Yo sentía que el tiempo se detenía y el recurso de lo que habías sido tu desaparecía, aunque desde que te conocí siempre me pareció que tenías algo que ver con un sueño sentía que no eras totalmente real y que yo te modifica para seguir siendo tan perfecto en mi mente, aún no podía evitar querer estar a tu lado y ganar un poco de tu atención aunque en el fondo de mi corazón yo siguiera creyendo que sólo eres una retorcida fantasía de mi mente. Durante el tiempo que ha pasado no has dejado ningún indicio de tu existencia y eso hace que crea aún más que antes que realidad no existes, ninguna frase, o una escueta carta, en la que confirmes tu idílica existencia, me lástima el saber, que cada vez más, transformó tú recuerdo, y que llegará el día en que mi recuerdo, no sea ni una sombra de lo que en realidad tú has sido, tu belleza, no significa nada más que sólo un bonito contenedor, que resguarda, el ingenio de tus pensamientos, y lo voluble de tus sentimientos, que no todo el tiempo son nobles o buenos, pero que te hace más fantástico en mi mente, pero siempre están al acecho, los terribles pensamientos, que te quieran hacer perfecto, y eso me aterra, porque significará que te perderé de nuevo, que en mi mente ya no quedará ninguna parte de ti así que te pido, con todo lo que tengo de mí mismo, que antes que el tiempo cumple, tan desdicha, premonición, me des una palabra o gesto que calmen, los desvelos de mi mente .Esta noche antes de dormir, he revisado mi celular, y me he dado cuenta, con un vacío en mi corazón, que ninguna carta es tuya, y no he podido preguntarme si sabes quién soy, o simplemente ese recuerdo ha sido borrado de tu mente, lo habrás hecho, sabes quién soy, o no lo sabes al igual que yo.
Todo esto comenzó hace tan poco tiempo, que aparecieran años, tú siempre habrás sido una persona sería, digna, respetable, cada casa cosa que pensabas o decías, se respetaba, aunque nunca alzará la voz, aunque nunca hubieras tratado mal a nadie, pero tú mirada figa, llena da de cordialidad, y disgusto, hacían que todos te obedecieran y pidieran disculpas, algunas veces este hecho, me hizo pensar que era debido, a tu complexión física, pero cuando lo analizó me doy cuenta, que no es del todo cierta, no es que no fueras guapo, porque siempre los has sido con tu sonrisa, que hace sonrojar, a la mayoría de las chicas, y que en los chicos, ocasionan una agradable comodidad, con tú cabello que es tan oscuro, y suave ,y tus ojos que son de un bonito avellana, o tu altura que es muy buena, sino tu personalidad, tan calmada, tan cálida, tan seria, que harías ver a cualquiera, que te levantará un poco la voz o se enojada contigo, como un pelmazo. Me acuerdo de un día, en el trabajo, que alguien quiso aprovecharse de ti, pobre tipo, te quería mandar todo su trabajo extra, que había obtenido por haber faltado un día antes, llegaste a tu cubículo, y como siempre empezaste a trabajar, sólo dedicándome, una pequeña sonrisa antes de empezar, tomates tus papeles, y cuando te diste cuenta, que allí había más de lo usual, no se como, entendiste lo que había pasado, te levantes tomando los papeles te acercarte hacia su cubículo, le dedicaste, una hermosa sonrisa, le dijiste con voz calmada, creo que olvidaste esto, en mi escritorio esta mañana, debes tener cuidado, son papeles importantes, y todos lo miraron como si fuera un idiota, desde ese día, todos en el trabajo, creían que, David, era realmente un idiota , como podía olvidar unos papeles tan importantes, en el escritorio de otro, aunque se disculpó por ser tan distraído, Nallel, lo miraba con su misma indiferencia, pobre idiota, jamás nadie lo volvió a tratar igual
Como tú eras de esta forma, yo nunca llegué, a enojarme contigo, al menos nunca seriamente, y cuando lo hacía, era fácil, que se pasara rápidamente, porque como siempre tu me ignorabas cuando empezabas a trabajar, tan serio y concentrado que yo quería encajar con un lápiz en tus bonitos ojos concentrados en esos papeles de contabilidad, pero como lo hacías prácticamente todo el día el enojo que dominaba mi pecho se iba disolviendo al pasar las horas, y eso ocasionaba que se me olvidará, cuando me hacías llorar no era igual, yo odio, llorar, no se si es orgullo masculino, o algo por el estilo pero, siempre que lo hago, me llenó de rabia, contra todos los que estén a mi alrededor, y siento la necesidad de huir, de sentirme sólo, entonces cuando los estúpidos sentimientos me llenaban, todo el cuerpo, y parecía, que solamente actuaba a base de la rabia, y la tristeza tú me sonreías de esa manera que calentaba mi pecho y yo me quería olvidar del estúpido trabajo y permanecer a tu lado todo el día, yo no necesitaba que me ignoras sino que me sonrieras una y otra vez, para sí llenarme de algo cálido, que en ese momento, todavía no podía definir, así que me levantaba, me sentaba en frente de ti, y comencé una charla estúpida, solamente, para hacerte sonreír, mientras utilizabas tú calculadora, y movías tú lápiz a través de los montones de papeles regados por tu escritorio , después de algún tiempo me decías que te dejará en paz, que tenías que terminar, no se que balance, sobre los ingresos de la semana pasada, yo te decía que me dejarás ayudarte, y tú simplemente ponías tus manos sobre el papel en el que estabas trabajando, te ponías nervioso, y me decías" llevó trabajando en esto desde hace 2 años en esta compañía crees que si no lo hiciera correctamente no me hubieran despido antes" y me sonreías con petulancia. Y ese momento ya me sentía lleno, fuerte como antes, como si pudiera, derrumbar mil paredes que se pudieran imponer ante mi, como si pudiera matar a todos los moustros que tenía dentro, me levanté, y en ese momento dese, no sin arrepentirme después, que fueras una chica, para tener una escusa para besarte en la mejilla, tal vez cerca de tu boca para saber que tan fuerte podía volverme después de eso, pero no eras una chica así que solamente me levanté, y te dije que te veía mañana, de nuevo me sonreíste, hay dios, te juro que en ese momento, si fueras una chica, te habría invadido todo tu espacio personal, hasta que no pudieras mirarme sin avergonzarte, y mirar hacia el suelo, se que los has hecho al menos una vez. Me senté de nuevo en mi cubículo, con todo el pecho lleno de esa sustancia cálida y pegajosa, que me hacías sentir, sonriendo como un idiota, sintiéndome como uno, y actuando como tal, como puede ser que con sólo sonreírme, de ninguna manera especial, me hagas sentirme así, mientras tú sigues haciendo estúpidos balances y olvidando todo lo que he hablado por más de 2 horas.