Tiró al tipo con facilidad al suelo dejándolo inconsciente y justo cuando se acercó al otro este último se soltó a correr.
Pero no fue lo suficientemente rápido para hacerlo porque ya lo tenía en su agarre. Jimin aprovechó el momento para quitarle su celular al que seguía inconsciente e hizo la llamada que debía haber hecho desde hace mucho tiempo.
–Estoy presenciado una violación en la calle Jeodong no. 114 –Pronunció antes de colgar.
Se acercó a la chica para cubrir su desnudez con el saco que traía, limpió sus lágrimas con suavidad y le quitó lo que tenía en la boca para dejarla respirar con tranquilidad. Ella se aferró a su cuerpo dejando escapar algunos sollozos temblando.
Miró hacia el lugar y vio que el otro tipo también ya se encontraba inconsciente.
–¿Estás bien? –Preguntó el pelimenta.
Jimin asintió cuando sintió los brazos de este aferrarse a su tacto.
–Idiota. Estar en esas condiciones no es estar bien –Se separó de su cuerpo para observarlo.
El cuerpo de Park no sentía dolor pero se imaginaba que era por toda la adrenalina que había en su cuerpo. Después de algunos minutos comenzó a sentir la pesadez en su cuerpo y ardía por los golpes que había recibido.
Miró al mayor, que aún lo miraba con la expresión preocupada. De alguna manera le gustaba sentirse así, protegido por el pelimenta quién lo abrazó momentáneamente mientras le daba algunas palmaditas en la espalda.
Después de aquella escena, los tres se recargaron en una pared esperando a que la policía o alguien llegara a la escena. Yoongi acariciaba su mano para tranquilizarlo o tranquilizarse él por lo sucedido. La chica se recargó en el hombro de Jimin dejando que algunas lágrimas traspasaran su camisa.
Al poco rato apareció una patrulla en la escena y el pelimenta fue el primero en reaccionar. Jimin limpió nuevamente las lágrimas de la chica, de la cual aún desconocía su nombre esperando las siguientes indicaciones.
Fue trasladado a un hospital donde le revisaron su cuerpo minuciosamente. La mano ahora estaba conectada a una bolsa que contenía suero y estaba en cama porque debía reposar las energías que había perdido.
Después entró Yoongi con un semblante todavía más preocupado que el anterior. Se sentó en una esquina del hospital acariciando su pierna sobre la sabana sin hablar.
–No me voy a morir. Exagerado de mierda –Rodó los ojos.
–Estuve a punto de perderte y todavía dices eso –Lo miró serio.
–Quizás… Pero no le menciones nada a Jeon –Suplicó.
–Como si me importara –Bufó antes de salir de la habitación.
–Espera Yoongi… –Cerró la puerta.
Yoongi salió de la habitación rememorando lo sucedido.
Después de que Park salió del trabajo estaba ansioso porque él también quería ir a casa. No necesitaba nada ni de nadie más para estar en tranquilidad, lo único que necesitaba era ir a dormir.
Se concentró lo más que pudo para terminar a tiempo el trabajo. Parecía una ironía del destino pero Jeon terminó al mismo tiempo. Ambos salieron juntos del trabajo en silencio mirándose de reojo algunas veces.
–¿Hoy no traes coche? –Preguntó el pelimenta.
–No. Está en reparación –Respondió encogiendo los hombros.
Cuando llegaron al camino que se dividía en dos se miraron a lo ojos alzando una ceja.
–Bueno, es raro que dos hombres caminen juntos –Exclamó el pelimenta.
–Es raro cuando les gusta la misma persona –Asintió el menor.
–Bien, yo iré por este –Metió las manos en su bolsillo.
–Como sea –Se fue por el otro camino el pelinegro.
Metió la mano en su bolsillo y marcó un número. Después de que finalizó la llamada marcó un segundo número.
–Diga –Sonó la voz del otro lado.
–No te vayas a asustar… –Musitó –Park se encuentra en el hospital.
–¿Estás con él? ¿está bien? ¿qué le paso? voy… –No lo dejo terminar.
–Jimin no quería que te avisara –Contestó –Pero no es tan grave como piensas.
Observó a una enfermera que traía una ampolleta entre sus manos. Seguramente la inyectaría en el suero de Jimin por lo que la dejó pasar.
–Entiendo, entonces ¿por qué me lo dices? –Sonó más tranquilo.
–Ambos sabemos porque –Respondió.
Porque ambos se preocupaban mucho por aquel chico
–Cuéntame que sucedió –Solicitó la voz.
Yoongi le contó lo sucedido al pelinegro con lujo de detalles.
–Sólo no vengas a visitar a Park, me mataría por habértelo dicho. ¿Entendido? –Soltó para finalizar.
–No te preocupes… De alguna manera confío en ti –Suspiró –Por cierto, ¿Mi número quién te lo dio? –Preguntó la voz.
–Se lo acabo de pedir al Sr. Kim.
–Entiendo… Cuida a Jimin. Él es muy importante para mí –Soltó antes de colgar.
–Y para mí –Pero este ya no alcanzó a escucharlo.
Entró a la habitación con un Jimin evidentemente molesto, tenía sus mejillas infladas y había apretado sus labios en forma de puchero.
–Me dejaste con la palabra en la boca –Se quejó.
–Arreglaba algunos asuntos, el Sr. Kim te dará unos días –Se sentó en su cama.
–Estamos en el hospital… Y no podré darte lo que prometí –Confesó ruborizado.
Yoongi lo acarició del cabello hasta bajar a su mejilla. Las heridas de Jimin eran muy notorias en su rostro y no quería hacer daño por lo que cada toque fue premeditado. Parte de su cara estaba hinchada y la otra morada pero para el mayor seguía siendo una persona preciosa.
–Eso no es importante. Otro día será –Acarició su piel.
–Pero yo quería –Le tapó la boca con su dedo índice.
Acercó sus labios robándole un beso, beso que Jimin aceptó dejándose llevar por el momento. Ambas lenguas se tocaron nuevamente para acariciarse con suavidad.
–Hasta aquí Park –Lo detuvo cuando las cosas se pusieron más intensas.
–Sí… –Agachó su mirada –Vuelve mañana.
–No te dejaré solo –Tocó su mejilla haciendo que el corazón de Jimin nuevamente se estremeciera por sus palabras.
Cuando salió Jeon se encontraba fuera de la habitación recargado en la pared.
–¿Nos viste? –Preguntó.
–Algo así –Suspiró.
–Lo siento… No quise.
–No importa. Aún no somos nada.
Ambos chicos caminaron fuera del hospital en silencio.
–¿Gustas una bebida? –Interrogó el pelimenta.
Jungkook encogió sus hombros y se dirigieron a un puesto en la calle. Pidieron tteokbokki y una botella de soju.
–Me dijo que se conocen desde hace siete años –Tomó un trago.
–Me dijo que eras su ex-novio –También tomó uno.
–Me preguntó si sabe como nos tiene –Rio con ironía.
–No lo creo. Es un idiota –Le siguió.
Se acabaron la primera botella para continuar con la próxima.
–Sabes Yoongi, me da curiosidad saber que tan bien lo haces –Confesó con un trago en la mano –Para que Jimin esté tan indeciso contigo.
–Tengo las mismas dudas que tú, me da curiosidad saber que tan bien lo haces –Le sonrió –Para que Jimin no pueda olvidarte.
Quizás fuera por el producto del alcohol en sus organismos o los mismos deseos de ambos chicos, pero las propuestas eran obvias, mirándose de esa manera tan intensa y se podría decir lujuriosa.
–Te diría que hoy pero me siento mareado –Se agarró la cabeza.
–Igual yo, aunque no veo el problema –Se mordió el labio.
Jungkook entendió la mirada del pelimenta y pidió la cuenta.