XV. El inicio de un plan
El ambiente en el aula se encontraba bastante animado, los niños de nuevo ingreso y siendo también de primer año se presentaban alegremente frente a todos sus compañeros a pesar de ya conocerse desde el jardín de infancia.
— Yo soy Ino Yamanaka
—Yo soy Sakura Haruno
—Y yo soy Naruto Uzumaki, dattebayo
— Y nosotros somos los mejores amigos — dijeron al unísono los tres menores, mientras sonreían a todos sus demás compañeros de clase, que de la misma manera les devolvían el gesto.
Mientras el receso estaba en su máximo apogeo, Ino veía con sumo aburrimiento como sus compañeros de clase se paseaban por la institución y su mejor amiga comía con su suma tranquilidad sus alimentos mientras dejaba ver una pequeña sonrisa.
— Estos días sí que han estado en demasía aburridos —dijo mientras se dejaba caer en la mesa de cemento y soplaba su gran fleco — nada interesante a ocurrido en esta semana — el aburrimiento era más que palpable.
— Esto se debe a que ya nadie ha tenido en la vista de nuestros rumores a nadie — contesto Haruno tranquila — al menos en lo que respecta a Naruto, creo que le está yendo de maravilla — bufó, pero sin dejar de comer su barra de avena.
— ¿No crees que ya le dimos el tiempo suficiente para que se divierta? — dijo ya más emocionada la rubia, viendo como su compañera y amiga levantaba una ceja — es ahora de poner en acción la segunda parte de mi plan.
— ¡Ya era hora! — dijo con ironía Sakura, prestando toda su atención a Yamanaka — aunque creo que eso que tengas en mente va a tener que esperar — la duda y un poco de incertidumbre dejo mostrar Ino — he escuchado un nuevo rumor por parte de los de tercero y gira en torno a Naruto — una risilla maliciosa escapo de sus labios — es sobre su ex.
La sonrisa que estaba formando Ino para acompañar lo que fuera a decir Sakura se borró al escuchar la palabra “ex”, mostrando una expresión seria y dura.
— Si estamos hablando de Hyûga será mejor no entrometernos, Sakura — dijo firme y endureciendo la mirada al ver como su amiga de cabello rosado estaba a nada de replicar — nosotras sabemos más que nadie como lo paso Naruto en aquellos días.
— Esta bien — bufó un poco inconforme — entonces, en que momento vamos a poner en marcha la segunda fase del plan.
— Con calma, que está a nada de empezar — sonrió, poniéndose de pie poco después al haber timbrado la campana.
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Con los brazos cruzados y con el rostro evidentemente enfurruñado, Naruto estaba en la oficina de Hiruzen Sarutobi, mientras que las personas que se hacían llamar sus abuelos estaban en la misma manteniendo una plática sobre acuerdos y más.
— Ya habiendo cumplido con todos los requisitos solicitados y entregado la documentación reglamentaria, pueden disponer de esta semana empezando por el día a de hoy a mantener una convivencia más cercana con el menor — dijo con tranquilidad el hombre mayor, viendo la cara aún más mosqueada del rubio.
— Naruto — llamo Jiraya al menor que con esfuerzos le dedico una sonrisa, siendo aún evidente su molestia — llévanos a tu residencia para recoger lo más esencial y empieces a quedarte con nosotros — sonrió el hombre de cabellos blancos sin importarle demasiado la mirada mal humorada de su nieto.
— En el camino puedes pedirnos de comer lo que quieras — ahora fue Orochimaru quien habló, tratando de cambiar esa expresión en el joven.
— No es justo — Naruto miró en dirección de Hiruzen, al fin expresando algo desde que le habían mandado a llamar.
— ¿Qué no es justo Naruto? — con suma paciencia y dedicándole una mirada conciliadora, Sarutobi se acomodó de mejor manera dispuesto a escucharlo.
— Todo, absolutamente todo — se paró de su silla, empezando a andar por la oficina — no es que mis abuelos me caigan mal, pero esto es demasiado. Sí, los he frecuentado como unas diez veces desde aquella vez, pero apenas han pasado tres semanas — refunfuño quedito las últimas palabras.
— ¿Entonces no quieres venir a vivir con nosotros? — cuestiono serio el doncel de larga cabellera negra, más al ver la contrariada mirada de su pareja.
— ¡No es eso! — se alborotó sus rubios cabellos y exclamando escandalosamente — es que simplemente no entiendo, hace menos de un mes llevaba una vida como cualquier otra, ya acostumbrado a mi rutina a pesar de no tener a mis “familiares” cerca y ahora en un abrir y cerrar de ojos ya hasta me voy a ir con ellos.
— Ellos ya saben que eres tú el que toma la última palabra, así que sé claro con ellos y contigo mismo, ya sabes que siempre voy a estar de tu lado — sonrió tranquilamente el hombre mayor.
Un silencio un tanto incomodo se estableció en la oficina, pero una mirada firme y decidida dejo ver Naruto al dirigirse al hombre que decía ser su abuelo — me voy con ustedes, pero no esperen a que cambie mis hábitos y rutinas de un momento a otro — estableció como condición — además, ¿en serio me compraran lo que quiera para comer? — y una gran sonrisa dejo ver.
— Por supuesto renacuajo — ahora fue Jiraya quien demostró mayor entusiasmo, alborotándole los cabellos al rubio doncel y sonriéndole emocionado a su pareja — nosotros en una semana los esperamos en casa para que evalúen todo a su gusto.
Con un asentimiento y par de instrucciones más por parte de Sarutobi, la pareja Sannin se retiró del orfanatorio.
— ¡Quiero ramen para la cena! — dijo más que emocionado Naruto, ampliando más su sonrisa al ver como los mayores no se negaban a su pedido.
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Esta vez se encontraba en el baño, contemplando en el espejo de tamaño completo su cuerpo. Las facciones de su rostro no reflejaban nada salvo neutralidad e indiferencia, pero sus ojos recorrían minuciosamente cada parte de su anatomía.
— ¡Tsk! — fue lo que broto de sus labios al llegar de nueva cuenta a su rostro, aquel rostro que poseía unas facciones semi delicadas y acompañados de unos expresivos ojos negros.
“Miren, es el chico que se atrevió a ofender a un doncel a pesar de que los varones deben guardar respeto hacia ellos” “Sí, escuche que lo hizo llorar y ni siquiera le dirigió una disculpa” “No sé porque se da su aire de sabelotodo y de galán y si su apariencia es la misma que al de las personas que dice odiar” “El fenómeno es él al no saber a qué genero pertenece” “Es momento de que pagué la humillación hacia todos los donceles rechazados”
Esos eran los rumores que más corrían por los pasillos del instituto en el que asistía. Sasuke procuraba ignorarlos en su mayoría, pues él sabía cómo habían ocurrido en realidad las cosas con aquel doncel que se le había declarado, pero al parecer sus compañeros de aula no pensaban dejarlo en paz por el momento.
Aun recordaba como Itachi le había aconsejado no dejarse envolver por los rumores del alumnado, pasándolos de largo si no quería tomar ventaja de ellos, pero cuando empezaron estos a hacerse confrontaciones directas hacia su persona fue que tomo cartas en el asunto.
Con ello su desprecio hacia los donceles fue aumentando y hacia su apariencia también, al ser esta la excusa principal para sus provocaciones con los varones y mujeres en su mayoría.
— Nos hemos dado cuenta que eres muy bueno peleando — aquella vez Sasuke estaba saliendo de un callejón al salir victorioso de una riña con un par de chicos que alegaban que había agredido a sus parejas, al ser esto totalmente falso.
— No quieres unirte a nuestro grupo — ahora una chica de cabello rojizo ofrecía con una amplia sonrisa — no cualquiera entra a nuestro grupo, ¿sabías?
Uchiha conocía al grupo, más bien a los integrantes del mismo que se hacían llamar los cuatro del sonido, muy famosos por ser uno de los grupos más violentos dentro del instituto y también de los más respetados.
Aunque cuando se unió se dio cuenta que en vez de aplacar los rumores estos crecieron aún más, siendo además los que hacían énfasis en su apariencia también empezaron como el nuevo punk de la escuela, ganándose a parte del poco aprecio que tenía a uno de temor por parte de los más débiles.
— Dulce hermanito, deja de verte tanto en el espejo que vas a terminar desgastándote con la mirada — una voz alegre y cantarina escuchó Sasuke, desviando el hilo de sus pensamientos para fruncir el ceño ante lo que Itachi le decía — no me obligues a entrar al baño por ti, que recuerda que en esta ocasión mamá nos encargó las compras, te espero en quince minutos.
Dejo que su hermano mayor se marchara, no sin antes volver a contemplar su reflejo en el espejo. No negaba que era cierto que poco a poco iba perdiendo aquellas facciones un tanto delicadas, pero aún eran más que notorias, además de que en el colegio ya eran más las chicas y donceles que se le empezaban a declarar además del par de amigas de su aula.
— Molestos — susurró viendo como sus cejas se contraían — todos son unos hipócritas — siseando aquello ultimo salió del baño dispuesto a cambiarse y acompañar a su hermano en sus respectivas compras.
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— Necesitamos cancelar este contrato de arrendamiento — Jiraya fue claro en cuanto llego a la residencia que ocuparía por ese último día su nieto — esto es un robo si en verdad se llegaron a pasar de listos con el precio.
Naruto observaba el intercambio de palabras que tenían sus abuelos al haber llegado al departamento que habitaba, viendo como la cara de su abuelo Jiraya se transformaba en diversas muecas desde sorpresa, tristeza y por ultimo molestia.
— El señor Tamina vive en el piso de abajo, podemos verlo después — dijo intranquilo el joven doncel — sé que ustedes no pensaban que viviera así, pero era a lo único que podía aspirar como estudiante — sonrió a penas perceptiblemente, sintiendo la mirada fija de ambos adultos — además fui feliz el poco tiempo que viví aquí — aquello fue dicho con suma sinceridad.
— No negamos ese hecho, Naruto — esta vez fue Orochimaru quien habló — lo que pasa es que sentimos la impotencia de dejarte vivir así por mucho tiempo — soltó un suspiro, esbozando una pequeña sonrisa — para empezar ya no tendrás que trabajar.
— ¡¿Qué?! — exclamó más que sorprendido el rubio, no creyendo esas palabras.
— Nosotros vamos a ser quien se va a ser cargo de ti a partir de ahora — Jiraya habló — no necesitas preocuparte por nada salvo por ser un buen estudiante y adolecente — sonrió conciliador al ver la cara de incredulidad que portaba Uzumaki — y no te preocupes, puedes seguir frecuentando a tus amigos y hacer la mayoría de las cosas a las que estabas acostumbrado.
— Pero esos sí — esta vez el doncel interrumpió a su pareja — ahora va a haber reglas y horarios que cumplir.
Lejos de molestarse, Naruto sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas, nunca pensó que alguien quisiera adoptarlo y mucho menos que estos fueran de su familia directa. Con emoción fue a abrazar a un sorprendido Orochimaru que solo atino a corresponder el gesto al no saber bien cómo lidiar con esas situaciones, aunque de cierta manera le hacía feliz tener un integrante más en su familia.
— Vamos a apurarnos, que mañana hay que regresar a la rutina y no tenemos toda la tarde, dattebayo — con más animo empezó a empacar sus pocas pertenecías sin borrar la sonrisa de su rostro y aquella extraña sensación que empezó a sentir en su pecho.
Las dudas que tenía la pareja Sannin con respecto a la aceptación de Naruto hacia ellos y la repentina mudanza se esfumaron al ver el ánimo que mostraba ante ellos.
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Era lunes por la mañana y Naruto se mostraba más que contento al llegar a la escuela. Ese fin de semana a pesar de estar con lo de la mudanza y conviviendo más con sus abuelos no negaba que aquello le había hecho feliz, aunque todavía estaba la incertidumbre con respecto a sus padres y ese sentimiento de abandono que paso a segundo plano en cuanto Sasuke empezó a mostrarse más afectivo con su persona, sin contar la minoría de rumores que ya no giraban en torno a él.
— ¡Sasuke! — dijo emocionado el blondo en cuanto el moreno iba entrando al aula y como ya era costumbre con las dos mujeres más “populares”.
Sasuke como también ya era costumbre se quitó al par de mujeres de encima y con una pequeña sonrisa decorando su rostro se acercó a su mejor amigo dándole un rápido beso en la frente dejando a todos los que ya habían llegado sorprendidos por tal acción.
— Te veo demasiado contento, ¿algo nuevo que merezca escuchar? — preguntó el azabache expresando con menos intensidad la alegría que mostraba su rubia pareja — ya no te veo tan angustiado como hace un par de semanas.
— Y tú tampoco te ves tan gruñón — rio jovial el doncel, obteniendo una mirada enfurruñada del varón — ¿será que ya aceptaste que soy amigo también de tú hermano? — y su sonrisa se amplió más al ver como Sasuke arrugaba la cara en fingida molestia.
— Sabes que no me gusta hablar de eso — dijo en un gruñido — además creo que aún quedan muchas por cosas por hablar, ¿hoy vas a quedar con tus amigos a la salida?
— Aun no quedamos en nada, pero si quieres podemos hablar con más calma en el receso, además tengo algo que …
— ¡Uzumaki! Te buscan — gritó uno de sus compañeros, interrumpiendo al rubio, mismo que mostro una mueca de asombro y se paraba a atender a quien fuera que lo estaba buscando.
Todos en el salón quedaron en silencio al ver como Naruto se levantaba de su lugar a atender a quien quiera que lo estuviese buscando ya que desde que su mala reputación empezó a expandirse eran pocos los que le buscaban para cosas que nada tenían que ver con su empleo.
Pero, así como salió del aula entró, con una expresión contrariada y con una evidente molestia rodeándolo llamando la atención de Sakura e Ino inmediatamente.
— ¡Naruto! Necesito hablar contigo — con voz seria y firme Neji Hyûga entraba al aula, siendo visto por todos — te estaré esperando en la salida del colegio al final — dictamino al ver que el doncel no le dirigía la palabra al tomar asiento en su lugar y que además estaba llamando la atención de todos los jóvenes.
Cuando el castaño se marchó Ino y Sakura se levantaron presurosas y se dirigieron a donde estaba Naruto con una expresión entre confusa y exasperada.
— ¿Estás bien? ¿No te hizo nada? — cuestionó preocupada la rubia.
— Ese maldito de Neji, le habíamos dicho que tenía expresamente prohibido acercarte a ti — ahora fue Sakura que furiosa veía la puerta de entrada — es un maldito — refunfuño.
— ¿Ustedes no tiene nada que ver? — dijo más que serio Naruto sin mirarlas, pero sabiendo que ellas lo escuchaban.
— ¡Claro que no! — exclamó más que consternada Ino — nosotras seremos lo que quieras, pero con Hyûga no nos metemos — dijo firme posando sus manos en las caderas para dar más énfasis — de todos modos, somos “mejores amigos” — sonrió dulcemente, atrayendo así la mirada de Uzumaki.
— “Mejores amigos” — esta vez Naruto repitió, mostrándose melancólico ante esta frase.
— Según escuche los rumores — comenzó diciendo Sakura volteando otra vez hacia la puerta para verificar que el profesor no hiciera acto de presencia — Neji está más que decidido a que regreses con él, porque es inaceptable que andes con un tipo debilucho y sin chiste, según sus palabras.
— Y eso a él que le importa, él solo se dedicó a jugar conmigo — la molestia y el resentimiento era notables — además Sasuke tiene más chiste que él en toda su disque gran gloria — se cruzó de brazos, ignorando que el azabache escuchaba todo lo que estaban diciendo los tres.
— Pero ese no es el caso Naruto — esta vez Ino intervino — lo que pasa es que desde que dejamos de esparcir los rumores sobre tu “trabajo” empezaron a surgir aquellos sobre que mantenías una relación con Uchiha, un doncel, cosa que es una completa falsedad — mostró una pequeña sonrisa de disculpa — además de que al perecer eres el agrado de los varones de grados superiores, entonces según los rumores, eso te convierte en un rarito que prefirió a los de su mismo generó al quedar en decepción con el único varón con el que saliste y eso en parte hirió el orgullo de Neji y ahora al parecer quiere regresar contigo.
— Eso es una completa blasfemia — dijo más que molesto — él no merece si quiera dirigirme la palabra, él fue quien me lastimo y jugo con mis sentimientos, engañándome al creer que era especial para él cuando todo era mentira — el resentimiento y el dolor empezaron a hacerse notables — lo llegué a querer tanto — suspiró, quedando en silencio y esperando a que las mujeres o al menos Sasuke dijera algo.
— A pesar de todo y lo que tenemos planeado hacer, nosotras vamos a apoyarte con respecto a Hyûga — dijo Sakura decidida — que ni se le ocurra ponerte un dedo encima porque nos va a conocer de verdad — su mirada era fiera.
Naruto Uzumaki sonrió sinceramente al par de chicas, porque a pesar de todo ellas fueron las únicas que se quedaron a consolar su corazón roto una vez que Neji terminó con él de la manera más cruel, aunque sabía que de ahí en adelante y con respecto con su “nueva relación” con Sasuke debía tener cuidado con ellas.
— ¡Todos a sus lugares que ahí viene el maestro! — gritó un compañero, haciendo así que el grupo se separará y se dirigiera a sus respectivos asientos.
— Naruto — dijo en un susurro Sasuke, llamando la atención de su compañero de al lado — ¿te sientes bien?
Una pequeña sonrisa y un asentimiento de cabeza fue más que suficiente para dejar tranquilo a Uchiha. Esta vez tenía pensado ser sincero con él, al fin de cuentas ya había dado por finalizado su empleo, cosa que también tenía que decirles a sus más fieles amigos.
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— Te he notado algo ausente — de manera despreocupada Kisame comentó al aire a su compañero y amigo — ¿espero que no sea por el pequeño rubio? — sonrió ampliamente al ver un ligero respingo en Uchiha.
Itachi no podía negar que extrañaba ver al joven rubio desde la última que lo vio y fue desde esa salida con su grupo de estudio. Ese día se la había pasado bastante bien a su lado y a pesar de que su convivencia se vio muy reducida en cuanto ya estuvieron todos reunidos, se descubrió observándolo y encantándose por cada expresión que este hacia a lo largo del día.
— No debería serlo — le respondió serio a su amigo que lo miraba atento sin querer perderse una de sus mínimas expresiones — pero como siempre das el punto — suspiró, mirando su almuerzo.
— Tengo material para empezar a burlarme de ti, pero por cómo estás ahorita no creo que sea lo más correcto — dijo de los más sincero, volviendo a reír por la mirada de pocos amigos que le dirigía Uchiha — pero puedo ayudarte para que podamos verlo de nuevo.
— No es necesario, me he decidido a no aspirar a algo más que no sea su amistad — agregó mientras recogía la mesa en donde se encontraban — de todos modos, mi hermano se ha visto demasiado contento — sonrió, porque algo que le encantaba ver era la sonrisa sincera de su hermanito menor — al parecer las cosas van bien entre ellos y no deseo interferir.
— Sé que eres consiente que si realmente te pones en tu plan de casanova y conquistador es más probable que el pequeño doncel caiga en tus encantos — Kisame comenzó a seguirlo en cuanto Itachi se dispuso en marcha.
— Puede ser — levantó ambos hombros — pero Naruto merece ser feliz al igual que mi tonto hermano.
— Como siempre pensando en Sasuke y olvidándote de ti — recrimino Hoshigaki, detestaba cuando su querido amigo se martirizaba por todo — admito y hasta admiro el amor que le tienes a tu hermano menor, pero solo tengo una duda ¿acaso no tu hermano detestaba toda relación con los donceles? Porque se me hace extraño que ande detrás de uno, pero admitamos que Naruto no es cualquier persona.
— Hay ciertas cosas que hasta yo no entiendo de Sasuke y desde que nos mudamos a Konoha creo que ese desconocimiento ha ido creciendo, nos hemos acercado nuevamente como hermanos, pero la incertidumbre entre nosotros también se ha vuelto más grande.
— Bien, no soy nadie para entrometerme entre tus asuntos familiares, pero si te puedo decir lo siguiente: no desaproveches la oportunidad cuando se te presente — le miro fijo, deteniendo su andar — sé que sabes a que me refiero, pero de todos modos lo aclararé, en cuanto Sasuke la terminé mal con el pequeñín es cuando debes actuar.
Una sonrisa socarrona fue la que sustituyo a la posible carcajada que hubiera soltado. Y ese gesto fue más que suficiente para complacer a Kisame que era exactamente lo que tenía planeado, no es que deseara que su hermano terminara mal con Naruto, al contrario, pero si su adorado hermano perdía la oportunidad que hasta él mismo le estaba dando se iba a arrepentir.
— Aun así, creo que si va a ser necesario que se reúna el grupo — dijo serio Itachi, regresando a su semblante normal — hay un tema en el que necesito ayuda.
Kisame solo amplio su sonrisa de manera silenciosa, mientras que Itachi imitaba el gesto, era más que obvio que era mentira, pero todo sea por concederse un capricho.
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— El día de hoy nos encontramos aquí reunidos porque yo, Naruto Uzumaki quiero darles una maravillosa noticia — parado sobre uno de los bancos de cemente y con los brazos extendidos alardeaba frente a sus tres amigos.
— Déjate de payasadas y dinos que es lo que pasa — exigió su amigo castaño Kiba — no ves que de todas formas atraes la atención.
— Quiero pensar que al fin resolviste todo después del último incidente — Shikamaru sonrió apenas al ver como su amigo rubio sonreía en aprobación.
Sasuke se mantuvo en silencio, esperando a lo que fuera a decir su rubia adoración, pensó que aquello solo les incumbía a ambos, pero cuando vio llegar a su otro par de amigos tuvo que guardarse sus protestas.
— Muchas cosas cambiaron en el transcurso de estas últimas semanas — comenzó relatando Uzumaki — el señor Orochimaru es la pareja e mi abuelo y fue por ello que contrato mis servicios — miró fijamente a Nara — lamento no habértelo dicho hasta ahora, pero descubrí también que ellos son mi familia de sangre y eso fue lo que me mantuvo pensativo estás dos últimas semanas — se sentó correctamente en el banco — este fin de semana ya fui adoptado oficialmente por ellos y por ende ya no vivo en el departamento, sino con ellos — su sonrisa se amplió lo suficiente, mostrando su genuina felicidad — la verdad me siento extraño, pero sé que son buenas personas y me quieren.
— Tonto, nosotros también te queremos rubia — Kiba se abalanzó a abrazar a su mejor amigo, jalando a Shikamaru para que también se uniera al abrazo — pero nos hace feliz el que al fin encontraras a tu familia.
— ¿Tú no me vas a abrazar? — con tono lastimero y dirigiéndose a Uchiha mostro unos ojitos de piedad.
Soltando un bufido al sentir como sus mejillas se empezaban a colorear de rojo, se acercó al doncel rubio y jalándolo de la mano para que se alejara de sus amigos lo acerco a su cuerpo para abrazarlo posesivamente — claro que te quiero dobe — susurró.
Naruto rio divertido al separase de Sasuke y más al ver como se encontraba completamente tenso, dándole un beso en la mejilla logrando que se pusiera rojo.
— Pero eso no es todo — comento divertido, mientras se volvía a sentar en la banca — lo mejor de todo es que no voy a trabajar más de eso — levantó ambos brazos al aire para dar más énfasis — aunque el señor Orochimaru me dijo que podía hacerlos solo como hobbie.
— Al fin, ya se estaba volviendo demasiado problemático evadir tanta insistencia — dijo Shikamaru, soltando un suspiro y viendo como sus dos amigos donceles reían divertidos.
— Me alegro de verdad, aunque nunca supe de qué se trataba me alegro y me alivia que lo hayas dejado — se sinceró Uchiha, al fin le veía un fin a los rumores que corrían alrededor del doncel.
— Pero no es tan necesario que te veas tan aliviado, teme — exclamó con fingida dramatización — pero ya que estamos aquí todos sirve que te digo en resumidas cuentas a que me dedicaba — sonrió ampliamente — de todos modos, adiós a los contratos de privacidad.
— Nada de adiós — Nara le dio un pequeño zape — al contrario, aunque le digas a Uchiha de que trataba tu empleo este debe mantenerse en secreto, más que nada por tu seguridad.
— Esta bien Shikamaru — hizo un puchero, gesto que desapareció al ver como el azabache miraba feo al castaño.
— No gano diciendo nada de todos modos — se cruzó de brazos Sasuke, esperando a que Uzumaki resolviera la duda ante todas las inseguridades que pasó en ese corto de tiempo.
— Ofrecía servicios de citas, pero más que nada salidas de último momento, para sacar de apuro a una persona — dijo, de lo más calmado Naruto — por lo general eran citas para hacerme pasar como sus mejores amigos o hasta novios, pero nunca pasaba de eso, las muestras de afecto estaban terminalmente prohibidas y si se requería para el escenario, estás tenían un costo excesivamente extra.
— Esto era más que nada para asegurar la seguridad de Naruto y que los varones que llegaban a contratar el servicio no se sobrepasarán — intervino Nara — además al fin de cuentas los tres obteníamos un ingreso extra y ayudábamos a Naruto con lo que requiriese.
— Entiendo — Sasuke asintió con la cabeza, al fin comprendiendo lo que en su momento Suiguetsu le dijo sobre Naruto “son solo citas” y claramente solo eran eso, nada de los que esos rumores decían al respecto y al parecer las pocas personas que solicitaron los servicios respetaban aquel acuerdo de privacidad.
— Pero ya que tenemos todo claro — esta vez fue Kiba el que habló — ¿qué vamos a hacer con respecto a Neji?
— Parece que le información vuela rápido — rio irónico Uzumaki — pero que hacemos — se encogió de hombros — creo que lo más conveniente es que hable con él, así como lo desea.
— ¿Acaso no temes que pueda hacerte algo? — cuestionó Kiba preocupado — no es que te haya pegado antes, pero aun así una persona tan temperamental como él no es de fiar.
— No es que tema de él, simplemente quiero terminar con esto de una vez por todas — dijo más que decidido — aun no lo perdono lo que me hizo, pero estoy más que seguro que ya no siento nada por él — las mejillas del rubio se pusieron de un ligero color carmín mientras cambiaba la dirección de su mirada hacia el varón Uchiha — además no hay mejor solución que atacar el problema de raíz.
Sus amigos sonrieron ante la determinada mirada que mostraba Uzumaki y con un asentimiento de cabeza le daban todo su apoyo.
— Pero, ¿qué pasó con Neji Hyûga? — no quería parecer entrometido, pero ahora esa cuestión se la venía haciendo desde que el castaño se apareció en el salón, Sasuke se hacía una idea, pero quería confirmar su teoría.
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— Si a ese maldito de Neji se le ocurre hacer algún movimiento en contra de Naruto va a arruinar todos nuestros planes — de un bufido y mientras se mordía una de sus bien limadas uñas Ino le soltó a su amiga.
— No creo que esta vez busque un problema serio con Naruto — dijo medio ausente Sakura — no después de todos los chismes y rumores que corrieron en torno a su persona.
— Tienes razón, además de que sigue saliendo con esa chica de cabellos castaños amarrados en dos chongos — dijo pensativa Yamanaka — no creo que quiera ahora si de manera definitiva terminar su relación — una sonrisilla decoró sus labios color durazno.
— Aunque he escuchado que él está enamorado realmente de otra persona — dijo cotilla Haruno — pero aún no se sabe de quién.
— Esta vez no me interesa demasiado — restó importancia la rubia — lo que me pone ansiosa y me emociona es la parte de nuestro plan que vamos a poner en marcha a partir de mañana — dijo más que sonriente — así que a pesar de ser las más populares de nuestra generación hay que empezar a resaltar nuestros dotes y pues hacernos desear — dijo provocativamente.
— ¿Y eso en que nos va a ayudar a conquistar a Sasuke? — la intriga era evidente.
— Vamos a hacer que dude — sonrió, sin intención de añadir nada más, dejando a la chica de cabellos rosados con más dudas que antes, pero sabía que confiaba tanto en ella que no le cuestionaría nada.
Amabas amigas se dedicaron a comer sus alimentos antes de que el timbre de regreso a clases sonará, pero Ino no podía dejar de pensar en lo que fue descubriendo poco a poco de Uchiha mientras más le observaba y también del como interactuaba con Naruto, descubriendo así un extraño complejo de inseguridad con su cuerpo, misma inseguridad que iba a aprovechar para que terminara lo que estaba empezado con Uzumaki.
“Perdóname amigo, pero Sasuke no es para ti” pensó Ino Yamanaka, para recoger sus cosas y encaminarse al aula de clases junto a su amiga.