Los días pasaban y cada vez que estaba con akihiko me sentia muy feliz. ¿Cómo puede ser que una persona me de tanta felicidad? No lo se pero es algo que pienso averiguar.
Ya no me sentía rechazado sino que en sus fuertes brazos encontraba todo el calor que necesitaba, no más burlas, no mas preocupaciones, solo una calma que abordaba todo mi ser y me dejaba tranquilo.
- ¡misaki odio historia!- gritaba el oji violeta mientras re rascaba la cabeza en señal de preocupación y rabia.
- tranquilo a mi tampoco me gusta pero si quieres aprobar deberás entenderla y comprenderla- y mientras tomaba el libro comenzaba a leerle de nuevo aquel relato de una batalla.
-misaki bajen a cenar- dijo mi padre mientras veía que estábamos arduamente estudiando desde la tarde en la que regresamos de la escuela
- si papa hay vamos- respondí jalando a usami al comedor.
Me agradaba ver que ellos se llevaban bien, por alguna razón mi sonrisa no desaparecía al ver como el peli plateado conversaba tan amenamente con Takahiro.
-misaki debo irme ya se me hizo muy tarde para regresar- dijo no muy convencido ya que en su rostro note una cara de tristeza y soledad.
- ¿quieres quedarte a dormir?- ofrecía con sinceridad. No quería que le pasara algo a la persona que mas quiero
-no, de verdad no quiero incomodarte- dijo mientras tomaba sus cosas pero yo no me iba a rendir
-por favor, tengo miedo de que algo te pase- conteste tomando su brazo
-esta bien- respondió y juntos nos dirigimos a mi cuarto para pasar a las siguientes materias.
No sabia como alguien tan inteligente como el tenia notas tan bajas, si se supone que el ya sabe los temas
-eto...Escucha, ¿por que tienes notas tan bajas si eres inteligente?- me atreví a preguntarle ya que no quería quedarme con la curiosidad
- algún día te lo contare- dijo acercándose demasiado a mi rostro- Takahashi- susurro en mi oreja mientras yo me ruborizaba por completo.
¿Porque tengo que ser así? ¿Y si me enamoro y luego el me lastima demasiado? No me puedo dar ese lujo porque se que no podré recuperarme luego de ese golpe.
-estas muy cerca- respondí sonrojado mientras el sin pensarlo unió sus labios con los míos.
Fue un contacto suave, delicado, tierno, sin nada de pasión o deseo.
Al principio me negaba a aceptarlo pero luego deje que mis emociones dominaran el momento y le seguí el beso, demostrándole que yo seria la persona que mas lo quiere en este mundo y que haría todo lo posible para verlo feliz.
-eres muy lindo cuando te sonrojas- me dijo mientras yo lo abrazaba fuertemente. Si era el, la persona que me amaría, que no me dejaría caer, se que puedo confiar en sus sentimientos e intenciones.
-por favor… no me lastimes, no podría soportarlo- continúe con una pequeña lagrima recorriendo mi mejilla.
-prometí no dañarte, eso haré- respondió volviendo a unir sus labios con los míos pero esta vez había pasión en ellos, como si deseara llegar a algo mas.
Solo nos quedamos hay, besándonos mientras nos abrazábamos profundamente. Cada uno era el protector del otro y no podíamos separarnos.
-misaki... Cuando nací mis padres no me prestaban atención. Su vida era constante trabajo, sin tiempo para criarme ni darme el amor que solo ellos pueden darme. Crecí solo, estudiando con la posibilidad de algún día agradarles, de que pudieran decirme” felicidades, hijo lo lograste” y me dieran el abrazo que tanto anhelaba recibir.
Pero esas ilusiones se rompieron cuando ellos se divorciaron.
Mi madre dijo que no se haría cargo de un bastardo como yo y mi padre tuvo que recibirme forzado, aunque se que jamás le agradare sin importar lo que haga.
Debes creerme, no hay peor rechazo en el mundo que el de tus padres.-
Al termina su historia una pequeña lagrima cayo de su mejilla y fuertes emociones crecieron en mi, no quería verlo llorar nunca mas, no podría permitirlo, seria yo quien lo acunara en sus brazos y le de su fuerza y valor.
-escúchame akihiko, no estas solo, siempre me tendrás a mi para lo que sea- dije dándole un tierno beso en la mejilla lo que hizo que el se sonrojara levemente.
-gracias castañito, estaría perdido si no fuera por ti- y besándome una vez mas nos dormimos con la oscura noche que daba señal a que nuestros sueños estaban por comenzar.
Los días fueron pasando y las muestras de afecto de usagi san crecían de sobre manera.
Si, comencé a llamarlo así porque me recordaba a un tierno y suave conejo cuando estudiaba matemática por lo que le puse ese apodo.
Nosotros seguíamos esforzándonos para poder pasar el año y así buscar nuestra libertad hasta el año siguiente el cual seria el último y mi cárcel se acabaría por siempre.
-¿en que tanto piensas?-dijo sensualmente abrazándome por atrás en el bello patio de mi casa, en donde las flores nos rodeaban y los pájaros cantaban
-nada, solo que falta poco para acabar el año... Y no se si seguiré viéndote- dije haciendo notar mi tristeza la cual el percibió y tomo mi mano en señal de que no me abandonaría.
No, el no seria como el resto, el cuidaría de mi como yo de el, podríamos ir a la playa, y besarnos bajo las estrellas.
¡Genial! Parezco colegiala enamorada vamos misaki reacciona. Diciéndome esto a mi mismo Salí de mi trance y con akihiko nos dirigimos a mi casa para seguir estudiando.
-ya falta poco amor concéntrate- le dije mientras el me veía sorprendido y yo no sabia como esconderme de su profunda mirada.
-eh,..eto..Lo siento- continúe disculpándome hasta que sentí unos labios que rozaban los míos y me hacían querer mandar todo al diablo para poder perderme en su mirada.
-usagi espera.. biología.. Ya falta poco concéntrate por favor- conteste alejándome de el para que pudiera estudiar y recibirse del profesional que algún día será.
-misaki prometo hacerte mío cuando todo esto acabe- respondió sin notar que mi corazón latía como loco por el, que sin importar que o cuando, me enamore de el de una manera en la cual se que saldré herido.
-tu solo estudia- dije arrojándole los libros divertidamente mientras que el con su típico enojo volvió a concentrarse.
Luego de unas horas se quedo dormido, se veía tan angelical cuando dormía, sus bellos ojos eran iluminados por la luna mientras que su cabello brillaba cual luz. Para mi era lo más perfecto que había visto.
Pronto mi curiosidad se dirigió a su teléfono celular el cual vibraba sin cesar haciendo que me fastidiara ya que podía despertarlo y arruinar esa hermosa imagen.
Cuando tome el pequeño aparato en mis manos solo saltaban mensajes de los cuales no entendía nada:
“¿ya lo hiciste?,¿ya le rompiste el corazón a ese?
“Oye akihiko mira que si no lo haces tu secreto será divulgado por toda la escuela y quedaras marcado de por vida.”
No entendía muy bien a lo que se refería y mejor era no preguntar por ahora.
- misaki, ¿sigues despierto? Dijo mientras me estiraba los brazos para que me acurrucara junto a el.
Sin querer ver mi verdad me dispuse a dormir nuevamente, pero no se porque presentía que algo malo iba a ocurrir.
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