CAPÍTULO 4: Gemas que pulir
—Mi nombre es Biscuit Krueger, —La niña sonrió orgullosa, —Soy una maestra del Nen.
Después del silencio que trajo la oración, una carcajada se escuchó, al parecer, a cierto albino le daba gracia que la chica se autoproclamara “Maestra del Nen”, la chica frunció el ceño.
Se acercó peligrosamente al chico quien se paró con propósito de defensa, Biscuit estaba dispuesta a asestarle un golpe hasta que reaccionó, ese niño... Lo había visto antes...
¿Será posible...?
—Tú eres... Aquel niño... —Al parecer no era la única que había reaccionado, Killua había recordado eso que tanto le molestaba, no del todo, pero claro que había recordado la identidad de esa persona, abrió los ojos como platos, ¿pero por qué se ve como una niña ahora?
— ¿¡Eh?! ¿¡Pero por qué rayos estás así?! ¡Si antes eras un orangutá- —La “joven” le dio una cachetada antes de que la delatara frente a unos niños, es verdad que ese niño la conoció antes de tener esa apariencia, era un tanto peligroso. El albino se sobó el cachete que claramente dibujaba una mano roja, Biscuit se sonrojó levemente al haber herido al niño, aunque se lo merecía.
—L-lo lamento pero...
—Bisky —La aludida volteó a ver a Wing, quien le miraba con el semblante más serio que tenía. Gon quería hablar pero Zushi se lo impidió más de una vez, es de mala educación interrumpir y su amigo azabache lo hacía mucho, — ¿Conoces a este muchacho por...?
—Sí —La supuesta niña sabía exactamente a lo que se refería, aquel inconveniente que tuvieron hace tantos años.
— ¿Pero qué ha pasado? ¿Por qué se conocen? — Por una vez Gon fue más rápido que Zushi y logró saciar su curiosidad, todavía no le contestaban nada, pero lo debía decir o iba a explotar. También notó a Killua un tanto callado y nervioso, ¿qué pasó exactamente?
—Mira niño... Hace tiempo esta zona era un lugar muy pobre.
—Demasiado, podría decir —Añadió Wing, aunque no quería serlo, Zushi también sentía curiosidad por lo que había pasado.
—Wing, tú ni siquiera eres de aquí. Antes, aunque estuviéramos pegados, el barrio ni era parte de la ciudad.
—Gente de aquí no eran nadie a los ojos de los políticos, utilizaban a la gente de aquí para hacer el “trabajo sucio” —Esta vez Killua añadió este dato. Lo del “trabajo sucio” le causó malestar a Gon, sabiendo que él estaba un tanto involucrado con esa expresión, más de lo que le gustaría.
—La gente decidió pelear por sus derechos, se levanto en armas, no en el sentido literal pero nos manifestamos—Explicó Biscuit a los niños, quienes le escuchaban atentamente, —al empezar la pelea, el gobierno notó cierta desventaja, así que intento matarnos a todos...
—Nos usó como ratas de laboratorio, en otras palabras— Añadió Killua, la rubia suspiró, aunque le doliera admitirlo, era otra forma de decirlo, aunque muy acertada.
—Probaron un nuevo virus con nosotros, algunos fueron inmunes... Pero otros...
—Murieron, los que sobrevivieron están en pésimas condiciones— Volvió a añadir el albino, recordándole lo que le pasó a Alluka e Ikalgo, realmente le dolía verles así, pero lo que era peor es que convivía diariamente con los responsables de esa tragedia, le dolía tener que vivir cerca de las personas que le hicieron daño a Alluka, pero poco podía hacer...
—Después de eso, derechos humanos los penalizaron y obligaron a hacernos parte del país, nos unió con la ciudad, desde entonces se puede decir que vivimos en “paz” —Y así terminaba la historia, muchos se quedaron en el lugar, otros al poder salir decidieron probar a la suerte en otro ambiente.
Killua permaneció absorto en sus pensamientos, ¿cómo no reconoció el lugar? Puede que se haya confundido de dirección y no haya reconocido a dónde se dirigían.
— ¿Y así se conocieron? —Preguntó a Gon sacando de sus pensamientos al albino e incomodando un poco a la rubia.
—Bueno... Podría decirse— Gon lo notó, ocultan algo, pero no iba a indagar más en el asunto, al parecer puso el dedo en la llaga y no quería arruinar las cosas, todavía quería saber que era el Nen.
—Entonces... Cambiando de tema, ¿alguien me podría decir cómo funciona el Nen? — Biscuit chasqueó los dedos, colocando una sonrisa en su cara.
—Como decía, es una forma de vida, es la manifestación de tu aura o energía vital, dependiendo de tu categoría puedes manifestar el Nen de diferentes formas.
— ¿Existen categorías? —Zushi se unió a la conversación, también sentía cierta curiosidad, Wing suspiró, el pelinegro pensaba que esta vez podría impartir su clase sin ningún inconveniente, bueno, mirando el lado positivo, Gon le mandaría unos “amigos”.
—Sí, pero eso es cuando aprendan a controlar y sacar el aura, así—Una capa blanca envolvió el cuerpo de la mujer, los niños se sorprendieron, ¿realmente estas cosas existen? No los engañaban sus ojos, se sintió una presión en el aire, no peligrosa, pero ciertamente empezaron a sentir algo, y ese algo venía de la rubia, al parecer el Nen es más poderoso de lo que pensaban.
— ¿Entonces? ¿Era lo único que querían saber? Porque yo todavía tengo que hacer mi papel de maestro— Se quejó Wing, pero Biscuit estaba un tanto impresionada, Gon y Killua habían notado el aura, una persona que no puede usarla no lo hubiera notada, simplemente lo hubieran visto, pero lo sintieron, si pudiera y quisieran, entrenaría a esos niños. Mientras pensaba los niños se dirigieron a la puerta, el sonido de ésta cerrándose le hiso reaccionar y salió corriendo para alcanzarlos, por suerte apenas bajaban las escaleras, los dos chicos la miraron un tanto confundidos.
— ¿Pasa algo? —Preguntó Gon, en otra persona hubiera sonado un tanto cortante, pero en él se escuchaba cierta preocupación.
—Sí, ¿no estarán interesados en aprender Nen? —Los ojos de Gon brillaron, el albino miro al cielo dudando, ni siquiera sabía la razón por la cual había venido aquel niño, sólo aceptó para no regresar a su casa.
— ¡Claro que sí! —Volteó a ver a su amigo (realmente apenas se conocían, pero ya lo consideraba como un amigo) — ¿Tú no?
—Realmente... No lo sé, ni siquiera sé para qué sirve.
—Para muchas cosas, simplemente para todo lo que te propongas— Rápidamente le contestó Biscuit, notó como el niño lo reconsideraba, al final algo querrá que pueda hacer con Nen.
—Está bien... Le daré una oportunidad—Biscuit sonrió, realmente le gusta encontrar jóvenes talentos, encontrar y pulir gemas era su vocación, después de todo.
Quedaron para encontrarse en casa de Wing, la razón no era clara. Se despidieron y los chicos se fueron, los dos chicos caminaron en un profundo silencio, no uno incomodo, pero necesario, los dos chicos tenían cosas que pensar, el azabache se paró de golpe, el otro al notarlo volteó a verle.
— ¿Sucede algo? —Negó con la cabeza.
—Recordé algo, tengo que ir a un lugar, pero si quieres puedes no acompañarme— El albino suspiró.
—Te acompaño —No es como si tuviera algo mejor que hacer, aunque considerando que el sol se estaba ocultando rápidamente podría estar en problemas, ¡al diablo con eso! Le daba igual, no era la primera vez que le regañaran por algo así.
Caminaron algunas calles, estaban cerca del centro, por lo que había bastante movimiento de personas y transporte. Entraron en uno de los callejones, donde el sonido de la gente se distanciaba a gran medida, era un lugar muy oscuro, sólo un foco que parpadeaba, justo como en una película de terror. Debajo del foco una puerta de metal, el azabache se acercó a la puerta y la abrió, pasando como Pedro por su casa, ¿era aquí donde vivía? Fue la primera pregunta que le llegó al albino en la cabeza, siguió a Gon dentro de lugar. En la primera habitación había una mesa enorme con varias sillas, probablemente para reuniones. Entraron en una puerta, la luz estaba prendida y el lugar estaba amueblado, dentro de la habitación había un joven rubio fumando algo, olía realmente raro.
—List— Le llamó Gon, el joven atendió al llamado sonriendo de lado a lado, sus ojos estaban ligeramente rojos, en serio, ¿Qué estaba fumando?
— ¡Pequeño Gon! ¿Qué necesitas ahora amiguín? — ¿Qué pasaba con su actitud? Killua entendió de pleno, al parecer estaba fumando “sustancias ilegales”.
— ¿Le podrías mandar a Wing... ya sabes...? —El rubio suspiró, apagando y pisando lo que quedaba de cigarro. Asintió.
— ¿Otra vez? —List volvió a suspirar—Te lo puedo dar, pero tendrás que llevárselo tú, últimamente hay mucha actividad y tengo que estar en mis cinco sentidos—Pues estando drogado no llegará lejos en su meta.
— ¿Cuándo lo recojo?
—Aquí lo tengo ya, déjame lo busco— Debajo de su asiento había una caja, de la cual sacó una pequeña bolsita de color blanco, con... ¿polvos? Oh mierda, esta vez Killua por fin entendió la situación, al parecer el azabache estaba metido en estos asuntos comprometedores, y el maestro del pequeño Zushi era uno de sus clientes, esto iba de mal en peor, fingió estar al margen de la situación, aunque el tal List lo notó, decidió no reprocharle a Gon, o pensaba que era muy tonto o confiaba en que Gon no traería gente mala, si supiera que su supuesto “padre” es un político...
El rubio se paró y le entregó la bolsa a Gon, suspirando y diciendo algo entre dientes, —Sólo porque eres el hijo de Ging... Y me caes bien...
Salieron del lugar, pasando el centro la calle estaba desalojada. Gon volvió a hablar, —No... ¿Me dirás nada?
Killua suspiró, —Realmente me da igual en que asuntos tú o ese tal Ging estén metidos... — Gon suspiró aliviado.
—Bueno, me tengo que ir, nos vemos en casa de Wing.
El niño se despidió con la mano para luego darse la vuelta y empezar a caminar, bueno, ese era el plan hasta que los dos chicos escucharon gritos detrás de ellos.
— ¡AYUDA!