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La Historia De Dos Dragones- Akatsuki No Yona [Jae Ha x Kija] por Asamijaki

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Notas del fanfic:

Este fanfic se basa en el anime/manga Akatsuki no Yona, Cuya trama es algo que se me ha ocurrido en algún rato de ocio, es sobre dos de mis personajes favoritos en el manga, realmente es algo que no puedo evitar.

Espero sea de su agrado.

En desoladas tierras de kouka, a las afueras de los territorios de la tribu del viento, un grupo en particular, acampaba al aire libre.


Ya estaba por anochecer, y el cielo se había tornado rojizo, como el cabello de cierta chica de ojos amatista, que con su arco y flecha apuntaba hacia un pequeño jabalí... La cena de esta noche.


El animal husmeaba un poco de la carnada que habían dejado, a punto de soltar la flecha, apuntándole justo en su punto vital, el jabalí se alerto y corrió en dirección contraria.


—¡Hak!— la bestia del trueno apareció desde la copa de un árbol, bloqueándole el paso con el filo de su arma.


El animal corrió nuevamente desesperado, la pelirroja aprovecho para apuntarle otra vez con sus flechas, una falló, la siguiente seria la certera, pero...


La chica se detuvo al ver al animal llegar junto a uno mas pequeño, su cría...


La bestia del trueno iba a por el... Bueno, ella, pero la ex-princesa le detuvo y nego con la cabeza.


—Bueno, Yoon nos regañará por no llevar de comer. —Decía mientras baja su arma y se resignaba.


—Lo se, espero y los demás hayan tenido suerte. —le respondió la chica mientras miraba hacia otra dirección.


La pareja volvió con las manos vacías al improvisado campamento, como habían predicho, el auto proclamado chico lindo les regaño un poco, pero al momento llegaron el dragón azul y amarillo con una cesta llena de frutillas y vegetales silvestres.


Shin-ah era excelente para ver a distancias los frutos buenos y mas frescos, y Zeno... Bueno, Zeno recogió algunas bayas.


—¿Donde están Jae-ha y Kija?—la única chica del grupo noto su falta de presencia.


—Ya se tardaron...—Dijo preocupado Yoon.


—¿Mami Yoon esta preocupada?—comento divertido el dragón amarillo—¡Zeno también esta preocupado!


—¿Habrán ido al río?—se pregunto el chico aun en su mundo.


—Ni siquiera lo negó...—el azabache y la pelirroja comentaron.


(...)


No muy lejos de los demás, el dragón blanco y verde, estaban a las orillas del río, con una cesta de paja llena de pescados.


—Creo que así esta bien, Jae-ha.—le anuncio el dragón blanco al ver la cesta en su brazo derecho a punto de rebosar.


—¿Eh?—se detiene al patear a la cesta un ultimo pez. —Si tu lo dices...—concluyó con desinterés mientras se acomodaba el flequillo.


Ambos salieron del río, sus ropas estaban empapadas de la cintura para abajo, de seguro Yoon les regañaría por eso también, a pesar de llevar buen alimento, parecía que siempre buscaba algo para molestarse, como cualquier otra madre preocupada por sus niños.


Sin embargo, mientras el peliblanco de ojos zafiro miraba la espalda del más alto por detrás de él, dirigió su mirada hacía más arriba, contemplando la brillante luna que iluminaba su camino, por alguna razón, pensando en la joven princesa, ya no podía seguir engañándose, sabía muy bien que aquel extraño sentimiento no era por su sangre de dragón, aquellos rápidos y fuertes latidos de su corazón y el intenso calor en sus mejillas, eran una sensación muy diferente a aquella vez que sintió su presencia por primera vez.


Un latido.


Un fuerte latido en su brazo derecho hizo que soltará la cesta desbordante de frescos alimentos, un intenso dolor, la sangre de dragón hervir, definitivamente era diferente, esto solo le provocaba un intenso dolor, un ardor en su sangre que le quemaba como mil soles y...


¿Una voz?


—¡¿Kija?!—el peliverde quedo paralizado al ver el estado de su camarada, en el suelo, enterrando sus uñas humanas entre las escamas de su brazo derecho, retorciéndose de dolor. —¡Oe! ¡¿Qué te pasa?!


Pero el de cabellos plateados no respondía, solo intentando frenar el dolor de sus garras, la cual parecía palpitar frenéticamente.


(...)


—¿Qué fue eso?—Le pregunto el dragón verde a su compañero de batalla, mientras le llevaba en su espalda, saltando entre las copas de los arboles.


—No es nada, por favor no se lo digas a la princesa. —con el rostro algo pálido y sombrío, el dragón blanco se removió un poco en la espalda del otro.


—Zeno ah de saber algo...—intento convencerlo de buscar ayuda con los demas, pero no obtuvo respuesta. —Como digas. 


—Bájame aquí...—le pidió el albino.


El otro solo le obedeció y le bajo a unos cuantos metros del campamento donde ya se encontraban los otros.


Kija tomó en su brazo más fuerte la cesta y actuaron como si no hubiera pasado nada, pero el de ojos caídos, como le apodaba Hak, aun estaba inseguro al respecto.


—¡Oh, chicos! ¡¿Donde se habían metido?!—habló el chico más joven de los presentes totalmente preocupado.


—¿Porque tardaron tanto, ojos caídos?—le pregunto la bestia del trueno al dragón verde, asentando su arma en la cabeza del otro.


—Emm...—el chico de ropas orientales miro de reojo a su compañero dragón, pero este solo conservaba la mirada baja. —Pues, por lo menos nosotros trajimos algo... —sonriente, contesto al ver al otro con las manos vacías; ganándose otra de sus clásicas mini peleas.


—¡Bien, Has comida mami Yoon!—El dragón mas viejo hablo energético—Zeno tiene hambre...


—Tsk... —el menor chasqueo la lengua ignorando por completo las peticiones infantiles del amarillo, acercándose al blanco. —Kija... —observándole más detalladamente. —¿Estas bien? —Le pregunta notando un silencio Nada común en él, pues comúnmente hubiera ido junto a la pelirroja, saludándola respetuosamente.


—Estoy bien. —contesto sonriente, disimulando el insistente dolor que aun sentía en el cuerpo.


—¿Estas seguro? —intercedió la pelirroja que había logrado cautivarle desde hace mucho tiempo, mirando sus ojos amatista, se le hacía imposible mentirle.


—Yona, Querida... —el dragón verde intercedió de la nada, rodeando el hombro de la chica con uno de sus brazos —Kija debe estar muy cansado, después de todo ah sido un día muy pesado...


—Tiene razón princesa. —igual que el otro, la bestia del trueno hizo aparición en escena. —Después de todo, estuvimos viajando sin descanso todo el día, ¿no es así,Serpiente Albina? —en un intento de molestarle, Hak asiento su brazo en el hombro del otro.


A un par de pasos de ello, el dragón azul los observaba junto con su pequeño acompañante animal, mirando en especifico al albino, puede que los demás no lo notaran, pero Shin ah siempre tuvo una excelente vista, y no solo por sus poderes.


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