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Vivir y existir son dos cosas distintas. por Amaidesu

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Notas del capitulo:

¡Perdón! De verdad lo siento. No tengo excusa para esto pero no perdamos el tiempo. A ponernos al día!

Desconcertado era poco con respecto a cómo se sentía. Esperaba que Itachi lo amenazara, incluso que le gritara, cualquier cosa menos que le pidiera ayuda. Sin embargó, le sorprendió más saber qué quería de él. ¿Qué quería? Que separa a Naruto de Pain, debía de estar lo suficientemente desesperado para que, después de todo ese tiempo ignorándole y alejándole, le pidiera eso. Su hermano estaba sentado en su silla, él seguía echado en su cama; sopesaba en su mente qué hacer. Podría ayudarlo, podría no hacerlo. En ese momento no tenía especial interés en Naruto, pensaba también en cómo reaccionaría Pain si le quitara a Naruto. No necesitaba ser un genio para ver que el peli naranja veía al rubio como su propiedad.

Itachi seguía sentado, miraba al piso con atención. Vio la figura de su hermano, se veía tristemente cansado. Por su mente cruzó una idea, ¿Tanto se había encariñado con el rubio? ¿Tanto le afectaba lo que le sucediera? Al parecer, sí. Aunque no quería acercarse a Naruto, quería observar a Pain, en otras palabras, le convenía ayudarlo.

-Quieres que separe a Naruto del otro tipo ¿Cierto?

-Así que no eres tan idiota… Deidara me dijo que estas yendo al mismo taller que Naruto. ¿Vas porque Naruto está ahí o porque solo quieres fastidiarme?

-Por qué tiene que ver contigo o con él.

-Me escuchaste hablar por teléfono, oíste el nombre de Naruto y no se te ocurrió algo más original que seguirme sin me diera cuenta

-¿No se te ocurren las propagandas?

-Lo digo enserio. La única manera que tenías de saber de ese taller era por mí y yo jamás te lo dije. Y como veo que no lo sabes, ese taller está dirigido por los familiares de cierto grupo de mi universidad, por eso no lo podías saber.

-Hábil. Bien, sí te escuché hablar, de un psicópata de hecho. Es por eso que voy, quiero verlo de cerca-

-¡Deja de ser tan tonto! Un psicópata no es cualquier cosa. Son manipuladores, mentirosos y-

-Y se parecen a mí ¿No? Hermano mío, es bueno que nos hayamos alejado tanto, sino no podría decirte esto. Estuve a punto de ser un psicópata también, su manera de ser no me es tan extraña, de hecho, si analizas mi forma de ser, verás que no hay mucha diferencia.

-¿Así que por eso jugaste con Naruto? ¿Solo porque te gusta manipular a las personas?

-No te equivoques. Yo traté de alejarlo en varias ocasiones, puedes preguntárselo a él mismo. Disculpa, que sea Deidara quien se lo pregunte, lo olvide. En fin, yo no quería que ese idiota se me acercara pero parece que tiene complejo de mesías, no puede dejar que alguien se haga daño.- Esa última frase la dijo con burla. El mayor solo le veía, analizaba sus palabras. Lo cierto era que el rubio jamás le contó lo que pasó entre ellos. Lo único que dijo era que ya no podía más con las mentiras de Sasuke y que estaba cansado de que solo lo viera como un objeto. Tal vez su hermano mentía pero en ese momento, lo único que podía hacer era pedirle ayuda. Ya no sabía que más hacer para que Naruto se alejara de Pain, intentó hablar con él pero cada vez era más seco y frío con él, trató de que Deidara hablara con él, que le hiciera entrar en razón pero tampoco funcionó, el rubio menor le decía que no era justo que solo él fuera feliz junto a Itachi, que él también quería ser feliz al lado de alguien… y Deidara no podía contra eso.

-Dejemos ese tema, ahora necesito de tu ayuda. Ese tipo consume cada vez más la poca vida de Naruto. Antes era alegre, su risa contagiaba alegría y aun estando triste trataba de sonreír y no preocuparnos pero ahora…

-Ahora está siendo manipulado de la manera más tonta posible. Esto es lo que pasa cuando dejas que un psicópata y alguien con complejo de mesías se junten. Naruto no puede evitarlo y Pain uso el truco más viejo para manipular a la gente. En serio que es un idiota para caer en eso.

-Solo sepáralos, después desaparece.

-Eso no lo puedo hacer. Verás… yo quiero observar a Pain de cerca. Después de separarlos llévate a Naruto de ahí y listo. Yo me quedaré.

-Bien.

-Una última cosa. Para como están las cosas solo tengo una manera de separarlos y no creo que te guste. Tengo que manipular a Naruto.

-Sasuke.

-Escucha. Pain tiene un control total de Naruto y si me acerco a ese tonto en plan de solo amigos, créeme, no funcionará. Me hará lo mismo que a ti, me alejará y no podré hacer nada por separarlos.

-¿No basta con todo lo que ha sufrido? Sasuke, Naruto tiene sentimientos. ¡Acaso es tan difícil de entender!

-¿Los quieres separados o no? Lo manipularé y después solo tendrás que escucharlo llorar un par de veces y ya. Después de eso no tendrán que preocuparse por Pain.

¿Lo dejaría hacer eso? ¿Realmente dejaría que su hermano jugara con Naruto otra vez? Sabía que no tenía de otra pero ¿Llegaría a lastimarlo?, mejor dicho ¿Dejaría que lo lastimen? Su hermano tenía razón, era la única manera pero no quería, ya no quería que Naruto sufriera. Él era un buen chico, no le hacía daño a nadie y no se merecía ese sufrimiento y ahora estaba en sus manos dejar que siga sufriendo aún más porque, aunque el rubio no lo viera, estaba sufriendo. Con la furia contenida aceptó, dejaría que el idiota de su hermano jugara con el rubio pero sería por su bien, para que ya no le hicieran más daño. Era por su bien.

Sasuke veía el dolor en su hermano, le costó decir ese “Hazlo” Le vio arrastrar los pies en señal de derrota, y era comprensible. Su hermano era una persona noble y para su desgracia, fácilmente manipulable.

Vio la torre de naipes, aun no la había tirado. Maquinaba cómo haría, porque era consciente de que no sería fácil acercarse a Naruto. Primero tendría que pasar a Pain, de su vigilancia y luego el camino sería llano. Lo mejor es dormir y pensar, aunque en su caso ya lo dudaba, pero sí debía de dormir para estar bien descansado.

Al abrir sus ojos, se encontraba nuevamente en aquel lugar. Más allá de sus recuerdos y frente a ese pasadizo que llevaba a esos seres. Todo estaba en silencio, obscuro. Avanzó y vio por la ventana. Fi, como siempre, estaba tirado en el suelo. Una mancha negra podía verse debajo de él, su cuerpo maltratado y sus heridas siempre abiertas… condenadas a nunca sanar. A su lado estaba Fobos, también la sangre escurría de sus ropas. Estaba apoyado a la pared y entre sus brazos había una pequeña cajita, una cajita de cuyos bordes podían verse la marca de la sangre derramada. Vio a ambos seres, siempre fueron así, eso jamás cambiaría, no podía evitarlo. Estaban condenados al dolor, eran simples juguetes de la vida, juguetes que usaba para jugar al juego de la mentira. Qué importaba dañarlos en el proceso, lo único que importaba era que las fichas nunca pararan de chocar entre sí.

Abrió la puerta, no quería pero tenía que hacerlo. No era tan arrogante como para creer que podría contra un psicópata de verdad, el nivel de manipulación era muy distinto. Debía evitar que entrara en su mente a toda costa y solo había una manera de perder. Lo que una vez no destruyó por la tonta ilusión de que un día algo cambiaría. Era el momento. Despertó a Fobos delicadamente, no abriría sus heridas aún más. Se miraron mutuamente, asintieron al mismo tiempo, sabían que era necesario y que era momento de matarlo.

Fi despertó, vio lo que tramaban. Empezó a llorar, en silencio las lágrimas surcaban esos tristes ojos azules, esos tristes ojos malditos que le causaron las heridas que ahora cargaba, esos mismos ojos que le mostraron una realidad cruel, esos mismos ojos que le atormentaron por años, esos mismos ojos… se parecían a los de Naruto.

-No tienes que hacer esto.

-Fi, debes entender. ¿Acaso quieres seguir sufriendo?

-Es necesario, así otras personas no saldrán heridas. Si yo cargo con sus penas entonces ellos no lo harán. No sufrirán.

-¿Prefieres sufrir en su lugar?

-Prefiero no dañarlos. –Sasuke tomó la cajita en sus manos, esta parecía temblar. La abrió pero no se veía nada dentro; solo se escuchaba un palpitar incesante y tortuoso. Era extraño como un objeto no visible pudiera emanar emociones pero así era, sin embargo, eran tantas que lo único que podía sentir era confusión. Sasuke, por favor, detente.

-Es hora, esto debía pasar. Debió pasar desde hace años pero… no lo hice.

-No ayudarás a nadie si lo haces.

-Ayudaré al idiota de Naruto a que deje de ser manipulado.

-Basta… ¿No te das cuenta de que solo abrirás más nuestras heridas?

-¡Eso es por tu culpa! Por no querer que los demás sufran lo que deben de sufrir… ¡Por querer que todo sea perfecto cuando no lo es! ¡ABRE LOS OJOS!- Fi se quedó quieto, una nueva herida se abrió en su rostro, bajo sus ojos. Solo por palabras se abrió una nueva herida; dejarlo vivo era peligroso y recién en esos momentos notaba el peligro. No había otra solución además no era solo por Naruto, también tenía que pensar en lo que pasaría, su futuro. En algún momento podría volver a pasar lo que le pasó por estar cerca del rubio. Encariñarse y sentir el frío del abandono no era una opción. Observó a Fi, su rostro se mostraba tenso, como queriendo decir algo y no queriendo a la vez. No hablaría, por lo menos no sin permiso.

-Si quieres decirme algo, hazlo.

-¡No deben sufrir!

-¿Y yo debo hacerlo? ¿Por qué cargaría con un dolor que no es mío?

-Sabes que no te hará bien. Sasori no te ayudó para esto. Él quería que fueras como los demás.

-Pero yo no quiero ser como los demás. Solo son animales, unos malditos hipócritas. No merecen una pizca de piedad.

-Naruto es una buena persona.

-Naruto es un idiota. Debes entender-

-¡Entender qué! ¿Que te engañas a ti mismo por el miedo? ¿Qué te ciegas a propósito solo porque temes ser débil? Tienes tanto miedo, no, pavor es lo que sientes. Temes tanto que alguien más use tus juegos contra ti, temes tanto que te engañen que la única opción que ves es matarme. Si realmente crees que esto solucionará todo entonces hazlo, mátame, pero hazlo sabiendo que jamás volveré y que jamás podrás sentir la alegría y la emoción de amar y querer. Te quedarás atrapado en la amargura y jamás podrás salir… porque yo soy la llave.

Oír aquello le detuvo un momento. Era cierto, no solo no sufriría, no sentiría nada. Sasori lo ayudó justamente para que eso no sucediera y ahora iba a hacer lo que él no quería que hiciera. ¿Valía la pena?... Era lo mejor, así no correría el riesgo jamás.

-Lo sé. Eso es lo que quiero.

 

-Sasuke.

¿Era un chiste? Después de lo que le costó ganarle a su mente ¿Tenía que despertarlo su hermano justo en ese momento? Se calmó, después de todo no podía darse el lujo de volver a dormir.

Se levantó con pesadez, se alistó y salieron para el taller. Itachi le dijo que Naruto solía ir desde temprano; tendría que esperar un buen rato a su hermano ya que Deidara le había llamado. Itachi bajó, la cólera tatuó su rostro. Naruto, qué más podría ser.

-Qué pasó.

-Ese tipo…

-Está en la casa del idiota ¿Cierto? Tranquilo, ya me lo esperaba.

Después de eso salieron al taller. Cuando llegaron Itachi se veía tranquilo, mucho. Sabía, o por lo menos se imaginaba, cuán enojado estaba el mayor y le sorprendía ese autocontrol. Devolvió su mirada al frente, Naruto y Pain estaban entrando. El rubio volteó, sus ojos, antes risueños, ahora parecían estar en el más profundo de los mares. Sintió una punzada, ¿En el pecho? No lo sabía. Solo sintió el toque de una aguja en algún lugar de su cuerpo. Entró y dejó a su hermano afuera. Los siguió hasta llegar al salón donde debía entrar, se quedó parado en la puerta siguiéndoles con la mirada. Entraron a otro salón; por un breve momento Naruto le miró nuevamente… No podía evitar recordar su sueño, sus ojos y los ojos de Fi siempre eran iguales y ahora se parecían menos. Entró al salón, él también lo hizo.

Neji dictaba sobre partituras, notas y otras cosas que seguro eran interesantes para quienes quisieran tocar el violín, pero su mente estaba en otro lado. Pensaba detenidamente sobre lo que iba a hacer. Los sueños son simbólicos pero reales a la vez, además debía tener cuidado con lo que iba a hacer. Sabía que tanto daño se puede causar con solo un par de palabras, ¿De verdad valía la pena arriesgarse solo por curiosidad? El dicho dice “la curiosidad mató al gato” y sentía que no podía ser más cierto… Además estaba Naruto… Ese tonto logró desestabilizarlo mucho y si se acercaba a él corría el riesgo de acostumbrarse a él. De verdad qué tanto valía la pena de ayudarle. ¿Lo suficiente? ¿Siquiera valía algo?

Dio la una de la tarde, estaba tan absorto en su mente que no sintió el pasar del tiempo. Neji se le acercaba, probablemente para invitarlo a ese lugar de nuevo. Podría no ir y acabar con todo, ponerse a salvo; podía ir y arriesgarse… Recordó los ojos del rubio, últimamente los estaba recordando mucho.

-Dije que lo haría, además no sé cuándo volveré a tener una oportunidad como esta.

-Sasuke, me alegra verte. Hoy también nos quedaremos… ¿Nos acompañas?

-Claro, por que no.

-Perfecto. Hoy tocaremos la misma canción y algunas otras más. Si te sientes más cómodo con la guitarra, puedes usarla.

-Creo q prefiero aprender con el violín.

-Bueno, eso ya lo ves tú.

-Por cierto… Conoces a Pain?

-Todos conocen a Pain, es uno de los mejores aquí. Tú mismo lo has escuchado tocar.  Pero porqué lo preguntas…

-Por nada en especial, solo me gustó la manera en la que toco el piano.

-Toca de manera impecable, y no le tomó mucho tiempo hacerlo. Creo que te podría ayudar, dar unos consejos. Creo que me entiendes. Si quieres puedes hablar con él. No le gusta quedarse en el salón después de la una, debe de estar por los últimos salones del fondo, no le gusta que lo interrumpan.

-Creo q iré a saludarlo, además tengo un par de preguntas.

-Claro, pero recuerda, a las cuatro.

-Sí…

 

Salió y camino hacia los salones del fondo. Sacó un chocolate y se puso a comerlo, caminó por un rato más cuando oyó unos sonidos algo…  extraños. Avanzó con sigilo, no quería hacer el más mínimo ruido. Llegó a la parte trasera de uno de los salones, estaba oculto a la vista totalmente pero más le sorprendió ver el origen de aquellos sonidos. Naruto estaba siendo acorralado por el peli-naranja contra uno de los muros. Sus rubios cabellos eran sujetados firmemente por la mano contraria y sus ojos tenían pequeñas gotitas saladas. En su cuello había una inconfundible marca rojiza. La cara de Pain era de enojo pero fue camuflada por la sorpresa.

 

-¿Es enserio? ¿Te harás el víctima conmigo también?- Vaya, lamento interrumpir. Verás… te estuve buscando Pain.

-He escuchado de ti, Sasuke. Pero no porque toques el violín, si me entiendes.

-Es obvio.

-Itachi te mandó, ya no sabe qué más hacer para hacer que Naruto me abandone… es normal. Si yo tuviera a un ser querido junto a alguien tan despreciable como yo también querría alejarlo.

-Pain, no-

-Shh, sabes que es cierto.

-Me temo que esa idiotez no funciona conmigo. Y no, no estoy aquí por Itachi, estoy aquí por ti, Pain. Oí de ciertas conductas particulares tuyas, me interesas y serás mi sujeto de pruebas, cobaya.

-No te entiendo.

-Claro que lo haces, si quieres podremos hablar con más calma después, hay niños al frente.

No sabía porqué soltó toda esa palabrería. Debía de hacer que Pain bajara la guardia, no que la pusiera más alerta. Los ojos contrarios le analizaban detenidamente para saber qué forma podía usar sin dañar la imagen que creó sobre Naruto, no la descubrió. Se fue y Naruto estaba por seguirle pero le detuvo. Le miró quieto, no quitó su mirada hasta que Pain se hubiera ido. El rubio no se movió, en serio que a veces se sorprendía de la facilidad que tenía el rubio para ser controlado.

Se le acercó lentamente, en ese momento estaba en una etapa crítica de casi dependencia. Debía de actuar como se hace con los cachorros asustados. Avanzó a paso lento sin hacer ruido, no hizo movimientos bruscos y no habló hasta que estuvo cerca de él. No dejó de mirarle ni por un segundo, posó su frente sobre la del ojizarco, le tomó los dedos, jugando con ellos. Los dedos del rubio se movían poco, como queriendo ceder al juego y no queriendo hacerlo. Besó sus ojos y bebió de esas pequeñas gotas cristalinas, apoyó su rostro en su cuello de tal manera que no pudiera ver sus expresiones. Por un breve momento soltó las manos del contrario y las volvió a tomar. Volvió a soltar sus manos, pero esta vez las enredó en el cuello del rubio.

-Naruto…

-…

-Naruto, respóndeme.

-Qué quieres que te responda.

-Por qué estás tan lastimado.

-No lo estoy.

-Por qué lloras.

-No lloro.

-Por qué me dejaste…

-¿Uh?

-Tú… me enredas. Juegas con mi mente, me quitas mi calma.

-Solo te causo problemas ¿No?

-Tú me… me agradas… me alegras los días, me haces enfadar y me hacer sonreír de verdad. Me haces falta.

El rubio quedó mudo ante esas palabras. Varias veces imaginó cómo sería si Sasuke le aceptara al fin pero en su interior sabía que no pasaría; y ahora el mismo Sasuke le decía todo eso… Se fue porque ya no quería sufrir más, no quería seguir siendo el objeto que está ahí y  que solo sirve para pasar el tiempo. Le gustaba imaginar que Sasuke le veía como a un par pero siempre le decía que se fuera. Ahora Sasuke le decía que lo extrañaba, algo dentro suyo se sentía tibio otra vez pero lo apagó nuevamente. Sasuke mentía, Pain se lo dijo. “El vendrá y te dirá cosas bonitas, cosas bellas pero, al ser un miserable, sé lo que hará. Te mentirá otra vez” Y pensándolo bien no tenía sentido, venir y decirle eso justo cuando tanto Dei como Itachi querían que se alejara de Pain, era demasiada coincidencia.

-No te creas que soy tan tonto. Sé que mientes.

-Naruto… ayúdame. Ya no sé qué hacer. Tú siempre fuiste una molestia para mí y lo sabes, pero era porque te veía como un peligro. Sabía que solo tú podrías hacerme tanto daño. Tengo miedo de ser lastimado, por eso alejo a las personas… y por eso te alejé de mí. Pensé que todo estaría mejor cuando te fueras pero, sinceramente, no sé cómo pasé este mes. Solo quería volver a verte y escuché a mi hermano hablar por teléfono. Lo seguí cuando oí tu nombre y llegué aquí. Naruto… de verdad me haces falta.

-Y para estar contigo tengo que dejar a Pain, mira qué casualidad.

-Es tu amigo ¿No? No me importa si sigues con él o no, solo quiero que vengas conmigo, que me acompañes como antes, que me molestes como antes. Quiero… Naruto, quiero que me toques…

-Q- Qué estás diciendo, idiota. Ya suéltame.

-Naruto, hablo en serio. Ya no sé qué hacer para sentirme como antes. Naruto, quiero estar contigo pero no sé qué hacer. Es la primera vez que me siento así. Me siento confuso, es como si estuviera enojado y triste y no sé qué hacer… Ayúdame.

-Sasuke…

El rubio quedó desconcertado por un momento, todo lo que dijo el azabache… Recordó el corto tiempo que pasó con él, hizo memoria de esas pequeñas cosas que el azabache hizo, pequeños detalles que hicieron que se enamorara del Uchiha. Lo cierto era que aún lo quería y mucho. Pain dejó de estar en su mente y Sasuke lo invadió. No quería soltarlo, no quería que fuera como un sueño y que Sasuke desapareciera porque de verdad lo quería. Se apoyó en la pared, deslizándose hasta llegar al piso; sentó al azabache encima suyo y le abrazó con fuerza. Lloró en silencio al analizar sus acciones, cómo trató a Deidara y a Itachi. Ambos siempre se preocupaban por él y no entendía porqué se comportó así de mal con ellos. Se sentía culpable del estado del azabache, talvés no debió irse pero ya no podía reparar eso. Le acarició los cabellos y sintió cómo el azabache se relajaba hasta que llegó un momento en que sintió que el moreno dejó de respirar. Le tomó el pulso pero solo estaba durmiendo. Se acomodó mejor y se quedó quieto para no despertarlo. Lo ayudaría, lo ayudaría a olvidarlo porque, si algo aprendió con Pain, fue que tenemos que dejar libres a las personas que queremos.

Por su parte el moreno, cuando comenzó a hablar, maquinó las palabras para que sonaran solitarias, quería que el rubio tuviera pena y culpa, sin embargo, cuanto más hablaba menos pensaba. Hasta que le dijo “quiero que me toques”, reaccionó. Eso no estaba en su plan. Lo que dijo después no lo recordaba y ni siquiera lo pensó, solo habló. Sintió la mano del rubio aferrarle a su cuerpo y por ese momento dejó de maquinar. Sentía el tibio de sus brazos y su respiración jugar con sus cabellos. Notó que Naruto le acomodó sobre sí, no protestaría, después de todo era un buen escenario. Cuando el rubio comenzó a acariciarle los cabellos sintió una ligereza inexplicable, solo se dejó hacer por lo que terminó en el mundo de Morfeo…

Estaba cómodo durmiendo cuando sentía algo extraño, como una ligera presión y algo de cosquilleo. Abrió los ojos y se encontró con la sorpresa de que Naruto lo estaba besando. Su primera reacción fue separarse; los ojos del rubio estaban anonadados, confusos. Él apenas y pensaba, tenía que reparar eso y rápido.

-Qué me estabas haciendo.

-Te besé.

-¡Eso ya lo sé!

-Es que estabas dormido y pues… yo…

-Tú qué.

-Pero no te avergüences

-¡No me avergüenzo! ¡Estoy enojado!

-Entonces por qué te sonrojas.

Mudo por la pregunta, tocó sus mejillas. Estaban calientes. Eso sí era inesperado. Por qué se avergonzaba, no tenía sentido. Devolvió su vista hacia Naruto, podía notar un gesto entre culpable y pícaro. Como el niño que ha hecho una  travesura y lo han pillado pero al mismo tiempo le da gracia haberlo hecho. Sonrió, se levantó y le dio la mano al contrario para que se levantara. Ambos salieron de la mano y fueron al departamento de Deidara. El rubio mayor se sorprendió al verlos en la entrada pero no los dejó afuera.

Los dejó para que hablaran, ahora dependía de Deidara. Por su parte llamó a Sasori para pasar el resto de la noche, no quería volver a su casa.

Llegó al piso del pelirrojo y, como tenía una copia de la llave, entró. Sasori estaba en su estudio haciendo alguno de sus proyectos. Volteó a verle y le hizo la señal de la ceja, quería saber qué estaba haciendo ahora.

Ambos estaban en la cama, se había acostumbrado a hablar seriamente solo en la cama. Le contó sobre Pain y sobre la conversación que oyó de su hermano, también del favor que le pidió de separar a Naruto de Pain y lo que había tramado para hacerlo pero el pelirrojo no parecía contento.

-Es peligroso.

-Tranquilo, Pain, no me controlará.

-No me refiero a él.

-¿Naruto? Pero si es un idiota.

-Ese idiota te hizo daño una vez.

-No podrá hacerlo de nuevo, ya aprendí. Además no me importa, por eso no me puede hacer nada.

-Lo mejor es que te alejes de él, no puedo asegurar que serás feliz a su lado.

-Basta, Sasori. Solo te necesito a ti para ser feliz.

-Eso ni tú te lo crees.

-¿De qué hablas?

-Dónde está Naruto ahora.

-Abajo, con Deidara.

-¿Y no se te ocurre que te pudo haber visto subir?

-Puedo decirle después que subí para que terminemos. Él se lo creerá.

-Sasuke, basta. No solucionarás nada, y no ganarás nada.

-¿Crees que me encariñaré con el idiota de Naruto? Eso no pasará porque para mí, él es un animal miserable y repulsivo. Solo eso.

-¿No significa nada?

-Nada…

Notas finales:

Bien, bien, bien. Primero, podría decir que estuve ocupada al cien por cien pero la veradd es que me entró una flojera terrible. Osea, tenía la idea en la mente pero al momento de pasarlo a escrito pues el internet me ganaba... Segundo también escribí otra historia pero es una historia corta en Wattpad y pues me gustaría saber que piensan así que, si no les molesta, pueden leerla y dejarme su opinión. En qué puedo mejorar y si hay algo que no cuadra con la historia. Es muy importante para mí ya que de verdad me gustaría comenzar a publicar cierta historia que tengo. Es bastante compleja y compuesta, me gusttaría subirla de manera correcta pero para eso necesito de ustedes, para que me ayuden a mejorar tanto mi escritura como la continuidad de la historia. Les dejo el link, si desean, ya saben, entren y me dejan su opinión al respecto ^^

 

https://www.wattpad.com/510287460-contigo-aprend%C3%AD-y-aprend%C3%AD-bien-d%C3%B3nde-est%C3%A1-el

 


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