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Monstruosa Obsesión por SadoBeastLexieSexy

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Notas del capitulo:

Este es el promer capitulo. Algo aburrido pero fundamental para que se entienda la trama :p

La noche era helada y ventosa, propia del octubre otoñal que se filtraba por las calles de la solitaria cuidad. Bastian caminaba de un lado a otro en el pasillo desolado de su edificio, donde vivía desde hace un par de meses. Esperaba atento el tono de llamada de su móvil que se movía con el impaciente chico en su mano.

El silencio y la espera fueron tajados por la mitad abruptamente por el sonidito que anunciaba la llamada en el aparato negro y ligero que paralizo a su receptor.

Atendió a la llamada deslizando con su pulgar el icono verde que temblaba en la pantalla frente a sus ojos, al otro lado pudo escuchar una respiración suave y pesada a la que pronto se le unió la armónica voz de su amigo Peter.

-Bastian, ¿estas libre hoy?- por alguna razón el chico al otro lado de la linea sonaba agitado y con prisa.

-Estoy libre ¿que pasa?- el castaño se removió en su chaqueta para dejarse caer en su destendida cama

-Ve a "La oficina" en media hora- chasqueo con la lengua- vístete bien- sentenció mas que haciendo una sugerencia y colgó el teléfono.

Con desgano se levanto pesadamente moviendo sus piernas a penas una en frente de la otra casi por inercia, se sentía exhausto, débil, hambriento y tenía una jaqueca de muerte que le provocaba un aumento considerable a su ya de por si mal carácter.

Busco en su armario con el mismo entusiasmo su mejor traje formal, y sin pensárselo demasiado se lo puso con rapidez, a la vez que roseaba un poco de perfume de la botellita negra semi transparente en los bordes de su cuello y en su pecho. Se miro al espejo y se tiro el cabello hacía atrás, frunciendo las comisuras de sus húmedos labios formando una sonrisa forzada y poco creíble.

Bastian era atractivo y lo sabia tan perfectamente como su oficio se permitía en demostrarlo, su piel blanquecina ligeramente atrigueñada se punteaba apenas por unas pecas diminutas en sus mejillas, media 1. 80 y estaba en forma, su cuerpo delgado pero perfectamente trabajado y esculpido hacia que cualquier cosa que se pusiera se viera realmente bien en el, su cabello castaño oscuro estaba corto y lo llevaba de lado con un pequeño copetillo punteado de lado cuyas puntas apenas caían ligeramente sobre sus ojos castaños color chocolate, brillantes, grandes y sensuales bajo un par de cejas delineadas, su nariz era moderada y respingada puesta perfectamente sobre unos labios carnosos y rosados, que enmarcaban su rostro perfilado haciendo de el un explosivo de atractivo a quien fuera que lo viera.

Desde hacía un tiempo había comenzado a trabajar para una agencia pequeña de modelos, en la que apenas empezaba a hacerse un nombre y sin embargo muy solicitado por su aspecto sensual que demostraba en cada sesión de trabajo.

Peter, que de hecho le superaba en edad, tamaño y fama, le instruía como un mentor y hacia fluir las cosas en cuanto a trabajo se trataba, como un hermano mayor que cuidaba de su pequeño sucesor con cariño, eso era para Bastian.

Avanzó por la puerta sin mirar atrás a su desordenado apartamento, aun con cajas sin desempacar sobre el piso de la estrecha salilla de T.V y con ropa tirada sobre el sofá negro en medio de esta. Guardo las llaves en su bolsillo después de asegurar la puerta numero 108 del último piso del edificio en el centro de la avenida Dolthes.

Bastian caminaba con desgano a una velocidad tan lenta que en un momento le pareció exasperarte y apresuró el paso carcomido por la curiosidad de lo que Peter iba a decirle, se lamió los labios y un millón de posibilidades pasaron por la mente del chico que miraba perdidamente a la acera grisácea frente a sus pasos. Después de unos minutos se topo de frente con la puerta de cristal desolada del edificio de su trabajo, le dio un empujón pasando a el lobby, una sala extensa adornada por innumerables fotografías de otros modelos, plantas ornamentales dr diferentes tamaños perfectamente conservadas y sobre la recepción una enorme pecera de cristal con betas púrpura y azules merodeando tímidamente en el agua.

Al fondo tras una pared beige encontró al rubio de ojos verdes llamado Peter sentado frente a unas personas vestidas tan elegantemente que le hicieron sentir un mendigo aun con su mejor traje, le hicieron una ceña para que se acercase y este lo hizo galantemente, con cierta nervia.

-El es Bastian de quien les hable, es un poco mayor de lo que se ve, solo tiene veinte años - sonrió maliciosamente- Y como pueden ver es perfecto para el trabajo-

Las personas se levantaron examinado de arriba a abajo al chico que ahora se sentía miseramente incomodo bajo las miradas que le recorrían cada detalle del cuerpo.

Por fin tras unos minutos que a el le parecieron eternidad el mas viejo de ellos hablo. Era un viejo decrepito con un asento italiano en su ronca y desgastada voz de anciano.

-Es justo lo que buscamos- sonrió e invito a Bastian a tomar asiento en la mesa

-Eres un tipo muy atractivo y estoy seguro de que ganas bien en tu trabajo actual-miro al sonriente Peter que casi contaba billetes con la mirada puesta en Bastian- Pero te puedo ofrecer algo con lo que ganarás diez veces el salario de un mes en un día-

El cuerpo de Bastian se sobresalto al escuchar esa tentadora oferta, ¿acaso le estaban ofreciendo ser un ganster o algo? Bajo la mirada intrigante y en cambio encendió el brillo codicioso en sus ojos destellantes.

-Estoy dispuesto a escuchar-

Tanto Peter como el anciano se relajaron sobre sus sillas e intercambiaron miradas cómplices para que luego el mayor de los dos hablara para el intrigado receptor.

-Quiero que trabajes como Playboy para mi-

Bastian se revolvió mentalmente y se les quedo mirando antes de decir nada, la suma que le ofrecían no estaba nada mal, y el vivir de su cuerpo era algo normal para el a estas alturas.

-Define Playboy- dijo en un tono de voz juguetón

-Solo vista no te preocupes, nada de sexo ni contacto físico excesivo, como un acompañante-

Se aferro al borde de su chaqueta pensativo y después de deliberarlo en su mente y con un poco de ayuda de la mirada pujante de Peter, se lamió los labios y cruzo la mirada con el anciano decrépito que ahora tenia un puro en sus mellados y resecos labios.

-Esta bien, acepto-

Se dio un apretón de manos con cada uno de los que estaban sentados allí y con un hilo de voz a su espalda -Comienzas el Lunes- se marchó a su departamento, con un peso inseguro en sus hombros y una incógnita preocupante dando vueltas en su cabeza.

Antes de dormir se pregunto adonde le llevaría su codicia y después de un par de bostezos se quedó dormido con una corazonada desconfiada en su pecho.
Notas finales:

¿Que les parecio?


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