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Love Me Anyway por KuroTaiga

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"Nuestro día llegará
Si tan sólo esperamos un poco.
No habrá lágrimas nuestras.
Piensa en amor y sonríe".

— ¡Maricón! —Le había gritado aquella excusa de humano mientras le daba un fuerte empujón que casi lo hacía caer. — No te me acerques, a ver si me pegas lo gay -Su séquito de idiotas reían detrás de él.

SeungRi sentía ganas de llorar, le ardían los ojos, pero no iba a darle el gusto a esos tipos, así que mantuvo su barbilla en alto en todo momento.

—No pensaba acercárteme. A ver si me pegas tú lo imbécil —Aquello no le gustó a su victimario.

—No puedes sentirte tan superior si te gusta ponerte de rodillas para chupar penes —El resto de los chicos hicieron sonidos de burla ante eso. SeungRi bufó.

—Y, aun así, soy más hombre que tú. Quizá deberías intentar chupar uno para que aprendas lo que es tener huevos.

Ni siquiera tuvo tiempo de regodearse del sonido de asombro que hicieron algunos de los espectadores. SeungRi solía tener buenos reflejos, pero no alcanzó a reaccionar para esquivar aquel puño que impactó con fuerza sobre su pómulo.

Cayó al suelo dolorosamente logrando con mucha dificultad amortiguar la caída con el costado de su cuerpo. Se quedó allí tumbado un momento con los ojos cerrados con fuerza mientras oía risas hasta que estuvo seguro de que podía contener las lágrimas. Tenía sólo quince años mientras que su agresor dieciocho y lo doblaba en fuerza.

Cuando SeungRi volvió a abrir los ojos, notó que el escenario había cambiado. Ya no se encontraba en el patio de su antiguo instituto, sino en el piso del primer salón en el que había estado en el nuevo y sus victimarios eran aquellos chicos a los que había golpeado.

SeungRi se puso de pie con la barbilla en alto, bien a la defensiva como solía estar. El contrario se acercó mucho a él, buscando intimidarlo, pero no retrocedió ni un paso.

—Deberías sólo admitir que SeungHyun te la mete. No sé a quién crees que le vendes esa imagen de machito que no tienes.

Las manos de SeungRi se cerraron en un puño con fuerza. Estaba a punto de reaccionar cuando un brazo endurecido como hierro le detuvo el avance al cruzarse frente a su estómago mientras el dueño de éste empujaba a su agresor, apartándolo de ambos. SeungRi reconoció el cabello de quien los había separado como el de JiYong pero, cuando se dio vuelta, su corazón dio un vuelco al ver que se trataba de JongHoon.

JongHoon le sonrió radiantemente como sabía que lo volvía loco. Llevó una mano a la mejilla de SeungRi y, sin ni siquiera dudarlo, acercó su rostro al suyo y lo besó. Pegó su cuerpo al del rubio encerrándolo entre él y la puerta del cubículo del baño.

SeungRi no tenía verdaderas intenciones de oponerse a aquello, por lo que, llevando ambos brazos a rodear el cuello impropio, cerró sus ojos y le devolvió el beso con entusiasmo. Ambos escucharon perfectamente cuando el timbre que anunciaba el final del recreo había sonado, pero lo ignoraron, muy concentrados en lo suyo.

—Mierda. Me encantas, SeungRi —susurró el adverso haciéndolo abrir los ojos de sorpresa, pues esa voz no era la que estaba esperando.

Ésa sí era la voz de JiYong.

Y, efectivamente, al abrir los ojos, SeungRi se encontró con que en realidad era su compañero de banco el que lo besaba con entusiasmo sin permitir que un solo milímetro separara sus cuerpos.

Pero no iba a desperdiciar tiempo valioso en sorprenderse, así que, poniendo una mano en el hombro ajeno, movió al mayor para cambiar de posición y ser él el que lo tuviera contra la puerta. Se apresuró en volver a atacar los labios de JiYong.

De pronto, su móvil comenzó a sonar. SeungRi gruñó en señal de irritación, pero no se molestó en prestarle demasiada atención.

Las manos de JiYong rodearon la cintura del menor hasta encontrarse entre sí en su espalda y comenzaron a descender lentamente para posarse en su trasero.

Pero SeungRi cada vez podía concentrarse menos en el increíble tacto de su crush ya que el tono del celular lo distraía. Comenzó a respirar con dificultad. El ruido comenzaba a ponerlo nervioso. Ya casi no podía sentir a JiYong frente a él...

— ¡Calla ya, joder! — Gritó incorporándose de golpe. Se encontraba sentado en su cama. La alarma de su teléfono se oía casi ensordecedora haciendo eco en la oscura habitación. Era temprano de mañana y ya se acercaba el invierno, por lo que amanecía tarde y el sol aún no había salido.

SeungRi volvió a acostarse y se tapó hasta por encima de la cabeza, muy frustrado y agotado por el sueño hecho a base de recuerdos y fantasías que acababa de tener.

Sumar el bullying que ya casi estaba acostumbrado a sufrir con el recuerdo de su ex y con el chico que lo volvía loco y que no iba a verlo más que como a un amigo por ser hétero daba como resultado algo bastante intenso y deprimente para SeungRi como para tener que cargar con ello desde el comienzo del día.

De seguro aquel iba a ser un mal día.

b25;

RiRi
Lo siento, tuve un mal sueño y se me hizo tarde. No me esperes.

SeungHyun suspiró antes de guardar su celular en el bolsillo nuevamente sin responder para dirigirse al interior del edificio. Sabía que SeungRi no era alguien que fuera a molestarse por los "vistos" que él acostumbraba a dejar.

Había estado esperando al menor en la puerta del instituto resguardándose de la fina lluvia que caía como hacía todas las mañanas.

Antes de la llegada de SeungRi, solía estar solo la mayor parte del día, pero se había acostumbrado tanto a la ruidosa presencia del niño que se le hacía extraño ingresar a la secundaria sin él a su lado.

Sabía perfectamente que aquel tipo de actitudes los hacía ver como una pareja y que la fama de homosexuales que ambos tenían no ayudaba, pero hacía mucho que ese tipo de rumores no le importaban. La mayoría de sus amigos hombres se habían alejado de él luego de que saliera del clóset y sólo unos pocos habían vuelto a hablarle, pero a ninguno le interesaba realmente su amistad. SeungHyun no tenía amigos y, aunque parecía -y, en efecto, era- alguien que disfrutaba de la ausencia de compañía, eso lo deprimía más de lo que dejaba notar.

SeungRi le había caído del Cielo. Ese chico encajaba perfectamente con él como amigo. Él también había pasado por cosas difíciles y el tener a alguien a quien contárselo había creado un vínculo de confianza entre ambos. Los dos SeungHyun habían sido el primer amigo del otro.

Justo alguien se dio vuelta luego de cerrar su locker y chocó débilmente contra SeungHyun, quien lo tomó por los codos por acto reflejo para que no cayera o dejara caer sus cosas.

—Lo siento —pidió con voz más ronca de lo habitual. Era la primera vez que hablaba en todo el día.

—Está bien, hyung —el contrario negó con la cabeza y recién entonces SeungHyun notó que había colisionado contra Kwon JiYong. Kang DaeSung y Dong YoungBae se hallaban a su lado. El mayor de todos enarcó una ceja.

—Buenos días —saludó luego de darse cuenta de que se había producido un silencio prolongado. Normalmente, SeungRi era el enlace entre los tres chicos y él y su ausencia provocaba clara incomodidad entre los adolescentes. El timbre sonó y todos se removieron, listos para marcharse a sus respectivas aulas.

— ¿Te veremos durante el almuerzo? —Preguntó JiYong haciendo ademán de irse.

—Supongo —respondió el mayor. SeungRi ya le había advertido que sus respuestas a veces sonaban cortantes, frías e indiferentes, pero aún luchaba consigo mismo para controlarlas. No era su intención mostrarse así.

JiYong asintió y se despidió de los demás para dirigirse a su salón junto a Dae, quien iba un poco más lejos que él. SeungHyun comenzó a caminar hacia el suyo a paso tranquilo. No había peligro hasta que sonara el segundo timbre.

Saludó a su compañera de banco al llegar en tanto dejaba su mochila y volvía a sacar su celular.

SeungHyun
¿Llegaste?

Acomodó sus cosas mientras JiSoo a su lado conversaba animadamente con su compañera sentada al frente. Estaba acostumbrada a que SeungHyun no le dirigiera mucho la palabra. Aun así eran amigos.

El timbre volvió a sonar al mismo tiempo que el celular de SeungHyun vibraba.

RiRi
Recién estoy entrando. ㅠ 

SeungHyun
Tan irresponsable, SeungRi...

Rió para sí mismo. Él tampoco era puntual.

SeungHyun
¿Qué soñaste? ¿Rememoraste tus épocas de bullyneado otra vez?

RiRi

Sí y un poco más. ; ; Luego te cuento.

¿Estás de mal humor?

SeungHyun frunció el ceño ante la pregunta y alzó la vista para ver al profesor de pie al frente del salón. ¿Cuándo había sonado el segundo timbre?

SeungHyun
No que yo sepa.

RiRi
JiYong dijo que lo parecías.

Aunque siempre pareces de mal humor con otras personas.

SeungHyun
Debió ser eso.

¿Así que ya nos reservaste un lugar en su mesa para almorzar hoy?

SeungHyun se sentaba al fondo del aula y los profesores no le prestaban mucha atención, por lo que conversaba con SeungRi sin preocupación. Sólo esperaba no estar causándole problemas a él.

RiRi
¿No quieres? Es que me invitaron ayer...

Y sé que les gusta tenerte ahí...

Y a una parte de SeungHyun también le gustaba.

SeungHyun
Está bien. Tampoco es que pudiéramos estar afuera hoy.


Guardó su celular disponiéndose a comenzar a prestar atención a clase.

Las gotas de lluvia repiqueteaban contra la ventana y SeungHyun deseó que sonara el timbre. Más aun; que llegara el almuerzo.

b25;

Los viernes lucían como el día más largo. Siempre parecía que el comienzo del fin de semana ya no llegaría. A JiYong solía ponerlo muy ansioso aun si no estaba esperando por hacer nada.

El clima parecía bajarle los ánimos incluso a la profesora de matemática, quien había dado por concluida la clase veinte minutos antes de que el timbre sonara.

Revisó su celular en vano. Las personas con las que más se escribía eran YoungBae y DaeSung y ambos continuaban en clase. Miró a su lado a su compañero de banco, quien sí se encontraba muy entretenido tipeando a toda velocidad en una conversación de Kakao. Se preguntó con quién estaría hablando. Sonreía levemente.

— ¿Estás mejor? —Le preguntó de repente. SeungRi bloqueó su celular automáticamente y alzó la vista hacia él.

— ¿Perdón?

—Ya sabes. Llegaste solo, tarde y con cara de que parecías decepcionado de que ningún camión te hubiera atropellado de camino a aquí —El menor torció su boca en una sonrisa divertida.

—Supongo que no eres alguien que se conforme con un "nada" como respuesta -señaló y tenía razón. JiYong siempre tenía la curiosidad a tope y no lo había dejado satisfecho el recibir esa contestación a su preocupado "¿Qué pasó?" que había inquirido cuando el contrario había llegado.

—Exactamente, así que habla. Puedes confiar en mí —Le sonrió. SeungRi suspiró. Aun sin ser muy cercanos, confiaba en él, pero no podía explicarle que formaba parte del problema que lo acongojaba. Además de que no quería llorarle al chico que le gustaba por simplemente haber tenido una pesadilla. Intentó restarle importancia.

—Es que... bueno, realmente no pasó nada. Sólo no dormí bien y... ya sabes. Cuando no empiezas bien el día, se forma una cadena de infortunios que logran que no hagas nada bien —Bueno, eso había sonado más victimizado de lo que pretendía.

—Ah, ya... —dijo JiYong entendiendo— ¿De qué iba tu pesadilla? —El menor enarcó una ceja haciéndolo encogerse de hombros. — Es obvio que es eso lo que te está molestando. ¿Por qué más no ibas a dormir bien? Está lloviendo. Es el mejor clima para eso —Ambos rieron entre dientes y SeungRi suspiró.

—Rememoré algunos momentos en mi antiguo instituto. Bullying y... a mi ex —confesó. JiYong entornó los ojos ligeramente, un tanto sorprendido.

—Ex... ¿Hombre? —El menor alzó una ceja dando a entender lo obvio mientras sonreía con diversión. — Y... ¿él te trae malos recuerdos?

—Era un idiota —determinó y desvió la mirada, fijándola en la mesa. JiYong entendió que aquello daba el tema de conversación por concluido.

—Y... ¿nunca has estado con una chica? —SeungRi rió. Era una pregunta muy típica.

—No —respondió sonriendo.

— ¿De absolutamente ninguna forma?

—No —repitió y no pudo evitar reír entre dientes. Los heterosexuales eran tan ingenuos. —. ¿DaeSung alguna vez estuvo con alguna chica? —Cuestionó.

—No, pero me ha venido conque alguna le gustaba en la primaria... —JiYong se quedó pensando. — ¿A ti alguna vez te gustó alguna?

—Nunca —dijo SeungRi tras negar con la cabeza—. Desde que me he empezado a fijar en la gente que sólo me han gustado los hombres.

—Y, ¿no te da curiosidad salir con alguna chica? ¿No crees que podrían empezar a gustarte si lo intentaras?

— ¿No crees que estás preguntando mucho? —Preguntó el rubio a su vez. Eran preguntas un tanto incómodas dado el emisor, pero aun así continuó sonriendo, denotando que no se había enfadado. El contrario se encogió de hombros.

—No tengo relación con ningún otro homosexual además de DaeSung. Me da algo de curiosidad.

SeungRi puso los ojos en blanco.

—No me causa curiosidad porque no me atraen y eso hace que no crea que puedan llegar a gustarme —respondió tajante—. ¿Y tú?

— ¿Yo qué? —Preguntó JiYong confundido.

— ¿Alguna vez te gustó un chico? ¿No te da curiosidad? —El mayor enarcó una ceja.

—Sabes que no es lo mismo.

— ¿Por qué no? —SeungRi intentó relajar su tono. Era difícil para él no estar a la defensiva constantemente. — Eres una persona, comienza a interesarte otr-

—Sé que la mecánica para que te guste alguien es la misma —lo cortó el otro—, pero no es igual... ya sabes. Psicológicamente. Todo el tema de que se te haya inculcado que lo correcto es lo contrario y tener que lidiar socialmente a la hora de salir del clóset... Si pudiéramos saltearnos todos esos pasos, sería igual, pero no es fácil.

—No, no lo es —acordó el menor bajando la mirada. No le gustaba cómo sonaba la voz de JiYong, como si sintiera pena de lo que él había pasado. Nunca había necesitado que nadie se apiadara de él.

Para su suerte, el timbre sonó en ese instante y aprovechó para ponerse automáticamente de pie.

—Nos vemos en un rato, ¿sí? —Dijo SeungRi y el contrario alzó una ceja.

— ¿No vendrán tú y hyung a almorzar con nosotros?

—Sí, pero quedé en ir a buscarlo para ir al comedor. Asegúrate que DaeSung no se escape hoy —JiYong sonrió ladinamente.

— ¿DaeSung?

—Siento que él disfruta de nuestra de presencia —respondió el menor sonriendo levemente con suficiencia antes de guiñar un ojo. Tomó su móvil de encima del banco y abandonó el salón en dirección al del mayor.

JiYong analizó lo recién oído.

Él sabía que a su mejor amigo le gustaba uno de los SeungHyun. ¿SeungRi había insinuado que a alguno de ellos le gustaba DaeSung?

Ese nuevo conocimiento iba a servirle de coacción para que su amigo se sincerara un poco.


b25;

Lo cierto era que, a pesar de que la homosexualidad de SeungRi era de conocimiento público, al igual que el SeungHyun mayor, era muy popular entre chicas. SeungRi no estaba interesado en ninguna de ellas, pero no podía negar que se sentía más que bien lograr que tantas miradas voltearan a verlo mientras caminaba por los pasillos del instituto.

Ingresó al salón de su tocayo, encontrándolo más lleno de lo que esperaba siendo que ya era hora del almuerzo. Se dirigió al fondo del aula donde el mayor se sentaba y, sin dudar, se sentó de un salto sobre su banco.

—Hola, guapo —saludó guiñando un ojo. Varias cabezas se dieron vuelta automáticamente en su dirección, pero él las ignoró. SeungHyun rió sordamente.

— ¿Es necesario que apoyes tu bonito trasero sobre mi escritorio, cariño? —Preguntó irónicamente.

—Es que ya no sé cómo llamar tu atención, oppa —lloriqueó SeungRi exageradamente llevando una mano a cubrir su rostro. Una tos a su lado lo hizo voltear. —. Ey, noona. ¿Estás bien?

JiSoo, que estaba de pie semi conversando con una amiga junto al banco que compartía con el chico mayor, se puso muy roja en el acto.

—S-sí —tartamudeó. SeungHyun no podía dejar de reír por lo bajo. —. Me estaba yendo. Los veo luego.

Ella tomó a su amiga de la muñeca y la arrastró fuera de allí. SeungRi alzó una ceja.

— ¿Así piensa hacerme cruzar de vereda?

—No seas malo —lo riñó el mayor riendo a la vez que se ponía de pie—. Vamos ya. Tienes algo que contarme.

Ninguno de los dos había salido antes de sus respectivas aulas, por lo que era el primer recreo en el día en el cual coincidían. Salieron del lugar y caminaron hasta el final del pasillo, buscando un salón vacío para conversar y hallaron uno antes de llegar a las escaleras. Entraron y cerraron la puerta.

—Siempre evitaste hablarme de tu ex —reclamó SeungHyun apenas se dirigió al menor, quien le había contado su pesadilla por mensajes muy por arriba. El aludido se encogió de hombros.

—No es algo que merezca mucha importancia —respondió haciendo ademán de volver a abrir la puerta. El mayor lo tomó del brazo para detenerlo.

— ¿Por qué no quieres contarme sobre él? —SeungRi miró hacia un costado, claramente incómodo.

—No es que aún me afecte, pero no me gusta hablar de eso...

—Si lo soñaste, te afecta —repuso SeungHyun. El rubio no dijo nada ni volvió a alzar la mirada, por lo que suspiró y agregó—. Júrame que no te hace sentir mal en absoluto nada relacionado a él y que me contarás en algún momento lo que sucedió.

SeungRi se mordió el labio inferior levemente pensando en esa pregunta. No, estaba seguro que su ex no era el culpable de nada que lo afectara actualmente y que, fijo, sólo lo había soñado por el hecho de estar nuevamente pillado por alguien más. Volvió a mirar a su hyung. Jamás le mentiría.

—Juro y prometo —dijo llevando su mano izquierda a su corazón. SeungHyun rió sordamente.

—De acuerdo. Vamos que muero de hambre —y tomando al menor de la mano, se dirigieron al comedor.

b25;

DaeSung era perfectamente consciente de que JiYong no le quitaba los ojos de encima. Estaba muy seguro de que éste ya estaba enterado de su crush con Choi SeungHyun, pero se negaba a sí mismo el preguntárselo y dejarse en evidencia en caso de que no fuera así. Los tres amigos ya estaban en el comedor en espera de los otros dos chicos. YoungBae y DaeSung de un lado y JiYong del otro. Así solía ser.

— ¿Creen que le caemos mal a SeungHyun? —Preguntó YoungBae de repente. Estaba apoyado contra su mano, codo sobre la mesa. El clima lluvioso repercutía en el ambiente. El comedor estaba a estallar y daba un aire de pesadez en el alumnado.

DaeSung enarcó una ceja.

— ¿Por qué creerías eso?

—Es un poco distante, ¿no? Hoy en la entrada se veía frío.

—SeungRi dice que es su forma de ser, que no lo hace adrede —intervino JiYong—. Ha comido con nosotros y se lo veía a gusto.

Eso tranquilizó al menor de los tres.

—Porque, cuando come aquí, está con SeungRi —YoungBae sonrió ladinamente. DaeSung se tensó. —. Siento que haría cualquier cosa por su rubiecito ojeroso.

—Los shippeas fuerte —rió JiYong.

—Me dan motivos —se defendió el mayor señalando la entrada del comedor con la barbilla, donde los dos susodichos ingresaban tomados de la mano, atrayendo todas las miradas. Ambos se dirigieron hacia la mesa que siempre ocupaban los tres amigos y tomaron asiento junto a JiYong.

—Buenos días, hyung -saludó SeungRi asintiendo levemente con la cabeza en dirección de YoungBae primero y luego de DaeSung. SeungHyun imitó el gesto, pero no dijo nada.

—Hola, chicos. ¿No van a comer? —Preguntó el mayor de los amigos sin poder despegar la vista de las manos aún unidas de los tocayos. SeungRi se encogió de hombros.

—Hay bastante fila y ya hemos llegado tarde de por sí, no creo que nos dé el tiempo.

YoungBae, JiYong y SeungRi conversaban animadamente. DaeSung intentaba no mirar a SeungHyun; en su lugar, no podía evitar ponerle mala cara al rubio. Ya no le importaba que no fuera su culpa. Lo odiaba.

El mayor de todos escuchaba la conversación, pero no hacía ningún aporte. En un momento en que todos habían quedado en silencio, éste apoyó su cabeza en el hombro de SeungRi.

—Casi lo olvido —dijo hablando por primera vez y haciendo que todos voltearan a verle—. ¿Qué quieres hacer el lunes, SeungRi?

El aludido se tensó en el acto y bajó la mirada luchando porque no le molestase que el mayor hubiera sacado el tema en público.

—No acostumbro a hacer nada...

—Porque antes eras asocial, aquí voy a obligarte a que hagamos algo por tus diecisiete años.

JiYong intervino.

— ¿El lunes cumples años, SeungRi? ¡Debemos celebrar!

SeungRi apartó a SeungHyun de su hombro.

—Podemos hacer algo luego del colegio o salir el viernes o el sábado —aportó YoungBae animado-. ¿De qué tendrías ganas, SeungRi?

Éste negó con la cabeza riendo.

—De nada. En serio, no se preocupen.

—Déjanos emocionarnos y aprovechar tu cumpleaños para festejar. No seas egoísta, RiRi —riñó su mejor amigo volviendo a apoyar su cabeza sobre él. YoungBae, JiYong y SeungRi rieron.

El rubio lo consideró un momento.

—No sé... quizá el fin de semana... ¿Tú vendrías, hyung? —Preguntó mirando a DaeSung ya que estaba muy callado. Todos le miraron con expectación.

—S-seguro -respondió pretendiendo firmeza y fallando totalmente.

—Entonces que sea el fin de semana. Si quieren salir por la noche, mi hermano es amigo de los dueños de un pub en HongDae. Seguro podríamos pasar aun siendo menores —propuso YoungBae. Los demás asintieron emocionados.

—Si todos están de acuerdo, perfecto —accedió SeungRi encogiéndose de hombros pero sonriendo a su vez. Apoyó su mejilla sobre el pelo de SeungHyun, que seguía apoyado en él, y acarició levemente su mejilla. —. No bebas mucho, por favor. Eres pesado.

YoungBae soltó una carcajada mientras DaeSung no veía la hora de irse. JiYong notó aquello y tampoco sonrió.

El mayor de todos iba a replicar, pero el timbre sonó y prefirió incorporarse y ponerse de pie. Notó que gran parte del comedor lo miraba y eso le hizo reír.

—Me iré primero, lo siento —anunció JiYong bajando levemente su cabeza—. ¿DaeSung...?

El aludido lo vio hacer una señal con la cabeza para que lo siguiera y así lo hizo sin molestarse en despedirse del resto y cayendo tarde en la cuenta de que estaba por ser interrogado.

JiYong caminó a paso rápido fuera del lugar seguido por el contrario.

Tras caminar un poco, se desviaron en un corredor vacío y recién entonces JiYong se detuvo en seco y lo enfrentó.

— ¿Quién de ellos te gusta, DaeSung?

Ambos sostuvieron la mirada contraria por unos momentos. No era como si DaeSung no confiara en JiYong, pero nunca desde que le había contado sobre su homosexualidad había confesado en voz alta el estar enamorado de un chico en específico. Le daba vergüenza. Ya lo había escondido bien por muchos años como para debilitarse en ese momento. Pero su amigo lo conocía y ya lo había calado y él no quería mentirle.

No iba a mentirle, por lo que sólo guardó silencio.

JiYong sintió la incomodidad del menor y suspiró. No iba a forzarlo.

—Sí te gusta uno de ellos, ¿verdad?

Tras unos segundos, DaeSung asintió con la cabeza.

—Dudo que ellos salgan en serio -añadió el otro enarcando una ceja. El contrario imitó el gesto. —. Lucen como... muy amigos. Sólo amigos. De hecho, creo que le gustas a uno de los dos, pero no me preguntes a cuál porque no lo sé. Las indirectas de SeungRi son muy raras —DaeSung torció su expresión en una sonrisa divertida. —. ¿Quieres que dejemos de juntarnos con ellos? —Negó rápidamente con la cabeza.

—No, está bien. Si dices que no están juntos, soportaré su bromance —contestó al fin encogiéndose de hombros—. Prometo no volver a comportarme como recién y... gracias por preocuparte —dijo ladeando el rostro un poco incómodo. Por segundo día consecutivo, JiYong se acercó a él y lo abrazó. DaeSung le devolvió el abrazo con calidez.

—No agradezcas, es lo que mejor hago —DaeSung se rió entre dientes.

—Averíguame a cuál le gusto.

—Cuenta con ello.

b25;

Eran incontables las noches que DaeSung había pasado sin dormir dándole vueltas al asunto. Pensando por qué estaría tan obsesionado con Choi SeungHyun, por qué todos sus pensamientos derivaban a él, por qué no podía dejar de mirarlo cuando estaba en presencia suya y de recordar su rostro cuando no.

Tardó, pero, finalmente, DaeSung aceptó que estaba enamorado de Choi SeungHyun. Que le gustaba un hombre y que, de hecho, siempre le habían gustado los de su género.

La parte más complicada había sido salir del clóset para consigo mismo, pero eso no significaba que, entonces, hubiera sido fácil confesárselo a sus dos amigos.

Lo hizo en el patio, donde había sido el primer almuerzo del trío. JiYong y YoungBae quedaron shockeados por un rato que a Dae se le hizo eterno, pero al final reaccionaron y juraron apoyo eterno a su mejor amigo. Si bien había sido una noticia sorpresiva, les daba más de lo mismo la orientación sexual del menor. Era como su hermano e iban a quererlo y protegerlo siempre. DaeSung casi se había sentido un estúpido al haber temido por la reacción de sus amigos y no pudo evitar sentirse afortunado por tenerlos con él.

Pero quizá no había sido el lugar más conveniente para sincerarse.

No saben quién fue. Creyeron que estaban solos y claro que no desconfiaba de ninguno de sus amigos, pero parecía que alguien los había oído, pues, para el día siguiente, todo el colegio estaba enterado de la homosexualidad de Kang DaeSung.

Burlas y apoyo, DaeSung recibió de todo. Se sintió muy abrumado. Fueron unas semanas difíciles en las que no supo cómo sobrellevar nada, aunque JiYong y YoungBae siempre lo defendieron.

Fue tres semanas después cuando todo se calmó y la mejor noticia de su vida llegó a sus oídos. Aquel momento fue épico e inolvidable para todo el alumnado del instituto.

XiYeon era guapísima y popular. Casi no había chico en la secundaria que no estuviera loco por ella. Era como el equivalente femenino de SeungHyun, salvo porque ella sí le daba la oportunidad a varios de sus pretendientes.

A muchos les parecía lógico que XiYeon -un año mayor- y SeungHyun pudieran llegar a salir y aquella idea resonaba seguido en los labios de la chica y de sus amigas. Ambos eran guapos y populares. Tal para cual, ¿no?

Era la hora del almuerzo. Ella entró al comedor del instituto con paso firme y se dirigió a la mesa del centro, donde acostumbraba a sentarse con sus amigas. Se paró sobre el banco de ésta sin dudar y con la barbilla en alto.

— ¿Me prestan atención, por favor? —Pidió con voz fuerte. DaeSung volteó a verla. Tenía el flequillo húmedo hecho a un lado y su rostro lavado. Era la primera vez que se la veía sin maquillaje, pero seguía siendo bonita. Su boca sonreía, pero sus ojos no.

Todo el comedor quedó en silencio y se volteó hacia XiYeon.

Sólo quería comentarles a todas las chicas que tengan algún tipo de interés en Choi SeungHyun que deberían perder las esperanzas. No tienen oportunidad. Vengo de hablar con él. No está disponible para ninguna, chicas.

El corazón de DaeSung se detuvo al escuchar esas palabras. No era como si hubiera tenido esperanzas alguna vez, pero tampoco creía que SeungHyun llegara a decirle que sí a alguien.

De repente sintió ganas de llorar y se sintió estúpido.

Apenas XiYeon había terminado de decir esas palabras, se oyó la protesta de muchas voces femeninas. Ella lo saboreó un momento antes de proseguir.

Lo siento, señoritas. Él no se fijaría en ninguna de ustedes...  —amplió un poco más su sonrisa con algo de malicia— porque es gay. Acaba de rechazarme con esa excusa.

Todo se paralizó. El instituto entero intentaba asimilar la idea, pero era una noticia muy shockeante.

DaeSung respiró profundo. Sentía una llama cálida creciendo en su pecho. Si SeungHyun era gay, significaba que él tenía una oportunidad, ¿cierto? Aun más que la guapa XiYeon o que más de la mitad del colegio ya que no sabía de ningún otro homosexual allí.

Incluso a sabiendas de que aquello podía ser sólo una mentira de XiYeon, enojada por su rechazo, Dae no podía resistir la tentación de ilusionarse.

Abruptamente, la noticia de la homosexualidad de Dae había pasado a segundo plano. Todos hablaban de que el hermoso y varonil Choi SeungHyun jugaba para el equipo contrario. Ese día y el siguiente, nadie volvió a ver a SeungHyun en el colegio. Recién al tercer día apareció como si nada e incluso tuvo el atrevimiento de almorzar en el comedor, cosa que nunca hacía ya que prefería aprovechar ese tiempo para estar solo en el patio.

Una chica no pudo evitar su curiosidad y lo preguntó en voz alta luego de unos minutos de observar al chico sentado en la otra punta de su mesa.

Entonces, oppa... ¿Es cierto lo que dijo XiYeon? Preguntó en voz alta. Muchos hicieron silencio, incluso el trío de amigos, sentado en la mesa contigua.

SeungHyun alzó la vista hacia ella y arqueó una ceja.

 ¿Qué dijo ella? La chica lo miró incómoda.

Ya sabes...  Insistió— Que hace dos días... Que le dijiste que... Se mordió el labio, sin saber cómo decirlo Que la rechazaste porque...

Que si eres maricón, SeungHyun ayudó otro chico que, si DaeSung no mal recordaba, era el novio de aquella muchacha. Varios rieron. Incluso se vio un atisbo de sonrisa en los labios del aludido. En ese momento, Dae pudo jurar que los ojos del mayor se desviaron hacia donde estaba él por unos segundos, pero luego ya no estaría tan seguro y creería que lo había imaginado.

Sí respondió SeungHyun antes de seguir comiendo.

Nadie le preguntó más.

Una mano pasó varias veces frente los ojos de DaeSung buscando traer su atención de regreso al presente.

Dae parpadeó un par de veces antes de incorporarse sobre el sofá. Se había quedado perdido mirando televisión en la oscuridad y recordando hundido en el medio de la sala de su casa.

-No hagas eso, mamá. Estoy viendo la tele -se quejó. Ella sólo rió y siguió su camino hacia su habitación.

El móvil de DaeSung sonó con el característico ringtone de Kakao y él estiró la mano palpando a ciegas el almohadón del sofá para dar con él. Lo desbloqueó casi sin mirar.

Yongie
SeungRi no me ha querido decir nada. :( Seguiré intentando.

b25;

—Que los cumplas feeliiiiiiiz. Que los cumplas feeliiiiiiz —cantaba SeungHyun desde la cama en dirección a SeungRi, quien estaba sentado sobre la alfombra en la punta opuesta de la habitación del mayor con la espalda contra el armario. Éste puso sus ojos en blanco.

—Aún no es mi cumpleaños. Faltan varias horas —informó. SeungHyun rió sordamente.

—Sólo practico para cuando llegue la hora. Todo tiene que salir perfecto.

—Odio mi cumpleaños —dijo SeungRi por vez número mil.

—Nadie puede odiar su cumpleaños. No se puede odiar ninguna excusa para beber —negó SeungHyun haciendo reír al contrario—. Más si te hacen regalos. ¿No te gustan los regalos? ¿Qué recibiste el año pasado?

—A ver... —El rubio llevó su índice a sus labios mientras desviaba la mirada, fingiendo pensar. — Un chico de mi curso me dio un dibujo de mí mismo chupando un pene -comenzó a enumerar con los dedos—; otro me dio una caja de tampones; un chico de un curso mayor me regaló un puñetazo en el estómago y... ¡ah! Nunca supe quién fue, así que no pude darle las gracias, pero alguien tuvo el bonito detalle de dejar un dildo con moño en mi casillero —concluyó con una falsa y radiante sonrisa.

SeungHyun rió entre dientes, buscando restarle importancia.

—Y, ¿le diste uso?

— ¡Hyung!

El mayor soltó una carcajada.

— Ya, ya. Entiendo que no te gusten tus cumpleaños entonces. Pero, ¿no te entusiasma la idea de que al fin lo pasarás con gente que te quiere y que quiere que pases un buen día? —Preguntó poniéndose un poco más serio. SeungRi lo consideró.

—Sí, pero es como que... no quiero entusiasmarme demasiado ya que suele acabar mal —explicó frunciendo un poco los labios, desanimado—. Como que no puedo dejar de pensar que en algún momento alguien dirá algo para hacerme sentir mal o me harán algún otro regalo desagradable para burlarse de mí.

SeungHyun se puso de pie y se acercó al menor, procediendo entonces a agacharse para quedar a su altura y poder verlo de frente.

—RiRi, te prometo que mañana estaré contigo todo el tiempo que me sea posible y que no permitiré que absolutamente nadie te moleste —juró sin una pizca de broma en su voz—. Es tu día y no dejaré que te lo arruinen.

SeungRi sonrió ampliamente. SeungHyun era lo mejor que le había pasado.

—Gracias, hyung.

De pronto, su móvil vibró entre sus manos y lo desbloqueó automáticamente para echar un vistazo. SeungHyun río ante la sonrisa seguida del ceño fruncido de su mejor amigo.

— ¿Quién es? ¿Qué dice? —Preguntó.

—JiYong... -murmuró SeungRi. El mayor alzó una ceja mientras sonreía ladinamente. — Creo que quiere engancharme con DaeSung —SeungHyun soltó una risotada al tiempo en que se ponía de pie para volver a sentarse en su lugar en la cama. Aquello era ridículo.

— ¿Por qué? ¿Porque ambos son abiertamente gays? —Replicó riendo— Me ofende que no haya pensado en mí. Podríamos ser un trío de bígamos homosexuales.

La carcajada de SeungRi resonó en toda la habitación.

—Me agrada la idea —bromeó mientras tipeaba una evasiva para su compañero de banco.

—Pero tú no hablas mucho con DaeSung, ¿verdad? —Inquirió el mayor.

—No realmente —confirmó el rubio—. Me cae bien, pero es algo cortante. Tímido, quizá.

—¿Crees que le gustes?

SeungRi lo pensó por un momento.

—No sé, no creo... espero que no. Ya es lo suficientemente imposible que JiYong se fije en mí como para sumar que le guste a su mejor amigo.

SeungHyun río entre dientes.

—Lo solucionaremos, pequeño saltamontes —El menor puso los ojos en blanco. —. Faltan cuatro horas para tu cumpleaños. No vayas a desperdiciar tus tres deseos.

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SeungRi abrió los ojos veinte minutos antes de que su alarma suene.

Tras desactivarla, procedió a ducharse y vestirse. Quería actuar como si fuera un día común y corriente. Lo era. Su cumpleaños nunca había sido un día diferente. Quizá peor que el resto, pero eso no contaba. Sin embargo, ese cumpleaños le presentaba expectativas distintas. SeungHyun, como de costumbre, llevaba razón. Había empezado a rodearse de gente que sí lo apreciaba; de amigos que se habían mostrado deseosos por celebrar su cumpleaños con él; iba a un instituto donde, aunque al principio sí, ya casi nadie lo molestaba.

Quizá aquel podía ser un buen cumpleaños, pero no quería ilusionarse.

Abrió la puerta de su habitación con cautela, aunque sabía que no había nadie en la casa.

Antes de mudarse a Seúl por los problemas en su antigua secundaria, SeungRi vivía en la provincia de Gwangju con sus padres y su hermana menor, Hanna. Ésta última apoyaba plenamente a su hermano, pero se había negado a cambiarse de colegio cuando sólo le quedaban meses para acabar el ciclo primario, por lo que se quedaría allí hasta febrero con su padre. Su madre había viajado esa semana a la provincia para ultimar los detalles de la mudanza de su hija, pero los tres estarían de regreso para Navidad.

Normalmente, su familia se encargaba de que el día de su cumpleaños tuviera algo bueno, pero confiaba que, aun sin ellos, no sería un día tan malo.

Tenía tiempo, así que se sentó a desayunar con tranquilidad cuando el timbre de la casa sonó.

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOSSSSSSSSS, RIRIIIIIIIIII! -Exclamó Choi SeungHyun mientras se lanzaba sobre él para apretujarlo con fuerza.

—Gracias... Hyung... me ahogo... —Balbuceó el menor empujando al contrario, quien rió antes de soltarlo. Aún era temprano, por lo que SeungRi lo invitó a pasar.

— ¿Estás preparado para el primer cumpleaños genial de tu vida? —Preguntó SeungHyun tras dejar su mochila en el piso y sentarse en la mesa redonda de la cocina para acompañar al menor mientras terminaba de comer.

—Sinceramente, notar que hasta has madrugado por mí me ha hecho aumentar mucho mis expectativas —dijo SeungRi mientras se llevaba el vaso de agua a los labios, haciendo reír al otro chico—. Los milagros existen. Pediré un deseo.

—Oh, hablando de pedir deseos... —SeungHyun se inclinó para levantar su mochila del suelo y abrió el bolsillo de ésta para extraer un paquetito rosa de él y tendérselo al menor, quien limpió sus manos en la servilleta antes de tomarlo sorprendido—. Feliz cumpleaños, RiRi.

Los ojos de SeungRi se iluminaron. Allí, entre sus manos, tenía su primer regalo de cumpleaños de verdad. Era la primera vez que recibía uno de alguien que no fuera de su familia y es que también era la primera vez que tenía un amigo. Parpadeó un par de veces intentando no lagrimear y palpó el paquete, intentando averiguar por su forma el contenido. Frunció un poco el ceño.

— ¿Qué carajos hay aquí, hyung? ¿Una mamushka? —SeungHyun rió entre dientes sin perderse una sola de las expresiones del menor.

—Ábrelo, niño. No es mucho, pero ése será sólo el primero de tus regalos.

—No necesito más regalos...

—Shht. Es tu día y ya dije que pienso consentirte mucho —recordó el mayor cantarinamente mientras se inclinaba hacia el contrario para pellizcar su mejilla de forma molesta y aprovechar para robar una tostada de su plato. —. ¿Por qué tomas un desayuno tan occidental? Qué aburrido para un cumpleaños.

SeungRi puso los ojos en blancos en tanto frotaba su mejilla y procedió a rasgar el paquete. No era una mamushka, pero no era difícil confundir aquel muñeco con una.

—Sabes qué es, ¿cierto? —Inquirió el más grande con la boca llena. SeungRi se devanó los sesos intentando recordar el nombre de aquel juguete japonés.

—Doru... Darhi...

—Daruma —dijo SeungHyun riendo entre dientes al observar cómo el rubio lo analizaba dándole vueltas entre sus dedos. Lo había visto en internet alguna vez, pero nunca había tenido uno en sus manos. Era todo rojo con una cara curiosa pintada, la cual sólo tenía nariz, bigotes, cejas y dos círculos blancos como ojos. —. Parece que tú sí, pero yo no sabía de su existencia. Ayer acompañé a mi hermana al templo budista y una japonesa los vendía en la puerta. ¿Sabes su historia y para qué se usa? —SeungRi sabía que una especie de amuleto de la suerte... o eso creía recordar. Negó con la cabeza, escuchando al mayor con interés. — Está basado en un monje indio budista llamado Bodhidharma. La mujer se entretuvo contándome vida y obra del tipo pero, básicamente, el muñeco luce así porque el monje estuvo años en una cueva meditando sin utilizar sus brazos ni sus piernas, por lo que acabó perdiéndolos. Tiene los ojos blancos porque se utiliza para alcanzar metas. Cuando escoges algo que planeas proponerte, debes pintarle el ojo derecho y, cuando lo logres, le pintas el otro. El amuleto es un recordatorio al optimismo y al esfuerzo y se supone que debes dejarlo en un lugar visible para recordarte a ti mismo el luchar por aquello que quieres, pero también debería dar buena suerte y hasta se cree que, con fe, puede provocar algún milagro. Por eso en Japón es muy común en época de elecciones y eso —SeungHyun se inclinó para ahora tomar el vaso ajeno y beber un trago de agua. —. Úsalo bien.

Notas finales:

Quiero abandonar de a poco esta plataforma para mudarme por completo a Wattpad, asì que recomiendo que me sigan ahí. uvu

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¡Gracias por leerme! ¡Saludos~!


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