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Jugando con fuego por Ale Moriarty

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Notas del capitulo:

Dedicado a Mille. Escribo por ti we uvu

#PorMásSemesBajitos

Capítulo 1. Combustible

Siempre se me dijo que yo era más frío que una noche en la Antártida, muchas chicas se enamoraron de mí e incluso hubo hombres que cayeron presas de aquello a lo que las personas le dicen “encanto”, pero al final… todo acababa de la misma forma: una relación fallida.

—   ¡Dime la verdad! ¡¿Amas a alguien más?!

Siempre me gritaban y la respuesta era la misma en cada una de las ocasiones, un rotundo NO.

Excusas como “me aburrí, no eres nada interesante, esto no va a funcionar, no eres tú soy yo,” eran mi contraataque hacia ese fuego que había temido desde pequeño.

A veces los días se me hacían tan aburridos que pensaba en miles de cosas sin sentido como: ¿Qué pasaría si no existiera en este mundo? ¿Qué sucedería si me dejaba consumir por ese fuego? ¿Mi cabeza se haría pedazos si me lanzaba de la azotea de la preparatoria?

No me malentiendan, no odiaba mi vida ni estaba con un trauma que no me dejaba dormir por las noches, simplemente estaba harto de que nada me gustará, que todo fuera tan fugaz como la flama de un cerillo y que no llenará ese hueco que sentía en el pecho.

¿Acaso había nacido defectuoso?

El hecho de que sintiera que algo me faltaba había estado presente desde antes de que mi padre se marchará, esa sensación es algo que tengo desde que puedo recordar.

Pero bueno, el tiempo seguía avanzando y ya me había resignado a este sentimiento amargo, era mi último año de preparatoria y tenía que esforzarme al máximo, después de todo… yo era el presidente del comité disciplinario.

¿Cómo llegue a ocupar este puesto?

Aquello era una historia divertida que solamente los de tercero conocíamos.

Cuando estábamos en primer año, el estudiante de tercer año que estaba a cargo del comité decidió renunciar ya que la preparatoria era un completo caos, los yankees gobernaban la disciplina de la escuela y los profesores preferían ignorar la situación antes que involucrarse.

Entonces de forma “voluntaria” los estudiantes de primero fuimos llamados por el director de Seidou para postularnos de forma “opcional” por el puesto. Después de una larga deliberación donde todos se negaron a ocupar la vacante, uno de los estudiantes –Isashiki Jun- tuvo la grandiosa idea de que cada uno colocará sus nombres en un pedazo de papel, se escogerían tres y de allí saldría el presidente, el vicepresidente y el tesorero.

Y así fue cómo me convertí en el famoso presidente del comité quien elimino la delincuencia de la preparatoria Seidou.

No fue una tarea fácil… pero gracias a mi fuerza fui capaz de lograrlo, muchos de los yankees se sorprendieron de mi resistencia cuando pelearon contra mí y usando la violencia extermine la violencia, algo irónico ¿cierto?

—   ¡Ryousuke!—una de las chicas que forma parte del comité gritó mi nombre y deje mis cavilaciones para después, era tiempo de fungir mi papel como el presidente y darle la bienvenida a los nuevos estudiantes.

**************

Después de un discurso “motivador” que repetía desde el primer año, decidí fingir sentirme mal para escaparme de clases.

Ser presidente del comité disciplinario te daba la habilidad de la credibilidad. Muchas personas dicen que puestos como este lo ocupan personas honestas de corazón y que ven la justicia como la única verdad, pero seamos sinceros, yo ocupe este puesto basándonos en la suerte.

Me conocía lo suficiente para saber que mi perfil no era el adecuado para ser considerado como un ser “puro”.

Rebusque entre los bolsillos de mi uniforme y encontré un juego de llaves que le era dado únicamente al presidente y al vicepresidente. Cuando mentía sobre mis dolores de cabeza o resfriados me dirigía al mismo lugar: la azotea de la preparatoria.

En los días soleados como este, el aire era tan refrescante que incluso cuando el techo estaba duro… podía dormir por unas dos horas seguidas.

Cuando por fin llegue a la puerta de la azotea me di cuenta que no estaba asegurada ¿acaso el estúpido de Miyuki Kazuya seguía haciendo esta clase de cosas para hacerme enfadar? Ese mocoso era uno de los estudiantes que más problemas me habían dado desde el año pasado.

De solo imaginarme esa sonrisa presuntuosa en su cara sentía mi sangre recorrer todo mi cuerpo hasta llegar a mis nudillos, le sacaría la mierda a ese bastardo.

Abrí la puerta y busque con la mirada a Miyuki pero en lugar de ese odioso cabello castaño me topé con una cabellera de color verde, un color que no había visto antes.

A unos cuantos pasos de mí, estaba el cuerpo de un chico que nunca antes había visto, me acerque con cuidado solo para darme cuenta que el sujeto estaba profundamente dormido.

Vi su uniforme y me di cuenta de la corbata azul, era un estudiante de segundo año ¿acaso era nuevo? Me cuestione sin dejar de analizarlo, su camiseta blanca estaba fuera de sus pantalones, la tenía arrugada, varias cadenas de metal estaban colgando de sus pantalones negros, tenía rastros de cortes en sus nudillos lo que me hacía llegar a una muy obvia conclusión.

¡Un delincuente había llegado! Un yankee sin remedio.

Todos tenían las mismas pintas y de alguna forma parecía que estaba escrito en alguna clase de constitución de delincuentes que, tenías que irte a dormir en la azotea después de faltar a tu primer día de clases para considerarte un yankee al 100%

Que poco original.

Estaba a punto de darle una patada en el estómago para despertarlo, pero algo me detuvo. No sé en qué momento me quede como idiota vislumbrado ese brillo que tenía el rostro de aquel desconocido bajo la luz del sol matutino.

Ese chico que era menor que yo… pero tenía una cara tan llena de paz que me genero algo de envidia ¿Cómo podía estar tan tranquilo estando tan indefenso?

En un instante todo se distorsiono a nuestro alrededor, no supe cuánto tiempo pasó, solo sé que el día aun no finalizaba porque la noche aún no se hacía presente.

Me sentía como un depredador mirando a un animal desprotegido… esperando lentamente a que…

—   Mngh…—me sorprendí ante el ruido y observe como los ojos del otro se abrían lentamente, su mano se estiro hacia mí y yo me quede petrificado ante tal acto.

¿Qué es lo que quería?

—   ¿Eres un ángel?

….

¿Eh? Fue el único pensamiento que inundo mi cabeza ¿ese imbécil acababa de compararme con un ángel? Quería arrastrar su estúpida cara por todo el suelo hasta acercarlo a la orilla del techo y luego soltarlo hasta el suelo.

—   ¡¿Qué mierda dices?!

Exclamé con más fuerza de lo que quise y lo desperté por completo, este dio un brinco hasta quedar sentado.

—   Oh… ¿pero qué…? ¿Quién eres? ¿Dónde? ¿Qué hora…? Eh… hola

Estaba perplejo ante la presentación de aquel yankee de poca monta. Me estrese un poco, pero decidí actuar el papel de ser “genial” aunque quisiera pisotearlo. Él idiota había tocado una fibra sensible en mí… detestaba que me compararán con cosas que yo consideraba “delicadas y hermosas” porque en mi mundo aquello era signo de debilidad, y yo no quería que los demás vieran la fragilidad que me empeñaba en esconder.

—   ¿Qué demonios haces aquí arriba?

—    Hey~ que poco amable eres… Senpai~—al escuchar como canturreaba aquella palabra pude deducir que se había percatado de mi grado debido a mi corbata roja—después de todo tú también estás aquí arriba ¿no?

Touché. Acababa de ser señalado por este chico anónimo.

De alguna forma… todo mi malhumor se desvaneció tan repentinamente como llego.

—   ¿Cuál es tu nombre Senpai?

Me tomo desprevenido y solamente me rendí. Este chico decía y hacía cosas demasiado inesperadas.

—   Di primero el tuyo

—   Me llamo Kuramochi Youichi, acabo de mudarme a esta ciudad hace unos pocos días… así que estoy realmente cansado

—   ¿Es por eso que decidiste venir a dormir a este lugar?

—   Sí, he de admitir que dure bastante tiempo intentando abrir la cerradura, en mi antigua preparatoria la azotea ya no tenía puerta

Escuche una ligera risa que me lleno de un sentimiento cálido, era como si los rayos del sol hubieran decidido calentar mi pecho.

¿Qué estaba sucediendo?

—   ¿Vienes de una escuela de yankees o algo así?

—   Bueno… he de admitir que si era una preparatoria de mala fama… si es lo que preguntas, uno tenía que defenderse o aceptar un cruel destino y nunca he sido de los que se rinden

—   ¿Entonces eres fuerte?

Le pregunté con curiosidad ya que necesitaba saber si este chico me daría problemas, al menos no tenía el cabello teñido de rubio, no quería recurrir a rapar su cabeza como hice con algunos idiotas que no querían respetar las reglas.

—   ¿Por qué lo preguntas? ¿Quieres pelear? —oh, así que al final era un idiota como los demás, apreté mis puños pero repentinamente escuché esa fina risa que me seguía sonando raramente… ¿interesante? No sabía cómo describir este sentimiento de aturdimiento que me provocaba. —Vamos, solo relájate Senpai… no vine aquí para ser igual a como era antes, quiero disfrutar mis años de preparatoria sin tener tantos problemas, veo que aquí los yankees son cosa del pasado ¿el comité disciplinario es tan estricto en este lugar?

—   Eso creo… yo soy el presidente

—   ¿Ehhhhh? ¿Tú? —escuché la sorpresa en su voz y comencé a irritarme más y más ¿acaso me estaba juzgando en base a mi apariencia?

Me enervaba cuando la gente hacía aquello, es como si prendieran dinamita en mi cabeza.

—   ¿Por qué te sorprendes?

—   ¡Oh! Es solo que no me imagine que el presidente del comité disciplinario fuera…

Y allá va, la típica oración de “tan pequeño y delicado”, me sabía tan bien el discurso que me ponía a la defensiva anticipadamente.

—   …a escaparse de clases, sí que tienes una personalidad interesante

Abrí los ojos con tanta sorpresa que estoy seguro que se pudo ver el peculiar color rosa de mis iris ¿esta persona estaba desafiando mis suposiciones? Era un chico realmente peculiar a comparación de cada una de las escorias con las que me había topado a lo largo de mi vida.

—   Oye Senpai… no me has dicho tu nombre…

—   Kominato Ryousuke

—   Entonces te diré Ryo-san

Y entonces puedo asegurar que en el momento en el que Youichi afirmó eso y volvió a acostarse en el suelo para relajarse… pude sentir que él era mucho más cálido que el mismísimo Sol.

Porque dentro de mí… comencé a sentir como aquel corazón que todos catalogaban de gélido empezaba a descongelarse.

Y tuve miedo…

Tanto miedo de ese gesto que me dejaba desarmado.

¿Acaso había encontrado a mi desgracia?

—   Ryo-san…

—   ¿Ah?

—   Deja de estar parado como estatua… hazme compañía, después de todo los dos nos escapamos de clases

Vi como palmeaba el suelo al lado suyo y sentí una fuerza magnética que me atrajo, me deje guiar a mi nuevo destino.

Quería saber qué clase de sentimiento acababa de experimentar…

Esta curiosidad podía ser mi final, pero estaba dispuesto a aceptarlo.

Me acosté en el frío suelo y observe las nubes dándome cuenta que algo que siempre pasaba desapercibido ante mis ojos, ahora mismo era tan colorido y cautivador.

—   Esa tiene forma de un pequeño gato ¿no lo crees?

Lo miré de reojo y note su felicidad por algo tan banal ¿acaso me estaba provocando con aquellas acciones? Tal vez él estaba entretenido con el espectáculo que estaba sobre el cielo, pero yo…

Prefería mirar sus pequeñas reacciones, no quería perderme ni una.

El amor es una cosa muy extraña Ryou-chan, es como un monstruo que se disfraza de algo hermoso”

Ah… querida madre… al parecer había encontrado el combustible de aquel fuego que tanto me asustaba… y en lugar de temerle, estaba expectante de saber cómo se sentiría.

—   Sí… es como un pequeño gatito

 

Continuará...

Notas finales:

Apreciaría mucho leer sus reviews. Me dan ánimos de continuar uvu


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