Baek Hyun se despertó sobresaltado cuando un portazo resonó en la minúscula habitación alquilada, se sentó en la cama y temblando por el miedo se puso unos pantalones y se encerró en el baño. Fue lo único que pudo ocurrírsele recién despierto y en cuestión de segundos.
-¡Byun Baek Hyun, sal de ahí ahora mismo!-gruñó su, oh, su padre.
¿Cómo demonios le había encontrado? Había sido malditamente cuidadoso con no dejar ningún tipo de rastro en el camino, cambió su número de teléfono incluso. Temblando se sentó en la taza del váter. Él no quería toda esa mierda, no estaba hecho para cumplir con los caprichos de algún viejo rico, él era un alma libre.
-¡No! ¡Lárgate!
Escuchó más pasos dentro de su pequeña habitación y murmurllos, y entonces las visagras de la puerta del baño cedieron y la puerta del baño le golpeó en la cabeza, atontándole momentáneamente. Unos fuertes brazos le quitaron la puerta de encima y le cargaron como si fuera la carga más preciosa del mundo.
Gimió adolorido y se aferró a la camiseta de quien le sostenía, temblando irremediablemente y sollozando ligeramente.
-No llores, Baek Hyun.- le dijo una suave voz.
Baek Hyun abrió los ojos y gimió consternado, estaba entre los brazos del hombre más caliente del jodido país, quizá del planeta. Se revolvió intentado ponerse de pie y, al hacerlo, se mareo y se tuvo que sostener de la pared.
-¿Q-quién eres?-preguntó sintiendo la sangre latir en su cabeza.
-Tú nuevo jefe, por supuesto.-dijo él otro sonriendo.
Baek Hyun gimió algo adolorido por el inminente dolor de cabeza que sabía que vendría por tremendo golpe, y bueno, también por que su padre le había encontrado y su supuesto jefe no era un viejo, si no un aspirante a súper modelo o idol.
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Min Seok observó al joven humano retorcerse nervioso en la silla que estaba delante de su escritorio, sabía, por su padre, que no tenía ni idea de a lo que venía, por lo que le tocaba a él la tarea de explicarle a lo que se iba a dedicar de ahora en adelante a medio tiempo.
-Soy Min Seok, no nos habían presentado.- dijo el vampiro sonriendo y mostrando sus dientes blancos.- Sé que no quieres estar aquí, sin embargo, solo te pido que le des una oportunidad y si realmente no te gusta estar aquí, te acompañaré a la puerta sin problema.
Baek Hyun asintió algo perdido, ¿todavía podría elegir? ¿Podría ir a la entrevista de trabajo que había concretado para dentro de dos días?
-Sé que tu padre te dijo que aquí serías un mayordomo, pero no podrías estar más equivocado. Dime, ¿crees en lo sobrenatural?
Baek Hyun se mordió los labios nervioso. ¿Qué si creía en lo sobrenatural? Cuando era niño vio como un vampiro mordía a su padre delante de sus ojos. Le tomaron por loco.
-No.-murmuró.
Min Seok pudo sentir como el pulso del más joven se aceleraba y un olor empezaba a entrar por sus fosas nasales. Estaba mintiendo.
Quiso empezar a hablar de nuevo pero Chan Yeol irrumpió en la habitación.
-¿Qué coño es ese olor tan...?-gruñó entrando por completo en la oficina.
Baek Hyun se encogió en la silla y le miró curioso.
Chan Yeol se acercó a él en un instante, le levantó y le husmeó el cabello. Joder, ese olor iba a volverlo loco. ¿Quién demonios era ese chico?
-¿Chan Yeol?- preguntó Min Seok cuando notó que su segunda mano estaba sacando los colmillos.
-Necesito morderle, siento que si no lo hago mis colmillos se caerán.-gruñó Chan Yeol con voz de ultratumba.
-¿M-morder?
Baek Hyun se apartó de Chan Yeol y se escondió detrás de la silla de Min Seok, el hombre había sido amable con él y.... y estaba asustado como la mierda.
Chilló cuando un cuerpo se puso detrás de él sin que lo notara, unos brazos le envolvieron el pecho y un pequeño, más bien dos, pinchazos en su cuello. Acto seguido sus ojos se nublaron, su miembro se llenó de sangre y se vació en sus pantalones con un gemido. Respiró fuertemente mientras sentía las olas y olas de infinito placer recorrer sus venas.
El vampiro gimió extasiado cuando el sabor de la sangre varió gracias al orgasmo del humano y se volvía mas dulce. Necesitaba más.
Chan Yeol chupó con más fuerza y estalló una segunda vez, sus piernas dejaron de responderle y su mente se nubló.
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-¿Qué demonios ha sido eso, Chan Yeol? ¡El chico ni si quiera sabe de nuestra existencia!- le gritó Min Seok enfadado.
-¡No lo sé! Jamás me había pasado.-murmuró mientras observaba el cuerpo del humano dormido en el sofá de la oficina.-¿Hyung?
-¿Qué?
-Mientras lo mordía se corrió.-murmuró rascándose la barbilla.
-¿Q-qué?
-Dos veces, además.
Ambos compartieron miradas significativas y a la vez, miraron al humano que descansaba. Chan Yeol parecía haber encontrado a su perfecto.
Solo había un problema.
¿Cómo explicárselo al humano sin que éste sucumbiera a la locura?
Chan Yeol dirigió su mirada su perfecto cuando comenzó a despertar, se acerco a su lado y le acarició el pelo, disfrutando de la sensación de las hebras entre sus dedos. Sonrió como un imbécil enamorado cuando los ojos confundidos le miraron.
-Vamos, necesitas comer algo.
Chan Yeol le ofreció una mano y la tomó, algo mareado y sin todavía saber muy claramente que pasaba fue guiado a través de la mansión a una anormalmente enorme cocina. ¡Podrían alimentar a toda su universidad ahí! ¿Quién demonios podía permitirse tantos lujos?
-¿Qué te apetece comer?-preguntó el más alto.
-Cualquier cosa está bien, solo que no lleve pimiento.-murmuró Baek Hyun.
La cocina era jodidamente enorme, con más fuegos de los necesarios, una nevera que parecía de uso industrial y una barra en medio para comer de pie. Baek Hyun lo observaba todo atentamente, nunca, ni si quiera en películas había visto algo así.
Con curiosidad se movió alrededor de la cocina, miró debajo de la barra y encontró sillas altas, arrastró una fuera y se sentó en ella, notando que sus pies estaban alejados del suelo ahora. ¿Todos eran igual de altos en aquella casa o era solo el gigante que estaba con él el único alto?
Se rascó la coronilla nervioso al ver al gran hombre desenvolverse por la cocina torpemente, parecía que era la primera vez que estaba allí en años.
-¿Chan Yeol? ¿Eres tú?
Un hombre de la misma altura que Chan Yeol entró en la cocina, aparentemente serio, pero su tono de voz delataba sorpresa y burla.
-Cállate, mocoso.
-¡El milagro ha ocurrido! ¡El señor existe!-gritó el otro.
Baek Hyun miró la escena algo sorprendido y extrañado, ¿qué estaba pasando ahí?
-¡El la primera vez en ochenta años que te veo entrar aquí!
-¿O-ochent-ta a-a-ños?-murmuró Baek Hyun al borde del ataque de pánico.
-¡Se Hun!