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Vivir y existir son dos cosas distintas. por Amaidesu

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Notas del capitulo:

Ya sé que no tengo perdón de Dios. Nuevo cap, expliaciones y conjuros abajo :3

-¡Hasta cuándo vas a seguir con esa actitud! Si no te corresponde pues no lo hace y ya y, además, por qué demonios tienes que estar culpándote de todo lo que haga o deje de hacer; ese no es tu problema.

-Pero Dei, yo tengo la culpa. Él realmente estaba arrepentido. No debí hacerte caso.

-Y dale con lo mismo. Si ese tonto no te aprecia mejor que no te le acerques.

-¡Eso no cierto!

-¿No? Y qué ha hecho para reconciliarse contigo. ¡Entiende que jamás te verá como tú quieres!

-¡Tú no sabes nada!

-¡Tengo razón!

-¡Que no! Él solo está con Ino porque se parece a mí. Es rubia y tiene los ojos azules. ¡Él me extraña de verdad y por tu culpa lo desprecié!

-Haber, Naruto. Tienes que razonar. Si realmente te extrañara, por lo menos trataría de acercarse a ti y eso no ha sucedido.

-Tal vez haya sido porque le dije que solo me le acerqué para que le gustara. Cosa que fue TU idea.

-Haber, ya ha sido suficiente. Nos vamos.

 

Era de mañana y ambos rubios voltearon a ver el recién llegado Itachi. El azabache, que tuvo que ir a regañadientes, se los llevó a un centro comercial. Descubrió que cuanto más comían menos ruido hacían. Por suerte iba preparado para ese caso en específico, llevaba puestos sus audífonos y a alto volumen para no escuchar la discusión que se desenvolvía a su lado.

Sabía que Deidara y Naruto eran cercanos pero no eran familiares, aparte de que desde hacía casi una semana ambos habían comenzado una riña cada vez más fuerte.

Al principio era Deidara tratando de animar a Naruto y este ocasionalmente le echaba la culpa pero al pasar los días empezaron a discutir cada vez más. Naruto le culpaba de casi todo y también a sí mismo por cualquier cosa que saliera a flote.

En cierta forma era su culpa ya que fue él quien, aunque de manera indirecta, lo empujó a rechazar al chico que le gustaba, pero tampoco es que sintiera culpable. En fin, para no tensar más las cosas decidió no hablar más.

Bueno, eso planeaba en un principio pero, y que conste que no era a propósito, oía la conversación de ambos rubios; ni con los audífonos a máximo volumen podía evitarlos.

Por lo que escuchaba, el muchacho del que hablaban se había apegado de forma casi patética a una chica que tenía rasgos similares a los de Naruto. Internamente se debatió entre si decirle lo que estaban haciendo con él o callarse y dejar que siguieran jugando con el rubio menor.

Sopesando ambas ideas, era mejor que Naruto supiera la verdad ya que si seguía por ese camino saldría herido, y eso a Deidara no le gustaría para nada.

 

-Naruto, escucha con atención.

-Itachi, no creo que sea buena idea que hables.

-Yo también quería quedarme callado pero creo que Naruto debe saber que están jugando con él.

-A qué te refieres. Cómo que están jugando conmigo.

-Escucha, ese tipo empezó a juntarse con la chica justo después de que le rechazaras ¿Cierto?

-Sí.

-Lo que trata de hacer es que te sientas culpable por no haberlo aceptado. Quiere que pienses que fuiste tú quien lo empujó a esa chica. Creo que entiendes a lo que me refiero.

-Un poco.

-Haber… Lo que hace es fingir que te extraña mucho, tanto que como tú ya no le haces caso busca a alguien que se parezca a ti para reemplazarte.

-Entonces sí me extraña.

-No debes estar cerca de él.

-Pero si él me-

-No. Por lo que me has dicho, ese chico es un manipulador. Está acostumbrado a que las cosas salgan como él quiere.

-Es que él no sabe cómo hacer amigos.

-Más bien no quiere tenerlos. Lo mejor es que te alejes.

 

Naruto quedó en silencio. En su interior, a Itachi le causaba intriga saber quién era esa persona. Por las descripciones que Naruto hizo de él tenía una idea de cómo era. Más de una vez se le cruzó por la mente que tal vez era de Sasuke de quién hablaban pero de inmediato lo descartaba. Conocía a su hermano, era algo reservado y un poco caprichoso pero no era un manipulador. Aparte, si fuera Sasuke, no se tomaría tantas molestias con Naruto.

Dejó sus oscilaciones a un lado y dirigió su mirar a Naruto. Tenía la mirada gacha y los hombros caídos, clara señal de quien se siente derrotado. Entonces se le ocurrió una idea; no había garantía de que funcionase a la perfección pero podía solucionar los problemas del rubio.

 

-Hay algo que puedes hacer, pero no te va a gustar.

-Y de qué va a servir.

-De mucho, si funciona. Quieres que ese tipo esté contigo ¿Cierto? Debes de mostrarle que no caerás en su juego y que no seguirás sus reglas; algo así como rebelarte.

-No te entiendo.

-Él seguirá con su juego pero puede que intente hablarte, aunque para eso se tomará su tiempo. Mientras no te hable debes de mostrarte osado y desinteresado. De esa forma irá cediendo.

-Pero de qué servirá.

-Eso no es lo más importante. Cuando te hable debes de burlarte. No lo insultes ni nada de eso, solo finge que lo que dice no tiene sentido y que te causa gracia. Herirás su ego. Ya después te le acercas y quedan de acuerdo en llevar la fiesta en paz.

-No creo que sea buena idea.

-Le mostrarás que no eres uno más del montón y que tampoco puede jugar contigo.

-No me verá como algo reemplazable. ¿Eso es lo que quieres decir?

-Sí.

 

Siguieron caminando por un rato más hasta que los tres tuvieron que irse. Naruto, de camino a la academia, le daba vueltas a los consejos de Itachi. No quería pensar que Sasuke solo estaba jugando con él por el simple hecho de verlo como “algo” y no como “alguien”.

 

-Si logro hacer que me vea como a alguien especial entonces puede haber futuro… Me gustaría que hubiera otra forma de lograrlo…

 

Llegó a la academia y se juntó con su nuevo grupo de amistades. Se mentalizó para hacer lo que Itachi le había dicho, “osado y desinteresado”. Con sus amigos conversaba de los profesores; había uno en particular que hacía que sus clases fueran divertidas, comentaban sobre la última de ellas.

La conversación seguía su curso obvio cuando vio a Sasuke entrar al salón. Por un momento dejó de respirar, se estaba dirigiendo directamente hacia él. Dentro suyo, en esas centésimas de segundo, se desarrollaba un debate sobre si hacer caso a Itachi o no.

 

-Naruto, tenemos que hablar.

-Le demostraré que no soy como el resto.

-Quiero que me disculpes por cómo me comporte. También… quiero decirte que me gustas mucho y que quiero que salgas conmigo.

 

Shock, no había mejor palabra para describir el estado en que lo había dejado el enunciado de Sasuke. Estaba tan feliz, Sasuke le quería. “Ese chico es un manipulador”. Y tan rápido como vino la alegría, vino también el miedo. ¿Y si ese era otro de sus juegos? Cómo estar seguro de cuándo dice la verdad. Es imposible saber cuándo un mentiroso no miente.

 

-Sasuke… eso es… muy tonto de tu parte. A mí no me importa cómo te comportas, nosotros no somos amigos ni nada por el estilo. Y ¿Te gusto? ¿Te van los hombres? Vamos, puedes hacerlo mejor. Arrodíllate, dame la mano. Por qué estaría cerca de alguien tan tedioso como tú.

-… Ya veo.

-Solo estaba jugando. Te diste cuenta de que no caeré en tu juego y solo te resignas a no manipularme porque es eso lo que hacías ¿Verdad? No dejaré que juegues conmigo.

 

Dejó de ver a Sasuke para centrarse en sus amigos; la puerta se abrió, Sasori se estaba llevando a Sasuke. Quiso detenerlo pero no pudo levantarse, seguía riendo ante sus amigos.

Esa noche, cuando llegó a su casa no podía más con la angustia. Y ¿Si Sasuke no estaba mintiendo? ¿Si de verdad le quería? Tal vez lo había arruinado todo, tal vez lograría que Sasuke le quisiera. Necesitaba una confirmación, sentía que se volvería loco por no saber nada.

Esa noche, echado en su cama, lágrimas salieron de rostro. En las pocas interacciones que tuvo con Sasuke aprendió algo de él y era que detestaba la atención. Y esa misma tarde le habló ante todo el salón; había sido sincero.

 

Al día siguiente se levantó con un gran dolor de cabeza. Se sentía sin fuerzas, sin ánimos de hacer o ir a algún lugar. Itachi se había equivocado, Deidara lo había persuadido de pensar mal de Sasuke y él, qué tonto fue al creer en ambos.

Se alistó y salió en dirección a la casa de Deidara, quería desahogarse y reclamarle, y necesitaba un consejo para arreglar las cosas.

Llegó y entró pues tenía una copia de la llave. Subió al segundo piso, que era donde vivía Deidara, y le despertó de un grito. El rubio mayor se levantó desorientado encontrándose con la triste mirada azul frente a sí.

Naruto empezó a recriminarle, a culparle por herir al Uchiha. Deidara en un principio se mantuvo callado pero no era tan paciente, empezó a alzar la voz y, al final, se convirtió en una pelea que casi llegaba a los puños.

De la nada Itachi apareció y Naruto dejó salir su rabia contra él. Sin embargo, Itachi pasó de él para dirigirse a Deidara.

 

-Ya deberías aprender a manejar esta situación.

-Estaba dormido y solo míralo, es él quien comenzó este alboroto. Otra cosa, por qué estás aquí.

-Sasori me llamó, sabes bien que no le gusta el ruido tan temprano. Aparte de eso, Sasuke se quedó a dormir aquí.

-Yo no lo vi subir.

 

Rápidamente Naruto salió de la habitación y subió al tercer piso. Se disculparía y le explicaría el porqué de su actitud del día anterior.

Sin embargo, la escena frente a él no era lo que esperaba.

Sasori estaba durmiendo y encima de él estaba Sasuke. El pelirrojo tenía una mano enterrada entre los cabellos azabaches y la otra alrededor de la espalda del moreno.

Los mayores subieron preocupados por la súbita reacción de Naruto pero, también, ambos se llevaron la sorpresa sin poder ocultarla.

Deidara, que reaccionó primero, miró primero a Naruto; este parecía querer llorar; y luego a Itachi, se veía claramente que no era capaz de asimilar que su hermano y su amigo estuvieran en una situación tan comprometedora.

 

-Cuánto rato piensan seguir de mirones. Salgan de mi cuarto.

-Tú… ¡Qué le hiciste a Sasuke!

 

Con la mano con la que tocaba los cabellos azabaches, le tapo el oído apegándolo más hacia sí. Naruto quería separarlos en ese mismo instante, alejar a Sasuke de las manos de Sasori pero, atónito, vio como Sasuke abría los ojos, le miraba desinteresadamente y volvía a cerrarlos, acurrucándose al pecho de Sasori.

 

-Sasori, quiero una explicación de porqué mi hermano está aquí y así contigo.

-Tú te fuiste de lengua suelta con nuestros padres, creo que lo dije esa noche ¿Lo recuerdas? Ahora mismo tienes frente a ti a mi pareja sentimental y a la prueba de que no te estoy tomando el pelo. ¿Alguna otra cuestión, hermanito?

-Sasuke, por qué.

-Te di la oportunidad, Naruto. Tú mismo decidiste rechazarla.

-Pensé que solo estabas jugando conmigo.

-Ni siquiera pensaste eso por ti mismo. Además bien sabes cómo odio que todo mundo se fije en lo que hago, debiste de haber notado ese insignificante detalle.

-¡Sasori, qué mentiras le dijiste a Sasuke!

-Por qué piensas que él me miente. ¿Acaso no te cabe que tomara esta decisión basado en el simple capricho? O tal vez pienses estoy con Sasori para que te sientas mal. Me temo que eso ya pasó, así que no debes temer. Desde anoche dejaste de ser importante para mí.

-Sabes bien que él no quiere que estés conmigo.

-Lo que no sabes es, que Sasori fue quien me convenció de que hiciera ese teatrito ayer. Y qué crees que pasó.

-Sé que quieres explicaciones, Itachi. Te las daré después. El resto no tiene nada que ver aquí.

-¡Claro que tengo que ver!

-Él tiene razón, Naruto. Yo soy el único que tiene derecho a pedir explicaciones. Deidara no conocía a mi hermano y tú no le importas. Vámonos.

 

Los tres salieron dejándolos solos y en silencio. Sasori acariciaba la cabeza de Sasuke, podía sentir un ligero temblor que venía de las manos de Sasuke. Estaba asustado.

Se sentó con Sasuke encima suyo y atrajo hacia sí una sábana con la que cubrió al pelinegro. Poco a poco sintió cómo el ligero temblor del moreno se expandía al resto de su cuerpo. Lo apegó más contra su cuerpo tratando de reconfortarlo.

 

-Tiemblas porque temes las consecuencias que pueda causar esto. Solo es un poco de miedo que se disolverá.

-Eso ya lo sé. Dime, Sasori. Por qué tengo tantas ganas de llorar. Por qué me duele el pecho. Por qué quiero que me abraces. Por favor, dímelo porque no sé de dónde vienen estás sensaciones.

-Entonces llora, yo te abrazaré. No te dejaré solo.

 

Sasuke se aferró con fuerza al cuello de Sasori, este sintió cómo algo tibio tocaba su hombro, eran las lágrimas que salían de los orbes ónix. Acariciaba con dulzura los cabellos del moreno con la esperanza de que pudiera aminorar, aunque sea en algo, el dolor de Sasuke.

Escuchó como Sasori le decía que descansara y después de largo rato llorando, se durmió.

 

Abrió los ojos, se encontraba tirado boca abajo en un pasadizo sin luces. Se levantó con algo de dificultad, se sentía cansado. Mientras se apoyaba en la pared para sostenerse oyó un gimoteo seguido de otro, y de otro más. Alguien estaba llorando.

Se paró aún apoyado en la pared, trataba de discernir algo entre toda esa oscuridad pero no lo lograba.

 

-¡Ya cállate! Eres exasperante por donde se mire. Por qué no me puso en otro lado.

-Él está triste, mucho. ¿Cómo puedes estar tranquilo sabiendo lo que ocurre?

-Yo se lo advertí pero ¿Me hizo caso? ¡No! Por una tontería…

-Fue lo mejor.

-Fue lo peor que pudo hacer. Seguir con esos malditos idiotas es lo mismo que una muerte lenta. ¿Uh? ¿Ya nos extrañas, tan pronto?

-Sasuke… ¿Eres tú?

 

Dos antorchas se encendieron. Una, la de la derecha, era de color azul y la otra, que estaba a su izquierda, era verde.

La puerta tenía una abertura bloqueada por barrotes. Puedo ver cómo alguien se asomaba para verle. Dos ojos verdes le examinaron y, seguido, una risa burlona.

Oía también que alguien más trataba de ver por la rejilla pero el ojiverde no le dejaba. Finalmente, el ojiverde fue empujado y en su reemplazo apareció un chico con los ojos azules e hinchados. No pudo evitar pensar en Naruto, esos ojos se parecían mucho a los del rubio.

 

-Estás hecho un asco, miedosito. Pensé que te iba de perlas en el otro lado.

-Sasuke, ¿Estás bien?

-Cómo va a estar bien. Lo estás viendo tú mismo y se te ocurre preguntarle si está bien.

-Todo saldrá bien, solo tienes que esperar un poco a que las cosas mejoren.

-Después de tanto tiempo tu idiotez no disminuye. Escúchame, Sasuke. Sabes la solución a todo esto, solo tómala.

-¡No! Podemos superarlo, solo debes tener paciencia.

-¿Te ha funcionado esa tontería de la paciencia? Vamos, sé que eres idiota pero no tanto.

-No lo escuches. Sasuke, puedes superar esta situación. Al final podremos ser felices.

-¿No te cansas del mismo cuento? Esto no es una película ni nada similar. Las malas personas no siempre obtienen su merecido y las buenas personas casi nunca son felices de verdad. Solo se engañan para no ver lo insignificante que es su intento de vida. Lo sabes muy bien, Sasuke.

~Ya he tomado una decisión.    

-De hecho, fue ese fosforito rojo quien la tomó por ti.

-Naruto te quiere.

-Sasori es bueno en la cama.

-¡No estamos hablando de eso!

-Me pareció que sí. Hay que hacer valer todos los puntos de los participantes.

~Por qué estoy aquí.

-Esa respuesta no la encontrarás aquí. Si ni tú lo sabes cómo esperas que nosotros lo sepamos. No traes a nadie contigo, debe haber algo que quieras de nosotros. De mí ya sabes lo que obtendrás apenas salga.

-Aún hay tiempo para hacer algo. Hay mucho que puedes hacer.

-¿Para esos idiotas? No lo valen, ni un poco maldita sea.

~Llevan mucho tiempo conmigo pero nunca les escuché algún nombre.

-Eso es porque siempre fuimos un “algo” y no un “alguien”

-En mi frente tengo dos letras pero no puedo verlas.

-Yo las tengo en mi cuello. Tal vez podamos verlas con algo de luz, acerca una antorcha.

 

Tomó la antorcha azul y la acercó a la rejilla. De inmediato aparecieron dos letras en la frente del chico de ojos azules. “Fi”. Cuando el de ojos verdes mostró su cuello no se vio nada.

 

-Y cuál es mi nombre.

~Fi. Significa leal.

-¿Y el mío?

~No tienes nada en el cuello.

-Varias veces he sentido símbolos en mi cuello, ahí están.

 

Sasuke devolvió la antorcha azul a su sitio y en su reemplazo tomó la verde. Se acercó a la rejilla y en el cuello del ojiverde aparecieron las cinco letras.

 

-Di mi nombre.

~…

-Dilo, Sasuke.

~Fobos.

-Ni siquiera necesita traducción. Ego sum te maximus timor, Sasuke. Soy tu mayor temor, tu fobia. Es así como me ves. Al tonto este lo ves como un debilucho, leal. A mí me temes.

~No te temo.

-Entonces por qué nos encerraste. A este idiota es obvio pero ¿A mí? ¿Por qué? Tanto miedo le tenías a la muerte que no eras capaz de simplemente acabar con todo. Temes mis acciones, todo lo que podría hacer.

~No puedes hacer ahí dentro.

-¿En serio? ¿Has oído el sonido que hace una cuerda al ser tensada más allá de su punto de afinación? Hace un ruido peculiar, casi como un chillido.

~No te dejaré salir.

-No hace falta. Puedes estar un día tranquilo afinando tu guitarra y sin querer, accidentalmente, estirar lentamente la cuerda hasta que ya no aguante más. Freud lo dijo, habrá momentos en que el inconsciente trate de salir, y una de las formas favoritas de hacerlo es el acto reflejo. Hasta pronto, Sasuke.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

De verdad que intenté subirlo antes pero hubo dos razons por las que no pude hacerlo. Primera: estaba de huelga. Si hay aquí alguien de Perú, entenderá a lo que me refiero. Y la segunda: No tenía internet. Ya tenía el cap listo solo me faltaba el inter (ahora si tengo desde casa y así he estado subiendo todas las veces) Ya sé ~hubieras ido a un ciber para subirlo~ me hubiera gustado hacerlo pero ahora mismo estoy ajustando mi dinero para mis estudios. Ahora ya tengo internet y espero que así siga; sin más eso es todo. Bye.

 

Pd: Dicen que si dejas un rw, Hagrid vendrá a llevarte a Hogwatrs ;)


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