Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vivir y existir son dos cosas distintas. por Amaidesu

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lo siento con todos, pasaron muuuchas cosas. Quizá los cuento más tarde. Solo para dar señales de vida ^^

Habían pasado ya varios días desde que se pudo acercar al rubio, Pain solo vigilaba de cerca sus pasos.

En esos días, que fueron poco más de dos semanas, Sasuke notó que Naruto no era exactamente igual a como lo recordaba. Lo veía cansado algunas veces, también lo vio enojarse. Era como si empezara a mostrar cómo era realmente. Dejando eso de lado, algo extraño estaba sucediendo. No era que soñara todos los días, sin embargo, los sueños, de todo tipo, se habían detenido por completo. Imaginaba que sería por esa nueva situación; Pain, Naruto y su casi dependencia, la depresión de su hermano y bla bla bla.

Aparte de eso, había otra cosa. Le estaba costando, un poco más de lo habitual, el dormir. A veces ni dormía por una razón desconocida, otras, tenía que escuchar música. No entendía, solo asumía que tenía que ver con el rubio.

Vio la hora, apenas faltaban quince minutos para las diez. Había quedado con el ojiazul para salir, no sabía a dónde. De hecho, le dijo que sería una sorpresa. No le dio vueltas y solo salió.

Se encontrarían en un lugar un poco alejado del centro, donde se ubicaba un café bastante conocido por ser frecuentado por personas “famosas”, y lo decía con burla ya que eran personas dedicadas a la TV basura, cosa que detestaba.

Llegó y ahí estaba Naruto, parado y ojeando su celular. Quiso jugar un poco; le gustaba esa sensación, se sentía niño otra vez. Con ganas de hacer travesuras. Llamó al celular contrario, el otro, contesto.

-Sasuke, por dónde estás.

-Lo siento, pero no iré.

- ¡¿Qué?!

-Lo que escuchaste, no iré.

-No me hagas esto, lo preparé durant... ¿Sasuke?

No fue mucho lo que aguantó ya que, aunque trataba de sonar serio, las expresiones y acciones del rubio le causaban demasiada risa. Terminó riendo en una carcajada que el rubio pudo escuchar sin necesidad de un celular. Se acercó a Naruto, quien tenía una mueca de fastidio, y solo le dio un pequeño cabezazo.

-Ya, tonto. Solo era una bromita.

-No fue gracioso.

-Para ti, porque para mí fue hermosa.

Naruto, molesto, lo llevó consigo cogido de la muñeca mientras que el azabache solo reía al ver ese comportamiento infantil en el rubio. Le parecía enternecedor, pero, por sobre todo, la razón por la que haría hasta lo imposible por hacer rabiar a Naruto, era su comportamiento tan impulsivo. No le prestaba mucha atención ya que seguía riendo pero cuando se detuvieron, se dio cuenta de que estaban en una terminal. Naruto lo llevó a un bus y se sentaron ahí.

-Estoy esperando a que escupas lentamente.

-Pues quería ir de viaje.

-Me di cuenta.

-Y no quiero ir solo.

-Pudist-

-Me refiero a que quería pasar un día a solas contigo, Sasuke.

-…

-Qué.

-No esperaba que respondieras antes de hacerte la pregunta.

-Bueno... Solo disfruta del viaje, no será tan largo. Además, preparé una sorpresa.

Durante todo el viaje, de cuatro horas, estuvo durmiendo. Se sentía caer de sueño, el insomnio le estaba afectando mucho. Lo más extraño fue que al apoyarse en el brazo de Naruto, casi inmediatamente se durmió, como si su cuerpo hubiera encontrado su lugar de reposo ideal. Al despertar ya estaban frente a un viejo museo.

-Dónde estamos.

-En las afueras.

-Eso es obvio.

-Frente a un museo ¿No?

-Me sacas canas.

Pasearon por el museo y otros lugares de la ciudad, comieron a gusto, fueron a una presentación y, finalmente, la sorpresa de Naruto.

El rubio guio al azabache a una colina bellamente adornada con flores pálidas y pastizales bellamente cuidados.

-Qué hacemos aquí.

-Pasar la noche, creo que es obvio.

Su cara de espanto debió ser temible ya que inmediatamente Naruto se retractó.

-No me refería a eso. Sino que... ¿Eh? Bueno, por esto.

El rubio apuntó arriba, Sasuke aló su oscura vista al cielo para llevarse uno de los mejores momentos de su existencia. Un cielo totalmente estrellado, cosa rara en la capital.

Se quedó quieto un buen rato, oía a Naruto armar lo carpa, pero no le prestaba atención, se sentía hipnotizado por ese manto oscuro. A su memoria vino un triste y lejano recuerdo, lejano porque era de cuando tenía unos seis años y triste pues… porque era repitente y escurridizo. Debió de quedarse un buen rato observando el cielo nocturno ya que, cuando le prestó atención al rubio, este ya había acabado.

Sentía curiosidad, porqué el rubio se había enamorado de alguien como él, porque era obvio que lo estaba, porque no de una persona normal, de alguien que le protegiera, que le cuidase o que siquiera le prestase atención. Él, si algún día buscara una pareja, buscaría eso de su compañera.

Naruto estaba sacando una pequeña cocina para camping cuando escuchó al azabache dirigirle la palabra. “Quiero una fogata”. Quizá y oyó mal “¿Una fogata en una colina totalmente cubierta de pasto y a dos horas, como mínimo, de una estación de bomberos? Creyó que con esa pregunta disuadiría al azabache de esa idea. Se equivocó.

-Quero una fogata.

-¿Estas consiente de que podríamos morir incendiados?

-Eso no es tan malo.

-No es broma…

El azabache se levantó y se fue caminando en dirección contraria de donde estaba Naruto. No se giró, no dijo ni una palabra, siguió caminando hasta que escucho el sonido de la victoria tras de sí. Un bello “Está bien, lo haremos”, música para sus oídos.

Regresó y se sentó mientras el rubio encendía la fogata, se tumbó y trato de dormirse, no quería que ese recuerdo siguiera rondando en su mente, menos aun, no quería llorar con él ahí presente. Cerró los ojos con fuerza, imaginaba, soñaba con la mente abierta y despierta. Para él, eso era imaginar, soñar despierto, consiente, solo que imaginar no trae mas que problemas, no es bueno, no es seguro… porque cuando se imagina un lugar donde eres feliz, el golpe de la realidad es tan duro y frío como el filo de un puñal. Poco le faltó para dormirse pero el rubio lo despertó.

 

-Pareces un perezoso de tanto que duermes.

-Y tú pareces una antorcha con ese cabello tan llamativo. Qué tiene de malo que duerma un poco.

-Bueno, nunca vi a nadie que durmiera tanto, es todo. Quizá estés enfermo.

-Duermo mucho porque me gusta dormir, no hay más misterio.

-Entonces eres un dormilón.

Se le quedó mirando un rato, tenía la pregunta pero no sabía si hacerla. Podía quedarse con la duda o podía saber la verdad. Lo importante no era la respuesta en sí, no… lo importante era la pregunta. Podía preguntárselo pero no tenía ninguna garantía de que dijera la verdad…

-… Por qué…

-¿Eh?

-Por qué yo. Ese día, o noche, da igual, porqué me dijiste que te gustaba. No me conocías de nada, nunca te hablé, ni siquiera sabía que existías.

-Bueno, no es tanto así. Hace unos meses te pregunté sobre Nietzche, no lo entendía muy bien. Al principio me dabas respuestas muy generales pero cuando dejé de hablar, cuando empezaste a hablar sentí como si hubiera dejado de estar allí, contigo, me sentía como una caja de resonancia, una en la que botabas tus ideas y oías su eco. También vi lo triste que estabas, hablabas con mucha burla pero no era una burla graciosa sino amarga. Desde entonces te observé; por eso me gustas, no eres ni más mínimamente parecido a nadie que haya conocido jamás y, sinceramente, dudo que lo haga.

-Oséa que te gusto porque soy raro.

-Yo no dije eso, es solo que eres único. No sé cómo explicarme bien, no sé si siquiera me tomas enserio… Tú solo alejas a la gente; sé que no te acercaste a mi solo porque “me extrañabas”, Itachi o Dei debieron pedírtelo pero aun así no quiero que te vayas… No sin haberlo intentado antes.

-¿Acaso quieres cuidarme de mí mismo?

La pregunta, dicha con mucha burla, se quedó en el aire, al instante se arrepintió de haberlo dicho - Olvídalo, solo era una broma.

-¿Está mal?

-Te dije que lo olvidaras.

-Sasuke.

Abrió los ojos solo para ver cómo el rubio le acorralaba contra el pasto, le miraba fijamente. Sus ojos, en un principio cristalinos, después opacos, ahora tenían un brillo especial, veía determinación en su mirar así que apartó la vista. Se arrepintió de inmediato, se sintió un idiota cobarde por hacer eso. El rubio le llamó nuevamente pero no giró su rostro, no quería verlo, tenía miedo sin razón. A la tercera llamada se movió, vio su reflejo en los ojos ajenos y vio el temor.

-Déjame intentarlo.

-¿Eh?

-Déjame intentarlo, Sasuke.

-Intentar qué cosa.

-Esto, intentémoslo, de verdad y no toda esta farsa.

-A qué te refieres.

-Sé que desde que te acercaste a mí, has tratado de alejarme de Pain.

-Eso no es cierto.

-Escucha. Hace una semana hable con Dei e Itachi. Les dije que me habías contado todo y que me mandaste a hablar con ellos. Me contaron todo, que Itachi te pidió que me engañaras para separarme de Pain, que todo lo que me has dicho tenía la finalidad de atraerme... Sé que jugarías conmigo y que, una vez lejos de Pain, te hirías nuevamente.

-Y aun sabiendo todo eso, ¿Quieres intentarlo?

-Sé que no todo fue mentira, aunque haya sido muy poco tiempo, he podido conocerte un poco más. Quiero ayudarte y protegerte.  Me gustas... mucho, quiero saber si tengo oportunidad contigo, si me dejarás intentarlo.

-Naruto... hay algo que debes saber.

-Estoy enterado de tu relación con Sasori, hasta hoy.

-¿Y aun quieres intentarlo? Sabiendo que hay alguien más conmigo... ¿Realmente quieres eso?

-Quiero hacerlo, por favor.

-Naruto...

No sabía si era su imaginación, pero podía oír el sonido estridente de algo golpear. Tenía calor y no podía despegarse de la mirada azulina. Quería decir que todo eso jamás podría ser, pero no podía, no tenía palabras. Miraba los labios contrarios, se sentía aturdido. Su cuerpo se sentía aprisionado, sentía que estaba atado y que debía moverse. Cuando el rubio se acercó a él, no pudo hacer más que cerrar los ojos. Ya no pensaba, solo sentía. Suave y lento, cálido era el toque sobre sí y atemorizante eran las sensaciones que tenía. Tenía miedo de lo que hacía, pero quería un poco más. El rubio solo se acercaba más a su cuerpo, tocaba su piel mientras jugaba con sus cabellos, cuando se separaba sentía su aliento ardiente rozar sus labios. Los ojos comenzaron a lagrimearle, estaba asustado, no podía identificar qué era lo que sentía y se desesperaba. Se había besado varias veces con Sasori pero esto no se le parecía en nada.

Y el frío regresó a él. Naruto se había levantado, separándose de su cuerpo. Se acercó a su oido y susurró -No me digas nada ahora, pero prométeme que lo pensarás. Ahora veamos las estrellas que por eso vinimos. - El rubio se acomodó al lado de Sasuke, y así, en una larga y silenciosa noche, ambos jóvenes durmieron profundamente.

 

Al día siguiente, Naruto parecía el mismo. No dio señales de querer retomar su conversación. No le dio tantas vueltas, también dejó de lado esos recuerdos para terminar ese viaje sin contratiempos.

Al volver a casa se fue al cuarto de Sasori. Tenía que hablar con él seriamente. Lo encontró durmiendo ya que se encontraba cansado por la noche en vela anterior.

-A pedirte consejo. - Le contó lo que había pasado, su iniciativa y su confusión.

Y lo único que recibió de Sasori un escuálido “Hazlo” Sin resistencia, sin peros ni obstáculos. Solo hacerlo

-Esta es tu oportunidad, Sasuke. No lo desperdicies, soldado.

-Humpt.

-Solo quiero lo mejor para ti...

Se acomodaron para poder descansar. Ambos se veían algo decaídos. Y se dejaron llevar al nirvana.

 

Notas finales:

No hay mucho que decir ya que me gana e sueño, solo decirles que estrañaba escribir. Gracias a los que no me olvidaron y a los que sí tmabein,


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).