// Pensamientos //
+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++
----------- Flash Back -----------
Capítulo anterior:
-¡Maldita sea cállate! - Thor miraba fijamente esos ojos rojos aguados y tristes, ese cuerpo menudo debajo del lo estaba volviendo loco. Soltó la presión de su cuello, al cual Loki jadeo por la falta de aire y Thor llevado por el deseo con sus 2 manos tiro de la camisa abriéndola en dos. Se detuvo ahí, mirando impactado, cicatrices y llagas recientes. Había sangre en las vendas improvisadas. Heridas infectadas y muy severas. Subió la vista hacia la cara de Loki que lloraba y temblaba de pavor. Este le había dicho he insistido, casi gritado y suplicado que no sabía nada - ¿Qué diablos está pasando aquí?
3.- PROFECIA:
Era raro ver todo esto, su padre, Odín, siempre se había caracterizado por su benevolencia con el desvalido, odiando la violencia y la masacre injustificada.
Odín, el padre de todo era siempre justo y protector de los 9 reinos. Jamás cometería algo así. Jamás. Y entonces ¿Por qué ahora lo hacía? ¿Que tenia contra el joven Jotun que lo torturaba de esa manera?
Thor se levanto de la cama y miro fijo al chico que yacía en esta llorando y suplicando piedad, esto estaba mal, lo sabía. Algo le ocultaban.
-¿Qué es todo esto? ¡Maldición no entiendo nada! - El rubio estaba molesto. Sus manos se apoyaron en su cabeza maldiciendo al mundo - Mírame Jotun ¡¿Explícame que está pasando aquí?! - Se paro frente a la cama y miro decidido al chico. Loki se calmo un poco y tomando sus maltrechas ropas trato de taparse.
-Desde que llegue aquí pasa esto. Tu padre desea que le diga algo que no se - Ahora los ojos de Loki se encontraron con los de Thor, y este pudo ver ese algo que lo cautivaba ¿Belleza? ¿Inocencia? Que maldita cosa tenía ese Jotun que lo estaba enloqueciendo, más que castigarlo quería protegerlo, todo era ridículo si él era su enemigo, solo las palabras sinceras y llenas de resignación de pelinegro lo sacaron de su lucha mental - Cuando tú no estás en palacio me arrastra a la sala de torturas - El chico azul se estremeció de solo recordarlo, horribles recuerdos venían a él - Por más que grite y suplique el verdugo no se detiene… Nunca se detiene… - El Jotun cerró sus ojos fuertemente, su voz era quebradiza por el llanto - Cuando despierto me levanto como puedo y vuelvo aquí… A servirte y la cadena de torturas se repite cada vez que sales, así es como pasan las cosas, siempre en ese mismo orden hasta que muera…
-Padre jamás haría eso ¡Mientes! - No, absolutamente no. Su padre no era así. Comenzó a pasear se por la habitación frenéticamente para calmarse, indeciso entre creerle o no.
-Lamentablemente no es así, me odias lo sé. No te preocupes muy pronto te quedaras sin esclavo - Loki se movió lentamente, sacándose su camisa y retirar lo que parecían vendas mostrándole su espalda, una horrible quemadura la atravesaba por completo y estaba infectada - El fuego sagrado a los Jotun los quema por dentro lentamente. No ha sanado todavía y es en ese mismo lugar donde más me azotan para evitar que se regenere a piel. No sanara, lo más probable que el fuego ya este quemando un órgano interno, voy a morir - Sonrío con demasiada amargura para ser un rostro tan joven. Y Thor creyó que sentía su dolor.
-Padre no es capaz de hacer todo esto - Thor trago aire. Hablaba mas para auto convencerse que nada - No puede ser verdad. En Asgard nunca se ha cometido tal acto de atrocidad, somos un pueblo justo.
-Lo siento. Yo de verdad ya no sé cómo hacer que me crean - Loki volvió a cubrir su espalda con las mismas vendas manchadas. El rubio volvió a acercarse y lo detuvo, no era bueno que usara los mismos vendajes pero entendía que el menor no tenía con que mas ayudarse a sanar o protegerse la piel. Se mordió el labio angustiado, la mano de Loki se poso sobre la suya y el dios nórdico tembló - Serás un buen rey Thor, eres justo y preocupado por tu gente. Espero de corazón que en tu reinado no pasen estas cosas, los gigantes son grandes y fuertes pero mi pueblo también es justo. Jotunheim siempre estarán abiertos a conversar, mis hermanos no son malos. Býleistr se parece mucho a ti y cuando sea rey se llevaran bien - El Jotun hablo con calma y sinceridad, sabía que no estaría vivo para ver eso, pero creía de corazón que el hijo de Odín no era como su padre. Se miraron unos segundos si quiera, Loki temblaba un poco por el dolor que sentía y por la cercanía del rubio. Thor estaba hecho un mar de dudas y aunque le costara admitirlo sentía deseos de besar esos azules labios, y para salir dese transe hipnótico que le provocaba las palabras y cercanías de Jotun se levanto y le pidió a un guardia que hiciera venir a la reina. Frigga llego casi al instante, su rostro dulce y preocupado, pensando que algo le había pasado a su hijo. Al entrar vio al príncipe Jotun sentado en la cama con su pecho descubierto y lleno de marcas mirando el suelo y a Thor paseándose como un lobo enjaulado.
-Necesito que veas esto madre - El rubio se acerco a Loki y lo levanto por primera vez suavemente, mostrándole la espalda herida a la reina.
-¡Por las Nornas benditas! - Exclamo Frigga angustiada al ver las heridas tan mal tratadas - ¿Has sido tú Thor?
-No. Pero esto está pasando en Asgard bajo las instrucciones de padre - La mujer lo miro preocupada, ella tampoco estaba de acuerdo en cómo su esposo estaba llevando las cosas, pero no era momento para eso.
-Debemos sanarlo ahora, será mejor que lo recueste usare algo de magia para ver el daño - Thor iba recostar al Jotun en la cama pero este se resistió, negando con la cabeza.
-No es momento para que te pongas terco ahora - Le dijo serio el rubio.
-Tu cama, yo… voy a mancharla… - Loki sabia cual era su situación ahora, era esclavo. Podían ser buenos con él en estos mementos ¿Pero si después se la cobraban y volvían a maltratarlo?
-Tranquilo - Hablo ahora Frigga con su tono maternal acariciándole la cara. El chico sin querer recordó a su madre y sus ojos se aguaron - Tienes fiebre, aunque tu cuerpo sea helado no tienes la temperatura adecuada para un Jotun - Hizo que se recostara de boca a la cama - Y para que estés más tranquilo mi esposo no está en el palacio ahora. Este será un secreto entre Thor, tú y yo.
La voz dulce de Frigga comenzó a adormecerlo, la cama se sentía bien, tantos días en el suelo no era muy cómodo.
La reina uso su magia para revisar el cuerpo de Loki, se mantuvo seria todo el rato, el rubio la miraba en silencio. Tenía una lucha interna entre cree o no lo que el príncipe Jotun le había dicho. Cuando comenzó a tratar la herida el príncipe azul apretó las manos en las sabanas, el dolor era insoportable pero aguanto como todo un guerrero digno de su raza, cuando todo termino Loki cayo dormido, rendido por todo el esfuerzo hecho.
-Madre ¿Ya está mejor? - La reina asintió preocupada.
-Hijo mío esto es horrible, mi esposo esta enceguecido con conseguir esa joya y a llegado a esto, el daño en su cuerpo era profundo, este chico a resistido todo esto por tantos días - La mujer suspiro cansada y entristecida - Debemos pararlo Thor, he tratado de hablar con Odín pero no me deja, por el momento lo único que podemos hacer es tener al chico vigilado y que los inquisidores no se acerquen a él. Le temo más a lo que podrá hacer Jotunheim si llega a morir su príncipe que a la maldita joya que busca tanto tu padre. Habrá una guerra sin precedentes hijo y lo sabes - El rubio asintió, el también creía lo mismo.
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Los reyes de Jotunheim miraban expectantes el brillo inusual que presentaba la piedra que mantenían oculta en el subterráneo debajo de la sala del trono. Era del tamaño del Theseractor, pero redonda.
-¡Laufey el está sufriendo! - Dijo desesperada la gigante mirando angustiada la joya ahí - Lo sé, lo dice el brillo de esta piedra y mi corazón ¿Hasta cuándo vamos a esperar? ¡Oh mi pobre hijo!
-Se perfectamente lo que sientes pero ahora no podemos hacer nada - El rey se mantenía serio. Amaba a sus hijos y sobre todo a su consentido, la impotencia de verlo en las garras de Odín y perderlo después lo tenía profundamente herido. Pero debía mantenerse frio, no era momento de actuar premeditadamente, no cuando estaba la vida de su pequeño hijo en peligro.
-Pero Loki jamás ha estado lejos de nosotros ¡Es un niño! ¿Porque Asgard hace esto?
-Eso es precisamente lo que estoy averiguando ¿Quién le conto al padre de todo sobre la joya? Presiento que hay un enemigo más grande detrás de esto - Laufey no aparto la mirada de la roca que volvió a resplandecer con un color verde esmeralda que ilumino todo el lugar. Salvaría a su hijo. De eso estaba seguro.
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“Jotunheim oculta algo de ti padre de todo” Así había empezado la pitonisa Sarahej en cuanto Odín había pisado su templo sagrado en Alfheim. Este la miro con su único ojo guardando silencio, esperando la revelación.
“Jotunheim tiene actualmente el poder de unir o destruir mundos, pero ese poder está dormido, oculto y congelado.
Partirá por Asgard y será tal su poder que los demás reinos se rendirán ante él.
De un color verde esmeralda será su potente luz creadora y de un profundo azul cielo será su escudo de guerra.
El hielo se derrite por el brillo dorado, sangre real será derramada para dar vida nueva, donde las nuevas generaciones terminaran el ciclo de luz y la oscuridad impuesto por el antiguo enemigo de los 9 mundos”
Odín recordaba claramente las palabras de la mujer. De hecho, estaba ahora parado frente al templo. El lugar estaba destruido y Sarahej yacía muerta debajo de esas rocas. Había llegado tarde para salvarla. Un poder oculto se había adelantado y no pudo salvarla ¿Acaso seria Laufey? Todo se estaba saliendo de control. Debía calmarse y pensar mejor en su siguiente paso, el príncipe Jotun no había servido de mucho ya que el rey helado no había tratado de entablar ningún tipo de contacto para salvarlo. Bueno, en parte lo entendía. Si Thor hubiera estado en esa misma situación él tampoco lo haría, una por qué la crianza de los príncipes era así, jamás se arriesgaría un reino por una persona aunque esta fuera sangre real y la segunda era porque sabía que Thor se liberaría por sí mismo, era un guerrero y sabría como hacerlo. Pero jamás pensó que Laufey tuviera un hijo así, Býleistr y Helblindi eran grandes gigantes y guerreros dignos hijos de su padre, pero Loki era diferente, no encajaba ni en el término gigante y mucho menos guerrero ¡Maldita sean las pitonisas y sus complicados designios! Pero no se dejaría amedrentar, no cuando Asgard corría peligro.
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La ausencia del padre de todo por 10 días le había permitido al príncipe Jotun a descansar. Thor para evitar cualquier maltrato lo dejo encerrado en su habitación prohibiéndole salir y mucho menos que alguien entrara cuando él no estaba. Su relación con el príncipe de Asgard había cambiado un poco, el rubio ya no lo ignoraba y aunque no hablaran mucho, Thor había cambiado su trato frio, sorprendiendo al menor al preguntarle como era su relación con sus padres y contándole como lo habían educado a él con respecto a su raza.
Loki miraba por la ventana la hermosura del paisaje, efectivamente Asgard era un hermoso lugar, lástima que tuviera un rey como Odín. Golpes fuertes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.
-¡Sal de ahí maldito Jotun ya es hora de que vuelvas a la sala de torturas! - El pelinegro se estremeció. Pasaba de nuevo. Estaba apenas recuperándose y ya lo querían de vuelta ahí. Se apego a la pared con temor. La puerta fue sacudida unos momentos para después ceder y abrirse completamente entrando 5 guardias armados con cadenas y armas.
-No pueden estar aquí, el príncipe Thor me ha ordenado no salir - Dijo decidido tratando de convencer a los guardias.
-El padre de todo está por llegar y ha mandado decir que te quiero listo para el interrogatorio - Dijo burlón uno de ellos agarrándolo del brazo y tirando de el - Vamos.
-¡No! - Trato de zafarse del agarre consiguiendo que lo abofetearan fuertemente cayendo al suelo con el labio sangrante, otro con fuerza lo tomo del pelo y arrastro fuera del lugar - ¡No por favor! ¡Yo no sé nada!
-¡Cállate! - Un tercer guardia lo golpeo con el mango de su espada en la cabeza, sangre caía de su cien. Otra vez fue alzado por el pelo, Loki pensó que lo dejarían calvo, estaba mareado y adolorido. Apeas y estaban cicatrizando las heridas anteriores hechas por el fuego sagrado y ahora venían nuevas a su colección, quiso llorar de impotencia.
-No más por favor… - Rogo con angustia, sus iris rojas reflejaban el pánico de todo ello.
-Jajajaja ni creas que pararemos con tus estúpidos llantos y ruegos - Soltó burlón el guardia que lo tiraba del pelo zamarreándolo nuevamente.
-Y que tal si es con una orden mía - Una voz profunda y enojada se escuchaba detrás de ellos. Todos voltearon al reconocerla, pero quedaron impresionados por el brillo azul furioso de los ojos que irradiaban del que los detuvo.
**** Continuara****