Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vivir y existir son dos cosas distintas. por Amaidesu

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Miércoles

7:25 am

-Creo que empiezo a extrañar a mis sueños…

Sasuke se levantó más temprano que de costumbre. Bajó a desayunar y volvió a su cuarto. Estaba pensando en cómo hacer sentir mejor al chico de cabellos rubios, ya tenía varias en mente lo bastante desagradables como para una buena migraña cuando sonó la puerta.

-Buenos días Sasuke.

-Qué tienen de buenos…- Fue apenas un susurro pero, para su mala suerte había pensado en voz alta y el rubio lo había escuchado así que trató de rectificarse.- Buenas. Pasa… ¿Ya desayunaste?

-Obvio. ¿A qué hora crees que me levanto?

- ¡Y a mí que me importa!- No lo sé. Vamos a mi habitación.

Ambos subieron; Naruto llenaba el espacio haciendo un monólogo de la universidad mientras Sasuke hacía como si con ignorarlo desaparecería. Llegaron y comenzaron a resolver más ejercicios.

-Antes de que lo olvide, ¿Cómo te llamas?

-¿Eh? ¿No lo sabes?

-¿Por qué otra cosa te estaría preguntando?- No.

-Mi nombre es Naruto pero puedes decirme Naru, si quieres.

-Ya.

Comenzaron con literatura. A diferencia de la vez anterior, esta vez era Naruto quien preguntaba a Sasuke cuando no podía con algún ejercicio. Luego siguieron con filosofía y, de igual forma, Sasuke terminaba rápidamente y sin dificultad.

-Eres bueno en letras. Ahora hagamos Historia.

Sasuke no dijo nada, solo salió de su cuarto a la cocina para llevar unos refrescos a su habitación. Llegó y Naruto seguía resolviendo ejercicios.

-Ten.

Le dio el vaso y se sentó en su cama viendo como el rubio terminaba su bebida.

-Oye, cuéntame algo sobre ti.

-¿Sobre… mí?

-Sí. Qué cosas te gustan o…

-No te incumbe.

-Pero eso hacen los amigos.

-¿y por qué debo hacerlo?

-¿Cómo que porqué? Dijiste que seríamos amigos.

-Tsk.

-¿Y bien? ¿Me lo dirás?

-No.

-¿Por qué no?

-¿Por qué sí?

-Pues porque… porque uno confía en sus amigos. Además siempre es bueno contarle las cosas a alguien, para sentir que, ya sabes, que alguien te escucha.

-Obviamente, si le hablo a alguien me escuchará.

-No me refiero a eso.

-¿Entonces?

-¿Es que acaso no tienes amigos?

-Creo que antes tenía uno pero se me perdió.

-¿Se te perdió? Hablas como si fuera un objeto.

-Aún no terminas.

Naruto volvió a su boletín, vio perdida la campaña para acercarse a Sasuke, por lo menos por ese día. Mientras tanto el pelinegro se echó en su cama a dormir. Naruto no se percató de que el contrario se había quedado dormido hasta que escuchó un “dobe” salir de sus labios en un susurro apenas audible.

Lentamente se acercó al azabache, procurando no hacer ruido en el proceso. Se acercó hasta que estuvo frente a él. Veía a Sasuke dormir tan plácidamente, le pareció que dormido tenía más una apariencia tierna; la apariencia de un niño pequeño.

Aunque estaba asustado de como reaccionara el pelinegro alargó su brazo hacia él y lentamente acarició sus cabellos. Poco a poco fue bajando a sus mejillas trazando una línea imaginaria en su rostro.

Quizá fuera su imaginación o su nerviosismo pero juraba que el azabache sonreía ligeramente ante su toque. Aquello solo hizo que se pusiera más nervioso por la situación. Oía su corazón latir fuertemente en sus oídos, quería más. Con sigilo acercó sus dedos a los labios del contrario.

Los delineaba grácilmente, ansiando que no fueran sus dedos los que lo tocaran. Entonces fue acercando su rostro. Se acercaba lentamente, ya podía sentir su respiración; tan tranquilo, siendo ajeno a lo que sucedía.

Apenas un roce, fue todo lo que logró ya que Sasuke dio señales de querer despertar. Con todo el dolor de su alma se alejó de él y volvió a la mesa, haciendo como si lo antes acontecido no tuviera lugar en el tiempo.

-Mmm… qué hora es.

-Las doce y media.

-Entonces debemos comer para ir a la academia. Ven.

Naruto lo siguió algo cabizbajo. No podía verlo a los ojos sin recordar lo que sucedió.

-Tan cerca pero tan lejos…

-Qué te pasa.

-¿A mí?

-¿Acaso eres ciego? Solo estás tú cerca de mí. A quién más podría estar hablándole.-Sí.

-Nada.

-Te voy a contar un secreto.

-¿Un secreto?

-Así es. Pasa que no hay ser sobre la tierra que sea capaz de mentirme a los ojos. Mejor dicho, si no quieres decirme lo que te pasa solo dímelo, pero no respondas nada porque te estás delatando tú solito.

-Ya… veo.

Llegaron a la academia sin novedad. Bueno, la única novedad era que Naruto se sentó a su lado pero eso no contaba. Por ser miércoles se quedaron después de las siete para dar un examen. Sasuke salió antes que Naruto, aproximadamente a las ocho de la noche.

Volvió a su casa y cenó para finalmente subir a su habitación. Se sentía cansado lo que era extraño. Decidió que no quería pensar y simplemente se cambió para dormir.

Estuvo removiéndose en su cama, había algo que no cuadraba. Ese día, mientras dormía, sintió como si le estuvieran tocando la cara. Aquello no era posible, según él, ya que fue un sueño. Muy real, pero sueño al fin y al cabo. Fue cerca de la medianoche que por fin concilió el sueño.

Jueves

Ya los extrañaba.

Sasuke se encontraba en medio de un pasillo ya bastante conocido para él. Como de costumbre pasó caminando por entre las puertas hasta llegar a las iluminadas.

¿Y esto? No recuerdo que estuviera abierto.

Entró a una de las habitaciones, esta llevaba la luz de color lila oscuro. Había varias puertas que tenían ese color y normalmente estaban cerradas, no podía entrar. Era muy raro que alguna de aquellas puertas estuviera abierta.

Estaba en la sala de su casa. Todo estaba como hace un tiempo pero algo no estaba bien. El ambiente parecía emanar un “algo” intranquilizador.

En medio de la sala estaba el niño de aproximadamente cuatro años. Estaba sentado en el mueble viendo un televisor apagado.

De la nada el techo y las paredes cambiaron de aspecto. En el techo había una campana y las paredes tomaron un color blanquecino, toda la sala tenía la apariencia de una iglesia. A lo lejos oía unas voces que provenían del exterior; el pequeño fue a ver a la ventana pero no había nadie.

Volvió a su sitio, al rato las voces se oyeron otra vez. El niño volvió a asomarse por la ventana y efectivamente, ahí estaba su familia conversando afablemente.

Mientras los adultos conversaban, dos de los niños, Obito y su primo, se transformaban en peces y los mayores no parecían advertir aquello.

Rápidamente el pequeño corrió con dirección a la azotea que llegaba a ser el tercer piso. Subió corriendo las escaleras hasta llegar a la azotea. Ya allí observó fijamente por el filo. Veía a su familia reír y conversar y el pequeño no era parte de todo aquello.

En sus ojos se podía una extraña determinación. Avanzaba paso a paso hacia el borde hasta que se tiró.

Cayó boca abajo en el asfalto. Dos niños más se acercaron a verle, ambos vivían frente a su casa. Aquellos niños le observaban extrañados mientras que su propia familia seguía conversando.

7:53 am.

Se levantó algo agitado. Lo recordaba. Esa visión de cuando apenas era un niño no era un sueño cualquiera. Era el sueño de cuando su pequeño mundo se desmoronó, cuando reunió la valentía suficiente para acabar con aquello pero no lo logró.

-Me pasé varios años pensando que aquello fue real cuando no era más que el grito desesperado de mi mente por el miedo. Eso ya pasó, ahora debo comer algo.

Bajó a desayunar y volvió a su cuarto. Necesitaba pensar en cosas que hicieran sentir bien al rubio pero por más que lo pensaba todas las opciones eran tediosas para él.

-Y ahora qué haré… tenerlo todo el día estudiando probablemente lo aburra. ¿Videojuegos? No, pasaría más tiempo en casa… entonces ¿Cine? Jamás, podría pensar que es una cita. No señor, eso jamás ocurrirá… quizá una mascota me sirva más pero… ¿Y de dónde rayos voy a sacar un perro gratis? No pienso gasta un centavo en ese tonto.

Sasuke se enojó por no poder encontrar solución a su dilema así que se puso a dormir. Dicen que la almohada es buena consejera, ojalá fuese cierto.

Se levantó cerca del mediodía, se alistó y salió a la academia. Las clases pasaban muy rápido a su parecer, apenas se dio cuenta ya era salida.

-Y aún sigo indeciso. ¡Ya sé! Comida. ¿Cómo no se me ocurrió antes? Le daré comida y listo pero... tendría que gastar. Le daré unos dulces, son baratos- Oye Naruto, ¿Quieres venir a comer conmigo?

-Claro.

Ambos se dirigieron a una pequeño pastelería cerca de la academia. Comieron tranquilamente y volvieron a sus casas.

Viernes

8:38 am.

-Sasuke, tu desayuno.

-Ya voy.

Desayunó tranquilamente. Se sentía, cómo decirlo, tranquilo.

-Tal vez ya se esté yendo la culpa. Es un alivio.

Ya en su cuarto se recostó tranquilamente como hace tanto lo hacía. Estuvo recostado con la mente en blanco total, disfrutando del silencio hasta que…

-Sasuke, te buscan.

-¿Quiénes?

-Naruto.

-Habiendo tantas formas de  echarlo elije la más conveniente para él. Ahh… a cargar el muerto, qué más puedo hacer.- Ya voy.

Bajó las escaleras sin prisa alguna, llegó a la puerta y se encontró al rubio. Bueno, ya estaba allí. No podía ser tan descortés.

-Pasa.

Lo llevó a su cuarto, ninguno hablaba. Ya dentro de la habitación del azabache Naruto se quedó parado en el centro mientras que Sasuke se sentó en un borde de la cama para comenzar con la ronda de preguntas.

-Por qué viniste.

-Pues… quería… Hacerte algunas preguntas de Historia. Je je.

-Ya te dije que no me puedes mentir.

-Bu-bueno en verdad yo, quería saber más acerca de lo que dijiste.

-Explícate.

-Ayer me pareció que no comprendías por qué los amigos se contaban las cosas y también dijiste que se te perdió un amigo que tenías y yo… quería saber.

-Ya ves que no es tan difícil  decir la verdad.

-¿Entonces me lo dirás?

-No.

-¿Pero por qué?

-Porque no quiero.

-… Lo siento, por estar molestándote.

-Lo hecho, hecho está. Ya estás aquí, quédate si quieres.

El rubio no cabía en sí. Tal vez sí pudiera alguna oportunidad con el azabache, solo era de tener paciencia.

Sasuke volvió a echarse en su cama ignorando olímpicamente a Naruto. Estaba tratando de dormir cuando se dio cuenta de algo, el rubio estaba de pie. Quizá estuviera cansado.

-¿No vas a resolver nada del boletín?

-Estoy cansado de resolver tantos ejercicios de números...

-Y ahora ¿Cómo lo distraigo?...

-Si no te importa ¿Podría dormir un poco en tu escritorio?

-¿Y eso?

-Tengo mucho sueño...

-Quieres dormir conmigo?

-¿Dormir… contigo? ¿Puedo?

-Claro. Mi cama es amplia.

El rubio alegremente aceptó la invitación. Se echó a su lado de forma que le veía la cara de frente al dormir.

Sasuke se durmió rápidamente y Naruto no desaprovechó la oportunidad de oro que se le presentaba.

Cuidadosamente se fue acercando al azabache, con una mano tomó su cintura y fue acercando su rostro al del contrario. Fue apenas una presión de ambos labios pero fue suficiente para hacerle sentir un pedacito de cielo. Poco a poco fue apegándose más al cuerpo del otro, sorprendentemente Sasuke no despertó. Naruto siguió besándole con dulzura tocando levemente su espalda.

El azabache, aunque no despertaba, correspondía al beso. Apenas movía los labios. Naruto se sintió feliz de aquella experiencia y simplemente se durmió abrazando al azabache.

Alrededor del mediodía Sasuke despertó. Se vio sujeto por el brazo del rubio. Iba a despertarlo cuando, del contrario, oyó lo que decía en sueños.

-Sasuke, eres un grandísimo hijo de perr*.

-Lo sé. No tenías que repetírmelo.

Si bien tenía pensado en despertar al rubio para que lo soltara, decidió que lo mejor sería levantarlo de una vez. Así que, delicadamente, pateó al rubio fuera de su cama.

-¡Ahh! ¡Qué te pasa! ¡Por qué me botas!

-¿Por qué me estabas abrazando?

Por un momento pareció desorientado hasta que reparó en cómo se había dormido. Lo primero que hizo fue disculparse repetidamente.

-Debemos ir a la academia.

Fue todo lo que dijo en el día.

Pensó que ese día iba a transcurrir con normalidad, sin novedades. Se equivocó.

Su profesor de economía se encontraba dando las clases de las dos últimas horas y, obviamente, la mayoría estaba más dormido que despierto.

Fue entonces que presenció algo que jamás hubiera creído. Su propio profesor, al ver que pocos prestaban atención, dijo que le compraría una gaseosa al que respondiera bien alguna de sus preguntas.

Un alumno salió lo hizo y saió a comprar la gaseosa. Aparte de aquello no hubo más novedad.

Llegó a su casa y cenó para después irse a su habitación.

Sábado.

6:58 am.

-Sasuke levántate.

-Qué sucede, madre.

-Escucha, quiero que hoy hagas guiso de fideos.

-Ya.

Su madre se fue y Sasuke se levantó para desayunar. Era muy temprano, pero su madre ya lo había despertado y ya no podría dormir, por lo menos no en ese rato.

Cuando se fue a la academia ya sentía el sueño. Se mojaba la cara cada que podía para no quedarse dormido, una verdadera batalla a muerte por bien quién dominaba a quién. Al final Sasuke salió victorioso aunque por poco. Apenas logró llegar hasta su casa ese día pero, bonita sorpresita se llevó cuando vio que no había nadie más que él en casa.

Sus padres y hermanos se habían ido.

Se quedó a esperar a que llegaran. Sería aproximadamente las diez de la noche cuando volvieron.

Se habían ido de paseo y luego de compras. Cuando llegaron Sasuke subió a su habitación y se alistó para dormir. Mañana era domingo y sería un día largo…

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).