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Apariencias por Momoka Yuuki

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Nuevamente con una actualización :D

Espero y les guste.

Nos leemos en las notas finales :)

*Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.

*Posibles faltas de ortografía y redacción.

Cap.06 Inesperado

Por fin era viernes, el último día de la semana y de asistencia a clases. En ese momento todos los alumnos del instituto Konoha se encontraban en la hora del almuerzo, degustando tranquilamente sus alimentos.

— Sasuke— sentado frente a él, se encontraba Naruto, llamando insistentemente a su amigo que al parecer estaba en las nubes— Sasuke, ¡hey teme!, te estoy hablando— el rubio se cruzó de brazos e hizo un puchero al sentirse ignorado por el varón. Levantándose de la silla en la que estaba sentado, se dirigió a su mochila para sacar una botella de agua y mojarse con el contenido las manos, regresó a su lugar y salpicando el agua hacia el rostro del azabache fue solo así que este reaccionó.

— ¡Dobe! ¿Por qué hiciste eso? — grito el Uchiha, alzando la mirada y fulminando al doncel que le veía altivo.

— Tengo más de cinco minutos hablándote de todas las maneras posibles y me seguías ignorando— Naruto le miró fijamente, no dejándose intimidar por la profunda mirada que le estaba dirigiendo el varón.

—  Bien, ¿Qué quieres? — soltó un suspiro el moreno, dándose por vencido ya que sabía que ninguno de los dos iba a ceder ante absurdo duelo de miradas, además de antemano sabía que se lo había buscado. El joven rubio tomo asiento nuevamente y dejando a un lado todo rastro de molestia le sonrió a su amigo.

— ¿Te puedo hacer algunas preguntas? — cuestiono con infinita curiosidad y un brillo adicional en sus ojos.

— Ya las estás haciendo, dobe— respondió con una pequeña sonrisa de lado, mientras asentía con la cabeza, el doncel se limitó a sacarle la lengua solamente.

— ¿Crees que soy paciente, ttebayo? — esa pregunta se la venía haciendo desde que Konan le había dicho que él era paciente, no creyéndosela, ya que la mayoría de las personas que le cuidaban y trataban con él, siempre terminaban diciéndole que era alguien demasiado impulsivo y con poca paciencia para acatar y hacer las cosas.

— No— sin ni siquiera dudarlo contesto, causando que el rubio abriera la boca de la impresión y después sonriera como aceptando aquel hecho, confundiendo al azabache— ¿por qué preguntas?

— Por nada en especial— se rascó la mejilla, gesto que se le hizo adorable a la persona de mirada bruna— por cierto, me habías dicho que tenías un hermano mayor ¿verdad? —Sasuke solo asintió— ¿me podrías decir cómo se llama? —el azabache notó como las mejillas de su adorada obsesión secreta, se teñían de un ligero color rosa, no agradándole para nada aquella reacción y menos imaginar que su “hermano” la haya provocado.

— Itachi, Uchiha Itachi— respondió con cierto fastidio, viendo como la sonrisa del menor se ampliaba sobre su rostro, no pudo evitar fruncir el ceño— vuelvo a preguntar, ¿a qué se deben tus preguntas?

— A nada realmente, ttebayo. Solamente tenía ganas de saber un poco más sobre ti, ya llevamos más de dos meses como amigos y no sabemos realmente nada de uno sobre el otro— se levantó de hombros tratando de hacer sonar sus palabras lógicas, aunque por dentro brincaba de alegría al confirmar que el varón que le acompaño hasta su casa realmente era familiar directo de su azabache amigo, además de ver como el moreno asentía ante lo dicho y le miraba fijamente.

— Tienes razón, creo que ya es momento de empezar a sincerarnos— Naruto levantó una de sus cejas al no entender a qué se refería Sasuke con sincerar— platícame un poco sobre ti.

El rubio se señaló con el dedo, solo viendo como el azabache asentía y le hacia una seña con la mano para que empezara a hablar. Levantando una ceja y mostrando cierta duda en su mirada, se encogió de hombros, tomando un poco de aire para empezar a presentarse.

— Mi nombre es Naruto Uzumaki, dattebayo— sonrió—tengo dieciséis años, mi color favorito es el anaranjado, mi comida favorita es el ramen, mis flores favoritas son los girasoles, las verduras no son totalmente de mi agrado y mi…

— Eso no es a lo que me refería, dobe— interrumpió el moreno, haciendo que el doncel inflara las mejillas, disconforme y se cruzara de brazos.

— No te entiendo, ttebayo, se más claro— dejo caer ambos brazos a los lados, pero sin dejar de mirarlo fijamente. Sasuke se tomó el puente de la nariz, tratando de ser lo más paciente posible con su rubio.

— Hagámoslo de la siguiente manera, yo te hago una pregunta y la respondes, y luego viceversa, ¿te parece?

— Me parece bien— asintió el menor, levantándose para ir por su comida que todavía se encontraba en su bolso— mientras estamos en esto, ¿podemos comer? —preguntó haciendo una carita lastimera, el Uchiha se estremeció ante adorable visión, carraspeando un poco para evitar que un sonrojo invadiera sus pálidas mejillas. Con un asentimiento y sacando también sus alimentos comenzó.

— ¿Por qué vives solo en un apartamento? —empezó con aquel cuestionamiento, ya que quería que naturalmente fueran saliendo las cosas, al ver que el doncel no mostraba reacción negativa ante tal pregunta, se felicitó por dentro.

— Mmm… quería mi independencia— dijo bajito— vivir muchos años en un orfanatorio, en donde veías como alguien era adoptado no era fácil de procesar, además de que yo era el que más tiempo llevaba residiendo ahí— Sasuke pudo ver como las pupilas de su amigo se ensombrecían al recordar ciertas cosas, quería hacer otra pregunta, pero sabía que tenía que esperar a lo que el rubio fuera a preguntar— Si vivías en la ciudad ¿por qué a vivir en Konoha? — trató de desviar el tema.

— Para serte honesto, yo no me quería venir a este pueblucho— soltó un corto y tosco suspiro, Naruto frunció el ceño al oír como llamaban a su lugar de origen— todo fue idea de mi madre y de mi padre, ambos querían regresar a su lugar natal y en donde ambos se conocieron, así que a mi hermano y a mí no nos quedó de otra que seguirlos.

— ¿Y te sigue desagradando tu estadía aquí en Konoha? —en su voz se podía notar el sumo interés en saber la respuesta.

— Una a una— dijo el varón, viendo como el rubio hacia un puchero— ¿cuántos años tenías cuando llegaste al orfanato? — Naruto frunció el ceño, aquella pregunta no le había agradado para nada, pero como había quedado con el azabache de que era momento de “sincerase” no le quedo más que resignarse y odiarse por no haber tenido otra mejor excusa para no tener que decirle nada acerca de su trabajo.

— Tenía cuatro años— fue todo lo que dijo— ¿Cómo se llaman tus padres y a qué se dedican?

— Esas son dos preguntas en una, dobe— el ofendido le dedico una sonrisa— mi madre se llama Mikoto, Uchiha Mikoto y es ama de casa, mi padre es Fugaku, Uchiha Fugaku y es abogado.

— ”rale, me hubiera gustado tener a mis padres— dijo, mostrando una triste sonrisa— que suerte tienes Dattebayo.

Aquellas palabras lograron que el corazón de Sasuke se estremeciera un poco, oír ese alicaído tono de voz y ver esa triste sonrisa, le estaban obligando a que detuviera su cuestionario, lo notó con la anterior pregunta, Naruto quería dejar de hablar de aquello, pero eran tantas sus ganas de confirmar y saber más acerca de lo que le dijo Ino que se arriesgó a hacerle la siguiente pregunta.

— ¿Qué sucedió con tus padres y como se llamaban? — sin proponérselo su voz sonó más dura y seria de lo usual, causando que el menor le mirara con cierta molestia, misma que no le reclamo dejándolo un poco desconcertado.

— Mi mamá se llamaba Kushina y mi papá Minato, eso según recuerdo— bajó la mirada hacia el medio emparedado que reposaba sobre la mesa, hablando solamente en un susurro— mamá era arquitecto y papá ingeniero civil— sin notarlo su cuerpo empezó a temblar ligeramente— tenía cuatro años, casi no recuerdo nada— <<más bien no recuerdo nada>> pensó, posando ambas manos sobre su cabeza y tirando levemente se sus cabellos— primero me habían dicho que habían tenido un accidente automovilístico, esa historia la creí hasta que me dijeron lo contrario, cuando cumplí los trece años me dijeron que mis padres habían sido asesinados— pequeñas lágrimas empezaron a descender por sus mejillas, Sasuke empezó a arrepentirse por haber sido tan impulsivo— accidente, asesinato, en aquel entonces me daba igual, solo pensaba en que me habían dejado solo. Ver cómo la gente te mira y te culpa por algo que no llegas a comprender, como los que supuestamente te cuidan te miran día a día con lástima y tus supuestos familiares nunca aparecen, solo para reclamar lo que según ellos por derecho les pertenece.

— Naru…— Sasuke se levantó de su lugar para de un rápido movimiento abrazar al rubio y envolverlo con sus brazos— lo siento, no digas más— Naruto gustoso acepto aquel gesto, enterrando su cabeza en el pecho del azabache y derramando las lágrimas que comúnmente dejaba salir en la soledad de su habitación— lo siento, soy un idiota.

Naruto se separó del reconfortante calor que le proporcionaba su amigo, trato de mirarle fijamente a los ojos para negar lentamente con la cabeza y regalarle una pequeña pero sincera sonrisa. Sasuke no comprendió aquel gesto, dándose cuenta que ese día no estaba entendiendo para nada a su rubio amigo, quedando totalmente paralizado cuando el doncel parándose de puntitas le dio un beso en la mejilla, logrando así que se pusiera rojo.

— Gracias— fue lo último que escuchó que le dijo el Uzumaki, antes de que el timbre sonara y tuvieran que tomar sus respectivos asientos.

+*+*+*+

Ese día no había tenido ganas de salir ni de hacer nada. Le había dicho a su padre que en esa ocasión no iba a poder acompañarlo, debido a que necesitaba repasar algunos temas. Vio que su padre mostro un ligero atisbo de sorpresa, pero afortunadamente el mayor de los Uchiha no le había exigido ni reprochado nada, yéndose a trabajar como siempre hacía. Faltaban alrededor de siete días para que regresara a la universidad, así que por lo tanto todavía tenía algo de tiempo libre, mismo del cual no sabía qué hacer.

Usualmente se encerraba en la pequeña biblioteca y tomaba un libro para leer o repasar temas de estudio, o si no simplemente empezaba a planear la próxima broma a aplicar para su querido hermanito menor. Pero no, estaba recostado sobre su cama, con la mirada fija en el blanco techo de su habitación mientras lanzaba al aire y atrapaba una pelotita anti-estrés.

Itachi ya había estimado la posibilidad de que su hermano fuera conocido del rubio doncel que capto su interés, pero lo que nunca pensó ni le paso por la cabeza fue el hecho de que la persona que había llamado algo más que el interés de su insulso hermano menor haya sido exactamente la misma persona que a él. En parte no lo culpaba, Naruto tenía una luz que le iluminaba y casi te obligaba a confiar y seguirle ciegamente. Aunque lo más extraño de todo el asunto es ese, que Sasuke se haya fijado en un doncel. Sus cejas se contrajeron un poco al recordar lo que hace un tiempo su hermano había alegado delante de toda la familia, estando en total desacuerdo con su idealismo. En parte le comprendía, él también había pasado por el mismo proceso de pubertad y toda su vida estudiantil de secundaria y los primeros dos años de preparatoria fue tratado y confundido como doncel.

Sus facciones volvieron a relajarse y una pequeña sonrisa surco su boca. …l al contrario que su hermano, no le había molestado en lo absoluto, al contrario, se hizo pasar por uno y tuvo muchos privilegios por ello. Desde lugares privilegiados en la cafetería, dulces gratis a causa de los obsequios que le daban otros varones hasta consideraciones absurdas dentro de su grupo de estudio. Cuando revelo la verdad, y porque ya su cuerpo no poseía las delicadas facciones de un portador, todos rieron e hicieron bromas y comentarios por haber sido engañados todo ese tiempo.

“Yo jamás, así como lo escuchan, jamás me voy a relacionar con un doncel. Podre tener una simple y vaga relación con uno, pero a mantener una relación seria eso si no. Como alguien como yo, con este aspecto tan… delicado va a andar con alguien como ellos, sería una burla, para mí como varón y como persona. Simple, eres hombre o mujer, pero no ambas” Recordó las palabras que hace no más de dos años había dicho su hermano en una simple y cálida cena familiar. Aquel día su hermano había llegado hecho una furia y conteniendo las lágrimas, relatando brevemente que un doncel de su curso le había confesado sus sentimientos delante de toda la clase, siendo el blanco perfecto para las burlas de todos los ahí presentes, hiriéndole su orgullo como varón.

En esos momentos quería creer que el arranque de ira y las duras palabras que dijo su adorado hermanito en aquel tiempo hayan sido solo producto de su ira y no haya hablado en serio. Pero ver la calidez que emanaban los azabaches ojos del menor y las pequeñas y esporádicas sonrisas, le hacían pensar que aquellas palabras solo fueron eso, palabras que uno dice sin pensar y carentes de valor y sentido.

Atrapo la pelotita por una última vez, para guardarla en el cajón del buró. Estando ahí acostado no lograría sacarse los pensamientos acerca de su hermano y Naruto, por ahora sabía que solo eran amigos, pero tenía por seguro que su hermano no tardaría en dar el siguiente paso. Con pereza se incorporó, estiro ambos brazos para espabilarse un poco. No tenía ganas de estudiar, pero al menos bajaría a ver si su amada madre necesitaba ayuda en algo, estar sin hacer nada también resultaba fastidioso.

+*+*+*+

Enviando un rápido y corto mensaje de texto, en el que le avisaba a su madre que llegaría un poco tarde, corrió a darle alcance a Naruto. A pesar de la sonrisa que le dedico el doncel, no podía evitar sentirse un bastardo por haberle hecho ese tipo de preguntas. ¿Pero qué le iba a preguntar?, si sabía que el asunto acerca del trabajo era punto y aparte, prometiéndose que aquel tema tenía que salir de manera natural.

— ¿Puedo acompañarte? —se atrevió a preguntar una vez que llegó a su lado, notando como el rubio asentía como respuesta.

Sasuke no hallaba la forma para que la traviesa sonrisa volviera aparecer. Cuando termino el receso, Naruto se había sumergido en un serio mutismo, respondiendo solo con gestos y rara la vez con monosílabos. A parte, de que parecía estar perdido en sus pensamientos, soltando cortos suspiros e ignorando todo a su alrededor.

Llegaron a la pequeña residencia del Uzumaki, el moreno veía sorprendido el lugar en donde vivía su amigo. Un pequeño cuarto que parecía a simple vista que en cualquier momento se fuera a derrumbar. En silencio paso a la pequeña residencia una vez que el rubio le permitiera el paso, dejando la mochila en el recibidor y viendo con ojo analítico cada parte de la casa.

Naruto mientras tanto había caminado hacia su habitación, dejando el bolso sobre la cama y lanzándose luego a la misma. No estaba enojado con el azabache, al contrario, se sentía más relajado al poder expresarle a alguien más su sentir respecto a sus progenitores, sin la necesidad de que le viera con lástima o burla, en sí, pudo ver en los ojos del moreno sincera preocupación y arrepentimiento por haberle hecho tales preguntas. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, levantándose nuevamente y yendo a atender a su visita. Sabía que Sasuke ya no le molestaría más con respecto a lo anterior hablado, así que palmeándose las mejillas y relajando sus facciones volvió con su amigo que miraba con suma atención su vivienda.

— ¿Te gusta? — el Uchiha respingo al escuchar la suave y cantarina voz del blondo, volteando a verlo y notando que ya se veía más animado.

— Es pequeño— se limitó a decir solo eso, tomando asiento en una de las sillas del comedor improvisado, viendo como el menor sacaba dos vasos de una pequeña alacena y vertía agua en los mismos.

— Te ofrecía algo más, pero…— levantó los hombros, sentándose en la otra silla que estaba del lado contrario a donde estaba Sasuke.

Ambos se sumergieron en un silencio demasiado placentero, Naruto veía de reojo a Sasuke que al parecer estaba meditando algo, notando también que de vez en cuando también volteaba a verlo. Sus mejillas se tornaron ligeramente rosas, se sentía nervioso al tener al varón en su casa y que este al parecer estuviera tan relajado y sin ningún inconveniente a pesar del silencio, silencio que se rompió al ser inundado el ambiente de la pequeña sala por el crujir de su estómago.

— ¿Te gusta el ramen? — dijo algo apenado, volteando a ver al Uchiha que negaba con una pequeña sonrisa y movimiento de cabeza— nada más tengo ramen instantáneo— levantándose de la silla, volvió a dirigirse a la pequeña alacena para sacar dos vasos del dichoso alimento, para consiguiente poner a hervir el agua correspondiente.

— Te dije que no me gusta, dobe— se deslizo por la silla, mirando atentamente al rubio— y menos si es instantáneo.

— Entonces si te gusta, teme— sonrió de oreja a oreja el Uzumaki— en unos minutos estará listo.

Sasuke no pudo evitar sentir como un peso se quitaba de sus hombros al ver a Naruto nuevamente sonriente y como si la plática que tuvieron algunas horas antes, jamás hubiese ocurrido. Observo como el rubio después de vaciar el agua caliente en cada uno de los potes de ramen, se volvió a perder en su habitación. Poniéndose de pie, camino rumbo a la habitación del doncel, tenía unas inexplicables ganas de estrecharlo entre sus brazos y llenarlo de mimos para que sonriera sinceramente. Se detuvo abruptamente al reparar en sus pensamientos, ¿él cariñoso con alguien?, apretó las manos, formando un perfecto puño y dando la media vuelta se dirigió de nuevo al comedor. Ya había aceptado que Naruto le gustaba, era alguien demasiado cálido y sumamente lindo y adorable que cualquier persona que haya conocido. ¿Entonces era normal querer mostrar muestras de afecto a su mejor amigo? No, la respuesta era un simple y rotundo no. Le gustaba, no lo negaba, ¿le quería? No lo sabía y no había reparado en ello, pero pensándolo rápidamente, solo un poco, ¿Naruto sentía o sentiría atracción por él? Lo dudaba, más por su extraña y despreciable apariencia.

Sus cejas se contrajeron en un rictus de enojo, se volvió a sentar en la silla que anteriormente estaba ocupando, miro su reloj de pulsera, ya habían transcurrido el tiempo suficiente para que la sopa estuviera lista. Se levantó a verificar cada uno de los vasos, volteando nuevamente a ver a sus espaldas cuando escuchó como alguien se acercaba.

Afortunadamente no había tomado nada con las manos, si no aquel objeto que hubiese entrado en contacto con las mismas, en esos instantes se encontrarían en el piso. Sintió como sus mejillas se empezaban a calentar poco a poco y sin poder evitarlo sus ojos repasaron de arriba abajo y con sumo cuidado la silueta del joven rubio que estaba parado frente a él. Si anteriormente había dudado en sentir algo más que solo atracción física por su amigo, ahora podía afirmar que quería al rubio doncel, lo quería para él y haría lo que estuviera a su alcance para conquistarlo y le correspondiera de la misma manera.

Naruto había ido a quitarse el uniforme mientras estaba su amado ramen, se había puesto algo cómodo, unas bermudas que le quedaban algo holgadas y una playera negra de manga corta que se amoldaba perfectamente a su cuerpo. Con paciencia doblo su uniforme después de verificar que todavía estuviera limpio. Sin prisa salió de la recamara, viendo como su azabache amigo verificaba los vasos de ramen, una traviesa sonrisa dejo ver, planeaba asustarlo. Con pasos cortos y sigilosos empezó a acercarse, pero su plan se vio arruinado cuando noto que Sasuke había volteado hacia su dirección, dando media vuelta para verlo completamente. Se cruzó de brazos instintivamente, y frunció el ceño al sentirse fijamente observado, sintiendo que el Uchiha podía ver a través de su ropa. Sus mejillas se colorearon ante tal pensamiento, levantando la mano derecha para darle una bofetada al varón que no le quitaba la mirada de encima y empezaba a acortar la distancia que había entre ambos. Su palma estuvo a nada de entrar en contacto con la mejilla del moreno si este no hubiese hablado.

— Me gustas— fue apenas un susurro, pero Naruto lo escucho perfectamente, quedando su mano en el aire y viendo fijamente al moreno— y creo que te quiero.

— ¡¿Qué?! — fue lo único que pudo articular Naruto al escuchar tan repentina confesión, su mano cayó pesadamente a su costado y los colores adornaron todo su rostro, siendo el rojo el más prominente.

Sasuke al escuchar aquella fuerte exclamación fue que salió de su trance, meneando ligeramente la cabeza de un lado a otro, cayendo rápidamente en cuenta de lo que había salido de sus labios sin ser realmente consiente de aquellas palabras y el fuerte significado que conllevan. Al ver el enrojecido rostro de su amigo y el asombro más que obvio, sintió como la vergüenza empezaba a fluir por todo su sistema y como su rostro adquiría la misma tonalidad que su compañero. Ambos bajaron la mirada, mirando el suelo como si fuera lo más interesante del planeta, uno buscando disipar la vergüenza por tal declaración y el otro, tratando de asimilar cierta declaración. Entre ellos se formó un silencio demasiado incómodo.

+*+*+*+

Mikoto veía divertida cada uno de los casi imperceptibles gestos que hacia su primogénito. Más al ver como miraba de tanto en tanto el reloj de la estancia, el de pulsera y el de su celular. Sin querer evitarlo una suave y melodiosa risa broto de su garganta, sacudiéndose las manos la poca tierra que se había adherido a en ellas. Al escuchar aquella ligera risa, Itachi volteo a ver a su madre con el ceño fruncido, logrando así que su progenitora volviera a reír.

— ¿Qué es tan gracioso? — igual que su madre, el varón se sacudió la tierra impregnada en sus manos, ya que le estaba ayudando a podar y trasplantar algunas de sus plantas. Le dirigió una mirada fría, misma que Mikoto ignoro.

— Si estás tan preocupado por tu hermano, ¿por qué simplemente no le marcas? — la voz de la fémina había sonado tan neutral y carente de algún tipo de emoción que Itachi sintió que su querida madre se estaba burlando de él, y efectivamente, verla retomar su actividad con el pequeño retoño del árbol de manzana y una sonrisa decorando su rostro le confirmo tal hecho— está en la casa de un amigo, por si te preguntas.

La pregunta se quedó atorada en su garganta, era exactamente aquello lo que quería saber. Tomando en cuenta lo arisco que era su hermano y lo complicado que le era hacer nuevas amistades, daba casi por hecho que su único amigo era aquel doncel rubio. Nunca se había considerado alguien envidioso, pero por esta ocasión no podía evitar sentir envidia de la cercanía que tenía Sasuke con Naruto.

— Solo espero que su amigo no sea como aquellos que tenía en la ciudad—  expresó preocupada la fémina— eran todos unos vándalos, tan ruidosos y falta de modales y de educación— la azabache volteó a ver a su hijo para que compartiera la misma opinión, notando como su “retoño” le miraba acusadoramente— bueno…— rio nerviosa— tus amigos son más maduros y no son unos vándalos— <<creo>> pensó.

Itachi soltó un suspiro. En parte estaba de acuerdo con su madre, ya que los anteriores amigos de Sasuke, un grupo que se hacían llamar los del sonido, por su lugar de origen, eran unos pandilleros y buscapleitos de primera, su hermanito era el segundo al mando y era respetado y temido en el instituto (siendo también el blanco perfecto para las burlas y ofensas de los más “débiles”), ganando en menos de un mes los reportes que él había obtenido en toda su estancia en la preparatoria. Por ello cuando sus padres decidieron regresar a Konoha fue por la simple razón de que el más pequeño dejara la rebeldía y empezara a obtener más confianza en su persona.

— El amigo de Sasuke, él es justo lo que necesita— dijo Itachi, volviendo a retomar su trabajo de ponerle abono a cada una de las macetas.

— ¿Conoces al amigo de Sasuke? — expresó con evidente curiosidad— ¿cómo es? — dejó de lado lo que estaba haciendo para prestar completamente atención a cada palabra que dijera su hijo.

Itachi quería evadir las preguntas de su madre, no es que le molestara hablar sobre aquel chico rubio que captó su interés, si no el hecho de que a su progenitora luego sin querer se le salían las palabras y no quería entrar en una riña con su hermano por andar hablando a sus espaldas de su amigo, uno que se supone que nadie conocía. Afortunadamente, el sonido de la puerta principal abriéndose con gran fuerza desvió la atención de la morena, misma que se enjuago rápidamente las manos y fue a ver qué ocurría, él la siguió de cerca.

Solo ambos personajes vieron como el menor de los Uchiha azotaba la puerta una vez que hubo cruzado por ella, y luego subía corriendo las escaleras para dirigirse hacia su habitación. Tanto Itachi como Mikoto se dieron cuenta de que el menor llevaba las mejillas ligeramente rojas y el ceño completamente fruncido, además que su semblante se mostraba tenso.

— Mi Sasu– susurró Mikoto, llevando su mano derecha hacia su pecho y mirando como el menor se perdía entre las escaleras. Estaba dispuesta a averiguar que le pasaba a su retoñito, si no fue por qué el mayor de sus hijos la tomo del brazo y negó suavemente con la cabeza.

— Hay que dejarlo solo— soltó el brazo de su progenitora, dirigiéndose nuevamente a la cocina a ver las macetas— dejemos que se le pase y después averiguamos.

La única dama de la familia asintió no muy convencida, siguiendo a su hijo para terminar de abonar y podar sus pequeñas plantas.

Notas finales:

Muchas gracias por llegar hasta aquí.


Antes que nada, muchas gracias por sus lecturas y bellos reviews, me motivan a seguir escribiendo :')


Sí alguien de los que sigue esta historia, también lee mis otros fics, me quiero disculpar por no actualizar, la inspiración y la falta para ordenar ideas nada más no llega. Si alguien me quiere ayudar, puede contactarme por aquí, si no... creo que tardare, pero prometo no abandonar :)


Creo que no tengo nada que decir del capítulo de hoy, poco a poco veremos el acercamiento de Naru y Sasu :D


Ambos son una monada >.<


Nos vemos en el próximo capítulo


Muchos abrazos y besos virtuales.



°w°/


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