Cap.14 Inseguridad
Aquel día ya lo tenía catalogado como uno de los mejores a tan solo sus cortos dieciséis años y por ello mismo, nadie ni nada podía borrar la amplia sonrisa que se dibujaban en sus labios al caminar en dirección a su apartamento, en compañía del reservado hermano de su mejor amigo.
En cuanto habían llegado a la biblioteca, Naruto había quedado fascinado (nuevamente) ante la seriedad y dedicación que habían mostrado los integrantes del grupo y del como acataban y asentían en silencio todo lo establecido por Yahiko una vez que se sentaron alrededor de la amplia mesa. No iba a negar que se sintió intimidado y hasta porque no decirlo, inferior, al notar los avances académicos y el alto nivel intelectual de todos, dedicándose solo a observar como aparentemente todos debatían y aportaban a un tema al parecer de finanzas que había salido a colación. El rubio pensó que así la iba a pasar toda la tarde, escuchando puntos de conversación y opiniones de materias de las cuales no tenía ni la más mínima idea de lo cual se estaba hablando, pero la intervención de Hidan fue lo que le obligó a participar e involucrase con todos.
“Que recuerdos” “¿Recuerdas cuando veíamos esto?” “Ya me siento viejo” esas eran varias de las frases que soltaban al aire los universitarios, creando un ambiente de recuerdos y nostalgia, ayudándole al menor a resolver la mayor parte de sus deberes escolares, además de que empezaron a explicarle poco a poco cada uno de los temas que se habían discutido en un inicio, quedando más que satisfecho al haber adquirido un nuevo conocimiento y lo mejor de todo, que lo haya entendido.
— Llegamos — la voz de Itachi lo sacó de sus felices recuerdos, percatándose que ya estaban frente a la puerta de su casa.
— ¡Gracias! Muchas gracias, dattebayo — el tono de su voz mostraba verdadera gratitud, haciendo una leve reverencia — me he divertido demasiado — sonrió, sintiendo ya un poco entumecidas sus mejillas al haber mantenido ese gesto la mayor parte del día, aunque era inevitable no hacerlo cuando realmente se sentía feliz.
— Me alegra que te hayas divertido — sonrió sincero el varón — pero no tienes nada que agradecer, es eso lo que hacemos todos en el grupo, apoyarnos mutuamente — posó su mano en la rubia cabellera para volver a despeinar aquellos blondos cabellos.
— ¡Oye! Me despeinas — inflo sus mejillas en un puchero que a Itachi se le hizo adorable, importándole poco el manotazo que le hubo dado, sabiendo que solo lo hacía para disipar la vergüenza que reflejaban aquellos orbes azules.
— Nos vemos luego Naruto — y sin importarle que le hayan reprochado el gesto anterior, volvió a despeinar al doncel, que solo atino a sacarle la lengua y despedirse con un animado gesto de manos.
Aquella felicidad y dicha que había sentido anteriormente, fue menguando en cuanto entro a su residencia, hasta que aquella sonrisa que formaba sus labios, quedó solo como una línea recta plasmada en su rostro. Soltando un corto suspiro, Naruto dejo sus pertenencias sobre la una de las sillas, encaminándose a su habitación a preparar las cosas para el día siguiente.
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— Estoy en casa — anunció Itachi una vez que puso un pie dentro de su casa, escuchado como sus progenitores le daban la bienvenida y volvían a prestar atención a la pantalla del televisor, acurrucados el uno sobre el otro. El menor sonrió con ternura, dirigiéndose directamente hacia su habitación.
Dejó sus pertenencias en la silla que reposaba en una de las esquinas de su habitación, empezando a aflojar y quitarse algunas prendas para prepararse y tomar un baño. Escuchó como la puerta de su habitación era abierta con extrema precaución mientras oía unos pasos adentrándose con cautela, no era necesario que se alarmara, sabía perfectamente de quien se trataba. Así que, fingiendo indiferencia, Itachi siguió con su tarea.
— ¿No me vas a dar la bienvenida, hermanito? — aún de espaldas, el mayor se aventuró a cuestionar, ya que al parecer Sasuke no planeaba decir nada.
El menor gruño al saberse descubierto, aunque poco le sorprendía ya que sabía que Itachi era capaz de eso. Sin ceremonias ni nada por el estilo se dejó caer de sentón en la cama de su hermano, con los brazos cruzados y mirándolo fijamente sin todavía dirigirle palabra alguna.
— Por la expresión que está formando tu rostro en este momento, no creo que quieras venir a dormir conmigo, ¿o sí? — con tono burlón y viendo a su hermanito acentuando la desconocida molestia que era más que evidente, Itachi tomó asiento en la silla de su escritorio.
— Sabes que dejamos eso desde que cumplí los doce — respondió enfurruñado Sasuke, chasqueando la lengua y sin dejar de mirar al mayor a los ojos — ¿a dónde fuiste?
— A la ciudad, con mis amigos los “fenómenos” — ironizo, recalcando la última palabra en son de burla por el comentario que le hubo hecho más temprano – ¿por qué? — le miro serio.
— Si según tú ibas a tener una magnifica y entretenida reunión con tus amiguitos de Akatsuki, ¿qué hacías teniendo una cita con Naruto? — la molestia era palpable en su tono de voz, además de que aquel ceño fruncido y esa mirada repleta de enojo y celos eran más que suficientes para saber a donde quería llegar.
— No era ninguna cita, simplemente fuimos por un helado — se encogió de hombros, respondiendo calmo y sin expresar nada en su mirada y facciones, aunque ya imaginaba quien o quienes eran las personas que informaron a su hermano.
— Eso no responde mi pregunta, ¿qué hacías con Naruto? — gruño aún más molesto Sasuke, apretando el cobertor entres sus dedos.
— Íbamos a reunión — cortante, esa fue su respuesta, aunque se estaba divirtiendo un poco, quería saber cuál era la profundidad de los sentimientos de su querido hermano hacia el rubio doncel.
— ¡Excusas! — se alteró, más al ver el imperturbable semblante de su hermano — ¡me estás mintiendo! Es obvio que tú y Naruto traen algo — soltó aire de manera brusca por sus fosas nasales — pero me va a escuchar — farfulló entre dientes.
— ¿Quién te va a escuchar? — con voz grave y amenazante le lanzó la pregunta, notando un ligero estremecimiento en el menor, tratando de relajarse y tomando un poco de aire antes de caer en el enredoso malestar de Sasuke — ¿acaso no lo sabes? — era obvio que no, pero no quería ver triste al pequeño rubio por un mal entendido con su hermano.
— ¿Qué debería saber? — cuestionó firme el Uchiha menor, aunque por dentro le daba miedo lo que fuera a decir Itachi.
— Naruto es miembro de Akatsuki, Pain dice que tiene mucho potencial para estar en el grupo — esbozo una pequeña sonrisa — si no me crees puedes mandare un mail o sencillamente, márcale.
Escuchar aquello hizo que su corazón se relajara y que de manera inconsciente soltara un suspiro de alivio. Se sentía un poco traicionado de que Naruto no le haya comentado nada, aunque sabía que el doncel no estaba obligado a decirle nada si nada más eran simples amigos. “Unos amigos que se besan y quieren ser algo más” pensó, avergonzándose inmediatamente por ese pensamiento. Era cierto que Sasuke se sentía aliviado por ello, pero aún se sentía ansioso e inseguro. Miró a su hermano mayor fijamente, notado una mueca divertida ante su escrutamiento, pero sin hacer nada para evitarlo. Trató de ver la misma expresión, los mismos gestos y la misma mirada que le dedicaba a Naruto en aquella fotografía. Aquel cálido gesto en su hermano lo había visto solo una vez, y era cuando este estaba enamorado del novio su primo.
— ¿Aún crees que miento? — levantándose de la silla y sacando una toalla del armario se dirigió al cuarto de baño, sin esperar a escuchar respuesta por parte de Sasuke. Intuía lo que el menor estaba pensando, dejándolo solo para evitar levantar sospechas.
“Espero que esto solo sea un mal presentimiento”, se dijo Sasuke a sí mismo, mirando como su hermano desaparecía tras la puerta de la habitación, aunque aquel malestar en el pecho y aquella inseguridad en vez de menguar se iba haciendo más grande.
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— ¿No se te hace raro no escuchar algún rumor o chisme acerca de Uzumaki? — se oyó como lo comentaba una de sus compañeras de clase.
— ¡Es verdad! Ha pasado una semana y no he oído nada al respecto, solo aquella vez que le vieron salir con un apuesto varón universitario — contesto ahora otra de sus compañeras.
— Según escuche, es el hermano de Uchiha — completo ahora un varón, desinteresado y jugando con su consola — aunque es raro no tener los chismes del día últimamente…
Sakura estaba sentada en su pupitre asignado, escuchando discretamente la charla de uno de los grupos de amigos dentro de su clase. Era cierto que habían pasado ya más de una semana en el que había dejado de esparcir aquellos rumores sobre el doncel junto a Ino. Notando que a pesar de ello el “repudio” que tienen hacia el rubio no había mermado en lo absoluto.
“Al parecer hemos hecho un excelente trabajo” pensó, sonriendo orgullosa ante su hazaña, borrándola en cuanto vio como Sasuke entraba junto a Naruto al aula de clase.
— No los mires tanto que vas a ser demasiado obvia — dijo distraídamente Yamanaka, mirándose en un pequeño espejo portátil y verificando su peinado — al parecer ya es momento de entrar en la etapa dos de nuestro plan — sonrió apenas perceptiblemente, sin mirar todavía a su rosada amiga.
— Pero parecen llevarse mejor que antes — hizo un puchero Haruno con los labios, dejando caer sus brazos sobre el pupitre y colocando su mentón sobre ellos.
— Ten paciencia amiga, ten paciencia — con tono conciliador, Ino finalmente miro a Sakura, pasando uno de sus mechones detrás de la oreja y regalándole una sonrisa, misma que la contraria correspondió.
“No es nada personal Naruto, pero Sakura es muy importante para mí” pensó Ino, tratando de justificar aquel sentimiento de culpa que en ocasiones aparecía en su subconsciente.
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Sasuke se encontraba ansioso, más que nada nervioso y feliz al haber afianzado más su amistad, aunque eso no era lo que buscaba en realidad con Naruto. Justamente al día siguiente, luego de la duda que le carcomió al ver aquella imagen del rubio junto a su hermano, aclaró sus dudas de las manera más tranquila y razonable posible.
Un aura negra parecía rodearlo, además de la cara de pocos amigos que se cargaba y obliga a todo ser viviente que pasaba a su lado, a alejarse lo más rápido posible de ahí. Uchiha no era del todo consiente de su actual humor, siendo que ni se dio cuenta cuando su madre le despidió no sin cierta preocupación y su hermano junto a su padre le dirigían una mirada de advertencia. Ignorando aquellos rostros al ser aquellos los que le dedicaban cuando estaba en el colegio de la ciudad. Estando a punto de llegar a la escuela, vio como Naruto era acompañado de sus dos amigos, siendo Nara quien pasaba su brazo sobre la espalda del doncel, que sin darse cuenta había logrado cabrear más a Sasuke.
— ¡Sasuke, buenos días! — escuchó el alegre y fastidioso saludo de Haruno, soltando un bufido y arrugando más el entrecejo, tratando de pasarla sin éxito alguno al ser bloqueado ahora por Yamanaka.
— Parece ser que alguien despertó con el pie izquierdo — sonrió con bofa la rubia, acercando lo suficiente su rostro al varón — ¿será acaso nuestro Naru el responsable? — se separó riendo al escuchar un gruñido y una clara advertencia en el azabache.
— No molestes a Sasuke de esa forma Ino — hizo un pequeño puchero Sakura, acercándose al varón y enredando su brazo con este — vez que no tiene humor para nuestras bromas — sonrió inocente, volteando a ver a Uchiha que empezaba al parecer a relajarse.
— Bien, me disculpo — hizo una ligera reverencia — pero ya en serio amigo, deja esa cara de amargado que apartas a todos por aquí — le giño un ojo, jalando repentinamente a Sakura y echándose a correr para evitar la furia del azabache.
Era cierto, al parecer ese no era el día de Sasuke Uchiha. Miró molesto el pasillo por donde sus compañeras de clase se habían escabullido, aunque tampoco fuera a hacer algo al respecto, simplemente las ignoraría como lo venía haciendo hasta ahora, sabiendo que esa sería una mejor venganza hacia sus “admiradoras”.
Cuando llegó al aula, vio como Naruto estaba recargado sobre sus brazos al parecer dormitando en lo que llegaba el profesor a repartir su clase. Hubiera sonreído enternecido por la escena, ya que rara la vez lo veía de ese modo, tranquilo. Pero aquella duda que lo carcomía no le dejaba aflorar sus sentimientos más ocultos, dejando que los más negativos se volvieran a apoderar de él y caminando hacia su respectivo lugar.
— Necesitamos hablar — fue el primer par de palabras que escuchó el doncel al haberse incorporado correctamente en su pupitre, mirando fijamente a su amigo que le miraba directamente.
— Esta bien — respondió, levantando los hombros despreocupadamente no sin sentir cierta incertidumbre al reparar en el humor de Uchiha.
Una vez en la hora del almuerzo, Sasuke ya no pudo contener más la frustración que le estaba consumiendo desde el día anterior.
— ¿Qué es lo que hacías ayer con mi hermano? — la pregunta salió en algo parecido a un reclamo, pero Uzumaki pudo percibir cierto temor en aquel cuestionamiento.
— Fui a reunirme con sus amigos — hizo una pausa al notar como Sasuke se relajaba y le miraba expectante — sé que no te lo había dicho, pero por alguna cuestión de “trabajo” terminé involucrándome con Akatsuki, siendo ahí que conocí a Itachi y a su líder que me acepto como un miembro más — sonrió recordando todo lo sucedido con sus nuevos amigos en esta última salida — solo Itachi pasó a recogerme para irnos juntos a la ciudad.
El menor de lo Uchiha se sintió considerablemente tranquilo al escuchar él porque estaba junto a su hermano el día anterior, aunque muchas preguntas le pasaban ahora por su cabeza. ¿Por qué Itachi sabía la dirección de Naruto? ¿Por qué Naruto sonrió de esa manera al explicarle las cosas? ¿Por qué Itachi y Naruto se encontraban solos en una heladería si se supone que todos los miembros de Akatsuki siempre están juntos? ¿Cuál es el verdadero trabajo de Naruto? La paz que empezaba a sentir, se vio turbada nuevamente por dudas.
— ¿Por qué no me dices nada? — el tono de su voz se oía afligido, agachando la mirada y tomando asiento en una de las bancas de cemento — sé que dije que esperaría, ya te lo había dicho, pero ¿acaso no confías en mí? — levantó la mirada, enfrentando al más joven y sorprendiéndose al notar como el blondo contraía las cejas a penas un poco.
— ¿Por qué te molesta tanto que me llevé bien con tu hermano? — ahora con molestia, Uzumaki le lanzaba aquella pregunta — la vez pasada, la vez que me invitaste a tu casa ocurrió algo similar, no lo quise relacionar de alguna manera con Itachi, pero con lo acabo de confirmar — se cruzó de brazos y le miró fijamente.
Sasuke chasqueo la lengua para luego torcer los labios, esto se le estaba saliendo de control. Quería que Naruto se sintiera culpable por el sentimiento de celos que estaba sintiendo por su causa. Le quería, le gustaba, le atraía, sí, estaba seguro, lo había aceptado y hasta se lo había dicho. Pero otra parte de su ser se negaba a todas aquellas emociones, además de que las palabras dichas a su familia en relación a los donceles y las advertencias de los mismos lo dejaban hecho todo un mar de confusión, logrando que todas sus emociones se desbordaran con la persona a la que menos le quería hacer daño.
— Me gustas — gruño, viendo ahora una cara de sorpresa por parte del doncel, aunque recuperó al instante su semblante serio — sé que ya te lo había dicho, pero necesito decírtelo de nuevo y por ello mismo no me gusta que estés alrededor de otros varones.
El corazón de Naruto había saltado de alegría al escuchar nuevamente como el varón declaraba la atracción que sentía hacia él, aunque esa momentánea felicidad se evaporó al escuchar el resto de la oración. “Celos” fue la palabra que volvió a pasar sobre su mente, dejándolo con un ligero sabor amargo en la boca y a la vez un cosquilleo en el estómago.
— ¿Te estás burlando de mí acaso? — contrario a su sentir respondió a la defensiva — dices que yo no confío en ti y demás chorradas, pero ¿no será acaso al revés? — levantó una ceja, escéptico.
— ¡Claro que confío en ti! — declaró ofendido por la duda del rubio hacia él, levantándose de la banca y encarándolo directamente — es por ello que eres mi único y mejor amigo desde que llegue a este lugar ¿cómo te atreves a decir lo contrario?
— Por algo tan simple que no quieres que me acerque a ninguna otra persona que no seas tú — le señalo con el dedo, empujándolo del pecho al tenerlo demasiado cerca — soy libre de hacer o que me plazca y no tengo porque andar dándote una bitácora detallada con mis actividades diarias.
— Ya veo porque dicen lo que dicen de ti — escupió con asco Uchiha, ganándose una mirada de indignación por parte del blondo.
— Si tanto asco te doy porque simplemente no te vas y me dejas como el resto, no vaya a arruinar su reputación señor Uchiha — tomando su comida Naruto estaba a punto de marcharse, siendo que el moreno no se lo permitió al darle la vuelta completamente y estampando sus labios contra los suyos.
De un fuerte empujón Uzumaki rompió el contacto, mirando fieramente al azabache que le miraba con la misma intensidad.
— No me das asco, al contario todo en ti es tan deslumbrante que no sé qué diablos estoy diciendo — un gruñido involuntario salió al sentir como los colores se le subían al rostro — simplemente estoy ce… ce… celoso — desvió su vista, girando la cabeza para que Naruto no viera su bochorno.
Uzumaki por otro lado se enterneció por las palabras recién escuchadas. Sasuke era un orgulloso de primera y que aceptara su error y sentir solo lograba que lo que estaba floreciendo por él empezara a reafirmarse.
— Tú también me gustas, dattebayo — al escuchar esa oración Sasuke fijo su mirada en el más bajo, mostrándose levemente ilusionado — pero todavía te veo como mi mejor amigo —ahora fue turno de Naruto de bajar la mirada.
Uchiha no pudo evitar sentirse decepcionado al escuchar aquella respuesta, pero entendía o quería creer que lo hacía. “Aún nos falta tiempo para conocernos mejor” se quiso convencer con aquellas palabras, acercándose al doncel y rodeándolo en un abrazo.
— Esta bien, por lo mientras seguiremos siendo los mejores amigos — le susurró suave, escuchando una risilla y que Naruto se acurrucara en su pecho.
Los besos esporádicos no habían desaparecido del todo y las muestras de afecto entre ambos al parecer había aumentado, aunque extrañamente Sasuke se sentía un poco inquieto al notar que todo en torno a Naruto se encontraba demasiado tranquilo, dándole un mal presentimiento.