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Feliz Navidad. Strike Witches por Rather be

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-Minna-mamá,  ¿Crees que Santa recuerde pasar por aqui esta noche?- pregunta Trude sentada en una de las tantas sillas que estaban en la cocina.

-¿Por qué crees que Santa-san no lo haria?- pregunta Minna, mientras se limpia las manos en su delantal, pone en minimo el horno. Sin perder de vista a la pequeña, se acerca para tocarle la cabeza.

Habia crecido un par de centímetros desde aquella vez en la que decidieron acogerla junto a Erica. La pequeña Trude tenia dos pequeñas coletas de color amarillo que le sostenía su cabello que crecia cada vez mas. La convenci junto a Mio para que aceptara las coletas ya que habían sido elegidas por Yoshika unos días antes.

Pocas semanas después entablaron buena relación entre ambas. Recuerdo que cuando Mio acogió a Yoshika todas las veian como con una mezcla de sorpresa por ser la mas pequeña y envidia por recibir toda la atencion de Mio-papá.

Sin embargo, no tardaron mucho en ponerse de lado de Mio, ahora todas mimaban a la pequeña que para sorpresa de todas se convirtió en la mas autosuficiente de todas. Tenia su carácter dulce que le jugaba malas pasadas a veces pero siempre encontraba la manera de salirse con la suya.

Claro que si tenemos que hablar de alguien que siempre resalta, es para pesar mío, Erica. En este momento estaba mirando fuera por la ventana, probablemente vería caer la nieve de manera tan violenta como estaba cayendo. Perdida en sus pensamientos como siempre. Su capacidad para evitar a toda costa la responsabilidad, me preocupa. No seria la primera vez en la que seriamos citadas en la escuela.   

Otra grandiosa idea de Mio. Surgió unas pocas semanas después de que llegáramos y nos instaláramos en Fuso. Mio opto que la educación de las niñas debía estar arraigada a una buena institución. No me negué, jamás me opondría a la decisión de Mio, y menos si era un bien para nuestras hijas.

Ella es el amor de mi vida ¿Por qué debería oponerme?. Minutos después estaba maldiciéndola por lo bajo. No tuvimos problema con las más pequeñas, los papeles en regla, la edad justa, solo faltaría la participación.

Sin embargo con el resto fue otro tema. Trude demasiado “madura” para su edad, no terminaba de captar la idea de dejar las clases en casa. Erica no quería dejar la comodidad. Y Shirley no quería separarse del resto.

Ahí, debo admitir que yo Minna-dietlinde wilcke asumo la responsabilidad. No me pueden culpar de algo que ya se que esta mal. Con Trude y Erica… genere otra relación…otro lazo. Tal vez sea que fueron las primeras… tal vez que sean de Karlsland, o ambas.

Durante las clases ellas por curiosidad o yo por capricho, repetíamos recitados en aquel idioma natal. Mio nunca me negó que les enseñara a las niñas, pero tal vez no la convencía la idea de que con las demás niñas e incluso ella a veces fuera difícil poner un idioma en común. 

Con la pequeña Shirley  fue otra historia le inculque demasiadas ideas de que debía cuidar del resto. Su mirada, su postura, su seguridad y sobre todo su valentía me dejaba de momento sorprendida, Mio también tenia esa idea, solo que ella de lo decia a su manera.

En esos casos Trude y Shirley eran las que mas se destacaban. Aun con la competencia atroces que llegaban a cabo a veces entre ellas. Podian ser un muy buen equipo, excepto esa vez en la que Mio tuvo que ir a hacer el papeleo y yo me vi obligada a acompañarla.

Decidimos por acuerdo mutuo que dejaríamos a una joven "niñera" que se encargaría de las niñas hasta que volviéramos lo mas rápido posible.

Muy mala idea. Durante nuestra ausencia Trude habia retado a Shirley con la loca idea de ver quien de las dos cocinaría algo para el resto de sus “hermanas” antes que lo hiciera la niñera.

No me sorprendió ver a la niñera con los pelos todos chamuscados, tratando de apagar el fuego que salía de una de las ollas que estaba en la cocina.

Mucho menos que toda la habitación estuviera sucia con grandes cantidades de ¿masa de color verdoso  a punto de hacer erupción? Cuando “esa masa” reventó desprendiendo un olor repugnante. La joven niñera no sabia como disculparme mientras limpiaba todo el desastre, obviamente no falto mas para que  terminaramos disculpándome con la joven. Le di su paga más un extra por las molestias.

Sin embargo antes de que continuara con la limpieza, Trude sale gritando victoriosa de ¿La heladera?

-¡Gané!- grita levantando sus brazos por el aire, se detiene al verme- ¿Minna-mamá?- su cara de alegría cambio rápidamente dando pasos a sus ojitos y hombros caidos demostrando que estaba asustada. Antes de que las lagrimes se presentaran. Shirley la toma de la mano y se interpone entre ella y yo.

-lo siento Minna-mamá, queríamos ayudar- No pude enojarme con ambas. Al menos no en ese momento Mio quien estaba observando todo eso aparece con dos trapeadores y dos baldes, y su característica sonrisa.

-Ya mejor apresuremos a limpiar todo esto antes de que se enfríe la pizza- Al escuchar la palabra PIZZA, todas se abalanzaron sobre la suciedad. En menos de 2 minutos estaba todo limpio.

Mio volvió a regalarme una sonrisa, mientras me invita a sentarme a su lado. ¿Cómo es que siempre termino perdonándolas?. se la respuesta a eso, es porque las amo.      

Esa misma noche Mio me regaño y dijo que no debíamos sobreexigir a las niñas.

-Ellas ayudaran como puedan, dejémoslas que aprendan con pasos lentos pero seguros- me entrega una taza de café- No te preocupes, ellas son fuertes- Antes de llevarme la taza a los labios le sonrío.

-son fuertes porque quieren ser como Mio-papá- dije, Ella se sonroja, desvía la mirada, para finalmente poner sus manos en mis hombros. 

-Mejor que se parezcan mas a mí. Que a ti- dice con un pequeño enojo en la voz.

-¿A que te refieres?- le pregunto mientras siento que los músculos de mis hombros se van relajando. Los masajes de Mio son estupendos.

- siempre eres tan dulce y carismatica- su voz se silencia mientras siento como me besa el cuello, muy lentamente tan sensualmente que no pude evitar soltar un pequeñ grito de sorpresa.

-¿Qué…que estás haciendo?- le digo mientras trato de alejar sus manos que ya habían comenzado a desabrochar mi camisa. Antes de que siga quejándome más por la sorpresa que por qué me desagrade. Me besa. Sus labios son tan suaves.  

-Te amo- me susurra mirandome con sus ojos llenos de pasion. La atraigo mas para mi cuerpo. Le susurro algo que solo ella puede escuchar.

...

Pasaria demasiado deprisa el tiempo, al punto de que comenzaba el receso escolar tan ansiosas para todas.

-¿Vacaciones?- le pregunto a Mio.- Mio ya hablamos de esto…- le reprocho ante la simple idea de viajar nuevamente.

-lo se, lo se pero no crees que las niñas- dice con sus ojos brillantes.

-las niñas están bien tal como estamos ahora. Quieres que te recuerde que hace menos de un año que dijimos que nos tomaríamos un descanso. Mio mira a las niñas- la invito a acompañarme a la sala donde aun estaba Sanya estudiando unas partituras de un libro que le habia obsequiado la profesora por su alto rendimiento con el piano. Eila quien no se separaba de la pequeña estaba sorprendentemente en ese momento jugando con Yoshika quien estaba tambien junto a la pequeña Perrine y Lyne. Las tres estaban jugando con las cartas del azar ultimo obsequio de Mio. Shirley tenia bajo su brazo a su conejo de color blanco favorito mientras se lo entregaba a Francesca quien era ¿su asistente enfermera? Ya que el conejito hacia varias semanas andaba con problemas de digestión. Trude estaba buscando papel y lápiz. Mientras trazaba líneas en la hoja luego se lo muestra a Erica que estaba en ese momento escondiendo sus golosinas dentro del frasco de galletas. Erica cuando ve el plan se le ilumina los ojos.

Con Mio hicimos como que no vimos nada. Pero indudablemente la curiosidad pudo mas. 

Las niñas no tardaron demasiado en mostrarnos en que consistía "el gran plan".

-¿Una casa del árbol?- lee Mio, mientras me mira esperando mi decisión. Ante todos los ojitos ilusionados y atentos es obvio que no pude tomarmelo con demasiada frialdad.

-niñas… Mio-papá no tiene tiempo para hacerles una casa-dije fingiendo ser dura, ante todos esos ojitos.

-ahhh- dicen todas en union,  desilusionadas se alejaron del lugar.

-a menos que- dice Mio sosteniendo su mentón de manera pensativa.- no,no seria imposible- dice caminando un par de pasos y luego retrocediendo.

-¿Qué seria imposible Mio-papá?-pregunta Yoshika quien habia estado atenta a lo que murmuraba Mio.

- aunque ahora que lo pienso, el nos debe un par de obsequios, uhm- sigue pensando en voz alta sonríe cuando ve que de a poco las demás pequeñas la observan.

- ¡Muy bien! Esta decidido… le pediremos a Santa-san que nos obsequie una hermosa casita del árbol- grita Mio, mientras da un salto.

-¿Santa-san?- preguntan todas a coro.

-Exacto- digo ayudando a Mio - Santa-san es una persona que tiene poderes mágicos, pero no cualquier poder, tiene la habilidad para hacer felices a los niños de todo el mundo- las niñas mas pequeñas tomaron asiento mas cerca de donde estaba sentada para escucharme atentamente- El solo visitara a los niños que se han comportado de manera adecuada durante todo el año- Erica pone los ojos en blanco, y suspira mientras busca mas golosinas dentro de su bolsa- Ese dia, el 24 de diciembre a la noche, nadie sabe a qué hora exacta aparecera ni como luce realmente ya que el usa sus poderes mágicos para que se siga manteniendo de manera misteriosa por muchos años mas- dije recordando lo que la cultura popular dice.

-y ¿Como sabrá Santa-san que es lo que nosotros queremos?- pregunta Perrine sin aceptar de todo la idea.

-eso es muy fácil Perrine- dice Mio- Hay que mandarle una carta explicándole que es lo que ustedes quieren. Esa carta llegara hasta su casa que se encuentra en el Polo Norte, donde sus “amigos” los elfos mágicos prepararan los obsequios para que el pueda repartirlo para todos los niños del mundo- dice Mio disipando toda duda.

...

Pasarían varias horas hasta que las niñas se marcharan a dormir, finalmente lograron escribir la carta, todas ayudamos. Mio quien era la que escribía se divertía de igual manera que las niñas. No puede evitar que sentir aquella tranquilidad y paz que desprendía al estar asi, juntas.

...       

-Dime Trude… ¿Por qué crees que santa no vendrá?- le pregunto tranquilamente. Ella me mira exhala suficiente aire para darle valor y murmura.

-  Ya sabes Minna- mamá, yo no se si me porte bien, al menos no tanto como para que santa me obsequie algo- dice apretando fuertemente sus puños.

-oh… mi pequeña Trude ven aquí- le extiendo los brazos para tomarla entre mis brazos. La siento sobre mis piernas. – Te dire un pequeño secreto, pero nada de contarle a alguna de tus hermanas ¿esta bien? – ella asiente

-Santa- san esta trabajando duramente junto a sus amigos los elfos para hacer felices a todos los niños. El entiende que hay ocasiones en las que los niños cometen travesuras, aun así, los mima porque los quiere- dije dandole un pequeño toque en la nariz. Trude me sonrie.

-¿Entonces es como Mio-papá?- pregunta Perrine que estaba en el umbral de la puerta.

-Puede ser- digo mientras rio. –de todas formas vamos a almorzar- miro a Trude que se queda pensativa- Trude ve a llamar a tus hermanas- dije distrayendola de sus pensamientos, Trude asiente mientras se pone en carrera para buscarlas a todas.

Con la ayuda de todas las niñas logre que la comida fuera lo mas tranquila posible. Mio hacia días que dedica horas para la construcción de dicha “casita”. Para sorpresa de todos, esa misma noche, ya se festejaría.

Los días en los que las niñas llenaron la casa de decoración navideñas parecían cada vez mas lejanos. Al menos se ilusionaron con la idea.

...

Mio hacia minutos que habia vuelto del taller donde junto a sus compañeros habían logrado finalizar la construcción. Ahora estaba tomando un baño, le habia comprado su sake favorito mientras esperábamos a que callera la noche. Cuando Mio vio que ya estaban todas vestidas con sus kimonos y ansiosas por los fuegos artificiales, se sentó al lado de Minna. Mio le susurro unas palabras a lo que Minna se les llenaba los ojos de lágrimas.

Minna tenia sus sospechas de que Mio estaba sobre exigiéndose pero no le dijo nada. Ella solo quería ver a las niñas felices. Mio se desvivía por sus niñas. Sin duda cada día la amaba más. Jamas me habia imaginado esto.

Entrada las 00:00hs miro a Mio, ambas llevamos a las niñas a ver los fuegos artificiales. Luego de 10 minutos de espectáculos las niñas estaban demasiado inquietas. Mio me regalo una sonrisa de complicidad.

-¡oh!- dice Mio llamando la atención de las niñas- ¿¡que fue ese sonido!?- todas las niñas prestan atención a los sonidos. Mio decide tomar una linterna. No sabia hasta que punto podría llevarlo Mio.

-Ten cuidado, puede que asustes a Santa-san- le dije mientras miraba a las niñas que estaban impaciente por ir a ver también. Mio segundos después nos llamo desde el otro lado.

-Creo que ya llego- digo. Todas las niñas con una enorme sonrisa en sus rostros. Corren para buscar el regalo. Y ven que sobre el árbol del jardin, habia una enorme casita de madera, barnizada y una decorada escalera en la cual tenia los nombres de la niñas de cada uno de los escalones. Cada nombre tenia un color diferente y a su lado un pequeño sombrerito de color rojo para cada niña. Si bien el frio no impedía que las niñas jugaran fuera luego de unas horas decidí llamarlas para que ingresen a la casa donde todas tomaban chocolate caliente.     

-vaya fue todo un éxito- le digo mientras me acerco a Mio quien estaba tomando unas cuantas copas de sake. Ella me devuelve una sonrisa y se acerca cada vez más, me besa. Yo solo la abrazo para traerla mas cerca.

-Gracias- le susurro. Mientras le acaricio su rostro, ella me vuelve a besar.

-No gracias a ti. Sin ti, hubiera sido imposible todo esto-  dice mientras mira a todas las niñas dormir.

Fin.

Notas finales:

Gracias por leer.


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