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Hold Out por Kurenaix1

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Tadatoshi Fujimaki y solo los utilizo para... beh no se me ocurre que poner.

 

Notas del capitulo:

Hola, aquí traigo el OS del HimuIzu Day que subí en Wattpad porque el 5 de diciembre esta página no existia, es muy pesado, diría que es hasta desagradable de leer, Aun así estoy conforme con lo que escribí, creo que grafica bien lo que quería mostrar, además lo hice en un momento no muy agradable de mi vida, es increíble cuanto de las frustraciones personales pueden traspasarse a un fanfic.

 

Quiero pedir disculpa por adelantado por las faltas que esto pueda tener, soy una atarantada y por más que reviso se me pasan muchas cosas.

 

Este OS va unido a uno de los Drabbles de parafilias que escribí para el cumpleaños de Himuro, http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=182501&chapter=4, esto viene siendo el contexto en el que se dio el Lemon de ese fanfic, lo hice porque varios me pidieron que no dejara la historia con un final tan abierto.

 

Gracias por el Apoyo, prometo esforzarme en reparar mis errores y seguir mejorando.

Estaba enamorado de Hyuga desde hace mucho, en esa fiesta cumplió uno de sus "anhelos", un estúpido error que los perseguiría y le pondría la vida de cuadritos a ambos, Izuki se arrepentiría tanto de eso que sucedió a consecuencia de una noche de placer en una borrachera.

Como si todo conjugara en su contra quedó embarazado, la noticia fue sorpresiva, pero no le desagradó, la idea de afianzar de esa manera lazos con Junpei era bastante "buena" a su parecer.

 

Al enterarse ambas familias les exigieron casarse y vivir juntos. Shun había estado cometiendo muchos errores, tanto así que en una ocasión había llegado a la cárcel por meterse en pleitos callejeros, su madre le recordaba siempre lo decepcionados que estaban todos de él, ya no deseaba darle más disgustos a nadie.

 

Acató sin protestar, en parte por obligación, pero estaba muy ilusionado con Hyuga, jamás se le había confesado, pero lo quería más allá de una amistad, este aceptó vivir junto a él y hacerse cargo del niño, aunque nunca dejó en claro sus sentimiento, pero como decía su familia "el amor viene después, con los años y la costumbre"

 

Ojalá hubiera sido tan fácil, porque poco pasó para que el castillo de cristal que había construido a base de ilusiones banales se desarmara, todo el futuro como una "familia feliz" que tanto había anhelado no era más que una mentira, se sintió como un estúpido, Junpei estaba de pareja con un sujeto desde hace mucho según descubrió cuando este dejó por descuido en la recamara una carta de su amado por su "aniversario" de cinco años.

 

— ¿Por que no me dijiste que tenías pareja? —Lo increpó cuando llegó esa noche, este no se dio mucho por aludido, incluso Shun podría pensar que había dejado el sobre a propósito.

 

— ¿Y para qué? ya estamos jugando a la casita feliz ¿O no? eso era lo que querías, amarrarme con un hijo. —Contestó sin darle mayor importancia.

 

— ¿Por que jamás me lo mencionaste? lo de esa noche fue un error, yo no planeé que termináramos así, lo mío no pasaba de un enamoramiento, no soy tan maquiavélico ni inteligente para hacer un plan para quedarme contigo, ridículo.

 

—Izuki, eres un idiota, tomas pésimas decisiones, eres un adulto muy estúpido, dejaste que tu familia manejara tu vida y terminaste arrastrándome a mí.

 

—Yo no te obligue a vivir conmigo, has estado fingiendo tener una familia a mi lado y resulta que todo es una mentira ¿Y me dices a mi idiota? debiste mencionarme que llevabas cinco años con otra pareja en vez de hacerme creer que lo nuestro tenía futuro, eres un bastardo.

 

— Lo hice por mi abuela, tu estúpida madre se puso de metiche a ponerle cosas en la cabeza sobre que "debía responsabilizarme" por esa cría, he aguantado dos meses sin quejarme, únicamente por su salud, es anciana y esta delicada, no quería que se preocupara, yo tengo pareja, no te quiero ni a ti ni al bebé me haré responsable monetariamente y pagaré el alquiler de este departamento, se acabó, tú y yo no somos nada, podemos fingir si quieres, pero mi corazón pertenece alguien más y tengo la intención de estar con esa persona apenas nazca tu hijo, para ese entonces mi abuela ya se habrá marchado de Japón.

 

La revelación lo dejó en shock, era un idiota por creerle a Hyuga, recordó con impotencia cuando le contó lo del bebé y le dijo que estuviera tranquilo que se solucionaría y lo apoyaría, todo había sido una falsedad, le llenó de rabia, estaba condenado a vivir aquella mentira.

 

Ahí fue cuando tomó conciencia que a la edad que tenía únicamente había hecho estupideces, veinticinco años de ser una persona que sólo gasta oxigeno. Lo habían echado de su trabajo de ilustrador y ahora vivía de mantenido, era hora de cambiar su vida, dejar de ser una lacra que vive el día y empezar a velar por el bien de su hijo, que era quien tenía menos culpa en ese entramado, no lloró por su corazón roto, solamente estaba profundamente decepcionado con aquella persona a la que creía amar.

 

Tenía pocos amigos, antes de que pasara lo que pasó el ex capitán de Seirin era uno de ellos, estaba también Kiyoshi, pero ahora que él estaba casado con Hanamiya casi no lo veía, al parecer a Makoto no le agradaba, el resto de sus queridos ex compañeros del equipo eran un misterio, se separaron poco después de egresar.

 

Había un chico que conoció en el instituto de arte donde estudió, él era ahora el más cercano de sus amigos, su confidente, quien le ayudó a conseguir algunos trabajos en su rubro, Kasamatsu Yukio vivía cerca y estaba al tanto de lo que estaba sucediendo en su vida, su único apoyo y la única relación normal dentro de ese mundo de mentiras que habían creado.

 

/////////

 

Ya tenía cuatro meses de gestación, y las cosas iban de mal en peor, las discusiones con Hyuga eran constante y llegaban a los golpes por parte de ambos, no se soportaban, ni siquiera el cariño que habían tenido siendo amigos los salvaba de las palabras hirientes y las agresiones físicas, Shun no se sentía indefenso por su condición, podía protegerse, no era más débil que el de lentes, pero si tenía algo de desventaja.

 

Cada día era más difícil vivir con el peso de esa mentira ¿Pero que podían hacer? ambos estaban atrapados haciéndoles creer a los demás que eran una joven pareja feliz en la "Dulce espera de su primer niño" incluso visitaban a sus familias, fingiendo caras felices y momentos románticos, se asqueaban con su hipocresía, cuando volvían a casa todo comenzaba mal otra vez, un círculo vicioso, tóxico y sin escape.

 

Al menos el de lentes tenía alguien a quien amar, esa persona que lo hacía sonreír cada vez que miraba su teléfono, aquel que lo llamaba tarde en la noche y que le robaba los fines de semana en los que no tenían que ver a sus familias, sentía celos, no era fácil olvidar el amor que le tenía, estuvo enamorado de él desde hace mucho, no quería terminar odiándolo.

 

Su vida era una jodida mierda, aun así quería mucho a ese niño, lo único verdadero en toda esa podredumbre.

 

Un día cuando ya no aguantaba más, le contó a su madre que las cosas no andaban bien con Hyuga y que probablemente se separarían, ella reaccionó muy mal diciéndole que no lo quería volver a ver si lo único bueno que había hecho en ese tiempo tendría un mal final, y así fue, no lo volvió a llamar, Shun estuvo algo aliviado de quitar esa presión de su vida.

 

Estaba trabajando en casa, Yukio le había conseguido pequeños empleos que le permitían ahorrar para el bebé, ya tenía seis meses, ilustraba unos libros infantiles, le enternecía demasiado ese tipo de relatos que eran para niños pequeños, donde todo era bonito y vivían felices por siempre, era dichoso al menos haciendo su trabajo, le distraía de su realidad gris, también apreciaba las visitas de Kasamatsu, sentía una gratitud infinita por su único amigo, Hyuga se aparecía unas tres veces por semana y le dejaba algo de dinero, de vez en cuando dormía ahí, seguían peleándose de mala manera, hasta le había dejado marcas en su último enfrentamiento, bueno esa vez él también le había tirado un plato que le dio de lleno y le quebró las gafas.

 

El lugar donde vivía era muy tranquilo, tenía varios vecinos que ni se imaginaban lo que sucedía dentro de su hogar.

 

Últimamente había estado interesado en un tipo que vivía enfrente de su departamento, le llamaba la atención lo atractivo y amable que era este, siempre conversaban de cosas sin importancia, le encantaba la cordialidad con la que lo trataba y podría jurar que le coqueteaba, si claro "como si alguien pudiera fijarse en una lacra redonda como él" pensaba después de fantasear un rato con el sujeto de nombre Himuro.

 

Incluso Kasamatsu se fijó en una de sus visitas la extraña química que tenían ambos.

 

— ¿Qué pasó aquí?

 

—Nada, es un vecino, es muy simpático, me trata bien.

 

—Mmm ¿Y cómo van las cosas con Hyuga?

 

—Mal, seguimos igual, peleamos cada vez que nos vemos.

 

—No dejes que te lastime.

 

—También lo lastimo, no soy una víctima, muy al revés de lo que quisiera lo único recíproco entre ambos es la violencia, también lo golpeo.

 

—Tsk, tú estás preñado idiota, un mal golpe y adiós bebé y con el poco amor que le tiene tal vez es lo que está buscando.

 

—Nunca lo pensé así, tendré más cuidado.

 

—A mi jefe le gustó mucho lo que hiciste con el último escrito, te mandará más trabajos, así que ánimo.

 

Las cosas parecían mejorar un poco por esos pequeños detalles de su día a día.

 

Himuro y él seguían saludándose y cada vez conversaban más, últimamente notaba las miradas furtivas que le daba y aunque era bastante inexpresivo habían pequeños indicios que no escapaban a su vista de águila, parece que el del lunar gustaba un poco de él.

 

Había tenido meses difíciles, se odiaba demasiado, pero habían días en que sentía que podía ser mejor, decidió que tal vez debía intentar hacer que pasara algo con Tatsuya y su evidente coquetería ¿Qué tan malo podía ocurrir? lo peor era que lo insultara y le dijera lo asqueroso que era tratando de llamar su atención en el terrible estado tipo "pelota" que se cargaba.

 

Un día venía del mercado con muchas bolsas pesadas, el ascensor estaba malo, se encontró con Himuro y este ofreció de inmediato su ayuda, en agradecimiento le invitó una cerveza, ahí fue cuando tomó la decisión de probar suerte y pues le resultó, bastó sólo un poco para darse cuenta que al sujeto le ponía demasiado duro que estuviera en un estado de embarazo tan avanzado.

 

Esa tarde follaron como conejos, estuvieron cuatro horas en sesiones de sexo, a ambos les faltaba ese tipo de encuentros, Shun se sintió muy bien al saber de que alguien pudiera tomarle ese tipo de atención y es que Tatsuya le decía que era hermoso, que le gustaban sus curvas e incluso después de cogérselo le dijo que si Hyuga lo volvía a lastimar le avisara y él se encargaría.

 

No pudo evitar pensar un montón de cosas, entendía que su vecino sólo se había quedado por sexo, este le había dicho que quería repetir y bueno a decir verdad no tenía problema, pero le había dado pánico lo que sintió al acostarse con él, era tan inmaduro y estúpido que temía ilusionarse.

 

¿En qué mundo alguien como Himuro Tatsuya, soltero, asquerosamente sexy se fija en una pelota mal inflada?

 

No debía ilusionarse, sólo disfrutar de los acostones con él.

 

No supo cómo pasó, pero los siguientes días continuaron con esa relación de sexo, se turnaban las casas, era entretenido, demasiado erótico, jamás alguien le había hecho sentir así, tan lleno de vida, Himuro era un excelente amante y también un buen hombre, nunca llegaba con las manos vacías, le llevaba dulces, galletas y pasteles, le había contado que tenía un amigo pastelero al que le hacía la contabilidad del negocio por eso siempre sus regalos eran tan azucarados.

 

—Si me sigues alimentando así me voy a poner más redondo.

 

—Bah eso es lo de menos, lo que más me gusta de ti son tus curvas.

 

—Tienes un pésimo gusto, que susto.

 

— ¿Qué fue eso un juego de palabras?

 

—Ya me empiezas a conocer mejor, eres una persona muy buena Tatsuya.

 

—Lo dices sólo porque te traigo pastel ¿cierto?

 

—No, tonto, nadie más se toma la molestia de preguntarme por mi hijo, tú y mi amigo Kasamatsu son los únicos, es como si nadie quisiera a este niño.

 

— ¿Y tu familia?

 

—Ellos viven de las apariencias, no me quieren demasiado, soy una persona horrible que siempre les dio problemas, mi madre ya no me habla y mis hermanas creen que su hermano es una puta. —Hizo una pausa, al parecer le dolía. — Y tú ¿Tienes familia?

 

—Están en el extranjero, acá solo vive a mi hermano que acaba de comenzar a vivir con su pareja, bueno su novio era el amor de mi vida, así que comprenderás que no ha sido fácil para mí.

 

—Lo siento.

 

—Estuvimos juntos bastante años, pero el trabajo que tenía antes no me permitía estar con él demasiado tiempo, mi hermano y él se fueron enamorando, vivíamos los tres juntos, fue inevitable, ambos estaban muy afectados cuando me lo contaron, hasta cierto punto entendí y vi cuánto se querían, me hice a un lado y así terminé viviendo en el edificio.

 

—Tu ex debe estar ciego o lo tiraron de cabeza cuando chiquito, yo jamás te hubiera dejado, eres una persona muy linda. — Le acarició la mejilla.

 

Himuro lo miró a los ojos, realmente Shun era tan bonito, en ocasiones compartían esos momentos de intimidad donde podían decirse de todo, tenían una complicidad de confidentes, pero pronto la pasión los hacía olvidar los dolores del alma, para eso se juntaban, a saciar sus instintos.

 

Shun se colocó a horcajadas sobre él, la prominente barriga de seis meses, se sentía tibia, Himuro se relamió, tenía muchas ganas de probar ese cuerpo como tantas veces ya lo había hecho, colocó sus manos por debajo de la playera acariciando esa redondez, sentía a la criatura moverse dentro, era algo fascinante, pensaba en cómo sería si ese bebé fuese suyo, si Shun y él fueran pareja, seguro serían muy felices, trató de despejar su cabeza y seguir en lo suyo, estuvieron ahí en el sofá dándose caricias un rato, besos y abrazos algo no tan caliente, poco a poco esa relación se iba convirtiendo en algo más afectivo, finalmente terminaron en lo de siempre, sudados y desnudos sobre la cama que pertenecía a otro, a Tatsuya no le molestaba ser el amante, aunque no estuviera acostumbrado a ser el personaje secundario de una historia, pero estaba dispuesto a eso, quería pasar más tiempo con ese dulce chico.

 

Pasaron dos meses, Izuki ya iba por las 35 semanas de gestación, faltaba muy poco para que el bebé naciera.

 

Le asustaba la complicidad que se daba entre ellos, Himuro era muy amable, se preocupaba por él y hasta por el bebé e incluso a veces lo acompañaba a comprar y salían por ahí.

 

A veces le atacaba la tristeza de pensar que cuando el bebé naciera Tatsuya ya no estaría ahí para él, le había confesado que la atracción sexual que sentía era por su estado, que patético pensar que estaba buscando desesperadamente la atención de aquel extraño sólo porque este lo trataba bien.

 

La gente del edificio comenzó a hablar sobre su relación, se compadecían de Hyuga que trabajaba tanto y lo malo, perverso y degenerado que era Shun acostándose con otro hombre en un estado tan avanzado de embarazo.

 

Un día llegó a oídos de Hyuga, Shun no parecía preocuparse por tal cosa, después de todo este estaba de lo mas bien con su amante.

 

—No me importa con quien estés, pero al menos deberías guardar las apariencias, ese era el trato Izuki Shun, no me gusta que me vean como el cornudo. — Entró de manera violenta a la habitación, Himuro se había ido hacía poco.

 

— ¿No sé qué quieres? tú todo el tiempo estás con tu amante, y encima te das el lujo de venir a gritar acá cada dos días, estoy cansado.

 

—Eres muy estúpido ¿Cierto? No sé quien tenga el estómago para querer revolcarse contigo, pero no te creas tanto, nadie te querrá así como estás, espero no te empieces a ilusionar con ese sujeto, pero no me quieras ver la cara de idiota, te dije que fingieras, ahora todos en este maldito lugar hablan de nosotros — Lo tomó fuerte del brazo y lo zarandeo un poco. — ¡Recuerda que el que te mantiene soy yo, porque además de estúpido eres un inútil, no sé en qué momento me relacioné con alguien tan patético, ni siquiera como amigo servías!

 

Izuki intentó contenerse, si le respondía seguro le iba a ir peor, le dolía el brazo, intentó zafarse del agarré pero Hyuga lo tomó del cabello, no me importas ni tú el jodido crío, pero vamos a ser una maldita familia feliz hasta que mi abuela se vaya del país.

 

—Estás gritando mucho Hyuga, nos van a escuchar los vecinos, Shun le mostró una sonrisa burlona que le hizo perder la paciencia, le dio una cachetada, estaba furioso, le molestaba que se revolcara con otro tipo aún teniendo adentro a ese engendro que poseía su ADN, sabía que era un bastardo egoísta porque hacía lo mismo, no podía explicar su rabia, pronto recordó a Mibuchi, su amante, el amor de su vida, siempre le decía que le tuviera paciencia a Izuki que estaba en un estado delicado y vulnerable que ya cuando naciera el bebé todo sería más fácil, pero no podía controlarse por siempre, ese estúpido lo sacaba de sus casillas, Reo era diferente al tarado de Shun, incluso lo había perdonado cuando cometió el asqueroso error que ahora tenía casi ocho meses, lo amaba y le dolía tener que fingir y no poder presentarle a su familia a quien consideraba el amor de su vida, sabía que era injusto al descargar su frustración con su ex amigo, pero siempre pensó que este lo había atado con ese hijo a propósito, le tenía mucho rencor por haberle truncado la vida así.

 

Shun se limpió la comisura del labio, el sabor de la sangre se agolpó en su boca, estaba muy indefenso ante eso, recordó lo que Kasamatsu le dijo, tal vez Hyuga intentaría deshacerse del bebé, no sabía si eso había pasado por la cabeza del sujeto, pero tomó la lámpara de la mesita de noche y le dio un golpe, el trayecto que corrió desde su habitación hasta la puerta se le hizo eterno, el de lentes venía tras el enajenadamente, la maldita puerta de la calle no se abría y el ex capitán le dio alcance.

 

— ¿Dónde vas? ¡Maldita sea!

 

—Sólo... déjame salir de aquí, no me hagas nada.

 

—Deja de hacerte la víctima, maldito idiota.

 

— ¡Quiero salir!

 

— ¿Para qué? ¿Dónde vas a ir?

 

—Por fin la puerta se destrabó, no sabía si Himuro estaba en casa, pero era el único a quien podía recurrir, se abalanzó sobre la puerta de este y le golpeó bastante fuerte.

 

—Shun deja de dar semejante espectáculo, por favor, no te hice nada, vamos a casa y conversemos esto. — Hyuga parecía preocupado.

 

—No voy a volver contigo adentro, me vas a matar.

 

—Deja de ser tan estúpido.

 

En eso salió Tatsuya, tenía mala cara, Shun se escondió tras él.

 

— ¿Que pasa Shun, por que el escándalo?

 

—Ayúdame, no quiero volver con él.

 

— ¿Te pegó de nuevo este idiota?

 

—No puedo creerlo Izuki, llamas a tu amante para que te defienda, mira qué asco de persona eres.

 

—Le dices que es un asco, pero tú has estado actuando igual, no lo justifico, me gusta bastante revolcarme con él, pero no tienes derecho a maltratarlo o pegarle, además fuiste una mierda con él primero, no deberías olvidar que lleva a tu hijo dentro. —le escupió enojado Tatsuya mientras apretaba los dientes, estaba cabreado, desde hace semanas le tenía ganas a Hyuga y al fin se lo encontraba, el de lentes retrocedió, no quería problemas con ese tipo, ahora que todo se había ido al carajo, lo mejor era alejarse.

 

Tenía a Mibuchi, debía centrarse en su relación, había sido un idiota al arruinarse la vida con Izuki teniendo a alguien a quien amaba de verdad, sintió el golpe que le dio Himuro, cayó hacia atrás, luego más golpes, hasta que únicamente escuchaba los gritos de las personas que habían llegado a presenciar el escándalo, pensó que iba a morir, pero logró arrastrarse hasta su departamento y cerrar la puerta.

 

¿Por qué había hecho eso? Pensó en todos los errores que había cometido con Izuki, con Mibuchi, con su abuela, era hora de poner un final a todo eso.

 

Himuro se tocó los nudillos, le dolían, Junpei se había quedado impávido esperando los golpes, se dio la vuelta y abrazó a Shun, no entendía porque, pero no dejaría que ese tipo volviera hacerle algo, ya lo habían conversado varias veces. Entendía que sólo era el amante para pasar el rato, pero realmente quería conocer mejor a Izuki, si bien se había acercado a él solo porque le llamaba la atención y le ponía su sexy figura, había aprendido a comprender y apreciar a ese ser tan fracturado como él, que le hablaba de cosas melancólicas de vez en cuando y lo hacía llegar al cielo de gozo, no quería verlo sufrir, le gustaba.

 

— ¿Quieres ir al hospital para que vean tus lesiones y denunciarlo?

 

—No, solamente quiero quedarme lejos de él, yo también tengo la culpa de esto Tatsuya.

 

—Se hará como digas, puedes quedarte en mi casa cuanto quieras.

 

—Yo no sé bien que va a pasar ahora, a mi hijo no le ha hecho bien todo esto, sé que estuvo mal que engañara a Hyuga, pero.... ya no quería estar sólo, soy un inmaduro y se que no merezco nada, ni siquiera tu compasión.

 

—Shun todos hemos cometido errores, tranquilo, voy a ayudarte, te he aprendido a apreciar mucho en estos meses.

 

—Eres un hombre libre, no deberías seguir enredándote con un tipejo como yo.

 

—Nahh hombre está bien, además ya le agrado a tu hijo ¿verdad? — le tocó la barriga con cariño. — Todavía estás temblando, ya pasó todo. —lo abrazó contra su pecho, en es momento Himuro pensó que se había salido de su control, el plan era acostarse con él y tener un buen sexo con ese cuerpo sexy y apretado, pero le había agarrado cariño a él y a su bebé al que molestaba casi a diario.

 

Esa noche fue la primera vez que durmieron juntos sin hacer nada más que abrazarse, por la mañana escuchó ruidos afuera, arropó a Shun y se levantó, al abrir la puerta se encontró con que Hyuga iba saliendo con sus cosas, a su lado un sujeto bien parecido quien supuso era su amante.

 

—Es lo mejor que puedes hacer, lárgate de la vida de Shun y no vuelvas si no quieres más de lo que te di ayer. —le gritó con rabia, Hyuga no lo miró.

 

—Así que tú fuiste, pero que salvaje, desgraciado, horrible, mira como lo dejaste, no vas a volver a ponerle la mano encima o te las vas a ver conmigo. —Le contestó con enojo Mibuchi.

 

—Lo siento, la cosa no es contigo, no me gusta golpear a jóvenes guapos y que no se lo merecen, ya bastante tienes con este saco de basura como amante. —Reo lo miró con mala cara.

 

—Dile a Izuki que no seguiré pagando el alquiler, y que no sabrá nada más de mí, que se las arregle como pueda con el hijo que el mismo se buscó.

 

Himuro quiso ir a golpearlo, pero ya no valía la pena lo mejor era que se largara lo más lejos posible, así por fin Izuki encontraría la tranquilidad de sanar sus heridas y su amor propio.

 

Volvió dentro donde Shun seguía dormido, le acarició la frente, le gustaba mucho, y si bien estaba muy consciente de que había cometido muchos errores pensaba que no merecía esa existencia tan llena de problemas.

 

Cuando el ojo de águila despertó, estaba algo adolorido, se inquietó porque no recordaba dónde se había dormido, luego recordó los sucesos desastrosos del día anterior, Tatsuya estaba a su lado.

 

—Pensé que dormirías todo el día, Hyuga se fue, dijo que no pagaría más la renta del departamento y que jamás lo volverías a ver.

 

—Es lo mejor, estábamos destruyéndonos, él jamás querrá a nuestro hijo, no vale la pena que lo fuerce a hacerse cargo de él.

 

Al rato llegó Yukio, al final acordaron que Shun se iría a vivir con él ya que no tenía como pagar el alquiler, Tatsuya pensó en decirle que se quedara a su lado, pero finalmente decidió que no estaba bien.

 

///////

 

Tres meses después.

 

Shun se había mudado con Kasamatsu y compartían gastos, había conseguido un trabajo que podía hacer en casa, seguía ilustrando libros de textos infantiles, el bebé nació sin complicaciones, era muy llorón, pensaba que era su culpa, lo hizo pasar por mucho aun así el pequeño le permitía trabajar, Hyuga no se había acercado ni una sola vez a averiguar cómo estaban, había intentado avisarle por medio de amigos, pero la respuesta fue que no le interesaba, se enteró que Junpei estaba muy bien viviendo con Mibuchi y la familia de ambos aceptaba su relación, en cambio la suya estaba muy decepcionda de que nada le saliera bien, no habían ido a visitar al bebé, al parecer no muchas personas querían a su niño, atrás quedó el tiempo donde pensaba que podía ser diferente, le dolía mucho más que el rechazo hacia él, pocas personas estaban a su lado Kasamatsu era su apoyo, su mejor amigo.

 

Himuro lo había seguido visitando, ya no tenían sexo como antes, Shun pensaba que era porque ya no le "calentaba" sin barriga, pero seguía siendo tan amable con ellos, los visitaba unas tres veces por semana y cualquiera pensaría que era el padre de ese niño.

 

— ¿Ha llorado mucho hoy? —Preguntó Himuro.

 

—Más o menos, me dijo el doctor que sufre de cólicos, a veces me desespera no saber cómo aliviarlo, es tan pequeño y siento que solo vino al mundo a soportar mis errores yo tengo la culpa de lo que le pasa, seguramente sería más feliz si yo no estuviera, debería haberlo dado en adopción. — de pronto comenzó a llorar con desesperación al parecer se había estado conteniendo.

 

—No estés deprimido, eso suele ocurrirle a los niños pequeños. — en todo ese tiempo jamás había visto a Izuki quebrarse, nunca había llorado delante de él.

 

Lo abrazó intentando calmarlo, repitiéndole una y otra vez que no era su culpa, a Tatsuya le dolía, porque ese sentimiento que había estado incubándose en su ser era cada vez más fuerte y compartía su sufrimiento, Shun le gustaba, quería que ambos fueran suyos e intentar formar una familia, juntando los pedazos de ese ser humano roto con los suyos, darse una oportunidad.

 

—Shun, basta, se que ahora mismo las cosas no se ven bien, créeme que sé cómo se siente la soledad y el sentimiento de que nadie te quiera, también estuve solo, destrozado y traicionado, el tiempo cura todo, yo mismo creo que encontré algo mejor de lo que ya tenía, quiero estar a tu lado y apoyarte con tu bebé, no sufras, dame la oportunidad de ser la persona que los haga feliz.

 

El ojo de águila no supo cómo reaccionar a aquella pregunta, era irreal, tuvo miedo ¿Y si se estaba equivocando de nuevo? su vida era así, cada decisión que tomaba era la incorrecta y le traía más problemas, ahora tenía un hijo que ya de por si estaba sufriendo...

 

—Tengo miedo, si no funciona habrá algo más en mi lista de fracasos.

 

—Ha funcionado desde hace seis meses, no va a cambiar solo porque le pongamos un nombre. — Ahí se dio cuenta de que para Himuro estar a su lado era algo más que satisfacer los deseo que le provocaba su extraña parafilia.

 

— ¿Todavía te gusto, aunque ya no tenga barriga?

 

—Claro Shun.

 

—Está bien, intentémoslo, ya no hay nada más que pueda perder.

 

Se besaron y fundieron en un abrazo, tratarían de ser felices, de protegerse y repararse, esta vez ambos harían las cosas bien.

Notas finales:

Tal vez muchos odien a Hyuga, pero puedo ponerme un poco en su lugar, Shun no es una blanca paloma, ambos cometieron errores y se comportaron como unos malditos, no quería que Shun pareciera una víctima inocente porque no es así, cada acto tiene su consecuencia, así es la vida.

Creo que quedó muy cliché en algunas parte, debo trabajar en eso tambien.

Gracias por leer y perdón si la calidad no era la que esperaban.

 


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