–Ya te dije que no hay nada entre ella y yo –Se quejó Jungkook.
–No parecía que no hubiera nada –Dijo Jimin con los ojos brillosos.
–Estoy diciendo la verdad. Hana fue la que se me declaró y me robó un beso –Resopló.
Jimin no le creía para nada. Esa chica últimamente andaba muy pegada a su novio, casualmente habían quedado en el mismo equipo y el castaño tenía que hacer su trabajo solo. Por si fuera poco, los encontró besándose en la esquina de unas escaleras.
–Simplemente llegaste en el momento equivocado –Explicó.
–Olvídalo Jeon. No quiero volver a verte –Gritó antes de darle un portazo a la puerta del salón.
Jungkook se quedó ahí pasmado por la reacción de su novio. Era cierto, Hana era su amiga y la había estado ayudando porque estaba muy enferma. Sin embargo la convivencia hizo que la chica se enamorara de él y terminara declarándose. Al final le robó un beso que sabía que Jeon no podía corresponder causando problemas entre la joven pareja.
Llegó a casa completamente estresado cuando oyó un plato romperse en la cocina sucedido por algunos gritos. Corrió al lugar donde su mamá lloraba en el suelo recogiendo los restos del plato mientras su papá se veía completamente irreconocible.
–¡Mamá! –Jungkook corrió donde su mamá estaba y le ayudó a recoger los trozos.
–Jeon Jungkook no puedo creer que quieras decepcionarnos de esta manera después de todo lo que te dimos –Dijo su padre mientras ponía las manos en su frente estresado.
–¿A qué te refieres? –Lo miró asustado el menor.
–Dame tu celular –Le gritó furioso.
Jungkook con muchos nervios y todo tembloroso sacó su celular. Antes lo apagó para que su papá no husmeara entre sus cosas y se sintió aliviado de que tuviera contraseña al encenderse. Su mamá simplemente lo palmeó de la espalda y se recargó en su hombro para continuar llorando.
–Se enteró de la relación que tienes con tu amigo Jimin –Le susurró.
El corazón de Jungkook se estremeció. Habían sido especialmente cuidadosos con las demás personas. No recordaba algún momento donde pudieron haber sido descubiertos. Es más, la relación que tenía con él llevaba más de cuatro años.
Era casi imposible que a esas alturas alguien los descubriera, quizás cuando eran más jóvenes pero ahora tenían 16 años y habían sido lo suficiente cuidadosos frente a las personas.
–Pasado mañana irás a Japón. Lo siento Jungkook pero no puedo aceptar esto –Dijo antes de salir y aventar un florero que se destrozó por completo.
A los pocos segundos entró la criada completamente asustada. Levantó los restos del florero y le indicó a la señora Jeon que le dejara limpiar el resto, su madre asintió mientras se limpiaba las lágrimas con sus manos.
Tanto como madre como hijo se fueron al cuarto del menor.
–Lo siento hijo. No sé como lo descubrió, yo intenté ocultarlo el mayor tiempo posible –Limpiando las lágrimas de Jeon.
–¿Tú sabías mamá? –Preguntó asombrado.
–Eres mi hijo –Sonrió y lo abrazó.
La información apenas y la podía procesar. ¿Cómo era posible que alguien supiera?
–Intenté convencerlo pero se enojo todavía más –Le explicó.
Jungkook cerró los ojos y su madre le acarició el rostro. Recargó su barbilla en la cabeza de su hijo y dejó escapar algunas lágrimas. El menor apretó la ropa de su mamá que tenía agarrada.
…
–Es la primera vez que escuchó tremenda estupidez –Sonrió hacia el cielo.
–Entonces no me creas –Se levantó.
–¿¡Eso es todo!? Ni siquiera pedirás disculpas por engañarme con tu “amiguita” –Enfatizando esta última palabra.
–Recuerdo haberte explicado antes cuál fue la situación –Dijo moviendo la tierra que había debajo de sus zapatos.
–Para tu información ni siquiera escuché una. ¿Ya no recuerdas? –Contestó.
Jeon suspiró y cerró los ojos. La paciencia se le estaba terminando.
–Estaba enferma. Le tenía lástima y se enamoró de mí en el proceso –Explicó.
Esa también era información nueva para el pelinaranja.
–Ya está muerta. Hace años que falleció –Terminó antes de irse.
Jimin no sabía si debía creerle o no. Una parte de él quería entender lo que Jungkook le explicaba pero los hechos que había vivido también los recordaba con claridad. Además el pelinaranja había intentado buscarlo después de aquello.
…
–Lo siento muchacho. Jungkook dice que no quiere verte y mejor que ya no vuelvas a esta casa –Le dijo la ama de llaves con una expresión llena de lástima.
–Entonces mañana volveré –Se despidió de la señora.
Se quedó sentado en la banqueta un buen rato. Sus ojos estaban rojos y le ardían, parecía que pronto lloraría pero las contenía porque no quería que salieran a flote. Se puso la capucha que tenía su sudadera y caminó durante un rato.
Después en el semáforo vio que Hana estaba del otro lado de la calle y traía todavía el uniforme escolar. Se quedó ahí parado imposibilitado para moverse. La chica cruzó y camino en dirección a un lugar muy conocido para el castaño.
Jimin dudaba si podría seguirla o no pero termino haciéndolo. Su corazón se destrozó cuando vio como el ama de llaves le abría a la chica dejándola entrar. Entonces supo que Jungkook si estaba dentro de la casa y no podía haber engaño alguno.
…
No volvió a esa casa nunca más. Aunque también fue extraño que a partir de ese día tanto Jungkook como Hana dejaron la escuela. No supo más de ellos ni tampoco quería hacerlo pues se sentía traicionado.
Volvió a casa hecho un desastre. Estaba completamente borracho y apenas podía abrir la puerta. Se quedó fuera de la casa intentando abrirla pero fue imposible. Seguramente Yoongi se había quedado dormido.
Tocó durante horas pero nadie abría. Se harto porque apenas podía sostenerse en pie y mejor se recostó en el suelo imaginando que su noche la pasaría fuera del departamento.
Cuando despertó su cabeza le dolía demasiado. Estiró su mano intentando alcanzar su mesita de noche para ver la hora. No había escuchado el despertador ni tampoco se sentía muy bien.
La noche anterior había perdido la noción de lo que había hecho después de encontrarse con Jeon. Nada le resultaba claro, más que había ingerido mucho alcohol, se había encontrado con una chica bastante buena que le hizo una mamada dentro del baño del bar y se quedó fuera de su departamento a dormir.
Se levantó de la cama y observó que el cuarto en el que estaba le resultaba desconocido. Tampoco era el de Yoongi porque a pesar de que no le dejaba entrar, sabía ubicar más o menos unas cuantas cosas suyas.
Estaba desnudo completamente por lo que solo una sábana lo cubría. Se levantó descalzó porque tampoco encontró sus zapatos y caminó con bastante miedo por que no sabía donde estaba.
–Estaba a punto de ir a levantarte –Le saludó Jeon con una sonrisa.
–¿Qué hago aquí? –Preguntó sobando su cabeza porque comenzaba a tener punzadas.
–Te encontré fuera de mi departamento tocando insistentemente mi puerta –Explicó sirviendo un plato de cereal con leche.
Eso también era información nueva para el mayor.
–Ven a desayunar –Le señaló una silla.
–Espera… ¿Por qué estoy desnudo? –Preguntó con la tela aún enredada en su cuerpo.
–Vomitaste sobre tu ropa, mi alfombra y también tus zapatos –Argumentó.
Jimin sintió como se ruborizaba ante las palabras del joven frente a él. Había cometido muchas estupideces antes pero nunca se había quedado a dormir en una casa que no fuera la suya.
–Hay ropa dentro de mi cuarto. Escoge lo que quieras y ven a desayunar. Tengo hambre –Se quejó.
Entró al cuarto en el que había dormido. Buscó en el armario alguna ropa que le agradara y salió del mismo completamente vestido.
–Te ves bien Jimin –Sonrió Kookie mordiendo su labio en el proceso.