Siempre que salgo me gusta ir a la biblioteca que vende un delicioso café para relajarme y distraerme, pero esta vez quería despejar mi mente de todo lo que me ha pasado desde ayer.
-¡Ah, Akaashi-San! ¡Qué sorpresa! ¡Hola!
Tal parece que a todo el mundo se sorprende al verme.
-Sí, hola, Shino-San.
Shino es una chica alta con cabello marrón, corto, y con un poco de sobrepeso, pero eso no le quita lo linda y agradable que es. A pesar de tener 16 años, ella trabaja y estudia a la vez.
- Hace un rato que no pasas por aquí, antes solías venir todos los días en la tarde.
- Bueno, ya ves, la preparatoria y nuevamente estoy en un equipo de voleibol.
- ¡Oh, eso es maravilloso, Akaashi! ¿Cómo te ha ido?
- Solamente he tenido una práctica, pero creo que me acostumbraré rápido.
- Después de lo que te sucedió… - La chica miró al suelo.
- Sí, eso fue hace ya bastante tiempo…
- ¡Ah! ¡Lo siento! Arruiné el ambiente agradable… - Shino movía las manos en forma de disculpa.
- No importa, ahora sólo quiero beber un delicioso frappé con este calor.
- ¡Un frappé de galleta listo en diez minutos! – Me guiñó el ojo – Mientras lee un libro.
- Gracias – Le sonreí mientras iba a buscar un libro.
Había una extensa variedad de libros de todo tipo: psicológicos, auto-ayuda, salud, eróticos y mucho más libros diferentes para leer lo que a uno más le interesara. Yo no tenía un gusto específico para los libros, si leía o escuchaba acerca de algo interesante, buscaba un libro sobre ese tema. En lo personal, me gustan mucho los libros acerca de las personas, su lenguaje corporal, los estados psicológicos, etcétera; son muy interesantes porque puedes analizar a una persona y saber cómo es, pero eso sólo lo puede hacer un profesional.
Aunque últimamente me ha interesado mucho la historia del arte. Por eso agarro un libro de esta temática y comienzo a leerlo y observar los elementos visuales que contiene.
-Aquí está tu frappé de galleta que tanto te gusta. – Shino colocó mi bebida en la mesita que se encontraba en frente de mí.
- Gracias, Shino-San.
- ¡Oh! Historia del Arte, ¿eh…? – La chica cerró un ojo y colocó su mano en su barbilla – Muy interesante, muy interesante.
- Sí, realmente lo es.
- La parte más interesante es la historia de Egipto.
- Tienes razón.
- Bueno, te dejo de molestar, disfruta de tu frappé.
Shino se fue, dejándome continuar con mi libro mientras bebía mi frappé.
Antes de que me diera cuenta, eran las 7:30 de la noche y ya había leído cuatro libros diferentes.
-Vaya, Akaashi, hoy sí que estabas concentrado, ¿sucedió algo?
- ¿Por qué dices eso, Shino-San?
- Te conozco desde hace algunos años, Akaashi y siempre que lees más de dos libros significa que algo pasó que hiciera que quisieras despejar tu mente y estar solo.
- Me conoces muy bien, Shino-San, pero no me sucedió nada, estoy realmente bien - ¿Podrías parar de mentir y decirle a alguien cómo te sientes realmente? – Sólo quería hacer algo diferente.
Ella me miró como si no me creyera, pero no quiso preguntar más.
- Está bien…
- Me voy a retirar, Shino-San. – Me levanté del sillón en el que estaba.
- Espero que vuelvas a venir más seguido, Akaashi.
- Sí, adiós.
Me fui del lugar para dirigirme a mi casa. Estábamos en primavera, por lo que la luna reflejaba la luz del sol de una manera muy hermosa en los cerezos. La noche no era fría, más bien, era un clima bastante agradable. Todo mi estrés se había ido, por fin podía relajarme, hasta que vibró mi celular.
De: Remitente desconocido
Asunto: Saludo >o<
¡Hey, Akaashi! Soy Kuroo Tetsuro :3
¿Cómo has estado? <3
Perfecto, lo que me faltaba, el dolor en el trasero, Kuroo-San me ha enviado un mensaje.
Para: Kuroo-San
Asunto: Re: Saludo.
Hola, Kuroo-San. He estado bien, gracias.
De: Kuroo-San
Asunto: Aburrido
Qué forma tan cruel de cortar una conversación, al menos podrías haberme preguntado cómo estaba yo, que, por cierto, estoy bien, gracias ¬ ¬
Para: Kuroo-San
Asunto: Lo siento.
Lo siento, pero no tengo nada más que decir.
De: Kuroo-San
Asunto: Interesante
Podríamos hablar de cómo te excitaste al ver a Bokuto 7w7
No le conteste y no quería contestarle, es decir, qué le pasa, ni siquiera llevamos ni un día de conocernos y ya me está molestado.
Recibí una llamada de parte de él, no contesté obviamente, pero insistió tanto que a la tercera le respondí su llamada.
-¿Qué quiere, Kuroo-San?
- Sí que tardas en contestar.
- Claramente no quería hablar con usted.
- Oh, vamos, eres muy sensible, ¿sabes? Yo sólo quería saber qué pasó en el gimnasio.
- ¿Usted cómo sabe qué sucedió en el gimnasio?
- Bokuto me lo mencionó.
- Sí ya se lo explicó Bokuto-San, no sé por qué me pregunta a mí.
- Ese idiota no me dijo nada, sólo que vio a un chico muy guapo que olía muy bien y se excitó.
- Pues no hay nada más que saber. – Bendito sea el celular que evita que vea mi sonrojo.
- Venga, claro que sí. Bokuto puede ser un idiota, pero yo también soy un Alfa y por como me lo explicó alguien conoció a su pareja.
- ¿Bokuto-San no lo sabe?
- No, y no creo que se entere al menos que alguien se lo diga.
- Kuroo-San, se pido que por favor no se lo vaya a decir.
- ¿Por qué?
- Quiero evitar problemas con él.
- Él es un idiota, pero tarde o temprano se dará cuenta.
- Lo sé, pero mientras quiero que seamos sólo rematado y colocador.
- De acuerdo… Ya me voy, Akaashi, después hablamos.
- ¿Eh? Ah, está bien, adiós, Kuroo-San.
- Por cierto, Akaashi…
- ¿Qué sucede?
- Puedes contar conmigo para lo que sea.
- Ah…, gracias, Kuroo-San.
Bueno, tal vez él sea un dolor en el trasero pero puede ser agradable si así lo desea. Regresé a mi casa donde me recibió mi mamá con abrazos y besos, mi padre, por otra parte, sólo dijo un simple “Hola” y continuó viendo la televisión. Comí lo que había preparado mi mamá y me retire a mi cuarto. Después de tomar un baño, me recosté en la cama tratando de alejar todos los pensamientos que tenía en la mente. Mañana volvería a la escuela y practicaría voleibol con Bokuto-San; no quiero verlo, pero no puedo evadirlo toda mi vida, porque él es un Alfa y yo su Omega.