Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor Eterno por rynu

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero que os guste este Oneshot para el dia de hoy. :D

Kuroko era un Shinigami, más bien conocido, comúnmente, como el dios de la muerte. Hubo un tiempo donde el peli celeste fue un hombre, al igual que los demás humanos a los que se tenía que llevar con él al reino de los muertos, o mejor dicho sus almas, pero este ya no recordaba nada de aquel tiempo, porque habían pasado ya miles de años desde aquello, y tampoco es que le importara a estas alturas.

No era el único Shinigami que existía en el mas allá, había miles de ellos, ya que había demasiadas almas que tenían que morir cada día, y uno solo era imposible de poder llevarse tantas almas.

Ningún Shinigami nacía ya siendo ya un dios, si no que antes tenía que pasar por el proceso de ser humano, vivir su vida, morir, y dependiendo de la persona era convertido en un dios o no. No eran muchos los elegidos para ser los encargados de ir hasta la tierra y llevarse las almas de las personas que morían, si no que pasaban por una selección donde eran elegidos, aunque aquella selección no lo sabía el futuro dios, hasta que era elegido.

Otro tema interesante, es que los Shinigamis, tenían como una especie de agenda, donde salían los nombres de las almas, que tenían que llevarse, a qué edad morirían y cuando seria el día del suceso.

Kuroko observo durante muchísimos años a las diferentes almas que se llevo consigo al otro lado, y algunas de ellas le pareció muy cálidas, amables y puras.

Unos de esos casos fueron las almas de unos chicos llamados Kouki y Seijuro. Ambos muy diferentes, pero que en un encuentro provoco que se enamoran entre ellos, y cambiara la vida solitaria que tenia aquel pelirrojo.  Su historia de amor fue bonita y larga. La muerte los llamo cuando ambos ya eran muy mayores y sus cuerpos no resistieron más.

Ambas almas fueron enviadas al paraíso para que pudieran vivir eternamente juntos, y es que a pesar de sus muertes, sus almas seguían conectadas el uno con el otro.

Otra pareja que le pareció hermosa y divertida de observar fue la de un modelo rubio y la de un chico de cabello azul oscuro. Ambos eran un desastre como pareja, pero a pesar de ello ambos se amaban desde el fondo de su corazón, fue por ese motivo que esas dos almas también fueron al paraíso juntos.

Kuroko observo durante miles de años a distintos humanos, y siempre se preguntaba el cómo era enamorarse de una persona. A pesar de que no tenia recuerdos como humano, estaba seguro que en su vida antigua nunca se había enamorado.

Y pensaba que jamás conocería aquel sentimiento. Hasta que lo conoció siglos después de existencia como dios de la muerte.

Kuroko observo su agenda de su próxima alma a recoger. Su nombre era Kagami Taiga, y la edad a la que iba a morir era a los diecisiete años. Por alguna razón esta alma le llamo la atención ya que moriría muy joven, por lo que decidió observar toda su vida desde que fuera un bebe.

El pequeño pelirrojo tuvo una vida muy difícil desde el momento en el que apenas nació. Tres meses que tenia de vida y ambos padres murieron en un accidente de tráfico. Por algún extraño milagro el bebe había sobrevivido y entregado a las manos del gobierno, ya que ese pequeño no tenia mas familia.

Su infancia no mejoro, en aquel orfanato no tuvo nunca amigos, se la pasaba continuamente solo, y los encargados del lugar no hacían nada para mejorar aquella situación.

Por primera vez en sus siglos de existencia Kuroko sintió rabia por lo que estaba pasando aquel pequeño niño. Y es que a pesar de la tristeza que aquel pequeño tigre sentía todos esos días, siempre sonreía a pesar de todo, era la sonrisa de un ángel, o al menos eso es lo que pensaba el peli celeste cada vez que la veía.

Fue por aquella sonrisa, que sin darse cuenta, se enamoro de aquel ángel triste.

Al pasar los años, finalmente que la suerte de Kagami cambio un poco, ya que al fin hizo un amigo. Se llama Himuro Tatsuya, y fue este chico el que se acerco al pelirrojo y le propuso que jugaran un partido de baloncesto, con la pelota que traía en sus manos, desde entonces ambos se volvieron los mejores amigos.

Los años siguieron pasando hasta que al fin Taiga alcanzo los dieciséis años.

Solo le quedaba un año de vida, y el Shinigami se preguntaba cómo alguien con tanto futuro moriría tan joven. ¿Acaso moriría de un accidente de tráfico? ¿De un asesinato? ¿De una enfermedad? ¿De una caída fuerte?

Había tantas opciones de lo que podría ocurrirle, pero aun así llego a la conclusión de que su muerte estaría enlazada al suicidio.

Estaba tan sumergidos en su pensamientos que no se percato de que el chico del lunar, Tatsuya, y Taiga se encontraban en una conversación hasta que el tigre le dijo que quería hablar una cosa con él.

Kuroko salió de sus pensamientos y presto atención a la conversación que se estaba dando.

-Tatsuya necesito decirte algo importante…- Empezó a hablar Kagami con las mejillas rojas, algo que paso desapercibido para el chico emo, pero no para Tetsuya, el cual frunció el ceño molesto.

Si, por primera vez en muchos años de existencia tanto como humano y Shinigami, por fin conoció el sentimiento de los celos. Porque Kuroko sabia, después de tantos años observando al pelirrojo, que se había enamorado de su único amigo, y por tanto sabia de que iba a ir esta conversación, algo que no le gustaba nada, pero no podía intervenir aunque quisiera.

-Yo también tengo algo importante que contarte Taiga, pero habla tú primero- Le comento educadamente el más mayor. Taiga negó con la cabeza sonriente y le insistió a su mejor amigo que empezara a hablar el.

-Taiga yo… ¿Te acuerdas de ese chico peli morado?- Le pregunto con una amplia sonrisa el pelinegro, a lo que Taiga asintió con la cabeza, confundido, ya que no sabía que tenía que ver aquel gigante come dulces en la conversación. Pero Kuroko al ver la sonrisa de aquel pelinegro si tuvo una idea y eso no iba acabar muy bien.

-Pues veras Taiga… Yo… quería decírtelo antes, pero llevo ya unas semanas siendo pareja de Atsushi- Le comento con una amplia sonrisa, mientras le pedía disculpas con la mirada por no decírselo antes.

Aquella declaración destrozo el corazón del pobre Tigre. Sentía que su mundo colapsaba en ese mismo instante, pero aun así no lo dejo ver y fingió felicidad con una de sus amplias sonrisas, de la cual estaba enamorado Kuroko.

-¡Uooo Tatsuya eso es increíble! ¡FELICIDADES! Me alegro que seas feliz, aunque si ese gigante te hace daño, juro que iré a matarlo con mis propias manos- Le advirtió con voz seria.

El pelinegro se rio de manera suave para luego darle las gracias por su apoyo.

-Y bueno Taiga, ¿Qué era lo que querías decirme tu?- Pregunto intrigado Himuro, a lo que Taiga se tenso a la pregunta.

-Umm pues yo... quería decirte, que igual me adoptan, lo he oído de una de las encargadas- Mintió rápidamente, aun con la sonrisa en su rostro, para que le otro no notara nada.

El pelinegro se sorprendió por aquella noticia y la verdad se alegraba por su mejor amigo, se merecía una familia que le diera cariño, ya que el pelirrojo era una grandísima persona.

-Eso es increíble Taiga, esperare con ganas el día donde pueda ver a tus futuros padres- Le comento feliz, pero aquello no sucedió, porque tres días más tarde de aquella charla Tatsuya fue adoptado y llevado a América.

Claro que el chico titán lo siguió para vivir con él, ya que era mayor de edad y los abuelos de Murasakibara, con los que vivía, tenían una gran fortuna, por lo que no fue un problema. Por su Muro-chin, haría lo que fuera, incluso de comer sus preciados dulces.

Para Kagami si su mundo se había desmoronado, aquello fue aun más desbastador. Su único amigo ya no estaba. De nuevo estaba con su única amiga que tanto conocía.

La soledad.

Sobrevivió por unos meses más, siempre fingiendo ante los demás con su sonrisa, ayudando a los demás cuando lo necesitaban, sin recibir nada a cambio, pero eso a él no le importaba.

Pero en las noches cuando estaba a solas en su habitación se dejaba llevar por sus lágrimas. Estaba cayendo en una gran depresión de la que cada vez era más profunda y sin posibilidades de salir.

Kuroko estaba muy triste y enfadado. Triste, porque comprendió finalmente porque moriría su querido tigre, y enfadado, porque maldecía a su condición del dios de la muerte y no poder ayudar a esa alma tan pura a que sea feliz.

Fue dos días después del cumpleaños del pelirrojo, que Kagami moriría al día siguiente. En la noche del día anterior a su muerte. Kuroko se sentó en la cama donde Kagami dormía con una expresión tranquila.

Llevo una de sus manos para acariciar aquel pelo color borgoña y la cara cálida, que desprendía por estar vivo, con suavidad, como si de una brisa de aire se tratara.

-Estoy triste Kagami-kun, el no a ver podido sacarte de esa soledad que te a rodeado todo este tiempo, me hubiera gustado estar a tu lado, poder consolarte, verte verdaderamente feliz… A pesar de que no puedes oírme ni verme, quiero decirte que te amo Kagami-kun, por primera vez en siglos tu me has enseñado el significado de la palabra amor, yo daría toda mi existencia para que pudieras ser feliz y no morir mañana- Hablo el peli celeste, aunque sabía que el otro no podía escucharle.

Y como su destino estaba prescrito, al día siguiente, Kuroko observo como su amado con los ojos opacos, rompía un cristal y se hacía dos grandes incisiones en la muñeca.

Kagami se cayó de rodillas al suelo, la pérdida de sangre lo estaba mareando y perdiendo la visión, hasta que al final quedo tumbado en el suelo, y la sangre salía de sus heridas sin detenerse.

El  peli rojo tenia lagrimas cayéndole por el rostro, pero aun a las puertas de la muerte sonreía.

-Ya…No me queda nada… por lo que seguir adelante…estoy cansado…- Su voz y su conciencia se estaban haciendo cada vez más débiles, pero a pesar de eso una voz suave, cálida y tranquila llego a su cabeza;

-Ya no estarás solo Kagami-kun…- Y tras oír aquella voz, sintió una caricia en su mano, como si fuera una ligera brisa de aire en verano.

Y Kagami sonrió por última con una gran paz en su interior gracias a esa persona invisible.

Kuroko fue egoísta por primera vez en siglos, y rompió las reglas del no intervenir con un alma si no se lo indicaban, pero esta vez quería tener el también, y su felicidad era aquel peli rojo, por lo que puspo sus manos en el pecho del tigre, y una luz dorada empezó a rodear el cuerpo del moribundo.

Taiga sintió una calidez en su pecho, y que desde su pecho pasó por el resto de su cuerpo. Cerró los ojos mientras se dejaba llevar por aquella calidez y cuando los abrió de nuevo se encontró frente a frente con el chico peli celeste que le sonreía con calidez.

-¿Dónde estoy?- Pregunto confundido el pelirrojo al ver que ya no estaba en la habitación donde se había cortado, si no que estaba en medio de la nada donde los colores anaranjados, rojos y amarillos iluminaban el espacio, como si de un atardecer de otoño se tratara.

-Estás en tu nuevo hogar Kagami-kun, a partir de ahora yo estaré a tu lado para siempre, como una sombra al lado de la luz mas fuerte- Le dijo con una sonrisa cálida y sincera, mientras cogía la mano de su ángel.

Kagami al oír las palabras llenas de sinceridad y afecto, no pudo evitarlo y lloro. Pero esta vez no de tristeza. Si no de alegría.

Entre sollozos Kagami acerco a Kuroko y lo abrazo con fuerza contra él, si no fuera porque es inmortal, el peli celeste sentiría que moriría por asfixia.

Con una pequeña sonrisa, el Shinigami, devolvió el abrazo con sentimiento. Ambos en ese instante se reconfortaron y sintieron que por fin habían encontrado esa pieza que les faltaba a los dos.

Meses después de aquella enternecedora escena sucedieron varias cosas; La primera es que una de las cuidadoras del orfanato encontraron el cadáver de Taiga con una sonrisa sincera, lo enterraron allí en el orfanato sin que nadie lo llorara, pero eso a Kagami ya no le importaba.

 Es bien cierto que su amigo Tatsuya lo hubiera llorado durante horas, pero nunca le notificaron de su muerte, y el ahora feliz con Murasakibara, por lo que era mejor así.

La segunda novedad es que ahora gracias al capricho de Kuroko ahora era también junto a él un dios de la muerte, el peli celeste fue reprendido por una fuerza mayor por hacer aquello, pero este lo ignoro olímpicamente, y el dios mayor lo dejo pasar por esa vez al ver a esas dos almas felices.

La tercer novedad es que aquellos dos Shinigamis se hicieron pareja desde ese día, a pesar de que todo fuera muy deprisa, pero es que cuando sus dos mitades se encuentran ¿Para qué perder el tiempo?

Aquello no era muy normal de ver, pero mientras ellos fueran felices ¿A quién le importaba lo que los demás opinaran?

Se encontraban ahora mismo tomados de la mano, mirándose sonrientes, cuando Kagami se detuvo para decirle algo a su sombra;

-Kuroko, te estoy muy agradecido por enseñarme la felicidad de nuevo, y ahora que estoy junto a ti, cuando estaba vivo siempre sentí como si alguien me observara y estuviera a mi lado en cada momento de mi vida. Ahora sé que fuiste tú… También cuando estaba a nada de morir oí tu voz, y sentí tus caricias, gracias por tu amor Kuroko, en verdad te amo- Se sincero desde el fondo de su alma, con una sonrisa llena de amor que conmovió al peli celeste.

Kuroko se puso delante de su pareja y lo miro fijamente, a esos ojos rojos como el fuego, mientras le agradecía a él también por todo lo que había despertado en él;

-Soy yo el que tiene que agradecerte Kagami-kun, tú me has enseñado  a amar por primera vez, a pesar de que mi corazón estuviera durante tanto tiempo congelado, y me sacaras de esta eterna soledad en la que yo vivía y de la cual no me percate hasta que apareciste tu. Me enseñaste esa gran luz que te rodea y ahora me envuelve junto a ti, por todo eso te doy las gracias Kagami-kun, te amo…- Le confesó con toda la sinceridad, mientras se ponía de puntillas y posaba sus labios pálidos, en los de Taiga, donde ambos compartieron un beso dulce, lento, delicado y lleno de amor.

Desde aquel día ambos ya no sintieron nunca más la soledad, ahora estarían eternamente juntos como dioses de la muerte.

Notas finales:

Espero os haya gustado el ficc, nos veremos en otras historias o proyectos, byee byee :D 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).