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Monstruosa Obsesión por SadoBeastLexieSexy

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Notas del capitulo:

Aqui empieza la magia! ok no, disfruten el capitulo

La noche del Lunes llego contando gota a gota el nervioso anhelo de Bastian que esperaba jugando con sus manos tras la puerta enorme del elegante pub privado. Justo adonde le habían dicho que esperase, se revolvía con nervia repitiendo en su cabeza que quizá no fue buena idea aceptar este sombrío oficio.

Para su suerte de mierda la puerta se abrió desde adentro mostrando la galante sonrisa de un tipejo de unos treinta años con aspecto desaliñado y promiscuo, su traje blanco estaba ligeramente mas pálido que su piel y le resaltaba las canicas negras en las cuencas de sus hundidos ojos, llevaba el cabello castaño atado en una coleta por detrás y un aura de miserabilidad rodeaba su cuerpo alto y con olor a perfume barato mezclado con cigarro.

-Tu debes ser Bastian, pasa adelante- Sin decir nada camino tras aquel hombre mientras sus ojitos se iluminaron con las luces tenues del ambiente sobrio de aquel local, cómodos sofás y cojines de colores rojos y negros encendían una calidez abrumadora para el sobre las alfombras de piel. Aunque estaba vació, por la hora era obvio que no tardaría en llenarse de mujeres adineradas que buscaban una compañía afable y bien parecida. Dada la popularidad del negocio.

Quizá no sea tan malo, animo Bastian, no es tan difícil. Puedes con esta putada.

Finalmente se detuvieron en la parte de atrás del local que comenzaba a llenarse poco a poco, un par de chicos de baja estatura, cabellera teñida de azul y camisetas diminutas le vistieron y arreglaron haciéndole pensar -Que asco, maricas- mientras los veía moverse afeminadamente sin conciencia. Se miro en el espejo y se dio cuenta de que nunca se había visto mejor, el traje negro formal sin patrones era adorando sutilmente por la camisa de mangas largas color blanco que le tallaba por debajo, un reloj seguramente muy caro adornaba su muñeca derecha llamando la atención apenas un poco mas que su cabello peinado perfectamente hacia arriba, dándole un aire masculino y juvenil, que lucia perfecto en el.

No es que Bastian fuera un Homofobico a muerte, ni nada simplemente le disgustaba el pensar en un hombre que tenía sexo con otro hombre, pero ¿odio? no, no era odio sino mas bien extrañeza. Los dos chicos le guiaron a una barra del pub, donde se sentó y observo a las personas entrar por la puerta principal. Suspiro con desgano y se recostó en el respaldar de la silla con los ojos puestos en la tipa de uniforme de camarera, que acomodaba las copitas de cristal en la estantería.

-¿Me das una cerveza?- pregunto con voz juguetona a la rubia que en cuanto le miro se ruborizo intensamente por el atractivo chico que le sonreía encantador

-Claro que si guapo- le guiño un ojo sirviéndo el alcohol en una jarra cristalina - Yo invito- la rubia pechugona le guiño y se dio la vuelta sacudiéndose el cabello casi en las narices de Bastian.

Definitivamente voy a follarme a esta tipa.

Sobrio el primer trago de su bebida y miro como el local se llenaba de gente muy variada, unos eran hombres viejos como el italiano que le había contratado, otras eran mujeres de buen cuerpo y ropa elegante que probablemente engañaban a sus maridos y una que otra chica joven con sus amigas en una muy pulida despedida de soltera. Sentía curiosidad por saber cual de todas esas mujeres solicitaría su compañía, las cosas podrían salir bien después de todo, ademas de el pago que recibiría por parte de su jefe, Thiago, se hablaba de las buenas y regordetas propinas que daban los clientes del oficio, solo debía ser simpático, sonreír y actuar como si estuviera enmelado por su cliente cada noche y si, podría vivir de esto.



-De parte del caballero de aquella mesa- interrumpió la voz de la rubia que le extendía una copa alta con un trago color rojo brillante con azul moteado y un fuerte olor a alcohol, le señaló la mesa que se encontraba al otro lado del salón con morbo y se retiro sin decirle nada mas.

¿Que putadas? se pregunto Bastian con una media sonrisa, le causaba verdadera gracia que un tipo le invitara a un trago, y mas a uno tan pretenciosamente caro y llamativo. Ha de ser un viejo cojonudo que se ha quedado sin oportunidad de follarse a una tipa. Se afirmo esto mientras jugaba con la pajita celeste en el borde de la copa burbujeante.



El engalanado depredador se encontraba sentado en una solitaria mesa en diagonal al banco negro metálico en el que Bastian, sentado jugaba como un niño con la pajita sin darle aun un solo sorbo a la bebida que le había mandado. Se lamió los carnosos y rojizos labios, cabizbajo con una sonrisa, ni siquiera había planeando portarse mal esa noche, solo quería un trago decente en un pub privado, pero al entrar por la puerta quedo prendido de la belleza del muchachito de ojos achocolatados y piel blanquecina, que le pareció excepcionalmente perfecta para desgarrarla con sus colmillos y devorarla como un manjar hasta que no quedase nada. Su aroma le penetró las fosas nasales y le dilato las pupilas, exquisito, delicioso, tan abrumadoramente caliente y dulce que quería probarlo. Decidido se levantó caminando con una sonrisa gallarda en el rostro tan propia de el, quedó mirando la espalda y el cabello brillante del humano que inocente reposaba en la silla con la mirada pérdida.

-Veo que no te ha gustado el obsequio que te envié-

Bastian dio un salto por la impresión que aquella voz grave, apagada y gutural le causó al entrar en sus oídos. Unos brazos fuertes y musculosos se colaron a sus costados , acorralándolo entre la barra de cerámica y el cuerpo de este hombre que le miraba siniestro. El mayor giro el banco sobre su eje, a la vez el cuerpo de Bastian que quedo cara a cara con el, sorprendido por la apariencia del sujeto que lo tenía entre sus brazos.

Daba aspecto de tener 25 años, sus cabellos castaño claro estaban cortos a ambos lados de su cabeza y largos arriba, tirados hacia atrás de manera desordenada pero elegante, una barba moderada enmarcaba su rostro en un candado de pequeños vellos del mismo color resaltandole la pálida piel y sus masculinas facciones, tenia los ojos rasgados y duros, de color gris metálico con una mirada fuerte e inquebrantable que brillaba de una manera poco común, sus perfectas cejas pobladas terminaban de enmarcar su rostro que parecía tallado en mármol como una fina venus de milo, media 1.90, una altura poco común en estos tiempos y su cuerpo se definía en músculos trabajados que se pegaban a la camiseta blanca que llevaba bajo el traje informal, era masculino, fornido y bello.

-¿Como te llamas primor?- El entrecejo del chiquillo se frunció junto con sus cejas, se hecho para atrás pegando a la superficie de la barra su espalda y le miro a los ojos directamente. Como pocos humanos habían hecho antes, como se atrevía así este insignificante crío a no tenerle miedo, le intrigo y le excito aun mas el apetito.

-Bastian- casi escupió su nombre en la cara del mas alto, con rudeza y un tono de voz cortante.

El mencionado rió suavemente y se le acerco ahora por el costado-Lindo nombre pequeño...Me llamo Xander- se lamió los labios al sentir el aroma que desprendía esa carne joven y tersa -¿Quieres venir conmigo?- Sonrió tan maliciosamente que parecía un demonio, aun sin sentir una pizca de miedo por parte de el humanito que al bajar del banco se entero de la marcada diferencia de estatura.
Notas finales:

¿que les parecio Xander?


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