por completo comenzando una serie de estocadas constantes en el cuerpo del pelinaranja.
El mayor gemía ante sus movimientos apretando las sabanas y a veces rasguñando su espalda. Jungkook solo se acercaba a la boca del mayor para encontrar la paz que necesitaba acallando algunos sonidos provenientes del pelinaranja.
–Eres tan apretado –Clamó el menor.
–Tú te sientes tan duro –Respondió el pelinaranja.
Fue aumentando su ritmo provocando que pequeñas lágrimas salieran de los ojos del mayor. El pelinegro delineó el pecho del mayor con su lengua haciendo círculos y de manera palpitante provocando que la respiración del chico se entrecortase todavía más.
–Me voy a correr –Mencionó el pelinaranja antes de que su cuerpo completo se estremeciera.
Jungkook antes de correrse sacó su miembro para hacerlo en el abdomen del mayor y los fluidos de ambos se unieron en uno solo. Acarició con suavidad su rostro y después se levantó de la cama.
–Iré a ducharme –Se metió a un cuarto que el mayor interpretó como su baño.
–Te veo en el trabajo –Respondió el pelinaranja cubriéndose con una sabana.
Jimin se levantó de la cama vistiéndose con rapidez y retirándose del lugar dejando la puerta abierta.
Cuando entró a su departamento se encontró con Yoongi tomando un vaso de leche en la sala. El mayor lo miró expectante y solo movió su mano derecha en señal de saludo.
–Creí que ya te habías ido –Agachó su cabeza antes de intentar entrar a su cuarto.
–No, estaba a punto de irme –Respondió –Jimin, hay algo que me gustaría hablar contigo.
–¿Qué necesitas Yoon? –Detuvo su caminar.
No era mentira que ambos aún necesitaban una resolución para su convivencia en el departamento o en el trabajo. Jimin seguía inseguro sobre sus sentimientos, porque por alguna razón siempre terminaba cediendo ante alguno de los dos chicos.
–¿Entonces ya es definitivo? –Preguntó con algo de temor – ¿Has elegido a Jeon? –Volvió a cuestionar.
El corazón del pelinaranja se paralizó en seguida.
–Yoongi… –Dijo Jimin inseguro.
En realidad el pelinaranja aún no había decidido con quién de los dos se iba a quedar, y aunque hace unos días atrás había creído que las cosas iban a ser más claras con el tiempo, cada día sus sentimientos se enredaban más y más.
–Te quiero a ti –Soltó –Y quiero a Jungkook –Evadió su mirada.
El mayor solo mordió sus labios exasperado, se había rendido completamente ante el menor y aunque sabía que era prácticamente imposible ganar ante Jeon por la historia que los chicos llevaba él tenía la esperanza de ser elegido por Jimin. El menor nunca se había acostado con una persona más de dos veces y Yoongi era la única persona que rompía su paradigma, pese a todo, eran amigos y vivían juntos, además de que sabía como hacerlo disfrutar.
–Entonces dame una noche –Suplicó el pelimenta –Para demostrarte que sólo me necesitas a mí –Argumentó –A él no lo conoces y él tampoco te conoce, pero a mi me gustas tal y cómo eres –Siguió hablando –Solamente déjate seducir por mí.
Jimin sonrió ante sus palabras y se acercó a dónde estaba sentado el mayor, se hincó frente a él. Apretó sus labios mirando el rostro observador del pelimenta. Tocó el pantalón del chico con suavidad para desabrochar la bragueta sacando a relucir el miembro del mismo.
–¿¡Qué haces!? –Preguntó.
–Tendremos nuestro noche pero quería agradecer todo lo que has hecho por mí –Sonrió ladinamente –Considéralo como un regalo hyung.
Yoongi asintió y cerró sus ojos, recargó su cabeza en el respaldo del sofá esperando a que el joven iniciara su labor. Su pene aún seguía dormido por lo que Jimin lamió parte de su glande para incitarlo.
Lamía su miembro como si de una paleta se tratase, acariciando los testículos del mayor. Este empezó a reaccionar ante su tacto levantándose, tensándose y sacando parte de su líquido preseminal.
Con la mano izquierda siguió apretando los huevos del mayor mientras que con la mano derecha se apoyaba para masturbar su extensión. El menor daba pequeños golpes con su lengua alrededor del glande y también pasándola alrededor del mismo. La presión aumentaba conforme el mayor tenía reacciones diferentes saboreando cada parte de su ser.
–Joder Park, eres un experto en esto –Jadeó.
El sabor del pelimenta le resultaba agradable a su paladar por lo que no tardó en metérselo en la boca por completo. Su cabeza subía y bajaba, el mayor respondía con algunos leves gemidos tomando la cabeza del menor para hacer el ritmo más rápido. Metía las manos entre sus cabellos enredándolos con firmeza mientras el chico seguía jugando con su lengua en el mismo movimiento anterior.
Jimin sentía que el miembro del mayor estaba a su tope por lo que jugó a poner más presión en el glande con su lengua dando círculos penetrantes en su extensión. El pelimenta se mordió los labios antes de lanzar un último suspiro que se escuchó en todo el cuerpo.
Todo el líquido que salió fue tragado por el pelinaranja de un solo jalón. El mayor lo miró comer lo que había expulsado su cuerpo intentando recuperar su propio aliento. Park se lamió los labios de una forma que solamente él podía hacer.
–Luego nos ponemos de acuerdo para esa noche –Argumentó antes de levantarse.