Esta mañana, Bokuto-San me envió un mensaje.
De: Bokuto-San
Asunto: Práctica!
Akaashee…! No olvides q hoy hay práctica en la tarde! No faltes! >_<
Esa mala ortografía me puso los nervios de punta, ¿cómo alguien que va en preparatoria es capaz de escribir así?
Para: Bokuto-San
Asunto: Re: Práctica
Lo sé, Bokuto-San.
Gracias por preocuparte.
Lo presiento, hoy será un día pesado.
- ¡Oh! ¡Akaashi! Volviste.
- Sólo falté un día, Konoha-San.
- Fue una eternidad para mí, no tuve con quién juntarme…
- ¿Hoy hubo práctica matutina?
- No, en las primeras dos semanas no habrá prácticas matutinas, sólo vespertinas.
- De acuerdo. Por cierto, gracias por pasarme los apuntes de ayer.
- ¡No te preocupes! Para eso están los amigos, ¿verdad?
- Sí, gracias.
- ¿Qué materia tenemos ahorita?
- Sociedad.
- ¿Sociedad? Gah, qué flojera.
- Buenos días chicos, por favor, tomen asiento. Konoha, te quedarás parado toda la clase para que se te quite la flojera.
- ¡Profesor…! ¡Akaashi!
- Lo siento, Konoha-San. – Hice una reverencia con mis manos.
- ¡Traidor!
- Bueno, hoy hablaremos…
Si eres hombre, que te guste alguien implicaría mirarle el rostro, su cuerpo y al final su personalidad, aunque es lo que menos importa actualmente, ¿tan simple es amar? No importa si eres la persona más agradable del mundo, si no tienes un buen cuerpo, no tendrás pareja, así de simple. Está en la naturaleza del hombre juzgar por el físico.
- Akaashi-San, sé que nunca hemos hablado, pero realmente me gustas.
- ¿Cómo te llamas?
- Momo…
- Bueno, Momo-San, ¿qué es lo que te gusta de mí?
- ¡¿Eh..?! Bueno, verás, Akaashi-San… Yo creo que eres muy guapo y alto…
- Gracias, pero lo siento, no puedo salir contigo.
- ¿Acaso te gusta alguien?
- No, no es eso, simplemente no estoy interesado en tener una relación.
En parte es verdad, no quiero tener una relación que se base en lo físico, quiero tener una relación seria donde no importe mi cuerpo, sino mi personalidad. Por una razón parecida, no quiero acercarme a Bokuto, si tuviésemos una relación se basaría más que nada en que él es un Alfa y yo un Omega; una relación meramente física, no sentimental.
- ¡Hey, Akaashi!
- ¿Qué sucede, Konoha-San?
- ¡Sí! Te hablé varias veces y no me contestaste.
- ¿En serio? Lo siento.
- Bueno, como te decía, al parecer sí van a cambiar al entrenador.
- ¿Por qué?
- “¿Por qué?” ¡Ya te lo expliqué! Ah… Por lo que dicen, el entrenador tiene una muy mala memoria, de hecho, el martes que nos presentamos, si te diste cuenta, sólo somos dos chicos de primero, tú y yo, y se presentaron tres chicos más.
- ¿Pero qué tiene que ver que se hayan presentado?
- Ellos no están en primero, sino en segundo como Bokuto.
- ¿Entonces por qué se presentaron?
- Porque el entrenador no puede recordar eso muy claramente y los ubica como parte de los nuevos.
- ¿Es un favor de parte de nuestros senpais?
- No lo sé, ¡pero es divertido!
- No es divertido, Konoha-San.
- No seas amargado, Akaashi, le quitas la diversión a todo.
- Eh…
- ¡Oye! ¿Sabes? has estado perdido en tus pensamientos desde que esa chica se te confesó en el receso.
- ¡¿Una chica se le confesó a Akaashi?! – Un chico de cabello puntiagudo interrumpió nuestra conversación.
- Eso no le importa, Bokuto-San.
- ¡Claro que sí! ¡Soy tu capitán!
- Vice capitán, por favor, ¿y eso qué tiene que ver? No es como si eso te hiciera dueño de Akaashi. – Konoha miró a Bokuto. El ambiente se puso extrañamente tenso.
- Como sea, ¿qué hace aquí?
- ¡Venía a recordarte que tenemos práctica! – El ambiente volvió a ser pacífico.
- Lo sé, me envió un mensaje recordándomelo.
- Ahora, con el más grande respeto, ¿podría retirarse, vice capitán? Akaashi y yo estábamos hablando.
- ¡Konoha-San! – Le susurré a Konoha y le golpe el brazo.
- Lo siento, lo siento.
- No sé qué está pasando, pero me voy ¡Nos vemos después, Konoha, Akaashi! – Se fue mientras movía su mano.
- ¡Oye, eso fue muy grosero de tu parte, Konoha-San! Tienes suerte de que Bokuto-San sea tan despistado.
- ¡Pero es su culpa!
- ¿Por qué Bokuto-San tiene la culpa de algo que tú empezaste? No sea tan infantil.
- ¡No es eso, Akaashi!
Konoha-San se levantó de la banca en la que estábamos sentados y me miró fijamente. Su cara mostraba enojo, pero a la vez… preocupación.
- Lo siento, Akaashi, quiero estar un rato a sola.
- D-De acuerdo, nos vemos en la práctica, Konoha-San.
Y se fue. No podía entender qué es lo que había pasado, ¿por qué parece que a Konoha-San no le agrada Bokuto-San? No recuerdo que hayan peleado o algo por el estilo, ¿entonces por qué? Mi mente se volvió a llenar de pensamiento y para cuando me di cuenta, estaba trotando en el gimnasio.
-¿Qué? ¿No viene el novio contigo? – Preguntó un chico bajo.
- Konoha-San no es mi novio, Komi-Senpai.
- ¿En serio? ¡Oh! Así que ya te enteraste que no soy de primero.
- Sí, aunque no le veo la razón de ocultárselo al entrenador.
- Bueno, poco antes de que empezaran los entrenamientos oficiales, nos presentamos como parte de los de segundo; no lo tomó muy bien.
- ¿Por qué?
- Comenzó a gritar y a hiperventilarse, por eso, cuando volvió a olvidarnos, nos presentamos como los de primero.
- Oh…
- Sí, ¡pero no te preocupes! Pronto lo van a cambiar.
- Qué mal, me agradaba bastante.
- Sí, pero qué podemos hacer con alguien así. Tú sólo actúa como si eso fuese verdad.
- ¡Oigan, chicos! ¡Dejen de estar platicando! Vamos a practicar remates otra vez.
- ¡Pero entrenador, nuestro colocador principal no vino! – Un chico de tercero se quejó.
- No importa, aprovechemos para probar a los nuevos.
- ¡Yo puedo rematar cualquier balón que me pongan en frente! – Dijo Bokuto muy orgulloso.
- Akaashi.
- ¿Sí, entrenador? – Di un paso al frente.
- ¿Habías dicho que eras colocador, verdad?
- Sí, pero tengo un límite.
- No importa, quiero que practiques con nuestros jugadores para que así te puedas ir acostumbrando al equipo.
- Gracias, daré lo mejor de mí.
Comenzamos a practicar remates. Todos eran muy buenos, algunos mejor que otros, claro. Y así, llegó el turno de As de rematar.
- ¡Akaashi, quiero un colocación alta y un poco alejada de la red!
- Está bien.
Hice lo que me pidió: una colocación alta y un poco alejada para la estrella de Fukurodani. Apenas estaba en segundo, pero ya era reconocido como uno de los cinco mejores de Japón. Su posición era perfecta, era… Maravillosa, su remate era fuerte, pero elegante. Él era… increíble.
-¡Eso fue impresionante! Muy bien hecho, Bokuto.
- ¡Yo soy el mejor! ¡Hey, hey, hey!
Terminé atontando con el increíble remate de Bokuto, pero había algo que me estaba molestando.
-¡Finalizó la practica! Descanse mucho porque mañana tocará físico.
- Entrenado, ¿puedo hablar con usted?
- Claro, claro, ¿qué sucede, Akaashi?
- ¿Por qué Bokuto-San, aún con sus increíbles remates, no está, al menos, en el Top 3?
- Por una simple y única razón: sus cambios de humor. Cuando él está a lo mejor que da, entra en entre los mejores tres de Japón; pero cuando está deprimido, juga mucho peor que un niño. ¿Lo entiendes, verdad?
- Un poco…
Entiendo lo que quiere decir el entrenador, recuerdo ese día en el parque, me asombraba lo rápido que cambiaba de estado Bokuto-San.
- Gracias por responder mi duda, me retiro.
- Adiós, hasta luego.
- ¡Akaashi…! – El As de Fukurodani corrió rápidamente y me agarró de los hombros - ¡Tus colocaciones son muy buenas!
- Me alegra que diga eso.
- ¡Claro, claro! ¡Deberías de estar orgulloso! ¡Después de todo, yo soy el As!
- Sí. Ya me iba, Bokuto-San.
- ¡Oye, oye! Tengo una pregunta.
- ¿Qué quiere saber?
- ¿Dónde está el chico de cabello claro?
- ¿Konoha-San? No lo sé, se supone que íbamos a vernos aquí.
- Mmm…
- ¿Qué sucede?
- Nada, nada. Akaashi, levántala para mí.
- Pero ya acabó la práctica.
- ¡Eso no importa! ¡Como el As que soy, puedo practicar todo lo que quiera en el gimnasio!
- Está bien, vamos a practicar, Bokuto-San.
Después de haber hecho al menos veinte colocaciones más, estaba a mi límite.
- Lo siento… Bokuto-San… - Dije entrecortado.
- ¿Ya te cansaste, Akaashi?
- ¿Usted… no?
- No. Podría seguir jugando más rato si quisiera.
- Tienes… La energía de… Un niño.
- Por cierto, mañana iremos algunos a cenar, ¿vienes?
- No lo creo, no soy bueno tratando con mucha gente. – Ya comenzaba a recuperar el aliento.
- ¡Sólo iremos como 6 personas! ¡Vamos!
- Entiendo, sí, por qué no.
- ¡Así es! ¡Hey, hey, hey! Iremos después de la práctica.
- Gracias por la invitación, Bokuto-San, pero, ¿puede ir Konoha-San conmigo?
- ¿Ese chico de cabello claro?
- Sí, él.
- No. – Me miró serio por un momento - ¡Es broma, es broma! ¡Claro que puede ir!
- Gracias, al menos quiero ver algún rostro conocido.
- ¡Pero estaré yo y Kuroo!
- Geh, ¿Kuroo-San va a ir?
- ¡Sí, pero él estará con su amigo!
- Está bien. – Agarré mi mochila – Nos vemos mañana, Bokuto-San.
- ¡Sí! ¡Adiós, adiós!
El exterior estaba oscuro y hacía frío, ya eran cerca de las 8. Iba a poner mi chamarra cuando escuché a alguien.
-Akaashi.
- Konoha-San.
- ¿Podemos hablar?