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Apariencias por Momoka Yuuki

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Notas del capitulo:

¡Hola! :D


Luego de una larga ausencia estoy de vuelta :3


Lamento la demora, pero el haber entrado a estudiar, seguir con mi trabajo y mis largos periodos de "depresión" no fueron buenos alicientes para mi inspiración... realmente lo siento:(


Si todavía os gustan leer esta loca historia, adelante, me harían demasiado feliz :')


Edité el capítulo anterior, tenía bastantes horrores de redacción más que nada. Aunque me hubiera gustado volverlo a hacer, pero dije: no, solo edita lo necesario y listo :D


No cambia nada (casi nada) pero si gustan leerlo, ¡adelante! =)


Sin más que añadir los dejo leer! n.n


Notas:


-Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.


-Posibles faltas de ortografía y redacción.

Cap.10 Descubriendo

Ese beso le había dejado aturdido, más que aturdido, emocionado. Emocionado era la palabra que mejor definía su situación ya que, por primera vez, Uchiha Sasuke se sentía correspondido luego de su fallida confesión. Sus mejillas se habían coloreado suavemente de carmín al escuchar como su querida madre reía ante su reacción y su ceño se frunció al escuchar el mordaz comentario que le lanzó su hermano.

No mereces si quiera su atención” eso fue lo que había dicho Itachi antes de perderse por alguna sección de la casa. No comprendía bien que era lo que pasaba por la mente de su hermano, aquel que nunca en todo aquel tiempo había “atentado” contra su persona, al contrario, siempre le había apoyado y había estado ahí para él. Así que esa faceta sobreprotectora que estaba adquiriendo hacia su rubio amigo se le hacía demasiada extraña, no queriendo hacer falsas suposiciones y que los celos malentendieran las cosas.

Celos, misma palabra que le hizo recordar él porque estaba ligeramente molesto con Uzumaki. Sabía que el blondo le escondía muchas cosas, entre ellas la más importante y la que más le inquietaba, su trabajo. Había tratado por varios métodos enterarse bien a que se dedicaba, fallando rotundamente y obteniendo la misma y absurda contestación a cada persona que le preguntaba: “Naruto es una arrastrada, vende su cuerpo por unas cuantas monedas” siendo aquella la más común, hasta Suigetsu, que aparentemente ya había solicitado los servicios del doncel, se escudaba diciendo que le hiciera caso a los rumores, que él no era nadie para estar divulgando los secretos del otro. Cada vez que recordaba aquello, soltaba un bufido, mostrando su antipática expresión ante todos y acercándose a donde el rubio doncel Uzumaki platicaba amenamente con sus amigos, en una de las mesas del comedor de la institución.

 — Mira quien viene a buscarte —susurro divertido Kiba en el oído de su amigo, mismo que le dedico una seria mirada y un codazo en las costillas — ¡oye! — exclamó bajito.

Tanto Naruto como Shikamaru rieron por la expresión fingida de dolor que mostraba el castaño. Uzumaki fijo su atención en Uchiha cuando escuchó como lo llamaba, con aquel tono de voz grave, mismo que le delataba como varón.

— Hola Sasuke, ¿pasa algo? — cuestiono, levantándose de su silla y caminando hacia el azabache. El moreno negó, suavizando su expresión.

— No realmente — soltó un corto suspiro — pero quería hablar contigo.

Naruto volteo a ver sus amigos, mismos que veían atentamente la interacción entre ambos y cotilleando quien sabe que cosas. Naruto hizo un puchero al suponer lo que estaban diciendo y más al ver como el varón y el doncel levantaban ambos pulgares sin decir ni una palabra, solo así asintió alejándose de ellos, haciéndoles una seña de que más tarde se verían.

— Espero no haber interrumpido — se disculpó Sasuke, mientras caminaba unos pasos más adelante del rubio, dirigiéndose al área de jardines de la institución, sentándose en una de las bancas que ahí mismo reposaban.

— Te había dicho que hoy iba a pasarla con mis amigos, teme — reprocho con falsa molestia, notando como el azabache juntaba ligeramente sus cejas y lanzaba un monosílabo al aire — bueno, tú también eres mi amigo, pero pasamos más tiempo juntos — sonrió, dándole unas palmaditas en la espalda — ahora sí, ¿en qué puedo ayudarle, señor Uchiha?

“Tan natural” fueron los pensamientos de Uchiha al ver como Naruto le trataba como si nada, como si aquel beso que le había dado en la mejilla jamás hubiera pasado, como si la confesión de sus sentimientos jamás hubiese ocurrido, así como Naruto se comportaba siempre con todos los demás. ¿Acaso había sido su imaginación? Meneó la cabeza, negándose a creer eso, sabía que él era especial en el corazón del rubio, pero, ¿hasta qué punto?

— Fueron tus amigos quien te mandaron el mensaje ayer — aseguró, notando como el doncel asentía con la cabeza y una divertida sonrisa dibujaba su rostro — eso quiere decir ¿trabajo?

Por un instante el semblante divertido de Uzumaki había pasado al terror, pero se relajó inmediatamente ya que no recordaba hasta qué punto le había dicho al moreno sobre su trabajo. Le miró fijamente a los ojos, sintiéndose nervioso por la penetrante mirada bruna que le dedicaba su “amigo”, haciendo un gran esfuerzo para no delatarse y actuar de forma normal ante él.

— Claro que era por trabajo, ¿para qué más? — rio nervioso, recordando apenas que él mismo le había dicho que le contaría al respecto — pero no hay de qué preocuparse, dattebayo.

— Sé que había prometido que no me iba a entrometer — comenzó diciendo Sasuke, tomándose el puente de la nariz y sin dejar de mirar al menor — pero la verdad, me está volviendo loco no saber a qué te dedicas — se revolvió los cabellos con ambas manos — me gustas y me mata la sola idea de que esos rumores que divulgan casi por todo el colegio sean ciertos.

Sin poder evitarlo, el calor en sus mejillas se hizo notable, expandiéndose ahora también por todo su rostro. Era la segunda vez que Sasuke le confesaba sus sentimientos y decirlos así tan directos y sinceros, lograban que su corazón bombeara estrepitosamente contra su pecho, estando casi seguro que le varón de frágil apariencia, escuchaba claramente su palpitar. Bajo su mirada hacia su regazo, tratando de ocultar su sorpresa y vergüenza.

Sasuke acorto la poca distancia que había entre ambos, quedando justamente a lado del doncel. Tomando con delicadeza el rostro y obligando a que viera directamente sus ojos, notando un hermoso brillo en los zafiros del menor, perdiéndose y deleitándose con su reacción, además de que justo ahora lo veía más hermoso de lo que jamás lo hubiese visto antes — me gustas — repitió, con un tono seguro y grave — tanto que solo te pido que por favor me digas que aquellos rumores son una total falacia.

El aroma mentado del aliento de Uchiha le estaba casi obligando a bajar todas sus defensas y fuerzas de voluntad, tratando de mantener todavía un poco de cordura y no dejarse llevar por sus emociones. Además, que la mirada anhelante y casi suplicante que le dedicaba el varón, estaban casi forzándolo a que soltara cada una de las cosas que sentía todavía no era seguro aclarar. Un tanto temeroso asintió, dejando confundido a Uchiha — son falsos — susurró, apenas audiblemente — son completamente falsos — repitió más alto, mirándolo fijamente y con determinación.

Eso había sido suficiente (por el momento) para Sasuke, que emocionado y feliz, acortó la nula distancia entre ellos, posando sus labios en los de Naruto, mismo que se tensó y relajo en segundos, aunque la sorpresa era más que evidente en su rostro. Los suaves y constantes roces que Sasuke ejercía sobre su boca, le incitaron a que correspondiera el gesto, imitando los movimientos del contario.

— ¡Rayos! — soltó Ino, al ver como Uchiha y Uzumaki al parecer ya habían dado un paso importante, pero no era eso lo que le preocupaba, era la persona que se encontraba a su lado.

— Vámonos — siseo molesta Haruno, tomando bruscamente la muñeca de su amiga y a grandes zancadas alejándose de ahí.

La rubia largo un suspiro y tratando de mantener el paso apresurado de su amiga, solo se limitó a negar con la cabeza. Fue pura coincidencia el que ambas caminara hacia esa sección y vieran la interacción de esos dos. Se alegraba internamente por Sasuke, aunque esperaría paciente a lo que su amiga de cabellos rosados fuera hacer o a decirle. Con una sonrisa y zafándose del brusco agarre se colocó a lado de ella y abrazándola por la espalada le obsequio uno de los dulces que traía en el bolso de su falda, metiéndoselo a la boca a fuerzas, riendo a carcajadas por la cara de disgusto que compuso Sakura.

+*+*+*+*

— Te ves feliz — con una sincera sonrisa y dándole un amistoso golpe en la espalda, Kisame se acercó a un Itachi que miraba la pizarra atentamente — y no creo que sea por lo que estaba apuntado anteriormente ahí — señalo la pizarra en blanco.

Diciendo aquello último, fue solo así que Itachi volteo a verlo, con su apática y seria expresión de siempre, para después empezar a guardar el poco material que mantenía sobre el pupitre.

— Es raro verte distraído — volvió a agregar Kisame, notando como el moreno hacia todo movimiento mecánicamente — ¿será acaso…? — la pregunta se quedó en el aire al ver la mirada “amenazante” que le dirigía Uchiha, soltando una sonora carcajada al caer en cuenta del porqué de la expresión de su amigo — no te preocupes, no diré nada al grupo, pero me vas a decir quién es.

Soltando un corto suspiro y dirigiéndose hacia la salida del aula, con un Kisame que le seguía de cerca y con una traviesa sonrisa en su rostro, decidió mejor decirle algo, ya que lo tendría insistiendo todo el día con el tema — es cierto, me gusta alguien — siguió avanzando, sin mirar al menos que expresión compuso su mejor amigo, asegurando que una de satisfacción al haber dado en el clavo — pero por el momento es algo que no está a mi alcance — aseveró, dando a entender que no daría más detalles al respecto.

— ¡Woa! Para que el grandioso y popular Uchiha Itachi diga aquello, debe ser toda una belleza imposible —mezclando asombro y mofa, Hoshigaki alcanzo a su compañero, pasando su brazo sobre sus hombros — pero no creo que siendo tú seas incapaz de conseguirla.

— No lo sé — levantando los hombros apenas perceptiblemente y siguiendo su camino sin molestarle en lo absoluto la compañía de su amigo. Itachi no quería hacerse de nueva cuenta de falsas ilusiones o esperanzas, ya le había ocurrido una vez, ocasión en la que salió perdiendo y sumamente lastimado al no saber rendirse, hasta que vio como el amor que le tiene su primo a Deidara y del cómo era correspondido de la misma manera, fue solo así que desistió.

Kisame al ser su íntimo amigo no necesitó preguntar más al respecto, el más que nadie y dentro del grupo, sabía por todo lo que había pasado Uchiha al haberse enamorado de la persona incorrecta y del cómo había sufrido también por lo mismo.

— No sé comadreja, tal vez y esta vez sí valga la pena luchar —soltó con tono despreocupado, deshaciendo el contacto con el moreno, al haber llegado al aula que en ese momento le tocaba. Vio como Itachi seguía su camino y con gesto con la mano se despedía de él. Esbozando una maliciosa sonrisa, se prometió internamente investigar más al respecto.

— Quita esa mirada de idiota, que las clases están por comenzar — tironeó Obito al hombre, jalándolo dentro del salón — no sé qué es lo que estás planeando o pensando, pero algo me dice que es mejor no involucrarse, no cuando estamos hablando de Itachi.

— Tienes razón, pero no prometo nada — dijo con diversión, dirigiéndose a su lugar correspondiente.

Obito mientras tanto negó con la cabeza, disponiéndose a tomar asiento, ya que el profesor estaba ingresando al aula de clases.

+*+*+*+*

— ¡Es inaceptable! — bramó colérica Sakura, una vez que ya habían salido del instituto y estaba en su habitación, siendo acompañada por su rubia y fiel amiga —lo primero que le dije y lo primero que termino haciendo — en su mirada se podía notar claramente la decepción y la ira corriendo por su torrente sanguíneo.

— Te había dicho que no era buena idea — dijo sin más Yamanaka, al fin de cuentas cuando a su amiga se le metía algo en la cabeza, era muy difícil hacerla entrar en razón — de todos modos, ya la mayoría sino más bien todos en el salón nos habíamos dado cuenta de la buena “química” que hay entre ambos, así que no me extraña el resultado.

— Tienes razón — sonrió dulcemente Haruno, logrando que la rubia prestara más atención en su amiga — ambos hacen una pareja perfecta… — su voz empezaba a salir entre cortada y se había abrazado así misma — na, na… nadie va a ser capaz de quererme como a Naruto — pequeñas lágrimas empezaron a deslizarse sobre sus mejillas — ¿qué tiene él que no tenga yo?

Ino volvió a suspirar, acercándose a Haruno y envolverla en un abrazo. Aquella cuestión tenía respuesta, misma que jamás le diría, más que nada por su enfermedad. Era cierto, su relación amistosa con Naruto había terminado por el encanto que él producía con las personas, fuese quien fuera, sintiéndose excluidas y envidiosas por aquella atención. Ella era una persona segura de sí misma, por ello no le afecto tanto el hecho de que Naruto fuese más popular que ellas, pero Sakura no, Sakura era todo lo contario.

 — Eres muy linda — susurró Yamanaka, peinándole los cabellos con los dedos — nada más falta el varón que vea todas tus hermosas cualidades.

— Yo no quiero otro varón — Sakura empujo a Ino, haciendo que tropezara y callera sobre la cama — yo quiero a Sasuke solo para mí — determino segura y hasta en cierto punto amenazante, mostrando una mirada fiera y esfumando a la dulce y tierna de joven de hace unos momentos.

— Veremos qué podemos hacer — pronunció un tanto acongojada la rubia. Sakura tenía una autoestima demasiada baja y sumándole su trastorno de bipolaridad y sus ataques obsesivos no le dejaban fácil la tarea, pero el gran cariño y afecto que le tenía, eran aquellos simples alicientes para seguir a su lado, así sea haciendo cualquier barbaridad.

— ¡Por eso te amo! — dijo más que alegre Haruno, lanzándose sobre ella y abrazándola efusivamente — por eso y más.

Aquellos gestos eran más que suficientes para Ino, al saber que realmente y a pesar de todo ella también podía contar con Sakura para cualquier cosa.

+*+*+*+*+

Por primera vez en toda su vida como estudiante, jamás se había alegrado de que sonara el timbre que indicaba el fin del receso y el retorno a clases. Fue gracias a ese sonido que Naruto cayó en cuenta de lo que estaba haciendo, separándose del varón de una forma tosca y huyendo del lugar, algo que no le funciono del todo, ya que compartía aula con Uchiha. Trató de ignorarlo en todo lo que restaba de clases, al igual que la pesada mirada que le dirigía Sakura, suponiendo que se trataba a lo “acordado” un día anterior en su casa.

Cuando el timbre de salida sonó, tomó sus cosas rápidamente, huyendo del moreno y sin esperar tampoco a que sus amigos lo encontraran en la entrada como acostumbraban hacer de vez en cuando. Una vez llegando a su domicilio y entrando en el mismo se dejó caer en una de las sillas, llevándose ambas manos a la cabeza y repasando los sucesos del día.

Se suponía que solo iban a hablar sobre “trabajo”, nada más. No iba a recibir ninguna confesión de amor ni iba a corresponder a la misma, aunque si lo pensaba claramente, jamás afirmo nada, solo correspondió el beso, uno que le gusto de muchas maneras. Solo esperaba que Sasuke lo comprendiera y le diera tiempo para pensar en sus acciones y sentimientos. Les gustaba, sí, estaba más que seguro, pero todavía tenía sus dudas. Hubiera seguido atormentándose, si no hubiera sido por los firmes toques que estaban ejerciendo en la puerta de entrada. Carraspeando un poco y respirando hondo, Naruto se dirigió a abrirla.

— ¡Sasuke! — exclamó sorprendido el rubio, al ver al azabache evidentemente molesto y con la respiración un tanto agitada. Trató de mostrarse neutral y hacer como si nada hubiese pasado — ¿qué te trae a mi humilde morada, teme? — mostro una gran sonrisa de dientes blancos.

— Deja de hacerte el gracioso, que sabes que estoy haciendo aquí, dobe — gruño molesto Uchiha, mirando al doncel que trataba de ocular su nerviosismo en esa sonrisa, que por muy extraño que sonara, lo relajo en un instante — ¿puedo pasar o quieres que los vecinos escuchen nuestra conversación?

Soltando un resignado suspiro y abriendo más la puerta, dejó pasar al varón a su pequeña residencia. Guiándolo hasta su comedor para que tomara asiento, mientras le servía un vaso de agua y se lo entregaba.

— ¿Por qué huiste? — preguntó Sasuke, luego de tomar de un sorbo aquel líquido — y sí, lo hiciste — afirmó al ver el rostro mosqueado del menor.

Naruto inflo sus mejillas y torció sus labios, mientras buscaba la manera más eficiente para librarse el moreno. ¿Qué acaso no tenía sentido común para hacerse a la idea que necesitaba al menos un poco de tiempo para pensar lo recién sucedido? Al parecer no, ya que lo veía impaciente y ¿nervioso?

— No sé — contestó en un susurro Uzumaki — necesito pensar las cosas Sasuke — fijo toda su atención en el moreno, que ahora se mostraba un poco sorprendido y decepcionado — solamente íbamos a hablar de mi ¿trabajo? Y terminamos de esta manera — sintió que necesitaba ser claro, no le gustaba ver de esa forma al azabache — también me gustas, pero…

No fue capaz de continuar ya que Sasuke se había levantado y lo había envuelto entre sus brazos, apretujándolo sin hacerle ningún daño, al contrario, empezó a sentir un cálido calor en su pecho y mismo que iba ascendiendo a sus mejillas.

— Me gustas, te gusto, nos gustamos — en la voz del moreno se podía escuchar la emoción que le causaba saberlo — ¿cuál podría ser el problema? — preguntó, sin pensar a fondo en las posibles respuestas.

“Mi trabajo” pensó Naruto, ignorando completamente que ese no sería realmente el principal problema. Correspondiendo el gesto, abrazo de igual manera a Sasuke, perdiéndose en el calor que le hacía sentir en ese instante. Sintió como el moreno tomaba con delicadeza su mentón y le obligaba a verlo, perdiéndose en el brillo que se mostraban en aquellas atrayentes e hipnotizantes obsidianas. La distancia se iba acortando nuevamente, deseosos de juntar sus labios, si no hubiera sido por el repiquetear del timbre, que los obligo a separarse de la impresión.

Sasuke bufó, volteando a otro lado tratando de pasar desapercibido su sonrojo, mientas que Naruto trataba de controlar sus nervios e iba a ver quién estaba del otro lado de la puerta, asegurándose de mirar por la mirilla antes de llevarse otra sorpresa, extrañándose de ver al varón de cabellos castaños y amarrados en una coleta.

— ¿Shikamaru? — abrió la puerta, dejando pasar a su amigo.

— Al parecer no te acuerdas, ¿verdad? — con su clásico tono cansino y mirada analítica miro fijamente al doncel — empieza con “t” — sonrió divertido al ver la reacción del rubio.

— ¡Lo olvidé! — grito apenado Uzumaki, volteando a ver el reloj de pared, notando que faltaba menos de una hora para su reunión — en serio lo olvidé dattebayo.

Olvidándose ahora de la presencia del otro varón en la casa, Naruto corrió a su habitación buscando que ropa ponerse para su reunión con el señor Orochimaru.

Nara había visto a Sasuke en cuanto entró, por ello no reprendió al rubio por haberlo dejando esperando buena parte de su tiempo en la entrada de la escuela, además al parecer había interrumpido algo, ya que Uchiha le miraba desafiante.

— Hola Sasuke — saludo el castaño, llevándose ambas manos a los bolsillos — si te preguntas que hago aquí, trabajo, nada más — miro la imperturbable expresión del moreno, intuyendo que sabía que solo trataba de provocarlo — es todo lo que puedo decirte, lo demás pregúntale a Naruto, no ahora, que ya va tarde, lo de ustedes puede esperar para después.

Un monosílabo fue toda la respuesta que le dio Uchiha a Nara, tomando asiento de nueva cuenta en la silla que anteriormente estaba ocupando. No se iría hasta ver que efectivamente el rubio tenía trabajo que hacer.

— Algo que Naruto valora mucho es la confianza — Shikamaru rompió el silencio que se había formado — si vas a mantener esa expresión cada vez que no conoces algo o tratas de manipular su tiempo o prioridades, no mereces si quiera su atención.

Uchiha frunció el ceño “no mereces si quiera su atención” era la segunda persona que le decía aquello, inquietándolo de sobremanera. Al menos tenía a Nara parado a un lado suyo, aprovechando para preguntarle a que se refería.

— ¿Por qué me dices esto? — cuestiono seriamente, notando como el contario tomaba asiento en la otra silla, quedando justamente delante de él — ¿acaso estás amenazándome? — utilizó un tono de voz grave y frío.

— No realmente — se levantó de hombros, largando en el proceso un bostezo — pero Naruto es un querido amigo y solo nos preocupamos por él.

Sasuke endureció la mirada, aquello no le decía absolutamente nada, exasperándolo más al ver como Shikamaru mantenía esa expresión despreocupada y relajada en su semblante, pero no dejando de analizarlo minuciosamente.

— ¡Estoy listo, dattebayo! — Uzumaki volvió a hacerse presente en el comedor, sonriendo ampliamente a sus dos amigos — ese Kiba ha de estar más que feliz al no haber venido a ayudarme — hizo un pequeño puchero.

El castaño solo esbozo una pequeña sonrisa, parándose de su lugar y mirando minuciosamente al rubio, mismo que se irguió cual soldado ante el escrutinio del varón. Sasuke, él estaba que se quería lanzar contra Nara.

— Y, y ¿cómo me veo? — preguntó un tanto tímido el doncel, rara la vez su amigo se tomaba la molestia de elegir el atuendo o tan solo dar su punto de vista.

— Es aceptable — con un asentimiento y un ligero gesto de aprobación, Nara le palmeo la espalda a su rubio amigo, mismo que dejó salir todo el aire que estaba reteniendo — aunque sigue sin generarme suficiente confianza.

— No te preocupes’tteba — sonrió conciliador Naruto — ya sabes, cualquier cosa o algo sospecho, puedo contar con ustedes — el varón asintió, mirando de nueva cuenta el reloj en la pantalla de su móvil.

— No es por presionarte, pero es mejor que te vayas yendo, espero y no hayas olvidado el lugar de reunión.

— No, por supuesto que no — reprocho el blondo mientras tomaba su bolso e ingresaba algunas de sus pertenecías — pero, si es aquella cafetería en la estación del tren, ¿cierto?

Shikamaru soltó una risa, mientras asentía con la cabeza y el doncel se avergonzaba por quedar en ridículo frente a ambos varones. Tratando de restarle importancia se posó delante de los dos.

— Sasuke — el nombrado presto totalmente su atención al rubio — lamento esto, ya después hablamos, si quieres mañana saliendo del colegio — esperando a que el moreno asintiera, ahora se dirigió a Nara — y no te preocupes, estaré bien. ¿podrías cerrar y dejar la llave donde siempre?

Shikamaru asintió, ganándose una resplandeciente sonrisa de su amigo, mismo que le abrazo efusivamente, rompiendo el contacto inmediatamente para dirigirse al moreno y darle un rápido beso en la mejilla.

— ¡Nos vemos! — fue lo último que agrego Naruto, perdiéndose del otro lado de la puerta.

— Problemático — fue todo lo que dijo Nara, rascándose la nuca y bostezando de nueva cuenta — ¿nos vamos o te quedas?

Haciendo una ligera reverencia y en silencio, Uchiha salió primero de la casa del menor, siendo casi seguido por Shikamaru. Afortunadamente para ambos, sus caminos quedaban en direcciones opuestas, despidiéndose solamente con un gesto de manos.

+*+*+*+*+

La sonrisa que mostraba Mikoto y el tararear de unas de sus canciones favoritas, le indicaban a Fugaku que algo bueno le había pasado a su mujer. El día anterior había llegado tarde, encontrándola plácidamente dormida con una expresión relajada, algo que le aseguraba cosas buenas para ese día, no habiéndose equivocado cuando su esposa con una tierna sonrisa ponía frente a él su platillo favorito. Se sentía dichoso por ser capaz de contemplar a su esposa en ese estado, aunque en parte celoso al no haber sido él quien la pusiera de ese modo.

 — Gracias cariño — dijo Fugaku, esbozando una pequeña sonrisa, tomando la pálida mano de su mujer y acariciando con su pulgar los nudillos de la misma — el día de hoy te noto diferente — su voz había sonado suave y seductora. La dama solo atino a reír discretamente, deshaciendo el contacto y volviendo a la cocina.

El varón resoplo, aunque le gustaba esa actitud juguetona y divertida de su mujer, que de nueva cuenta volvía a hacerse presente, sentándose a un lado de él, mientras mostraba una gran sonrisa y se veía ansiosa de contarle que es lo que la tenía de ese magnífico humor — ¿Paso algo interesante? — sabía que era él quien tenía que dar ese primer paso, si no quería a una Mikoto furiosa y resentida.

— ¡Fue grandioso! — expreso fascinada la mujer — ayer conocí a un lindo doncel, es toda una monada — chillo emocionada, sin percatarse como su marido soltaba un pequeño suspiro y se llevaba una cucharada a la boca — nunca pensé que mis retoños lo traerían a casa y sabes que es lo más genial de todo esto, ¡que ambos cocinaron exclusivamente para él! — la emoción era más que palpable — muy pronto seremos abuelos, Fuga, no te emociona saberlo.

Si la dama, hubiera estado prestado atención a cada uno de los gestos que su consorte compuso desde que hizo mención de “nunca pensé que mis retoños lo traerían a casa…” hubiera sido capaz de ver su cara de desconcierto y sorpresa. No es que le molestara que viniera a su hogar algún tipo de pretendiente para sus hijos, ¡no!, sus hijos eran varones, eran ellos los que tenían que estar preocupados cuando fueran a visitar a la familia de su futura pareja. Lo que le desconcertaba era la actitud que sus dos hijos habían tomado, según lo dicho por su mujer.

— ¿Cuál es el nombre del jovencito? — pregunto, tratando de no reflejar su desconcierto y portando su máscara de indiferencia, vio cómo su mujer hacia un puchero, probablemente por su expresión, pero al parecer a ambos poco le importo.

— Naruto, a que no es un lindo nombre — dijo feliz la morena, mientras el varón rodaba los ojos.

— Y de ¿quién es conocido? — ya era suficiente de tantas vueltas y emoción por parte de su mujer, necesitaba tener las cosas totalmente en claro.

— Fue Sasuke quien lo trajo… — dijo pensativa la mujer, dejando su euforia de lado, algo que el azabache detecto de inmediato.

— Entonces no va a haber nietos ni nada parecido, mujer — puntualizo Fugaku, esperando dar por terminada la conversación, aunque al parecer eso no iba a ser posible, ya que la sonrisa traviesa de su querida esposa seguía presente.

— Nunca dije que fuese Sasuke — su tono de voz fue pícaro y en cierta manera provocador para el hombre, mismo que acercando más la silla hacia su persona, le beso en los labios de manera apasionada, ahogando la risa que quería soltar por su descubrimiento. Siendo débil ante aquellas muestras de su marido, se dejó llevar y hacer por el hombre que tanto amaba.

+*+*+*+*+

— ¡Que aburrido! — Obito dejo caer todo su cuerpo sobre la mesa de metal de una de las cafeterías que se encontraban en la estación de tren — estás clases introductorias sí que son fastidiosas — lagrimeo falsamente, dejando que su frente se marcará con el diseño que estaba plasmado en la mesa.

— No seas dramático, hmp — le dio un zape Deidara a su pareja, mismo que a pesar de todo no hizo por moverse de cómo estaba — necesitas esos puntos, si no después vas estar lamentándote de no haber asistido.

— Pero Tobi ya se había acostumbrado a tener unas largas vacaciones — empleo un tono infantil, que hizo vibrar la ceja de su pareja, misma que decidió ignorarlo y cruzarse de brazos.

Itachi por otro lado miraba serio y sin interés la interacción de ambos. Había sido idea de su primo en parar en aquella cafetería ya que quería comprase un frappé para él y su novio, no quedándole de otra que seguirlos, ya que Obito había decido ir a ver sus familiares aquel día, y si Itachi llegaba a casa primero y luego su primo, sus padres harían un drama al respecto.

Se encontraban sentados en una mesa fuera del establecimiento, esperando a que su orden estuviera lista. Ignorando completamente a su alrededor, si no hubiera sido por la escandalosa voz de Obito que los obligo a mirar en dirección a donde estaba señalando.

— ¡Oigan! Ese no es el profesor Orochimaru — señalo el moreno hacia un hombre de larga cabellera color noche y piel blanca. El par miró en dirección — ¿es raro verle en la estación? — la duda en su voz era más que notable.

— Ingreso a esa pastelería — ahora fue Deidara quién extrañado comento eso — ¿no se supone que al profesor no le gustan las cosas dulces?, hmp — se preguntó, llevándose una mano al mentón, adquiriendo una pose pensativa.

— Será que esta por fin embarazado — afirmó Obito, con una gran sonrisa y la curiosidad chispeando en sus ojos.

Uchiha Itachi miraba en aquella dirección, no importándole en lo absoluto lo que llegará o no llegará a hacer su profesor de ciencias. Estaba por volver a fijarse si ya estaba listo su pedido en cuanto diviso corriendo una melena rubia que se perdía de vez en cuando por el tumulto de gente que pululaba a esas horas en la estación, notando como el rubio ingresaba a la pastelería y confirmando que aquella melena rubia pertenecía a Naruto.

— ¿No ese que ingreso también a la pastelería era Naruto? — preguntó Deidara, sin apartar su atención del establecimiento.

— “Orden 42” — escucharon como uno de los empleados les llamaban para que fueran a recoger su orden, siendo Obito que al fin se despegaba de la mesa e iba por ellos.

En eso Orochimaru iba saliendo del establecimiento, con una bolsa de papel con el logotipo del mismo, nada raro y fuera de lo normal, un cliente comprando pastelillos para degustar, pero lo que inquieto al doncel de larga cabellera rubia y al varón de cabellos azabaches es del como Orochimaru mostraba una ligera y nada forzada sonrisa mientras era acompañado del adorable rubio Uzumaki.

— Es raro, hmp — dijo sin más Deidara, viendo como ambos personajes se iban alejando, volteando hacia su izquierda para ver la reacción de Itachi, mismo que no se encontraba a su lado — ¿Itachi? — de golpe se levantó de su asiento, volteando por todos lados y buscando a su varón amigo.

— ¿Se te perdió algo, Dei? — preguntó Obito, extrañado por la actitud de su pareja.

— ¡Sí! ¿Dónde diablo se metió Itachi?

Volteando a ver por todos lados y tratando de buscarlo entre la gente que pasaba cerca de ahí, ni uno ni el otro fueron capaces de encontrar al moreno.

— A de haber ido al baño, no te preocupes no debe tardar en regresar — le entrego su café a Deidara, mientras tomaba asiento a su lado, aprovecharía ese momento a solas para coquetear con su amado novio.

Llevando sus labios al popote y sorbiendo seguidamente de su café, Deidara no podía evitar sentir que no debía haber dejado que Uchiha se haya ido así sin más.

Por otro lado, Itachi seguía a distancia a su profesor de ciencias y a su rubio acompañante, queriendo cerciorarse de que el menor estuviera bien. Sabía que los rumores que surgían alrededor de su profesor podían ser falsos, pero no estaba de más averiguar.

Grata fue su sorpresa al ver la otra cara de la moneda de su profesor.

 

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por llegar hasta aquí! :3


Espero que les haya gustado el capítulo, poco a poco veremos cosas más interesantes :D


Me encanta Mikoto, es todo un amor ♥


Ahora... muchas gracias a todas esas personitas que me leen y también a todas aquellas que me dejan un lindo review, en serio, sin todos ustedes creo que ya habría abandonado esto, en serio gracias :')


Sí, estoy algo sentimental TwT


Creo que no tengo más que añadir...


Nos vemos en el próximo capítulo!


¡Saludos y besos!


°3°~♥


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