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¡Si tú pasas, yo almendras! por Koume

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Notas del capitulo:

Bueno, pues casi nadie lee esto, pero seguiré actualizando por las 5 personas que sí lo leen :’), muchas gracias, y actualizo el martes porque el miércoles no podré xd

CAPÍTULO 5: ¡Pero sólo somos unos niños!

¡A-AYUDA! —Un señor de bastante edad gritó, los dos niños voltearon, al parecer estaban presenciando un asalto en aquella desolada calle a altas horas de la noche. Un tipo con una bandana en el cuello y lentes de sol le apuntaba la navaja. Mientras el señor retrocedía, convenientemente cayó sobre su trasero, pataleando para retroceder aún más, de mucho no servía, cabe decir.

Killua suspiró, no era un justiciero de la noche, ni que fuera Batman, pero tampoco es que lo podía dejar así como así. Al parecer, Gon tuvo la misma idea que él, los dos chicos corrieron en ayuda del señor, quien al verles se ocultó detrás de sus pequeños cuerpos (pequeños a comparación del mastodonte que tenían ocultándose a sus espaldas).

—P-por favor, ¡ayúdenme! —En un chillido les pidió ayuda, el bandido se rió de lo ridículo de la situación, el señor estaba tan desesperado que acudió a dos niños indefensos, dos niños indefensos que... lo derrotaron de dos golpes, corrió despavorido.

El mayor se paró del suelo, recuperando la compostura tosió un tanto incomodo, para luego actuar tan profesional que los niños ni se la creían.

—Muchas gracias, no esperaba que dos niños fueran de tanta ayuda.

— ¡No hay problema! —El azabache contestó alegremente.

El señor parecía analizar algo en lo más profundo de sus pensamientos, para luego voltear a ver a los niños, —Seré claro, y breve. Soy una persona importante, ¿saben?

— ¿Y tu punto es...? —Gon le dio un codazo a las costillas del albino, éste bufó adolorido, pero cuanta fuerza tenía ese niño.

—Que necesito ayuda para llegar a un lugar, y ustedes parecen dos niños muy fuertes, ¿qué dicen? ¿Me ayudan? —El azabache pareció considerarlo, Killua no sentía la necesidad de hacerlo, no valía ni la mitad de la pena, acercó a Gon pasando su brazo por el cuello del contrario, y luego les dio la vuelta para dejar al mayor a sus espaldas.

—Ni lo pienses.

— ¿Eh? ¿Por qué?

— ¿Estás de broma? ¡Podría ser un maldito pedófilo!

— ¡Pero es una persona importante! —El albino golpeó la cabeza de Gon con su puño.

— ¡Ay, no digas estupideces! ¡Puede estar mintiendo!

—Pero sé que no estás mintiendo—El brillo en los ojos de Gon se le hiso muy peculiar al contrario, ¿cómo podía estar tan seguro?

Como si de un adivino se tratase el azabache se dispuso a explicarse.

—Sé cuando las personas mienten, y él no tiene aire de que haya dicho algo malo.

— ¿Tanto confías en tus habilidades? —Ese peculiar brillo seguía ahí.

—Sí—Fue lo único que contestó, Killua suspiró, bien podía irse, pero quería observar un poco más al azabache, no por nada malo, simplemente se le hacía una persona bastante curiosa, muy... peculiar.

Los dos chicos terminaron aceptando, el mayor sonrió.

—Muchas gracias, les daré una recompensa a cambio—Para Killua seguía teniendo escrito “PEDÓFILO” en toda la cara, pero confiaría en el azabache y empezaron a seguir al señor.

—Mi nombre es Light Nostrade, dueño de la compañía Nostrade—No shit Sherlock, Killua empezó a toser sorprendido.

— ¿¡Cómo?! ¿¡TÚ eres Nostrade?!

—Así es—El señor se limitó a decir, el albino no estaba sorprendido por quién era, si no porque vivía a más de una hora de donde estaban, y caminando... No sabía de Gon, pero él estaría en problemas.

Gon no conocía a tal señor, pero a juzgar por la reacción de Killua debía ser alguien de bastante importancia, justo como lo sospechó. A juzgar por la posición de la luna, ya era MUY tarde, Mito se preocuparía, o igual aprovecharía para irse con su novio del cual no recuerda el nombre (y tampoco es que sea muy digno de recordar), nunca llegaba tan tarde, y si lo hacía generalmente su tía sólo le decía que no lo volviera a hacer.

Caminaron y caminaron, no encontraron mucho, sólo que el señor tomaba los desvíos más raros. Desde un barrio de maleantes hasta uno chino, ¿desde cuándo esa ciudad tiene tanto? Puede ser que no visiten mucho estos lugares, pero esto era demasiado exagerado, realmente parecía un lugar completamente diferente. Es verdad, el tipo fue atacado más de una vez, pero... o ellos eran muy fuertes o los criminales ya no eran dignos de su título.

Pues al parecer no, no fueron al hogar del gran Nostrade, si no a un hotel, al ver que ese era su destino los niños ya querían irse, pero el señor les dijo que se quedaran, esto daba mala espina a Killua. Subieron al elevador, llegaron a un piso privado. Al entrar vieron la habitación llena de peluches, genial, además de pedófilo era fetichista. De una puerta entró una joven niña de pelo azul, seguida por varios guardaespaldas vestidos en traje, al ver a los niños los guardaespaldas se pusieron a la defensiva.

— ¡TENEMOS INTRUSOS! —Un castaño bastante alto y musculoso, con una barba por afeitar se echó encima de los niños, inmovilizándolos a los dos por su bastante peso y musculatura, aunque casi, casi podían quitarlo de encima, no lo lograron, dos guardaespaldas más se acercaron para inmovilizar a los niños de la mano.

— ¡Jefe! ¡Tenemos a los intrusos! —Gritó uno de los guardaespaldas, era un azabache bastante alto, además de él único que no llevaba traje, se podría decir que era el jefe.

—Dalzollene, pueden soltarlos, yo los traje por mi cuenta—Sus subordinados se sorprendieron para después soltarlos, Killua les dirigió una mirada asesina mientras Gon sobaba sus muñecas.

—Jefe, con todo respeto, ¿por qué trajo a unos niños? —Preguntó un rubio de ojos grises. Parecía una persona realmente serena, pero aún así, Gon no pudo evitar notar que aquella calma estaba a punto de desvanecerse en cualquier momento.

—Voy a serte sincero Kurapika, estos niños son realmente fuertes, no tanto como ustedes, pero podrían llegar a serlo.

—No me diga jefe, ¿piensa contratarlos? —Qué curioso, la voz de aquella persona era la de una mujer, pero su aspecto era demasiado raro, era bajita y casi calva.

Al escuchar el plan del jefe los niños no pudieron evitar sorprenderse, ¿contratar niños? ¿Para qué?

— ¿Pero por qué? ¡Sólo son niños! —El tal Kurapika le recordó, no le gustaba juzgar a su jefe, pero después de años de trabajar ahí no podía evitar juzgar las decisiones de sus superiores.

—Hablando de niños, tendrán familia que los estarán esperando, ¡y siguen aquí! —Nostrade frunció el ceño confundido.

—Yo pensé que eran indigentes... Por eso pensé que no habría problema... —Volteó directamente a verles, — ¿Tienen familia?

Además de indigentes, pensaba que era huérfanos, este señor era un caso.

Gon estaba a punto de contestarle, decirle la verdad, pero Killua se lo impidió colocando su mano en la boca del contrario, podría sacar algo de provecho en esta situación, —No, sólo somos nosotros dos.

— ¡Esplendido! Mañana empezaran a trabajar a primera hora.

—Jefe, ya es primera hora—Dijo Dalzollene revisando su reloj de muñeca.

—Aún mejor, empezaran ahora... —Pareció considerar algo, —Pensándolo bien, no. Descansen, yo los mandaré a llamar.

— ¿Usaremos el cuarto extra?—Preguntó la mujer más baja.

—Sí, Senritsu, ¿Podrías llevarles? —Así que ese era el nombre de la peculiar mujer. Senritsu asintió y los niños le siguieron al elevador, no bajaron tantos pisos. Entraron en una de las habitaciones del pasillo.

—Antes de irme, ¿podría decirles algo?

— ¡Sí, claro! —Contestó Gon alegremente, provocándole una sonrisa a la más baja.

—Realmente no sé el por qué para que hayan mentido... —Killua le interrumpió.

—Espera, ¿sabes que mentía?

—Sí, tengo un oído muy agudo, escuche a tu corazón hablar por ti. A diferencia del cerebro, el corazón no miente—El albino estaba un tanto sorprendido, cada vez se encontraba más y más cosas curiosas, y no era diferente para Gon. Todo lo que le había pasado hasta ahora era más de lo que un día imaginó enfrentarse, y en sólo unas pocas horas, —Continúo, no sé la razón, pero sea la que sea, algún día tendrán que enfrentar la situación que les hiso huir.

Realmente no huyeron, sólo nunca regresaron, además de que Killua había arrastrado a Gon a éste pozo sin fondo, se sentía un poco culpable, más tarde se disculparía.

Terminando esa corta conversación en la cual sólo la mujer habló, Senritsu se retiró dejándolos a los chicos solos en esa habitación de hotel.

—Gon... Lo lamento...

Gon dirigió su mirada al albino, un tanto sorprendido por esa repentina disculpa, —Terminé arrastrándote conmigo, tengo más de una razón para no regresar pero tú...

—No sabes, Killua, —Ahora el albino era el sorprendido, —A un principio quería decir que tengo familia, pero realmente no es así. No conozco a mi madre, creo que sabes a que se dedica mi padre y por qué está en la cárcel, y mi tía Mito no está nada feliz de tenerme...

Miró directamente a los ojos zafiro de Killua, con un brillo que nunca antes había vito en su vida, —Más bien, debería agradecerte por mentir... Si no hubiera sido por ti hubiera seguido ignorando el hecho de que vivo en un lugar donde no soy bienvenido.

Por último y para rematar, una sonrisa. Una simple sonrisa, ¿cómo algo tan sencillo como una sonrisa podía llevar tanta felicidad y gratitud?, —Gracias, Killua.

Esto último hiso sonrojar al albino, nunca antes había escuchado palabras tan sinceras, de una persona tan cálida como lo era Gon, ¿cómo es que era así? ¿Cómo después de todo lo que ha vivido podía sonreír de esa forma? Simplemente, él es único, y Killua tuvo la casualidad de encontrarle, no podía pedir más, sentía que si estaba cerca de Gon, puede que todo no estuviera tan mal, sentía... Que todavía quedaba esperanza.

—Tch, no digas cosas tan penosas—El azabache rió, Dios, su risa era tan... Dios...

—Creo que deberíamos dormir.

Notas finales:

Ggg, ya me he decidido, sobre si poner killugon o no (lo estaba considerando fuertemente). Así que bueno, nos leemos el sábado :D 


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